Donatella Pavone
La Garra de Pavone
08-12-2024, 12:27 AM
El Den Den Mushi en tu mano había transmitido un breve pero revelador fragmento de información. Dos voces al otro lado de la línea discutían acaloradamente, una insistía en abandonar la operación de inmediato mientras la otra dudaba, aparentemente queriendo proteger algo dentro del almacén. Sin embargo, antes de que la conversación llegara a algo concreto, el Den Den Mushi quedó en silencio, interrumpido por un súbito clic que marcó el fin de la comunicación.
Dentro del almacén, el silencio era abrumador. Mario y tú avanzaron con cautela, cubriendo sus respectivos flancos. La escena que encontraron fue sorprendente: las estanterías estaban organizadas meticulosamente, con cajas apiladas de forma casi impecable. No había rastros de movimiento reciente ni indicios de que alguien hubiera estado allí en las últimas horas. Era como si el lugar hubiera sido abandonado mucho antes de su llegada, un escenario perfectamente preparado para despistar a cualquier intruso.
Sin embargo, tu instinto te decía que algo no cuadraba. Si decidías podías recorrer el espacio, aun fuera solo con la mirada, buscando cualquier señal que indicara lo contrario. Pero aun si no lo hicieras, Mario notaria algo extraño: marcas ligeras en el suelo cerca de una pared en el fondo del almacén. Al acercarte, te podrás dar cuenta de que el polvo había sido desplazado recientemente, y un leve rastro de tierra suelta bordeaba la base de la pared. Una inspección más detallada reveló una puerta oculta que daba a un pasaje angosto. Los responsables habían escapado por ahí, dejando el almacén impecable para cubrir sus huellas.
Mientras tanto, afuera, Juan informó que había dejado ir al hombre de la chaqueta roja tras confirmar que no estaba relacionado con los extorsionistas. Los refuerzos del G-23 llegaron poco después, un grupo de marines que, aunque no numeroso, era suficiente para asegurar la zona y encargarse de los prisioneros. Los tres hombres capturados: Recoome el barbudo corpulento, Jeice el lánguido y Burter el dormilón, fueron esposados y transportados con seguridad. Aunque los principales responsables habían escapado, habías logrado un importante avance, la captura de la seguridad del almacén. Tres miembros adicionales del grupo ya estaban bajo la custodia de la marina gracias a ti, y con los interrogatorios podrías acercarte más a desmantelar la red de extorsión.
El oficial a cargo de los refuerzos se acercó a ti, asintiendo con una mezcla de respeto y reconocimiento. — Buen trabajo, Soriz. Tres menos en las calles y más pistas para seguir. Esto no termina aquí, pero sin duda es un paso en la dirección correcta. — Dijo antes de ordenar a su equipo que asegurara el perímetro y recogiera cualquier evidencia restante.
El sol ya estaba alto cuando finalmente pudiste permitirte un momento para respirar. Aunque el enfrentamiento en el almacén no había resultado en la captura de todos los responsables, sabías que cada pequeño paso contaba. Con los nuevos prisioneros en custodia, la red comenzaba a mostrar sus costuras, y no pasaría mucho tiempo antes de que lograran desmantelarla por completo.
Tu misión en el puerto había concluido, pero las verdaderas respuestas aún estaban por descubrirse. Por ahora, permítete un respiro, puedes explorar la zona, buscar pistas, tratar de seguir el rastro perdido de los sujetos que se encontraban en el almacén o simplemente irte a descansar, era libre, habías cumplido con tu labor por hoy y no habían durado mas de una hora en todo este proceso.
Dentro del almacén, el silencio era abrumador. Mario y tú avanzaron con cautela, cubriendo sus respectivos flancos. La escena que encontraron fue sorprendente: las estanterías estaban organizadas meticulosamente, con cajas apiladas de forma casi impecable. No había rastros de movimiento reciente ni indicios de que alguien hubiera estado allí en las últimas horas. Era como si el lugar hubiera sido abandonado mucho antes de su llegada, un escenario perfectamente preparado para despistar a cualquier intruso.
Sin embargo, tu instinto te decía que algo no cuadraba. Si decidías podías recorrer el espacio, aun fuera solo con la mirada, buscando cualquier señal que indicara lo contrario. Pero aun si no lo hicieras, Mario notaria algo extraño: marcas ligeras en el suelo cerca de una pared en el fondo del almacén. Al acercarte, te podrás dar cuenta de que el polvo había sido desplazado recientemente, y un leve rastro de tierra suelta bordeaba la base de la pared. Una inspección más detallada reveló una puerta oculta que daba a un pasaje angosto. Los responsables habían escapado por ahí, dejando el almacén impecable para cubrir sus huellas.
Mientras tanto, afuera, Juan informó que había dejado ir al hombre de la chaqueta roja tras confirmar que no estaba relacionado con los extorsionistas. Los refuerzos del G-23 llegaron poco después, un grupo de marines que, aunque no numeroso, era suficiente para asegurar la zona y encargarse de los prisioneros. Los tres hombres capturados: Recoome el barbudo corpulento, Jeice el lánguido y Burter el dormilón, fueron esposados y transportados con seguridad. Aunque los principales responsables habían escapado, habías logrado un importante avance, la captura de la seguridad del almacén. Tres miembros adicionales del grupo ya estaban bajo la custodia de la marina gracias a ti, y con los interrogatorios podrías acercarte más a desmantelar la red de extorsión.
El oficial a cargo de los refuerzos se acercó a ti, asintiendo con una mezcla de respeto y reconocimiento. — Buen trabajo, Soriz. Tres menos en las calles y más pistas para seguir. Esto no termina aquí, pero sin duda es un paso en la dirección correcta. — Dijo antes de ordenar a su equipo que asegurara el perímetro y recogiera cualquier evidencia restante.
El sol ya estaba alto cuando finalmente pudiste permitirte un momento para respirar. Aunque el enfrentamiento en el almacén no había resultado en la captura de todos los responsables, sabías que cada pequeño paso contaba. Con los nuevos prisioneros en custodia, la red comenzaba a mostrar sus costuras, y no pasaría mucho tiempo antes de que lograran desmantelarla por completo.
Tu misión en el puerto había concluido, pero las verdaderas respuestas aún estaban por descubrirse. Por ahora, permítete un respiro, puedes explorar la zona, buscar pistas, tratar de seguir el rastro perdido de los sujetos que se encontraban en el almacén o simplemente irte a descansar, era libre, habías cumplido con tu labor por hoy y no habían durado mas de una hora en todo este proceso.