Hay rumores sobre…
... una isla que aparece y desaparece en el horizonte, muchos la han intentado buscar atraídos por rumores y mitos sobre riquezas ocultas en ella, pero nunca nadie ha estado en ella, o ha vuelto para contarlo...
[Aventura] [T6] Brindis sombrío
Drake Longspan
[...]
Día 65 de Verano del año 724

El barco capturado avanzaba lentamente hacia el puerto del Reino de Goa, remolcado con destreza por el grupo. Las aguas, teñidas por los reflejos del sol poniente, se agitaban apenas con el paso de la embarcación, mientras la silueta de la capital emergía entre la bruma marina. Goa, con su mezcla de elegancia y decadencia, los recibió con un bullicio propio de un puerto que jamás descansaba.

Las primeras construcciones de piedra blanca, marcadas por el desgaste de los años y el hollín de la industria, daban la bienvenida a los viajeros. Más allá, chimeneas altísimas escupían columnas de humo que nublaban el cielo, un recordatorio constante de la transformación que el grupo conocido por la banda como "La Familia Blackmore" y otros civiles con dinero como otras familias traían consigo. 

La zona portuaria, en cambio, conservaba un aire de tradición, con mozos y comerciantes moviéndose frenéticamente entre carros cargados de mercancías y barcos que iban y venían con la marea.

Mientras atracaban, un grupo de civiles se reunió junto al muelle, sus rostros iluminados por la expectativa. Habían llegado para recoger el cargamento: botellas de vino Flamingo, una delicia codiciada entre la nobleza de Goa.

Los hombres se empujaban con prisas y cuchicheaban entre ellos, señalando el barco capturado, aparentemente ajenos a la naturaleza inusual de sus nuevos proveedores.

El aire olía a salitre y a madera mojada, pero también a carbón y aceite, señales inconfundibles de la industria que había tomado la isla. En el horizonte, el casco antiguo del Reino de Goa todavía se alzaba con orgullo, con sus torres de diseño barroco y calles de piedra que apenas sobrevivían al avance implacable de las fábricas. En contraste, las embarcaciones más cercanas al muelle estaban marcadas con logotipos industriales que no tardaron en reconocer, insignias de una empresa que dominaba cada rincón del puerto y parte del East Blue.

La misma que en Loguetown.

Y ellos habían logrado meterse hasta la cocina treinta días después.

El arribo de la tripulación no parecía levantar sospechas inmediatas. Los mozos se acercaron con listas en mano, listos para identificar las botellas destinadas al palacio, ansiosos por completar el intercambio sin percatarse aún de la historia que arrastraba aquel navío. Entre ellos, los comentarios se centraban en los pedidos pendientes y las recompensas que recibirían por la pronta entrega del vino. Pero el aire denso y la inmovilidad de los nuevos dueños del barco sugerían que la calma no duraría mucho.

La tripulación observaba, inmóvil, el contraste entre la opulencia de los edificios nobles y la suciedad de los barrios industriales. 

Aquel lugar era un teatro de contradicciones: riqueza y pobreza, progreso y decadencia, orden y caos. Pero en esa misma tensión residía una oportunidad, un terreno fértil para el peligro y la ganancia que siempre acompañaban sus aventuras.

Un hombre de mediana edad se adelantó del grupo de civiles, su apariencia denotaba que no era un mozo más. Vestía con un chaleco de terciopelo burdeos ligeramente deslucido, y en su mano llevaba un pergamino enrollado. Sus ojos escudriñaron con desconfianza a la tripulación, como si algo en ellos no encajara, pero su ansia por cumplir su tarea era más apremiante que su recelo.

¿Sois vosotros los encargados de este cargamento? — preguntó con una mezcla de duda y autoridad, desenrollando el pergamino para mostrarles un logotipo estampado en tinta negra: un flamenco estilizado rodeado por un marco de filigrana dorada. Era el mismo símbolo que adornaba las cajas de madera apiladas en el interior del barco capturado.

[Imagen: 2uUGmPC.jpeg]

El hombre alzó la vista, esperando una respuesta. A sus espaldas, otros civiles murmuraban, mirando con ansias las bodegas del navío.

Este es el sello del vino Flamingo destinado al palacio. Necesito confirmar que todo está en orden y asegurar la entrega inmediata, como se había pactado. Las botellas del palacio no pueden esperar.

Hizo una pausa, dejando que su tono de exigencia calara entre los presentes. El hombre frunciría el ceño ante cualquier atisbo de silencio prolongado y añadió con más firmeza antes de que eso ocurriera:

Vamos, los nobles están esperando. Si esto se retrasa, las consecuencias no serán para mí... serán para vosotros.

La multitud se agitó inquieta tras él, algunos civiles señalaban las cajas con impaciencia, otros lanzaban miradas nerviosas hacia el grupo, como si algo en ellos empezara a parecerles fuera de lugar. El bullicio del puerto seguía como un murmullo constante, pero la sensación de que algo no cuadraba comenzaba a extenderse entre los que estaban más cerca del barco.


Bienvenidos
#1
Silver D. Syxel
-
Personaje

Inventario

Información adicional



Reino de Goa, Isla de Dawn
Día 65, Verano del año 724

El aire del puerto estaba cargado de contrastes. El bullicio constante de los mozos de carga, mezclado con el crujido de las cuerdas al tensarse bajo el peso de las mercancías, se intercalaba con los gritos lejanos de mercaderes ofreciendo productos. Sin embargo, todo ello quedaba teñido por el incesante murmullo de las chimeneas que escupían humo oscuro hacia un cielo ya enrojecido por el atardecer. Syxel, de pie en la cubierta del barco capturado, observaba en silencio el movimiento frenético de la zona portuaria, mientras su mirada se detenía un instante en las construcciones de piedra blanca, ahora manchadas por la huella de la industria.

Había algo inherentemente incómodo en aquel vibrante lugar. La decadencia que invadía la elegancia original del Reino de Goa no pasaba desapercibida para el pirata. Era un teatro de contradicciones, un lugar donde la opulencia de las torres barrocas coexistía con la suciedad y la desesperación de los barrios industriales. Pero a ojos de Silver, ese mismo conflicto convertía a la isla en un terreno fértil para el caos, la ganancia y, sobre todo, la oportunidad.

Mientras los tablones del barco que remolcaba su botín chirriaban con un ritmo pausado, el capitán desvió la vista hacia los civiles que se habían congregado en el muelle. La expectativa en sus rostros era evidente, y sus cuchicheos crecían a medida que sus ojos se clavaban en la bodega del navío. Un grupo más grande que los comunes estibadores, pensó Syxel, evaluando rápidamente la escena. Sus manos ajustaron la empuñadura de una de sus cimitarras, más por hábito que por necesidad inmediata, mientras una ligera sonrisa afloraba en sus labios.

El hombre que se adelantó no tardó en confirmar sus sospechas: no eran simples trabajadores portuarios. Con ese chaleco de terciopelo burdeos y un pergamino en la mano, su postura denotaba autoridad, aunque su ropa desgastada insinuaba que no pertenecía a la nobleza que habitaba en los altos muros de Goa. Su tono, al hablar, era una mezcla de urgencia y desconfianza.

—¿Sois vosotros los encargados de este cargamento? —preguntó, mostrando un logotipo estampado en tinta negra: un flamenco estilizado rodeado por filigranas doradas.

El capitán avanzó un paso, dejando que sus botas resonaran levemente contra el suelo. Mantuvo las espadas aún envainadas, pero su postura no pretendía dejar lugar a dudas de quién estaba al mando. Sus ojos, oscurecidos como el humo que flotaba sobre el puerto, se clavaron en los del hombre.

Estamos aquí para asegurarnos de que este barco llegue a buen puerto —respondió Silver, con un tono calmado, pero cargado de autoridad—. Parece que todo está en orden, pero tal vez tengáis detalles específicos que necesitéis confirmar. ¿Qué estáis esperando exactamente?

La respuesta era vaga, pero intencionada. Había aprendido a hablar en términos generales para evitar entrar en conflicto con su incapacidad para mentir. Y aunque sus palabras no confirmaban ni desmentían nada, querían dejar claro que no toleraría interrupciones innecesarias.

El hombre del chaleco frunció el ceño, claramente confundido, pero no lo suficiente como para cuestionar abiertamente al pirata. Mientras esto ocurría, Syxel sintió que las miradas de los demás civiles se intensificaban, algunas ansiosas, otras ligeramente recelosas. Era un riesgo que debían gestionar con cuidado.

Dharkel —murmuró Silver por lo bajo, sin girarse—. Observa a esta gente. Sigue sus movimientos y avísame si hay algo que no cuadra.

Esperó a que el explorador se posicionase, con los ojos atentos a cualquier detalle. Mientras tanto, Syxel lanzó una breve mirada hacia Balagus, quien ya había adoptado su pose imponente y sujetaba el hacha con una firmeza que hablaba por sí sola.

Mantén el cargamento a salvo. Ningún curioso se acerca sin mi permiso —ordenó, y el contramaestre gruñó algo en respuesta. Su sola presencia ya debería ser suficiente para disuadir a posibles oportunistas.

Finalmente, el capitán buscó a Marvolath con la mirada, evaluando al médico. Aún no llevaba mucho tiempo viajando con ellos, así que continuaba evaluando sus capacidades. Por ahora, una leve inclinación de cabeza fue suficiente para comunicarle que debía mantenerse alerta.

El hombre del pergamino habló de nuevo, con un tono más impaciente:

—Este es el sello del vino Flamingo destinado al palacio. Necesito confirmar que todo está en orden y asegurar la entrega inmediata, como se había pactado. Las botellas del palacio no pueden esperar.

Silver dejó que sus palabras calaran durante unos segundos antes de responder, como si estuviera evaluando el comentario.

Comprendo vuestra prisa —respondió con un leve encogimiento de hombros—. Nuestra prioridad ahora es cumplir con la entrega. Podéis revisar las bodegas si así lo deseáis, pero os garantizo que la carga que recuperamos sigue intacta.

El aire de calma y control en su voz no dejaba lugar a dudas sobre quién tenía el mando. Sin embargo, las palabras de Syxel estaban cuidadosamente tejidas para no ofrecer información que no fuese estrictamente cierta y necesaria para continuar con el teatro que la situación requería.

Si el hombre respondía sin levantar más sospechas, Silver no dudaría en seguirle junto a la carga para continuar con la entrega. Pero en su mente, las posibilidades se seguían acumulando: ¿sabían realmente lo que había en esas botellas? ¿O eran simplemente peones en un juego mayor?

Mientras aguardaba la respuesta, dejó que sus sentidos se expandieran con su haki de observación, atento a cualquier presencia hostil oculta en las cercanías.



Percepción IV
KENB801
KENBUNSHOKU
Haki avanzado
Tier 8
27/11/2024
12
Costo de Haki por Turno
1
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidad que realmente tienen. Así como estimar de forma precisa el poder de los demás (Su Nivel). Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +15 [Reflejos].
Área: [VOLx20] metros | +15 [REF]

Información adicional

Resumen
#2
Balagus
-
Personaje

Inventario

Datos adicionales


Los crujidos de la madera frente a la resistencia del agua y del viento susurraban una triste y lenta canción melancólica que, de venir del Hope, y no de aquel barco maldito y nauseabundo, podrían haberle mecido hasta darse una buena siesta. Sin embargo, las imágenes de la tétrica bodega, cargada de tallas inquietantes y monstruosas, así como de botellas y botellas de vino venenoso, se negaban a esfumarse de su mente. La proximidad de la tierra le auguraba poder dejar atrás el condenado navío, que tan cuidadosamente había reparado sobre la marcha, pero las columnas de humo de las industrias del reino parecían tener otros planes para su sosiego.

Balagus maldijo entre dientes. Odiaba tener que haberse quedado en el barco mercante, supervisando que su carga permaneciera fija, que las reparaciones sobre la cubierta resistieran, y que el remolcado siguiera fijo en sus enganches. Sin embargo, odiaba mucho, mucho más la imagen que se abría frente a él: casas y edificaciones, otrora límpidas y orgullosas, mostraban fachadas deslucidas y manchadas; barrios y suburbios enteros, completamente marginados y empobrecidos, separados de las zonas más ricas; y los grandes edificios, con sus imponentes chimeneas, altas como lanzas que quisieran perforar el cielo.
 
El oni no sabría mucho del mundo real, pero había aprendido a detectar los efectos más nocivos de la civilización cuando los veía. Aquellos eran los síntomas de aquella infame enfermedad, ese “progreso” y “evolución” que a los urbanitas tanto les gustaba denominar, en su fase más avanzada y dañina.

Tras completar las últimas maniobras de atraque con la ayuda de su capitán, el contramaestre regresó al Hope de un vigoroso salto, sólo para encontrarse observado por una pequeña multitud de mozos y trabajadores. Un hombre de tez oscura pareció destacar entre ellos, dirigiéndose directamente nosotros, esperando poder hablar con aquel al cargo. Silver no tardó en responder, usando aquellos truculentos y retorcidos juegos de palabras que Balagus tanto despreciaba. En su interior, recordaba el fuego guerrero del lunarian en combate, y cómo se había ganado su respeto por derecho, a pesar de su faceta más… dialéctica.

El oni, por su parte, no se sentía nada cómodo siendo observado y escuchado por tantos pares de ojos y oídos al mismo tiempo, y se esmeró en dejarlo claro con su postura tensa y suspicaz, así como por el gesto preventivo de sostener firmemente su enorme hacha de guerra en su mano izquierda. Cuando Silver le ordenó mantener vigilado el cargamento, contestó entre dientes, apenas poco más que gruñendo, sin apartar la vista del gentío.

- Con gusto. -

Balagus retrocedió, de vuelta a la cocina del Hope, donde reabasteció su bolsa con tacos de carne seca. Guardó el preciado contenedor de cuero en los huecos internos de su enorme cinturón, y se aprovisionó también con varias de las comidas de su propia elaboración, así como unos cuantos utensilios médicos que Marvolath le había proporcionado y enseñado a usar, y salió para regresar de un salto al barco mercante, pero no sin llevarse el hacha en una mano, y una pierna asada de res en la otra, cuya carne devoraba ávidamente con enormes dentelladas de su desproporcionada mandíbula.

Subido en la cubierta del barco remolcado, esperó a que los trabajadores se acercaran para comprobar las mercancías, lanzando miradas ocasionales a su capitán entre mordida y mordida. Aunque sabía que su Haki de observación no era tan refinado y potente como el de Silver, eso no le frenó para extender sus sentidos en derredor, escaneando cualquier presencia que se escapara a sus sentidos.

Percepción II
KENB401
KENBUNSHOKU
Haki básico
Tier 4
16/11/2024
7
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones muy fuertes que exterioricen como un sufrimiento fuerte o un gran instinto asesino, etc. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +5 [Reflejos].
Área: [VOLx12] metros. +5 [REF]
 
 
Resumen
#3
Marvolath
-
Personaje

Inventario
Virtudes, Defectos y Otros


Había pasado un tercio de estación desde que abordasen aquel barco humeante en el que ahora se encontraban, por una pista que Silver había obtenido. Sólo encontraron problemas y preguntas, y su visita al Reino de Goa buscaba resolver ambas. Marvolath, médico e ingeniero de la tripulación, había pasado la mayor parte del tiempo transcurrido encerrado en la enfermería, alternando entre el estudio de los implantes y la biotecnología con el del extraño veneno. Y si bien obtuvo resultados significativos con los implantes, el veneno y su propia salud no tuvieron tanta suerte.

Las pruebas realizadas en sí mismo, fueran con implantes o con el veneno, le habían drenado lenta e inexorablemente sus fuerzas, reemplazando su agilidad felina por unas manos diestras y precisas, y su fortaleza férrea por una voluntad igual de resistente. Y el veneno... tras una vida despreciando el estudio de los fármacos, ponerse al día le iba a llevar más tiempo del que disponía.

El sonido de las gaviotas le hizo saber que llegaban a la costa. Marvolath, anquilosado tras una larga jornada de estudio en la silla que había convertido en residencia, se estiró con parsimonia, dando un merecido descanso a los cansados ojos. Comprobó sus provisiones y el estado de los implantes, se terminó el desayuno -¿o quizá era la cena?- que Balagus había preparado, y subió con la ayuda del bastón hacia la cubierta, donde el resto de la tripulación, a excepción de Balagus que viajaba en el barco remolcado, observaba la ciudad.

Marvolath ha consumido Sashimi Deluxe. Cantidad restante: 0

Sashimi Deluxe
Sashimi Deluxe (CHF003-109-4)
Es una exquisita selección de finas y frescas lonchas de pescado crudo, como atún, salmón y pez toro, acompañadas de pulpo y vieiras. Dispuestas artísticamente sobre arroz, y acompañada con guarniciones de diferentes verduras de temporada ralladas, hojas de shiso y un toque de wasabi. Cada bocado ofrece una experiencia de sabor.
Aumenta +10 [Reflejos] y 25 [Energía Maxima]
Plato - Tier 3



La evidente decadencia de la ciudad, producto de la industrialización, le trajo recuerdos de Oykot. Había llovido mucho desde que descubriese la implicación de esta ciudad y su "progreso" en la enfermedad que arrasaba el lado este de Oykot, donde a pesar de los incansables esfuerzos la población seguía muriendo. Ahora, por fin, estaba en la raíz del problema. No sabía aún qué papel jugaría en esta historia, pero sí que dejaría una marca mayor que en Oykot.

El capitán y el encargado portuario intercambiaron algunas palabras. Aquel juego de medias verdades que Silver parecía disfrutar le resultaba agotador, y le bastó con el saludo para perder el interés. Se acercó a la regala con apatía, apoyando la barbilla para observar el puerto. La actividad en el puerto le resultó dolorosamente familiar, con decenas de estibadores que transportaban cajas y barriles de los barcos a los almacenes y carretas y de éstos a los barcos. Recordó las largas jornadas vigilando las descargas, tratando de averiguar cuáles contendrían aquel maldito líquido contaminante, y se preguntó si estarían embarcando más en aquel momento.

La mirada del capitán lo trajo de nuevo al presente. La seriedad que se reflejaba sólo podía significar que no estábamos a salvo. Asintió lenta y profundamente, con la misma discreción de su capitán, mezclando su respuesta con un estiramiento del cuello en varias direcciones. Cerró los ojos, sintiendo como su cuello agradecía la actividad, dejando que la tensión se disipara. Se concentró en ver más allá de sus ojos, activando su haki de observación. No tenía la misma precisión que parecía mostrar Silver al leer a las personas, pero donde le faltaba refinamiento compensaba con potencia. Ahora veía -o mejor dicho, sentía- el puerto, y buscaba lo que la vista no había podido encontrar.

Percepción III
KENB601
KENBUNSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
10/2/2025
9
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidades que realmente tienen. Así como estimar de forma general quién es alguien más fuerte o más débil que él. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +10 [Reflejos].
Área: [VOLx15] metros | +10 [REF]


Una vez más, la suerte estaba echada. Había comenzado un peligroso juego, y aún estaba por descubrir qué papel jugaría en él.

Resumen
#4
Dharkel
-
Personaje
Inventario
Virtudes y Defectos
Información adicional


Dharkel se reclinó hacia delante, apoyando ambas manos sobre la fina barandilla de la cofia, con el fin de observar cómo la silueta del Reino de Goa se dibujaba en la distancia a través una nube de contaminación atroz que a cada metro que recortaban parecía más y más densa.

Una leve mueca de rechazo de dibujó en su rostro. Se había criado en la libertad del arenoso desierto, en su inmensurable amplitud y aunque a lo largo de los años había demostrado una facilidad asombrosa para adaptarse a casi cualquier entorno, tales niveles de industrialización le parecían innecesarios.

Hacía en torno a diez años que no pisaba aquella isla llena de podredumbre y corrupción, cuando vivía entre la chatarra que se amontonaba sin tregua en Gray Terminal. Diez largos años desde que un kobito, que tenía un parecido altamente sospechoso con Marvolath, le había echado sin saberlo de su hogar. En otro momento de su vida le habría guardado rencor, emponzoñando su corazón con la tinta del odio. Pero estaba trabajando arduamente para ir justo en la dirección opuesta.

Pero una rápida gaviota le sacó de sus pensamientos cuando con un ágil movimiento navegó entre él y el plato de comida que se posaba a su lado, en una improvisada y pequeña mesita que había preparado para sus turnos de vigilancia desde las alturas de la cofia. El pajarraco consiguió hacerse con el último trozo del sashimi que había preparado Balagus, dejando una blanca pluma tras de sí en señal de mofa.

Pero Dharkel no se mantuvo quieto. Sabía que no podría volver a comer hasta el día siguiente y que el oni, de enterarse, no toleraría tal insolencia. De un grácil salto, guiado sutilmente por los poderes de la fuwa fuwa, siguió a la gaviota un par de metros, agarrándola del cuello y flexionando las rodillas al caer sobre cubierta para fingir que amortiguaba el golpe. Mas la gaviota se tragó el trozo de pescado mientras estaba siendo sujetada, con una mirada que desafiaba al espadachín.

- ¡Suéltalo maldito pájaro! – Ordenó sin éxito alguno.

Sin apenas darse cuenta, habían llegado al puerto donde un puñado de mozos de almacén se aglutinaron en las inmediaciones, esperando a poder llevar a cabo su trabajo para terminar una larga jornada laboral e ir a gastarse el dinero duramente ganado en una taberna de mala muerte. Al menos es lo que Dharkel hubiese hecho.

Apenas había notado el fuerte olor que desprendían las fábricas hasta que se encontró de pie en cubierta, con una gaviota semi ahorcada en una mano y observando el duelo dialéctico entre los líderes de ambos grupos. En condiciones normales encontraba exasperante los discursos de su capitán, pero era en situaciones como aquella en la que debía sacar pluma, tinta y papel para tomar apuntes que poder usar él mismo en el futuro. Una clase digna de un maestro liante de la dialéctica. Si no fuese porque se conocían lo suficiente, las palabras de Silver le habrían sonado hasta convincentes. O eso quería creer, pues inexplicablemente había pasado con ellos más años de los que podía recordar. Quizás no fuese tan resistente a sus juegos mentales después de todo.

Dharkel liberó la gaviota casi sin darse cuenta al recibir la orden del capitán. Posó un cigarro entre sus labios y lo encendió, dejando que su amargo sabor impregnase sus papilas gustativas, su garganta y sus pulmones antes de expulsar una nube de humo. Dio un par de pasos al frente y se dejó caer con simulada indiferencia sobre la barandilla del castillo, apoyando la barbilla sobre la mano derecha y analizando a los presentes y los alrededores, buscando cualquier detalle o comportamiento fuera de lo común.

Percepción II
KENB401
KENBUNSHOKU
Haki básico
Tier 4
31/10/2024
7
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones muy fuertes que exterioricen como un sufrimiento fuerte o un gran instinto asesino, etc. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +5 [Reflejos].
Área: [VOLx12] metros. +5 [REF]


Por un momento empatizó con aquella familia de desechos llamada Blackmore. Acabar con la nobleza de un reino siempre era un motivo para ser apoyado e incluso celebrado, especialmente usando medios tan viles como aquel artículo de lujo que transportaban. Pero en su experiencia aquello solo servía para que otra figura de poder, quizás incluso peor, se sentase en un trono ausente, esperando a ser reclamado. Ser sustituida por una familia criminal del bajo mundo estaba lejos de ser una situación ideal. A menos claro estaba que se tratase de los Pirate Bizarre Adventures.

Resumen
Objetos utilizados y consumidos
#5
Drake Longspan
[...]
El crujido de las tablas al moverse, el roce de sogas al tensarse y el golpeteo de botas contra la madera marcaron el inicio de la descarga. Los mozos, al recibir la autorización, comenzaron a moverse con la eficiencia de quienes han hecho esto cientos de veces. Algunos subieron al barco capturado, mientras otros esperaban en el muelle para recibir las cajas.

El encargado del cargamento revisaba su lista, siguiendo con los ojos cada caja que descendía, comparando los sellos con los registros que tenía en su pergamino. A medida que los trabajadores se adentraban en la bodega del barco, las conversaciones se volvían más discretas, casi murmullos entre ellos. 

Se hablaban en voz baja, quizás por costumbre, quizás porque el cargamento tenía un destino lo bastante importante como para no cometer errores.

Silver D. Syxel no hizo nada para apresurarlos. Permanecía en cubierta, con la misma expresión imperturbable de antes, aunque sus ojos iban de la bodega a los rostros de los mozos que entraban y salían. Todo parecía ir según lo esperado.

Hasta que lo sintieron.

No fue un ruido extraño ni una interrupción en la rutina. Fue más sutil que eso. Una sensación en la periferia de sus conciencias, una presencia que no pertenecía allí.

Dharkel, apoyado en la barandilla, dejó escapar el humo de su cigarro lentamente, sin mover la cabeza. Pero sus ojos sí lo hicieron, recorriendo el muelle con más detenimiento.

Balagus, de pie cerca del cargamento, apretó la mandíbula en un gesto imperceptible. No era la primera vez que tenía esa sensación. Alguien estaba observando.

Marvolath, que seguía en su posición habitual, sintió el cambio de inmediato. 

No había hostilidad aún, pero sí atención. La clase de atención que viene con alguien esperando ver cómo se desarrolla algo.

Silver ya había extendido su haki y sabía que no estaba equivocado. Alguien los estaba estudiando. No lo hacía de manera obvia, no era un simple trabajador curioso. Era alguien que estaba allí por un motivo.

Y lo peor de todo, aún no sabían qué esperaba ver. Pero ahí estaba.

Uno de los trabajadores salió de la bodega con el ceño fruncido y se acercó al encargado. Dijeron algo en voz baja, un comentario que no llegó hasta la tripulación. Pero el hombre del chaleco burdeos, tras escucharlo, hizo un breve gesto con la cabeza y continuó con su inspección.

Mientras tanto, la tripulación sabía que tenía un problema nuevo. Si no hacían algo pronto, esa presencia que los vigilaba desaparecería en cuanto tuviera la información que buscaba.

El trabajador mercantil que portaba el sello, se dirigió hasta ellos.

— Disculpen caballeros, pero aquí solo se encuentra el cincuenta por ciento, falta la mitad del cargamento. ¿Serían tan amables de indicarme cuanto tardará?

Resumen
#6


Salto de foro:


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