Hay rumores sobre…
... una isla que aparece y desaparece en el horizonte, muchos la han intentado buscar atraídos por rumores y mitos sobre riquezas ocultas en ella, pero nunca nadie ha estado en ella, o ha vuelto para contarlo...
[Aventura] [T5] Salvar al soldado Ben
Raiga Gin Ebra
-
La marcha hacia la base es rápida pero tensa, como lo ha sido la misión en sí. El camino, aunque despejado, está impregnado de una atmósfera de urgencia que se escenifica en los dos cuerpos que estáis cargando. Lukas ha hecho caso a tu instrucción, y desde una posición elevada, sigue cubriéndote con su rifle, aunque no parece haber más amenazas inmediatas. Sin embargo, cada paso que das con el pirata sobre tu hombro te recuerda la fragilidad de la situación. ¿Cómo habéis llegado a ese punto?

El caracol que cargas ha cerrado los ojos, dejando de emitir. Parece un objeto común, pero quizá estaría bien que lo examinasen en la base.

Elena corre junto a ti, cargando a Ben con sumo cuidado, pero no puedes ignorar que está en muy malas condiciones. Su respiración es irregular, su cuerpo está marcado por varias quemaduras y la reciente herida de bala no ha hecho sino empeorar su estado. Desconoces si le ha afectado a algún órgano vital, pero sangra bastante. Cada jadeo de dolor que se le escapa te pesa en el alma, quizá habiendo actuado diferente el resultado sería otro... Pero no hay momento para lamentos. Sea como fuere, tienes a Ben. Si ojeas al pirata que cargas, no está mucho mejor, a decir verdad. Su cuerpo está flácido, con la sangre empapando su ropa y goteando al suelo. A cada paso, su peso parece aumentar, como si la vida lo estuviera abandonando. Creo que será más difícil salvar a este tipo que a Ben, pero yo no soy médico, es una suposición.

Cuando realizas la primera llamada, Kuda responde al instante, como si estuviera esperando tu llamada. Puedes notarlo bastante intranquilo, y aunque su voz suena débil, está claramente afectado por sus propias heridas.

—Estoy herido, pero haré la inspección. No me voy a quedar sin hacer nada. Si hay un barco pirata, lo encontraré. —Su determinación es palpable, incluso a través de su cansancio. Kuda cuelga rápidamente, y sabes que se pondrá manos a la obra, como ha estado haciendo en todo este tiempo.



La base del G-39 ya está en pleno movimiento cuando llegas. Una línea de médicos te espera en la entrada, listos para atender a Ben y al pirata. El ruido de los preparativos resuena en todo el lugar, y puedes ver cómo varios marines cargan armas y refuerzan las defensas. Lo cierto es que el operativo montado previamente por los heridos te ha venido de perlas ahora. Los médicos están doblando esfuerzos para mantener a todo el mundo estable. Sin duda se están ganando el sueldo.

Cuando cruzas el umbral, dos médicos rápidamente se acercan y toman al pirata de tus hombros. Otros dos se encargan de Ben, llevándolo en una camilla con rapidez hacia el área médica. Las puertas se cierran tras ellos, y por un momento, puedes sentir que el peso físico ha desaparecido, aunque el emocional sigue aplastándote. ¿Conseguirán sobrevivir? Ojalá, la verdad, pero ya es algo que no depende de ti, sino de los médicos.

Murray aparece de repente, saliendo de una sala cercana. Su rostro es una mezcla de preocupación y alivio. Antes de que puedas decir algo, te abraza con fuerza, golpeándote la espalda. Este Murray es uno muy distinto al que viste unas horas atrás, agobiado y tomando decisiones sin pensar demasiado. Este Murray es uno más cercano, uno que se nota agradecido y que sabe que lo que has hecho es, entre otras cosas, salvarle el pellejo.

—¡Lo lograste, Henry! ¡Lo lograste! —Su voz está cargada de emoción, y por un momento, parece olvidar todo lo que ha ocurrido. Algunos marines más se acercan, ofreciéndote felicitaciones y preguntando por los detalles de la misión.

Pero el momento de celebración es breve. Tan breve que no sé si podrás saborearlo mucho. El Den Den Mushi suena de nuevo, y todos los presentes cesan sus felicitaciones, entrando el silencio en escena y dando el dramatismo a la escena que merece. Es Kuda, con su voz grave y cansada.

—Henry, no hay barcos piratas en las cercanías. Lo único que he encontrado es un mercante. Su tripulación son solo tres tipos, y no parecen estar relacionados con esto. Si los piratas están aquí, no están en el agua.

Su declaración es un jarro de agua fría en la improvisada celebración que estabais montando. Si no están en el agua, entonces, ¿dónde se esconden? El peso de esa pregunta te invade, y sabes que encontrar la respuesta será crucial para cerrar este capítulo.

Mientras miras a tu alrededor, con los marines atendiendo a los heridos y reforzando las defensas, sabes que aún no es momento de relajarse. Los piratas pueden estar ocultos, esperando su oportunidad, y el tiempo para actuar se está acabando.

Cosas
#21
Henry
Tigre Rojo de la Marina
Lukas nos cubría desde una posición elevada, asegurándose de que ninguno otro enemigo nos pusiera las cosas más difícil de lo que ya había sido. El recorrido hacia la base había sido uno de mucha tensión en incertidumbre en el cual no se sabía si Ben y aquél pirata sobrevivirían o si tan siquiera lo llegarían vivos a la base. Era una situación altamente complicada en la que cualquier cosa podría suceder, ambos marine, Elena Y Henry sabían que el tiempo premiaba, apurando su paso. Mientras corría a la base Henry se da cuenta de algo, su Den Den Mushi había cerrado los ojos, cosa que era bastante raro aún no lo suficiente como para parar por ello.
 
Dejando el problema del Den Den Mushi para luego el grupo de marines estaba más preocupado por la salud de su compañero Ben, el cual había sufrido quemaduras y un disparo, lo que le ponía en gran peligro. Este también parecía jadear del dolor lo que no paraba de poner a los demás en alerta, preocupados por su estado de salud. Antes de poder llegar a la base Henry decidió llamar a Kuda por una última vez, a lo que este respondió de vuelta aceptando la misión de patrullar las aguas en busca de un hipotético escape pirata.
 
Al llegar al G-39 se podía escuchar el ruido de los preparativos, viéndose a varios marines reforzar las defensas de la base mientras que en la entrada esperaba una línea de doctores. Ver aquella escena era un tremendo alivio para Henry y el resto, pues siempre había tiempo para admirar la capacidad de movilización que tenía un organismo como lo era la marina. Aparentemente el operativo de rescate de los heridos de la explosión había puesto a los doctores en alerta, los cuales parecían estar al cien por ciento listos para asistir a quién sea.
 
Al adentrarse a la base los médicos tomaron a los heridos, llevándoselos para poder atenderlos de mejor manera. El peso de la situación seguía siendo bastante pesado, aunque el haber "rescatado" a Ben y haberlo traído a la base era algo digno de una medalla. Aún quedaba saber si sobreviviría o no, lo que llenaba a todos en aquél lugar de nervios. Henry en especial se sentía culpable por haberle hecho aquellas quemaduras, castigandose mentalmente por no haber actuado de otra forma.
 
De la nada Murray salía de una sala con una cara de alivio y preocupación, brindándole a Henry un gran abrazo con un buen golpe a la espalda, lo que le dejaría marca por unos buenos días. El sargento Murray se mostraba totalmente agradecido con el suboficial Henry al este haber tenido éxito en lo que Murray había fallado, aunque era este último el que recibiría un buen castigo si fallaba el operativo.
 
"¡Lo lograste, Henry! ¡Lo lograste!" Estas eran las palabras de un sentimental Murray a su salvador del momento. Otros marines se agrupaban alrededor felicitando al suboficial Henry, aunque la pequeña celebración no duró mucho, pues el Den Den Mushi de Henry volvió a sonar, se trataba de Kuda. El alférez Kuda reportaba que no había encontrado a otro barco que no sea al de uno mercante con 3 tipos.
 
La situación era seria y los demás alrededor de Henry se daban cuenta de esto. Actualmente los piratas se encontraban sin un rehén importante como lo era Ben pero aún eran peligrosos y debían de ser llevados a la justicia. Ante esto Henry se gira a su sargento, pidiendo que esta vez le haga caso. — Sargento Murray, debemos de poner barcos a patrullar las aguas de inmediato y enviar pelotones en busca del refugio de estos piratas, ahora que no tienen a Ben no tendremos problema desplegando nuestras fuerzas. Yo mismo me ofrezco a dirigir un grupo de captura si es necesario.
 
El joven marine se paraba firmemente delante de su sargento, pidiendo ser usado nuevamente en contra de esos piratas. — Pese a nuestras bajas estos piratas han sufrido casi la misma cantidad de bajas en el asalto al faro de Rostock, si les demostramos que están rodeados podemos conseguir una rendición de su parte.
#22
Raiga Gin Ebra
-
La decisión de Murray no tarda en llegar. Tras escuchar tus palabras con un semblante serio, asiente lentamente y se dirige hacia ti con paso firme. Puedes notar que en él hay una mueca de aprobación antes de que hable, pero aún así, pronto reafirma la mueca con una frase.

—Está bien, Henry. Tienes razón. Vamos a poner barcos a patrullar por la zona y evitar que esos malnacidos se salgan con la suya. —Su voz denota cansancio, pero también determinación. Hace un gesto para que lo sigas hasta su despacho y se pone a caminar.

Una vez dentro, Murray cierra la puerta tras de sí y se apoya unos segundos en ella, como si el peso de la situación lo estuviera aplastando. Pero no pierde tiempo. Se acerca al escritorio, coge el Den Den Mushi y realiza un par de llamadas rápidas. En poco tiempo, cinco embarcaciones están en camino, coordinándose para cerrar cualquier ruta de escape marítima. La comunicación entre los capitanes de los barcos se establece al instante, formando un perímetro alrededor del archipiélago que deja casi imposible una huida sin ser vista.

—Kuda también está patrullando desde el fondo del mar —añade Murray mientras cuelga la última llamada—. No dejarán que un submarino o algo similar se escape. Si esos piratas intentan algo, estarán acorralados.

El despacho queda en silencio por un momento, interrumpido únicamente por el leve tic-tac de un reloj en la pared que marca el tiempo. Un tiempo que realmente hace pesar el transcurso de los siguientes segundos como si fueran eternos. Pero antes de que puedas decir algo, llaman a la puerta. Murray se gira y te hace un gesto para que abras mientras se pone de pie, para recibir a quien quiera que sea el que llega hasta ahí.

Un hombre con una gran bata entra. Puedes notar que la bata tiene alguna que otra mancha de sangre y el humano parece visiblemente cansado. Al entrar, sabes que es un médico, y éste entra con paso firme, siendo su semblante una mezcla de profesionalismo y gravedad.

—Tengo noticias, sargento Murray, suboficial Henry —dice sin rodeos—. Una buena y una mala.

Un momento de alta tensión os rodea al instante, y el médico continúa, mirando a cada uno a los ojos de manera firme.

—El pirata ha fallecido debido a sus heridas. Lo sentimos, no pudimos hacer nada más que intentarlo —Hace una pausa breve antes de añadir algo—. Pero el soldado Ben, pese a que está grave, está relativamente estable. Estimamos que en un par de días podrá recibir visitas.

Murray, visiblemente aliviado, deja escapar un suspiro profundo y asiente con gratitud.

—Gracias, doctor. —Le hace un gesto para que se retire, y el médico obedece de inmediato, cerrando la puerta tras de sí.

Murray se apoya en el borde del escritorio, mirando al suelo durante unos segundos antes de levantar la vista hacia ti. Su rostro refleja un cansancio que va más allá de lo físico y lo mental. Quizá está preocupado por todo lo sucedido. Lo cierto es que ha sido una montaña rusa de idas y venidas que, sin duda, han afectado bastante al bueno de Murray.

—Henry... he cometido un error fatal. Es parte de mi cargo tomar decisiones que, en ocasiones, afectan a muchos soldados. Pero esta vez... Ha sido un fallo demasiado grande. Muchas vidas se han perdido por mi culpa —Su tono es grave, y su mirada busca la tuya, buscando comprensión, quizá redención—. Asuntos Internos va a investigar todo esto, y probablemente me aparten un tiempo. Y sé que es lo justo.

Sus palabras resuenan en el despacho, llenándolo con el peso de su arrepentimiento. Tras unos segundos de silencio en los que agacha la mirada, endereza la espalda y te ofrece un apretón de manos firme, para proseguir hablando.

—Voy a elaborar un par de informes antes de que eso pase. Pero tú también deberías hacerlo, Henry. Sé sincero. Si necesitas culparme por algo, hazlo. Detalla el comportamiento que tuve en el operativo, siendo tu superior directo, y no te preocupes de decir lo que tengas que decir, es tu deber. No voy a huir de mis responsabilidades —Hace una pausa, como si estuviera buscando las palabras adecuadas—. Te voy a poner al cargo de todo esto antes de que nada ocurra. Espero que aceptes. Y, sobre todo, que encuentres a esos malditos piratas y les hagas pagar por todo lo que nos han hecho.

Sin esperar una respuesta, Murray se gira y se dirige a la puerta. Se detiene un momento antes de salir, como si quisiera decir algo más, pero finalmente se va, dejándote solo en el despacho. Ahora tienes tiempo para pensar.

Una vez sale, seguramente sientas que el peso de la operación recae enteramente en tus hombros. La habitación parece más grande y silenciosa de lo habitual. En el escritorio hay papeles, mapas y un Den Den Mushi que ahora parece esperar solo tus órdenes.

Es momento de decidir qué pasos tomar. La caza de los piratas continúa, y el tiempo corre en su favor si no actúas con rapidez. Es el momento perfecto para elaborar el informe y pensar si realmente quieres esa responsabilidad o si prefieres que se encargue otra persona.

Final!
#23
Henry
Tigre Rojo de la Marina
Murray parecía comprender y aceptar las órdenes del joven Henry, el que aún se encontraba decidido a darle caza a esos sucios piratas. El sargento Murray calmaba al joven marine asegurándole de que pondrían a varios barcos a patrullar las aguas, evitando así cualquier escape por parte de los piratas. Pese a todo el imponente Oni se mostraba cansado por todo aquél operativo, evitando tomar aquél tremendo tono de voz que solía tener cuando estaba con Henry en el G-23.
 
El sargento le indica a Henry que le siga hacia su despacho, cerrando la puerta de esta no sin antes tomarse unos segundos, posiblemente aún procesando la magnitud de toda aquella situación. Pero este no pierde más tiempo, agarrándo su Den Den Mushi para hacer rápidas llamadas. Estas llamadas harían que cierren las salidas a cualquier ruta marítima, así como coordinar un total de cinco navíos en la tarea de patrullar las aguas de alrededor. Henry se mostraba aliviado por este actuar por parte del sargento Murray, el cual estaba haciendo gran uso de sus capacidades como líder del G-23.
 
Murray también le dejó saber que Kuda seguía participando en la búsqueda de estos piratas, rebuscando desde las profundidades, evitando así que escapen con algún tipo de submarino. Pero de repente alguien parecía estar tocando a la puerta, Henry se ofreció a atenderla, descubriendo que se trataba de un doctor, uno con su bata llena de manchas de sangre. Este traía tanto buenas como malas noticias, afortunadamente siendo la buena noticia que Ben viviría y que aquél asqueroso pirata había muerto. Pese a la posible fuente de información que pudo haber sido aquél pirata Henry no lamentó ni por un segundo su muerte, para él, la humanidad de aquél tipo terminó en el momento en el que este decidió unirse a la piratería.
 
El sargento Murray le agradeció al doctor por su labor, cerrando la puerta una vez que este abandonase aquella oficina. El Oni puso ambas manos en su mesa, posiblemente pensando en todo lo que pasó y estaría por pasar, pues si era cierto que este había pasado por mucho aquél día. Este miró a Henry directo a los ojos, diciéndole sobre el error que él había cometido como sargento y líder de dicha operación, dejándo en claro que estaba bien si Henry reportaba los errores que él mismo (Murray), tuvo, al final, también era parte de su trabajo el reportar los errores y fallos de sus superiores.
 
A decir verdad, por mucho que no le gustó el trato que Murray tuvo con este cuando el joven marine le propuso un "mejor" planeando, este estaba viviendo se primera mano el arrepentimiento de su mayor, el cual era conocido por su fuerza y carácter. Luego de hablar sobre el reporte y que asuntos internos investigaría lo que pasó desde el principio hasta el final de dicho operativo el sargento Murray sale por la puerta sin decir nada, básicamente dejando a Henry a cargo del resto, osea de dar captura a aquellos piratas que seguían perturbando aquél lugar. — ¡¡¡Muchas gracias por todo Sargento, no olvidaré las oportunidades que me ha dado!!! — gritaba Henry mientras despedía a Murray mientras lo saludaba de forma marcial.
 
Justo después de aquella escena Henry se puso manos a la obra, dando órdenes y estando al tanto del patrullaje, aunque eso no fue todo, antes de que asuntos internos pudiera llegar a la oficina este ya tenía listo su reporte, detallando todo lo ocurrido en aquél operativo, desde el fin del asalto al faro de Rostock hasta el rescate del soldado Ben. En dicho reporte Henry no culpaba a Murray por lo que había hecho, el suboficial lo describía como que a Murray simplemente le parecía mejor idea en aquél momento. Esto era una forma de agradecer a Murray por los años que este estuvo al mando de Henry. 
 
Terminando de entregar dicho reporte y de dar una corta charla con unos oficiales Henry empezó a planear los preparativos para la captura de estos piratas.
 
Off
#24
Moderador Doflamingo
Joker
¡RECOMPENSAS POR AVENTURA T5 ENTREGADAS!


Usuario Henry
  • Berries: 5.120.000 -> 17.120.000 (+12.000)
  • Experiencia: 2893.33 -> 3043.33 (+150)
  • Nikas: 4 -> 34 (+30)
  • Reputación: +80 Reputación Positiva

Narrador Raiga (Narrador Estudioso)
  • Berries: 2.500.000 -> 9.700.000 (+7.200.000)
  • Experiencia: 1992.47 -> 2152.47 (+160)
  • Nikas: 53 -> 89 (+36)
  • Cofres: +Cofre Cobrizo x2
#25


Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 14 invitado(s)