Alguien dijo una vez...
Monkey D. Luffy
Digamos que hay un pedazo de carne. Los piratas tendrían un banquete y se lo comerían, pero los héroes lo compartirían con otras personas. ¡Yo quiero toda la carne!
[Aventura] [T2] La cabalgata de la Walkyria - Ragnheidr Grosdttir
Ubben Sangrenegra
Loki
Sijuh permanecía sentada en aquél tronco junto al fuego, sus manos abiertas hacia las llamas que crepitaban suavemente, buscando calor mientras te escuchaba en silencio. Sus ojos no se apartaban de ti ni por un instante, una muestra de la atención que prestaba a tus palabras, como si cada una de ellas significara más de lo que decías... no solo intentaba entender las palabras que salían de tu boca, sinó, entender tambien aquellas que acallabas. En ese instante, ambos estaban sumidos en el proceso de reencontrarse, de redescubrir una conexión que había estado perdida durante tantos años. —Så tre uker? preguntó ella en un tono suave, casi casual, antes de continuar Jeg har bare vært her en uke, men jeg har holdt meg borte fra byen. Sjøforsvaret er veldig tilstede— Su voz, aunque tranquila, tenía un matiz de desdén, algo que ambos compartían en ese momento. Era evidente que las circunstancias les habían dejado a ambos cansados, y que la presencia constante del Gobierno Mundial y la Marina pesaba más de lo que cualquiera quisiera admitir, en el caso de Sijuh. —Jeg tror vi begge vet det godt...— añadió, y su mirada se desvió hacia los cadáveres que habían dejado atrás, como una respuesta implícita a tu comentario sobre los problemas que parecían seguirte, siempre, sin importar a dónde fueras.

Recibió el odre que le pasaste y dio un pequeño sorbo antes de continuar hablando. —Det viktige er at du gjør ditt beste... det er andre som rett og slett hengir seg til ugjerninger for trivialiteters skyld— Había algo diferente en ella esta vez, una faceta que no habías visto con frecuencia, o tal vez nunca. Sijuh, la guerrera implacable que siempre había sido tu hermana mayor, ahora hablaba con una calma y una profundidad inusuales. Quizá estos seis años habían cambiado más que solo tu vida, quizá también la de ella. —Døden følger oss fra den dagen vi blir født; Noen ganger prøver han til og med å krysse vår vei...— dijo, con esa serenidad que parecía contrastar con el tema oscuro de su reflexión. Volvió a mirar las llamas danzantes del fuego, sumida en sus pensamientos, antes de continuar —Ved andre anledninger bruker han ikke som sitt verktøy for å høste hvem han trenger— Sus palabras, aunque crudas, tenían una sabiduría que no podías ignorar. La muerte era una compañera constante en su línea de trabajo, y aunque parecía tenerlo asumido desde hacía mucho tiempo, ahora lo expresaba de una manera más consciente, más madura.

Tomó otro sorbo del odre antes de extenderlo de nuevo hacia ti, ofreciendo la hidromiel mientras añadía a su reflexión anterior —Jeg vet ikke om det er et reelt problem at døden alltid er der... jeg tror det er mer en påminnelse... om at ingenting er evig, at ved slutten av dagene er det eneste som betyr noe, hvordan du levde til ditt siste åndedrag— Su tono seguía siendo calmado, casi filosófico, mientras hablaba de la muerte y de la vida con una aceptación que resultaba reconfortante y desconcertante a la vez. Con una suavidad que contrastaba con su usual postura firme, Sijuh se levantó del tronco en el que estaba sentada y recogió unas ramas y hojas cercanas, alimentando el fuego con ellas. Las llamas se alzaron con más fuerza, iluminando sus facciones mientras continuaba hablando. —Jeg valgte å forandre verden med mine egne hender... for de som vil komme etter meg... og til ære for de som ikke lenger er her— La convicción en sus palabras era palpable, tan ardiente como el fuego que ahora crecía con fuerza ante ustedes. Sabías que no solo hablaba de un deseo personal, sino de una misión, de algo que había decidido hacer por aquellos que ya no podían luchar por sí mismos.

Men jeg klarte det ikke alene... heldigvis møtte jeg folk som også var villige til å kjempe for forandring; Og det lærte meg at det ikke er personlig styrke som betyr mest... men kollektiv styrke— Sijuh hizo una pausa, y su mirada se encontró con la tuya. Sus palabras parecían llevar consigo el peso de experiencias compartidas, de luchas que no había compartido con nadie antes, pero cuya importancia podías sentir. —En kjede er bare så sterk som dens svakeste ledd...— afirmó con una firmeza que no permitía discusión, y te diste cuenta de que estaba hablando de algo más que simples batallas. Hablaba de la importancia de los vínculos, de la unión entre las personas que comparten un mismo propósito.

Det nytter ikke å være det sterkeste leddet i kjeden. En enkelt stjerne lager ikke himmelen, og til og med ulver jakter i flokk...— Sus ojos se clavaron en los tuyos con una intensidad que era imposible ignorar, su voz cargada de seguridad y convicción. —Døden følger oss dag for dag, men det gjør også våre ledsagere og venner. Når du har det i bakhodet, er livet vanligvis mindre surt— Había una verdad simple y profunda en sus palabras, algo que solo alguien que había pasado por la lucha y el sacrificio podría entender completamente. No era solo el reencuentro de dos hermanos, sino de dos personas que habían recorrido caminos distintos, pero que, de alguna manera, volvían a encontrarse bajo las mismas estrellas.

Sin embargo, aquellas lejanas siluetas continuaban escondidas entre la maleza.
#11
Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
Ragn sonrió levemente ante las palabras de Sijuh. Le parecía irónico que hablara de la muerte como si fuera una sombra que simplemente los siguiera, cuando para él la muerte tenía un rostro, un nombre, una presencia. Nosha, la diosa de la muerte, era su guía. A menudo la veía en sueños, con su fría y calma intensidad. A lo largo de su vida, había aprendido a aceptar su compañía, a verla no solo como el final de todas las cosas, sino también como el principio de cada nueva batalla, de cada día que le había sido otorgado. —Du snakker om døden som en slags fiende som lusker i skyggene, men for meg er det annerledes, Sijuh. —Dijo, con el tono de quien reflexiona en voz alta, sin ánimo de confrontar. — For meg er døden en gammel venn. Hver natt viser hun meg veien. Det er Nosha, dødens gudinne. Hun er der i hvert skritt jeg tar. Jeg kan ikke rømme fra henne, og vet du hva? Jeg ville ikke rømme om jeg kunne. La meg leve i hennes nærvær... det er trygghet i det. — Ragn parecía aceptar su camino, siempre con la idea a sabiendas de que su familia no respetó nunca sus creencias. Ni confió en sus nuevas diosas.

Ragn volvió a llevarse el odre a los labios, dejando que el hidromiel fluyera, templando su mente. La muerte para él no era solo un final inevitable, era la brújula que marcaba cada decisión, cada batalla, y cada momento. Nosha lo había salvado una vez, y desde entonces él caminaba su senda con la certeza de que, cuando su momento llegara, sería ella quien lo recibiera. En un mundo caótico, la muerte era lo único que siempre le había sido fiel. —Kanskje tror du jeg bare følger stien av blod og kamp, men den stien er mye klarere for meg enn noen annen. —continuó, sus palabras cargadas con una sinceridad rara. — Du valgte å forandre verden, og jeg respekterer det. Men Nosha... hun gir meg retning. Selv om det er merkelig, er det en trøst å vite at hvert skritt jeg tar er ledet av hennes hånd. Døden har alltid vært min følgesvenn, men det er hun som gjør den utholdelig, som gir den mening.— Ragn notó la manera en que su hermana lo miraba, tal vez buscando entender aquella extraña relación que él tenía con la muerte. Podía notar la curiosidad en sus ojos, mezclada con un matiz de comprensión. Sabía que Sijuh, aunque feroz en combate, no veía la muerte de la misma manera. Para ella, era un enemigo que rondaba la vida, un oponente al que había que vencer o evitar. Pero para él, Nosha era el faro que guiaba su existencia. ¡Por que nadie de su familia lo entendía!

Du vet, Nosha reddet livet mitt en gang. Selvfølgelig vet du... —Añadió, dejando que su voz descendiera en un susurro, como si la historia pesara demasiado. — Jeg skulle vært død for lenge siden, og likevel er jeg her. Jeg ser henne noen ganger i drømmene mine. Hun sier ikke mye, men jeg vet at hun er der for å veilede meg, for å minne meg på hvor jeg kom fra, og hvor jeg skal. — En ese instante, los pensamientos de Ragn se volvían más íntimos, más oscuros, pero no temía compartirlos. La verdad era que, sin Nosha, habría estado perdido. Si su hermana estaba decidida a cambiar el mundo, él respetaba ese camino, pero también sabía que su senda era distinta, marcada por el toque helado de la diosa de la muerte.

Vi har alle vår egen vei, og jeg vet at din er like viktig som min. Men Nosha er min veiviser, og jeg tror det er derfor problemene alltid finner meg. Døden er min følgesvenn, men hun er ikke fienden min... hun er min sannhet. — Hizo una pausa, permitiendo que el fuego, que ardía más fuerte ahora, iluminara sus rostros. Los reflejos danzantes parecían crear sombras en sus rostros, como si la muerte misma se manifestara en ese claro, entre ellos. Pero Ragn no sentía miedo, al contrario, sentía paz en la cercanía de Nosha, en la familiaridad de ese ciclo que siempre había seguido. Las palabras de Ragn colgaban en el aire, cargadas de un entendimiento personal que no necesitaba más explicación. Miró a Sijuh, con una mezcla de cariño y respeto, sabiendo que cada uno de ellos tenía sus propios demonios y sombras, sus propias razones para seguir adelante. Y mientras la miraba, supo que ese momento era un reencuentro, pero también una despedida.
#12


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