Megumi D. Mexizuela
Megumi Fushiguro- Shadow Hunter
18-11-2024, 01:46 AM
(Última modificación: 18-11-2024, 02:14 AM por Megumi D. Mexizuela.)
Un destello del sol... El viento soplando con delicadeza... Sin embargo, todo se veía borroso; solo podía distinguir una silueta que se alejaba, dándome la espalda... Un cuerpo fornido, un tanto robusto, como si hubiera estado años entrenando, no podía recordar qué estaba vistiendo, solo podía distinguir a duras penas una camisa negra. Se alejaba a un paso apresurado, o quizás esa era mi percepción de las cosas. Mientras más caminaba, más borrosa se volvía su silueta, pero... ¿Por qué me siento... Tan impotente...? Era casi como cuando pierdes algo importante... ¿Quién era?... No lo sé... O quizás no lo recuerdo. Pero Dios... Cuántas veces he experimentado esto. Últimamente, este "sueño" ya es muy frecuente...
Sin que me diera cuenta en qué momento lo había hecho, aquella figura desapareció por completo en las lejanías de aquel horizonte vacío. Pero antes de eso, pude notar cómo le daba una sutil vuelta a su cabeza, mirando en mi dirección, casi como si estuviera analizándome o quizás... memorizándome... Quien sabe... Solo un pequeño susurro en el viento fue lo que me sacó aún más de órbita: "Serás fuerte, lo sé". De nuevo, siempre lo dice... Cuando escuché aquellas palabras sentí un gran escalofrío; ya era un bucle, era como si mi cuerpo me advirtiera de algo... Como si fuera la última vez que vería aquella silueta...
Y honestamente, esperaba que de verdad fuera la última, porque este constante "sueño" ya me tenía exhausto y un poco alarmado por cómo transcurre... ¿Acaso era de esos espíritus de los que hablaba la madre de mi hermana? No lo sé... Tampoco es como que quisiera descubrirlo realmente... Sin embargo, esta vez pude variar un poco la situación, o eso me gustaría decir... - Oye, ¡¿quién demonios eres?!... ¿Por qué siempre te vas?... ¡Responde!... Tsk...- otra vez, otra vez lo habia hecho, le había dirigido la palabra... Aquella silueta se detuvo un momento, volteo ligeramente la mirada en mi dirección, pero siguió caminando hasta desvanecerse en el horizonte.
Y tan pronto aquella silueta se desvaneció, abrí mis ojos poco a poco debido a un molesto sonido- ¡¡¡MEGUMI DESPIERTA!!!- si, ese molesto e irritante sonido de la voz de otra persona que solo sabe molestar y perturbar el sueño ajeno... Aunque quizás estoy exagerando... Pero si, hablo de mi hermana. Tsumiki Mexizuela... Una hermosa joven de 21 años, un largo cabello oscuro y ojos Avellanados. Sin darme cuenta, ella estaba justo frente a mi, con los brazos cruzados y una mirada un tanto molesta en los ojos- Levantate holgazán, ya son las 9 de la mañana- si, era un fastidio...
- Vale vale... Tsk...- vocifere entre bostezos, lo mejor sería hacerle caso, porque honestamente cuando Tsumiki se pone de caprichosa es un dolor de cabeza de los malos. Me sentaría en la cama para bostezar con pereza antes de seguir la rutina de cada día, ir al baño, cepillarme, lavarme la cara e ir a la cocina. Actualmente me encontraba en la isla Kilombo, si, estaba en casa. Una vez en la cocina, pude ver a Tsumiki con un delantal blanco preparando el desayuno, ciertamente... Más que una hermana, parecía una madre.
Siempre me regañaba cuando hacía algo mal, se preocupaba demasiado por mi, ya estuviera de misión, entrenando o simplemente estando en mi taller. Recuerdo una vez que me golpeé por error el dedo índice izquierdo con un martillo mientras trabajaba una viga de metal para hacer una espada, fue un dolor de cabeza terrible soportar los regaños de Tsumiki sobre lo poco cuidadoso que yo era. Y así como esa, hay cientos de historias similares... Aunque la verdad, si me ponía a recordarlas me sacaban una pequeña sonrisa...
Sin embargo, volví a la realidad cuando escuche un ligero sonido de golpes en la puerta. Alguien estaba afuera de la casa, en espera de que abriéramos, la verdad me daba pereza levantarme, por lo que seria Tsumiki quien se dirigiría a la puerta para preguntar- ¿Quién es?- esperaría un poco a la respuesta para saber si abría la puerta con confianza, o lo hacia lentamente y con cuidado. Claro que yo miraba a Tsumiki con el ceño fruncido, como si estuviera en espera de su decisión para yo tomar la mia, lentamente me levante de la silla.
Sin que me diera cuenta en qué momento lo había hecho, aquella figura desapareció por completo en las lejanías de aquel horizonte vacío. Pero antes de eso, pude notar cómo le daba una sutil vuelta a su cabeza, mirando en mi dirección, casi como si estuviera analizándome o quizás... memorizándome... Quien sabe... Solo un pequeño susurro en el viento fue lo que me sacó aún más de órbita: "Serás fuerte, lo sé". De nuevo, siempre lo dice... Cuando escuché aquellas palabras sentí un gran escalofrío; ya era un bucle, era como si mi cuerpo me advirtiera de algo... Como si fuera la última vez que vería aquella silueta...
Y honestamente, esperaba que de verdad fuera la última, porque este constante "sueño" ya me tenía exhausto y un poco alarmado por cómo transcurre... ¿Acaso era de esos espíritus de los que hablaba la madre de mi hermana? No lo sé... Tampoco es como que quisiera descubrirlo realmente... Sin embargo, esta vez pude variar un poco la situación, o eso me gustaría decir... - Oye, ¡¿quién demonios eres?!... ¿Por qué siempre te vas?... ¡Responde!... Tsk...- otra vez, otra vez lo habia hecho, le había dirigido la palabra... Aquella silueta se detuvo un momento, volteo ligeramente la mirada en mi dirección, pero siguió caminando hasta desvanecerse en el horizonte.
Y tan pronto aquella silueta se desvaneció, abrí mis ojos poco a poco debido a un molesto sonido- ¡¡¡MEGUMI DESPIERTA!!!- si, ese molesto e irritante sonido de la voz de otra persona que solo sabe molestar y perturbar el sueño ajeno... Aunque quizás estoy exagerando... Pero si, hablo de mi hermana. Tsumiki Mexizuela... Una hermosa joven de 21 años, un largo cabello oscuro y ojos Avellanados. Sin darme cuenta, ella estaba justo frente a mi, con los brazos cruzados y una mirada un tanto molesta en los ojos- Levantate holgazán, ya son las 9 de la mañana- si, era un fastidio...
- Vale vale... Tsk...- vocifere entre bostezos, lo mejor sería hacerle caso, porque honestamente cuando Tsumiki se pone de caprichosa es un dolor de cabeza de los malos. Me sentaría en la cama para bostezar con pereza antes de seguir la rutina de cada día, ir al baño, cepillarme, lavarme la cara e ir a la cocina. Actualmente me encontraba en la isla Kilombo, si, estaba en casa. Una vez en la cocina, pude ver a Tsumiki con un delantal blanco preparando el desayuno, ciertamente... Más que una hermana, parecía una madre.
Siempre me regañaba cuando hacía algo mal, se preocupaba demasiado por mi, ya estuviera de misión, entrenando o simplemente estando en mi taller. Recuerdo una vez que me golpeé por error el dedo índice izquierdo con un martillo mientras trabajaba una viga de metal para hacer una espada, fue un dolor de cabeza terrible soportar los regaños de Tsumiki sobre lo poco cuidadoso que yo era. Y así como esa, hay cientos de historias similares... Aunque la verdad, si me ponía a recordarlas me sacaban una pequeña sonrisa...
Sin embargo, volví a la realidad cuando escuche un ligero sonido de golpes en la puerta. Alguien estaba afuera de la casa, en espera de que abriéramos, la verdad me daba pereza levantarme, por lo que seria Tsumiki quien se dirigiría a la puerta para preguntar- ¿Quién es?- esperaría un poco a la respuesta para saber si abría la puerta con confianza, o lo hacia lentamente y con cuidado. Claro que yo miraba a Tsumiki con el ceño fruncido, como si estuviera en espera de su decisión para yo tomar la mia, lentamente me levante de la silla.