¿Sabías que…?
... Si haces click 321 veces en la siguiente palabra: Mandarina. ¿Ganarás 500 berries? No nos hacemos responsables de quien lo intente.
[Aventura] [T6] To Ashes and Blood
Arthur Soriz
Gramps
Si bien habías un poco de mala suerte intentando escuchar la contraseña que aquella gente utilizó para entrar, la adaptabilidad era algo que todo Marine que se respeta debía tener en su repertorio. Al buscar alguna ventana o acceso alterno al edificio, había algunas pero la mayoría estaban taponeadas, lo que sí hallaste fue una pequeña ventana a ras del suelo que actuaba probablemente como minúsculo tragaluz o tal vez como ventilación de un subsuelo. Más aún te diste cuenta de que se trataba de esto al percibir al menos unas veinticinco personas en lo que se veía como un sótano enorme debajo del edificio al que se habían metido antes los cinco buenos para nada.

El aroma que ya escapaba ligeramente de aquí estaba cargado de la misma fragancia que escapaba de la gente que seguiste antes, solo que su concentración era tal que incluso te obligaba a arrugar el morro y hasta te ardían las fosas nasales al ser tan fuerte. La cantidad de pólvora que había aquí no es que fuera mucha... era demasiada. No podrías deducir cuánto exactamente pero tan solo por lo intenso que olía te imaginarías que algo enorme podría volar por los aires si era necesario. Lo que fuera que esta gente estuviera planeando necesitaba hacer una explosión bastante grande.

Todas las presencias no eran destacables en cuanto a poder tanto físico como espiritual, pero lo que carecían de fuerza lo ganaban en número si es que estabas pensando actuar a partir de lo que descubrieras allí. Lo que te llevó a imaginarte que podrían ser incluso más pronto fue lo que comenzaste a escuchar gracias a tu Haki y también tus sentidos agudizados; de momento, por suerte, nadie se había percatado de tu presencia allí.

Desde tu posición privilegiada también escuchabas una conversación entre algunos de ellos.
¿Crees que el jefe esté contento?
No sé, nos costó lo suficiente agarrar este cargamento así que espero que sí —contestó—. Pero míralos en el puerto, no tienen ni la más puta idea quién fue.

A juzgar por sus palabras, y conectando los puntos eras capaz de darte cuenta de que esta gente, casi que sin lugar a dudas, podría ser la responsable de que la guardia y gente de Ivansk estuviera tan esquiva y estuvieran buscando con desesperación ese cargamento valioso que les robaron por debajo de sus narices. ¿Cuál es el problema? ¿Para qué mierda necesitaban tanta pólvora esta gente? Ya de por sí lo que escuchabas era prácticamente una admisión de culpa, ¿pero y la razón de haber robado dicho cargamento?

Con tu sentido agudizado y gracias a la gran área de percepción que te daba tu Haki, te das cuenta que se aproxima otro pequeño grupo de al menos unas seis o siete personas, ¿serán más de esta gente, o solamente lugareños? Gracias a tu sigilo tampoco es que debieras preocuparte, eran más de lo que podría considerarse peleles en cuanto a su poder de pelea y voluntad, pero claro... si querías hacer algo al respecto aquí tendrías que apresurarte o tomar una decisión definitiva porque cuantos más fueran, más difícil se volvería la cosa.

¿Esto será suficiente para liberarlo? —escuchaste que preguntó uno en el sótano.
Sí, esto volará al menos un cuarto de mazmorra así que tenemos que ir con cuidado o volaremos nosotros en mil pedazos. —contestó otro.
¡NO FUMEN AQUÍ DENTRO, MIERDA! —vociferó uno de voz grave, percibías que era un poco más fuerte que el resto, pero honestamente tampoco es que pensaras pudiera oponerte mucha resistencia.

Más información había sido revelada, se sentían tan seguros de que nadie los estaba siguiendo ni espiando, que cacareaban como loros al hombreo de un pirata. Pero eso a ti solo te beneficiaba aún más...

off
#11
Octojin
El terror blanco
Percepción IV
KENB801
KENBUNSHOKU
Haki avanzado
Tier 8
14/11/2024
12
Costo de Haki por Turno
1
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidad que realmente tienen. Así como estimar de forma precisa el poder de los demás (Su Nivel). Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +15 [Reflejos].
Área: [VOLx20] metros | +15 [REF]

Sigilo del Haki II
KENB802
KENBUNSHOKU
Haki avanzado
Tier 8
28/11/2024
15
Costo de Haki por Turno
1
Enfriamiento
El usuario puede de manera activa ocultar completamente su energía vital para ocultar su presencia haciendo más difícil que otros usuarios de Kenbunshoku Haki lo detecten. Lograra engañarlos siempre que su Voluntad sea superior a la Voluntad de quien lo intenta percibir.


Octojin se detuvo en seco, con la mirada clavada en la vieja casona. Su primera intención había sido encontrar una forma de entrar sin ser detectado, pero ahora tenía demasiada información como para actuar impulsivamente.

En un primer momento su pensamiento era entrar a través de alguna ventana. Pero todas estaban o bien taponadas o eran demasiado pequeñas para que una masa de músculo como él entrase por ahí. Y no solo eso, sino que a través de su haki de observación había detectado unas veinticinco personas. Que si bien no parecían ser rivales para él en niveles de fuerza, la cantidad de enemigos era un problema a tener en cuenta. Sin embargo, ese no era su principal problema. Su principal problema era otro que le había guiado hasta ese lugar, y que seguía inundando su fosas nasales.

La maldita pólvora.

El aroma era tan intenso que le ardían las fosas nasales con cada bocanada de aire. Incluso su cuerpo, acostumbrado a las profundidades del mar, encontraba incómodo aquel ambiente saturado de partículas explosivas. Aquello no era una simple reunión de maleantes. Lo que estaban planeando tenía un objetivo claro, y no parecía algo menor.

Escuchó las voces filtrándose desde el sótano, sus palabras inconscientes revelaban más información de la que debían. ¿Liberar algo? ¿Volver a la mazmorra? Todo apuntaba a que planeaban detonar esa carga masiva de explosivos en algún punto clave al cual llamaban mazmorra, quizá un nombre en clave, o puede que algún lugar subterráneo de la ciudad. Y lo peor no era que parecieran tener todo bajo control. Lo peor era que no lo tenían.

Octojin sacó el Den Den Mushi de su mochila e intentó contactar con la base marina más cercana, si lo conseguía, lanzaría una pregunta.

—Aquí el alférez Octojin. Me encuentro en una misión infiltrado en Ivansk. Solicito cualquier tipo de información acerca de una mazmorra de la que dispongamos. Reúnan dicha información y yo mismo les llamaré. No contacten con este dispositivo bajo ningún concepto.

Y es que, mantenerse de infiltrado con un trasto como aquél en ocasiones era un problema. Si te llamaban en el peor momento, lanzaban al traste todo el operativo. Sin embargo, justo al colgar, el escualo pensó algo que le hizo negar con la cabeza. Unas palabras de un tipo que pedía que no fumasen dentro. ¿Cómo eran tan inútiles? Aquello trastocó lo que tenía pensado.

El escualo cerró los ojos por un instante, conteniendo el impulso de maldecir en voz alta. Si entraba y los sorprendía, la posibilidad de que uno de ellos soltara un cigarro sin pensar en la pólvora era demasiado alta. Incluso el más tonto, en un acto reflejo, podría lanzar su tabaco encendido y mandar a volar a todos por los aires. Eso descartaba por completo la idea de una entrada agresiva. 

No podía permitirse que la ciudad se convirtiera en un cráter. No al menos por su culpa.

Octojin comenzó a calentar los músculos, girando los brazos en círculos y estirando las piernas con movimientos controlados. Iba a necesitar velocidad y precisión. Aunque la idea de enfrentar a un grupo tan numeroso no lo intimidaba, su verdadero objetivo era neutralizarlos antes de que hicieran algo estúpido. O peor aún, que lograran su cometido.

Artista Marcial Iniciado
ARM300
ARTISTA MARCIAL
Pasiva
Tier 3
16/9/2024
Podrás realizar un calentamiento durante un post para ganar +5 [Agilidad] y +5 [Fuerza] por el resto del tema. Este calentamiento se considerará como [Canalizar].


Mientras se preparaba, sus sentidos captaron un movimiento en la distancia. Otro grupo, de seis o siete individuos, se acercaba a la casa. ¿Refuerzos? ¿Reunión? Fuera lo que fuese, lo complicaba aún más. Si había más gente en camino, su margen de acción se reducía. O no. 

El escualo se movió con rapidez, colocándose en una posición estratégica donde podía ver la puerta sin ser detectado. Sabía lo que tenía que hacer. Esperaría pacientemente hasta que la contraseña fuera pronunciada y la puerta se abriera. Y en el preciso instante en que eso ocurriera…  Usaría su arma secreta.

Liberaría su voluntad con toda su fuerza, lanzándola como una ola implacable contra los presentes. Y mientras aquellos con una mente más débil cayeran inconscientes, aprovecharía el caos para entrar y tomar el control de la situación.

Dominación IV
HAOS801
HAOSHOKU
Haki avanzado
Tier 8
21/1/2025
17
Costo de Haki
3
Enfriamiento
Emites una onda de Haki del conquistador que se extiende a una distancia según tu Voluntad discriminando entre aliados y enemigos. Animales de hasta 3 Niveles por debajo del usuario pueden ser dominados y subyugados al intimidarlos con esta habilidad. Se generara una comparativa de tu Voluntad con la de los objetivos pudiendo ocurrir lo siguiente según la diferencia, aunque en este nivel de dominio el usuario podrá elegir hasta que grado aplica:
0-5: Miedo 2 Turnos
6-15: Mareo 2 Turnos
16-25: Mareo 3 Turnos
26-35: Parálisis total 2 Turnos
Más de 35: Inconsciencia
Área: [VOLx2] metros


No tenía margen para errores. La vida de todos en la ciudad podía depender de ello.

Resumen

Estado Octojin

Stats actualizados
#12
Arthur Soriz
Gramps
De momento no parecías obtener respuesta por parte de nadie en tu Den Den Mushi, a sabiendas de que al menos este tipo de criaturas solamente se limitan a comunicación de forma local, y que si querías contactarte con alguien de islas cercanas o con bases Marine, pues tendrías que apechugar de otra manera. Cuando aquel nuevo grupo se acercó a la puerta de entrada, tú pasando completamente desapercibido gracias a tu uso de Kenbunshoku Haki, escuchabas las palabras que pronunciaban después de hacer el golpeteo rítmico que ya recordabas de antes.

¿Qué harán hoy? —preguntó una voz tras la puerta, desde el lado de adentro.
Disfrutar del ocaso. —respondió uno del grupo que recién había llegado.

El característico sonido de seguros y trancas empezó a sonar, cada una soltando un nuevo seguro hasta que abrieron la puerta. Nada más haber enviado tu pulso de dominación con el Haoshoku Haki, sus cuerpos se tensaron ligeramente antes de irse sus ojos en blanco y caer completamente inconscientes. Al ser un área tan grande de poco más ciento cuarenta metros tampoco es que tuvieras que ponerte a pensar si alguien había quedado afuera. Incluso había gente en los pocos edificios circundantes que seguramente habían sido afectados por tu presencia dominante. Gracias a tu oído agudizado jurarías haber escuchado varios "Thomp~" de cuerpos cayendo al suelo, además del gran grupo que estaba en el sótano del edificio al que pronto entrarías.

El aroma aquí era indiscutible e inconfundible a pólvora, alcohol y tabaco. Eran tan idiotas como para arriesgarse a volar por los aires nada más por querer fumarse un cigarrillo... se nota que quienes hayan organizado para tener tanta pólvora en un solo lugar no era esta gente. No te costó encontrar la puerta que daba al sótano, bajando las escaleras veías los cuerpos inconscientes de la gente allí, algunos recostados contra los barriles de madera pintada con colores rojizos. Solamente una persona estaba de pie, escuchando tus pasos y virando los ojos hacia donde estabas.

No era capaz siquiera de mover la cabeza, estaba completamente paralizado, ¿miedo tal vez? Pero parecía que estaba luchando en contra de lo que habías hecho... todos los demás... ahí inconscientes en pilas de cuerpos como una alfombra de gentío incapaz de soportar tal demostración de voluntad.

¿Quién... quién eres...? —preguntaba el hombre. Reconocías la voz como el mismo que les gritó al resto que no fumaran aquí. No veías cigarrillos ni encendedores cerca, por lo que de momento estabas fuera de peligro. — ¿Quién... te envió? ¿Fue Richard? Seguramente... quiere la pólvora para él... hijo de puta... ¡N-no... no te la vas a poder llevar! —exclamó. Obviamente, totalmente paralizado tampoco es que pudiera hacer más que decir cosas que cumpliría de la boca para afuera.

A tu alrededor estaba realmente lleno de barriles, apilados uno encima del otro dentro de los cuales había pólvora, pero también habían cajas con lo que parecían ser explosivos, dinamita, todo tipo de armas... vamos, que parecía como si estuvieran armándose para ir a una guerra contra algo o alguien en Ivansk. Cual fuera el plan que tenía esta gente, deberías averiguarlo pronto aprovechando que aquel sujeto estaba completamente paralizado por tu uso del Haoshoku Haki.
#13
Octojin
El terror blanco
Percepción IV
KENB801
KENBUNSHOKU
Haki avanzado
Tier 8
14/11/2024
12
Costo de Haki por Turno
1
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidad que realmente tienen. Así como estimar de forma precisa el poder de los demás (Su Nivel). Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +15 [Reflejos].
Área: [VOLx20] metros | +15 [REF]

Sigilo del Haki II
KENB802
KENBUNSHOKU
Haki avanzado
Tier 8
28/11/2024
15
Costo de Haki por Turno
1
Enfriamiento
El usuario puede de manera activa ocultar completamente su energía vital para ocultar su presencia haciendo más difícil que otros usuarios de Kenbunshoku Haki lo detecten. Lograra engañarlos siempre que su Voluntad sea superior a la Voluntad de quien lo intenta percibir.


El sonido de los cuerpos cayendo resonó en el aire como una serie de golpes secos. Uno tras otro, sin excepción. Octojin avanzó con paso firme, sin inmutarse ante la sinfonía de inconsciencia que había desatado con su Haki del Rey. Ninguno de esos tipos tenía la suficiente voluntad para soportarlo. Era casi decepcionante.

Cuando llegó a la puerta, no perdió el tiempo. La abrió con facilidad y descendió las escaleras que llevaban al sótano. El hedor era asfixiante. Tabaco, alcohol y pólvora se mezclaban en un cóctel inflamable que le hizo fruncir el ceño. Si hubieran cometido el error de encender un solo fósforo en el momento equivocado, habrían volado toda la maldita ciudad.

A su alrededor, los cuerpos de los maleantes se apilaban en el suelo como un montón de marionetas rotas. Solo una figura permanecía de pie, aunque sus piernas temblaban como si estuvieran a punto de ceder en cualquier momento. Era el mismo hombre que había gritado antes sobre no fumar allí dentro, era la única conclusión que podía sacar a juzgar por su voz. Un tipo con algo más de resistencia que los demás, aunque no lo suficiente como para ser una amenaza.

Octojin lo miró sin pestañear mientras el hombre intentaba recuperar el aliento. Murmuró con voz rasposa por el miedo, preguntando que quién diablos era. Sus ojos se movían nerviosos, tratando de asimilar lo que estaba pasando, y seguidamente nombró a un tal Richard. Al cual parecía estar culpando de haberlo mandado allí. Vaya... Había recibido un dato casi sin quererlo.

El escualo dejó que hablara, que soltara cualquier cosa que le pasara por la cabeza. Richard. Un nombre que no le decía nada por ahora, pero que probablemente valía la pena recordar.

Sin decir una palabra, Octojin sacó su dial de agua y empezó a esparcir el líquido sobre los barriles de pólvora. Las matemáticas no fallaban nunca: Más agua, más humedad, menos explosión. Se aseguró de empapar bien los barriles y los recipientes donde se almacenaban los explosivos, recorriendo la sala con calma. Si no podía detener el plan de estos tipos de inmediato, al menos podría retrasarlo.

El hombre, que todavía luchaba contra la parálisis de su propio miedo, lo observó con el ceño fruncido, intentando comprender qué estaba haciendo. Algo normal, después de todo lo que se había sucedido.

Cuando el escualo terminó su recorrido inicial, se giró y avanzó hacia él. Con un movimiento rápido, lo agarró de la pechera y lo levantó unos centímetros del suelo.

— No me gusta la gente curiosa —dijo Octojin con voz firme, apretando cada vez más el puño sobre su pecho—. Hay dos maneras de hacer las cosas. A las buenas… y a las mías. Y te puedes hacer una idea de cuál es mi especialidad.

El gyojin levantó al hombre otro par de palmos, su expresión permanecía impasible, como si estuviera explicando algo mundano. Con la otra mano, cubrió el cráneo del sujeto, haciéndole sentir el peso de su enorme palma.

— Tardaría en torno a tres segundos en aplastarte lentamente el cráneo. Sentirías cómo te asfixias y después empezarías a perder la conexión con los sentidos. Y, bueno, acabarías esta vida de una manera que seguramente quieras evitar.

El escualo estaba adoptando la postura de poli malo. Lo que estaba diciendo no era una amenaza vacía, y su carácter intimidante solía surtir un efecto positivo para él en sus rivales. Sobre todo si eran humanos como aquél.

Octojin lo dejó caer al suelo sin delicadeza y comenzó a caminar por la sala de nuevo, rociando con más agua los barriles de pólvora restantes. La humedad se impregnó en la madera, oscureciendo la superficie, haciendo cada vez menos viable una ignición accidental. Con esto, al menos, ganaría tiempo.

Cuando volvió a encarar al hombre, se inclinó un poco hacia él, reduciendo la distancia entre sus rostros hasta que casi podía ver el reflejo de su propia mirada en los ojos aterrados del criminal.

— Me vas a responder a todas las preguntas que te haga. No te preocupes, no serán muchas —dijo con un tono bajo, pero afilado como una cuchilla. Su intención no era gritar. No hacía falta. El miedo ya estaba instalado en su presa. Solo tenía que incrementarlo. —. Si no las contestas, te mato a ti y a todos estos de aquí. Así que puedes convertirte en héroe o villano.

Octojin dejó que esas palabras calaran hondo. Sabía que los humanos tenían diferentes formas de reaccionar ante el miedo. Algunos se volvían valientes, otros trataban de negociar. Pero la mayoría simplemente se quebraba.

— Te haré algunas preguntas de las cuales conozco la respuesta —mintió sin dudarlo—. Así que a la primera mentira que te cace, se acaba tu única oportunidad de salir de aquí con vida.

El silencio en la sala era sepulcral. Solo se escuchaban las respiraciones de los cuerpos inconscientes y el goteo del agua sobre los barriles de pólvora. Octojin estaba en control de la situación. Ahora solo faltaba ver si este hombre entendía lo que eso significaba o si no apreciaba mucho su vida.

— ¿Qué diablos queréis hacer con toda esta pólvora? —preguntó con voz grave— ¿Dónde? ¿Cuándo? Y, ¿quién es tu jefe? ¿Dónde se encuentra?

Cada pregunta era una sentencia. Cada palabra llevaba el peso de una verdad que el hombre no podía evitar.

Mientras esperaba las respuestas, Octojin mantuvo su Haki de Observación activo, atento a cualquier cambio en las presencias a su alrededor. Si alguno de los inconscientes despertaba o si alguien más decidía unirse a la fiesta, lo sabría de inmediato.

No tenía intención de ser tomado por sorpresa.

Lo único que quedaba ahora… era escuchar. Y rezar porque el tipo le diese alguna respuesta con la cual pudiera tirar del hilo.

resumen

Estado Octojin

Stats actualizados
#14
Arthur Soriz
Gramps
El hombre se ve completamente bajo el control del pánico. El único sentimiento superficial que más sientes ahora mismo es el de miedo, terror absoluto. La presión en el aire es sofocante e incluso el aire cargado aquí abajo es aún peor con el aroma de pólvora que podría llegar a hacerlos volar por los aires en mil pedazos a cualquiera de los dos. Al verte mojar la pólvora obviamente su mandíbula se tensa, siente frustración porque obviamente eso significa que sus planes o tendrían que esperar o estaban completamente arruinados.

¡Mierda, la pólvora no! —vociferó. A pesar de no poder moverse, su voz escapaba sin control alguno. Estaba desesperado. Es miedo. Ese miedo primitivo que se anida en el estómago y paraliza las extremidades, que convierte al más curtido de los hombres en un muñeco de trapo incapaz de sostener su propia voluntad. Sabe que ahora mismo no hay nada ni nadie que pudiera ayudarlo. Podría gritar, pero sería en vano y solamente se ganaría una muerte inmediata y probablemente muy dolorosa.

El capataz es ahora mismo prisionero de ese miedo que le inspiras. Su respiración es errática, entrecortada y cada vez que intenta tragar saliva su nuez se desliza por su garganta como si le pasaran una cuchilla filosa invisible. Sus ojos están abiertos al límite y bailan por el sótano pero no buscan una salida... ya no; buscan un milagro.

Su cuerpo permanece rígido, clavado al suelo. Tiene la sensación de que si se moviera un centímetro más las fuerzas que lo mantienen de pie lo abandonarían y caería al suelo como los otros cuerpos que alfombran ese lugar. Sabe que debería estar ahí tirado como los demás, pero no. Su suerte, o condena, es su voluntad. Esa misma que tanto había exhibido frente a sus subordinados ha resultado lo bastante fuerte como para dejarlo despierto, pero no lo bastante como para protegerlo de lo que está sintiendo ahora.

Su mirada recorre el suelo. Sus compañeros yacen desparramados unos sobre otros. Un brazo torcido aquí. Un rostro congelado en una mueca de sorpresa allá. Y entre ellos, un charco de vómito, resultado del impacto del Haki. El capataz se siente parte de ese desastre. Es un sobreviviente, sí, pero lo que ha sobrevivido no lo ha fortalecido... lo ha reducido a una frágil cáscara. Intenta respirar profundo y fracasa. El aire entra con un silbido por su nariz. El hedor es insoportable. Pólvora húmeda, sudor rancio, y un ligero rastro de agua salada que no debería estar allí. Se le revuelve el estómago.

Intenta hablar. Su voz no llega más allá de un hilo quebrado...

N-no… yo… ¿Quién... quién eres...? —sus palabras se arrastran por el aire, está completamente desesperado, como si estuviera buscando un resquicio de esperanza. No es más que una estrategia, un intento inútil de ganar tiempo pero el miedo hace que su mente actúe sin pensar.

Pero sabe que no encontrará respuesta en esa pregunta, ¿Quién en su sano juicio respondería en una situación así? Tenías toda la ventaja, todas las de ganar. Por fin te miró fijo a los ojos, bajando el ritmo de su corazón e intentando por todos los medios mantener la compostura. Para ti al menos por el momento estaban completamente solos allí. Tus amenazas obviamente no eran vacías, no tendrías testigos si los llegabas a matar así que sería un paseo por el parque si tomabas esa cruel decisión.

De todos modos, el hombre asiente rápidamente con la cabeza mostrando intenciones de responder. Estaba a punto de entrar en pánico, lo escuchabas en su voz.

Queríamos... q-queríamos volar la ciudadela en Ivansk... para eso... e-era toda la pólvora. ¿Quieres hacerlo tú? ... Vamos, déjame ir, puedes... puedes llevarte la pólvora, usarla cuando se seque... Dios, toda la puta pólvora mojada... ¡MIERDA! —exclamó, fue una reacción visceral de frustración. Incluso enojo si no fuera porque estaba tan espantado por tu presencia, por tu poder, que obviamente era sin lugar a dudas mucho mayor que el suyo. Ya siquiera podía mantenerse de pie porque lo habías agarrado tú, moviendo un poco las piernas intentando encontrar apoyo pero no pudo hacerlo.

Cuando escuchó que preguntabas quién era su jefe, se dio cuenta que siquiera eras parte de la banda o de otro grupo que quería liberar a su capitán. Eso solamente lo espantó más, porque nadie más que la banda sabía de lo que pensaban hacer. Y ahora lo dejabas en claro con esa última serie de preguntas.

C-carajo... de verdad, tío... ¿quién eres... qué quieres con nosotros? ¿Quieres dinero? Nuestro capitán... puede darte mucho dinero, muchísimo... s-solo tenemos que sacarlo... de la ciudadela, ¿qué dices... quieres... ayudarnos? ¡Te dejo llevarte el crédito! ... V-vamos, viejo... no hagas esto, por favor...

Imploraba con el sudor brotándole por los poros y cayendo por su frente y espalda.

Por lo que lograbas deducir, algún capitán estaba en la ciudadela de Ivansk, y toda esta pólvora era para volarla por los putos aires y así liberarlo. ¿Sería efectivo? Tal vez, pero también sumamente peligroso, por el hecho de que en cualquier momento podría incluso poner en riesgo vidas inocentes e inclusive la de su capitán. De todas maneras, ahora con el plan completamente echado a perder, siquiera tenía razones para luchar. A pesar de estar pidiéndote clemencia, lo único que podías sentir de manera externa era resignación, se estaba dando completamente por vencido, como si ya hubiera aceptado su destino por completo.

Al momento de decidir qué harías, sentirías que un gran grupo se aproximaba entrando en el rango de tu Haki de Observación. Varios de alto poder quizás de tu misma habilidad, y otros cuantos de menor fuerza... a juzgar por lo que sentías, el sentimiento más externo de esta nueva gente era de sospecha, extrañados, inquisitivos... ¿serían guardias de la ciudad, o más de estos sujetos?
#15
Octojin
El terror blanco
Octojin sostuvo la mirada del hombre, observando cada pequeño temblor en su cuerpo, cada espasmo involuntario de desesperación. Era fascinante ver cómo una persona podía derrumbarse ante la certeza de su propia impotencia. Primero miedo, luego terror absoluto. Ahora, solo una sombra de lo que había sido. ¿Qué sensación se experimentaría al recibir una ola de haki del rey?

"No importa cuán duro se crea alguien… el miedo siempre revela la verdad."

El escualo no tenía prisa. Cada segundo que pasaba lo hacía más consciente de la victoria que acababa de conseguir. Mojar la pólvora no solo había fastidiado los planes de esos idiotas, sino que los había obligado a revelar su desesperación. Y en esa desesperación, la verdad fluía como un río desbordado. Eso era todo lo que necesitaba aquél hombre para venirse aún más abajo. Ver cómo el plan que habían trazado cada vez, a cada acto que el escualo realizaba, se veía más y más complicado de ejecutar.

El tipo había tratado de negociar, ofrecerle dinero, incluso sugerirle que se llevara el crédito de liberar a su capitán. Algo completamente patético y desesperado. Sus súplicas no despertaban ninguna compasión en Octojin, solo reafirmaban lo torpe y ridículo que era su plan. Volar la ciudadela para liberar a un solo hombre. Un plan suicida que no solo habría matado a inocentes, sino que, con toda probabilidad, habría enterrado al propio prisionero en los escombros. Por mucho que tuvieran estudiada la cantidad necesaria, dónde colocarla, qué hacer después... Un sólo error de cálculo podía enterrar a su capitán.

Una sonrisa apareció en el rostro del habitante del mar. Les había fastidiado bien mojando la pólvora. Y aunque aquello le podía traer problemas, también le estaba dando información.

— Solo soy un tipo curioso al que le han encargado algo —mintió mientras avanzaba lentamente hacia él, sin apartar la mirada de su presa—. Y dime, ¿no tenéis más pólvora en ningún otro lugar?

No era un experto en explosivos, pero por la cantidad de barriles que había empapado, dedujo que eso sería suficiente para volar un edificio de tamaño medio. Si tenían más escondida en otro lugar, entonces los problemas aún no habían terminado.

Pero antes de que el tipo pudiera responder, Octojin sintió algo. 

Su Haki de Observación detectó presencias acercándose. Muchas. No paró a contarlas, no había tiempo. Lo que estaba claro es que no era un grupo cualquiera. Había fuerzas de distintos niveles. Algunos apenas eran peligrosos, pero otros… otros tenían la presencia de luchadores con experiencia. ¿Serían guardias? ¿O más de esos delincuentes?

No tenía tiempo para dudar. Se inclinó hacia el tipo, mostrándole una sonrisa amplia y afilada, dejando que su imagen quedara grabada en la mente del desgraciado. 

— Gracias por la información. No te haré nada —susurró con voz tranquila, como si estuviera dándole un regalo—. Tan solo responde a la última pregunta. ¿Cómo se llama el capitán que queréis salvar?

Su mirada se clavó en la del hombre, intimidante y profunda. No tenía que levantar la voz. No tenía que amenazarlo con palabras. Su presencia lo decía todo. Con suerte el nombre le sonara de haberlo visto en algún wanted o haber recibido algo de información. Y si no le sonaba de nada, ya tenía un hilo del que tirar.

Cuando pasaron unos segundos, hubiese recibido respuesta o no, Octojin simplemente lo tomó con firmeza y, con un movimiento rápido, envolvió su brazo alrededor del cuello del tipo, aplicando presión hasta que su cuerpo se quedara completamente inconsciente. El tiburón no era uno de esos tipos que iban matando a sus enemigos, y mucho menos si estaban tan indefensos como en aquél momento. Siempre era mejor obtener información, y en aquél caso, no se le dió nada mal.

El gyojin lo dejó caer muy suavemente, siguiendo su recorrido con las manos para que no hiciera ruido al caer. Ahora tenía que moverse.

Se deslizó con rapidez hacia el mismo punto por donde había entrado, moviéndose con el sigilo de un depredador en su propio territorio. Cuando llegó a la puerta, se detuvo y echó un vistazo. En ese momento se dió cuenta de que tenía dos escenarios posibles.

Escenario uno: Si no veía a nadie, saldría con rapidez y buscaría un escondite para observar quiénes eran esos nuevos jugadores. Si eran guardias, la situación podía tomar otro rumbo. Si eran más aliados de los tipos que acababa de dejar inconscientes, entonces habría más problemas, porque verían la pólvora fastidiada y a sus aliados cerca. En cualquier caso, permanecer oculto le daba una ventaja muy grande. Seguía ocultando su presencia y podría escuchar. Quizá, con suerte, seguiría recopilando información.

Escenario dos: Si el grupo ya estaba demasiado cerca, salir sería un riesgo innecesario. En ese caso, se quedaría dentro, buscando una ventana o alguna rendija para observar sin ser detectado. Y tras ello, se prepararía ante una posible confrontación. Pero antes debía ver quienes eran los tipos y qué buscaban. Puede que con suerte, se pudiera esconder en algún lugar. Tan solo tendría que observar bien la zona y elegir un sitio lo suficientemente grande como para ocultarlo.

Fuera cual fuera el desenlace, Octojin estaba listo. Ahora tenía un nombre que buscar… y una ciudadela que proteger.
#16


Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 2 invitado(s)