Hay rumores sobre…
... una isla que aparece y desaparece en el horizonte, muchos la han intentado buscar atraídos por rumores y mitos sobre riquezas ocultas en ella, pero nunca nadie ha estado en ella, o ha vuelto para contarlo...
[Aventura] [Aventura-T6] Al Filo de lo Imposible
Arthur Soriz
Gramps
Cuanto más asciendes el frío se vuelve más intenso, el aire húmedo se adhiere a tu piel y la niebla implacable parece volverse aún más densa. Incluso en pleno verano es sorprendente lo bajo que pueden caer las temperaturas en un lugar como este. Cada paso que das sobre el suelo húmedo y resbaladizo te obliga a inclinar tu cuerpo ligeramente hacia adelante para mantener el equilibrio, casi se siente como si la montaña buscara tumbarte y bajarte de ella cuanto antes. La vegetación que ya de por sí era densa te obliga a moverte con cuidado. El silencio es sepulcral, solo interrumpido por el crujir ocasional de ramas al ser pisadas o el rugir lejano de alguna criatura oculta entre la niebla.

Pronto el terreno ya no son solo árboles y arbustos que te rodean, es como si estos pronto empezaran a cerrarse más, como si la montaña misma forjase frente a tus ojos un laberinto natural. El camino antes visible y claro se pierde entre arbustos y raíces retorcidas, y cada paso requiere más esfuerzo para evitar tropezar con algo oculto en la maleza. A medida que la bruma se mueve, la visibilidad se reduce a apenas unos pocos metros, alterando ligeramente tu visión y crees ver entre las sombras figuras que se mueven de un lado al otro.

Te sientes vigilado, como desde el comienzo de tu travesía.

Finalmente a través de la niebla algo aparece frente a ti, y lo puedes escuchar ya desde lejos. El rugido del agua. Un río, caudaloso y violento fluye por un cauce ancho y rápido. El agua es turbia, arrastrando rocas y ramas con una fuerza brutal. Puedes ver cómo el agua se estrella contra las rocas, subiendo con espuma blanca y rugiente. El río mide unos cuarenta y cinco metros de ancho. Es sin dudas un lugar donde no quieres caer.

Pero hay una solución. Un puente. Es antiguo, construido con varas de bambú y gruesas cuerdas, todo colgado sobre las aguas turbulentas. La estructura parece frágil, como si hubiera soportado décadas de tormentas y viento. Las cuerdas están tensas, pero no parecen seguras. Las maderas del puente crujen al viento y el bambú a pesar de ser resistente y flexible normalmente, está envejecido y comienza a mostrar señales de desgaste. La cuerda en un extremo está suelta, como si alguien la hubiera desgarrado parcialmente, dejando el otro lado más flojo de lo que debería estar. A simple vista no parece lo más seguro pero la única forma de cruzar el río parece ser a través de ese puente. Para tu buena suerte, la bruma aquí es menos espesa, probablemente por el caudal del agua arrastrando violentamente todo atisbo de niebla que pudiera querer asentarse en su superficie.

No hay otra salida aparente por los alrededores, la única forma de avanzar será por el puente. Las rocas empapadas en agua y musgo son demasiado peligrosas como para considerarlas una opción... o mejor dicho, tan solo un demente lo haría.

off


tabla
#11
Silver D. Syxel
-
Diente Este, Isla DemonTooth
Día 47, Verano del año 724

El rugido del río se imponía sobre el silencio de la montaña, un sonido constante y amenazante que parecía advertirle del peligro que tenía frente a él. La corriente era feroz, arrastrando ramas y rocas con la misma facilidad con la que el viento movía las hojas. Syxel observó el agua por un instante, analizando sus opciones. No había muchas.

El puente, aunque maltrecho, era su mejor oportunidad de cruzar. No le apetecía especialmente probar suerte con las rocas resbaladizas ni acabar siendo arrastrado por el torrente. Se acercó a la estructura de bambú y cuerdas, apoyando una mano en uno de los extremos para probar su estabilidad. La madera crujió de inmediato, como si estuviera protestando por su sola presencia.

Genial, esto si que inspira confianza...

Con un suspiro resignado, apoyó un pie en el primer tablón y comenzó a avanzar. A cada paso, el puente temblaba bajo su peso, emitiendo crujidos que se perdían entre el sonido del agua. Silver mantuvo su centro de gravedad bajo, moviéndose con calma pero sin detenerse demasiado en un mismo punto. Con la niebla disipándose un poco gracias a la fuerza del río, al menos tenía la ventaja de poder ver mejor a su alrededor.

A mitad de camino, una de las cuerdas laterales se tensó bruscamente, como si algo estuviera cediendo en la estructura. Syxel sintió el tirón y, sin perder un segundo, reajustó su postura, distribuyendo su peso con precisión para evitar que el movimiento lo desequilibrara.

Vamos… Solo un poco más.

El puente tembló una última vez, pero el pirata ya había tomado control de la situación. Su cuerpo se movía con naturalidad, sorteando los tablones gastados con agilidad, como si estuviera caminando por la cubierta de un barco en plena tormenta. Su ritmo se volvió más seguro, más fluido.

Finalmente, sus botas tocaron suelo firme del otro lado. Silver se giró por un momento, observando el puente oscilando levemente tras de sí. Había logrado cruzar, pero estaba claro que aquella estructura no aguantaría mucho más tiempo.

Supongo que no tendrán muchas visitas.

Sacudiendo un poco su abrigo para deshacerse de la humedad acumulada, Syxel continuó su camino, dejando atrás el puente y el rugido del río. La montaña seguía poniéndole pruebas, y él seguía superándolas.



Percepción III
KENB601
KENBUNSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
25/10/2024
9
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidades que realmente tienen. Así como estimar de forma general quién es alguien más fuerte o más débil que él. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +10 [Reflejos].
Área: [VOLx15] metros | +10 [REF]

Resumen
#12
Arthur Soriz
Gramps
No es que haya sido puro milagro que hayas pasado el puente de bambú... el milagro fue que el puente haya aguantado tu pasar. Las cuerdas crujieron nada más pusiste un pie encima... pero, tras casi perder el equilibrio fuiste capaz de anteponerte ante la adversidad y de hecho incluso utilizar tu destreza para llegar al otro lado del puente sin siquiera hacer chirriar el bambú viejo... eso, sin dudas, era una tarea que pocos podían lograr. El control sobre tu propio cuerpo y peso, adaptarte a los cambios repentinos fuera por el viento o el vaivén de las cuerdas roídas era algo que merecía por lo menos respeto.

Cuando llegaste al otro lado del río, de entre la espesura de la bruma se asomó una figura. De apariencia atlética, con vestimentas oscuras y ligeramente entalladas al cuerpo. Cabello lacio atado en una coleta, color azabache. Su mirada era filosa como la katana que llevaba desenvainada en una de sus manos. Aún así su andar era sereno, mirándote fijo a los ojos. Se quedó parado a unos metros de ti, no como un duelista esperando que desenvainaras tus armas, pero como alguien que te estaba midiendo en sepulcral silencio.

Pasaron unos minutos incómodos, antes de que dicha figura te hablara.

¿Por qué has intentado subir al Diente del Este, forastero?

Te preguntó. No sonaba irrespetuoso, sino cuidadosamente curioso; inquisitivo. Miraba hacia tus lados, como queriendo cerciorarse de que nadie más estuviera acompañándote. Frunció un poco el ceño, expectante de lo que fueras a responderle pero antes de que tuvieras chance de explicarte demasiado, te apuntó con la punta de su filo y habló.

¿Eres un pirata...? —inquiría que así era más que nada por tus ropas que no encajaban con alguien que fuese de esta isla. Es más, te parecías más a lo que eran los piratas presentes en la isla que otra cosa—. Agallas tienes, y habilidad también si has llegado tan lejos... y que no hayas matado a los tigres... eso habla de cierto autocontrol... pero lamento informarte que tu camino llega hasta aquí.

Sentenció como si fuera una figura de absoluta importancia en este lugar. Dejó de apuntarte con su katana, pero se mantuvo listo para atacar si era necesario. Lo veías en la forma en la que si bien sus manos estaban relajadas, sus pies estaban casi que enterrados en el suelo, con una postura firme e impenetrable. Te estaba midiendo incluso ahora, mirando todo tu cuerpo, buscando aperturas, debilidades, incluso cualquier posibilidad de ventaja que pudieras tener. Y aún así no sentías ni un atisbo de hostilidad de su parte... era como si su mente estuviera completamente calma incluso cuando debería estar en alerta.

Lo hiciste bien cruzando el viejo puente, la mayoría opta por las rocas... ¿pero crees ser capaz de escalar el último tramo, forastero? —hizo una pausa, haciendo una ligera mueca con sus labios a modo de sonrisa leve—. El último tramo del Diente es el más peligroso... por el cual podrías incluso llegar a perder tu vida... aquellos que ya somos parte del dojo lo hacemos con los ojos cerrados, pero alguien desconocido... no te prometo tu seguridad.

Se notaba a leguas la arrogancia del muchacho, totalmente diferente a lo que se esperaría de alguien que supuestamente vive recluido en las montañas, lejos de todo lo que podría significar tentaciones mundanas. Concentrándose solamente en el arte de afinar sus habilidades como espadachín. Este joven sin embargo parecía todo lo opuesto... creído, con un ego que era palpable incluso sin ser poseedor de Haki. La sonrisa tan socarrona y confianzuda, la manera en la que parecía incluso estar subestimándote... era como estar viendo a un canalla pavonearse de ser el mejor, cuando aún no había hecho absolutamente nada para comprobar que así fuera.

Quizás sea mejor idea dar la vuelta y volver por donde viniste... Y si no me crees, acompáñame.

Tras decir esto, se dio media vuelta y comenzó a correr a una velocidad vertiginosa... seguirle el paso no te sería difícil si no fuera por la neblina que de nuevo se volvía espesa haciéndote dudar un poco en dónde podías pisar perfectamente. Aunque lentamente esa neblina se fue disipando, descapotándose en un cielo abierto... y el último tramo de aquel pico empinado. Allí, pudiste ver a la perfección a lo que se refería ese muchacho. No había manera segura de escalar, y si intentabas hacerlo probablemente sería una de las tareas más complicadas de toda tu vida.

Te miró de reojo, con una sonrisa confiada de medio labio plasmada en su rostro, estando seguro que al ver esto te darías media vuelta e irías corriendo. Se veía al menos unos cien metros de altura antes de llegar a lo que parecía verse como una saliente, en la que... probablemente, estaría el comienzo a la entrada del dojo.

Vaya mierda de entrada a un lugar así, madre de dios... ¿y si llegabas a subir hasta allá arriba, después... cómo carajos podrías bajar?

Apariencia del joven
#13
Silver D. Syxel
-
Diente Este, Isla DemonTooth
Día 47, Verano del año 724

El eco del agua quedaba atrás cuando, entre la bruma, una figura apareció de la nada. Vestimentas oscuras, postura firme, katana desenvainada y una mirada filosa que intentaba atravesarlo. El capitán se detuvo, apoyando la mano en la empuñadura de su espada, pero sin desenvainarla. No necesitaba más que un vistazo para entender que aquel tipo no era simplemente el guardián del puente. No, este tenía pinta de querer ponerle a prueba.

El silencio entre ambos duró unos instantes hasta que, finalmente, el desconocido habló.

¿Por qué has intentado subir al Diente del Este, forastero?

El pirata arqueó una ceja, dejándose caer levemente sobre un costado. Parecía que comenzaba un interrogatorio. Sus ojos recorrieron la postura del espadachín, observando cómo analizaba cada movimiento suyo con una precisión inquietante. No parecía alguien que actuara sin pensar.

Curiosidad. Algunos dicen que es mal hábito, pero a mí me ha llevado a lugares interesantes. —respondió con su típico tono desenfadado.

El hombre, sin embargo, no pareció muy convencido. Con un leve movimiento de su muñeca, la punta de su katana señaló al capitán.

¿Eres un pirata...?

La pregunta no sorprendió a Syxel. Entre sus ropas, su porte y la forma en la que había llegado hasta allí, no era difícil de deducir. Pero lo que sí captó su interés fue la manera en que el espadachín habló después. Habilidad, autocontrol... ¿Así que lo había estado observando todo este tiempo?

Eso dicen —respondió con una sonrisa. No iba a molestarse en negarlo.

El joven bajó su espada, pero su postura seguía firme.

Lo hiciste bien cruzando el viejo puente, la mayoría opta por las rocas... ¿pero crees ser capaz de escalar el último tramo, forastero?

La sonrisa socarrona de su interlocutor no pasó desapercibida. Arrogante. De esos que hablan como si ya supieran el resultado antes de empezar. Silver ya había conocido a varios así en su vida. Algunos habían demostrado ser buenos, otros... no tanto.

El espadachín se giró de repente.

Quizás sea mejor idea dar la vuelta y volver por donde viniste... Y si no me crees, acompáñame.

Sin esperar respuesta, comenzó a correr, adentrándose en la bruma. Syxel chasqueó la lengua y echó a andar tras él. La niebla dificultaba el camino, pero poco a poco empezó a disiparse, revelando la siguiente prueba.

El pirata se detuvo en seco al ver el último tramo de la montaña. Un acantilado empinado, casi vertical, de al menos cien metros de altura. Sin cuerdas, sin escaleras, sin un maldito camino visible. Solo roca y un cielo despejado en lo alto.

Vaya, no se por qué no me sorprende… —murmuró, sacando su petaca y llevándosela a los labios. Dio un largo trago, dejando que el ardor del licor contrastara con el frío de la montaña.

Guardó la petaca y giró la cabeza hacia su "guía", que lo miraba con aire confiado, como si esperara que se diera la vuelta.

¿Y ahora qué? ¿Esperabas que esto me hiciese cambiar de opinión?

Silver dejó escapar una risa baja y comenzó a caminar hacia la roca.

Vamos allá.



Percepción III
KENB601
KENBUNSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
25/10/2024
9
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidades que realmente tienen. Así como estimar de forma general quién es alguien más fuerte o más débil que él. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +10 [Reflejos].
Área: [VOLx15] metros | +10 [REF]

Resumen
#14
Arthur Soriz
Gramps
El joven te quedó mirando, frunciendo ligeramente el ceño cuando no decidiste dar vuelta atrás. El que hubieras admitido abiertamente que eras un pirata no le gustó para nada, en especial por el hecho de que ya habían tenido problemas anteriormente con estos. Pero... se mantuvo en silencio, ¿por qué? Sus razones tendría. Cuando te quedaste mirando la altura de lo que deberías escalar, una pequeña sonrisa burlona se plasmó en su rostro. Tu "vamos allá" despertó cierto interés, pero más que nada era desdén lo que sentía por ti, en especial ahora que sabía lo que eras... más aún no tus intenciones en ese lugar.

Estás perdiendo el tiempo.

Fue lo único que te dijo, antes de empezar a escalar a una velocidad que sin lugar a dudas era sobrenatural. Cada salto que daba como impulso lo llevaba más metros arriba, hasta el punto en que quedaba muy por encima de ti. Bajó la mirada, mostrando una sonrisa socarrona ya que dudaba mucho que lograses escalar, y si lo hacías... pues probablemente la cosa cambiaría un poco.

Él siguió escalando, aferrándose a lugares que obviamente ya desde tu posición no eras capaz de ver con claridad. Cuando tú comenzaste a escalar, él ya prácticamente estaba terminando de subir, desapareciendo por encima de una saliente que lo más probable significaba la ubicación del dojo. Los primeros diez metros honestamente pasaron muy tranquilos, las rocas eran firmes y no había nada suelto. Claro, que cuanto más ibas ascendiendo más te costaba agarrarte de las pocas salientes que habías, y al ser una piedra mayormente lisa costaba demasiado tener lo que se puede considerar una postura cómoda. Los brazos poco a poco se te cansaban al igual que las piernas.

Pero era gracias a tu haki que podías percibir ligeros patrones en la roca. Fuera por años de gente escalando ese lado del diente, desgaste natural por la fricción entre los dedos y pies de los alumnos y gente que ha intentado escalar como tú lo estás haciendo ahora mismo.

Y después entendiste el patrón. No tenía mucha ciencia, y a pesar de que fueran diferencias milimétricas, hallabas entre las grietas esas marcas que significaba allí se apoyaban más que en otros lugares a la hora de ascender y descender el diente. No te habrá tomado más de unos diez minutos escalar, ya que aún te estabas acostumbrando un poco a lo que era el ritmo, y también no estabas práctico en trepar... no es algo que tuvieras que hacer de manera constante y por tanta distancia.

Pero, al fin llegaste, quedaban pocos metros para llegar a lo que era la misma saliente por la que aquel muchacho también subió. Pusiste una mano, luego la otra... y cuando asomaste tu cabeza por el borde, viste el dojo. Hermoso en su estructura, ancestral en su apariencia. Con jardines zen y lugares para entrenar. Era sorprendente que algo así estuviera tan escondido en el pico de una de las montañas. ¿Cómo habían siquiera subido los materiales hasta aquí? Pero eso poco importaba, porque frente a tus ojos sentiste la presencia de múltiples filos apuntándote a la cara.

Uno de ellos perteneciente al joven engreído. El otro pertenecía a un hombre que se veía mayor... en sus treintas. Después había algunos más pero ya se veían más como adolescentes... aprendices y nada más; iniciados. La mirada del que era más adulto se enterró en ti, sentías que el mayor sentimiento ahora mismo entre los presentes era la desconfianza, el desdén. Eras un pirata, para ellos no debías estar aquí.

Creí que habíamos sido claros... ustedes se quedarían allá a las afueras de Shimotsuki, y no se acercarían a ninguno de los Dientes —dijo el hombre, apretando ligeramente la mandíbula chirriando sus dientes—. ¿Por qué entonces un pirata ha venido hasta aquí? El trato es que se mantuvieran en su asentamiento y alrededores, no se aproximarían a la villa ni a los dojos...

A juzgar por la forma en la que te miraban, estaban dispuestos a cortarte las manos en cuestión de medio segundo si hacías un movimiento en falso. ¿Lo incómodo? Estabas justo al borde de la saliente, apenas apoyado con los pies contra la roca y las manos siendo la única sujeción que podrías considerar 'confiable'. Con tan solo la mirad de tu cara asomando por encima, así que... claramente estabas en desventaja. No eras bienvenido aquí, lo sentías gracias a tu Haki pero también por tus palabras; los piratas no eran bienvenidos aquí.

Apariencia del Adulto
#15
Silver D. Syxel
-
Diente Este, Isla DemonTooth
Día 47, Verano del año 724

Los últimos metros de la escalada habían sido duros. Las rocas se volvían resbaladizas por la humedad, y la falta de agarres naturales hacía que cada movimiento requiriera precisión. Pero finalmente, tras ajustar su postura y aferrarse con ambas manos al borde del saliente, Syxel alzó la cabeza por encima del precipicio y vio lo que había estado buscando.

El dojo se erguía imponente frente a él, una construcción de madera y piedra con un aura ancestral. Jardines zen perfectamente cuidados se extendían a los lados, y más allá se podían ver áreas de entrenamiento al aire libre. Era un santuario de la espada, un lugar donde la disciplina y el arte del combate se habían perfeccionado durante generaciones.

Sin embargo, lo primero que sintió no fue asombro, sino la fría presión de varios filos apuntándole al rostro.

Uno de ellos pertenecía al joven engreído que había encontrado en la base del acantilado, quien ahora lo miraba con una media sonrisa arrogante. Pero no estaba solo. Junto a él, un hombre de apariencia más veterana, con una katana desenvainada y una mirada cargada de desconfianza, le observaba en silencio. A su alrededor, otros aprendices, más jóvenes pero igualmente tensos, también le rodeaban.

Silver permaneció inmóvil, aún colgado del borde de la saliente, con los pies apoyados en la pared rocosa. No estaba en la mejor posición para una charla amistosa.

Creí que habíamos sido claros... ustedes se quedarían allá a las afueras de Shimotsuki, y no se acercarían a ninguno de los Dientes.

El hombre mayor apretó la mandíbula. Su tono denotaba irritación, más que simple sospecha.

¿Por qué entonces un pirata ha venido hasta aquí? El trato es que se mantuvieran en su asentamiento y alrededores, no se aproximarían a la villa ni a los dojos...

Por la forma en que lo miraban, Syxel entendió de inmediato lo que estaba pasando. Lo habían confundido con otra banda. Piratas asentados en la isla que, al parecer, tenían un acuerdo con los locales para no acercarse a ese lugar. La pregunta era… ¿qué clase de piratas eran esos?

El capitán dejó escapar un suspiro y relajó ligeramente su postura, apoyando mejor sus pies en la roca. No hizo ningún movimiento brusco, sabiendo que, en su posición, un malentendido podía costarle caro.

Interesante recibimiento —comentó con calma, mirando de reojo el filo de la katana a pocos centímetros de su rostro—. Pero me temo que os equivocáis de persona.

Levantó levemente una ceja, sin perder su actitud desenfadada.

No se de quiénes habláis, ni me interesa.

Sus ojos se fijaron en el hombre mayor, que parecía ser la figura de autoridad en aquel grupo. Su tono se tornó más serio, sin perder la confianza.

Pero no estoy aquí como pirata.

Hizo una leve pausa, permitiendo que sus palabras calaran antes de continuar.

Estoy aquí como espadachín. Solo busco ponerme a prueba a mi y a mi espada.

El filo de la katana no se apartó, pero notó un leve cambio en el ambiente. La tensión seguía presente, pero las miradas de los aprendices ya no parecían reflejar solo hostilidad, sino también cierta curiosidad.

He viajado más de lo que la mayoría podría llegar a imaginar, he cruzado mares y desafiado a muchos con mi acero. Y cuando escuché hablar sobre este dojo… supe que tenía que visitarlo.

Ladeó levemente la cabeza, esbozando una sonrisa.

Sería una lástima que me cortaseis la cabeza antes de ver si realmente valía la pena.

Dicho esto, aguardó la reacción de los presentes. No tenía intención de retroceder, y esperaba que ellos tampoco fueran tan cerrados como para negarle la oportunidad de probarse a sí mismo.



Percepción III
KENB601
KENBUNSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
25/10/2024
9
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidades que realmente tienen. Así como estimar de forma general quién es alguien más fuerte o más débil que él. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +10 [Reflejos].
Área: [VOLx15] metros | +10 [REF]

Resumen

Información adicional
#16
Arthur Soriz
Gramps
El mayor miró de reojo al joven que anteriormente te había hablado con tanta superioridad. Parecía algo decepcionado a la par de enojado. Si bien tampoco es que le agradara la idea de que fueras un pirata, nada podía hacer si no estabas afiliado a los que ya de por si estaban en Demontooth. Envainó su katana y estiró uno de sus brazos agarrándote de la muñeca y jalando con fuerza llegando así a subirte sin esfuerzo alguno. Tampoco es que necesitaras demasiada asistencia, tan solo que te quitaran los filos de la cara y ya podrías subir por tu cuenta. Una vez ya más seguro en suelo firme, te miró de pies a cabeza cruzado de brazos, para luego mirar de reojo al resto de sus alumnos y hacer un ademán con la cabeza como para que se retiraran.

Cuando empezaron a hacerlo todos, el mayor detuvo al que te habló en un principio allá abajo.

Tú no, tú te quedas aquí. —dijo en un tono que se notaba le estaba dando una reprimenda. — Me dijiste que era un pirata, me aseguraste incluso que era de los que están a las afueras de Shimotsuki, ¿me quieres explicar entonces por qué me está diciendo que no lo es y que de paso ha recorrido varias islas? Esta gente lo único que hace es quedarse en su asentamiento.

El joven se encogió de hombros ligeramente, se le notaba tenso pero esa más que nada porque le estaban diciendo algo que no le agradaba escuchar. Haberse equivocado por su exceso de confianza era algo de lo que ya le habían hablado; no tenías forma aún así de saberlo tú.

Me habré confundido con alguien más, además... ¿por qué está aquí? Si no estás aceptando alumnos nuevos.
¡PORQUE NO VIENEN ALUMNOS NUEVOS! —vociferó, dándole un cachetazo en la nuca que casi hace se tambaleé para adelante y caiga por el precipicio. Tuvo que caer de rodillas y apoyar las manos en el suelo para no terminar cayendo al abismo. El mayor gruñó un poco, intentando calmarse un poco ya que estaba harto de que este muchacho se dejase guiar tanto por sus emociones y sobre todas las cosas su orgullo. — Ve adentro, prefiero hablar yo con este nuevo.
Pero-
Pero nada, Yui... adentro, ahora.

Ahora sabías su nombre, Yui ... este rechistó levantándose, te dedicó una última mirada de soslayo y se retiró con el resto de alumnos. Tras esto, el mayor se acomodó un poco la gabardina y te miró a los ojos como si estuviera buscando algún quiebre de temple, algún indicio de duda. Pero si habías llegado tan lejos por tu cuenta, honestamente tampoco es que tuviera razones para rechazar que fueras aunque sea hacerte una prueba.

Me llamo Renjiro Hasegawa, soy el maestro de este dojo —extendió su mano, ofreciéndola para estrecharla contigo. Independiente de lo que hicieras, seguiría hablando—. A quien conociste antes es uno de mis alumnos... Yui Suzuki, por lo que me contó... más allá de ser un pirata, es que llegaste hasta aquí por tu cuenta, y de paso decidiste perdonarle la vida a los tigres... te agradezco por eso.

Sus palabras sonaban honestas, y su mirada si bien era severa también demostraba cierta tranquilidad. Años de práctica en el arte de la espada lo habían forjado como el hombre que era ahora. Además, alguna vez también fue joven como tú así que comprendía a la perfección ese ímpetu que pudieras tener con tal de llegar al dojo, ese espíritu ferviente de alcanzar tus metas. Dio un cuarto de vuelta, mirándote de soslayo y se dispuso a caminar en dirección a un pequeño edificio al lado del dojo principal, invitándote a seguirlo con un simple ademán de su cabeza.

Al entrar, podrías ver una mesa en medio, y unos cuantos muebles. De uno de ellos sacó dos platillos de sake y una botella de este. Se sentó en seiza y destapó la botella, sirviendo en cada platillo un poco de sake, ofreciéndote a que tomaras uno de ellos.

Pues bien... 'forastero', puedes comenzar diciéndome tu nombre.
#17
Silver D. Syxel
-
Diente Este, Isla DemonTooth
Día 47, Verano del año 724

Las espadas seguían apuntándole al rostro cuando el hombre mayor miró de reojo al joven engreído. Algo en su expresión cambió. No era solo desconfianza, sino una mezcla de decepción y fastidio. Un instante después, envainó su katana y estiró el brazo, agarrando con fuerza la muñeca del pirata para ayudarlo a subir. Silver no necesitaba asistencia, pero tampoco puso objeción. Bastaba con que le quitaran los filos de la cara.

Ya de pie sobre suelo firme, Syxel sacudió un poco el polvo de su chaqueta y miró alrededor. La tensión seguía flotando en el aire, pero el maestro del dojo hizo un gesto con la cabeza y los aprendices comenzaron a retirarse… todos, excepto uno.

Tú no, tú te quedas aquí.

La voz de Renjiro sonó con la firmeza de alguien acostumbrado a ser obedecido. El joven se tensó visiblemente, pero se quedó en su sitio.

Me dijiste que era un pirata, me aseguraste incluso que era de los que están a las afueras de Shimotsuki, ¿me quieres explicar entonces por qué me está diciendo que no lo es y que de paso ha recorrido varias islas? Esta gente lo único que hace es quedarse en su asentamiento.

El aprendiz se encogió de hombros, claramente incómodo.

Me habré confundido con alguien más, además... ¿por qué está aquí? Si no estás aceptando alumnos nuevos.

Renjiro endureció la mirada.

¡PORQUE NO VIENEN ALUMNOS NUEVOS!

El grito resonó en el aire justo antes de que su mano se estrellara contra la nuca del chico con un sonoro golpe. Yui se tambaleó hacia adelante, estuvo a punto de caer por la saliente, solo evitando el desastre al caer de rodillas, apoyando las manos en el suelo.

Ve adentro, prefiero hablar yo con este nuevo.

Pero...

Pero nada, Yui... adentro, ahora.

El aprendiz se levantó con una mueca de frustración y, tras dedicarle a Silver una última mirada de soslayo, desapareció en el dojo.

El pirata, divertido por la escena, se cruzó de brazos y observó a Renjiro, quien ahora lo analizaba con detenimiento. No parecía ser la mirada de alguien que buscase intimidar, sino la de un hombre evaluando hasta el más mínimo detalle.

Me llamo Renjiro Hasegawa, soy el maestro de este dojo.

Syxel ladeó la cabeza con interés cuando el espadachín le ofreció la mano. La estrechó sin dudar. Pero antes de que pudiese responder a su presentación, Renjiro asintió levemente y continuó hablando.

A quien conociste antes es uno de mis alumnos... Yui Suzuki, por lo que me contó... más allá de ser un pirata, es que llegaste hasta aquí por tu cuenta, y de paso decidiste perdonarle la vida a los tigres... te agradezco por eso.

El capitán asintió de nuevo. Las palabras del maestro sonaban sinceras. Su expresión, aunque severa, mostraba cierto reconocimiento. Quizás no estaba convencido del todo, pero al menos no parecía dispuesto a rechazarlo sin más. Dando media vuelta, Renjiro comenzó a caminar hacia un edificio anexo al dojo. Silver lo siguió con paso tranquilo, echando un último vistazo a los alrededores. No había duda de que estaba en un lugar especial.

Al entrar, encontró una sala sencilla pero ordenada. En el centro, una mesa baja y algunos muebles. Renjiro sacó una botella de sake y dos platillos, sirviendo un poco en cada uno antes de empujar uno hacia Syxel. El pirata tomó asiento frente a él, recogió el platillo y lo alzó con una leve inclinación de cabeza antes de beberlo de un solo trago. El licor ardió en su garganta de forma agradable, disipando el frío acumulado.

Pues bien... "forastero", puedes comenzar diciéndome tu nombre.

Silver dejó el platillo sobre la mesa con una sonrisa.

Syxel. Capitán Silver D. Syxel —se presentó finalmente, apoyando los codos sobre las rodillas e inclinándose ligeramente hacia adelante mientras permanecía atento a lo que el maestro tuviese que decir.



Percepción III
KENB601
KENBUNSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
25/10/2024
9
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidades que realmente tienen. Así como estimar de forma general quién es alguien más fuerte o más débil que él. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +10 [Reflejos].
Área: [VOLx15] metros | +10 [REF]

Resumen
#18
Arthur Soriz
Gramps
Creyó por un momento que te ibas a explayar un poco más, tal vez incluso llegar a decir tus intenciones en este dojo... pero al notar que simplemente decías tu nombre sin más, se cruzó de brazos tras beberse el sake de un solo buche. Suspiró, no por cansancio o molestia sino más bien para sacarse el ligero ardor de su garganta, antes de disponerse a hablar.

Bueno, no queda duda de que eres un pirata si te haces llamar "Capitán"... pero honestamente, no había escuchado hablar de ti en mi vida —dijo en un principio Renjiro—. También, no hemos salido de esta isla en mucho tiempo, así que tampoco es que me importe mucho lo que sucede fuera de esta.

Sonaba honesto, quizás demasiado tosco a la hora de decir las cosas pero con una calma absoluta. Como si su edad ya le hubiera permitido a lo largo de los años aban donar todo atisbo de orgullo y ego, reemplazándolo por las cicatrices de la experiencia. A diferencia de su alumno que aún parecía tener esa llama ardiendo por dentro de la juventud, y por ende siendo un cabezón apresurado a las cosas, excesivamente emocional.

Se acomodó un poco en su postura, más erguido mientras servía otra ronda más de sake en cada platillo, llevándose el suyo a la boca y bebiéndolo antes de continuar hablándote.

¿Qué pretendes, Syxel? Porque superaste el peligro que es llegar hasta aquí, pero espero que sepas eso no fue todo —mencionó, mirándote a los ojos con una seriedad absoluta—. Si tu idea es venir, aprender nuestros secretos e irte... pues estás perdiendo el tiempo, muchacho. —agregó a sus palabras anteriores.

Estaba hablando bastante en serio, no sería la primera vez que un extranjero llegaba hasta DemonTooth con ganas de subir a alguno de sus dientes, hacerse el interesado con tal de aprender alguna que otra técnica o mejorar en sus habilidades y luego irse sin más. Era más que claro que debías ganarte aunque fuera la confianza de esta gente, no tan solo utilizarla para beneficio propio y ya está.

Aún así, si de verdad quieres estar en este dojo y aprender de mi... pues tendrás que decirles un "Hasta luego" a tu banda pirata, porque no los verás por un tiempo.

Lo que decía era hasta esperable. El entrenamiento no sería moco de pavo, no sería pan comido como cualquier otro amateur podría pensar que sería. Si bien habías superado y con creces una de las primeras pruebas para demostrar que eras digno de estar aquí, todo dependía de cual fuera tu decisión... ¿estabas dispuesto a abandonar a tu grupo, dejarlos atrás por un tiempo con tal de mejorar, de aprender, de volverte más fuerte? ¿Cuánto tiempo acaso sería necesario? El tiempo apremia, y quizás este no te sobraba tanto como gustarías.

Tras hacerte esa pregunta, Renjiro sirvió otra ronda más de sake. Su rostro inmutable, no parecía que el alcohol le estuviera afectando en absoluto, probablemente años y años de entrenamiento... o simplemente su hígado funcionaba muy bien.
#19
Silver D. Syxel
-
Diente Este, Isla DemonTooth
Día 47, Verano del año 724

El silencio se instaló en la sala tras su presentación. Syxel dejó su platillo de sake sobre la mesa con un movimiento controlado, sin apartar la mirada de Renjiro. Había preferido esperar a que el maestro del dojo fuese quien iniciara la conversación en serio, midiendo sus palabras antes de hablar más de la cuenta. Pero no pasó desapercibido el breve suspiro del hombre, como si hubiese esperado algo más de él.

El capitán mantuvo su expresión relajada mientras el maestro cruzaba los brazos, observándolo con un aire de evaluación que no dejaba lugar a dudas: estaba midiendo cada una de sus acciones, su actitud, quizás incluso su temple. Finalmente, el hombre rompió el silencio con un tono firme y directo.

Bueno, no queda duda de que eres un pirata si te haces llamar "Capitán"... pero honestamente, no había escuchado hablar de ti en mi vida.

Silver arqueó una ceja con fingida sorpresa, apoyando un codo sobre la mesa y llevándose una mano al pecho con un gesto exagerado de falsa ofensa.

Vaya… eso duele —sacudió la cabeza en un gesto dramático, dejando escapar un suspiro teatral—. Con todo el esfuerzo que he puesto en dejar una buena impresión..

También, no hemos salido de esta isla en mucho tiempo, así que tampoco es que me importe mucho lo que sucede fuera de esta.

Syxel dejó caer la mano sobre la mesa con un suave golpeteo, asintiendo levemente con la cabeza.

Touché. Pero no te preocupes, mi renombre no tardará en llegar incluso a un lugar tan retirado como este.

El dojo era un mundo en sí mismo, un santuario apartado del caos de los mares. No le extrañaba que el maestro de un lugar como ese no estuviera al tanto de los nombres que surcaban las aguas en busca de gloria o fortuna. Pero estaba convencido de que el suyo no pasaría como uno más de esos nombres. O más bien, estaba decidido a ello.

Renjiro enderezó su postura y sirvió otra ronda de sake. El líquido se deslizó con un sonido suave en los platillos de cerámica antes de que el hombre tomara el suyo y bebiera con calma, sin apartar la mirada del pirata.

¿Qué pretendes, Syxel? Porque superaste el peligro que es llegar hasta aquí, pero espero que sepas eso no fue todo.

El tono de su voz se endureció ligeramente.

Si tu idea es venir, aprender nuestros secretos e irte... pues estás perdiendo el tiempo, muchacho.

El pirata sostuvo la mirada del maestro sin vacilar, sintiendo el peso de sus palabras. No era la primera vez que encontraba desconfianza en un sitio nuevo, ni sería la última. Apoyó ambas manos sobre sus rodillas y se inclinó un poco hacia adelante.

No he venido a robar secretos ni a aprender vuestros estilos —su voz, aunque relajada, llevaba una firmeza poco usual en él—. He venido a probarme a mí mismo. Nada más.

Inclinó levemente la cabeza, manteniendo la mirada fija en el maestro, esperando captar cualquier atisbo de reacción en su expresión.

Lo que quiero es ver si estoy a la altura de este lugar. Si no lo estoy, entonces sabré lo que debo mejorar. Y si lo estoy… bueno, será divertido comprobarlo.

El silencio se prolongó un instante más. Renjiro lo observó en calma, como si tratara de descifrar si sus palabras eran genuinas o si había algún otro propósito detrás de ellas. Finalmente, sirvió una nueva ronda de sake, aunque esta vez no bebió de inmediato.

Aún así, si de verdad quieres estar en este dojo y aprender de mi... pues tendrás que decirles un "Hasta luego" a tu banda pirata, porque no los verás por un tiempo.

Silver tomó su platillo y lo giró entre sus dedos con tranquilidad. No le sorprendía la condición. Un entrenamiento serio requería dedicación absoluta, y él no tenía problema con eso. Dio un trago pausado antes de apoyar el platillo sobre la mesa con un leve golpe.

No tengo prisa.

Ladeó la cabeza con una sonrisa confiada. Había tomado una decisión. Sin dudas, sin vacilaciones.



Percepción III
KENB601
KENBUNSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
25/10/2024
9
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidades que realmente tienen. Así como estimar de forma general quién es alguien más fuerte o más débil que él. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +10 [Reflejos].
Área: [VOLx15] metros | +10 [REF]

Resumen
#20


Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 4 invitado(s)