Hay rumores sobre…
... una plaga de ratas infectadas por un extraño virus en el Refugio de Goat.
[Aventura] [A -T1] [Autonarrada] Espectro vengativo.
Juuken
Juuken
Día 13 de Verano del año 724

Otro día tranquilo en la isla Kilombo. Desde que había ayudado a aquella niña no había vuelto a dar esos paseos por el pueblo, me había quedado tranquilo, relajándome en el puerto y próximo a la costa. Tal vez tenía algo de miedo a que la niña me reconociese y se diera cuenta alguien de que maté a todos esos. Tal vez podría acarrear problemas con la marina.

Desde el día siguiente a mi pelea se veía más movimiento de la marina, no se que les habría pasado esos días pero ahora entendía perfectamente que los marines son esos que van tan uniformados, siempre vistiendo con un traje blanco con adornos azules, todo el que haya vestido de esa forma sería un miembro de la marina, y tan solo quería evitarlos para que no se me pudiera reconocer. Aunque fueran maleantes, parece que no es buena idea matar a la gente, no entendía bien la razón, eran criminales, la mejor forma de evitar que vuelvan a hacer daño a ningún niño es esa. Quien es capaz de hacer tales fechorías no tiene posible redención.

En esa ocasión me encontraba dando una vuelta por el puerto, decidí sentarme un rato en uno de los muelles, contemplando el mar, un barco se aproximaba por el horizonte, tenía ganas de volver al mar, continuar descubriendo otros lugares dentro de este mundo. Había escuchado que había una montaña extraña cuyas aguas fluían con violencia hacia arriba, generando una corriente ascendente. Últimamente me estaba aficionando más con la navegación, tenía ganas de ver cómo podría llegar a afrontar eso, aunque por otra parte sentía que era una temeridad. Me quería probar a mí mismo, pero no estaba seguro de ser capaz de surcar unas violentas aguas de esa forma, y más habiendo otras personas en la embarcación.

Una conversación me sacó de mi mundo, una pareja de marines hablaban detrás de mí mientras hacían una ronda. Hablaban del suceso de la niña, parece ser que a uno de ellos le tocó escuchar lo ocurrido de boca de un vecino, también le comentaron sobre mí. No acompañé a la niña hasta su casa, sino que una vez nos acercamos al pueblo ella echó a correr y yo la dejé marchar sola, sabiendo que todo el mundo la estaría buscando y llegaría sana y salva. Seguramente sería ella quien hablaría sobre mí, aunque seguramente no sabría nada al respecto de que esos hombres murieron, menos aún bajo mis manos.

Pero una de las frases que se dijeron entre ellos me resultó desconcertante. Dijeron que habían encontrado una extraña cueva donde parece ser que habían cogido a la niña, y que habían encontrado cuatro cuerpos, aparentemente asesinados brutalmente. Hasta donde recordaba, contando con el tipo de las vendas, que cayó él solo al darme ese cabezazo, había cinco personas. ¿Tal vez sólo quedó inconsciente y sigue vivo? Por la descripción que lanzaron de los asesinatos tenía pinta de que era ese, no nombraban a nadie envuelto en vendas. Eso podría ponerme en un gran aprieto, pues aunque ese hombre no llegó a verme, seguramente podría ser capaz de reconocerme, y era a mí al último que había visto antes de que sus hombres muriesen. Aunque no les parecía tener mucho aprecio.

Si los marines estaban vigilando la zona ese tipo no se escaparía en caso de que siguiera por la zona, por lo que no debería ser ningún tipo de problema. Ahora que los marines habían reforzado sus patrullas, tal vez por los últimos hechos en el pueblo, tal vez por otras circunstancias que escapasen a mi conocimiento, ahora todo debía ser un sitio más seguro. Podía estar tranquilo, esos maleantes no volverían a causar ningún daño, aunque el lider de ellos continuase con vida.

Emprendí el camino de vuelta, tal vez despierte a Lance, si sigue durmiendo, para ir a comer algo, últimamente habíamos conocido a mucha gente, y algunos de ellos hasta sabían algo de cocina, tal vez pudiéramos encontrarnos con alguno de ellos. Comenzaba a amanecer, y seguramente pronto cambiaría el turno. De pronto tuve que detenerme, al cruzar por las calles salió una hoja de las sombras entre un callejón y se me paró en el cuello. Automáticamente endurecí esa zona con mi habilidad para evitar ser degollado, pero el agresor no atacó directamente, sino que con una voz grave me habló desde las sombras.

-Te encontré maldijo desgraciado. -Al girarme pude verlo, ahora tenía más vendas que la última vez, también le cubrían media cabeza, solo vería por un ojo, estaba tan mal que ni merecía la pena jugar con él. Ese arma con la que amenazaba mi gaznate no era otra que aquella katana que portaba la última vez. Carraspeó un poco y me preguntó. -Tú estabas aquél día, tú sabes quién fue el que le hizo eso a mis hombres.

Eso me provocó cierto desconcierto, él mismo estaba golpeando y maltratando a uno de ellos. Ahora les quería vengar, pero el pobre desgraciado no sabía que fui yo quien lo había hecho. Era la oportunidad perfecta para acabar con eso, solo tenía que darle un buen golpe y tirarlo al mar, así nadie le vería, y aunque el sol comenzaba a alumbrar todavía podía llegar a esconderme para arrojarlo, y aunque solo estuviera inconsciente se ahogaría.

Estaba preparado para golpearle cuando escuché una voz a mi espalda que me sobresaltó un poco.

-Hey muchacho, ¿estás bien? Te veo muy parado.

Giré la cabeza ligeramente con cierto desconcierto. Esa pareja de marines estaba justo detrás de mí, lo peor que me podía pasar en este momento, ese tipo amenazándome por un lado y los marines por el otro, no podía hacer nada ahora sin que me tacharan a mí de criminal, debía contenerme.

Por fortuna o desgracia, en cuanto me giré pudieron ver, con un leve destello, el arma que amenazaba mi garganta, lo que al parecer les hizo ponerse algo nerviosos. Llevaron la mano a sus respectivas armas, otros sables parecidos al que siempre había visto portar a Tom, lo cual me resultó un tanto curioso. Todo esto a la vez que exclamaban al unísono.

-¿¡Pero qué demonios!?

Esas palabras alertaron al bandido vendado, que salió de su escondrijo, cogiéndome por detrás y amenazando mi cuello, como ese hombre no sabía de lo que era capaz se pensó que podría utilizarme como un escudo contra los marine, pero el verdadero problema lo tenía conmigo.

-¡Atrás marinos! -Apretó el filo de su arma contra mi cuello reforzado.- O le corto el cuello al muchacho.
-Calma caballero. ¿Qué desea?
-Suelta al chico, bandido.

El primero trataba de calmar al bandido, el segundo en cambio se mostró más autoritario, me gustaba más ese segundo, en ocasiones es mejor actuar que arrepentirte de lo que podría haber pasado. Por desgracia no le podía atacar de vuelta, me revelaría, y me conviene que quiera llevarme a la cueva con él, ahí podría estar verdaderamente a solas para acabar con todo esto.

-¡HE DICHO ATRÁS! -Gritó enfurecido.- Un paso más y este crío no lo cuenta. -Comenzó a dar pasos hacia atrás arrastrándome. Me dejé arrastrar, me convenía que me llevara con él, probablemente querría preguntarme más sobre el asesino de sus amigos. Pobre iluso.- Y ni se os ocurra seguirme, si os veo lo descuartizo.

Los marines dieron unos pasos atrás alzando las manos, dando a entender que no harían nada que pusiera en peligro mi vida. Ese hombre me arrastró sin mediar palabra por los acantilados, parecía que íbamos a esa cueva de nuevo, pero al final pasamos de largo y nos aproximamos al faro. Cuando estábamos próximos a su base se detuvo, nos habíamos quedado en un pequeño saliente del cual teníamos buena vista y perspectiva de la zona anterior, me quedé mirando al faro, me generaba curiosidad.

-No te molestes muchacho, no tienes salida. Está cerrado a cal y canto, allí no hay nadie, pero no se puede abrir.

Se le veía agotado, estaba en un estado lamentable, después de todo lo que le había pasado estaba seguro de que no podría seguir mucho más tiempo así. Me entró curiosidad, no sabía ni por qué estaba así en un principio.

-¿Qué te ha pasado? -Le pregunté algo curioso. Él simplemente se me quedó mirando unos instantes, parecía abatido. Tras lo cual me respondió.
-Es curioso, era un trabajito fácil. Ni siquiera quería hacerlo, joder. Todo por culpa de aquél maldito... -Se calló, iba a decir algo y de pronto cambió de tema.- Solo teníamos que coger a los chicos, pedir un rescate y después darle una parte a ese tipo, ni siquiera se de qué iba el asunto, pero la vida en la calle es muy mala muchacho.

Por unos instantes comencé a sentir algo de empatía por ese hombre, parecía que le habían engañado o le habían obligado a hacer algo que no quería, pero eso no explicaba por qué estaba en ese estado. Y lo mejor de todo, ¿por qué me contaba todo eso? Solo me interesaba la causa de sus vendas.

-Pero entonces llegó aquél tipo, menuda paliza me pegó el desgraciado, creía que iba a ser el que pagaría el rescate, pero en lugar de eso me desafió y me pegó una paliza que casi no lo cuento. Como no, eso me cabreó muchísimo, volví a coger a esa chica para atraerle a una trampa y liquidarlo, pero solo viniste tú.

Hizo una pausa, tal vez estaba comprendiendo que fui yo quien lo hizo todo, pues se quedó inconsciente cuando me golpeó, debería tener todo el sentido para él, aunque por otro lado comprendería sus dudas, a sus ojos tan solo soy un muchacho que no debería representar ningún peligro para él.

-Pero algo me golpeó en la cabeza y caí inconsciente, cuando desperté, mis amigos estaban muertos. Debió volver a ser aquél maldito cabrón.

Parecía arrepentido, en el fondo no se le veía mala persona del todo, tan solo era un pobre desgraciado que no había tenido las mejores oportunidades en su vida, eso no le convertía en una causa perdida. O eso pensaba, hasta que volvió a abrir la boca.

-Pienso matarlo, a él y a todo el que se oponga. Ha matado a mis amigos, eran todo lo que me quedaba, ya nada me ata a este lugar.

Sea cual sea la razón de su dolor, pretendía matar a cualquiera que se pusiera por delante, eso incluiría a los marines y a ese otro hombre que no tenía culpa alguna, aunque me gustaría conocerle si le había dado una buena paliza a este tipo, que tampoco parecía la gran cosa, pero lo dejó en un estado bastante lamentable.

Era el momento de actuar, no sabía si los marines que nos vieron iban a hacer algo, pero lo que tenía claro era si le dejaba escaparse ahora, continuaría cegado y mataría gente inocente sin culpa alguna por nada. Decidí actuar, ahora que ya sabía todo lo que creía que había que saber. Me puse serio, una leve mueca de nostalgia se dibujó en mi rostro que se ensombrecía ligeramente.

-Si quieres al responsable, ya me tienes a mí. -El tipo alzó la vista y abrió los ojos, sin comprender exactamente lo que le estaba diciendo. No tardé en deshacer sus dudas.- No fué ese tipo que buscas, fuí yo quien mató a tus cuatro compañeros.

Movido con toda la furia y energías que le podía quedar en el cuerpo pegó un salto y se lanzó a por mí con su katana, evidentemente estaba completamente trastornado, había perdido el juicio y no pensaba con claridad las cosas, solamente con esas palabras, sin más explicación me atacó con las fuerzas que le quedaban.

Pero su ataque ni siquiera me hizo cosquillas, activé mi recubrimiento y la hoja de su arma se deslizó por mi piel, o más bien por la capa cristalina que se había formado por encima de ella. No merecía la pena alargar eso más, en esta ocasión debía asegurarme de que todo terminaba como debía.

Observaba su cara de estupefacción mientras comenzaba a atar cabos, se daba cuenta de que nada le golpeó, fue él quien golpeó algo durísimo que le hizo perder la conciencia, sintió terror por un momento, la hoja de su katana se escapó entre sus dedos y retrocedió un par de pasos.

-Pensaba que podías ser buena persona, pero solo quieres matar por que sí. Eso te hace peligroso. Lo siento pero el mundo estará mejor sin gente como tú.

Cogí su propia katana, él cayó de rodillas, resignado, sin fuerzas para seguir, se quedó mirándome, el temor se desvaneció de su cuerpo, me miró fijamente.

-Pues que sea rápido. O lo haces o acabaré con los que haga falta para vengarme de tí.
-Lo se. Por eso debes morir.

Deslicé su propia arma a través de su pecho atravesándolo y dejándola clavada en su torso. Escupió una gran cantidad de sangre con un quejido muy agónico y cayó desplomado a un lado, todavía con los ojos abiertos. No era la imagen más agradable, pero había sido algo necesario.

Me quedé unos instantes mirando su cuerpo, había tenido posibilidades, pero se dejó llevar por su resentimiento y por su furia. No puedo decir que yo en su día no hiciera lo mismo, de hecho fue eso lo que probablemente me ayudó a escapar con vida, pero este hombre atacaba a gente inocente. Aunque quien sabe, tal vez toda esa historia fuera inventada solamente para que delatase a un supuesto salvador que no existía, posiblemente todo fuera una treta suya.

-¡Muchacho!

Por un lado apareció uno de los marines rápidamente, mientras que por el otro lado venía el otro. ¿Nos habían seguido sin que nos diéramos cuenta? Ahora no sabía hasta qué punto habrían visto lo ocurrido. Probablemente me enfrentase a otro problema.

-¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué le ha pasado a ese hombre?

Estaban los dos marines perplejos mirando el cuerpo ensartado de aquél tipo, aparentemente no habían visto nada, era la ocasión perfecta para darles justo lo que tal vez querían escuchar. En una ocasión oí hablar que hay algo muy fuerte, y es el poder de las leyendas, algo que nadie había llegado a comprobar pero que se volvían historias que inspiran a otros a mejorar, o incluso a tener un objetivo en su vida o una motivación a la cual llegar a aspirar.

-Fue un hombre, vino, le enfrentó y se marchó. De no ser por él, no sé qué habría pasado. -Mentí con la ventaja de que era mi palabra contra la de un muerto.

Los marine no se si me creerían, pero lo que estaba claro es que no me preguntaron más al respecto, solamente se preocuparon de mi estado y de si estaba bien, tras lo cual se ofrecieron a escoltarme de nuevo hasta el puerto, les insistí en que tendrían cosas más importantes que hacer, por lo que se separaron, uno me acompañó para asegurarse de que estaba bien y el otro se quedó con el cuerpo de ese hombre, examinándolo.

Al alejarme volví la vista para contemplar una última vez aquél faro, que había despertado mi curiosidad. Además también resaltó mi sorpresa cuando pude observar una figura en lo alto, volviendo a introducirse en el interior del faro, antes no había visto nadie, pero tampoco me había fijado en la parte alta, no sabía que habría visto o hasta qué punto había escuchado de todo. Tal vez había llegado el punto donde nos tocaría abandonar próximamente esa isla.
#1
Moderador Gastino
Moderador Gaseoso
¡Ay truhán como mentimos por aquí!  Me has provocado tanta contradicción, que no se si darte reputación buena o mala...hmmm..


Aventura completada con éxito 

Al user Juuken por una T1 se le entrega:
  • Experiencia: De 398,04 a 428,04 [+30]
  • Nikas: De 21 a 22 [+1]
  • Berries: De 950.000 a 1.150.000
  • Reputación: De 5 a 10 (+5 Buena Positiva) [+5]


¡Y es muy pronto para que me ponga Gasioso! (oh mierda lo he vuelto a hacer...)
#2


Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 1 invitado(s)