¿Sabías que…?
... Garp declaró que se había comido 842 donas sin dormir ni descansar porque estaba tratando de batir un récord mundial. ¿Podrás superarlo?
[Aventura] [T3] Cazando Moscas
Arthur Soriz
Gramps
Lo que menos se esperaba la figura que estaba entre los arbustos es que te hubieras percatado de su presencia. Creía que era uno con las sombras, con la maleza que lo mantenía oculto esperando el momento adecuado para atacarte y así quitarte de en medio como tantos otros que han intentado encargarse de él. Lo que no tuvo en cuenta fue el hecho de que estarías preparado. Tu impacto dio de lleno en el blanco, no solamente quebrándole varios huesos debido al golpe contra el cual incluso sentiste el crujir de su espalda, pero también la forma en la que salió volando estrellándose contra un árbol selvático y partiéndolo al medio con su propio cuerpo. Sus ojos abiertos de par en par, cayó desplomado en el suelo, boca arriba sin poder moverse, ¿por qué? Pues porque justo habías dado en su torso y quebrado su columna vertebral.

Sangre salía de su boca, incapaz de moverse, de desplazarse... no movía los brazos ni las piernas, siquiera su cabeza, tan solo virando los ojos rápidamente con desesperación. A saber incluso si habías perforado algún pulmón con las costillas rotas. Evidentemente estaba fuera de combate en tan solo un golpe. ¿Tal vez estabas demasiado preparado para este combate, o simplemente no era el que tú pensabas que debías encontrar? Efectivamente, cuando te acercaste a este sujeto, no era el que sabías debías encontrar... ¿un aliado, compañero, o tan solo un chivo expiatorio para seguir con sus cosas? Lo que fuera, lo que veías era a un patético sujeto, completamente inmóvil.

M-Maldito... ¿cómo me viste...?

Preguntó, porque aún seguía completamente incrédulo de lo que había pasado. Era como si en un abrir y cerrar de ojos todos sus planes se hubieran ido a la mismísima mierda, siendo reemplazados por dolor y la realización de que no podría moverse más, probablemente para siempre. En esa posición embarazosa a la par de patética, te miró a los ojos desde el suelo, escupiendo sangre a tus pies o haciendo el intento pero era en vano, lo único que tenía fuerzas para hacer era babear un poco de sangre. Tosía fuerte, se notaba que pronto se le llenarían los pulmones de sangre y los costados de aire logrando que sus pulmones colapsaran.

Mátame... ya... —dijo apretando la mandíbula haciendo chirriar los dientes. Se le notaba frustrado. — Al que buscas... sigue... en el pueblo... me pagó... para que matara... a los que lo buscan... ¡Ggh!

Le costaba hablar cada vez más, fruncía el ceño, siquiera pudiendo retorcerse. Su respiración se volvía más errática, y si no fuera por la mugre que tenía encima de estar a saber cuántos días ya en esa selva acalorada, podrías haber visto alguna que otra lágrima. Pero, todo se confundía con el sudor que brotaba de los poros del hombre. De igual manera que pasaba contigo.

Hijo de ... perra... no me dijo... que lo buscaría... gente ... así... ¡Ngh! ... ¡Hazlo... maldición!
#11
Alexander D.Vinci
PlayBoy
Holy shit, Creo que se me fue levemente la mano (o mejor dicho, la pierna). Veía como el tipo se retorcía tratando de generar algo de movimiento pero sin éxito. la mitad de su cuerpo parecía que incluso se había desfigurado debido a los diversos huesos rotos, se encontraba postrado entre la maleza y el tronco del árbol partido a medias como si fuera un palito de fósforo, un paquete de galletas, Crack You know. Solo habían bastado dos golpes para dejarlo hecho trizas... buddy, no suelo ser tan brutal con la gente, pero este desgraciado venía por mi cuello Like a Maniac. La sangre le brotaba de la boca y manchaba su barbilla; la miro gotear con un chasquido húmedo sobre las raíces. Parece que no le quedaba demasiado tiempo, pero aun así, intento no apartar la vista del pibe, Por experiencia, sabía que una mirada podía revelarte las verdades antes de que un cuerpo falleciera.

-Che, pibe... -murmuro acercándome a el, sabiendo que su corazón se encontraba retumbando con ansía, esa ansía entre la vida y la muerte y lo miro a esos ojos que me observaban con terror y rabia. Él me escupe sangre, o al menos lo intentaba, pero apenas lograba sacar un hilo que le chorreara por la comisura de los labios, la verdad es que esa imagen era lamentosa para ser la persona que estaba buscando.

-Mátame... ya... -consigue articular mientras su pecho se sacude en un espasmo de dolor, parece que va a hablar así que lo escucho con atención, y la poca energía que conserva la usó para soltarme información que parecía que le carcomía la garganta: la persona a la que estaba buscando todo este tiempo se encontraba en el pueblo, parecía que ser que le pagó para eliminar a cualquiera que se atreviese a perseguirlo. Ese malnacido tuvo el descaro de usar sicarios de medio pelo, que ni siquiera eran lo suficientemente fuertes para cubrir sus huellas. Eso solo me daba una información: Ese tipo era un completo desgraciado.

-¿En el pueblo, decís...? -repito, y noto cómo al pronunciar esas palabras, mi tono se vuelve algo mas sombrío. Pienso en cómo me alejé del mercado y los puestos improvisados, y me adentré en este horno volcánico... mientras el bastardo se quedaba allí, tan tranquilo, seguramente burlándose de todos, aunque aun no tenía ni idea de por que me encontraba en la selva, la verdad. Pero bueno, sigamos con el tipo este que se puso a toser con fuerza. La sangre burbujeaba en su boca y su cuerpo se arqueaba un segundo antes de caer, inerte otra vez, incapaz de mover ni un músculo. Sus ojos me suplican un final rápido. No hay nada que pueda hacer por él a esta altura, con la columna rota y los pulmones llenándose de fluidos, bro, ni el mejor médico del mundo lo salva. 

-Shit, loco… -miro a otro lado, apretando la mandíbula. Siento un nudo en la garganta y un peso denso en el pecho. Nunca fui un héroe ni pretendo serlo, pero no me agrada ver a nadie suplicando que lo saque de su miseria. Aunque haya intentado matarme. La jungla nos rodeaba con ese aire caliente y sofocante. El fuego de la fogata chisporrotea detrás de mí, mientras la carne se sigue cociendo sobre la parrilla como si nada pasara. Es irónico, lo mundano de una comida al lado de una escena tan macabra, seguramente la humedad de la jungla y los animales salvajes se fueran a encargar del cadáver de forma rápida.

-Maldición -le digo al tipo, con la voz ronca-, no me dejas opción, buddy.- Antes de acercarme a el, iría hacia donde cayó su arma, la agarraría con las manos sonriendo, para despues mirarlo fijamente al mismo tiempo que introducía ese cuchillo en mi boca, masticándolo y despues tragándomelo. Despues, Concentrándome, alzaría la pierna derecha por encima de mi cabeza, manteniendo la rodilla ligeramente flexionada para no forzar la articulación. La planta del pie quedaría mirando al cielo por un instante mientras sientía cómo mis músculos se tensaban en ese arco ascendente para despues bajar la pierna con violencia, dejando que la fuerza de la gravedad se sume a mi impulso. Mi talón trazaría una curva descendente y se estrellaría contra la garganta del moribundo con un golpe seco y brutal como el de un hacha.

La fuerza del impacto reverbera en mi cadera y recorre mi espalda, mientras era capaz de sentir el crujir final de hueso y cartílago que pone fin a sus últimos suspiros de dolor. Era un instante eterno, casi silencioso, solo roto por el crujido y el jadeo final que se pierde en su propia sangre. Me quedo allí, con la pierna medio en alto un segundo más, el sudor corriéndome por la frente y el corazón palpitando con furia. Luego relajaría la pierna, respiraría hondo y observaría el cadáver. Ni un solo temblor más recorre su cuerpo, se acabó su sufrimiento. Y, para qué negarlo, también se acabó la amenaza que suponía, me tomaría un segundo para cerrarle los parpados con los dedos.

-Lo siento -Le susurro, con un amargo temblor en la voz-. Pero elegiste el peor trabajo para ganarte la vida.

-Lets go Alexander, el verdadero culpable de todo esta esta on our way. lets beat his ass.- Antes de irme, apagaría el fuego por si acaso se producía algún tipo de incendio, le daría un ligera reverencia al sicario y simplemente seguiría mi camino hasta el pueblo de nuevo, pero esta vez dándome mas prisa.

Off


Baku Baku no Mi
#12
Arthur Soriz
Gramps
El golpe fue certero, su muerte casi inmediata. El hecho de que hayas venido hasta la jungla nada más para encontrarte con un sicario contratado por aquel que estabas cazando podía llegar a tener sentido, ¿pero por qué entonces estaba todo lo robado aquí? Era como si hubiera dejado todo su botín a disposición del que lo encontrara y podría recuperarlo a favor de ganarse el respeto de la gente del pueblo. Algo no estaba bien, ¿sería acaso una trampa más, una distracción? Aún así, tu vuelta al pueblo no tomó mucho tiempo y nada más llegar te encontraste con que todo estaba en su lugar... no había nada fuera de lo común aunque sí que hubo alguien que te reconoció... aquel al que le compraste el colgante. Alzó una mano para llamar tu atención esperando que te aproximaras.

Cuando lo hicieras, es cuando empezaría a hablar.

Muchacho, ¿y... tuviste suerte? —preguntó con genuina curiosidad—. Alguien dejó una nota para ti, parecía bastante contento de saber que estabas aquí en Rudra... supongo que se conocen.

Sin tardanza, sacó de entre sus bolsillos una nota, doblada. A juzgar por cómo te miraba, no había leído su contenido así que al menos no era un cotilla. Lo que sí estaba un poco confundido, te veía completamente empapado en sudor. Y obviamente que no sabía lo que había pasado allá en la jungla.

¿Encontraste al tipo que buscabas? —decía mientras se cruzaba de brazos luego de acomodar algunos de sus productos a la venta—. Si lo hiciste al menos espero que puedas devolver las cosas que robó, seguramente los demás se ponen muy contentos.

Su pregunta era sincera, sus intenciones... bueno, a saber por qué estaba tan interesado en saber si habías encontrado a tu objetivo. Lo que era cierto es que nadie en este lugar estaba muy acostumbrado a ese tipo de situaciones. Que hubieran robos pequeños claramente sí, pero alguien que lo hiciera con tanto esmero e incluso fuera buscado por cazadores pues... la verdad es que era algo que iba más allá de lo que consideraban normal. Siendo un sitio que ya de por si tenía que lidiar con lo complejo que era su clima y la temperatura tan elevada. Suficiente tenían ya de por si como para tener que encargarse de más cosas molestas.

Sin embargo, lo que más te debía importar ahora seguramente era el contenido de aquella carta. Cuando la abrieras, en su interior encontrarías efectivamente algo escrito.

Cita:¿Creías que me ibas a agarrar así de fácil? Mientras que te entretenías cazando moscas yo ya no estaré aquí, chico. Esta isla no tiene una mierda, no al menos que me interese a mi. Quizás a ti te guste derretirte con sudor hasta por el culo... ¡a mi no! Además, no hay nada de valor. Nada que poder aprovechar para mis negocios... pero quién sabe, seguramente la siguiente isla sí tenga algo. Nos vemos allí, rubia.

Un poco de frustración probablemente sentías al saber que aquel sujeto se te había escapado por debajo de tu nariz. Era evidente que el señuelo lo habías comido con todo y anzuelo. El sicario fue tan solo una distracción para así ganar tiempo y salir de Rudra, ¿a dónde? Quién sabe realmente, quizás en el puerto por donde llegaste podrías averiguarlo. Si había dado esta carta al vendedor probablemente este podría brindarte una descripción física del sujeto, al menos así podrías de algún modo tener una manera de reconocerlo a futuro.

Tan cerca, pero a la vez tan lejos. Era como si hubieras tenido el mejor tesoro del mundo en la punta de tus dedos, abriste el cofre y al final estaba lleno de baratijas sin valor... tan solo un vil engaño para hacerte perder el tiempo. Pero eso solo significaba que tendrías que esforzarte más para la próxima.
#13
Alexander D.Vinci
PlayBoy
Carajo, qué calor...
Regreso al pueblo y lo primero que me golpea no es precisamente la agradable sombra o una ráfaga de aire fresco, no. Acá también se sentía pesado pero en menor medida, que pereza de lugar, no me gusta el calor. La gente seguía con su rutina, y yo llegaba con la ropa empapada en sudor, medio cubierto de polvo volcánico, y la cabeza llena de preguntas. ¿Por qué aquel botín estaba abandonado en la selva si, al final, el verdadero ladrón se quedó por aquí? El comerciante que me reconoció levanta la mano para llamar mi atención. Le devuelvo un gesto cansado, aunque le sonrío sin demasiadas ganas.

-Che, pibe, ¿todo bien? -le suelto, intentando sonar amable, pero la fatiga se me nota en la voz.

Él me entregó una especie de nota, y me explicó que “alguien” la dejó para mí. Tenía una mirada de complicidad extraña, que parecía tener cara de que que no la leyó, pero igual le agradecía, por lo que se lo dejé notar con un gesto sencillo. Desdoblo el papel y, mientras leo, puedo sentir un cosquilleo de rabia en la base de la nuca. El tipo que estaba persiguiendo se estaba burlando de mí, diciéndome que ya se fue, que esta isla no le servía para absolutamente nada y que yo me había quedado “entretenido” cazando moscas.

-Motherf… -balbuceo en voz baja mientras arrugaba la nota entre los dedos. Miro alrededor como si esperara ver al desgraciado asomarse para reírse en mi cara, pero nada. Solo el murmullo del mercado y unas cuantas miradas curiosas hacia mí. joder. Fuck. El comerciante, mientras tanto, me preguntó si había encontrado al tipo y si podré devolver lo robado. Lo miro serio, pensando rápido que decirle, las había dejado en la selva, mierda.

-Bueno, amigazo, encontré un campamento con algunas de las cosas que faltaban… no era el ladrón principal, pero igual tenía la mercadería que se llevó. -Me paso una mano por la nuca, chorreando sudor-. Me di un paseíto hasta el volcán y me comí un señuelo en toda la jeta, buddy. Si lo necesitas, os puedo señalar las coordenadas facilmente, se llega fácil la verdad.

Le explico a grandes rasgos como llegar a donde estaban los objetos y lo del cadaver del falso asesino y que el verdadero culpable ya no está en Rudra. Qué bronca, me ganó de mano mientras yo me perdía en la selva. Pero al menos puedo volver con algo para la gente.-Escúchame -le digo al comerciante.-, ¿podes describirme al sujeto que dejó la nota? Aunque sea un detalle… color de pelo, altura, un tic en la cara, algo. Tengo que dar con él y terminar con este jueguito.

Tras hablar con el señor, decido investigar un poco por el puerto, preguntándole a la gente que iba encontrando sobre las características de la persona que me hubiera dicho el comerciante, por si lo hubieran visto irse en un barco.
#14
Arthur Soriz
Gramps
— Al menos les das una chance a la gente a las que les robaron para recuperar sus cosas, pero... ¿por qué no las trajiste tú? —te preguntó, un tanto confundido. Aún así anotó las "coordenadas" o mejor dicho direcciones que le dieras. Lo sorprendente es que lo recordaras cuando te habías quedado tieso un par de veces medio dormido a mitad de camino, que hayas encontrado tu camino de vuelta también era sorprendente aunque con total honestidad... teniendo el volcán como referencia era un poco difícil perderse, con caminar en el lado opuesto al volcán ya era más que suficiente.

No te veo muy contento por lo que leíste en la nota... es más, hasta me animaría a decir que esa persona que me dejó la nota para ti es el tipo al que buscabas... ¿verdad?

Te preguntó sonriendo de medio labio. No se estaba burlando de ti pero sí encontraba la situación un tanto embarazosa a la par de entretenida. Porque vamos, estar desde afuera era divertido más que nada porque él no tenía nada que ver. Aún así, cuando le preguntaste acerca de ese sujeto y la apariencia que tenía, se cruzó de brazos mientras pensaba. Ladeó la cabeza hacia uno de sus hombros mientras meditaba intentando recordar de algún modo todos los detalles como su rostro y tal. Tampoco es que fuera alguien difícil de olvidar... más que nada porque fue algo reciente.

Bueno, tenía pelo largo, negro... lacio y un poco desalineado, con un mechón cayéndole sobre el ojo derecho. Alto, probablemente te saca como medio cuerpo de diferencia... Delgado pero musculoso, siempre sonriendo de forma burlona, y tenía una enorme cicatriz en el pecho. —intentaba recordar algún otro detalle de importancia, por lo que empezó a describirte también la vestimenta ya que era lo siguiente más importante aparte de lo que era su descripción física— Vestía una gabardina vieja de color café, pantalón gris oscuro, unas botas altas marrones y unos guantes de cuero negro.

Hizo una pausa, sentándose en su banquita tras el puesto de ventas. Acomodándose un poco, se puso las manos en la nuca y sonrió un poco.

Eso, te lo he descrito lo mejor que pude... no es que le haya prestado mucha atención tampoco porque se veía un poco apurado, supongo que ahora entiendo por qué.

Decía soltando una pequeña carcajada. Toda la situación le daba gracia porque significaba que se te había escapado por los pelos. De haber sabido que no buscabas al primero que fue el que robó todo lo del pueblo, probablemente hasta podrías haberlo atrapado a tiempo antes de que huyera. Definitivamente ahora con todo lo que sabías es que fuiste demasiado apurado y emocional, novato. Te dejaste llevar por el primer trozo de información que te dieron y no te dignaste a recorrer más del pueblo. Lo más probable es que los demás lugareños podrían incluso haberte dicho la descripción del sicario, o que no estaba solo, que había hablado con alguien más.

¿Lo bueno de todo esto? Es que ahora al menos sabías cómo se veía tu criminal, tu presa... Tan solo tendrías que averiguar a dónde se había ido ahora. ¿Y qué mejor lugar para hacer eso, que preguntarle al resto de la gente a la que antes habías pasado por alto, por apresurado?
#15
Alexander D.Vinci
PlayBoy
-¿Eh? Bueno, che… si soy sincero, con este calor infernoso y mi narcolepsia, no tenía ganas de cargar todos esos cachivaches por la selva de vuelta al pueblo -le respondo al comerciante, encogiéndome de hombros-. Además, me pesaban más que mis malditos problemas, buddy. Igual, vos ya tenés las indicaciones de dónde encontrarlos, ¿no?.

Veo cómo anota lo que le voy contando, bueh, lo poco que pude memorizar entre una y otra cabeceada que casi me eché por el camino. Este pibe me mira con una mezcla de confusión y curiosidad, pero no me juzga mucho. El volcán como referencia ayudó bastante: siempre tuve que asegurarme de caminar “en dirección contraria” para volver. Luego me tira el comentario de la nota, dándome a entender que fue “ese” tipo quien me la dejó. Su sonrisa medio de costado me pica un poco el ego, no voy a negarlo. Asiento, intentando disimular mi molestia con una sonrisa medio forzada.

-Sí, pibe, era mi objetivo… -digo mientras mastico mi frustración-. Me la jugó lindo. No solo se mandó a mudar, sino que encima me dejó el regalito de la nota para burlarse.

Cuando le pido detalles sobre el sujeto, él se toma su tiempo para pensar. Y la descripción que me da… hey, es bastante completa: pelo largo y negro, mechón sobre el ojo derecho, alto ,aparentemente más que yo, flaco pero fibroso, sonrisa burlona y una gran cicatriz en el pecho. Además de la gabardina café y los pantalones grises, buddy, parece el típico crápula que se cree el más capo del mundo. Lo imagino perfectamente, y siento la sangre hervir un poco.

Lo bueno es que ahora sí tengo un retrato mental más claro de quién persigo. Sé cómo luce, sé que se fue de Rudra, y que probablemente haya zarpado por el puerto. Hay que ver si alguien lo vio embarcarse, o con quién habló. Seguramente dejó algún cabo suelto. No hay manera de que se desvanezca sin dejar rastros, bro.
Meto la nota en mi bolsillo, con un apretón de rabia, y me dirijo de nuevo al comerciante.

-Gracias por todo, che. Escuchame, voy a dar una vuelta por el muelle y preguntarle a la gente, especially a los pescadores o a quien controle las embarcaciones. A ver si ese desgraciado dejó alguna pista.

El comerciante se limita a asentir, todavía sonriendo con esa mezcla de curiosidad y gracia. Me despido con un gesto, y mientras camino entre los puestos de madera, pienso en todos los pasos que di en falso. La próxima no caeré tan fácil en una trampa. Más me vale aprender la lección.
-Alright, Alex, a seguir la pista -me digo a mí mismo-. El show no termina hasta que ese ladrón reciba su merecido… 

Así que, con el calor golpeándome la espalda y el brazalete de mi hermana rozando mi muñeca, me dirijo rumbo al puerto, donde espero que alguien haya visto a ese tipo con la cicatriz en el pecho. Si hay algo que aprendí hoy, es que no me dejaré vencer por un engaño dos veces. Y Rudra… bueno, espero que me dé una chance de redimirme con la gente por haber sido tan impulsivo.

Una cosa es segura: esta historia no acaba aquí, buddy. Tengo las piernas listas, mi mente más espabilada narcolepsia aparte, y ahora sí, un objetivo claro. No voy a soltar esta pista. No hasta que lo tenga entre mis manos.
#16
Arthur Soriz
Gramps
El vendedor inhaló entre los dientes haciendo una mueca de incomodidad. Entre lo que le contabas y el hecho de que tu objetivo se te había escapado casi por nada es que... bueno, sentía un poco de pena ajena. Debía ser vergonzoso que por cosas de la vida y porque te habías medio dormido entre medio, no te habías dado cuenta que el sujeto jugó contigo en la palma de su mano como si fueses su títere. Te tuvo agarrado de los huevos todo este tiempo, dejando tan solo un rastro elusivo de traiciones. Porque aquel sicario seguramente siquiera había recibido un pago por su trabajo, tan solo matar a la gente que se aproximara al campamento o buscándolo... ¡era un cabronazo!

Aún así, el vendedor suspiró un poco, se notaba que de cierto modo entendía tu frustración y te dio un par de suaves palmadas en uno de tus hombros, asintiendo ligeramente con la cabeza.

Bueno, muchacho... espero al menos que encuentres a dónde se ha ido, que espero no vuelva a poner pie en Rudra... vaya cabrón.

Sus palabras iban con sinceridad, no estaba burlándose de ti ni nada por el estilo. ¿Por qué lo haría? Claro, era un chismoso y le gustaban los rumores y todo lo que significara no poner en peligro su vida, siempre y cuando fuera jugoso. Era como una vieja cotorra que necesita su dosis de drama tan solo para pasarle bien. A fin de cuentas, ¿qué mierda iban a hacer si no en esta isla? Empapados en sudor y obligados a vivir con el temor de que los gatos monteses en cualquier momento los podían atacar por la noche.

Cuando fuiste a la zona del puerto, te encontraste con gente que otorgó diversas opiniones acerca del sujeto al que buscabas cuando se los describías, pero todos y cada uno de ellos llegaban a la misma conclusión. Y es que se había ido a otra isla, ¿en dirección a dónde? Bueno, a ver... eso te costaría un poco más, pero si te tomas tu merecido tiempo llegarías a recibir la información de que se había pirado hacia Yotsuba. ¿Por qué hasta ahí? Habías escuchado que eso no era más que una isla fantasma, vestigios de una antigua ciudad ahora en ruinas en donde se encontraba una base Marine años atrás. Y que ahora solo es un refugio para criminales de poca monta, piratas y gente que se ha perdido en altamar y llega de pura casualidad.

Es obvio ahora que lo piensas el por qué se iría hasta un lugar así. Una isla de tamaño medio, con muchos lugares en donde esconderse... donde nada ni nadie pudiera molestarlo porque al final todos los allí presentes eran iguales o peor que él. Ahora solo debías tomar tus cosas y ponerte en marcha en dirección a lo que seguramente sería tu próximo destino... si tomabas algún desvío de por medio pues eso ya dependería de ti.
#17
Moderador Kaku
El mejor mod
Arthur
  • Berries: 28345000 -> 30345000 (+1400000)
  • Experiencia: 5666,98 -> 5791.98 (+125)
  • Nikas: 12 -> 32 (+20)
  • Cofres: CFR003,CFR003

Alexander
  • Berries: 10565000 ->12565000 (+2000000)
  • Experiencia: 1311,66 -> 1401.66 (+90)
  • Nikas: 4 -> 19 (+15)
  • Reputación: +30
[Imagen: qnO0NUI.gif]
#18


Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 2 invitado(s)