¿Sabías que…?
... el concepto de isla Demontooth hace referencia a una rivalidad legendaria en la obra.
[Aventura] [A - T2] El primer escalón.
Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
La llegada de los 4 susodichos hasta los terrenos de la base, no hizo otra cosa que desconcertar al soldado raso, al estar en la marina durante tantos años, era consciente de las recompensas del East Blue, y sabía cuanta era de caprichosa aquella misma que querían recoger aquellos tipos, lo que le hizo dudar, si el pirata apresado era fuerte , ¿cuánto de más lo eran los supuestos aventureros?, aunque a pesar de sus dudas, no podía negar el paso para la entrega correspondiente, menos aún cuando ya se había comunicado a la base aquel suceso.

- Bien... todo en orden supongo, pueden pasar hacia delante, sigan el camino hasta la puerta principal del cuartel, allí los esperan. -

Y el marine, haciendo cumplir con su cargo, cedió ante los desconocidos y sin apartar la mirada del preso, les indicó con la mano a los 3 que avanzaran junto al pirata. En esto que cuando rebasaron la línea de la caseta, este pudo darse cuenta de que al que parecía el portavoz del trío, le había cagado una gaviota en la zona baja de la espalda, su brillo transmitía frescura, y unas finas betas de color verde en el rastro que estaba en la ropa del joven dejaba intuir una dieta rica en algas.

El cuartel estaba preparado para la llegada del pirata, algunos marines acompañaban al tesorero dentro del edificio para recoger en sus diversos puntos los berrys necesarios para la recompensa. Mientras tanto, en la puerta, los miembros del G-23 más sobresalientes ya esperaban al trío y al pirata, aguardando en el muro mientras el grupo se acercaba hasta ellos recortando metros. La noticia corrió como la pólvora dentro del cuartel marine, y los pelotones iniciaban los preparativos para un pirata de esa talla, pues el precio de su cabeza era uno de los más altos que habían conocido, y ahora, todas las cámaras de los mushis cercanos a la zona, recogían con detalle la escena por si el apresado intentaba hacer algo, todas las medidas eran necesarias para que el intercambio se produjera sin fallas.

off
#11
Byron
Que me lo otorguen
Antes de que el trío calavera pudiese darse cuenta, varios individuos de aquella base de la marina hicieron acto de presencia en la escena. El aire arremolinado propiciado por el mal clima que engullía Rostock envolvía a los presentes, agitando sus cabellos con su movimiento, y los rostros provistos de preocupación de aquel grupo de marines acompañaban el ambiente de tensión, a pesar de la tranquilidad que reflejaban el muchacho y sus compañeros en sus respectivos semblantes. El joven a pesar de su condición de ignorante, no tenía un pelo de tonto, y aunque esperaba conmoción por la entrega de semejante criminal, ni en un millón de vidas hubiese esperado tal despliegue en cuestión de segundos, quizás había menospreciado lo que una reputación así podía ocasionar.

Desde su espalda pudo sentir varios temblores, lentos, pero constantes, como si una montaña se aproximase a su ubicación sin pausa. La poca iluminación que brindaba el grisáceo cielo, se opacó de golpe, proyectando una sombra que envolvió al grupo dejándolos en una escena más oscura. No pudo evitar mirar hacia su espalda en cuanto aquello hizo acto de presencia, y lo que encontraron sus ojos no hizo más que maravillarlo. Una hermosa mujer se erguía frente a él como una robusta montaña, a pesar de su imponente tamaño, su angelical rostro era más que suficiente para levantar los ánimos de cualquiera de los presentes. Finalmente continuó su avance, con la clara intención de esquivar con sus pisadas a cualquiera de los hombres que allí se encontraban, reflejando una personalidad juguetona y gentil, hasta que atravesó las murallas revelando con su forma de cruzar algo más que sus bonitas piernas esculpidas por el arduo entrenamiento.

Maravillado por aquella escena, no pudo evitar mirar a sus compañeros totalmente incrédulo, a pesar de tener claro el objetivo y la importancia de la tarea que tenían entre manos, su curiosa naturaleza le hacía imposible no exclamar lo ilusionado que estaba.

- ¡Gigantes! ¡EXISTEN! - Les gritó mientras daba saltitos de alegría cuál niño con un dulce. - ¡Encima es una belleza! ¡Necesito probar una de esas! - Volvió a gritar mientras gesticulaba con sus manos la silueta del cuerpo de aquella mujer.

Entonces la dulce voz de aquella poderosa hembra llegó a sus oídos, como si de un canto de sirena se tratase se deleitó con la melodía que producía cada sílaba. Aun así, entendiendo cuál era la situación en la que se encontraban, decidió no dejarse llevar, dándose varias palmadas en la cara con sus manos para despejarse y dejarse de tonterías.

- Ejem, ejem...- Carraspeó la garganta antes de contestar. - ¡Exacto, lindura! Hemos atrapado a este malhechor en una de nuestras aventuras y no podíamos permitir que siguiese campando a sus anchas. - Dijo finalmente guiñándole un ojo al bello y enorme rostro que sobresalía por la muralla.

Tras su respuesta, escuchó la indicación de aquellos que custodiaban la puerta, y en cuanto fue a dar el primer paso, sintió como algo recorría su espalda. Extrañado miró, para encontrarse con un regalo de una gaviota escurriéndose por la trasera de su camisa, definitivamente las aves se la tenía jurada. Aguantando la apariencia simplemente desabrochó su camisa, quedándose esta sobre sus pantalones como si se tratase de una falta. Bajo la camisa vestía una camisa de hombreras negra, de cuello alto y abierta en su espalda, mostrando las cicatrices donde una vez estuvieron sus alas, por suerte, no tenía el más mínimo problema con dejarlas a la vista.

- Malditas ratas voladoras.- Masculló mientras volvía a caminar hacia el guarda.

De camino a este, desabrochó el cinturón en el que descansaba su fiel acero, y con delicadeza sacaba de su guarda la gema que había conseguido Kael en Momobami, para dejarla agarrada en la tira que usaba para aguantar su guante, como si de una pulsera se tratase. Posteriormente dejó su espada envainada en los brazos de aquel hombre que los había atendido en primer lugar.

- ¡Cuidámela compañero, total, no la necesitaré allí dentro! Esto tiene un fuerte valor sentimental, así que por desgracia tiene que venir conmigo, espero que lo comprendas.- Dijo señalando la gema en su muñeca con una amplia sonrisa. - ¡Vamos chicos, a cumplir con nuestro deber! - Dio la orden, y siguió caminando para finalmente entrar.

COSAS DE INTERÉS
#12


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