[Pasado] Pollo Rostickzado

Finales de la temporada de otoño
Del año 720

Uno nunca sabe qué vueltas da la vida, a veces estás arriba y otras abajo, en ese torbellino de cambios y extrañas coincidencias, donde uno siempre se sorprende de las cosas que pasan, o llegan a suceder, donde en un momento estás volando reinando en los cielos por encima de los hombres, y al siguiente estás en una jaula esperando tu turno de patíbulo, hirviente y agonizante.

Pero … ¿Cómo había acabado ahí nuestro protagonista MC Duck?

Después de huir por su vida del archipiélago Conomi, siguió volando por el archipiélago huyendo de animales salvajes y alimentándose de frutos para recuperar fuerzas y volar a la siguiente isla.

Con la mala suerte de acabar en la isla Kilombo, donde inicialmente empezó a vivir en paz, hasta que fue capturado y llevado al pueblo de Rostock, donde sería Enjaulado con bestias salvajes, otros animales de granja, para en algún momento acabar en un plato rostizado. La especialidad del pueblo de Rostock.

—A…ayu…Cuack!

Intentaba hablar, no sabía cómo había conseguido esa habilidad, pero desde que aquel niño le había ayudado en la isla Conomi, supo que los humanos podían llegar a ser buenos, solo debía aprender a comunicarse con ellos.

—Ayu… dCuack!

Pero su pico, lengua y su poco aprendizaje del lenguaje humano le costaban caro, la mayoría de gente solo lo miraba extrañado antes de alejarse sin comprender el mensaje. O tal vez, simplemente no querían entender, solo veían un animal no otro ser vivo inteligente pidiendo ayuda.

¿Acaso nadie quería ayudarle? ¿Se había equivocado? Sería que en el fondo los humanos solo eran monstruos asesinos abominables.
Tal vez no debería tenerles Fe, sino odiarlos, repudiar su posible salvación en manos humildes y buscarse la suya propia a base de picotazos demoledores.

Había pasado un tiempo desde que me encontraba en isla Kilombo, con la suerte de poder hacer uno que otro trabajo de doctor a domicilio, me hubiera gustado, verdaderamente poder trabajar en algún hospital, estando de manera más correcta ejerciendo lo que por tanto tiempo estudié. Como esta tarde, me han solicitado ir a una de las granjas de la zona, una en la que suelen criar bastante ganado y gracias a Dios que era gente que podía pagarme bien por mis servicios, aunque son gente humilde y mi actitud probablemente podría asustarlos.
 
—Un millón de gracias Doctor Chrome por haber venido con tanta prisa. — Una anciana mujer me recibía en la entrada de aquella finca, demasiado grande, sin duda eran personas adineradas, probablemente quienes exportan hacia otras islas los vegetales, y demás que crían aquí mismo.
 
—¿Dónde está el paciente? — Pregunté directamente, claro que había venido, era un trabajo, además había dinero, y sobre todo podría hacer lo que realmente me gusta, poner en práctica mis dotes en la medicina. La mujer simplemente sonrió y comenzó a guiarme hacia dentro de la casa, me pareció que había llegado por el lado contrario a la entrada, pues me llevaba por los alrededores de la misma, en donde pude ver enjaulados muchos animales, pavos, gallinas, cerdos, corderos, y sobre todo, aquello, el único en su especie dentro de esas jaulas, un pato.
 
El mismo parecía graznar algo, cosas confusas, por un momento me detuve a mirarlo pues según yo, había escuchado lo que parecía ser una palabra saliendo de su pico. — No haga caso a sus graznidos Doctor Chrome, ese pato está loco, desde que lo trajimos a la finca no hace más que graznar como un demente, para que vea mijo, no solo los humanos nos volvemos locos. — Aclaró la anciana mientras me incitaba a seguir nuestro camino para poder ingresar a la casa, cosa que fue exactamente lo que hice.
 
—Explíqueme cuales son los síntomas que tiene su señor marido? — Mis preguntas siempre serán directas, no me gusta andar con rodeos pues es simple, soy un doctor que busca completar correctamente su trabajo. Con lo que había leído en la carta que llegó hacia la posada podía hacerme una idea de lo que tenía el anciano, nada más que un resfriado un poco más fuerte de lo normal.
 
—Clarence ha tenido fiebre estos días, no ha podido comer nada, solo algunos líquidos mijo, se ha estado quejando de dolor en la garganta y con esos estornudos parece que su nariz se pondrá como la del niño pinocho. — Referencias que entendía a la perfección. En fin, solo tendría que ponerle una inyección y dejarle descansar unos días, pero por si las moscas, verificaré los grados de su fiebre.  Llegamos a la habitación donde el señor de la casa estaba acostado, pero incluso estando dentro de la casa se podía escuchar los graznidos del pato, pero era algo diferente, como si quisiera hablar, decir algo.

El pato lo intentó, pero no sirvió de nada, nadie lo escuchaba, nadie quería hacerlo, lo oían, pero no lo escuchaban, aunque en primer lugar ¿Porque hablaba humano? no lo sabía, pero sentía que era su única posibilidad de conseguir salir de ahí, en especial cuando alguien llego nuevo a la casa, era un evento raro así que no perdió la oportunidad de intentarlo.
—Ayu… dCuack!
No sabia de médicos ni de medicina así que no entendía quien era el nuevo humano, pero cuando nuevamente fue ignorado, cambio de estrategia y empezó a picotear el hierro de la jaula, de forma acompasada, intentando hacer ruido para que le miraran para que le prestaran atención, para que dejara de oírle, y le escucharan de verdad, quisieran o no.
PIM… PIM… PIM… PIM… PIM… PIM…
el repiqueteo del metal pretendía ser insoportable, para que no pudieran ignorarlo.
-perdone doctor, enseguida haré que se calle, imagino que necesita silencio.

No era lo que esperaba pero al menos era un comienzo, no entendía todas las palabras, pero al menos se había hecho escuchar un rato, mientras movía su cola emplumada ante la dueña y repetía las palabras que esperaba que le fueran a ayudar a salir de ahi.
—A…ayu…Cuack! Ayuduack!
-no enserio, voy a tener que llamar a un veterinario a ver si está enfermo… o mejor lo rostizamos hoy, se ve pechugon.
-CUYACK CUACK!! -chillo, por que de alguna forma entendio lo que decia y le habia ofendido, ya no estaba pidiendo ayuda estaba enfadado- CUACK CUACK!
-¡CÁLLATE DE UNA VEZ O SI NO…!
el pato pareció entender por qué tan repentinamente como chillaba se cayó y encogió el cuello.
-¿ves? no es tan difícil… a veces no se si eres tonto o listo.
no era tonto ni listo, era el mismo, y mientras le durara buscaria la forma de salir de ahi.

La verdad hay que decirla, ese pato realmente era un dolor de cabeza, sin embargo, sabia que estaba intentando decir algo, pero no era el momento de ir con los animales, podría chequearlo mas adelante, al terminar, no soy veterinario, pero ¿Qué tan difícil podía ser atinarle a una enfermedad animal? Ellos son seres vivos, no debería ser un reto demasiado difícil, además en cuanto a retos, siempre he sido de esos que los toman todos en un intento por demostrar que podría con todo en la vida.
 
—Oiga anciano, puede abrir la boca un momento. — Tenia que verificar como se encontraba tanto por dentro, como por fuera, si tenía alguna infección en su garganta podría ser también una de las razones por las cuales se encuentra de ese modo. En eso la anciana se habia ido para intentar calmar al pato. Es cuando entonces, por alguna razón, los sonidos cesaron y pude trabajar en paz, era mas tranquilo de lo que pensaba, un lugar alejado del pueblo era muy complicado de vivir, al menos para dos ancianos, pero con todo el dinero que producen, no dudo que haya mucho sirviente o trabajador por aquí.
 
—Diga ¨Ahhh¨ — Le comenté al anciano mientras introducía una pequeña regla de madera en su boca. —Pero abra más la boca, anciano, sino me largo de aquí ahora mismo. — El hombre hizo caso de inmediato a mis palabras, claro que no me iría, pero a veces los pacientes necesitan que le demos un pequeño empujón para que las cosas entre paciente/medico fluyan mejor.  Cuando la mujer regresó le pregunte que habia pasado con el pato y su respuesta me dio un poco de ansiedad.  —Ese pato está loco mijo, yo creo que voy a tener que asarlo. — Son soluciones que los ancianos daban a las cosas, era simple, pero ese pato no parecía comida, más bien parecía ser muy inteligente y eso me llenaba de intriga.
 
—Iré a ver que tan loco está el pato cuando termine con Clarence, Anciana. — Le comenté. Terminé de revisar al hombre, y lo que realmente pude deducir es que no era una gripa cualquiera, sino, una infección en la garganta, por tanto, saqué de mi bolso unas medicinas y se las entregué a la anciana en su lugar. —Descanso durante al menos cinco días más y que tome la medicina por siete días, si llega a terminarse puede volver a enviar una carta a la posada, volveré de ser necesario. — Recogí mis utensilios y esperé a que aquella señora le diera a su esposo la medicina para entonces salir de la habitación, en dirección al patio, claro, ella siempre guiándome, aunque ya sabia el camino, no iba a ser deliberado con personas de su edad.
 
Cuando llegamos a donde se encontraba el pato enjaulado ya estaba bastante callado, quizá la anciana le habia golpeado o algo por el estilo, pero me dispondría a revisarlo a ver si tenia alguna herida que lo hiciera graznar de esa forma. —Vamos a revisar por qué estas tan loco, emplumado. — Le dije al pato antes de abrir su jaula.

Como siempre, nada cambiaba, el mundo seguiría rodando con un pato menos en el mundo. No era tan importante.

El médico continuaba con sus cosas de médico mientras el pato daba vueltas en su jaula algo molesto, por que sus “ingeniosas” acciones no estaba teniendo resultados pero ¿por que sabia que eran inteligentes? ¿cómo sabía que le iba a matar? ya había pasado una vez que lo habían intentado, pero ¿Por qué ahora estaba tan seguro? era como si entendiera su lenguaje, al menos de una forma básica. Era como si hubiera tenido una neblina blanca en la mente todo este tiempo y poco a poco se estuviera disipando. Pensando. Lo impensable en un pato de granja común y corriente.

En ese momento aun no sabia que era una akuma y qué efectos tenía en su cuerpo, así como de sus impresionantes poderes. Solo sabía que no podía nadar, por alguna razón y que sus pensamientos eran cada vez más complejos.

De repente el médico abrió la puerta, el pato se sobresaltó, estaba tan ensimismado que no se había dado cuenta de que el médico se había acercado, por alguna razón el instinto del pato fue agacharse como si estuviera delante de un depredador.

Luego un pato habría corrido fuera de la jaula, este miró desconfiado y salió moviendo el pico mientras salía un extraño sonido.

—Loca Tuack… Cuack.

Por alguna razón hablar era extraño, a veces le salía natural, pero si lo forzaba no salía nada relevante. Pero en ese momento no importaba, salió finalmente de la jaula, para mirar preocupado su alrededor, antes de restregar su cabeza en la pierda de Vesper Chrome, en un gesto de profundo agradecimiento por qué las palabras aún le salían raras.

—Gracuack!

Y luego empezó a alejarse movimiento la cola contento de ser libre otra vez.

El pato salió caminando como si no hubiera pasado absolutamente nada, y si que era extraño, necesitaba ver que todo estaba bien con él, pero muy dentro de mi sabia que todo lo que estaba haciendo no era simplemente para que lo sacaran de aquella jaula, pues la verdad no parecía un animal que hubiera estado demasiado acostumbrado a quedarse encerrado. —Estúpido emplumado, ¿a dónde vas? — Pregunté con una cara digna de una foto, simplemente no podía creer la normalidad con la que este se iba como si simplemente esperaba que alguien le abriera la puerta para irse hasta otro sitio.

—Voy a enviar a uno de los peones a cazarlo. — Dijo la anciana mientras se ponía roja del enojo, ese pato parece que ya habia hecho varias cosas que enojaron demasiado a la pobre anciana, así que su idea seria cazarlo y cocinarlo. Miré a la anciana ante esas palabras y una mezcla de sentimientos llegaron a mi pecho, es obvio que ese animal solo quiere ser libre, y es demasiado inteligente, seria una total pena que su historia acábese en la cocina de una anciana enojada.  —No tiene que hacer eso anciana, aceptare ese pato como mi pago, yo mismo iré por él. — Podia ser una molestis pero realmente mi idea realmente era dejarlo escapar, quizá en algún momento me encuentre con el en Rostock.
 
Escuche atentamente cual seria al respuesta de la anciana, la cual por suerte para el pato habia dicho que podía quedármelo, ya que este solo le daba problemas a todas horas, así que intenté seguir al pato un poco, quería saber si saldría de la granja, o simplemente iría por allí a pasear por la costumbre de estar en este sitio, quería saber a ciencia cierta lo que era ser un animal, pues, la Akuma que habia consumido hace un tiempo es algo que a mi mismo me mantiene intrigado, hay cosas que puedo hacer y otras que no, pero el transformarme cambia casi de manera inmediata mi actitud, quizá pueda aprender algo de ese pato travieso.
 
—Emplumado, ahora eres mío. — Grité en voz alta mientras lo seguía, tanto para que la anciana me escuche, aunque realmente quería observarlo, pero también que escapara y que mejor forma de hacerlo que asustándolo para que emprenda el vuelo lejos de aquí y al final no tenga que ser atrapado de nuevo por estos lares, a pocos metros del pato que parecía alejarse feliz, me detuve. —Oye  estupido pato, espero verte algún día. — Sabia que no habia mas que hacer, asi que mientras el se alejaba yo estaba de pie en la entrada de la granja, esperando que estuviera mas lejos, para entonces irme por mi propio lado. Ya que era momento de volver a Rostock, mi trabajo en esta granja habia terminado, esta vez sin un pago, pero no todo tiene que ser dinero y esas cosas, al menos se que ese anciano va a mejorar y que ese pato no será parte de la sopa de esta noche.

MC Duck asintió repetidamente en silencio, mientras veía como el doctor ayudaba para evitar ser rostizado, pero su confianza era endeble, y enseguida empezó a corretear para salir del lugar, se lo agradece, con todo su corazón, pero no pensaba quedarse para cenar juntos, especialmente por que la dueña no lo dejaría pasar, enviará a alguien a por él si no salia de alli lo mas rapido posible.
Pero incluso en ello el médico le ayudó, pidiendo que el pato fuera su recompensa, aun Mc Duck no lo entendía, pero ese hombre había perdido su cobro por un trabajo merecido solo para poder dejarlo libre, eso era un gran sacrificio.

Pero aunque en ese momento no lo supiera, llegaría a saberlo, y entonces valoraría tan terrible sacrificio como un salario ganado dignamente perdido por un pato malparido.

MC duck agito las alas mientras corría para volar, sin mirar atrás mientras el médico solo gritaba incoherencias con sus acciones y lo miraba alejarse hacia la puesta de sol, en ese momento, mientras las lágrimas florecientes de volver a sentir el viento en las plumas caían de sus lagrimales, MC Duck prometió no volver a esa isla ¿lo cumpliría? eso ya es otro tema, pero desde entonces se valora su propia libertad. En ese momento fue que dejó de ser un pato , no al comer una fruta, sino cuando aceptó que jamas podria volver a vivir encerrado o con el destino de acabar en una cazuela, HOY tomaría las riendas de su vida para alcanzar lo más alto, el punto que siempre estuvo destinado a tener.

Ese dia… nacio MC duck, aunque tardó algo más en conseguir crear su imperio, estas fueron las bases que lo formaron tal y como llegaría a ser en unos años con algo de dedicación estudio y suerte en los negocios.