¿Sabías que…?
... Oda tenía pensado bautizar al cocinero de los Mugiwaras con el nombre de Naruto, pero justo en ese momento, el manga del ninja de Konoha empezó a tener mucho éxito y en consecuencia, el autor de One Piece decidió cambiarle el nombre a Sanji.
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[Aventura] [T5] La nueva generación
Aspirante
345 Reputación
57
Fuerza
35
Resistencia
7
Agilidad
45
Destreza
58
Puntería
53
Reflejos
45
Voluntad
0
C. Akuma
Perfil
238.800.448

954 / 954
495 / 495
225 / 225
Asradi
Völva
06-12-2024, 06:57 PM
Personaje


Se sorprendió un poco cuando, tras increpar a aquel grupo de lo que parecían unos matones metiéndose con unos adolescentes, el enorme Umi se agachó lo suficiente como para que la enorme y peligrosa mandíbula del wotan estuviese cerca suyo. No le tenía miedo, confiaba ciegamente en el grandullón. Pero el que lo hiciese sin más, como una especie de sabueso guardián, sin tener que pedirlo, le calentó el corazón. Asradi echó una mirada de reojo disimulada, en agradecimiento, a la enorme criatura marina.

No hizo falta nada más para que el grupo de matones se dispersase tras unos cuantos balbuceos, obviamente impresionados y temerosos de su enorme compañero. Se percató de que, también, Ubben estaba al acecho, y solo pudo sonreír de manera muy suave, sintiéndose arropada por ellos. Una de sus manos se apoyó en la piel escamada de Umi, lo que vendría siendo la zona de su mandíbula o mejilla, a modo de agradecimiento.

— Gracias, Umi. — Le susurró.

Aunque cualquier intento más de decirle algo, se vió opacado por la chulería con la que uno de aquellos mocosos se dirigió hacia ellos. Un tic se distinguió en uno de los ojos de la sirena, quien, acto seguido, entornó los mismos celestes hacía el pequeño desgraciado.

¿Les acababa de llamar vejestorios? ¿Aún encima? Sin miramientos, la pelinegra le dió una colleja, muy dignamente, por tamaño atrevimiento, antes de volver a su lugar, donde antaño se encontraba sentada. O, al menos, esa era su intención.

Para cuando quiso acortar distancias, Asradi se tambaleó ligeramente, y tuvo que llevarse una mano a la cara. ¿Qué había sido eso?

— ¿Ubben? — Llamó por inercia, de repente sintiéndose algo mareada. ¿Habría sido el alcohol? Pero todavía ni había comenzado a beber tan siquiera.

O, al menos, no lo suficiente como para que se le subiese con tanta rapidez. Los dedos de la sirena se apretaron, durante unos pocos segundos, en torno a sus propios ojos y el puente de la nariz, intentando con ello espabilarse o que esa sensación se evaporase con tan solo ese gesto. Pero no funcionó. Asradi tomó aire, sintiendo como las náuseas comenzaban a subirle desde la boca del estómago hacia el pecho.

— Voy un momento al baño, creo que ese chupito se me ha cruzado. — Anunció a los chicos, mientras se dirigía hacia dicho lugar.

Quizás si se echaba un poco de agua fresca en la cara mitigaría esa incómoda sensación. ¿Qué carajos le habían puesto? Tenía que ser garrafón puro, porque no se explicaba otro motivo. O a lo mejor solo le había sentado mal, nada más.

Decidió no darle demasiadas vueltas y se fue hacia el baño. Por el camino se cruzó con un tipo tambaleante, que tenía unas pintas terribles. Asradi apenas y se fijó en su aspecto, aunque arrugó apenas la nariz al ver, precisamente, esa mancha blanca y peculiar en la napia del contrario. No, no quería ni saberlo en ese momento. Su hombro apenas y se chocó con el susodicho antes de que cada uno siguiese su camino. El tipo tambaleante hacia el gentío y el escenario, y Asradi hacia el baño.

No contempló más visión que la de ese lugar. Ni tan siquiera se fijó si Ragn o Airgid andaban cerca. Tomó aire cuando llegó a los lavamanos, abriendo uno de los grifos y esperando a que el agua corriese un poco antes de comenzar a echarse dicho líquido en la cara y en el cuello.

— ¿Qué diantres llevaba esa cosa? — Masculló para sí misma, después de haberse separado del resto del grupo y mientras las gotas de agua resbalaban por su rostro y algunos mechones que se le habían humedecido en el proceso.

Resumen

Virtudes y Defectos

Inventario
  0
#21
Aspirante
304 Reputación
50
Fuerza
20
Resistencia
1
Agilidad
8
Destreza
63
Puntería
55
Reflejos
18
Voluntad
85
C. Akuma
Perfil
84.774.750

773 / 773
863 / 863
90 / 90
Airgid Vanaidiam
Metalhead
06-12-2024, 08:15 PM
Airgid se sintió con el corazón en un puño mientras la berborrea de palabras no dejaban de salir de su boca, aunque a la vez notó como Ragnheidr había dejado de escuchar en el momento en el que pronunció las palabras más claves, las que marcarían un antes y un después en sus vidas. Se calló, no solo esperando su reacción, sino reflexionando ella misma sobre lo que acababa de ocurrir, pensando también, inevitablemente, en su familia y en su infancia.

Nunca llegó a conocer a su madre ni a su padre, pues desaparecieron antes de que ella llegase a tener recuerdos suyos. La pequeña Airgid siempre había asumido que simplemente habían muerto, o que probablemente la abandonaron, que podía ser fruto de un accidente, una hija no deseada de la cual se deshicieron, dejándola en una pequeña islita en el East Blue. El rencor y la frustración por no conocer la verdad era algo que solía torturarla a menudo, sobre todo cuando era más joven, y nació en ella el sentimiento de no querer ser la que repitiera aquella misma historia. Que si algún día llegaba a tener un hijo o una hija, no dejaría que nada ni nadie la apartasen de su lado, que siempre estaría ahí, pues nadie mejor que ella conocía la soledad de ser huérfano. Pero fue hace poco cuando descubrió que sus padres no la habían abandonado, que de hecho, la querían. Encontró sus fotografías y recordó aquel retrato en el que salía su madre embarazada junto a su padre, entre libros e inventos nuevos. La cara de felicidad de ambos... revelaba que fueron otros motivos los que separaron a Airgid de sus padres, no la falta de amor o cariño.

Lo cierto es que nunca se había planteado en serio eso de ser madre, no hasta que volvió a encontrarse con Ragnheidr años después de conocerse. Sintió miedo cuando descubrió la verdad hacía apenas una hora, porque siempre daba miedo lo desconocido, pero cuando miró a Ragnheidr de nuevo, cuando vio la primera reacción aparecer en su rostro, cualquier rastro de duda o incertidumbre desapareció por completo.

El vikingo levantó a la rubia de repente, de hecho, la lanzó por los aires antes de recogerla entre sus enormes brazos. Airgid no pudo evitar soltar una risa al darse cuenta de que sus miedos habían sido completamente infundados, imaginarios. Mostrando una enorme sonrisa, posó cada una de sus manos a ambos lados del rostro de Ragn, acercándole a ella. Escuchó sus palabras que fueron como un cálido abrazo a su corazón, pues había aprendido un poco del idioma natal de Ragnheidr y conocía el significado que estas albergaban. Notando cómo estaba a punto de derramar una lagrimilla, le besó, entre sonrisas y con las emociones completamente a flor de piel, sellando así el destino de ambos.

— Jeg esk... eskelr... ¿dig? — Susurró con una risilla, pues no le salían del todo bien aquellas palabras que intentaba pronunciar. — Te quiero. — Es lo que quería decir. Separó su rostro del suyo, aferrándose ahora a sus hombros pues continuaba alzada entre sus brazos. Se limpió aquella tímida lágrima con la mano, un poco avergonzada de haberse emocionado tanto, pero lo cierto es que sentía una felicidad que nunca antes había experimentado. Ragnheidr era perfecto, y Airgid no se imaginaba con otra persona que no fuera él, para siempre. Por la posición en la que se encontraba no fue capaz de ver al tipo que salió del baño con la nariz... blanca, pero sí que recibió la botella que Ragnheidr le entregó antes de que bebiera de ella. Al parecer, había visto algo extraño. — A ver... — Dijo para sí misma mientras observaba la extraña nota que el vikingo había encontrado. — Parece un código, una frase oculta... tiene que decir algo. — Continuó analizándola, completamente concentrada. — Es el abecedario en la fila de abajo... pero la de arriba no tiene sentido... — Entonces, se dio cuenta de que la fila de arriba marcaba una nueva asignación a las letras del abecedario. La "A" se convertía en una "T", la "B" en una "S"... ¿pero qué frase tenían que traducir para descubrir el pastel? Nada de lo que se le ocurría tenía sentido, ni cambiando el orden de las letras. Fue en ese momento cuando vio pasar a Asradi de refilón, aunque se metió tan rápido en el baño que no llegó a decirle nada. En su lugar, se giró hacia Ragnheidr. — Vamos a volver con los demás, ¡y dime palabras! ¡Las que se te ocurran! Alguna tiene que significar algo. V O D K A... C A K O T... No tiene sentido. — Ahora estaba emperrada en intentar resolver aquel misterio.


Resumen

Inventario

VYD

Stats actualizados
  0
#22
Forajido
325 Reputación
15
Fuerza
35
Resistencia
10
Agilidad
60
Destreza
60
Puntería
95
Reflejos
50
Voluntad
0
C. Akuma
Perfil
208.339.532

970 / 970
810 / 810
310 / 310
Ubben Sangrenegra
Loki
08-12-2024, 07:02 PM (Última modificación: 08-12-2024, 07:03 PM por Ubben Sangrenegra.)
El metro sesenta de pura furia marina que era Asradi, secundada por la imponente presencia de Umi, había hecho recular a los tipos, y trajo un breve alivio al ambiente. Ubben relajó por un instante los hombros, dejando que su rostro adoptara una expresión más relajada que no tardó en evaporarse al observar el peculiar giro de los acontecimientos. La sirena, en un movimiento inesperado, dio un zape a uno de los jóvenes, gesto que arrancó una sonrisa ladina al peliblanco. Sin embargo, esa chispa de diversión se apagó al instante, sustituida por una alerta punzante al percibir el cambio en la energía de su compañera.

El Kenbunshoku Haki del bribón captó súbitos cambios en el semblante de la sirena, pasando de una postura amenazante a algo mucho más confuso y vulnerable. Ubben no apartó los ojos de ella ni por un segundo. Observaba su rostro, sus gestos, cómo la sorpresa inicial daba paso a una mezcla palpable de extrañeza y preocupación que se reflejaba en su rostro. El ruido ambiente apenas dejaba margen para las palabras, pero Ubben no necesitaba oírla para entenderla. El bribón era alguien bastante atento a los detalles y tras tanto tiempo viajando juntos ya reconocía ciertos movimientos de la sirena al hablar, lo que le permitió leer en sus labios como le llamaba.

Algo no iba bien, y la mente del peliblanco comenzó a trabajar a un ritmo vertiginoso. Sin perder tiempo, se levantó y tomó rumbo hacia la sirena,  mientras su mirada seguía clavada en ella. La multitud, enardecida por el caos musical que retumbaba en el lugar, no resultaba problema alguno para para él (Tengo 105 de REF, asumo que puedo pasar bailando la macarena sin chocar con nadie jeje). Ubben se deslizó entre las personas como si de una sombra se tratase.

Su mente a mil por hora traía a colación su faceta más calculadora y controladora. —¿Qué demonios está pasando, Sushito?— Pensó, preocupado por su amiga. El peliblanco conocía a la sirena lo suficiente como para reconocer la cara que ponía cuando sentía mareos o nauseas, pues se habían emborrachado las suficientes veces juntos como para pasarlo por alto. —Solo bebió un chupito y resiste bastante más que eso en cuanto a alcohol, habría sentido la hostilidad si alguien la hubiese atacado a la distancia y de todas formas, estaba listo para interceptar cualquier ataque... nadie la tocó en el proceso como para envenenarla por contacto...— Su cabeza se movía entre las posiblidades de la situación. —La música no tiene ningún efecto secundario en éste momento, o yo también me habría mareado...—  Su mente no se detenía en ningún segundo. Si su amiga estaba en peligro, el peliblanco quemaría la taberna de ser necesario con tal de mantenerla segura; y aunque no le gustase admitirlo, también lo haría por el resto del grupo.
 
—Fue el alcohol— La conclusión a la que llegó era un poco obvia, pero la pregunta es porqué envenenarían a los "libertadores de Okyot". —La Marina no usa ese tipo de medios... ¿CipherPol o quizá Cazadores?— Buscaba al culpable en su cabeza, cuando vió a la sirena chocar con el falopín que salía del baño segundos antes. El peliblanco tensó las piernas un segundo, preparandose para saltar hacia adelante en caso de que fuese el inicio de una emboscada, sin embargo no fue así y la sirena continuaba su camino al baño.

Una vez dentro del baño, la observó en silencio mientras ella se inclinaba hacia el lavabo, dejando que el agua fría empapara su rostro. La tensión era evidente en sus movimientos, y aunque el peliblanco mantenía una expresión serena, su mente continuaba trabajando en desenredar lo que acababa de ocurrir.  —¿Qué pasó, sushito mío?— Dijo en un tono calmado, apenas audible entre las paredes del baño, intentando no asustarla por llegar sin aviso previo junto a ella, además de comenzar a montar una fachada, en caso de que les estuviesen observando. Mientras hablaba, clavó sus dorados ojos sobre los azules de la pelinegra. Rodeó sus hombros con un abrazo coqueto, inclinándose hacia su oído con una sonrisa relajada, interpretando su papel a la perfección. Desde afuera, cualquiera que echara un vistazo asumiría que se trataba de una pareja buscando un momento a solas en medio del caos del bar. 

Aprovechando la proximidad, susurró en su oído —Intentaron envenenarnos con el alchol... creo...— Luego, lentamente soltó el abrazo y tomó la mano de la sirena, para guiarla hacia uno de los cubículos vacíos. Cerró la puerta tras ellos con un movimiento rápido, asegurándose de que nadie pudiera interferir. Dentro del reducido espacio, tomó de las correas en su muslera una pequeña botella de vidrio que contenía un líquido traslúcido. —Tómalo— susurró mientras se lo ofrecía —Si lo que te dieron era veneno, esto debería ayudarte a neutralizarlo—  Su tono era serio, pero no mostraba alarma alguna; no perdería el control de la situación, tanto para no preocupar a Asradi como para mantener la discreción.

—Voy a avisar a Airgid y Rag— añadió mientras metía la mano en su bolsillo y sacaba su caracol comunicador. El den den mushi blanco, lo tenía para evitar que sus comunicaciones fueran intervenidas cuando hacía negocios ilícitos, pero se había vuelto bastante útil desde que comenzó a viajar junto al resto del escuadrón. Intentaría contacatar a la rubia, y esperaba que Airgid contestara, Ubben no dejaba de pensar en las posibles ramificaciones de lo que estaba ocurriendo. Si alguien realmente había intentado envenenarlos, eso significaba que estaban mucho más expuestos de lo que habían asumido al entrar al lugar. Umi no le preocupaba de sobremanera, el gigantón podía noquear a la mitad del bar con solo mirarlos feo en caso de ser necesario.

El mensaje a entregar simple —Vengan al baño ahora y avisen a Umi... intentaron envenenarnos. Sean discretos— Con un tono tranquilo, pero denotando la urgencia de la sitaución. Cortó la comunicación tras asegurarse de que el mensaje había sido recibido, y guardó el aparato nuevamente. Volvió su atención a Asradi, observándola detenidamente mientras esperaba alguna señal de que el antídoto estuviera surtiendo efecto. —¿Cómo te sientes?— preguntó, aunque su mente ya comenzaba a trabajar en un plan para sacar a su grupo del lugar de forma segura si la situación se complicaba aún más.

Ubben Sangrenegra ha consumido Antídoto T1. Cantidad restante: 0

Antídoto T1
Antídoto T1 (AT001)
Antídoto básico y de baja calidad, con eficacia limitada y efectos secundarios comunes como dolor de estómago, nauseas, o problemas intestinales. Este antídoto puede neutralizar venenos muy simples y poco potentes, pero su acción es lenta y no siempre confiable. Viene en una pequeña botella de vidrio con una etiqueta apenas legible. Es útil en situaciones de emergencia para ganar tiempo, pero no se recomienda para venenos graves. Ideal para aquellos que no tienen acceso a mejores soluciones y necesitan una defensa básica contra envenenamientos leves.
Reduce de tier 1 a tier 0.
Fármacos - Tier 1


Resumen
Relevantes
  0
#23
Forajido
302 Reputación
30
Fuerza
71
Resistencia
48
Agilidad
7
Destreza
7
Puntería
61
Reflejos
71
Voluntad
0
C. Akuma
Perfil
63.615.024

1491 / 1491
638 / 638
355 / 355
Umibozu
El Naufragio
09-12-2024, 04:20 AM
La situación sobre el escenario estaba saliéndose de control. La hostilidad entre los integrantes del grupo, si bien estaba siendo más o menos bien gestionada, saltaba a la vista que ya había trascendido lo méramente escénico y teatral. Los golpes eran reales y la animadversión no era precisamente fingida. Esa actitud se estaba trasladando al público, que apunto estaba de desestabilizarse como un banco de peces confundido. Si la situación de antes no me estaba gustando, ahora empezaba a preocuparme. Poco o nada me importaba si la gente quería matarse a golpes. No lo compartía, ni comprendía, pero tampoco sería yo quién impidiera a nadie obrar a su libre albedrío si tal era su voluntad. Sin embargo lo que no estaba dispuesto era a permitir que el lugar que rendía culto y homenaje a mi buen amigo adquiriera mala fama debido a ello. De continuar con aquella actitud, más pronto que tarde alguien terminaría herido, cuando no muerto, en mitad de un refriega o una batalla campal. Me enorgullecía pensar que El Largo fuera un lugar reconocido por el descontrol y la fiestas, pero no iba a consentir que lo fuera como la tumba de nadie. No si podía evitarlo, desde luego.

Mi presencia a la vera de Asradi fue suficiente para desescalar cualquier estallido que pudiera romper la más que débil barrera antes de que todo el local se convirtiera en un polvorín. Mantuve la mirada fija en los tipos en su huida, no fuera a ser que tuvieran un cambio repentino de idea y quisieran agredir a la sirena. Sentí el cálido tacto de Asradi en las escamas en señal de agradecimiento. Moví ligeramente la cabeza asintiendo para frotar la mano, como la fiera amansada que era buscando la aprobación de su dueña. No hizo falta palabra alguna. Creyendo la situación controlada, quise relajarme, sin embargo la respuesta del que parecía ser el líder del grupo me dejó completamente descolocado. De haber sido de otro modo, de los que estaban fácilmente, aquellas palabras habrían sido el detonante para liberar el caos que yo mismo estaba tratando de contener. Sin embargo, por suerte para El Largo, me limité a sonreír a sus palabras, aunque las membranas del cuello no parecieron estar de acuerdo y sí se expandieron y contrajeron varias veces, rebeldes y desafiantes. Asradi, por su parte, no fue tan paciente y le dio una colleja al joven por la osadía. Lo que ella no sabía es que ese golpe liberaría una onda que buscaría tumbar a todos los presentes. Los únicos que quedarían libres de la presión serían mis compañeros de escuadrón y el tabernero. Si todo salía como pretendía, el local enmudecería de golpe, a lo sumo un último golpe sordo al caer todos los presentes al suelo o contra el mobiliario. Para el tabernero y cualquiera que no cayera inconsciente, habría sido mi compañera la que había liberado semejante poder con el golpe. Esperaba que así de ahora en adelante se la respetase más, cuando no temiese, y eso la librase de futuras miradas inquisidoras. Por suerte o por desgracia sabía que el miedo era un arma de disuasión muy poderosa y que a veces eso bastaba para zanjar cualquier conflicto antes incluso de que comenzara. Para muestra lo ocurrido con los tipos de antes.

Las palabras de la joven sirena sonarían ahora en mitad del silencio o quizás lo harían en mitad del mismo rugido ensordecedor del concierto. Junto a ellas, el aleteo de las membranas ahora tendrían que resonar por la sala en silencio como velas enfurecidas a los cambios bruscos del viento. Seguí a la sirena con la mirada. Parecía encontrarse mal. Me parecía raro que un simple chupito le provocase ese efecto cuando las fiestas con Tofun si algo había abundado había sido el alcohol. Para futuras ocasiones, haría tener recipientes de mi tamaño en El Largo. Ubben siguió a Asradi, lo que me generó tranquilidad. En algún momento debía preguntarles si también estaban juntos y debía buscarme una señorita Morgawr para no estar como el candelabro; en mitad de las parejas. Rag y la Chica Chatarra seguían con su cita particular, así pues tan solo quedaba yo en la sala para tratar de mantener el orden.
Resumen

Aclaraciones

VyD

Técnicas y Stats

Inventario

  0
#24
Rumor
135 Reputación
0
Fuerza
0
Resistencia
0
Agilidad
5
Destreza
0
Puntería
20
Reflejos
0
Voluntad
0
C. Akuma
Perfil
5.350.000

888 / 888
761 / 761
290 / 290
Raiga Gin Ebra
-
13-12-2024, 03:32 PM
La música sigue rugiendo con una intensidad que golpea los sentidos. En el escenario, el vocalista y el guitarrista parecen haber llegado a un acuerdo tácito: tocar mientras se odian mutuamente. Sus movimientos agresivos y el intercambio de golpes no dejan lugar a dudas de que esto ya no forma parte del espectáculo, pero el público, sumido en su propia espiral de energía descontrolada, lo celebra como si fuera parte de un plan maestro. Botellas siguen rompiéndose, el suelo está pegajoso de alcohol derramado, y los empujones en el pogo parecen estar más cerca de una pelea que de un baile. El suelo empieza a estar pintado de un color carmín procedente de la sangre de los energúmenos que entienden que darse de hostias en el concierto es la mejor medicina para paliar el estrés.

Sin embargo, ese caos exterior no alcanza a todos los rincones de la taberna.


Ragn y Airgid, separados del bullicio por las paredes del baño, estáis en un mundo propio. La noticia del embarazo ha sacudido los cimientos de vuestra relación, pero no de una manera negativa, para nada. Todos confiábamos en ese vikingo poderoso, que no solo será un fiel guerrero, sino un padre de diez. Eso si salís de aquí con vida, pero bueno, podemos ir asumiéndolo porque sois super poderosos todos y formáis un equipazo.

Ragn, tío, no sabes la que se te viene encima, luego hablas con Umi. Está claro que estás sintiendo una mezcla de emoción y ternura inusitada, y has sabido apreciar a Airgid con firmeza, alzándola como si fuese el mayor tesoro que jamás hayas encontrado, al menos figuradamente.

El descubrimiento de una nota en la botella interrumpe momentáneamente la burbuja que os envuelve. Ragn se la entrega a Airgid, quien se sumerge en intentar descifrar su significado sin mucho éxito, y es que no parece que esa nota por sí sola os vaya a decir nada. Una pena, la verdad. Aunque me ha gustado esa combinación de palabras, os podría estar diciendo que siguiéseis, que ibáis bien, pero la verdad es que no. Pero por mi lo podéis seguir haciendo, es divertido. En fin, que parece que la resolución del misterio se queda en stand by y será resuelta después. O no, yo ya no sé con vosotros. Ahora mismo, lo único que importa es el momento compartido con Ragn, un instante que promete ser el comienzo de una nueva etapa para ambos. Qué bonito joder.


Asradi, hola, jeje. Por tu parte, no puedes disfrutar de la tranquilidad, aunque no es que hubiese mucha con la música esa, la verdad. He de decir que la colleja que le das al líder de los chavales es satisfactoria y elogiada en silencio por quienes te observan, aunque quizá el karma actúa y un malestar inesperado comienza a invadirte. O te han hecho algún tipo de brujería, no sé.

Decides retirarte al baño para refrescarte, con Ubben siguiéndote de cerca. El peliblanco, con su siempre alerta percepción, nota el cambio en la postura de su compañera y no duda en acompañarla. Mientras se abre paso entre la multitud, los movimientos de los asistentes empiezan a tornarse erráticos. Algunos se desploman de repente, otros quedan paralizados en poses grotescas, y un puñado comienza a vomitar sin previo aviso.

El Haki del Rey de Umibozu se despliega con una fuerza que parece impregnar cada rincón del lugar. No todos reaccionan al mismo tiempo; el efecto es gradual, como si la energía latiera en oleadas. Para cuando Asradi y Ubben llegan al baño, la mayoría de los presentes están fuera de combate o demasiado aturdidos para continuar con el caos.

Y se acabó la función. Ya te vale, Umi, ya te vale. Si no te gustaba la música te podías haber salido fuera, digo yo...

Asradi, notas cómo el agua fría refresca tu rostro. Sin embargo, lejos de aliviar tu malestar, este parece intensificarse. Tu visión comienza a distorsionarse, y la sensación de náuseas se convierte en un mareo abrumador. A tu lado, Ubben intenta mantenerse firme, pero pronto se encuentra en una situación similar. Cuando te abraza, empieza a sentir los mismos efectos que tú. Sus reflejos rápidos y su aguda percepción no le sirven de nada contra el extraño efecto que está afectando a ambos. ¿Qué está pasando ahí?

Ubben, sientes cómo tus piernas pierden fuerza, y finalmente caes de culo al suelo, incapaz de mantenerte de pie. El DDM que estaba en tu mano cae al suelo, y no eres capaz de realizar el comunicado que querías hacer. Tus ojos, normalmente brillantes y alerta, se fijan obsesivamente en el grifo del que Asradi acaba de beber agua. Algo sobre ese grifo te atrae de manera irracional, como si fuera un faro en medio de un mar de confusión. Mientras tanto, la sirena, aunque algo más funcional que su compañero, descubre que su voz ha desaparecido por completo. Intenta llamar a Ubben, pero no puede emitir ningún sonido.

Es entonces cuando dos figuras sombrías emergen de las sombras del baño. Sin mediar palabra, agarran a Asradi con fuerza. Aunque intenta resistirse, su cuerpo no responde como debería. Los hombres accionan una palanca oculta detrás del lavabo, y un sonido metálico reverbera en la habitación. Antes de que pueda comprender lo que está sucediendo, una trampilla se abre bajo sus pies. Los hombres se lanzan con ella, desapareciendo en la oscuridad mientras la trampilla se cierra automáticamente, volviendo a ser completamente invisible.

Ubben, lo siento tío. Estás completamente paralizado y obsesionado con el grifo, no puedes hacer nada para evitarlo. Tu cuerpo no responde, pero quizá la voz sí. Lo bueno es que fuera ya no hay ruido. Tu mente lucha por procesar lo que acaba de ocurrir, pero el cuerpo simplemente no responde.


Mientras tanto, Umibozu, te encontrabas observando la puerta del baño desde tu posición mientras te preguntabas si realmente Asradi y Ubben son pareja. Lo único que ves es que se abrazan, y a los segundos, la puerta se cierra de manera algo brusca. Yo creo que sería fácil pensar que, tal vez, Asradi y Ubben están intentando tener una conversación privada. O lo que viene siendo algo más que una conversación. Después de todo, has visto cómo el peliblanco ha estado especialmente atento a la sirena últimamente. O puede que pienses que algo raro está pasando.


Asradi, no ves aún muy nítidamente, y notas como dos hombres, a juzgar por sus voces, te atan a una silla y hablan entre ellos. Las palabras se te cruzan, estás totalmente aturdida aunque escuchas palabras como "trabajo hecho", "sirena", y "refuerzos".
Hace bastante frío, y en la última palabra que escuchas, te viene un flashback. Su voz te suena, y parece ser que, al menos uno de ellos, es uno de los tipos que os invitó a chupitos. Vaya, si ya lo decía mi madre, nada es gratis en este mundo.

Cosis

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#25
Popular
698 Reputación
70
Fuerza
20
Resistencia
70
Agilidad
8
Destreza
8
Puntería
62
Reflejos
47
Voluntad
55
C. Akuma
Perfil
170.462.520

863 / 863
910 / 910
365 / 365
Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
14-12-2024, 09:28 AM
Personaje


Bua, que morbo daba Airgid hablando el idioma natal de Ragn. Por un momento, el vikingo tuvo el arrebato de estamparla contra la pared para jugar al amigo invisible, pero no lo haría, demostrando un autocontrol digno de un verdadero varón. Le contestó poniéndole una mano en la mejilla, un gesto casi paternalista. Al rubio le costaba un poco eso de demostrar cariño, aunque con ella solía salirle de forma más natural, seguía siendo una tarea pendiente. Deconstruir una masculinidad tan sólida como la de Ragn sería una tarea ciertamente compleja de conseguir. Al entregarle la botella, la mujer con la pata chula terminó encontrando sorprendentemente rápido un patrón extraño. Ragn bufó, odiaba ese tipo de cosas, pero a la gente le flipaba. — Abesedarrrio ... Ya ... — Intentó parecer interesado. El pronto desinterés se sumaba al hambre que comenzaba a despertar su cuerpo. Incluso se podía escuchar su estómago rugir y casi cagarse en sus muertos por no darle gasolina.

Al salir Airgid volando, Ragn continuaría su estela, eso sí, con objetivos diferentes. Tenía alimento que meterse en el pecho, pero estaba hasta los huevos de sus pequeños bocaditos de pollo, quería una comida de verdad, así que comenzó a rastrear en las mesas cercanas [zona de Gente Random que hay justo debajo de nosotros] Se presentó frente a la mesa, ojeando si a los presentes les quedaba algo de comida en aquellos platos. Cual cazador, arrebataría aquello que deseaba a sus presas de ser necesario. En este caso sería solo robar comida de un plato ajeno. Ni les habló, cayeron a peso muerto sobre la mesa. Ragn sonrió, creyéndose el origen de se desmayo. Tomaría con calma algo de la comida y daría un trago a la jarra de cerveza que uno de los hombres desmayados tenía en la mano. — Grassias ... — Susurró, dándose la vuelta. Al hacerlo el espectáculo es dantesco. Todo el mundo está igual que el grupo al que les acababa de robar la comida. Exacto, no era por su belleza o por su porte, había sido cosa de ... ¿El haki rey? No era la primera vez que Umi lo utilizaba y el efecto era inmediato. — Es una habilidad temible. — Pasó por delante de varios tipos, tocando con su gigantesca mano los cuerpos. — La quiero. — Al fin llegó hasta Umi. Ragn odiaba tener que levantar la mirada para hablar con alguien, le gustaba cuando lo hacían para intentar hablar con él. Aunque le generaba cierta nostalgia de Elbaf.

— ¿Obrrra tuya, hm? — Fue inmediato, el vikingo activo su mantra, sintiendo todas las auras en una gran área. Le daba un gustito extraño, utilizar el mantra después de que Umi usara su potente haki, era como que dejaba un rastro de devastación, de auras a un mismo nivel de intensidad. Era más fácil buscar, rastrear, sentir. Cosas de la vida, sintió las peculiares presencias de Ubben y Asradi en un mismo punto. Sí, el vikingo también tenía sus dudas sobre si la amistad entre ambos había pasado a relación amorosa. Era un tema que no le importaba mucho, pero que ciertamente lo tenía en vilo. Eran dos personas muy importantes para él y tenía que saber qué eran, si no ¿qué? Imagínate encontrártelos un día pinchando encima de una roca, que cara pones a eso si te pilla sin información previa. — ¿Dónde va Asradi? ¿Se han peleado? — Cuál telenovela ecuatoriana, intentaba descifrar una cosa, ¿qué querían decir? Que es claramente el problema más gordo de una buena telenovela made in Ecuador. Como no se les podía escuchar, solo quedaba interpretar lo que sentía. — Pelearrr. — Dijo en voz alta, suponiendo que Umi también estaba al tanto de la sospecha amorosa de aquellos dos. Si no sabía nada ... Bueno ... Ragn no podía mentir, le costaba mucho.

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  0
#26
Aspirante
345 Reputación
57
Fuerza
35
Resistencia
7
Agilidad
45
Destreza
58
Puntería
53
Reflejos
45
Voluntad
0
C. Akuma
Perfil
238.800.448

954 / 954
495 / 495
225 / 225
Asradi
Völva
14-12-2024, 08:42 PM
Personaje


Las manos unidas, en forma de cuenco, fueron llenándose de agua del grifo que, acto seguido, Asradi l llevó hacia su rostro, remojándolo así un par de veces. Lo que creía que funcionaría para espabilarla y que esa sensación se fuese mitigando fue totalmente al revés. Cada vez sentía más y más náuseas y la visión nublada. Notó la presencia de Ubben y de cómo este intentaba confortarla. Incluso tomó entre sus dedos la pequeña botella de líquido translúcido. Casi con mano temblorosa, Asradi fue capaz de abrirla y tomarla de un trago. No notó mejoría inmediata ninguna, por lo que trastabilló hasta que su espalda se posó sobre una de las paredes del cubículo.

Quiso llamar a Ubben nuevamente, pero su voz tampoco salía. Sí fue consciente, en medio de aquella nube que la tenía abotargada, de aquella expulsión de energía. Amenazante, sí, pero que ella no sentía como tal. Era impresionante pero supo reconocer esa presencia imponente como la de Umibozu. Por supuesto que era algo a tener en cuenta, pero confiaba lo suficiente en el wotan como para saber que no les haría daño con una demostración de poderío como ese. En realidad, a Asradi le preocupaba más lo que estaba sucediendo ahora con ella. ¿Había sido el alcohol? El chupito era lo único que había bebido desde que había llegado a aquel lugar. Se maldijo internamente por haber confiado de buenas a primeras, creyendo que podía sentirse a salvo, al estar rodeada de sus compañeros y de alguna gente que habían ayudado la otra ocasión en Oykot.

Quiso contestarle a Ubben, pero su voz ya no salía y eso la alarmó todavía más. Necesitaba aire, sentía que se iba a ahogar del agobio en aquel lugar. Muy torpemente, intentó manipular el cierre del cubículo para salir, de nuevo, al exterior, donde estaban los grifos. Apenas y tuvo tiempo de esto cuando unos brazos la sujetaron de repente. Asradi se revolvió e intentó gritar, pero ni su voz ni su cuerpo parecían responder a los deseos de la sirena. Sacudió la cabeza un par de veces, intentando quitarse de encima esa sensación de náuseas. Pero para cuando se quiso dar de cuenta, ya no estaba en los baños de la taberna.

A pesar de haberse intentado mantener lúcida o, al menos, fijarse en donde estaba, le fue imposible. Solo pudo atisbar unas pocas palabras, en la neblina de su mente. Y el reconocer dos o tres y la posible implicación, hizo que todo su cuerpo se erizase y sus alarmas se disparasen. Al menos de manera interna, porque todavía sentía todo el entumecimiento.

Aún así, pudo reconocer a uno de los tipos. Era el que les había servido los chupitos. Entonces sí había sido eso. Se maldijo por haber confiado de buenas a primeras. Y, lo peor de todo es que no sentía su propia voz como para poder alzarla y tratar de avisar al resto. Miró, confusamente, a un lado y a otro. Incluso intentó agitarse, aún con el frío atenazándole, aunque las bajas temperaturas no era lo que más le molestaban.

Resumen

Virtudes y Defectos

Inventario
  0
#27
Aspirante
304 Reputación
50
Fuerza
20
Resistencia
1
Agilidad
8
Destreza
63
Puntería
55
Reflejos
18
Voluntad
85
C. Akuma
Perfil
84.774.750

773 / 773
863 / 863
90 / 90
Airgid Vanaidiam
Metalhead
16-12-2024, 03:30 PM
El entorno, la relativa intimidad con la que contaban y la alegría del momento estaban pidiendo a gritos que tanto Airgid como Ragnheidr se dejaran llevar, que continuaran con la fiesta, no sé si me explico. La rubia incluso se mordió el labio inferior, conteniendo en aquel gesto una pasión irrefrenable y lanzándole una mirada más que insinuante. Pero el inesperado enigma de la botella rompió todo el momento medio sexual y absorbió a Airgid en una espiral que le flipaba, la de resolver puzzles y misterios. Ragnheidr mostró abiertamente su desinterés, por mucho que intentara camuflarlo, Airgid le conocía lo suficiente y sus palabras le sacaron una sonrisilla divertida. — No sé si sacaremos algo de esto, pero... voy a ver si consigo resolverlo. — Le dijo antes de plantarle un beso y salir pitando, librándole de la carga de tener que soportar sus suposiciones y elucubraciones.

La rubia se había quitado un peso enorme de encima, incluso podía sentirlo físicamente, como aquella carga sobre sus hombros había desaparecido tras compartir la noticia con Ragnheidr, y sobre todo, tras la reacción del vikingo. Alcanzó la mesa donde anteriormente se encontraban, aún estaba ahí su refresco a medio beber, y estuvo a punto de sentarse para continuar descifrando aquel juego de letras cuando una pensamiento repentino le cruzó por la mente. Quizás, debería compartir también la noticia con los demás. La primera en la que pensó fue en Asradi, pues al final era la única presencia femenina en el grupo aparte de ella misma, también fue de las primeras en enterarse de la relación entre Ragnheidr y ella, así que Airgid sintió que era justo que lo supiera. O quizás reunirlos a todos para soltar la bomba a la vez para el Escuadrón al completo.

Fue mientras pensaba en ello que sintió la oleada de poder liberada por Umibozu a sus espaldas. Recordó ese momento en su duelo sobre la Alboreda, cuando ambos se enfrentaron, y la primera vez que sintió dicho despliegue y esa sensación, que se asemejaba a un temblor interior. Observó entonces, cómo de forma gradual, todos los presentes fueron reaccionando a la sacudida del wotan, algunos cayendo al suelo, completamente dormidos, mientras otros se mareaban y requerían de algún punto de apoyo para no desvanecerse. La energía pasó a través de ella, pero no le afectó. Como si Umibozu hubiera sido capaz de decidirlo, o quizás... ¿se estaba volviendo más fuerte? Puede que ya no le afectara como antes, simplemente. No tenía fe ni na. Desconocía el por qué Umibozu había decidido de repente ejercer tal acto de poder, pero agradeció un poco la calma, que el ruido cesase, al menos hasta que se recompusieran de nuevo. No le dio mayor importancia.

El caso es que la rubia se fue haciendo paso a través de personas desmayadas en dirección a los baños. La puerta estaba cerrada, pero juraría haber visto a Asradi dirigirse hacia allí, así que una de dos, o estaba ella tan tranquila haciendo sus necesidades o estaba algún otro inconsciente en el interior. Airgid alcanzó la puerta de madera y aún con la nota en la mano y dándole vueltas al acertijo, llamó un par de veces de manera un poco violenta, como era ella. — ¡ASRIIIII! — La llamó, castigando a la pobre puerta un poco más. Pero nadie respondía. Miró hacia la barra, encontrando en su mirada a Umibozu y a Ragnheidr que parecían cuchichear sobre algo que ella no llegaba a escuchar, así que se quedó ahí, esperando a que su amiga le dijera algo, con la mitad de su cerebro centrado en las palabras y las letras de la botella. — ¿¡Estás bieeeen!? — Se estaba empezando a preocupar, joder, por eso las tías siempre tenían que ir en pareja al baño, para cubrirse las espaldas si pasaba algo raro. — ¡Ábreme, anda! ¡Que paso rápido! — Ignoraba por completo que Ubben se encontraba también en su interior. Apoyó la espalda contra la puerta y observó la notita. — Enigma... U X M G J T... A ver, ¿cuáles tienen vocales? La E, la K, la O, la S y la U... Oscuro... A E W I Y A... No, no puede tener ni C, ni N, y casi que ni D tampoco, son letras demasiado raras. Puzzle, P I F F H U, vaya mierda. Misterio, J M E Z U Y M A, ¡no! A ver, algo que tenga que ver con este bar... ¿Largo? H T Y G A, una mierda. ¿Taberna? Z T S U Y X T. Bar, concierto, ¿trama? ¿¡QUÉ PUTA PALABRA ES!? ¡ASRADIIIIIII! — Volvió a golpear la puerta con tanta fuerza que sintió que la madera se astillaba bajo sus puños. Y es que se estaba impacientando, también por culpa de ese puzzle al que estaba claro que le faltaba algo, algo que la carcomía. — ¿Puede que sea una frase? — El cerebro le iba a mil por hora.


Resumen

Inventario

VYD

Stats actualizados
  0
#28
Forajido
325 Reputación
15
Fuerza
35
Resistencia
10
Agilidad
60
Destreza
60
Puntería
95
Reflejos
50
Voluntad
0
C. Akuma
Perfil
208.339.532

970 / 970
810 / 810
310 / 310
Ubben Sangrenegra
Loki
18-12-2024, 04:19 AM
La mente del bribón era un huracan completamente fuera de control, cada pensamiento chocando con el siguiente sin orden ni coherencia alguno. La desesperación se clavaba como garras afiladas en su pecho mientras su cuerpo, normalmente ágil parecía haberle traicionado. Sus extremidades estaban tan pesadas como si cadenas invisibles lo retuviesen, y sus músculos se negaban a responder. ¿Qué mierda le habían hecho? ¿Lo habían envenenado también? La idea golpeó le con fuerza, pero no tuvo tiempo para respuestas. Su visión se nubló por un instante, justo lo suficiente para que el mundo pareciera más ajeno y extraño de lo habitual.

A través de la neblina en su mente, alcanzó a ver a Asradi, siendo sujetada por un par de manos desconocidas. Lo que hicieron en la llave del lavabo, fuera lo que fuera, resultó tan hipnótico que casi lo atrapó también, dejandolo unos segundos perdido completamente observandolo. Un brillo, un destello... algo que hizo que sus pupilas se dilataran aún más, como si hubiera caído bajo un efecto extraño. Estúpidamente atrapante, sí. Un momento absurdo, surrealista. ¿Cómo podía distraerse con semejante estupidez cuando acababan de llevarse a la sirena?

—¡UULYKEEEE!— rugió con todas las fuerzas que pudo reunir, su garganta casi desgarrándose con el esfuerzo, un grito de auxilio que llevaba en sí toda la frustración y rabia. Intentó levantarse, lo intentó con todo lo que tenía, pero sus piernas se doblaron de forma torpe, dejándolo caer de espaldas con un golpe seco contra el suelo. Ubben no podía quedarse ahí, no podía permitirse ser una carga más.

—¡UUUUMIII, AAAAIRGIIIIID, RAAAAAG!— volvió a gritar, forzando su voz hasta límites insospechados, la impotencia brotando con cada sílaba. Su pecho subía y bajaba con dificultad, respiraciones erráticas y descontroladas mientras sus dorados ojos, normalmente llenos de astucia, ahora se inundaban de frustración y rabia contenida.

Su garganta ardía, y yacía en el piso, retorciéndose mientras intentaba que su cuerpo volviera a obedecer. Era una batalla interna, su voluntad ferrea contra lo que le habían hecho. Cada músculo fallaba en reaccionar, y la desesperación crecía en él... sea quién sea que le hizo eso, pagaría con sangre. No poder moverse, no poder actuar, era lo peor que podía ocurrirle a alguien como él. Sus dedos temblaron ligeramente, un pequeño indicio de progreso, pero no era suficiente. Sus labios se movieron de nuevo, esta vez con más dificultad —Sushi... lavabo... secuestro... veneno...— Repitiendolo varias veces, hasta que alguien del grupo lo escuchase, en un esfuerzo apoteosico por explicar la situación.

Ubben cerró los ojos por un instante, forzando su concentración. Su Haki de Observación seguía refinando sus sentidos, no lo detendría ni aunque le costase la consciencia. Necesitaba percibirla, sentir su presencia, seguir su rastro sea donde sea que la llevasen... Un único pensamiento cruzó su cabeza, recordandole la marca que compartían en la espalda. —No... te... perderé...— murmuró para sí mismo, casi en una súplica.

Resumen
Relevantes
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#29
Forajido
302 Reputación
30
Fuerza
71
Resistencia
48
Agilidad
7
Destreza
7
Puntería
61
Reflejos
71
Voluntad
0
C. Akuma
Perfil
63.615.024

1491 / 1491
638 / 638
355 / 355
Umibozu
El Naufragio
19-12-2024, 04:08 PM
El impulso se fue extendiendo por el local como una ola en el océano. A medida que fue avanzando, fue dejando inconsciente o paralizadas a las personas que abrazaba. De un inicio habría pensado que todas caerían, lo que me sorprendió y dio a entender que en Oykot vivía gente de gran valentía y arrojo. No pude evitar sonreír algo satisfecho al recordar como el pueblo se había levantado en armas y luchado activamente contra el poder opresor en cuanto habían tenido la oportunidad de hacerlo. Esto no quería decir que antes no lo hubieran hecho, pues seguir día a día peleando por hacerte valor y no dejar que los más fuertes te arrollasen también era lucha. No sucumbir, no dejarse dominar, plantarte ante la corriente y mantenerte inmóvil aunque el tsunami rugiera con fuerza y pretendiera arrastrarte. Eran gente valiente, sin lugar a dudas. Sin embargo, dadas las circunstancias aquellas personas podían suponer un fastidio. La situación había estado a punto de descontrolarse y el hecho de que en cuestión de nada volvieran a liberarse podría suponer el descontrol. Los miré a todos, acercando la cara a cada uno de ellos, pero sin acercarla tanto como para que pudieran llegar a tocarme estirando las extremidades. Respiré sobre ellos como si los estuviera oliendo, tal y como haría una bestia bien domesticada. En alguno de ellos, las membranas se expandieron y contrajeron violentamente, casi como si ellas mismas pretendieran intimidar a los ya de por sí inmóviles presentes.

-¿Verdad que vamos a estar todos quietos ahora-lurk? – pregunté a la sala con voz abisal. Esperaba que con ello la situación se controlara. Al menos en lo que la sala se refería.

Ubben y Asradi habían entrado al baño. Lo último que había visto de ellos era un acercamiento íntimo, por lo que salí de toda duda de que en el grupo era el único desparejado, como un calcetín viejo. Tenía que encontrar una wotan para mis noches en solitario cuando el resto hiciera algo más que dormir. Bueno, tenía a Timsy, por suerte. Después de tanto tiempo, al fin lo había encontrado. ¿Dónde estaría ahora? Estaba seguro que habría disfrutado del inicio del concierto, una lástima que el final hubiera sido tan abrupto. Al menos por ahora. Aspiré de nuevo de la pipa y solté el humo al techo. Miré en dirección a los lavabos

-Humhúm… - gruñí a las palabras de Rag haciendo vibrar las cuerdas vocales y los labios, pero si llegar a responder verbalmente.

Nada de aquello duraría pues el grito de Ubben nos alertaría en mitad del silencio reinante ahora en la sala. El grito liberó una descarga de adrenalina a la sangre, disparando todos los sentidos y alertas. Las membranas sonaron furiosas como velas azotadas al viento. Se expandían y contraían repetidamente sin control alguno. Ni mío, de ellas mismas. Airgid, la chica chatarra, estaba ya aporreando la puerta, por lo que simplemente me acerqué hasta ella para quedar detrás sin empujarla. Rag estaba cerca. Me contuve simplemente para dejar que fueran ellos quienes rompieran la puerta si no se abría de inmediato y evitar dañarlos yo con un destrozo mayor.
Resumen

VyD

Técnicas y Stats

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Inventario

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#30


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