Iris
La bala blanca
15-11-2024, 09:30 PM
La mano de Iris se poso en la mesa cuando Daryl rechazó su gesto de acercarse a él. Se fijó entonces en que no tenía cara de buenos amigos y que parecía querer estar en cualquier lado menos allí. La verdad es que la tensión se podía cortar con un cuchillo y para hacerlo peor Angelo se había encaprichado con ellos, bueno técnicamente de la pelirosa que le acababa de preguntar si eran pareja. No le daba muy buena espina, tenia ojos de desquiciada pero Iris había aprendido a no juzgar un libro por su portada quizás era una persona maravillosa, lo que si estaba claro es que no se parecía en nada a las chavalas con las que su "hermano de la calle" solía coquetear.
En cambio el tercer miembro de aquel diverso grupo si que le había llamado la atención, de lejos no se había fijado bien pero tenía aún manchas de sangre probablemente de la pelea que les había dado la oportunidad para colarse. Sacándose un pañuelo, de dios sabe donde, y se lo ofreció señalando con la mirada aquellas machas.
— Por si quieres limpiarte— Dijo con una leve sonrisa.
«Éramos pocos y pario la abuela» Pensó Iris cuando apareció un tipo con sombrero —¿Qué mierda de etiqueta había en ese casino?— que lo único que había hecho era aumentar la ludopatía de su amigo. Genial. No tenía pinta de que se fueran a separar de aquel grupo así que lo mínimo que podía hacer la peliblanca era aliviar el ambiente que por segundos se iba caldeando. Y que mejor para eso que el alcohol y una buena comida. Iris se separó un poco de aquel grupito hasta que encontró a una camarera que llevaba las bandejas con nerviosismo y miraba hacía todos lados, genial, la nueva.
—Disculpa, ¿podrías llevar a aquella mesa dos botellas del mejor vino, Whisky y ron que tengas? Ah y un par de botellas de cola.
—Cla-claro que si señorita— Respondió mientras se apresuraba a sacar un bloc de notas— ¿Algo más?
—Si, unas bravas
—No hay bravas...
¿Cómo? ¿Que había dicho la petarda esa?
— ¿Tortilla de patatas?— La camarera negó con la cabeza— ¿Rabas? ¿Chocos? ¿Callos? ¿Oreja? ¿Jamón? ¿Canapés...?
La retahíla de platos típicos de bares de Jaya siguió hasta que la chica asintió cuando pronunció aquella ultima palabra. En fin Iris le pidió tres paltos de canapés y se fue diciéndole que le pagaba al salir. Obviamente no lo iba a hacer pero eso no lo tenían que saber sus nuevos compañeros. Cuando llego a la mesa el ambiente se estaba caldeando entre Angelo y el grandullón.
—Ey, chicos —Comentó metiéndose entre medias de los dos — ¿Por qué no hablamos con el estomago lleno? Ah! mira ahí viene, os invitamos nosotros.
Justó llego la camarera con todo lo que había pedido y cogiendo un vaso de refresco lo llenó hasta tres cuartos de su capacidad de vino y el resto lo mezcló con cola. Bebiendo de la pajita de su calimocho se sentó en una silla. Iba a ser una noche entretenida.
En cambio el tercer miembro de aquel diverso grupo si que le había llamado la atención, de lejos no se había fijado bien pero tenía aún manchas de sangre probablemente de la pelea que les había dado la oportunidad para colarse. Sacándose un pañuelo, de dios sabe donde, y se lo ofreció señalando con la mirada aquellas machas.
— Por si quieres limpiarte— Dijo con una leve sonrisa.
«Éramos pocos y pario la abuela» Pensó Iris cuando apareció un tipo con sombrero —¿Qué mierda de etiqueta había en ese casino?— que lo único que había hecho era aumentar la ludopatía de su amigo. Genial. No tenía pinta de que se fueran a separar de aquel grupo así que lo mínimo que podía hacer la peliblanca era aliviar el ambiente que por segundos se iba caldeando. Y que mejor para eso que el alcohol y una buena comida. Iris se separó un poco de aquel grupito hasta que encontró a una camarera que llevaba las bandejas con nerviosismo y miraba hacía todos lados, genial, la nueva.
—Disculpa, ¿podrías llevar a aquella mesa dos botellas del mejor vino, Whisky y ron que tengas? Ah y un par de botellas de cola.
—Cla-claro que si señorita— Respondió mientras se apresuraba a sacar un bloc de notas— ¿Algo más?
—Si, unas bravas
—No hay bravas...
¿Cómo? ¿Que había dicho la petarda esa?
— ¿Tortilla de patatas?— La camarera negó con la cabeza— ¿Rabas? ¿Chocos? ¿Callos? ¿Oreja? ¿Jamón? ¿Canapés...?
La retahíla de platos típicos de bares de Jaya siguió hasta que la chica asintió cuando pronunció aquella ultima palabra. En fin Iris le pidió tres paltos de canapés y se fue diciéndole que le pagaba al salir. Obviamente no lo iba a hacer pero eso no lo tenían que saber sus nuevos compañeros. Cuando llego a la mesa el ambiente se estaba caldeando entre Angelo y el grandullón.
—Ey, chicos —Comentó metiéndose entre medias de los dos — ¿Por qué no hablamos con el estomago lleno? Ah! mira ahí viene, os invitamos nosotros.
Justó llego la camarera con todo lo que había pedido y cogiendo un vaso de refresco lo llenó hasta tres cuartos de su capacidad de vino y el resto lo mezcló con cola. Bebiendo de la pajita de su calimocho se sentó en una silla. Iba a ser una noche entretenida.