¿Sabías que…?
... existe una isla en el East Blue donde el Sherif es la ley.
Tema cerrado 
[Aventura] [A - Presente] No es mi problema
Muzen Kibutsuji
Raiden
3 de Verano del 724

Villa Fosha estaba pasando por un momento bastante agitado ya que una banda pirata se encontraba hospedada en la ciudad, llamando la atención de los ciudadanos sobre todo en la Taberna de Gap donde se estaba hospedando este vario tipo el que consta con seres de varias especies  que se han unido bajo una sola voluntad la bandera negra de la piratería pero en todos lados hay un dicho que dice que no se puede ensuciar donde se come, por lo tanto hasta el momento habían demostrado ser buenos sujetos, lo que estaba por cambiar en algunos momentos nuestros piratas aventureros se encontraban realizando distintas actividades en la cercanía de esta cuando escucharían un estruendo proveniente de la puerta principal. Entrarían aproximadamente unos diez hombres vistiendo unas chaquetas de cuero el primero de ellos era un sujeto de cabellera negra barba, portaba unas botas de cocodrilo y colgaba sobre sus hombros lo que parecía una capa hecha con la piel de algún animal amarillento este entraría pateando una de las mesas sin importarle si había gente o algo mirando al anciano que era el dueño de aquel lugar.

-Me canse viejo, hoy me llevo a tu hija quieras o no, fui muy paciente ella será mi mujer.
 
Hizo el gesto con su mano derecha provocando que se movieran dos sujetos que tenían cara de pocos amigos y de más bien ser unos salvajes llevaban también ropas hechas de algún animal que tuvo el infortunio de cruzarse con el grupo de salvajes. La gente miraba sin decir nada algunos incluso prefirieron en silencio abandonar el lugar. Los tripulantes podrían reconocer que se trataba de un grupo del cual se había estado oyendo en la isla, vinieron hacía unos meses y estaban habitando en lo que era el bosque, varias veces habían solicitado apoyo a lo que era el reino de goa, pero poco caso el habían hecho hasta el momento. Aquellos dos hombres se encaminarían hacia donde se encontraba la hija del dueño quien era la responsable de servir las mesas esta intentaría resistirse incluso llegaría a gritar pidiendo ayuda, pero allí no había nadie dispuesto a hacer lo necesario para defenderla, ese hombre era conocido por a ver matado a unos cuantos sujetos que se habían enfrentado a él. Además, el grupo de matones que le rodeaban desalentaba cualquier persona que se animara a meterse en aquella escena donde la chica era atada con sus manos en la espalda para ser llevada a rastras hacia el exterior del edificio. De entre los matones había uno sentado sobre la mesa este era de cabellos blancos y jugaba con dos cuchillos y arrojaría uno de estos contra el dueño del bar, pero no buscando matarle solo asustarlo para hacerlo desistir de cualquier cosa que pudiera intentar, aquel hombre tenía en sus ojos una malicia y al parecer disfrutaba con aquello simplemente seguía moviendo con habilidad su otra daga esperando algún valiente que le diera la excusa que necesitaba para poder divertirse con el salvador. Si nadie intervenía esa mujer seria llevada fuera del lugar haciendo que el jefe se retirara del lugar sin mucha más importancia. Haciéndole una seña al otro hombre dejando con él unos tres sujetos y pateando una de las mesas antes de abandonar la sala.
#1
King Kazma
Shiromimi
Personaje


El pueblo era prácticamente tan aburrido como el suyo. Pasaba alguna cosa de vez en cuando, pero eran sucesos aislados, nada general que afectara a todo el pueblo como un terremoto, un incendio, un asalto, un festival… Pero allí no sucedía nada. En parte era bueno, uno podía simplemente relajarse y pasear o leer tranquilamente. Nadie iba a molestarle, especialmente después de correrse la voz de lo que hizo ayudando al alcalde. Debían prepararse para lo que iban a hacer en Goa, buscar información sobre algún lugar jugoso que robar y llevarse un buen botín. Pero de eso se encargaba el grupo que había ido a Gray Terminal a hablar con el supuesto contacto de Muzen. En la isla no había muchos marines, y los guardias del reino tampoco eran muchos por lo que tenía entendido, así que dar un golpe no debería ser extremadamente difícil. Probablemente lo más complicado fuera entrar y salir de la ciudad. Aunque estuvo dándole vueltas a aquello. Tal vez tenía un plan.

Estaba dentro de la taberna de la posada, sentado y tomando algo tranquilo con los pies cruzados sobre la mesa y la silla sobre las dos patas traseras. No se terminaba de acostumbrar a estar todo el tiempo acompañado, pero definitivamente iba habiendo progresos. Poco a poco creía que comenzaba a considerarlos sus amigos. Y eso era un gran avance para alguien que nunca había confiado en nadie en la vida salvo en sus padres. Pero su tiempo de paz y reflexión se acabó de repente cuando unos tipos irrumpieron en la taberna, uno de ellos clamando que se llevaría a la hija del dueño y la convertiría en su mujer.

Sabía historias de gente heroica, gente que en ese mismo instante se levantaba de su asiento e interrumpía a los bandidos, impidiéndoles secuestrar a la pobre muchacha. Pero él no era un héroe. Nunca había sido su meta o su sueño, ni siquiera de niño. No le caían bien los matones como esos debido a los sucesos de su infancia, pero tampoco le importaba la chica como para moverse de su sitio, ni siquiera cuando gritó pidiendo ayuda. Él se limitó a tomar un trago de su cerveza y esperar a que los bandidos abandonaran el lugar y la tranquilidad regresara. Aunque… ¿Lo haría? El padre tal vez se quedara demasiado afectado como para seguir trabajando o se pondría a sollozar. Eso sí sería molesto. ¿Debería impedir que se la llevaran por su tranquilidad? No. Sacudió la cabeza apartando esas ideas. Se estaba mejor sentado, bebiendo y leyendo que peleando sin un motivo, y nadie había ofrecido una recompensa por lo que… No, no se movería.
#2
Alexander Bathory
Doc
Personaje


Me encontraba descansando en mi alcoba en aquella taberna disfrutando de un buen cigarro mientras leía un libro sobre anatomía de especies no humanas, con el incremento en nuestra tripulación y el hecho de que esto no haría más que seguir una escala ascendente si todo salía acorde al plan, debía asegurarme que mis habilidades medicas estuvieran a la par con ello –ya veo, las alas de Aniss son vestigiales… una clase de adaptación evolutiva fallida?... parece que no es muy investigado aun este tema- sin duda aun había tanto conocimientos que reunir y tanto que mejorar pero tendría que estar preparado para cualquier eventualidad
 
Me incline en el respaldo de la silla en que me encontraba sentado para estirar el cuerpo causando que la misma crujiera un poco ante mi peso mientras le daba una calada a mi cigarro antes que mis orejas se movieran un poco detectando algo antes de enfocarme en ello, un estruendo, siempre era mala señal en un bar, por ello decidí tomar mi abrigo y salir de mi habitación dirigiéndome al bar cuando baje, note la situación, no era el tipo de persona que iniciara un conflicto sin razón pero no podía evitar sentir algo de lastima –Caballeros, por favor calma- dije alzando mis manos indicando que se relajaran –nadie tiene intenciones de pelear aquí, como médico estoy dispuesto a tratar a los heridos pero no entenderán que no puedo herir a nadie por juramento médico- aclare mientras mis ojos trazaban la situación en el bar
 
La camarera parecía ser una clase de rehén de aquellos hombres, sin mencionar que parecían tener cierto grado de poder dado que nadie parecía estar actuando en su contra, además su grupo se encontraba dividido, si actuábamos tendríamos que tomar múltiples frentes en simultaneo contra un enemigo cuya fuerza era desconocida para nosotros la mejor opción era aguardar –les pediré que por favor se retiren sin herir a nadie por favor, no hay motivo para ello si ya tienen lo que desean-
#3
Raiden2011
Raiden A.
Personaje


Luego de mi aventura del día anterior, era mejor recibido en el pueblo, aproveche que nos estábamos quedando en las habitaciones de la taberna, para ojear de vez en cuando la cocina, buscando nuevas recetas y técnicas de cocción para animales marinos. El día iba muy tranquilo, ya había tomado mi desayuno y me dirigí a la cocina para ver qué hacía el chef, algunos de nuestros compañeros se habían dirigido a Gray terminal en búsqueda de información y demás, así que, por un momento, creí que sería un día relajado. Llegué a mi destino y una mezcla de olores deliciosos me invadió hasta la punta de mi cola. 

No pensé que en un pueblito como este hubieran talentos de esta magnitud, de inmediato, comencé a pasearme por la cocina, en absoluto silencio y limitandome a olfatear de forma discreta, intentando adivinar qué ingredientes podrían estar usando en aquella preparación. El chef, que, por un momento pensé que no se había ni percatado de mi presencia me invitó a que me acercara. 

—¿Joven, te gusta el arte de la cocina o solamente el acto de comer?  —Preguntó manteniendo su vista en el platillo que estaba preparando. 

—La cocina en general, chef. 

De inmediato y, al parecer fascinado por saber que me gustaba la cocina, comenzó a explicarme algunas cosas y mostrarme algunas recetas, apoyando mi teoría de que hoy sería un día tranquilo... Pero todo cambió a los pocos minutos, recién estaba degustando un platillo mar y tierra que era la especialidad del chef, cuando un estruendo resonó por toda la estructura. ¿Estaban atacando la taberna? Salí al bar tan rápido como pude y vi a unos hombres llevándose a la hija del dueño, eran numerosos y parecían tener fuerzas, me puse a analizar la situación de inmediato.

Uno de los compañeros que podría ser más peligroso de ese tipejo era otro que se encontraba jugando con un par de cuchillos, ese tenia un aura malvada a su alrededor. ¿Mis compañeros¿ Bueno, el capitán se encontraba muy sentado, indiferente a la situación, Alex parece que también estaba analizando la situación como yo, pero no era decisivo.

Quizá lo mejor hubiera sido dejarlo todo como estaba, ahora formaba parte de una tripulación y, si mi capitán no hacía nada, quizá yo no debería hacerlo tampoco, pero algo dentro de mi me obligaba a tomar cartas en el asunto.

—Tchk. Ustedes, inútiles, ¿qué tanto quieren con la chica esa? Son tan poco hombres como para buscarse uno que los quiera? —dije sin medir mis palabras.

Tal vez me sobrepasé, pero nadie los mandó a interrumpir mi degustación de un plato tan exquisito. 
#4
Muzen Kibutsuji
Raiden
Aquel grupo criminal tenía un solo objetivo al parecer hacerse con la rubia hija del dueño de aquella taberna donde habían llegado el hombre, miraba desde la cocina con impotencia ya que realmente no tenía como evitar que eso pasara solo apretaba con mucha fuerza su tenedor, si él era también el cocinero que había estado dando clases al joven lobo que había llegado con aquel grupo que llevaba ya unos días viviendo prácticamente en la taberna ya que se les veía por allí bastante seguido.

-Dejen a mi hija!!!
 
Gritaría el hombre molesto pasando por delante de Raiden para intentar hacer algo con su tenedor aunque eso fuera imposible pero una cosa no cambiaba la otra estaba dispuesto a morir por su hija si era necesario lo más importante que este hombre tenía, pero todo se saldría de control no sabemos que realidad alterada tenía este hombre pensando que vencería aquel grupo el cual no le dejo ni dar dos pasos ya que cuando los dio un cuchillo salió arrojado por el hombre arriba de la mesa el cual se clavaria en el costado derecho del dueño haciendo que chillara de poder y cayera hacia atrás prácticamente encima de aquel que era su discípulo culinario Raiden. Si este se hacía a un lado el hombre golpearía su cabeza contra el suelo y seguramente perdería la conciencia y la vida en unos minutos si su sangre seguía saliendo por la herida que acaba de sufrir aquello fue el aviso de salida el jefe del grupo abandonaría la taberna cargando a la mujer bajo su hombro y el grueso de aquel grupo quedando solamente dos hombres acompañando al de la mesa que sonreía con malicia por lo que acaba de hacer tomando una botella que descansaba en los bolsillos de su compañero encendería este con un movimiento de mano como si fuera magia y arrojaría la botella al centro de la taberna provocando que el fuego comenzara a consumir una de las mesas más cercanas y el fuego empezara a extenderse de su boca saldría unas palabras maliciosas.

-Mueran quemadas alimañas...
 
Diría en ese momento mientras se colocaba de pie y seguía jugando con la segunda daga la cual no arrojo sino que la metió en su traje haciéndola desaparecer como si fuera un truco de magia, era un tipo peligroso sin lugar a dudas quien arrojaría otra botella en un instante antes de irse esta segunda fue lanzada directa hacia donde estaban las reservas de bebidas alcohólicas si querían evitar que ese lugar explotara llevándose las habitaciones y quizás alguna de las vidas presentes en la taberna era mejor que se movieran buscando alguna manera de apagar aquellas llamas, que no hacían otra cosa que no fuera extenderse por todo el suelo de madera del lugar, el hombre extendía su mano hacia la puerta mientras su mente empezaba a querer abandonarlo.
#5
King Kazma
Shiromimi
Con los problemas ajenos llegaban los problemas personales. King había decidido que no era su problema si raptaban a la hija del dueño de la posada. Había sido amable cuando le servía lo que pedía, pero parte de su trabajo era agradar a los clientes para que estuvieran satisfechos y pagaran, así que no podía fiarse de su comportamiento para determinar su personalidad. A lo mejor era tan imbécil como la mayoría de humanos y sólo estaba pensando en que quería acariciar su pelaje o algo así, como las niñas de su pueblo natal. Si el posadero era incapaz de proteger a su propia hija, ¿por qué debería hacerlo nadie más? No se podía ir por la vida dependiendo por completo de los demás… Estaba siendo injusto con él, lo sabía, pero no podía evitarlo. Si lo justificaba, si empatizaba con él, acabaría queriendo salvar a su hija. Había oído hablar de los piratas buenos, de los que sólo querían vivir aventuras pero que no hacían daño ni robaban ni nada salvo que los atacasen primero. No era la clase de pirata que quería ser, esos piratas eran conocidos como héroes por muchas personas, y los héroes se arriesgaban por otros. Él no arriesgaría su vida ni la de sus recientemente conseguidos nakamas para ayudar a otra persona a cambio de nada.

Pero tal vez dichos nakamas no estaban por la labor de no meterse en los asuntos de los demás. Por lo menos aquella situación le serviría para hacerse una idea de su fuerza. Alexander trató de intervenir pacíficamente, resolver el conflicto con palabras y de manera amable. Era un mink lobo, por lo que sabía que si quería podía ser fiero y letal. Pero prefería la cordialidad, probablemente por ser médico. Lo mismo podía aplicarse a Raiden, otro mink lobo, aunque luchaba con espadas. Pero él era más agresivo, abordando la situación de una forma mucho más directa y amenazante. Era obvio que un enfoque tranquilo y pacífico no iba a dar resultado con gente que iba a secuestrar a una chica, forzarla a ser la esposa de su líder y que lanzaba cuchillos a la mínima provocación. Finalmente el posadero quiso hacer algo, probablemente envalentonado por las acciones de Alexander y Raiden, que le mostraban apoyo y al ser minks lobos parecían fieros luchadores. Pero le salió mal la jugada, pues en cuestión de segundos un cuchillo acabó clavado en su costado. King chasqueó la lengua. ¿Iban a dejarles sin posadero? Si secuestraban a la hija y mataban al posadero, nadie les cocinaría ni limpiaría las habitaciones ni nada. Pero la cosa no se quedó ahí. Podían vivir un par de días de gratis en la posada sin dueño, sin que nadie limpiara o cocinara para ellos, podían buscarse la vida en ese aspecto, pero si quemaban el lugar… Se quedaban sin camas.

King apuró la cerveza y arrojó la jarra a un lado. Habría quedado muy dramático y guay en general que se hubiera roto en pedacitos de cristal, pero era de madera. Se puso en pie y comenzó a dar saltos por el local, recogiendo los manteles de las mesas que los tenían. Arrancó las cortinas y también se hizo con los mandilones colgados tras la barra y las sábanas limpias de un cesto que estaba listo para subir al piso superior para cambiarlas por las sucias. Tenía en sus manos una gran masa de tela de la que le dio la mitad a Raiden. Le habría dado algo a Alexander también, pero supuso que querría encargarse del posadero herido. – ¡Sofoca las llamas con eso! – Le ordenó, su primera orden como capitán y la primera orden que recibía Raiden desde que era miembro de la tripulación. Se dirigió al fuego más peligroso de todos, el que estaba calentando las botellas de alcohol y podría hacerlas estallar en cualquier momento, destruyendo por completo el lugar. Era el más adecuado para ello, ya que no le afectaba el fuego. Llegó de un salto y arrojó el montón de tela sobre las llamas tan extendido como pudo, poniéndose enseguida a extenderla más y más y a ahogar las llamas que se habían escapado. Era bastante complicado apagar un fuego originado por un líquido, pero no imposible. Y él no tenía que tener miedo de quemarse.
#6
Alexander Bathory
Doc
Personaje


Rápidamente me posicione al costado del posadero haciendo que se recostara con cuidado en el suelo antes de mirar alrededor, mientras veía como la gente empezaba a movilizarse a la salida –¡Traigan agua para controlar el fuego!- exclame a las personas que salían de la posada antes de ponerme a trabajar, use mis garras para desgarrar la camisa del posadero para permitirme ver su herida más a detalle, la puñalada había sido profunda y había empezado a sangrar igualmente mientras me afrontaba a una decisión podría arriesgarme a mover al viejo fuera del bar para protegerlo de las flamas, pero tendría que remover el cuchillo para ello y arriesgarme a remover un tapón en caso de que la herida hubiera herido algún órgano o quedarme en aquel sitio y tratar de estabilizarle con el fuego a mis espaldas
 
-King, Radien asegúrense de controlar las llamas tengo que atender al viejo aquí mismo!- exclame con fuerza dejando mi propia seguridad a manos de mis compañeros, antes de que empezara mi trabajo, mis garras rápidamente empezaron la evaluación del viejo, buscando posibles heridas aparte de la apuñalada, el cual igualmente había empezado a toser sangre causando que lo girara hacia su costado, por la posición de la herida y aquello el cuchillo debía de haber alcanzado su estómago –esto le dolerá viejo no hay tiempo para delicadezas- dije antes de tomar un bisturí de la maleta que siempre llevaba para luego remover el cuchillo y empezar a cortar solo lo suficiente para empezar a trabajar –no se muera viejo le prometo que si sale de esta ayudare a su hija entendido, además puede decirme algo del sujeto que se la llevo?- aquella charla era para asegurarme que el viejo no cayera en shock por lo que estaba haciendo, debía asegurarme que se mantuviera consiente al igual que debía llegar a la apertura en su estómago y suturarle antes de poder moverle –tendré que usar eso- dije tomando nuevamente el cuchillo que el hombre había tenido clavado antes de arrojarle a un fuego cercano mientras trabajaba, lo usaría para cauterizar las heridas, trabajaba tan rápido como podía, lo único que podía hacer era estabilizarle y cerrar las heridas antes de usar el cuchillo para quemarles y sellarles rápidamente
 
Dado que no había usado anestesia por la falta de tiempo podrían escuchar los gritos del posadero por el dolor de aquel cuidado de emergencia en especial al momento de quemar su carne para cauterizarle, al momento que esto estuviera listo cargaría al viejo en mis brazos y lo llevaría a un lugar seguro
#7
Raiden2011
Raiden A.
—A la orden capitán —dije cuando King me entregó la masa de tela.
Observo como él se dirige hacia la zona más peligrosa, lo cual pudo no haber sido la mejor decisión, ya que yo podría sofocar las llamas de forma más rápida; pero este no era el momento para objetar nada ni desobedecer las órdenes. Convertí mis brazos en humo denso a excepción de mis manos, con estas sujeté dos esquinas de la tela y comencé a sofocar el fuego que se expandía rápido por el lugar; mientras la tela cubría el fuego, yo emanaba un poco de humo para sofocarlas aún más.
Los gritos de dolor del posadero se escuchaban por toda la taberna, supongo que Alexander estaba haciendo lo mejor posible, pero en estas circunstancias no podía garantizar que el paciente no sufriera dolor.
—¡Alex! ¿Necesitas algo? —pregunté mientras seguía sofocando el fuego— Capitán, ¿cómo va?
Yo supongo que, si esto no hubiera escalado a un incendio o si Alex y yo no nos hubiéramos involucrado, King no habría hecho nada, se le veía bastante despreocupado con la situación y en el fondo quizás él tuviera razón, somos piratas, no vamos por ahí salvando personas; pero hay ocasiones en las que uno no puede quedarse al margen. Tal vez me esperaba un buen regaño cuando todo esto acabara, solo espero que no se retracte con su invitación a la tripulación.
No podía parar de pensar tantas cosas mientras seguía extinguiendo el incendio, el chispeante sonido de las llamas que todavía estaban al rojo vivo, los incesantes gritos de dolor y desesperación del paciente, el destino de esa pobre chica si no hacíamos algo para ayudarla… Muchas cosas estaban inundando mi cabeza. Por lo que podía oler, varios aldeanos se estaban agrupando a las afueras de la taberna, pero no parecían tener intenciones de ayudar.
—¿¡Qué están esperando!? —les grité con todas mis fuerzas— ¡Sé que están ahí! Muévanse a buscar agua para terminar de extinguir esto y evitar que explote.
«Tchk, Será posible que los humanos sean tan desagradables y poco sensibles hasta con los de su propia raza, cómo era posible que la taberna del pueblo se estuviera quemando y solamente 3 forasteros éramos los que estábamos haciendo algo.»
Segundos después comenzaron a entrar humanos con baldes de agua para apoyarnos y la situación ya se veía menos peligrosa, no habíamos explotado en miles de pedacitos, así que supuse que King estaba haciendo un buen trabajo.
—Capitán, ¿podemos ir a salvar a esa chica? Tengo muchas ganas de partirle la cara a esos tipos.
#8
Muzen Kibutsuji
Raiden
Nadie en aquella taberna pudo quedar indiferente de lo que acaba de pasar, el sujeto de ojos verdosos se había hecho cargo de incendiar aquella taberna usando las garrafas improvisadas con alcohol y tela, fue sabio del Mink conejo hacerse cargo de la parte más compleja de todas ya que el fuego se extendida rápidamente por la madera siendo incapaz de detener el avance del mismo este alcanzo las bebidas sobre la barra provocando que las llamas salpicaran para todos lados, su cuerpo era inmune gracias a la fruta maldita que estaba en su cuerpo haciendo que más de uno pensara que tendrían conejo achicharrado para cenar, pero eso no paso sino que el lograría ir sofocando las llamas sin mucho éxito ya que los objetos que estaba usando se incendiaron junto con su cuerpo pero a diferencia del segundo estaban siendo consumidos por el fuego si no usaba otra estrategia podía terminar muy mal parado el humo comenzaba a entorpecer los sentidos de quienes estuvieran dentro mucha madera siendo quemada al mismo tiempo estaba generando serias dificultades y todos los que estaban dentro de esa taberna comenzarían a sentir como sus fuerzas le empiezan a fallar en permanecer más tiempo en el interior podrían terminar quedando inconsciente si no buscaban alguna forma de apaliar los efectos. El hombre apenas era capaz de mantener la conciencia el dolor que sentía y el trabajo del doctor mink era lo que le mantenía despierto, aunque era prácticamente incapaz de poder darle sentido a sus palabras más que nada por el hecho de que poco a poco su conciencia abandonaba su cuerpo, pero hablo buscando ser escuchado...

- …ess... es un.... unnfff...ggdg pir.....ttaa qu..eeee ha que....ddadadsda ss...innfdndn ba.rrec.....o

La tos se amplió y empezó a escupir sangre por sus labios, si el doctor viera de más de cerca donde estaba aquella daga, notaria que la misma estaba demasiado sucia seguramente hasta oxido tenía por lo tanto el agresor hacia hecho una herida a conciencia para que se viera infectada y tuviera que sufrir mucho aquel hombre sin su amada hija y con una infección en su cuerpo que iría matando su ser de poco a poco si era que sobrevivía al incendio ya que, podrían ambos empezar a tener la vista borrosa por estar respirando el humo que se había generado. El más salvaje de los minks estaba gritando y pidiendo ayuda le pareció que la gente había entrado ya que nadie se animaba a entrar aquel edificio debido a que las lenguas de fuego seguían extendiéndose sin piedad alguna. Podrían escuchar ruidos desde afuera.

-Salgan de ese lugar es peligroso!!!

La gente gritaba pidiendo ayuda los primeros baldes comenzarían atacar al fuego, pero siempre desde el exterior del edificio, no desde el interior ya que nadie en su sano juicio entraría al edificio en algunos momentos más el fuego comenzaría a consumir los pilares de la posada haciendo que permanecer dentro se vuelva en extremo peligroso además de poner en riesgo todas las cosas personales que el grupo tiene en el segundo nivel. La ayuda estaba en camino sin lugar a dudas eso lo dejaban ver hablando desde el lado externo los gritos pero nadie entraría hasta que el fuego no comenzara a ser extinguido esto nos llevaba a Alexander quien debía tomar una decisión si seguir atendiendo al hombre allí o pedir la ayuda de sus compañeros para trasladarlo fuera, el único que no corría riesgos en ese lugar de momentos era el capitán de la tripulación pero eso podría cambiar en cualquier momento, una explosión un techo derribándose sobre el no sería detenido por su fruta así nomás, sería un daño que podría ser peligroso para el conejo que estaba al mando del grupo.

Mientras tanto en el exterior ya había unas quince personas moviendo baldes y preparando todo para apagar el incendio junto con unos dos marines que estaban ayudando a los ciudadanos a cargar aquellos baldes desde el puesto más cercano. El fuego serio apagado desde el frente hacia el fondo.
#9
King Kazma
Shiromimi
Aquellas telas no eran lo suficientemente gruesas. O tal vez debería haberlas empapado en agua antes para impedir que ardieran… Miró alrededor, a ver si encontraba algo que le pudiera servir. ¡Bingo! Tras la barra había un par de toneles con agua, seguramente agua para lavar las jarras o para servir. Recogió las telas de nuevo y las sumergió en los toneles, haciendo que se apagaran las llamas que tenían y dejando que se empaparan bien. No era un científico como para saber las formas más eficientes de apagar fuegos, pero si se ahogaban las llamas, desaparecía el fuego, eso lo sabía cualquiera. Las sacó de nuevo, esta vez mucho más pesadas por la cantidad de agua que habían absorbido, dejando los toneles casi a la mitad. Las volvió a extender sobre las llamas de alcohol. Esta vez tenía que funcionar.

Su segunda preocupación más acuciante era el humo. Él era inmune al calor de las llamas, pero no al humo o a la falta de oxígeno que éstas generaban ya que lo consumían rápidamente. En un espacio abierto no había problema, pero en uno cerrado el humo se acumulaba y el oxígeno disminuía. Comenzó a toser a causa de dicho humo. Había dos miembros de su tripulación allí dentro todavía, no podía permitir que les pasara nada. Casi era mejor abandonar el local directamente y salvarse todos. – ¡Una de dos! O apagamos las llamas ya mismo o salimos de aquí. – Podía haber elegido perfectamente y darles una orden. Pero quería tener en cuenta lo que ellos querían, no ser la clase de pirata que se dedicaba a mangonear a sus subordinados y tomar decisiones por ellos.

Sólo quedaba ver qué era lo que querían ellos. ¿Salir de aquel infierno en el que se estaba convirtiendo la posada mientras estaban a tiempo o salvarla de ser pasto de las llamas? Ambas opciones tenían ventajas e inconvenientes, aunque el valor de dichas ventajas e inconvenientes debía ponerlo cada uno. Arriesgar la vida por unas pertenencias. Salvarse a costa de dichas pertenencias… Poniéndolo en una balanza y con perspectiva, sonaba ridículo arriesgarse a perder la vida por unos pocos objetos. Incluso él con su resistencia al fuego tendría problemas cuando el humo lo inundase todo o se le cayera el edificio encima por la debilitación de la estructura.
#10
Tema cerrado 


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