Derian Markov
Lord Markov
27-11-2024, 01:58 AM
Illyasbabel y Shy
Celda de contención 12
Ibon se muestra serio y ligeramente molesto. No parece que vuestra presencia le resulte cómoda, como tampoco lo son las palabras de Illyasbabel. Cuando le ofreces el cigarro, niega con la cabeza con un gesto de desdén - Trabajo con mi cuerpo. Cuidar mi salud es primordial para seguir en plenas facultades. Eso que consumes no es más que veneno y acabará matándote - su tono es de asco, aunque diríais que no hacia Illyasbabel en sí, sino hacia el pitillo en su mano. Por la pasión en su tono es evidente que se toma muy en serio su salud.
Las siguientes palabras del viejo cazador logran en parte su objetivo. Podéis ver cómo una vena se marca en el cuello de Ibon, que aprieta su mandíbula y os fulmina con la mirada. No hace ademán de luchar contra sus cadenas, pero os queda claro que, de no estar ahí, ya se hubiera lanzado sobre Illyasbabel. Aprieta el puño haciendo crujir sus nudillos. Por un momento parece estar valorando realmente la posibilidad de atacar. El marine se alarma y vuelve a levantar su fusil - ¡Sin movimientos bruscos, Ibon, o disparo! - sin embargo, no es la amenaza del soldado lo que detiene al pirata. Las palabras de Shy hacen que vuelva su atención sobre el joven. Algo en ti, en tu fría mirada, en tus gestos, hacen que el enorme reo tenga un escalofrío. Sueltas las manos y parece relajar un poco su actitud. Solo la actitud, él no está en absoluto relajado - Nuestra lealtad mutua es más fuerte que esto. No voy a delatar a mis hermanos tan fácilmente. No es culpa de ellos que yo fuese tan débil como para ser capturado. O, más bien, que mi rival fuese tan fuerte.
Por un momento, parece que el enorme guerrero se centra en sus pensamientos. Relaja un poco la postura y se sienta, con un sonido de cadenas - ¿A caso podéis realmente prometerme la libertad? Lo dudo mucho, compañero. Ni siquiera parecéis marines. Tampoco vais vestidos de pingüinos como esos tipos siniestros que cazan revolucionarios para el Gobierno. En cualquier caso, desistid. Los Hermanos Mayores tienen contactos y conocen esta ciudad. No les encontraréis si no quieren ser encontrados.
En algún lugar cercano, en el pasillo, escucháis ruido y voces. ¿Es ese Yoshi?
Yoshiro
Celda de contención 14
En menudos líos te mete este tal Juanito el Malito. A lo mejor deberías enviar una queja formal al Gobierno para que intenten sacarle otra foto en que se parezca menos a ti. En cualquier caso, los marines que te han arrestado te tiran al interior de una celda tras quitarte tus pertenencias y la cierran. El lugar tiene pinta de estar reforzado, no crees que vayas a salir fácilmente. La puerta era de seguridad, muy gruesa y pesada, y las paredes no parece que vayan a romperse fácilmente. Eres fuerte, pero tienes límites. Por otro lado, cabrear a la Marina sería un problema.
Fuera de tu celda escuchas a dos de los marines hablar animadamente y reírse. Parece que están hablando de lo que podrán comprarse con la paga extra que creen que recibirán por semejante captura. Tras un rato de risas y comentarios, escuchas que se callan de golpe y el sonido repentino de dos botas golpeando a la vez el suelo, como si acabasen de realizar un saludo militar - ¿Está dentro? - pregunta una voz femenina - ¡Sí, teniente! Hemos logrado reducir heroicamente al malvado Juanito mientras intentaba infiltrarse haciéndose pasar por un cazarrecompensas - la segunda voz es de uno de tus captores. Entonces la ventanilla de la puerta se abre y ves a una mujer rubia de expresión severa asomarse. Al mirarte, arquea una ceja. La puerta se abre.
- ¡Idiotas! ¡Este no es Juanito el Malito, es Yoshiro, el líder del gremio de cazadores que hemos contratado! - la mujer grita enfadada a los marines, tras lo que se gira hacia ti - Ruego que perdone la confusión, señor Yoshiro. Teniente Orphelia Pickman, a su servicio - se aparta de la puerta y hace un gesto para que salgas - Sus compañeros están en la celda de contención 12, en este mismo pasillo, interrogando a un criminal. Si me disculpa, tengo que disciplinar a mis hombres.
Celda de contención 12
Ibon se muestra serio y ligeramente molesto. No parece que vuestra presencia le resulte cómoda, como tampoco lo son las palabras de Illyasbabel. Cuando le ofreces el cigarro, niega con la cabeza con un gesto de desdén - Trabajo con mi cuerpo. Cuidar mi salud es primordial para seguir en plenas facultades. Eso que consumes no es más que veneno y acabará matándote - su tono es de asco, aunque diríais que no hacia Illyasbabel en sí, sino hacia el pitillo en su mano. Por la pasión en su tono es evidente que se toma muy en serio su salud.
Las siguientes palabras del viejo cazador logran en parte su objetivo. Podéis ver cómo una vena se marca en el cuello de Ibon, que aprieta su mandíbula y os fulmina con la mirada. No hace ademán de luchar contra sus cadenas, pero os queda claro que, de no estar ahí, ya se hubiera lanzado sobre Illyasbabel. Aprieta el puño haciendo crujir sus nudillos. Por un momento parece estar valorando realmente la posibilidad de atacar. El marine se alarma y vuelve a levantar su fusil - ¡Sin movimientos bruscos, Ibon, o disparo! - sin embargo, no es la amenaza del soldado lo que detiene al pirata. Las palabras de Shy hacen que vuelva su atención sobre el joven. Algo en ti, en tu fría mirada, en tus gestos, hacen que el enorme reo tenga un escalofrío. Sueltas las manos y parece relajar un poco su actitud. Solo la actitud, él no está en absoluto relajado - Nuestra lealtad mutua es más fuerte que esto. No voy a delatar a mis hermanos tan fácilmente. No es culpa de ellos que yo fuese tan débil como para ser capturado. O, más bien, que mi rival fuese tan fuerte.
Por un momento, parece que el enorme guerrero se centra en sus pensamientos. Relaja un poco la postura y se sienta, con un sonido de cadenas - ¿A caso podéis realmente prometerme la libertad? Lo dudo mucho, compañero. Ni siquiera parecéis marines. Tampoco vais vestidos de pingüinos como esos tipos siniestros que cazan revolucionarios para el Gobierno. En cualquier caso, desistid. Los Hermanos Mayores tienen contactos y conocen esta ciudad. No les encontraréis si no quieren ser encontrados.
En algún lugar cercano, en el pasillo, escucháis ruido y voces. ¿Es ese Yoshi?
Yoshiro
Celda de contención 14
En menudos líos te mete este tal Juanito el Malito. A lo mejor deberías enviar una queja formal al Gobierno para que intenten sacarle otra foto en que se parezca menos a ti. En cualquier caso, los marines que te han arrestado te tiran al interior de una celda tras quitarte tus pertenencias y la cierran. El lugar tiene pinta de estar reforzado, no crees que vayas a salir fácilmente. La puerta era de seguridad, muy gruesa y pesada, y las paredes no parece que vayan a romperse fácilmente. Eres fuerte, pero tienes límites. Por otro lado, cabrear a la Marina sería un problema.
Fuera de tu celda escuchas a dos de los marines hablar animadamente y reírse. Parece que están hablando de lo que podrán comprarse con la paga extra que creen que recibirán por semejante captura. Tras un rato de risas y comentarios, escuchas que se callan de golpe y el sonido repentino de dos botas golpeando a la vez el suelo, como si acabasen de realizar un saludo militar - ¿Está dentro? - pregunta una voz femenina - ¡Sí, teniente! Hemos logrado reducir heroicamente al malvado Juanito mientras intentaba infiltrarse haciéndose pasar por un cazarrecompensas - la segunda voz es de uno de tus captores. Entonces la ventanilla de la puerta se abre y ves a una mujer rubia de expresión severa asomarse. Al mirarte, arquea una ceja. La puerta se abre.
- ¡Idiotas! ¡Este no es Juanito el Malito, es Yoshiro, el líder del gremio de cazadores que hemos contratado! - la mujer grita enfadada a los marines, tras lo que se gira hacia ti - Ruego que perdone la confusión, señor Yoshiro. Teniente Orphelia Pickman, a su servicio - se aparta de la puerta y hace un gesto para que salgas - Sus compañeros están en la celda de contención 12, en este mismo pasillo, interrogando a un criminal. Si me disculpa, tengo que disciplinar a mis hombres.