[Aventura] ¿Qué podría salir mal? [T4]

Perfil · 14-11-2024, 04:24 AM

Definitivamente la batalla habia cesado por completo. Ni el pequeño grupo de matones enviados con la única misión de recoger la mercancía y llevarla hasta el lugar de la subasta, ni los supuestos profesionales en la caza de personas para su comercio, fueron rivales para la furia macerada por años de los Piratas Bizarre Adventure. Simplemente se podría decir que fue una masacre unilateral hacia un solo lado, llamar batalla a eso, seria de hecho un desprestigio para la abrumadora superioridad de aquel grupo de piratas perfectamente sincronizados.

Ahora solo resonaba por el aire el sonido del Den Den Mushi sonando, un sonido característico para cualquier persona, no obstante el eco con el que reverberaba por el aire con el mordaz silencio estaba plagado de una tensión que cualquiera podría percibir. Pero no fue así para Dharkel, quien no dudo ni por un momento en descolgar el caracol, recientemente saqueado de entre las pertenencias de aquel miembro de la mafia y contestar.

El pirata trato de emular la voz del hombre que lideraba a los mafiosos, por suerte pudieron escuchar lo suficiente la conversación con los cazadores para hacerse una idea, sumada a la ligera distorsión del caracol podría llegar a colar. Con un tono firme y conciso respondió la llamada no dando tiempo al emisor de decir ni una palabra, para dar una rápida respuesta como si desde el principio hubiera estado esperando esa llamada. Por unos momento se hizo un silencio y de repente - ¿Todo en orden? ¿Esperando indicaciones...? - Otro silencio se realizo, esta vez especialmente incomodo tras el tono jocoso del emisor - ¡Hace media hora que tendríais que haber traído la mercancía aquí! - Un estallido de furia - ¡La jefa paso antes para comprobar sus dos nuevas propiedades y se disgusto profundamente por el retraso y sabiendo que estáis haciendo tarde me dices que estas esperando instrucciones! - Hizo una breve pausa de incredulidad - ¡¿Acaso queréis que la jefa nos mate a todos... eh... es eso?! - Parece ser que la otra persona no estaba para nada de humor ante la situación. Aunque el grupo de sicarios enviado no tenia la culpa, los que se retrasaron fueron los contrabandistas - ¡TRAED A ESOS MOCOSOS AL CASINO, SON LA PIEZA ESTRELLA DE LA SUBASTA E ID DIRECTOS A LA PUERTA TRASERA; YA ESTAN ENTRANDO LOS INVITADOS Y NO QUEREMOS QUE VEAN LA MERCANCIA DE LUJO ANTES DE TIEMPO! - Era evidente, si habia un objeto de lujo misterioso habria gente que se reservaría el dinero para ella, pero otros ante la incertidumbre irían gastando en los objetos previos, pero si se revelaba dicha pieza desde el inicio, era probable que todas las otras pujas quedaran eclipsadas y no alcanzaran casi ningún valor.

Los niños se mostraron algo asustados en una primera instancia por aquellos gritos, sabiendo perfectamente que toda esa conversación iba referida a ellos. Más no hubo mucho tiempo a ser amedrentados puesto que rapidamente fueron arropados por los cuidados de Marvolath y Balagus, quienes les brindaron una intención que relajara a los asustados infantes y haciendo un esfuerzo notorio por parecer simpáticos y amigables con ellos, por suerte el que se llevo la imagen de violencia desmedida era Silver y no ellos dos.

Sin duda en cuanto vieron la oferta del medico de esas semillas dudaron, pero las tomaron y en cuanto vieron el agua se lanzaron a ella de una forma desesperada, sin duda alguna habían sufrido mucho a pesar de su corta edad, pero atendieron a la recomendación del doctor y bebieron más despacio. No hacia falta ni decir que casi lloraron ante el sabor de una simple bola de arroz que Balagus les brindo con toda la amabilidad del mundo. Era evidente, aunque fueran niños, sus genes eran poderosos, en bunas condiciones podrían haber llegado a ser una molestia o gran peligro para los propios secuestradores, era mejor tenerlos al mínimo de sus fuerzas para que no fueran capaces de revelarse. Mientras disfrutaban del humilde, pero bien recibido manjar, Balagus quebró las cadenas que mantenían a los niños atados de pies y manos entre ellos con su gran pericia al aprovechar al máximo sus escasas herramientas, aun tenían sus grilletes en tobillos y muñecas, pero podían moverse con más facilidad y libertad en lo que se buscaba la llave.

Mientras el grupo buscaba la llave para acabar de soltar a los niños el capitán Silver fue claro. Era mejor para los niños llevarlos al barco para que estén a salvo con su nakama. Mientras ellos acabarían el trabajo, no era bueno acercar a los niños hasta sus compradores, era más sensato mantenerlos alejados de aquel ambiente tan turbio y decadente. A parte de que igual también era una gran idea hacer que los niños no vieran lo que Silver estaría a punto de hacer al más grandullón y solo algo aturdido de los cazadores de personas.

El filo de su espada, unos toques de atención para que espabilaría y un hombre con muy poca piedad y paciencia, eran la formula para una masacre garantizada - Yo... No se mucho... De esas cosas se ocupaba Carrión - Diría señalando al montón de carne picada que habia dejado Silver en el suelo - Nosotros solo sabemos que la mercancía debe llegar hasta el casino y queríamos ir a ver que tal se venia nuestro producto, pero juro que no se nada más - El hombre ciertamente no parecía ser el cerebro del grupo.

Perfil · 22-11-2024, 02:25 AM

La brisa nocturna traía consigo un aire de tensión que se mezclaba con el olor a hierro de la sangre derramada. Syxel observaba cómo su tripulación trabajaba con diligencia para asegurar la escena tras el enfrentamiento. Dharkel acababa de responder la llamada del Den Den Mushi, con su voz calculada manteniendo la fachada que podría brindarles acceso al núcleo de la operación. Aunque la conversación estuvo llena de gritos y reproches desde el otro lado, los piratas obtuvieron, o más bien confirmaron, la información crucial: el casino era el epicentro de la subasta, y los niños Lunarian eran la pieza clave de la noche.

El capitán esperó a que el caracol quedara en silencio antes de asentir hacia Dharkel. Su compañero había manejado la situación con precisión, pero no podían permitirse errores en lo que estaba por venir. La escena todavía requería atención, y tenía una tarea más antes de proceder. Silver se acercó al grandullón herido, quien yacía semiinconsciente en el suelo. Su mirada se endureció al contemplar la sombra de lo que había sido un hombre. Sin perder tiempo, empujó con la bota un costado del cazador para que despertara.

—Habla —ordenó de nuevo con frialdad—. O me aseguraré de que cada segundo que te quede sea una eternidad.

El esclavista balbuceó, su rostro mostraba una mezcla de miedo y dolor. Con un gesto débil, señaló hacia el cadáver destrozado del cabecilla mientras respondía entre jadeos y espasmos de pánico. Syxel le observó durante unos segundos, tratando de juzgar si decía la verdad. Pero fuese o no el caso, tampoco parecía dispuesto a contar nada más, así que alargar su agonía no tenía sentido. Un rápido core puso fin a la vida del hombre, sin vacilación alguna. No era el momento para gestos de misericordia; no después de lo que habían hecho. Con un movimiento fluido, limpió el filo de su espada y se dirigió de nuevo hacia Dharkel.

—Deshazte de los cuerpos en el mar —le pidió sin rodeos—. Luego vuelve al barco. Vigila a los niños y asegura la zona. Solo puedo confiártelo a ti.

Dharkel asintió en silencio, aceptando la tarea encomendada antes de comenzar a arrastrar los cuerpos uno a uno hacia el muelle. Syxel volvió su atención a los cadáveres, revisando las pertenencias de los traficantes por si encontraba cualquier otro objeto útil, además de las entradas a la subasta. Tras terminar, estudió con detenimiento las dos invitaciones marcadas con un sello distintivo, y las guardó con cuidado.

Mientras esperaba el regreso de Balagus y Marvolath, el capitán inspeccionó nuevamente la zona, buscando cualquier detalle que pudiera serles útil en su plan o que hubiesen pasado por alto. Las palabras de los gritos por el Den Den Mushi resonaban en su mente: la pieza estrella de la subasta, la puerta trasera, y la presión sobre el personal del casino para mantener todo bajo control.

Cuando Balagus y Marvolath finalmente llegaron, Syxel les explicó lo que habían descubierto.

—Tenemos dos opciones —declaró finalmente, cruzando los brazos mientras hablaba—. Podemos usar la puerta trasera e intentar hacernos pasar por los vendedores. Quizás fingir que Dawel, disfrazado, es uno de los niños... Es una jugada arriesgada, pero podría darnos acceso directo. —Dejó que la idea se asentara un momento antes de continuar—. La otra opción es entrar como invitados. Tenemos dos entradas, podríamos presentarnos como socios y con Balagus como guardaespaldas... Cuando los niños no aparezcan, podría sembrar el caos suficiente para que los de la subasta cometan errores. ¿Qué opináis?

Esperó la respuesta de sus compañeros, con la determinación brillando en sus ojos mientras las piezas del próximo movimiento encajaban en su mente.

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Perfil · (Última modificación: 25-11-2024, 04:14 PM por Marvolath.)

Marvolath no pudo sino mirar con sorpresa a Balagus, quien había mostrado una delicadeza y cuidado que nunca habría esperado del Oni hosco y agresivo que había conocido hasta ahora. Tampoco pudo evitar añadir preocupación y reproche, por la forma tan irresponsable en la que había liberado las cadenas a unos niños que, estando tan débiles, podrían resultar heridos sin necesidad. Para su alivio nadie resultó herido, y pudieron llevar a los pequeños al barco, donde podrían descansar con seguridad en la comodidad de sus habitaciones, con acceso a comida y agua. Los niños les siguieron dócilmente, quizá más por cansancio que por convencimiento de las buenas intenciones de la tripulación, algo que no se les podría reprochar tras lo que habrían vivido.

Cuando estaban desembarcando llegó Dharkel, quién comunicó brevemente que se quedaría cuidando de los huéspedes. Marvolath asintió con la misma brevedad, alegrándose en su interior por partida doble: no los dejarían sin vigilancia, y se alejaría temporalmente de Dharkel, quien se había mostrado vehemente en su discusión en alta mar. Tenían asuntos que resolver, y la posibilidad de otra discusión en una misión complicada era un peligro.

Al llegar junto al capitán lo encontró severo, rodeado de caminos de sangre que llevaban desde donde hacía poco habían cuerpos hasta el borde del puerto. Marvolath suspiró con pena, otras vidas malogradas. Las propuestas de Silver le distrajeron, dándole algo en lo que pensar.

- No creo que el subterfugio nos lleve muy lejos. Los encargados de la puerta trasera conocerán a sus propios hombres y esperan a dos niños. Incluso conmigo embozado y una calle oscura no llegaríamos muy lejos hasta que nos descubrieran. Dos podrían entrar usando las entradas, pero si alegan que su seguridad es suficiente y no será necesario un guardaespaldas se quedará fuera.

Se quedó pensativo un momento, buscando alternativas. Sabía que había planteado escenarios donde todo salía bien, y que la suerte a veces jugaba un papel vital en los planes. Pero también sabía, por amarga experiencia, que incluso preparándote para lo peor las cosas se tuercen, y toda precaución era poca.

- Admito que no es mi terreno. - chasqueó la lengua con frustración - Por la conversación por Den Den Mushi entiendo que van con prisa. Si llegamos tarde por la puerta trasera quizá vayan con demasiada prisa como para hacer preguntas. Yo podría ir embozado y Balagus cargar con un bulto.

Ningún plan le convencía, pero lo único que sabía a ciencia cierta es que si no actuaban perderían su oportunidad. Aunque el esclavismo no era su guerra, no podía hacer oídos sordos cuando ha escuchado la llamada de ayuda, y no dormiría tranquilo sabiendo que huyó.

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Perfil · 27-11-2024, 03:27 AM

No muy lejos, una conversación por den de mushi a gritos, audible incluso a aquella distancia, alteró a los debilitados niños que acababan de ser liberados. Balagus los miró con un calor protector casi paternal, reconfortado por haber salvado dos vidas tan jóvenes de tan funesto destino. Sin embargo, aquella mirada y gesto complacidos duraron lo que tardó en girar la cabeza para mirar a su capitán y entender la situación en la que se encontraban con un mero vistazo.

Cuando retornaron a los niños al barco, y Dharkel se quedó con ellos para asegurarse su bienestar y protección, el oni posó una mano enorme en su hombro y le miró a los ojos, asintiendo levemente y confirmándole que confiaba en él lo suficiente como para dejarle a cargo de tan valioso tesoro. Y eso era mucho más de lo que había confiado en el solarian unas semanas atrás.

De vuelta con su capitán, los tres presentes se encontraron en una bifurcación de caminos para proceder. A Balagus no se le había pasado por alto el suspiro apenado del kobito, pero decidió guardarse su decepción para sí mismo. Una decepción que no le impidió concordar con la opinión del médico:

- Marvolath tiene razón, Silver… Están esperando a dos niños, y tan pronto como traten de comprobar quién va bajo el disfraz, todo se cae a pedazos. No, no vamos a volver a poner en peligro a esos dos niños, ni a ningún otro esta noche. –Balagus se detuvo un momento, rascándose la tupida y enmarañada barba para pensar.- De hecho… tenemos su den den mushi… podemos hacerles creer que su convoy ha sido asaltado de camino a la subasta, y que han echado a correr en otra dirección, lejos del puerto. Tendrán que sacar guardias y soldados de allí, y podremos actuar mejor. Sí, tu segunda opción es mucho mejor. Aunque seguiré tu plan, escojas el que escojas, Silver, ya lo sabes.-

El oni apoyó el mango del hacha en el suelo con un golpe seco, reafirmando su argumento así, y permaneciendo así hasta oír la decisión de su capitán.

Resumen

Perfil · 28-11-2024, 05:26 PM

No habia lugar alguno esa noche para la piedad, el capitán Silver lo tenia bien claro. Tras comprobar que aquel vulgar matón no tenia ninguna información de utilidad que sacarle, el filo implacable se cobraría su vida dejando tras de si un cuerpo sin vida, para limpiar de un sutil movimiento el metal ensuciado con la lamentable sangre de aquel cazador de esclavos. Nadie merecía piedad esa noche, ni el tiempo ameritaba ir cargando con lastres o dejar las cosas a medio hacer.

Siguiendo las recomendaciones de la banda y en especial del capitán. Dharkel entregaría el Den Den Mushi a Silver, por si volvían a comunicarse con ellos de alguna forma. Tras aquello comenzaría su labor de limpieza, tirando los cuerpos de todos los fallecidos y no tan fallecidos a las profundidades del mar. Tras lo cual se acercaría con calma y sigilo a los niños que custodiaban sus compañeros intentando que no se asustaran de más y convencerlos de que le sigan. Tras acceder ambos niños, aun algo inquietos por la situación que estaban viviendo esa noche, se retiraron de la escena con el pirata abandonando la escena del crimen. Aunque los cuerpos estaban ya en el mar, tarde o temprano las manchas de sangre terminarían por delatar que algo ocurrió en ese lugar, pero probablemente hasta que no saliera el sol no habria problemas.

Tras eso ya solo quedaron tres miembros de los Bizarre Adventure, no obstante su determinación no flaqueaba ni un ápice. El problema era fijar algún plan de acción que seguir. Las opciones eran diversas, pero todas presentaban múltiples puntos flacos. Por un lado intentar engañar a los trabajadores de la subasta haciéndose pasar por los transportistas de los niños, aunque eso podría ser complicado sin exponer a los niños al peligro y querer resultar creíble. Por otro lado aprovechar las invitaciones para tratar de entrar en el recinto, aunque allí se arriesgaban a que uno se quedara fuera. Y por ultimo se puso sobre la mesa la idea de crear una distracción con un falso reporte del robo de los niños para crear una distracción.

Todo quedaba en manos de los tres últimos miembros de la tripulación disponibles para la operación. El tiempo era oro y cuanto más tardaran en actuar más difícil seria influir en el desarrollo de los acontecimientos. Tal vez los miembros de la banda se deberían plantear seriamente cual seria su objetivo principal, dado que según como procedan pueden complicarse algunas cosas. Su prioridad era salvar al resto de esclavos que pudieran estar a punto de ser subastados? Simplemente impedir que se realice la subasta? Acabar con todos los horribles ricachones dispuestos a perpetrar este negocio del publico? O tomar la cabeza del cabecilla de toda la subasta? Habia que actuar con un poco de astucia y con objetivos claros, una improvisación podia llevar a volver imposible algún objetivo.

Perfil · 29-11-2024, 01:09 AM

El eco del último enfrentamiento ya se disipaba por completo en el muelle, dejando atrás un rastro de silencio incómodo y manchas de sangre que tarde o temprano delatarían lo ocurrido. Mientras Dharkel se encargaba de deshacerse de los cadáveres en el mar y se retiraba con los niños, Silver permaneció observando el horizonte, como si el próximo paso estuviera escrito en el vaivén de las olas. Cada decisión que tomaran desde ese momento sería crítica, y lo sabía.

Cuando sus compañeros regresaron junto a él, y tras exponer y debatir sus opciones, la mirada del capitán se mostró con determinación. Con un gesto rápido, señaló hacia el Den Den Mushi que Dharkel había dejado en sus manos antes de partir.

—Tenemos varias opciones —comenzó, con un tono bajo pero firme—. Podríamos usar esto para crear una distracción, como sugieres. Podría alejarlos y darnos margen de maniobra. Pero si empezamos con un movimiento así y fallamos, alertaremos a todos antes de estar dentro.

Hizo una pausa, cruzando los brazos mientras dirigía su mirada a sus compañeros.

—Entrar con las invitaciones es nuestra mejor opción. Nos dará tiempo para evaluar la situación desde dentro y decidir cómo actuar. Además, no nos impide usar el Den Den Mushi, será una buena carta que jugar si necesitamos una distracción una vez dentro.

Con una leve inclinación de cabeza, se lo entregó a Balagus.

—Si no conseguimos convencerles de que entres con nosotros como seguridad, aléjate y pon tu plan en marcha. Llama y haz que algunos de ellos abandonen el lugar. Pero no te arriesgues más de lo necesario, ¿entendido? Si no son demasiados y estas seguro de poder con ellos, hazlo. Si no, vuelve al casino y prepárate. Será suficiente con alejarlos y te necesitaremos cuando todo se complique.

Esperó a que su contramaestre confirmara, engregándole el aparato junto con el peso de la responsabilidad que cargaba. Luego se dirigió a Marvolath, que debía prepararse para asumir su papel como el supuesto socio del capitán.

Syxel dirigió una última mirada a sus compañeros, con una chispa de confianza que reflejaba la resolución que sentía en su interior.

—Nos infiltraremos como invitados. Yo seré el comprados, Dawel mi socio, y Balagus será nuestro guardaespaldas. Si todo va bien, entraremos los tres y nos adaptaremos al escenario. Si no, confiaremos en tu maniobra, grandullón.

El capitán ajustó el cinturón de sus espadas y respiró profundamente.

—Esos cabrones ni se imaginan lo que les espera... Pongámonos en marcha.

Con las entradas guardadas y cada uno en su papel, el grupo se dirigiría al casino. A medida que avanzaban por las oscuras calles de Loguetown, el capitán no podía evitar sentir cómo la tensión crecía con cada paso. Era una apuesta arriesgada, pero no había alternativa. Cada esclavo que lograran liberar, cada cadena que rompieran, sería un paso más hacia la justicia que tanto anhelaba imponer en un mundo tan roto.

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Perfil · 29-11-2024, 03:24 AM

Balagus escuchó pacientemente la exposición de su capitán, sin cambiar el gesto ni apartar la vista. Con un severo asentimiento de cabeza, aceptó su premisa, y extendió el brazo para recibir el Den Den Mushi, con un pequeño movimiento extra de última hora: avanzó su mano un poco más para tomar el antebrazo de su capitán en un gesto de hermandad y confianza mutua, esperando que él le respondiera de manera similar. Mientras lo hacía, mantuvo la mirada fija en los ojos del lunarian sin pestañear, dejándole patente que no flaquearía en su empeño y determinación.

El oni aguardó sin decir mayor palabra a que Silver y Marvolath terminaran de intercambiar opiniones sobre el plan a desarrollar, entreteniéndose en limpiar la sangre de su hacha y en masticar un nuevo par de trozos de carne seca recién extraídos de su bolsa personal. En cuanto estuvieron listos, Balagus se colgó su arma de nuevo a la espalda e iniciaron el camino hacia el lugar de la subasta juntos.

- Marvolath. –Llamó al kobito con voz ronca y queda mientras caminaban, sin apartar la vista del frente.- Entiendo que sientas la necesidad de salvar a todos los que puedas. Silver, Dharkel y yo sentimos lo mismo… hacia otras personas. Pero tú debes entender que, para nosotros, los tratantes de esclavos no tienen salvación posible. No espero que comprendas nuestras razones, sólo nuestros actos. Y que, cuando todo se vaya a la mierda una vez empiece la lucha, podrás tratar de noquear a cuantos te cruces por delante, pero no trates de evitarles la muerte a todos los que se crucen con el capitán, o conmigo.-

Ver a Balagus explicándose, y tan sosegadamente además, sobre un tema con el que no admitía réplica, era un espectáculo ciertamente extraño. Sin embargo, y a pesar de la comprensión y empatía que bañaban sus palabras, la determinación detrás de ellas era más férrea que el Red Line.

Siguiendo la información obtenida, Balagus esperó que el camino no se hiciera especialmente largo, y que pronto llegaran al aciago monumento a la avaricia humana al que se encaminaban.

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Perfil · 29-11-2024, 10:42 PM

La noche avanzaba inexorablemente mientras los tres miembros de la tripulación trazaban el plan de acción de aquella noche. Sabían que el tiempo corría en su contra, y que los corredores de la subasta estaban impacientes y pronto sospecharían y estarían en alerta. Pero apresurarse demasiado podría significar llegar antes a su muerte. El plan propuesto por el capitán pareció convencerles a todos: probarían la entrada principal, accediendo como invitados gracias a las entradas. Balagus, mediante el Den Den mushi obtenido simularía un ataque a la escolta de los niños, consiguiendo con algo de suerte allanar el camino dentro del casino.

Partieron juntos hacia el casino, tan rápido como se atrevían para no atraer la atención de posibles ojos. Durante el camino Balagus le dirigió unas palabras que a Marvolath, que no pudo estar seguro de si era un intento de acercamiento o una amenaza. Por lo poco que conocía al gigante oni se temía lo segundo. Continuaron la marcha, en ese respetuoso silencio que sigue a las declaraciones importantes para dejar que las palabras calen y los significados se revelen.

- Entiendo la sed de sangre, Balagus. - rompió el silencio sin ceremonia, con habitual inexpresividad que impostaba. - Sólo se me ocurre una explicación para un odio como el que veo que siente la tripulación hacia los esclavistas, y si estoy en lo cierto lamento por lo que han pasado.

Las palabras dejaron de salir. ¿Por qué habría de contarle nada de esto a un cliente al que apenas conocía? Eran compañeros temporales, una relación mercantil en la que ambas partes sacaban beneficio como tantas otras. Se giró, preparado para terminar la conversación dejando clara su postura. Pero la expresión del oni que caminaba a su lado, una mezcla de comprensión, determinación, y confianza le pilló por sorpresa. Algo se removió, un atisbo de conexión, de estar junto al que podría llegar a llamar compañero.

- Yo... también la siento. - dudó brevemente, antes de negar con la cabeza - Yo tampoco espero que entiendas mis motivos, por lo que te propongo un trato: sé que el mundo sería un lugar mejor sin cierto tipo de gente, y trataré de convencerme de ello cuando asesinen. A cambio, tú no matarás indiscriminadamente y sin necesidad.

Sabía que con el oni se trataba de una proposición arriesgada, pero creía que era justa y los dos podían salir beneficiados, aunque él aún no lo viera.

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Perfil · 01-12-2024, 02:02 AM

El capitán ejerció su rol poniendo todas las ideas en común y trazando el mejor plan de acción posible. Lo primordial seria infiltrarse en la subasta de forma discreta como invitados aprovechando las entradas que tenían, siempre era bueno aprovechar todos los recursos al alcance de uno. Aprovechando la idea de Balagus de crear una posible distracción llegado el momento según como evolucionara la situación en la subasta.

Por otro lado la pareja de Balagus y Marvolath aceptaron el plan sin darle muchas vueltas, era la mejor recopilación de todas las ideas que se habían puesto sobre la mesa, no obstante habia serias discrepancias sobre el código ético del pequeño respecto al grandullón, mientras que el doctor guardaba una moral que le hacia priorizar la vida y buscar incapacitar y noquear a sus enemigos por encima de matarlos, el oni tenia una visión mucho más desengañada de la vida y nada clemente puesto que matar a ciertas personas que se lo merecen esta justificado, en especial los esclavistas no tienen perdón alguno en este mundo. Pero a pesar de sus discrepancias llegaron a una pequeña tregua respetando las partes de ambos.

El grupo emprendió el camino hacia el casino, las calles de la noche eran tranquilas en la zona cercana al puerto, puesto que a esas horas todo posible movimiento mercantil ya habia concluido y era principalmente una zona residencial. Pero todo cambiaba cuando se adentraban en la zona central de la ciudad donde los locales de ocio nocturno, cabarets, bares y en especial el casino, mantenían viva la ciudad. El ambiente era especialmente agitado y vivido alrededor del casino donde evidentemente estaban los locales más exclusivos y populares de la ciudad, ya todo se fue construyendo y posicionando bien.

Entrar al casino no era difícil, evidentemente era de libre acceso para múltiples ludópatas y gente adinerada que iba a disfrutar del lugar y todas las actividades recreativas que se encontraban en la primera planta. En una primera instancia evidentemente no habria rastro alguno de la subasta, no iban a anunciarla a bombo y platillo. Pero siendo algo observadores se percatarían de que la gente con más etiqueta y aire aristocrático se dirigía a un reservado algo apartado del casino con seguridad en la puerta, dando acceso a la planta inferior del casino. Para acceder a dicha planta solicitaban algún tipo de identificación o invitación que acredite el acceso al lugar.

Esos dos guardias no ponían pegas a que entraran los invitados con algún tipo de escolta, pero una vez se bajaban las escaleras, a cualquier visitante le esperaba un vestíbulo donde habia múltiples personas de aspecto menos distinguido esperando y bebiendo, pues también habia un mínimo catering y servicio aquí. Al fondo de la sala una puerta más grande donde 4 vigilantes esperaban, ese acceso si que estaba limitado únicamente a quien tuviera una invitación, puesto que el aforo de asientos en el anfiteatro subterráneo era limitado y no podrían entrar todos los mercenarios, guarda espaldas o esclavos que acompañaban a los nobles, y si incluyendo esclavos los cuales se diferenciaban de meros guardianes por llevar algún colgante o cadena que los marcaban como tal.

Dentro del casino
Tribuna Privada

Un hombre con un elegante sobrero entraría en el mirador desde el cual se podía observar toda la subasta en las alturas donde habia un grupo muy reducido de personas aguardando por la inminente subasta. El hombre se dirigiría a una mujer sentada en la posición más central y privilegiada del lugar - My lady, me temo que la mercancía especial aun no ha llegado, los mercaderes se retrasaron mucho en llegar a puerto, pero deberían estar al caer - La mujer habria querido enfadarse, pero ya no estaba en su despecho o en las instalaciones con sus trabajadores, en ese lugar ya habia algunos socios o personas influyentes que no quería molestar, así que logro mantener la compostura - No importa querido, tenemos recursos, si para la mitad de la subasta no ha llegado la mercancía yo me ocupare y simplemente guardamos a los niños para la siguiente, lo bueno es que lo que no vendamos en una subasta lo tenemos para la siguiente, así que tu solo asegúrate de sacar un buen precio a los de allí abajo por todo - Con esas palabras le dio una suave caricia en el brazo, dejándole de forma sutil un corte con su uña en el brazo. El hombre se retiraría de la sala con un nudo en el corazón y conforme dejaba la tribuna comenzaria a dar instrucciones a la gente del lugar para dar inicio a la subasta.

Perfil · 02-12-2024, 01:26 AM

La opulencia del casino se alzaba ante ellos como un contraste brutal con el propósito oscuro que se ocultaba tras sus muros. Cada paso que daban los acercaba al lujo diseñado para distraer, para ocultar el hedor a esclavitud y tráfico humano que corrompía el aire tras los velos dorados. Syxel no apartaba la vista de los detalles: los brillantes candelabros colgando del techo, los tapices que adornaban las paredes, y las mesas de juego abarrotadas de nobles y burgueses ansiosos por despilfarrar sus riquezas en apuestas. Nada de eso le importaba. Su objetivo esa noche estaba más allá de la fachada.

El capitán caminaba con paso firme, manteniendo su expresión entre la calma y la altivez. Alrededor de ellos, la multitud parecía ajena a la gravedad de su misión. Y cada uno de esos hombres y mujeres, con sus sonrisas y copas en mano, podría ser un comprador más en la subasta. La rabia burbujeaba en su interior, pero la mantuvo enterrada bajo una máscara de control absoluto y una encantadora sonrisa.

—Adelante —murmuró a sus compañeros, con un tono que no admitía dudas. La mirada decidida de Silver los guio hacia un reservado más apartado, donde los guardias vigilaban el acceso al área restringida.

Los dos hombres apostados allí tenían la postura y el semblante de quienes estaban acostumbrados a recibir órdenes y cumplirlas al pie de la letra. Rígidos, vestidos con trajes impecables, pero con una mirada fría que delataba su experiencia. Syxel no perdió el ritmo. Al llegar frente a ellos, sacó las invitaciones de entre su abrigo y las mostró con un movimiento seguro.

—Dos entradas. Él es mi guardaespaldas —indicó, señalando a Balagus sin dejar espacio para réplica.

Los guardias examinaron los documentos con una meticulosidad irritante. Tras confirmar que eran válidos, uno de ellos se limitó a inclinarse y señalar la puerta, permitiéndoles el paso a esa primera área.

Mientras cruzaban la puerta y descendían las escaleras, dejó que su mente analizara rápidamente los pasos por venir. El vestíbulo al que accedieron estaba menos abarrotado, pero claramente era el último filtro antes del acceso principal. El grupo ingresó a esa nueva sala, amplia pero menos ostentosa que la entrada principal. Varias figuras de aspecto distinguido, acompañadas de sirvientes y guardaespaldas, aguardaban en pequeños grupos mientras bebían y conversaban en tonos bajos. Syxel intercambió una breve mirada con Marvolath, confirmando que esa no era aún la subasta principal, sino un preludio. Sin embargo, no dejaron de notar a algunos esclavos con collares y cadenas, lo que reforzaba la siniestra finalidad de todo aquel evento.

Al fondo, otros cuatro guardias custodiaban una puerta más grande, detrás de la cual resonaban apenas los murmullos de lo que debía ser la subasta. Syxel mantuvo la calma mientras avanzaban, con sus pasos resonando con una confianza estudiada. Los guardias en la entrada los observaron detenidamente, y el capitán volvió a sacar las invitaciones para presentarlas.

—Dos entradas. Él es mi guardaespaldas —repitió, con un tono firme pero cortés.

Esta vez, la reacción fue distinta. Uno de los hombres examinó las entradas con atención, mientras su compañero fijaba la mirada en Balagus. Pero tras unos instantes, dejaron claro y sin dejar lugar a discusión que no se permitiría el acceso del personal de seguridad. Syxel no reaccionó de inmediato. Sus ojos se cruzaron con los de Balagus, y tras un segundo de deliberación interna, el capitán asintió levemente.

—Nos encontraremos luego —dijo, manteniendo su tono calmado para que no levantara sospechas. Luego se volvió hacia Marvolath, indicándole con un gesto que lo siguiera.

El capitán respiró hondo, manteniendo su compostura mientras sus ojos recorrían el lugar con precisión. Todo estaba listo para el siguiente movimiento, pero no podían permitirse ningún error en ese punto.

—Mantente atento y no bajes la guardia... —indicó a Marvolath con un tono bajo pero firme.

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