Alguien dijo una vez...
Monkey D. Luffy
Digamos que hay un pedazo de carne. Los piratas tendrían un banquete y se lo comerían, pero los héroes lo compartirían con otras personas. ¡Yo quiero toda la carne!
[Aventura] [T5] Salvar al soldado Ben
Raiga Gin Ebra
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Ante tu llamamiento por Den Den Mushi todos responden, y lo hacen con un rotundo "a sus órdenes", a excepción de Kuda, que te dice que Murray le ha pedido expresamente que se mantenga cerca del barco pirata por si hay que seguirlo. Por lo tanto, tendrás dos apoyos más junto contigo, algo que, por otro lado, te debería sobrar para realizar esta tarea.

Lukas y Elena corren hasta tu posición, y lo hacen con sendos cubos de pintura y alguna que otra brocha, además de unas telas grandes que puedes intuir que son las velas para el barco. Con ese material, en principio deberíais tener más que suficiente como para cubrir todos los símbolos de la marina. Que por cierto, ¿no es un acto delictivo pintar sobre los símbolos gubernamentales? Qué ironía.

Las calles que conducen al muelle número seis están en calma, un marcado contraste con la agitación que dejaste atrás en la base. Los pasos de Elena y Lukas resuenan detrás de ti mientras avanzas hacia el muelle. Los tres mantenéis el ritmo constante, pero no puedes evitar notar las miradas de los civiles a vuestro alrededor. Sus expresiones reflejan una mezcla de curiosidad y desconcierto; es raro para ellos ver a marines trabajando fuera de su base de operaciones. O eso parece a juzgar por la curiosidad que desatáis.

—¿Es común que trabajemos tan visibles en una misión como esta? —pregunta Lukas en voz baja, echando un vistazo hacia un grupo de pescadores que os observan desde un puesto cercano.

—No lo es —responde Elena, con un tono algo seco mientras ajusta uno de los cubos que lleva—. Pero dadas las circunstancias, no tenemos tiempo para mantener un perfil bajo.

Seguís caminando, dejando atrás los murmullos y las miradas. Finalmente, alcanzáis el muelle número seis. La brisa marina acaricia tu rostro, y ante ti se presenta el barco que Gorgo ha conseguido. Es pequeño, pero todo en él grita velocidad. Su diseño aerodinámico y las velas triangulares aseguran que puede cortar el agua con facilidad, incluso en las condiciones más adversas. A pesar de su tamaño compacto, parece lo suficientemente robusto como para soportar una misión de alta tensión como esta.

La cubierta, hecha de madera clara bien tratada, refleja el brillo del sol. En el centro se encuentra un único cañón, modesto pero funcional, que puede ser decisivo en un enfrentamiento rápido. El barco tiene un diseño simple, con una cabina pequeña que probablemente sirva para almacenar suministros básicos. A ambos lados, puedes ver claramente los símbolos de la Marina pintados en la madera, una marca inconfundible que delata su procedencia.

Las velas triangulares también están marcadas con el emblema de la Marina, el característico logo azul oscuro que ocupa casi toda su superficie. Será uno de los logos que tendréis que tapar si queréis pasar desapercibidos.

En la proa del barco hay una placa metálica donde también está grabado el emblema de la Marina, visible incluso desde lejos y con un brillo particular.

Cerca del mástil principal, hay otro símbolo pintado directamente en la madera, esta vez más pequeño, pero lo suficientemente llamativo como para ser detectado por cualquiera que preste atención.

A lo largo de los costados del casco, las palabras "Marina" están pintadas en letras grandes y gruesas, una clara declaración de propiedad que no es compatible con una posible misión de infiltración.

Y finalmente, en la parte trasera del barco, el emblema de la Marina está tallado directamente en la madera, lo que hará que eliminarlo sea un trabajo algo más laborioso, pero seguro que se os ocurre algo.

Elena suelta un leve silbido mientras examina el barco.

—Es rápido, eso está claro —comenta, dejando los cubos junto a la cubierta—. Pero va a ser difícil pasar desapercibidos con todos estos símbolos.

Lukas asiente, colocándose una mano sobre la frente para cubrirse del sol mientras observa las velas.

—Podemos encargarnos de las velas y la pintura, pero tallar la madera de la popa llevará más tiempo. Si esto es urgente, tendremos que priorizar. ¿Cómo lo ves, Henry?

El grupo se queda un momento en silencio, evaluando el trabajo por delante. Aunque el lugar está relativamente tranquilo, sabes que cada minuto cuenta, especialmente si el pelotón de Murray logra localizar a Ben. Este barco puede ser una de las claves para evitar que los piratas escapen, pero el tiempo apremia.
#11
Henry
Tigre Rojo de la Marina
Afortunadamente todos respondieron aquella llamada, aunque Kuda se mostró ocupado bajo las órdenes de Murray. Eso dejaba a un pequeño pero experimentando grupo de tres marines preparando una última prevención contra los piratas. Aún estaba por verse como se desarrollará el resto de la misión pero si algo quedaba claro era que Henry se encargaría de cubrir aquellas brechas que la gigantesca cabeza de su sargento no puede ver.
 
Elena y Lukas se dirigían al muelle número 6 con el resto de materiales para así lograr transformar aquél pequeño barco marine en uno común y corriente. En comparación con la base marine las calles de la ciudad parecían un desierto, uno en el que no se podía escuchar un alma. Tanto el apuro de Henry como el de Lukas y Elena captaban el interés de los tranquilos civiles, los cuales no están acostumbrados a ver ese tipo de acción.
 
El grupo seguía corriendo hacia el muelle, aunque el suboficial Henry les llevaba una buena ventaja al haberse adelantado, sabiendo a dónde tenía que ir desde un principio. De camino al muelle este analizaba los posibles resultados de aquél operativo, teniendo al soldado Ben siempre en mente y maldiciendo la testaruda cabeza de Murray. Pero aún más profundo en su mente había una inseguridad que este mantuvo durmiente hasta hace poco, se trataba de la destrucción que sus poderes podían causar. 
 
Sin sus poderes Henry no era más que un soldado común y corriente y este lo sabía muy bien, no siendo un rival digno de los feroces piratas del East Blue. Por esta razón y más este debía de asegurarse de elegir el campo de batalla adecuado antes de usar el 100% de sus capacidades. Una vez en el muelle todos nos pusimos manos a la obra.
 
Aunque no todo eran buenas noticias, aquél barco parecía tener demasiadas marcas por todos lados, las cuales nos delatarían en una misión en la que se debía de pasar desapercibido. El nombre de la marina estaba tallado en múltiples partes de aquél barco, cosa que Elena les hizo saber al resto. Henry, con todo un plan en mente decidió sacar su Den Den Mushi para hablar con Kuda. — Kuda, una vez los piratas decidan escapar nos uniremos en su cacería, así que te tendré avisado cuando necesitemos de tu apoyo, por el momento solo tenos al tanto por si el barco se pone en marcha, Henry fuera.
 
Luego de terminar su llamada con el alférez Kuda, el suboficial Henry se dirigió a sus otros dos compañeros. — Pintaremos el barco y cambiaremos la vela, no hay tiempo para lijar a estas horas. De por si dudo que esos piratas no se muestren hostiles hacia cualquier barco qué les persiga en su huida. Una vez estemos a una buena distancia podremos proceder de distintas formas. — Luego de un rato ya estaba prácticamente listo, lo que no hubiese sido el caso si hubiera que dar lija por todas partes.
 
 — Lukas, tu te quedarás en el barco ofreciendo apoyo con tu rifle, Elena y yo estaremos preparados para inflirtarnos en aquél barco en caso de que Ben siga allí. De cualquier forma estén listos por si hay un repentino cambio de planes.
#12
Raiga Gin Ebra
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El trabajo en el barco avanza de forma constante, sin pausa alguna que merme el trabajo que estáis haciendo. Lukas, Elena y tú os dedicáis a cubrir y ocultar los símbolos de la Marina pintados en las velas, la proa y la cubierta de la mejor manera que podéis. Al fin y al cabo, tu razonamiento sobre lo poco amistosos que pueden ser si un barco les sigue, puede tener todo el sentido del mundo. Aunque claro, si no ven de primeras el símbolo de la marina, me imagino que será mejor, ¿no? O al menos podría serlo.

La pintura fresca empieza a secarse al sol, pero las marcas talladas en la madera presentan un reto mayor. Elena se detiene un momento, evaluando el problema, antes de sugerir una solución. Sin duda es una tipa que piensa bastante las cosas antes de hacerlas. Es probable que te venga muy bien en el equipo.

—Podemos cubrirlos con estas sábanas del interior del barco. No será perfecto, pero servirá para que no sean visibles de inmediato —dice mientras saca unas telas grandes que había encontrado en el camarote del barco.

Con cuidado, Elena comienza a colocar las sábanas sobre las áreas talladas, asegurándolas como puede. Lukas, mientras tanto, sigue trabajando en las áreas pintadas, asegurándose de que no queden rastros visibles del emblema de la Marina. Los tres estáis concentrados en vuestra tarea, conscientes de que cada minuto cuenta. También es una buena manera de que el estrés disminuya un poco. Pintar es una tarea repetitiva que os ayudará a respirar más tranquilamente, pensar mejor las cosas e incluso reflexionar sobre qué pasos dar ahora.

El muelle, aunque algo más transitado que las calles que cruzaste para llegar, no muestra señales de actividad fuera de lo común. Los pescadores continúan con su trabajo, y algunos civiles os miran de reojo, claramente intrigados por vuestra presencia. ¿Será muy común ver a marines pintar un barco a plena luz del día? Pues no lo sé, la verdad, pero desde luego a estos tipos no les parece una tarea cotidiana. Eso o quizá les habéis gustado de una manera quizá un poco más sentimental.

Sin embargo, la relativa tranquilidad del momento se rompe con un sonido ensordecedor. Una explosión cercana sacude el aire, seguida de un fuerte estruendo. Astillas y fragmentos de madera vuelan en todas direcciones, acompañados de gritos de pánico de los civiles que estaban cerca. El agua del puerto se tiñe de rojo, mezclándose con la sangre y los restos de fauna marina que flotan en la superficie.

El impacto de la explosión probablemente os hará poneros a cubierto por mera inercia, mientras tratáis de analizar rápidamente la situación y ver qué diablos ha pasado. A tu lado, Elena tiene un hilo de sangre corriendo por su mejilla, producto de alguna astilla que la alcanzó. Su expresión muestra más desconcierto que dolor, pero no puede ignorar el daño. Lukas, por otro lado, ha recibido un impacto mucho más grave: un trozo de madera de unos ocho centímetros se ha incrustado en su brazo izquierdo, y la sangre comienza a empapar su uniforme.

—¡Lukas! —grita Elena, corriendo hacia él para evaluar la herida.

El caos en el muelle es palpable. Civiles corren en todas direcciones, buscando refugio, mientras los pescadores cercanos intentan controlar la situación. El olor a quemado y a sal impregna el aire, mezclándose con los gritos y el sonido del agua chapoteando.

En medio del caos, tu Den Den Mushi comienza a sonar. Si lo coges, escucharás la voz de Kuda, urgente y tensa, que está al otro lado y trae malas noticias.

—¡Código rojo, Henry! ¡Código rojo! El barco ha explotado y el pelotón al completo ha caído —La gravedad de sus palabras te golpea como un martillo. Kuda hace una pausa, pero antes de que puedas decir algo, continúa—. Murray no coge el Den Den Mushi. Mi estado es complicado, tengo varias heridas y estoy sangrando, pero solicito permiso para rastrear la zona en busca de alguna pista o algún marine que necesite ayuda. No puedo dejarlos aquí si necesitan nuestra ayuda, Henry. Pero haré lo que ordenes.

Tu mente procesa la información a toda velocidad. El barco pirata ha explotado, llevándose consigo al pelotón que Murray envió. La gravedad de la situación no solo confirma tus peores temores sobre la estrategia de Murray, sino que además pone en peligro inmediato el desarrollo de la misión. Kuda, a pesar de estar herido, sigue ofreciendo su lealtad y disposición para actuar, pero la responsabilidad de tomar una decisión recae ahora sobre ti. Solo sobre ti.

El agua rojiza que rodea el muelle es un recordatorio inquietante de las vidas perdidas en el ataque. El sonido de las olas contra el casco del barco en el que trabajáis parece burlarse de la calma que había unos minutos antes. Ahora, todo ha cambiado, y cada segundo cuenta para decidir el siguiente movimiento.

Por supuesto, todo parecía ser una trampa. Una en la que Murray ha caído de lleno. Y, en principio, ha costado la vida de al menos treinta marines del pelotón, a falta de que alguno haya sobrevivido. Y no solo eso, sino los bienes materiales cercanos, los civiles que pasaran por ahí... No me gustaría ser Murray ahora mismo.

Tienes a Lukas herido, a Elena intentando mantener la calma, y a Kuda en el Den Den Mushi esperando tus órdenes. No puedes evitar pensar que, después de todo, tus sospechas sobre la estrategia apresurada de Murray no estaban equivocadas. Pero ahora no es momento de lamentaciones ni de culpar a nadie, eso ya vendrá en el informe que te tocará elaborar cuando esto acabe, tanto si sale bien como si sale mal. La misión debe continuar. Y está en tu mano.

Cosas
#13
Henry
Tigre Rojo de la Marina
El grupo de tres marines seguía pintando aquél barco, lo que se tornó como un método para relajar el estrés y la tensión del momento. Tanto Lukas como Elena y Henry trabajaban lo más rápido posible ya que las miradas de los civiles de la zona les hacía saber que aquello no era un acto muy normal y que estaban llamando la atención. Cada segundo era oro, cada símbolo de la marina que tapaban significa un segundo más sin ser disparados por aquellos piratas.
 
Pero al final del día seguía habiendo el mismo problema, los símbolos de la marina marcados en la madera del barco, hecho por un foloso y resistente cuchillo. A pesar de ser un detalle minúsculo era algo que preocupó tanto a Elena que esta buscó una solución a dicho asunto, usar sábanas para tapar dichas marcas y así pasarían aún mas desapercibidos. Era una buena idea, todos asentían al escucharla solucionar aquél problema.
 
Ya faltaba poco para terminar con aquél barco, solo quedaba dejarlo al sol para que este seque la pintura recién aplicada. Esto tardaría, pero sería un preciado tiempo el cual los tres marines usarían para mentalizarse sin saber sobre lo que estaba a punto de ocurrir. De la nada el sonido de una tremenda explosión rompe con la tranquilidad del muelle, aunque no terminó allí, seguido de esto hubo un poderoso estruendo. 
 
Era una explosión como ninguna otra, una cosa a lo que marines con su experiencia como lo eran Lukas, Henry y Elena jamás se habían enfrentado. Pedazos de madera de todos los tamaños salían volando a una peligrosa velocidad desde una dirección en específico, hiriendo a Lukas en el hombro. Elena solo obtuvo un pequeño corte causado por un pedazo de astilla, permitiendole atender a Lukas sin mucho problema.
 
Los gritos de pánico se empezaron a escuchar, los civiles corrían de un lado a otro, unos sin saber a donde ir por el pánico mientras que la mayoría corrían con dirección a sus casas. El agua del muelle empezaba a tomar un color rojo, pues se trataba se sangre, esto fué la última pista que el suboficial Henry necesitaba para empezar a sospechar de lo que estaba pasando. Fue cuando este mismo recibió una llamada por Den Den Mushi, se trataba del alférez Kuda, el cual traía malas noticias.
 
Se trataba del barco pirata, este había explotado debido a que estaba hasta arriba de pólvora, llevándose consigo a todo aquél pelotón que Murray había enviado desesperadamente. La cosa era un caos tremendo, Kuda y Lukas se encontraban heridos, Murray no respondía y no se tenía ni idea de dónde pondrían estar los piratas.
 
Había que actuar rápido y reorganizarse, aquella era la única opción para seguir con la misión.— Kuda, tienes permiso para salvar a todos los que puedas y llevarlos a la costa pero no para buscar ninguna pista, tu también necesitas atención. Si te sientes sin fuerzas por lo menos sal a la orilla también, allí te atenderemos, Henry fuera. — el joven suboficial tenía que mantener la calma, especialmente cuando era el único que se olía un gran peligro desde el comienzo.
 
Este se gira a sus compañeros con una idea en mente. — Lukas, Elena, quédense aquí, cuando Lukas se sienta mejor vengan a donde se dió la explosión. — luego de estas palabras Henry salió corriendo a toda velocidad hacia aquél lugar, su prioridad en aquél momento eran las vidas de sus compañeros que aún luchaban por mantenerse entre nosotros. 
 
A mitad del camino Henry volvió a tomar su Den Den Mushi, esta vez llamaría directamente a la base del G-39. — Aquí el suboficial Henry, el barco pirata era una trampa, este explotó llevándose consigo al pelotón. Necesito que envíen entre uno y dos pelotones con bastante equipo médico para llevarse a los heridos y formar un nuevo equipo de búsqueda contra los piratas. — Con la ausencia de Murray el joven marine debía de ponerse el peso de la operación encima, sabiendo que cada segundo era oro puro.
 
 — Y por último, mantengan las alarmas puestas, un ataque a la base no es imposible, repito, un ataque a la base no es imposible, Henry fuera. — el joven marine ya había acabado con todas las llamadas qué tenía en mente, ahora quedaba observar el infierno desatado en aquella costa.
#14
Raiga Gin Ebra
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Menuda se ha montado, compañero Henry. Te estás viendo en un marrón de un calibre que no se esperaría de una institución como la Marina. Pero bueno, me imagino que chapuzas se hacen en todos lados, ¿no?

En fin, actúas rápidamente y con un temple que ojalá hubieran tenido otros. Kuda te responde de manera afirmativa, diciendo que va a rastrear la zona en busca de todo aquél compañero que pueda salvar. Tras ello, realizas sendas llamadas a la base Marina que te responden igual, de manera afirmativa. Mandarán un pelotón de personal sanitario para atender a los heridos, y tras ello, te dicen que están reforzando las defensas de la base y controlado las entradas y salidas en el perímetro de seguridad. Vaya movida, ¿no? No creo yo que los piratas se aventuren a atacar una base Marina con todo lo que eso implica... Aunque bueno, tienen a Ben. ¿Será Ben de esta isla? ¿O estaba destinado en Kilombo? Sería interesante saberlo.

El trayecto hacia el lugar de la explosión se convierte en una carrera contra el tiempo. Cada paso que das parece impulsado por una mezcla de urgencia y rabia contenida por todo lo que ha sucedido. Si te hubieran hecho caso... Se hubieran salvado varias vidas. Y no solo eso, sino que la situación en sí sería completamente diferente. Los piratas, ahora, seguro que están riéndose del operativo. Y no solo eso, os tienen una ventaja que no sé yo si podréis remontar.

La escena que te encuentras al llegar confirma tus peores temores: el barco pirata ha quedado reducido a un amasijo de restos destrozados, esparcidos por la orilla y flotando en el agua teñida de rojo. De una intensidad mucho mayor que la que iba llegando al otro barco, al que estabais pintado.

El aire está cargado de un olor metálico mezclado con pólvora quemada. Una nube de humo negro se alza sobre el área, dificultando algo la visibilidad, aunque no creo que tengas muchos problemas. Los restos del barco están por todas partes: fragmentos de madera quemada y astillas afiladas sobresalen del suelo como cuchillas improvisadas. Algunas piezas más grandes flotan en el agua, balanceándose al ritmo de las olas.

Entre los escombros, lo que queda de los marines es un espectáculo difícil de procesar. Restos humanos están dispersos en el área, irreconocibles en algunos casos debido a la magnitud de la explosión. Aunque la imagen es desgarradora, lo peor es escuchar los gemidos de algunos heridos que aún luchan por aferrarse a la vida. A simple vista, logras contar tres, tal vez cuatro hombres con signos de vida. Todos están gravemente heridos: quemaduras, extremidades desgarradas y rostros cubiertos de sangre. Sus intentos por moverse son débiles, y sus miradas buscan desesperadamente ayuda, una que con suerte, no tardarán en recibir gracias a tu llamada.

El agua cercana, que normalmente reflejaría el azul claro del cielo, ahora está teñida de rojo. La mezcla de sangre y restos de fauna marina afectada por la explosión hace que todo parezca salido de una pesadilla. El suelo está resbaladizo por la combinación de sangre, agua y madera quemada, lo que dificulta moverse sin caer.

Has solicitado un pelotón médico para tus compañeros. Pero quizá no haga falta tanto. Puede que sea buena idea que peinen el perímetro también, en busca de civiles afectados. Porque a juzgar por la explosión, también los habrá.

Mientras evalúas la situación, tu Den Den Mushi comienza a sonar de nuevo. Si lo descuelgas, esta vez quizá te sorprenda quién está al otro lado. Es la voz de Murray, y notas que su tono es grave, más incluso de lo que esperabas.

—Me acabo de enterar de todo, Henry, pero no hay tiempo para eso —dice Murray con un tono que mezcla frustración y cansancio—. Los piratas acaban de contactar con la base. Dicen que ahora que les hemos jugado sucio, lo que piden por Ben es el triple.

Se toma una pausa breve, como si estuviera reuniendo fuerzas para continuar. De su tono puedes extraer que está visiblemente afectado por la situación. Quizá todo esto se le quede grande y no sea capaz de digerir tanta información tan sensible en tan poco tiempo.

—Nos dan quince minutos para pensárnoslo... Pero no podemos gestionar tanto dinero en tan poco tiempo. Y si volvemos a hacer algo sin pensar... —su voz se quiebra levemente, y aunque intenta mantener la compostura, el peso de la situación es evidente—. Es posible que los civiles lo acaben pagando, como ahora.

La conexión se corta abruptamente, dejando una sensación de vacío en el aire. Sus palabras resuenan en tu cabeza mientras miras a tu alrededor. La trampa que los piratas dejaron en el barco ha resultado mortal, y ahora estás lidiando con las consecuencias de una misión que parece estar derrumbándose por momentos. Los gemidos de los heridos te recuerdan que aún hay vidas que puedes salvar, pero los quince minutos que Murray mencionó añaden una presión insoportable. El tiempo se está acabando, y cada decisión cuenta.

De momento podemos denotar de toda esa aventura, que hay una única verdad: no hay margen de error. Tienes que actuar rápido, tanto para salvar a los que aún respiran como para encontrar una forma de resolver el dilema de Ben. La situación parece estar al borde del caos absoluto, y es tu deber impedir que todo colapse. Estoy casi seguro que cualquier propuesta que le lances a Murray será aceptada. Después de una cagada así, no creo que le queden ánimos para tomar decisiones. Pero sabes que hay que tomarlas, y con ellas, vendrá el desenlace de esta aventura. Ojalá Ben siga bien.

Cosas
#15
Henry
Tigre Rojo de la Marina
Hay momentos en la vida en los cuales te acabas dando cuenta de que no importa que tanto te esfuerces, al final no habrá nada que puedas hacer para cambiar el resultado. Esto es algo que muchos aceptan, pero, que hay de Henry? Pues este marine no se creería semejante pedazo de mentira ya que todo se trataba del poder, con este uno era capaz de agarrar los problemas por dónde más les dolían a estos y resolverlos de una vez por todas.
 
Las llamadas al alférez Kuda y a la base marine fueron recibidas con respuestas positivas. La base marine confirmó el envío de un pelotón médico más el refuerzo de la base. Pese a que algunos podrían pensar que un ataque a la base sería una locura, de pasar perderíamos no solo nuestro bastión en aquél gran archipiélago, si no que perderíamos un símbolo, un ideal a manos de estos piratas.
 
Henry estaba de camino al lugar del incidente, corriendo con todo lo que tenía para así tener una mejor idea de lo ocurrido y poder actuar de una vez. Una vez allí este finalmente pudo presenciar parte del mismo infierno en frente de sus ojos, en dónde estaba el barco ahora no era más que una combinación de partes del mismo con restos humanos, pintando de rojo todo lo que tocase.
 
El rojo del agua era realmente mucho peor allí que no en el muelle, dando a saber la cantidad de marines que murieron en un instante. El humo negro se alzaba desde los restos del barco debido a la pólvora que le hizo explotar, grandes pedazos de astillas estaban atascados en el piso de una forma peligrosa, lo que dejaba a la imaginación el poder con el que aquél barco tuvo que haber explotado.
 
Los brazos de Henry no paraban de temblar, era una mezcla de emociones por las que este jamás había pasado. Los alrededores estaban llenos de pedazos de madera con partes humanas, como si el mismísimo diablo hubiese decorado el lugar a su antojo. Pese a esto se pudo escuchar alguno que otro quejido, lo que daba la esperanza a poder salvar a uno que otro marine por muy mala que sea su situación. A este punto llegaban los marines Lukas y Elena, los cuales se tomaron su tiempo pasando por las mismas emociones por las que estaba pasando Henry.
 
Al rato llega el pelotón médico a la zona, listo para atender a tanto marine como sea necesario. Estos reconocen a Henry y se aproximan a este, en busca de órdenes. El joven marine, temblando y con un rostro sombrío no encontraba palabras, por lo que tuvo que tragar saliva para poder darles la órden. — Atiendan a todos los que puedan, peinen el lugar en busca de más heridos. – Parecía que su voz se desvanecía con cada palabra, pero el pelotón médico respondió de forma afirmativa.
 
Henry no podía evitar imaginarse a aquellos piratas riendo con todas sus fuerzas, burlándose de ellos por ser tan novatos y descuidados, era una forma bastante más sutil de ponerlo. Fué cuando el Den Den Mushi del suboficial Henry empezó a sonar pues se trataba del sargento Murray. Este se escuchaba totalmente destrozado mientras le explicaba a Henry la situación.
 
Aparentemente ahora los piratas pedían el triple de lo que querían en un primer momento, reclamo en el cual de ser ignorado nuevamente sería el turno de los civiles de pagar las consecuencias. Después de aclarar la parte de los civiles la conexión del Den Den Mushi se corta, no sin antes esuchar a Murray decir que los piratas les daban unos 15 minutos para pensar.
 
De todos posibles resultados terminó siendo uno de los peores. Era obvio que Murray no estaba ni en la posición ni en los ánimos como para seguir dando órdenes, esto era algo que Henry entendió perfectamente luego de escuchar al sargento. El joven marine miraba al cielo mientras respiraba profundo, pues tenía que hacerse cargo de aquella operación qué estaba cayéndose en pedazos.
 
Este saca su Den Den Mushi de nuevo, esta vez llamaría al alférez Kuda. — Kuda, el sargento Murray me ha dejado a cargo de la situación, necesito que vayas al muelle y te subas al pequeño barco que pintamos, enviaremos a unos cuantos médicos para atenderte, necesito que estés preparado por si te necesito en las aguas, no aceptaré un no como respuesta.
 
Había Murray dejado a Henry a cargo de todo el operativo? Pues esta era una mentira a medias ya que en primer lugar no existía en aquél lugar persona con las ganas de hacerse cargo de semejante caos. Luego de colgarle a Kuda el joven marine envío a un pequeño grupo de médicos marines hacia el barco qué estaban pintando hasta el momento, donde se encontrarían con Kuda. 
 
Henry caminó hacia otro grupo de médicos aprovechando que sobraban muchos en el lugar y les quitó sus maletas. Los médicos no hacían más que ver lo que su superior hacía sin dejar salir queja alguna. Henry abrió ambas maletas y empezó a vaciar todo lo que estos tenían, cerrandolos y quedándose con aquellas dos maletas. — Lukas, Elena, los voy a necesitar conmigo, vamos a por esos piratas.
 
La cara de seriedad con la que iba Henry no era algo a lo que poder acostumbrarse, aquél joven marine de la gran sonrisa no estaba por ningún lugar, se había desvanecido. — Yo iré a encontrarme con los piratas en solitario, ustedes dos irán conmigo pero a tantos metros separados de mi como haga falta. Hablaré con los piratas, esto os dará algo de tiempo para poder rescatar a Ben o morir en el intento. Y por último, cuando me vean alzando el puño corran del lugar o morirán con todos estos piratas, cualquier negativa será castigada gravemente.
 
No era tiempo para juegos ni para desobediencias, irónico no? Habiendo sido Henry el único que desobeder directamente las órdenes de Murray y ahora no quiere un no ni de chiste. La situación ya estaba al límite, si no rescataban a Ben entonces mínimo acabarían con los piratas de una buena vez. Para dar inicio con aquella última operación Henry llama a Murray de nuevo. — Sargento, tengo dos maletas que simulan llevar grandes cantidades de dinero, me reuniré con los piratas e intentaremos salvar a Ben una última vez, si esto no funciona le aseguro que los piratas pagarán cueste lo que cueste. Solo necesito la dirección para ponerme en camino. — 
 
Los ojos de Henry se ponían de color rojo, sus sentidos estaban al máximo mientras este se mentalizaba en lo que le haría a aquellos piratas. 
 
Percepción II
KENB401
KENBUNSHOKU
Haki básico
Tier 4
4/12/2024
7
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones muy fuertes que exterioricen como un sufrimiento fuerte o un gran instinto asesino, etc. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +5 [Reflejos].
Área: [VOLx12] metros. +5 [REF]

[consumir=CHF002-161-15]
 
Stats Actualizados
#16
Raiga Gin Ebra
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El caos del lugar apenas te permite escuchar tus propios pensamientos mientras organizas todo lo necesario. Los heridos gimen, el agua sigue impregnada de un color rojizo que parece no desvanecerse, y el aire es pesado con el olor a pólvora y sangre, una mezcla más propia de una batalla naval que de la situación que estáis viviendo. Mientras intentas asimilar lo que está ocurriendo, el Den Den Mushi vibra una vez más en tus manos. Esta vez, es Murray quien te responde.

—Henry —comienza Murray, con una voz cargada de tensión—. He hablado con los piratas, y ya tenemos un acuerdo. Nos veremos en el centro de la ciudad, cerca de la plaza principal. Irán dos piratas y, según ellos, llevarán a Ben. No tienen intención de andarse con juegos, y espero que tú tampoco. Esto es todo o nada.

El silencio posterior a sus palabras pesa más que cualquier explosión previa. Murray no espera tu respuesta y corta la llamada. El mensaje está claro: el destino de Ben está en tus manos, y parece que las cosas han tomado un giro aún más arriesgado. No sé cómo tienes pensado hacerlo, pero si solo se presentan dos piratas y llevan a Ben, cuando abran los maletines... En fin, va a ser complicado establecer un plan, pero si Murray confía en ti, yo también. Aunque bueno, Murray se está agarrando al único clavo que le queda, la verdad.

Con las indicaciones de Murray claras, tienes tiempo para establecer un plan antes de partir. Elena y Lukas te observan en silencio, conscientes de la gravedad de la situación. Sus heridas los hacen ver más vulnerables, pero sus expresiones denotan la determinación que aún conservan. Están preparados para cualquier cosa, y te corresponde a ti definir que les toca hacer.

El Den Den Mushi vibra de nuevo. Esta vez, es Kuda quien responde a tus indicaciones previas. Su tono, aunque serio, refleja la fortaleza que esperas de alguien en su posición.

—Entendido, Henry. Me pondré manos a la obra en el barco. Estaré listo para cualquier movimiento que me pidas, pero recuerda: estamos al límite. He rescatado a tres compañeros. El resto... Bueno, el resto ya no están con nosotros.

La llamada se corta, dejándote con un poco más de tranquilidad al saber que al menos una pieza del rompecabezas está en su lugar, aunque con una evidente preocupación... ¿Cuántas bajas habéis tenido? Ahora solo queda enfrentar la siguiente fase del plan.

Con las maletas vacías en mano que simulan estar cargadas con dinero, comienzas a caminar hacia la plaza principal. Lo bueno es que estás a escasos diez minutos andando de la zona. La ciudad parece extrañamente tranquila considerando el caos que se está gestando. Los civiles que te ven pasar no pueden evitar mirar de reojo, susurrando entre ellos. Y es que no todos los días se ve el espectáculo que acabáis de hacer. Algunos, al notar tu expresión seria y las maletas, retroceden o se apartan del camino, intuyendo que algo grave está por suceder. No es difícil entender que un marine, manchado de sangre y con dos maletas sobre sus manos, que camina hacia un lugar concreto, está a punto de hacer algo importante.

Lukas y Elena te siguen a una distancia prudente, respetando tu instrucción de mantenerse alejados pero listos para actuar. Sus pasos apenas se escuchan en comparación con el bullicio que aumenta a medida que te acercas al centro. La plaza principal está a la vista, un espacio amplio rodeado de edificios bajos con balcones que parecen estar llenos de curiosos observando desde las sombras.

El lugar está más concurrido de lo que esperabas, aunque la mayoría de las personas parecen ser civiles que han salido por simple curiosidad. Entre ellos, destacas a dos figuras que no encajan con el resto. Están cerca de la fuente central, vestidos con ropas raídas y desgastadas, pero con un aire de confianza que no se puede ignorar. Sus posturas y las armas que llevan a la vista dejan en claro que estos son los piratas. Hacia allí te deberías acercar si quieres cerrar el plan.

Uno de ellos lleva a un hombre a rastras. Aunque no puedes verlo claramente desde la distancia, no necesitas mucho para asumir que se trata de Ben. Su estado parece deplorable; camina con dificultad, y sus brazos cuelgan como si no tuvieran fuerzas para sostenerlo. Estaba claro que los piratas no iban a ser muy buenos con Ben, pero la imagen puede herir tu sensibilidad e incluso hacer que te hierva la sangre.

El calor de la situación, mezclado con la presión de la misión, hace que el tiempo parezca ralentizarse. Notas a los piratas mirarte fijamente, y aunque su expresión es fría, hay algo de burla en sus ojos. Los civiles, al percatarse de lo que ocurre, comienzan a alejarse, creando un círculo amplio alrededor de la fuente.

Antes de que puedas acercarte más, tu Den Den Mushi vuelve a sonar. Es Murray, y su voz esta vez es más controlada, aunque aún cargada de tensión.

—Henry, ya sabes cómo están las cosas. Es tu decisión. Haz lo que consideres necesario, pero no olvides que, si algo sale mal, los civiles están en peligro. Tú eres el líder en este momento, y todos confían en ti. Buena suerte.

La llamada termina, dejándote con la responsabilidad que ya pesa sobre tus hombros. Los piratas parecen impacientes, cruzando los brazos y mirando alrededor como si estuvieran evaluando su próxima jugada. Te han mirado algo mal cuando has cogido el Den Den Mushi y han hecho una señal, pero no hay rastro de más piratas por la zona. Mientras das el último paso hacia ellos, sientes el peso del momento. Todo lo que hagas a partir de ahora definirá no solo la vida de Ben, sino también la de muchos otros que dependen de tu éxito.

Contenido Oculto
Contenido Oculto
#17
Henry
Tigre Rojo de la Marina
El momento era uno cargado de tensión en intriga en el cual se debía de trabajar para garantizar el rescate de un compañero. En aquél momento de meditación, el Den Den Mushi del suboficial Henry sonaba, pues de trataba de Murray. Este le avisaba de que los piratas esperaban hacer el intercambio en el centro de la ciudad, cerca de la plaza principal y que irían dos piratas acompañados por Ben. Se podía sentir el peso de las palabras que Murray le decía a Henry, poniendo a este último a cargo de todo lo que estaba por pasar.
 
El sargento Murray colgó la llamada sin esperar una respuesta del otro lado, al parecer este estaba ya al límite, cosa que era totalmente comprensible. Luego de esta llamada tocaba organizar los demás equipos que participarían en dicha operación. Elena y Lukas miraban con seriedad mientras escuchaban el resto de la misión, aceptando los riesgos de esta. — Y recuerden, hago algun movimiento con mi lava necesito que tu, Lukas, termines con el otro pirata. En esta misión será difícil el comunicarnos entre nosotros así que espero que ustedes puedan actuar por su cuenta siempre y cuando sea con sentido común. Elena, en caso de tener el área despejada y Ben quede solo sacalo del lugar a toda velocidad, tenemos que ser rápi-
 
Antes de poder terminar con aquella rápida charla el Den Den Mushi del suboficial Henry sonaba nuevamente, esta vez se trataba del alférez Kuda confirmando su participación en dicho operativo, esperando en el muelle. Este les hizo saber que solo pudo rescatar unos 3 marines y que el resto no estaba ya con nosotros. Pero ya era hora de dar inicio a la operación, tomando Henry aquellas dos maletas vacías que simulaban tener el dinero requerido por aquellos piratas.
 
Afortunadamente el camino hasta aquella plaza quedaba a unos 10 minutos de aquél lugar. Cada paso que Henry daba se podía sentir el peso de todo aquél operativo, el cual estaba sujeto de un fino hilo. Los civiles miraban con asombro y curiosidad a Henry, el cual estaba manchado por la sangre de sus compañeros y llevaba una expresión seria mientras sujetaba aquellas dos maletas. Era una escena que dejaba saber que algo importante estaba por ocurrir, algo peligroso.
 
Los marines Elena y Lukas iban a la par de Henry pero separados por una decente cantidad de metros para así no ser vistos por los demás. Una vez cerca del centro de la plaza se podía ver a la gente viendo desde sus balcones, curiosos por aquella situación. El lugar estaba más transcurrido de lo usual, desde el cual resaltaban unos individuos con ropas desgastadas y actitudes confiadas. Estos parecían estar bien armados, lo que les vendía como piratas.
 
Aquellos dos tipos llevaban a un tercero en malas condiciones, aparentemente se trataba de Ben, el cual parecía estar en no muy buenas condiciones. Aquello hervía la sangre del suboficial Henry el cual dejó de pensar en como mataría aquellos piratas cuando de repente su Den Den Mushi empezó a sonar, era Murray de nuevo. Este le hacía saber a Henry que él estaba a cargo y que solo le pedía que recuerde que aquella zona está llena de civiles.
 
Henry sabía que esta última parte también era un punto crucial de aquél operativo, el mantener la salud de aquellos civiles en la zona. Este debía de estar preparado para actuar sin involucrar a ningún civil. Luego de terminar la llamada los piratas parecían algo enojados, haciendo unas señas en el proceso aunque sin nada realmente pasando. Asimilando la tensión del momento Henry se acerca hacia aquellos dos hombres con ambas maletas hasta quedar a unos 8 metros de aquellos sujetos. — ¡Les traigo lo que piden, más vuestra última exigencia, ya hubieron suficientes muertes así que es hora de acabar con esto de forma pacífica!
 
Henry dejaba las metas en el piso delante de él mientras miraba al soldado Ben todo herido y maltratado. — Tomen su sucio dinero y traigan al soldado Ben. — Henry exigía su parte del trato, que entreguen al soldado Ben a cambio de aquél dinero. Henry, sabiendo que aquellas maletas estaban vacías vigilaba con su Haki toda la zona preparado para cualquier incidente. Pero este había venido para mover su ficha y salir de aquél lugar con Ben. Henry se quedaría quieto en aquél lugar, pudiendo inyectar cantidades de lava en el suelo sin que nadie se diera cuenta.
 
Aquella lava viajaría bajo tierra hasta llegar donde estaban aquellos dos tipos, saliendo del suelo dos brazos de lava que agarrarían y desmayaría al pobre pirata que decida quedarse allí, esperando a que el otro tome el dinero (Henry tiene total control de esta lava, así que es posible un cambio a último momento a falta de desarrollo).
 
Hands of the Damned
161U302
ÚNICA
Ofensiva Activa
Tier 3
19/11/2024
41
Costo de Energía
30
Costo de Energía por Turno
2
Enfriamiento
Descripción: El usuario podrá introducir su magma en el suelo mediante un [Hide] hasta una distancia de 16 metros, sin moverse de su posición mientras ejecuta esta técnica. Llegado el momento el usuario podrá hacer emerger dos manos de lava por sorpresa desde debajo de un adversario para aplicarle un [Agarre] cuya comparativa se efectuara comparando el [Control de Akuma] del usuario contra la [Fuerza] de la victima, aplicando los efectos de la Magu Magu mientras se ejecuta. Este agarre tomara todo el cuerpo de la victima aplicándole [Asfixia] mientras dure.
+10 [Control de Akuma]

 
Bélico
#18
Raiga Gin Ebra
-
La tensión en la plaza principal es palpable. Los dos piratas intercambian miradas, como si evaluaran la situación en silencio y como si las simples miradas fuesen suficiente para una comunicación entre ellos. ¿Cuánto tiempo habrán estado trabajando juntos? No lo sabes, pero por cómo parecen manejar la situación y lo relativamente tranquilos que se les ve, da la sensación de que ha sido bastante tiempo. Finalmente, uno de ellos da un paso hacia adelante, dejando a Ben bajo la custodia del otro. Este avanza hacia ti con confianza, aunque con una cautela que denota que no se fía del todo. Normal, es una situación un tanto atípica, la verdad.

Con cada paso que da hacia las maletas, los murmullos de los curiosos civiles en los balcones y a pie de calle crecen, como un zumbido de fondo que no puedes ignorar. ¿Realmente este operativo tiene sentido? Quizá no te has podido parar a pensar dada la urgencia de cada movimiento, pero pronto sabrás el resultado. Finalmente, el pirata llega a las maletas. Se inclina para agarrarlas, y, sin soltarlas de inmediato, te lanza una última mirada de advertencia antes de dar una señal a su compañero.

El pirata que sostiene a Ben asiente y, con un empujón brusco, lo deja caer al suelo. Ben apenas logra mantenerse en pie, tambaleándose hacia adelante a un par de metros del pirata, pero antes de que pueda dar siquiera un paso más, el pirata que tiene las maletas las abre de golpe. Su rostro pasa de una sonrisa confiada a una mezcla de furia y sorpresa.

—¡Están vacías! —grita, agitando las manos frenéticamente hacia su compañero. Las señas son claras: esto no es un intercambio, es una trampa.

En ese instante, los brazos de lava que habías preparado surgen del suelo como un par de bestias infernales, envolviendo al pirata que estaba junto a Ben y calcinándolo al momento. El calor extremo no le da tiempo a reaccionar, y el tipo cae inconsciente al instante, con su cuerpo gravemente afectado por el magma. Sin embargo, el calor es tan intenso que Ben, apenas unos centímetros de distancia, también sufre las consecuencias. Se desploma al suelo con quemaduras evidentes, mientras su rostro es contraído en una mueca de dolor incluso mientras está inconsciente.

El caos en ese momento se desata.

Desde una posición elevada, un disparo resuena en la plaza, cortando el aire con un silbido letal. La bala no da en el blanco, pero el tirador claramente está apuntando a Ben. Los civiles comienzan a gritar y correr en todas direcciones, buscando refugio ante el pánico. Un segundo disparo vuela y, esta vez, impacta cerca de donde está el cuerpo inerte de Ben, levantando una pequeña nube de polvo del suelo. Y un tercer disparo impacta en el cuerpo, aunque este, al estar inconsciente, parece como si no hubiera sufrido por su impacto.

El pirata que abrió las maletas, viendo que no tiene escapatoria, se arrodilla en el suelo con las manos sobre la cabeza, en un gesto de rendición. Sin embargo, antes de que puedas reaccionar, dos disparos más atraviesan el aire. Ambos impactan en su pecho, derribándolo al suelo. Su cuerpo queda inmóvil, mientras la sangre comienza a extenderse bajo él en un charco que se mezcla con los restos de la plaza. No parece que haya caído del todo, al menos al principio. Pero creo que sería el momento perfecto para escapar de allí.

En medio del caos, algo llama tu atención. Cerca de la fuente central, camuflado entre los escombros y el bullicio, hay un Den Den Mushi con un aspecto peculiar. Sus ojos parpadean lentamente mientras su lente apunta directamente hacia la escena. Está grabando todo lo que ocurre, y transmitiéndolo a algún lugar. Seguramente al resto de la banda... Parece que tanto marines como piratas habíais tendido una trampa. Y de momento, parece estar ligeramente decantado hacia el lado de los piratas. Han perdido a dos efectivos, pero vosotros habéis recuperado a Ben. O al menos su cuerpo.

Los disparos continúan, aunque ahora no parecen dirigidos a ti ni a Ben. Podrían ser una distracción, o tal vez el tirador simplemente está intentando sembrar el caos en la plaza. Los civiles que permanecen cerca siguen huyendo en todas direcciones, y el suelo está plagado de objetos caídos, gritos y restos de la explosión previa.

Y ahora, toca tomar una decisión. O varias, pero el caso es que toca actuar. No parece haber más piratas. Tu haki de observación no detecta presencias hostiles, solo varias confusas que atribuyes a los civiles. El tirador, debe estar en una posición bastante alejada, quizá por eso también ha fallado tantos disparos. En cualquier caso, ya no parece ser un problema, más allá de los disparos que sigue lanzando sin objetivo aparente. Te toca actuar.

Ben no aguantará mucho más. Su estado es crítico, y cada segundo que pasa disminuyen las probabilidades de que sobreviva. Los disparos indican que aún queda al menos un pirata en los alrededores, pero no hay señales de que el resto de ellos estén cerca, y puedes entender que el tirador cree que Ben ya ha caído, pues no lanza más disparos en su posición. La plaza está a punto de convertirse en un infierno si no tomas una decisión rápida.

Y, por otro lado, el pirata rendido también está gravemente herido, aunque sigue vivo. Puede ser una fuente de información si logras salvarlo. Lukas y Elena están preparados para actuar. Espera, no. Elena está preparada para actuar. Lukas parece haber dado con el tirador y empieza a devolver disparos. Hasta un total de siete, es entonces cuando grita: "ABATIDO".

Ahora, todo depende de ti: salvar a Ben, al pirata, investigar el Den Den Mushi o intentar detectar a los piratas, que es probablemente lo más complicado. El reloj sigue corriendo, y cada elección podría tener consecuencias irreversibles.

Cosis

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#19
Henry
Tigre Rojo de la Marina
Aquellos dos piratas se miraban el uno al otro como si pudieran leerse la mente. Uno de ellos decide dar un paso hacia adelante, dejando ver que sería él el que iría a por aquellas maletas. Aparentemente aún dudaban de aquél movimiento de la marina incluso después de haber eliminado todo un pelotón en tan cruel y sucia trampa. Los civiles miraban aquella escena con gran curiosidad,  preguntándose que estaba a punto de pasar.
 
Aquél operativo era uno de alto riesgo, básicamente un último intento por parte de la marina de recuperar lo que es suyo, su orgullo. Henry sentía la presión del momento mientras que sus ojos saltaban de civil en civil terminando en aquellos piratas y el pobre de Ben. El pirata que se ofreció a tomar las maletas las agarró, no sin antes darle una seria mirada al suboficial Henry el cual estaba concentrado tanto en su lava como en su haki de observación, vigilando sus alrededores.
 
El pirata hacía unas señales a su compañera antes de poder abrir las maletas a lo que su compañero respondió dándole un empujón a Ben, el cual se tambaleaba, alejándose unos cuantos metros de aquél pirata. "Solo un poco más Ben, aguanta un poco más", esto se decía Henry así mismo, dándose los ánimos para salvar a aquél soldado que luchó valerosamente en el asalto al foro de Rostock.
 
Finalmente, el pirata con las maletas las abre de una vez dándose cuenta de que no había nada dentro de estas. Este gritó lo obvio, alertando a su compañero con sus señas raras. Pero era muy tarde para este último, pues dos brazos de lava salían del suelo como si el mismo infierno estuviera reclamando lo qus era suyo, el alma de un maldito. Aquellos brazos de lava envolvieron al pirata, dañandole y haciendo que este se desmaye por tan alto calor.
 
Pero el calor era tanto que también afectó a Ben, un riesgo que Henry estaba dispuesto a pasar para rescatarle. De pronto un disparo se pudo escuchar desde la distancia, lo que puso a todos los civiles de la zona en alerta, los cuales empezaron a correr de un lado al otro. Dos disparos siguieron al primero aunque solo uno logró impactar, el objetivo era Ben, el cual recibió un disparo al cuerpo; este no parecía haber sufrido el dolor del impacto al estar desmayado.
 
El pirata que fue a por las maletas se arrodilla al suelo con ambas manos detrás de la cabeza en señal de rendición, viendo que no tenía otra opción. Pese a la rendición de este unos dos disparos se pudieron escuchar, impactando en el pecho de este pirata. Henry tenía que actuar rápidamente, pues había un tirador y Ben se encontraba herido. Antes de poder hacer algo este se da cuenta de algo cerca de la fuente central, oculto entre unos escombros, se trataba de un Den Den Mushi, el cual parpadeaba mientras miraba lo que estaba pasando.
 
"¡Nos están vigilando!" pensó Henry, el cual bajó la mirada hacia aquél pirata que había recibido dos disparos, cargandolo al ver que aún seguía con vida. Henry deshizo sus brazos de lava, permitiendole a Elena ir a por Ben sin verse afectada por la lava. — ¡Elena, ahora! — la orden del suboficial Henry era clara, rescatar a Ben y pirarse del lugar. Fue cuando se pudieron esuchar varios tiros y un grito proveniente de una voz familiar "ABATIDO", se trataba de Lukas, el cual aparentemente había acabado con el tirador enemigo.
 
Henry agarró su Den Den Mushi mientras llevaba aquél pirata en su hombro izquierdo. — Lukas, cubrenos mientras nos dirigimos a la base, cuento contigo. — Pese a haber salido de aquél lugar con Ben este estaba herido y había riesgo de perderlo si no recibía atención médica, así que ir a la base sería el mejor lugar. Sabiendo lo que había pasado y que ahora los piratas no tenían a Ben era probable que estos huyeran de la isla. — Kuda, tenemos a Ben, eres rápido yendo por agua asi que quiero que des vueltas por los alrededores en busca del barco pirata, es posible que no tenga ningún símbolo pirata así que fíjate en su tripulación primero. — 
 
Ya teníamos a Ben pero aún quedaba llevar a estos piratas a la justicia. — Si puedes confirmar que son piratas por ti mismo quiero que ataques al barco desde abajo, abriendo un agujero en el mismo, así impediremos que estos salgan del archipiélago Conomi, Henry fuera. — Ya quedaba poco para llegar a la base por lo que Henry decidió agilizar el paso, preparando su Den Den Mushi para hacer una última llamada a la base. 
 
 — Suboficial Henry a la base, tenemos a Ben y a un pirata con nosotros, necesito que se preparen para atender a dos víctimas de disparos al cuerpo, Henry fuera.
 
Gastos
#20


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