Octojin
El terror blanco
Hace 2 horas
El silencio que queda tras tus palabras es tan denso que parece llenar cada rincón de la sala. Porter se queda inmóvil, con los ojos fijos en los planos frente a él, pero su mente claramente está a kilómetros de distancia, quizá rebobinando en el momento en el que decidió poner todo esto en marcha. Porque sí, has conseguido que se replantee abortar la operación. Por un instante, parece intentar procesar lo que le has dicho, sus manos se tensan sobre la mesa y su mandíbula se aprieta. No obstante, cuando levanta la mirada para responderte, te has ido, dejando tras de ti un aire de misterio y una sala llena de tensión.
Porter abre la boca como si fuera a decir algo, pero la cierra de nuevo, frustrado. Sus ojos se clavan en los papeles con una mezcla de duda y determinación, como si estuviera luchando contra un enemigo invisible en su mente. Desde fuera parece querer dar un puñetazo sobre la mesa y reventarla en mil pedazos, rajar los planos y tirar todo su trabajo al traste. Pero no, respira un par de veces e intenta mantener la calma. Sin lugar a dudas, tus palabras han calado hondo, desestabilizando su aparente confianza en el plan. A solas, con el eco de tus comentarios resonando en su cabeza, Porter se hunde en sus pensamientos, repasando una y otra vez cada detalle del golpe. Intenta encontrar más momentos confusos, escenarios no pensados e incluso traza en su cabeza un plan de fuga alternativo al que ya tiene en mente. Creo que alguien no dormirá en toda la noche.
Tú, mientras tanto, sales del edificio con un aire de satisfacción que pocos podrían igualar. Has sido sincero, algo que te pidió el propio cuerpo y seguramente también tu mente. La ciudad está viva, vibrante incluso en las horas más tranquilas del día. Vodka Shore nunca descansa; es un lugar donde el tiempo parece detenerse, y la opulencia se muestra sin vergüenza. Decides aprovechar estas horas libres, un tiempo perfecto para recuperar fuerzas y disfrutar de los placeres que ofrece este paraíso.
Para serte sincero tienes demasiadas posibilidades. Quizá decidas comentar con una comida ligera en el hotel. El menú es extenso y está diseñado para satisfacer incluso los paladares más exigentes, algo que tu, por supuesto, apreciarás en todo su esplendor. También tienes una multitud enorme de vinos, un repertorio que satisfacería al más exigente enófilo.
Por otra parte, podrías dar un paseo. Las calles están llenas de vida, con turistas bien vestidos paseando por las tiendas de lujo, apostando grandes sumas en los casinos o simplemente disfrutando de la playa. Todo este espectáculo me da a entender por qué amas este tipo de escenarios: son una mezcla perfecta de caos y glamour, un lienzo en blanco para que alguien como tú lo llene con su particular estilo. Qué pena no poder vender luego ese lienzo. O quizá sí que puedas...
En cualquier caso, es evidente que tus palabras han dejado una marca en Porter, y aunque él es fuerte, incluso el hombre más sólido puede tambalearse si se le da el empujón adecuado. Quizá es momento para reflexionar sobre lo que has dicho y la oportunidad que representa este golpe. ¿Es esta tu oportunidad de dejar una marca más profunda? ¿De transformar un simple atraco en un espectáculo inolvidable? Algo me dice que en tu mente es así, lo que no sé es cómo encajará esto en la de Porter o el resto de los integrantes del golpe.
Es el momento del golpe. La sala donde habíais quedado ya está llena de actividad cuando llegues, si es que decides finalmente ir. Como antes, serías el último en llegar, pero siendo el comodín, no creo que te digan nada. El actor principal de un reparto se puede permitir esta serie de lujos, ¿no? Porter, Tyren, Jeneva y Mek se preparan meticulosamente. Sus expresiones son serias, cada uno concentrado en su tarea, la cual en el global, será igual de importante que el resto. Al menos sobre el papel. Porter parece más centrado que antes, aunque notas un leve rastro de nerviosismo en sus movimientos. Quizá aún está procesando tus comentarios del día anterior.
Vuestra coartada es tirar de un carromato e ir repartiendo sacos a los restaurantes cercanos. Al llegar a la entrada del casino, todo ocurre rápido. Mek, el luchador, carga un saco de frutas hacia un puesto cercano, mientras tú y el resto esperáis junto al carromato. Es solo una fachada, pero lo suficientemente convincente para evitar levantar sospechas. Entonces, ocurre. Los Den Den Mushi de monitoreo cierran sus ojos, y sabes que el plan está en marcha.
Las cámaras se apagan, y con ellas, la sensación de calma. Tienes exactamente un minuto y veinte segundos antes de que la señal sea restaurada, tal y como contaron al inicio del plan. Otto da la orden con un gesto decidido, y todos corren hacia la puerta del casino. La pregunta ahora es: ¿te unes al espectáculo o eliges tu propio camino?
Esta es la primera nota de lo que promete ser una sinfonía caótica. Y tú, Mayura Pavone, decides cómo tocarla.
Porter abre la boca como si fuera a decir algo, pero la cierra de nuevo, frustrado. Sus ojos se clavan en los papeles con una mezcla de duda y determinación, como si estuviera luchando contra un enemigo invisible en su mente. Desde fuera parece querer dar un puñetazo sobre la mesa y reventarla en mil pedazos, rajar los planos y tirar todo su trabajo al traste. Pero no, respira un par de veces e intenta mantener la calma. Sin lugar a dudas, tus palabras han calado hondo, desestabilizando su aparente confianza en el plan. A solas, con el eco de tus comentarios resonando en su cabeza, Porter se hunde en sus pensamientos, repasando una y otra vez cada detalle del golpe. Intenta encontrar más momentos confusos, escenarios no pensados e incluso traza en su cabeza un plan de fuga alternativo al que ya tiene en mente. Creo que alguien no dormirá en toda la noche.
Tú, mientras tanto, sales del edificio con un aire de satisfacción que pocos podrían igualar. Has sido sincero, algo que te pidió el propio cuerpo y seguramente también tu mente. La ciudad está viva, vibrante incluso en las horas más tranquilas del día. Vodka Shore nunca descansa; es un lugar donde el tiempo parece detenerse, y la opulencia se muestra sin vergüenza. Decides aprovechar estas horas libres, un tiempo perfecto para recuperar fuerzas y disfrutar de los placeres que ofrece este paraíso.
Para serte sincero tienes demasiadas posibilidades. Quizá decidas comentar con una comida ligera en el hotel. El menú es extenso y está diseñado para satisfacer incluso los paladares más exigentes, algo que tu, por supuesto, apreciarás en todo su esplendor. También tienes una multitud enorme de vinos, un repertorio que satisfacería al más exigente enófilo.
Por otra parte, podrías dar un paseo. Las calles están llenas de vida, con turistas bien vestidos paseando por las tiendas de lujo, apostando grandes sumas en los casinos o simplemente disfrutando de la playa. Todo este espectáculo me da a entender por qué amas este tipo de escenarios: son una mezcla perfecta de caos y glamour, un lienzo en blanco para que alguien como tú lo llene con su particular estilo. Qué pena no poder vender luego ese lienzo. O quizá sí que puedas...
En cualquier caso, es evidente que tus palabras han dejado una marca en Porter, y aunque él es fuerte, incluso el hombre más sólido puede tambalearse si se le da el empujón adecuado. Quizá es momento para reflexionar sobre lo que has dicho y la oportunidad que representa este golpe. ¿Es esta tu oportunidad de dejar una marca más profunda? ¿De transformar un simple atraco en un espectáculo inolvidable? Algo me dice que en tu mente es así, lo que no sé es cómo encajará esto en la de Porter o el resto de los integrantes del golpe.
Es el momento del golpe. La sala donde habíais quedado ya está llena de actividad cuando llegues, si es que decides finalmente ir. Como antes, serías el último en llegar, pero siendo el comodín, no creo que te digan nada. El actor principal de un reparto se puede permitir esta serie de lujos, ¿no? Porter, Tyren, Jeneva y Mek se preparan meticulosamente. Sus expresiones son serias, cada uno concentrado en su tarea, la cual en el global, será igual de importante que el resto. Al menos sobre el papel. Porter parece más centrado que antes, aunque notas un leve rastro de nerviosismo en sus movimientos. Quizá aún está procesando tus comentarios del día anterior.
Vuestra coartada es tirar de un carromato e ir repartiendo sacos a los restaurantes cercanos. Al llegar a la entrada del casino, todo ocurre rápido. Mek, el luchador, carga un saco de frutas hacia un puesto cercano, mientras tú y el resto esperáis junto al carromato. Es solo una fachada, pero lo suficientemente convincente para evitar levantar sospechas. Entonces, ocurre. Los Den Den Mushi de monitoreo cierran sus ojos, y sabes que el plan está en marcha.
Las cámaras se apagan, y con ellas, la sensación de calma. Tienes exactamente un minuto y veinte segundos antes de que la señal sea restaurada, tal y como contaron al inicio del plan. Otto da la orden con un gesto decidido, y todos corren hacia la puerta del casino. La pregunta ahora es: ¿te unes al espectáculo o eliges tu propio camino?
Esta es la primera nota de lo que promete ser una sinfonía caótica. Y tú, Mayura Pavone, decides cómo tocarla.