¿Sabías que…?
... Oda tenía pensado bautizar al cocinero de los Mugiwaras con el nombre de Naruto, pero justo en ese momento, el manga del ninja de Konoha empezó a tener mucho éxito y en consecuencia, el autor de One Piece decidió cambiarle el nombre a Sanji.
[Aventura] [T3] Una mala idea...
Terence Blackmore
Enigma del East Blue
Verano Día 9 724

El sol se alzaba sobre el horizonte, iluminando con tonos dorados la ostentosa isla de Tequila Wolf. Esta isla, famosa por sus majestuosas construcciones, alta calidad de vida y sus puentes que cruzaban los acantilados, era un hervidero de actividad constante. En el puerto principal, se encontraba anclada una tartana conocida como Dreamy Dragon, una embarcación modesta de velas rojas con una efigie de un dragón dibujada en negro, pero con un aire de ímpetu y aventura innegable.

A bordo del Dreamy Dragon se encontraban dos figuras imponentes. El primero era un hombre alto y musculoso con piel verde, conocido como Picollo. Vestía un ropaje exótico y una capa que ondeaba al son de la brisa marina, su mirada seria y su postura recta reflejaban la disciplina de un guerrero experimentado. 
A su lado estaba Goku, un joven de pelo negro en punta y una sonrisa constante en su rostro. Goku vestía un gi naranja y llevaba una cola de mono, un rasgo distintivo heredado de sus ancestros que lo hacía destacar entre los demás.

Ambos habían decidido embarcarse en una travesía hacia Loguetown, una ciudad conocida por ser el lugar de ejecución de piratas y donde todo pirata soñaba con visitar a causa de ser el cinturón de aprovisionamiento del East Blue. Sin embargo, había un pequeño inconveniente en su plan: ninguno de los dos era navegante. A pesar de su falta de experiencia en la navegación, la emoción de la aventura y la posibilidad de encontrar grandes tesoros los impulsó a lanzarse al mar.

La brisa marina era agradable y el cielo, despejado. Goku y Picollo, inexpertos en la navegación, se dedicaban a hacer lo mejor que podían, siguiendo los consejos que habían oído en las tabernas de Tequila Wolf. Goku, siempre optimista, se encargaba de izar las velas y manejar el timón, aunque lo hacía con torpeza. Picollo, por otro lado, intentaba leer una suerte de mapa de navegación que le habían dibujado sin mucha idea en una taberna, frunciendo el ceño con frustración ante los símbolos y las marcas incomprensibles.

Todo parecía ir bien hasta que el ambiente comenzó a cambiar. El mar, que antes estaba tranquilo, empezó a agitarse. Nubes oscuras aparecieron de la nada, y el viento se hizo más fuerte. Goku y Picollo se miraron con preocupación, tratando de mantener la calma. De repente, un rugido estremecedor resonó por todo el lugar, haciendo temblar la tartana. 

¿Qué harían nuestros protagonistas ante esta adversidad?

[Ronda cada 48h. Por causa excepcional, la primera ronda no tendrá esto en cuenta por imposibilidad de uno de los dos usuarios para jugar]
#1
Picollo
Daimaku
Personaje

Habían pasado cinco días desde su salida de Tequila Wolf, hasta ahora la suerte no estaba de su lado, una primer experiencia un tanto agotadora pero que serviría como aprendizaje para el futuro, aunque se habían quedado sin víveres, el día anterior lograron pescar algo de alimento el cual les devolvió la vitalidad y entusiasmo tan anhelado - ¡Goku! ¡estamos jodidos! - Gritaba a su compañero desde la cubierta mientras observaba el mapa improvisado. Sus bosquejos no habían servido de nada, más que para introducirlo en un mar de incógnitas e incertidumbre - ¿Dónde demonios estamos? - se preguntaba así mismo buscando que el papel diera con la respuesta, pero sin éxito alguno.

Una fuerte brisa hizo que sus ropajes se sacudieran, acto seguido voltio su mirada al cielo, - oh... parece que se viene una tormenta, justo lo que faltaba - murmuro en tono irónico, observó a su compañero para darle ánimos - no te preocupes, lo más sensato será estar...- no pudo terminar sus palabras antes de que el barco se sacudiera en un fuerte temblor provocando que este casi se caiga al agua, en su concentración perdió el balance de su cuerpo y casi cae por la borda. - ¡Maldita sea! ¿¿Que a sido eso??- exclamó a los cuatro vientos mientras se sujetaba del borde y observaba la profundidad del océano.

- Subiré al mástil, estate atento a mis señas- dijo a su compañero mientras escalaba la altura con suma destreza. Una vez en lo alto observaría el horizonte y buscaría cualquier indicio de isla pero sin éxito alguno. - Que tormento extraña - pensó mientras observaba la calidad de las oscuras nubes, acto seguido advirtió a su compañero.
- ¡¡Debemos guiar las velas y aumentar la velocidad!! - Grito a su compañero desde lo alto. El viejo Picollo empezó entonces las maniobras para orientar las velas de la Tartana a favor del viento, con algo de suerte evitarían la tormenta inminente.
#2
Son Goku D. Namek
Dr. Goku
La tormenta golpeó como una bofetada en la cara a los dos navegantes inexpertos, que habían aprendido sobre la marcha, literalmente, todo lo que sabían sobre navegación. A pocos días de haber partido del puerto, sin provisiones adecuadas pero con la suerte de haber pescado algunos peces en el camino, al menos para Goku, eso fue una salvación. Con la boca llena y sosteniendo un pescado, Goku trató de seguir las órdenes de Picollo: "¡Guía las velas para ganar velocidad!" Palabras llenas de sabiduría que cayeron en oídos torpes y poco refinados como los de Goku, quien, lejos de entender cómo hacerlo, simplemente actuó según lo que pensó que se vería más guay.

goku enfrenta LA TORMENTA sin experiencia, conocimiento, pero con mucha fé
[Imagen: HD-wallpaper-anime-rain-lightning-tattoo...-super.jpg]

Rápidamente, Goku se acercó a las sogas de las velas, tiró de las cuerdas levantando las velas y ató el extremo a una barandilla de madera, sin saber realmente cómo funcionaba el sistema de amarres del barco. Hizo el nudo lo más fuerte posible, esperando que no se soltara fácilmente, ignorando que el amarre estaba diseñado para ser modular y fácil de ajustar, pero lo suficientemente resistente como para que el viento no soltara las velas por sí mismo.

Luego corrió al timón, mostrando su total falta de experiencia. Contrario a lo que Picollo había dicho, Goku observaba el mar y el cielo, intentando evitar cualquier peligro evidente, aunque no sabía cómo determinarlo. Encontró una cuerda atada al barco, sin saber que eran arneses de seguridad, y se la ató al cuerpo. Con una mano, sostuvo su pescado y, tras darle un mordisco, le gritó a Picollo - ¡SEÑOR PICOLLO! ¡MEJOR BAJE DE AHÍ! ¡SE PODRÍA CAER!

Personaje
#3
Terence Blackmore
Enigma del East Blue
Desde las profundidades del East Blue, una sombra ominosa comenzó a ascender, moviéndose con una gracia mortal que desmentía su tamaño. El mar, agitado por la tormenta, se agitó aún más al sentir su presencia. De repente, una figura colosal emergió de las aguas, rompiendo la superficie con un estruendo que resonó por encima del rugido del viento y el trueno. Era Raah Di' Tzz, el Rey Marino, una criatura que desafiaba la imaginación con su aspecto imponente y temible. Extrañamente, la gracilidad del coloso no rompió la mar más de lo agitada que ya estaba.

Raah Di' Tzz se asemejaba a un gigantesco pez escorpión, pero su escala y ferocidad lo hacían incomparable. Su cuerpo era largo y robusto, cubierto de escamas ásperas y venenosas que relucían con un tono anaranjado vibrante, que se degradaba en un profundo rojo hacia las extremidades y la cola. Este color, como un fuego bajo el agua, era un claro aviso de peligro, una advertencia natural para cualquier criatura lo suficientemente insensata como para acercarse. Las escamas refulgían en belleza, pero impenetrables.

La cabeza de la bestia era grande y triangular, dominada por un par de ojos penetrantes y maliciosos que brillaban con una intensidad rojiza. Estos ojos, capaces de detectar el más mínimo movimiento en el agua, escaneaban el entorno con una mirada fría y calculadora. Su boca, grande y en forma de arco, estaba llena de filas de dientes afilados como navajas, sedientos de sangre. De sus mandíbulas sobresalían unos apéndices largos y delgados, similares a los zarcillos de un pez abisal, que se movían suavemente en el agua.
Sin embargo, lo más notable de Raah Di' Tzz eran sus aletas dorsales, que se extendían a lo largo de su espina dorsal como un abanico de cuchillas. Estas aletas estaban cubiertas de espinas, largas y afiladas, que emitían un brillo siniestro. Las aletas se movían con una fluidez hipnótica, ondulando con cada uno de sus movimientos, como si bailaran al ritmo del mar.
Por último, cola era larga y poderosa, también adornada con espinas mientras rematado por un abanico de aletas daba la impresión de una cola de abanico oriental. 

El color de Raah Di' Tzz, un deslumbrante degradado de naranja a rojo, se intensificaba en las profundidades, donde la luz del sol apenas alcanzaba. En la superficie, bajo el resplandor de los relámpagos y la oscuridad de la tormenta, su figura anaranjada parecía casi incandescente, una chispa de fuego en el vasto océano. La bioluminiscencia natural de su cuerpo añadía un aura fantasmal, haciéndolo parecer una criatura mítica, un espectro salido de las leyendas marinas.
Cada movimiento del rey marino era una demostración de poder y gracia. 

La bestia quedó mirando a sendos viajeros con un apetito voraz, jugueteando con la mirada a sus presas.
[Imagen: 30915fc860d51b335af81d54afea244e.jpg]

#4
Picollo
Daimaku
Picollo se encontraba en descenso del mástil cuando su mirada se congelo en el mar, - ¡OH-H No-o! - grito asustado mientras descendía. Fueron milésimas de segundos las que se quedó completamente asombrado, no lo podía creer, rápidamente volvió a la realidad al escuchar la advertencia de su compañero. - ¡VOY! - salto a la cubierta y cayo junto a Goku.

Bajo el manto de viento y la constante lluvia Picollo se preguntaba cuales serían sus posibilidades contra semejante bestia, solo dos ideas vinieron a su mente: distraer a la criatura con un cebo o intentar escapar, ninguna de las dos le generaba tranquilidad. Fue entonces que empezó a correr hacia el timón mientras imitaba el movimiento de su amigo al atarse una soga de seguridad a la cintura, estaba claro que cualquier embestida del monstruo destruiría el barco con facilidad.

Cada segundo valía y la mirada del monstruo marino nos los hacía saber con su acecho constante, fue entonces que el viejo Picollo tuvo una ocurrencia, al margen de buscar la máxima velocidad es que empezó a lanzar los pocos barriles que tenían al agua, vio que su compañero lo miraba con extrañeza, pero no había tiempo de dar demasiadas explicaciones. - ¡ALIGEREMOS LA CARGA GOKU! ¡NECESITAMOS TODA LA VELOCIDADA POSIBLE! - Exclamó, mientras lanzaba todos los barriles, herramientas y cualquier cosa que generara un mínimo de peso en el barco. Uno de los últimos barriles que alcanzo a lanzar, se abrió mientras volaba provocando que llovieran pescados muertos por todos lados, quizá le permitiría distraerlo unos momentos o caso contrario podía interpretarse como una ofrenda ( no estaba seguro de nada).

Aunque la bestia no era lo único que lo tenia preocupado, sino su responsabilidad para con su aliado, ¿Acaso nos traje hacia la muerte? pensó, angustiado, por poner en riesgo la vida de su reciente compañero. No había mucho por hacer más que procurar la máxima velocidad de la embarcación en dirección opuesta al Rey Marítimo, se aseguró de que así fuera, yendo de un lado a otro asegurándose de que la embarcación estuviera en condiciones para su máxima velocidad y lanzado cualquier tipo de carga por la borda, barriles de aceite, algunos de agua dulce, inclusive un pequeño cofre con monedas de oro.

En su insignificante esfuerzo por alejarse de la bestia, esta parecía siquiera moverse en la distancia, aunque las aguas bajo la nave fueran a toda velocidad, el tamaño de la bestia significaba un completo desafío a la hora de escapar. La observó nuevamente, esperando ver su reacción, tuvo miedo e incertidumbre, acto seguido puso a prueba su coraje y lanzo un grito por los aires, con toda su fuerza y espíritu, recurrió a un recurso desesperado.

¡¡NO BUSCAMOS PROBLEMAS!!
¡POR FAVOR! ¡DEJANOS PASAR!

No estaba seguro si sus palabras significarán algo para la criatura, pero por intentarlo no perdía nada más que dignidad y orgullo. Sus manos estaban aferradas al borde de la madera, apretándola con todas sus fuerzas mientras se esforzaba por mantener los ojos en la criatura, en su esfuerzo por soportar semejante visión el cuerpo de Picollo empezó a crecer y a transformarse inconscientemente, casi como un estado de supervivencia propia del viejo Picollo, donde se convertía en un ser hibrido rodeado de rayos y, tomando su piel, un color anaranjado.


Gastos:
#5
Son Goku D. Namek
Dr. Goku
el narrador en estos momentos
[Imagen: 840_560.jpeg]

El pez gigante había aparecido no tan lejos de ellos, pero para una bestia de ese tamaño, la distancia no significaba nada. Picollo estaba actuando de manera extraña, visiblemente asustado mientras arrojaba los barriles al mar. Goku, en cambio, mantenía su mirada fija en el horizonte, observando el mar y las nubes sin apartar la vista.

Su atención estaba completamente en las escamas y el color extraño de esa criatura, con un aura fantasmal y un movimiento que se confundía con el mismo mar. Aunque su estupidez le impedía comprender del todo la situación, no dejaba de mirar con esa vista aguda que tanto lo caracterizaba, superior a la de los demás. Observando a la bestia marina, Goku movió el mástil lo mejor que pudo, girando el barco sin querer y permitiendo que siguiera su rumbo por una especie de tangente del pez. No se acercaba ni se alejaba significativamente, simplemente lo observaba. ¿Qué era eso?

[tecnicainvalida=V008]

El barco se estremecía con el viento y con el mar malhumorado bajo el casco, mientras extrañas visiones coloridas se reflejaban en esa bestia rojiza. A pesar de que la embarcación estaba en una posición idónea para escapar, los tripulantes no lo notaban. Goku soltó el mástil con sus manos para mirar de frente a la bestia marina a babor de la embarcación, manteniendo a Picollo dentro de su campo de visión, observando como este intentaba mutar en algo… extraño. Se rascó la cabeza mientras su cola se aferraba al timón, asegurando que el barco no se desviara de su curso.

No entendía bien qué debían hacer, simplemente sujetaba el timón con fuerza. No dejaba de observar a la gigantesca criatura que ahora se encontraba frente a ellos y por el costado de babor del barco, observándolos directamente, mientras ambos encaraban a dicha bestia con temor y a la vez incertidumbre e inconciencia.

Simio Guerrero
U24001
ÚNICA
Racial - Pasiva
Tier
2/8/2024
En la sangre de Son Goku corren genes mink de poderosos simios otorgando al chico una cola de mono de un metro de largo, con la cual tiene gran destreza y control pudiendo usarla casi como una quinta extremidad. Adicionalmente el chico tendrá una gran fuerza aumentando todos sus daños CaC en +10 de Daño.


Hey... Picollo... ¿qué es esa cosa? - preguntó incrédulo Goku - Nunca he visto un pez tan grande.
#6
Terence Blackmore
Enigma del East Blue
El mar rugía con una furia desatada, y el cielo, cargado de nubes negras, amenazaba con traer aún más lluvia o escampar debido a la inestabilidad de cualquier ojo conocedor de la meteorología. En medio de la tormenta, la figura colosal de Raah Di' Tzz se alzaba sobre las aguas, observando a sus presas con ojos penetrantes y hambrientos. Frente a ella y su sinuosa y majestuosa apariencia, a aproximadamente unos ocho metros, el luchador verde comenzaba a transformarse, una energía eléctrica crepitante emanando de su cuerpo, que la propia bestia tomó a desafío.
Probablemente, el orgullo de la bestia hubiera permitido a los náufragos pasar si se hubieran mostrado suficientemente respetuosos, pero además de intentar distraerla como si se tratara de una bestia inferior carroñera con pescado muerto, de manera superflua intentaron distraer la atención con una vaga actuación de lo más parecido a un permiso y posteriormente una amenaza eléctrica, la cua hirió la voluntad noble de la bestia.


La transformación de Picollo era un desafío directo. Raah Di' Tzz, no pudo resistir la provocación. Sus ojos rojizos brillaron con una furia renovada, y su cuerpo se tensó como un resorte cargado. Con un rugido ensordecedor, la bestia decidió que este enemigo no podía ser ignorado; debía ser aplastado.
En un movimiento rápido y fluido, Raah Di' Tzz se impulsó hacia adelante con una explosión de fuerza titánica. Sus aletas y cola, cubiertas de espinas, cortaron el agua con una velocidad sorprendente, creando una enorme ola a su paso. 
La criatura se lanzó hacia Picollo, su cuerpo macizo saliendo del agua en un salto impresionante. Su boca se abrió de par en par, revelando filas de dientes afilados y letales, listos para destrozar a su presa.

El impulso de su salto fue tan poderoso que provocó una gigantesca ondulación en las olas, como si el océano mismo reaccionara al ataque del Rey Marino. Las aguas, agitadas y salvajes, se alzaron en un gran arco, enviando olas en todas direcciones. La tartana, frágil y pequeña en comparación con la monstruosa bestia, se tambaleó violentamente. 
La nave, enfrentándose verticalmente al viento y las olas, se inclinó peligrosamente de lado a lado, amenazando con volcarse. Cada golpe de las olas resonaba como un martillazo, y los mástiles crujían bajo la presión del viento. Solo la pericia, o quizás la suerte del hombre mono, habían conseguido que la tartana aguantase, pero no sin un duro tirón que por poco desequilibra al humink.

La barca parecía una hoja atrapada en una tormenta, completamente a merced de la furia desatada del océano. El agua salada salpicaba en todas direcciones, mezclándose con el viento y la lluvia, mientras la embarcación luchaba por mantenerse a flote.
Raah Di' Tzz, con sus fauces abiertas y sus ojos llenos de hambre y furia, se dirigió directamente hacia Picollo. La escena era de un terror primordial: una bestia antigua y poderosa enfrentándose a un ser que se atrevía a desafiarla con un poder extraño. La electricidad que rodeaba al hombre verde brillaba intensamente, iluminando el monstruoso rostro del Rey Marino en su embestida final. En ese momento decisivo, el viento y las olas se unieron en un clímax feroz, y llegó el impacto:

Daño de Picollo

Daño de Goku


Y mientras tanto, una pequeña y tenue luz comenzaba a abrir en el cielo...
#7
Picollo
Daimaku
No hubo tiempo de mediaciones, cualquiera que se encontrara frente a la bestia temblaría del miedo, y no era diferente de Picollo, que apenas pudo moverse al ver como el animal destrozaba la embarcación con un voraz bocado. Por como lo observaban sus ojos rojos, se dio cuenta que él era el objetivo , mantuvo su posición a un costado del barco esperando el momento preciso para moverse. - Lo siento mucho Go..- 

Cuando el mítico pez se lanzo sobre él, dio un preciso salto hacia atrás evitando que este sea mortal y procurando mantenerse sobre la cubierta, que ahora estaba destrozada. Con el temor ocupando cada parte de sí, sintió como su cuerpo era desgarrado por los colmillos de la bestia, justo en ese momento que se lanzaba sobre Picollo, logró dar un salto atrás pero no logro esquivarlo completamente, el Rey Marino había conseguido quitarle uno de sus brazos y le arranco gran parte de su muslo derecho, quedando con algunas partes desmembradas por la mordida del animal, a partir de entonces volvería a su estado original producto del dolor.

Sus pensamientos empezaron a nublarse, estaba perdiendo la conciencia, mientras la sangre brotaba hacia el mar a través de la madera destruida, que caía hacia lo profundo, gracias al nuevo agujero de la Tartana, observó, como aquel brillo fantasmal volvía a la profundidad llevándose consigo una parte significativa de su cuerpo, tambaleó, mientras el barco se inclinaba e intento mantenerse a pie pero no lo logro, sus pies se resbalaron en su propia sangre, de no ser por la cuerda se hubiera hundido con la bestia.

Apenas en flote, la Tartana había recibido un mordisco de proporciones colosales, gran parte de la cubierta y habitaciones inferiores habían sido el desayuno de Raah, los ruidos y crujir de la madera evidenciaban una pronta inundación, sería de urgencia empezar las reparaciones o caso contrario abandonar la nave, nada de lo que Picollo pudiera ocuparse, mientras colgaba de una parte del bote brotando sangre y completamente fuera de si.

Defensa de Escamas
U40001
ÚNICA
Racial - Pasiva
Tier
2/8/2024
Picollo posee resistentes escamas en algunas partes de su cuerpo, principalmente en sus brazos, piernas y abdomen, estas se distinguen por tener un color diferente al verde, dicha defensa le permite resistir ataques con filo y o reducir la fuente de impactos incrementando en +18 su Defensa Pasiva.
#8
Son Goku D. Namek
Dr. Goku
Ese majestuoso animal había atacado a Picollo de la manera más poderosa posible. Goku se encontraba en una situación desesperada, sintiéndose impotente pero sabiendo que debía actuar.

¡NO, PICOLLO, NO! - gritaba Goku mientras su amigo intentaba evitar el ataque - ¡NO LO LASTIMES! ESA BESTIA ES... ES MAGNIFICA!

La criatura mordisqueaba a Picollo, dejándolo caer lejos de sus fauces. Goku seguía gritando, intentando protegerse con los brazos del daño que el remezón y el caos le causaban.

Por suerte, aunque el barco sufrió daños, estos no fueron suficientes para detener su navegación, siempre y cuando no recibieran más golpes. Sin embargo, Picollo estaba en una situación crítica. Goku soltó el timón por un segundo, abalanzándose sobre su amigo para alejarlo de la bestia.

Guardia Alta
COM102
COMBATIENTE
Defensiva Activa
Tier 1
31/7/2024
20
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Cruzando los brazos mientras los eleva el usuario adquiere una postura defensiva para amortiguar un poco el siguiente daño buscando quedar erguido. Incrementa la [Defensa Pasiva] en +5 durante la ejecución.
Defensa Pasiva + [RESx2] de Daño Mitigado

-9 de daño = 43 de daño
Vida: 177 / 220
Energia: 110 / 125


En su total inconsciencia sobre qué hacer, Goku simplemente sujetaba el timón con su cola tras haberlo soltado un segundo atras, intentando mantener el control mientras se acercaba a su compañero herido. Su instinto de supervivencia le pedía escapar, pero su devoción por los animales le impedía apartar la mirada de aquel majestuoso ser.

Viendo a su amigo al borde de la muerte, Goku hizo lo único que un imbécil haría en esa situación: trató de hablar con la bestia mientras sujetaba a Picollo para evitar que se moviera o intentase volver a desafiar con ese aspecto tan raro al animal.

¡HEY, TÚ! - gritó con impotencia - ¡PERDÓNALO, ES UN TONTO POR DESAFIARTE! - Luego, con una sonrisa de oreja a oreja y una alegría genuina al ver a tan increíble animal, continuó - ¡NADIE DEBERÍA TOCARTE NI UNA ESCAMA! ¡ERES MAJESTUOSO!

sonrisa sincera de goku
[Imagen: maxresdefault.jpg]

off
#9
Terence Blackmore
Enigma del East Blue
Daño iniciales de Picollo

Daño iniciales de Goku


El hombre de extraña tonalidad salió despedido contra los escasos restos que habían quedado de la Tartana, suficientes para mantener al dúo a flote durante unos minutos, pero sin duda, convenía urgentemente encontrar una vía de escape de aquel mastodonte.

Como si fuera sido ungido en su nacimiento por un poder superior, Goku encontró el coraje para interponerse entre el último golpe de gracia y Picollo, aprovechando su natural armonía con los animales, aunque el orgullo de Raah Di' Tzz había sido herido.

De una forma magistralmente elegante, la bestia detuvo el golpe y observó con atención lo que el Jujin clamaba a los cuatro vientos.
Hubo un gesto que casi parecía humano, que Goku solo pudo interpretar con un gesto de saludo y respeto, consistiendo en una suerte de reverencia breve, antes de que Raah le aguantara la mirada en algo que el moreno entendió como complicidad.

Goku sonrió, fruto de un entendimiento sincero con la bestia, pero no dilucidó las crípticas, pero inteligentes intenciones de Raah Di' Tzz, a la que algunas leyendas achacaban el poder de leer el pasado y el futuro.

Raah majestuosamente pareció retirarse mientras miraba los restos del pecio, pero con un impulso extraño y un golpe por debajo del navío a gran potencia, la tartana salió despedida por el aire, partiéndosa en numerosos trozos lo suficientemente inconsistentes para servir de soporte de auxilio acuático y separando por varios metros a sendos contendientes. El envite de la bestia fue tal que se formó un remolino que se proyectó incluso fuera del mar durante unos segundos.

Torbellino Subacuático


El sol comenzó a abrirse paso mientras la bestia se sumergía sigilosamente bajo el océano, que iba relajándose con los restos de una lluvia copiosa que iba dejando de chapotear sobre la superficie marina.

Lejanamente, se escuchaba un silbido agudo, quizá de mujer, tararear una canción de un grupo musical conocido como Bon Bon Blanco...
#10


Salto de foro:


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