Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
[Aventura] [Tier 2] Coco Loco (Akuma no Mi)
Rengetsu D. Tenji
Príncipe Ciego
Era media noche, el grupo de tres amigos dormía profundamente aquella noche, era un sueño profundo de esos que te hacen levantarte del tirón al día siguiente sin haberte enterado de nada, como si ha explotado la cocina del barco, tu tan pancho roncando. Esto era así para todos menos para el pequeño suricato Jimbo, el cual se despertó a media noche como por instinto o alerta, al fin y al cabo su especie suele permanecer muy vigilante y atenta, al provenir en entornos hostiles donde pueden ser fácilmente presas, genes claramente heredados de su madre.

Una gran luna llena brillaba en el cielo iluminando con su tenue luz la noche dando un brillo particular a las olas. Esa luna era hermosa, grande y brillante, dentro del pequeño ser se podía hacer presente un instinto relacionado con la misma, aunque no se manifestara por completo, hacia gala de sus instintos más primitivos y lo buscaba atraer. Tal vez era ese el motivo por el que se despertó el pequeño mink mientras sus compañeros dormían plácidamente.

El mar estaba en calma y no se apreciaba aun el destino aparente que buscaban seguir los tres viajeros en busca de aquellas misteriosas coordenadas. Una noche con el océano sereno y nada en el horizonte. Aunque no... Si se podía llegar a apreciar algo no muy lejos, era difícil fijarse en ello dado que apenas era un pequeño islote con una roca grande en él, alzándose en todo el centro una única y gran palmera, pero solo una, un trozo de tierra que apenas debía tener diez metros de radio alrededor de la palmera ocupado en su mitad por una roca que se alzaba desde el centro haciendo un mini acantilado de un par de metros de altura y una playa modesta en la otra esquina.

Ese pequeño islote tal vez era un buen lugar en el que pasar la noche para que la barca no quedara a la derriba demasiado o igual había algo de interés allí. Pero fuera cual fuera el caso lo cierto es que en cuanto el suricato se diera cuenta una especie de proyectil esférico saldría de la misma casi alcanzando el bote por poco, impactando en el agua como una bala de cañón con no mucha potencia pero la suficiente para fastidiar la barca si daba de lleno alguna. ¿Qué seria eso?

OFF
#1
Jim
Hmpf
Día 20 de Verano.
En algún lugar del East Blue.

¡Umpa Lumpa! ¡Lumpa Umpa! ¡Umpa Lumpa!

Cientos de voces coreaban extraños cánticos mientras mi cuerpo, amordazado y atado, era balanceado de un lado a otro. ¡Me estaban transportando! Miré a mi alrededor, confundido. ¿Qué...? Los Wandara ascendían el Volcán de Isla Rudra en fila de a cuatro. Cuatro porteadores me llevaban suspendido entre dos grandes palos de madera. El aire olía a ceniza; el volcán Hinokami parecía estar activo. Al girar la cabeza, vi ríos de magma que descendían por la ladera. Intenté forcejear, pero las cuerdas estaban demasiado apretadas, y el trapo en mi boca no me dejaba hablar. Gritaba en silencio. Finalmente, llegamos a la cima. El líder de los Wandara se acercó y, con un líquido viscoso, me pintó la frente.

¡Rukutu Piribi! ¡Piribi Rukutu! ¡Rukutu Piribi!

Los cánticos cambiaron. Ahora, todos levantaban sus lanzas, mientras mis porteadores me balanceaban con fuerza, como un péndulo. Cada vez más alto... hasta que de pronto, ¡volé! Sentí el aire zumbando en mis oídos mientras caía hacia la boca del Hinokami. El calor era insoportable, y la lava se acercaba rápidamente. Intenté gritar, pero nada salió de mi garganta. Cerré los ojos mientras me precipitaba hacia el impacto, y entonces...


¡Papá!

Grité al despertarme, sobresaltado. Mi corazón latía con fuerza, y tardé unos segundos en darme cuenta de que había sido solo un sueño. Todavía tembloroso, me aferré a la madera del barco, tratando de calmarme. Me incorporé lentamente y fui a sentarme en una de las tablas de popa. El mar se extendía en calma, y mis compañeros dormían profundamente a mis pies. Respiré hondo, dejando que la belleza del paisaje nocturno me tranquilizara. La luna llena se reflejaba en el agua, brillante y majestuosa. Al elevar la vista hacia el cielo, sentí cómo mis pupilas se dilataban, hipnotizado por su luz. Siempre tenía sueños extraños cuando la luna estaba llena... pero no sabía por qué.

De repente, una silueta esférica apareció en el horizonte decorando la luna antes de comenzar a crecer en tamaño. Al principio, no le presté mucha atención, pero luego me di cuenta de que se acercaba cada vez más. ¡Recórcholis! Me agaché justo a tiempo para evitar que el objeto me golpeara la cabeza, cayó al mar a mis espaldas con mucha fuerza.

Miré hacia la luna y seguí la línea imaginaria hacia abajo, hacia el horizonte. Entonces lo vi: un islote diminuto, apenas visible a lo lejos. Achiné los ojos, intentando discernir más detalles. Era una pequeña isla con una sección rocosa y una solitaria palmera en el centro. La curiosidad me invadió, y algo en mí (quizás la alineación de la luna con la isla) me impulsaba a acercarme. ¿El misterioso objeto esférico provenía de allí? [Sentidos Mejorados: Vista]

Aunque no soy un experto en navegación, después de bombardear a Misty con preguntas durante tanto tiempo, había aprendido algunos conceptos básicos. Con el mar en calma, ajusté ligeramente el timón y las velas. Recogí mi arco y mi carcaj, preparándome para lo que pudiera encontrar. Mientras nos acercábamos al islote, seguí mis instintos: primero bajaría las velas para ralentizar el barco, luego echaría el ancla, y finalmente giraría un poco el timón para ladearlo suavemente. Algo me decía que había mucho más de lo que aparentaba en ese pequeño islote bajo la luz de la luna llena.

Personaje

Resumen
#2
Rengetsu D. Tenji
Príncipe Ciego
El pequeño suricato había despertado de su trance justo a tiempo, aunque su mente estaría algo dispersa por las pesadillas que azotaban a su ser, la ausencia de su padre era una herida que no terminaría de sanar nunca. Pero su instinto animal o tal vez la influencia ancestral que la luna despierta en los genes de la pequeña criatura habían causado que se desvelara por completo de su letargo, a diferencia de sus compañeros de viaje que dormían como troncos, incluso Timsy que tenia el ultimo turno de vigilancia, aunque claro un gyojin no sufre en dormirse en alta mar puesto que es común, el problema si mientras dormían la barca volcaba era de los otros dos no suya.

Y estaban todos de suerte, si Jimbo no hubiera despertado habria sido casi seguro que aquel coco volador habria impactado contra el barco de lleno haciéndolo volcar o causando un agujero en el mismo, como si una pequeña y chapucera bala de cañón hubiera sido disparada. El origen del disparo era esa isla, lo cual causo una insana curiosidad en el animal y sus instintos de explorador. Poniendo con sus vagos y escasos recursos de navegación, rumbo a esa isla, aunque seria más correcto llamarlo islote, Jimbo se enfrentaba a una pequeña cacería que le devolvería a sus antiguos tiempos en su hogar.

Conforme se aproximaba al peñasco en el mar, su aguda vista le permitiría ver como alguna pequeña y extraña figura cuadriculada escalaba por la palmera hasta perderse entre las grandes hojas que coronaban la cima. Esto era posible verlo bien gracias a la luz de la luna llena que iluminaba todo el océano con una tonalidad plateada aquella noche.

Tras tirar el ancla en lo que el suricato encallaba la barca en la orilla de la isla desde la cima de la palmera dos cocos saldrían disparados como si fueran proyectiles contra Jimbo buscando un impacto directo sobre él, concretamente su cabeza. Aunque evidentemente no le pilarían por sorpresa al haber podido observar algo escalar la palmera antes. Aun así seria conveniente para el animal reaccionar rápido, ya se sabe que un golpe de coco en la cabeza puede matar a alguien, por lo menos eso dicen.

Doble Coco


La isla era pequeña, algo menos de diez metros de diámetro perfectamente partidos en dos por una roca que emergía de la arena hacia el mar formando un mini acantilado de tres metros de alto cuando alcanzaba la costa y una palmera de unos quince metros en el centro de la isla desde la cual se dispararon los cocos, con su agresor oculto en la cima de la misma entre las grandes hojas del árbol.


OFF
#3
Jim
Hmpf
Mientras me acercaba prestando total atención a la isla iluminada bajo la clara luz de la luna vi como una extraña figura ascendía por la gran palmera hasta ocultar su silueta entre la vegetación de la misma. ¿Qué era aquello? Mi instinto natural me hizo pensar en un animal pero tan solo era una sospecha. Mientras me acercaba dos nuevos proyectiles esféricos salían a toda velocidad y con una precisión endiablada hacia mi posición. ¿Qué era aquello? No tenía tiempo para buscar respuestas, debía de reaccionar si no quería recibir las pseudo-balas de cañón con mi cuerpo desnudo.

Cargué una flecha y la lancé hacia el primer proyectil, repetí el proceso a toda velocidad para impactar en el segundo. Comprobé que era capaz de destrozarlos al lanzar una flecha rápida pero que esta perdía toda su potencia al hacerlo. No estaba seguro pero juraría que eran cocos, los había visto en el pasado, no era extraño verlos en la parte exterior de Isla Rudra. No desperté a mis compañeros porque estaba tan concentrado en la situación que no tenía tiempo para innovar, ahora llegaba a una posición cercana a la isla que me permitía asegurar la posición del barco. Salté hacia la roca y comencé a escalarla con una flecha ya preparada en mi arco, siempre prestando atención a la palmera pues sabía que en ella se escondía el lanzador.

¿Quién hay ahí? No vengo a hacerte daño. ¿Me entiendes? - Valoré la posibilidad de que fuese un animal así que cambie mi lenguaje al que utilizaba para imitar a algunas especies de mi isla natal. - Uh Uh Ah Ah Uh. - Tras producir estos ruidos guturales afiné mi vista al máximo desde lo alto de las rocas para intentar ver entre la vegetación [Sentido mejorado: Vista], si es que era capaz de ascender. Estaba absolutamente intrigado por el misterio y, si aquel ser no bajaba de la palmera tendría que encontrar otro método para sacarlo de su escondrijo.

Resumen
#4
Rengetsu D. Tenji
Príncipe Ciego
Dos cocos habían salido disparados hacia Timsy precedidos de un impacto sonoro de percusión contra el cuerpo de ambos cocos para que salieran disparados a gran velocidad. Dichos cocos avanzaban hacia Jimbo al unísono muy juntos, pero uno de los dos estallo por los aires ante el encuentro con una flecha certera que Jimbo lanzo. Aminorando así machísimo la intensidad de la ofensiva, pero quedándose sin el tiempo suficiente para disparar la segunda flecha que intento preparar, golpeando un solo coco contra la cabeza del suricato, aunque causo muy poco dañó en el ser.

Tras recuperarse, el pequeño roedor se deslizo hasta el punto más elevado de la roca presente en la isla, apuntando desde esa buena posición a la cima del cocotero con el fin de amenazar a su agresor. Pero Jimbo no considero aquellos cocos como una amenaza, eran demasiado insignificantes para él. Sus palabras resonaron en la noche oscura, no había ningún ruido más allá del sonido de las olas del mar repicando contra el pequeño acantilado sobre el que estaba Jimbo.

Entonces las hojas de la palmera se agitaron y allí se mostro esa extra criatura. Descendiendo un poco de entre las hojas aferrada con sus multiples platas a la corteza del cocotero, mostrando un aspecto muy inusual que recordaba a un crustáceo o marisco, pero portando ropajes como si fuera una persona; demostrando más humanidad que el gyojin nudista de la barca. Pero portaba una extraña caja blindada a su espalda de color verde, que parecia portar algunos emblemas gabados en ella.

Soldado Crispó


- Buenas extraña criatura, al habla el Soldado Crispó, le informo que en nombre de la Tercera Brigada Artillera del Ejercito Abisal del South Blue su barca será requisada por un bien mayor, si no opone resistencia nadie saldrá herido - Proclamo el crustáceo denotando que tenia la capacidad de hablar. La criatura se mostraba de una estatura baja, pero equiparable a la de Jimbo, descendía de lado por la palmera, sacando su cabeza de la caja que quedaba a su espalda apuntando hacia Jimbo, una de sus pinzas era considerablemente más grande que la otra haciéndola resaltar mucho, era casi más grande que un coco - Puedo garantizar la seguridad de su persona y de sus compañeros - Señalaría con su pinza pequeña la barca - Pero requiero de la barca para una importante misión  de salvamento - Concluiría el ser marino parlante, mostrando mayor vocabulario y fluidez con el idioma que el compañero Timsy de Jimbo.

Off
#5
Jim
Hmpf
Cuando lance la segunda flecha la trayectoria del coco había llegado a su fin, el impacto fue seco y hueco, note un ligero mareo en el acto. Ascendí con dificultad el rocaje de aquel islote y entonces, apareció, una... especie de crustáceo sin cabeza. ¡Ahora sacaba su cabeza! La tenía metida en una especie de mochila metálica. Mi boca casi se desencajó cuando comenzó a hablar empleando la lengua común dando un extraño discurso sobre su pertenecía a una brigada abisal de nose donde. - Oh. Señor. Me presento, mi nombre es Jimbo. No formo parte de ninguna brigada pero soy un suricato criado a los pies de un volcán. - Dije poniéndome firme. Parecía un sujeto de lo más agradable por lo que escuché todo si discurso mientras el descendía y yo mantenía mi posición. - Agradezco sus palabras. - Dije intentando ser amable, algo que había aprendido en Isla Kilombo pero que aún tenía que perfeccionar. - Lamento decirle que no puedo entregarle la barca. Mis compañeros y yo tenemos un destino. Le presentaría a CD, es un Coyote, pero ahora está durmiendo. - Hice una pausa señalando a la barca. - ¡No se alerte! ¿Que le parece si le ayudo? Ha dicho usted salvamento. ¿Quién necesita ayuda? - Pregunte con sinceridad, últimamente veía muchos animales que no deberían hablar, hablando. Aún me dolía el coco por culpa de el coco.


PV: 37-15= 22 de daño entrante
#6
Rengetsu D. Tenji
Príncipe Ciego
El pequeño Suricato se mostraba pacifico y agradable, demostrando que aun ser un animal medio salvaje, y descender de un deshonroso pastor que abandono a su esposa y orugas, tenia principios. El cangrejo Crispón descendería del todo de su palmera, viéndose de cerca con Jimbo, pero aun manteniendo una distancia prudencial de unos 8 metros entre ambos. Viéndose de cerca era probablemente un pelín más pequeño que Jimbo, pero la enorme caja que portaba en la espalda lo hacia más grande de lo normal llegando a ocupar bastante, parecería que dentro de la caja cabían Jimbo y otros tres como él, que con el historia de su padre igual los había por ahí sueltos.

- Un placer civil Jimbo - Realizaría con su pinza el clásico saludo que hacen los militares - Como ya dije soy el Soldado de Asalto Crispón - El hombre se volvió a presentar para cuando Jimbo le denegó su barca - ¡Par diez! - Se exaltaría un poco el crustáceo, pero la reacción de Jimbo para calmarlo fue rápida cuando ofreció su ayuda - La ayuda la requiere mi hermano menor Crispín, el pobre se perdió en el mar hará unas semanas, debo ir su rescate cuanto antes - El crustáceo por unos momentos le brillarían los ojos mostrando como si estuviera a punto de llorar, pero aguanto como el militar rudo que él era.

La situación se había calmado y no parecían haber intenciones hostiles por parte de ninguno en esos momentos, no obstante las tensiones podían llegar en cualquier momento - Estábamos rumbo por mar hacia el South Blue con mi hermano para incorporarme a filas del Ejercito Abisal con la compañía de mi hermano, pero entonces... entonces... - Parecía que le estaba costando hablar al hombre - ¡Quedamos malditos y mi hermano fue engullido por el mar! - Proclamo ahora si dejando escapar una varonil lagrima.
#7
Jim
Hmpf
Aquel ser parecía de lo más respetuoso. ¡Era un soldado de asalto! Debía de ser fuerte pues portaba una caja mas grande que ambos juntos. ¿Para que la llevaría? Mas tarde tendría que hacerle esa pregunta, me estaba costando mucho resistirme. Escuché su explicación, al parecer su hermano Cris... Un escalofrío recorrió mi cuerpo al tener ese nombre, no lo asociaba a una emoción negativa, era como un deja vu. Al parecer ese tal Crispín se había perdido en el mar hace ya dos semanas, por algo de una maldición que había hecho que su hermano fuese engullido por el mar. Comencé a reflexionar. - Que extraña historia. ¿Hace dos semanas dices? Eso es mucho tiempo, no sabría ni por donde empezar. ¿Tienes alguna idea? - Hice una nueva pausa para seguir pensando mientras caminaba de un lado a otro de la roca, siempre en la parte alta.

- Por cierto. ¿Qué es el ejercito abisal? ¿Como ese de la marina que hay por ahí? Y dices que quedo... ¿Maldito? ¿Cómo es eso? - Pregunté con curiosidad, era un caso demasiado abierto, mi curiosidad bombardeaba mi mente a preguntas y yo, a pesar de tener fugas, hacia el mi mejor esfuerzo por retener todas aquellas incógnitas. - Me gustaría ayudarte pero no tengo muy claro como. Siento mucho lo de tu hermano Crispón. ¿Quieres unirte a mi tripulación? Navegaríamos juntos en busca de tu hermano. - Me pare a pensar que, si eres miembro de un ejército quizás no tenía ningún interés en formar parte de una tripulación aunque, viendo lo variopintos que eramos seguro que se sentía como en casa. - Bueno, si no estas agusto con nosotros siempre te podrías ir pero te aseguro que somos un grupo de lo más agradable. Tenemos un pez, un coyote y yo. ¡Un suricato! Tu serías nuestro cuarto miembro. - Estaba entusiasmado por la idea pero no quería insistir con la idea, aquel ser tenía mucho que procesar.

En ese momento una idea surcó mi mente y comencé a posicionarme en la parte de la roca mas cercana a mi navío, mi arco y flecha seguían preparados para unirse en un lanzamiento. Achiné la vista focalizando a Crispón. ¿Estaría buscando distraerme para meterse en la embarcación? Tendría sentido.

Resumen
#8
Rengetsu D. Tenji
Príncipe Ciego
El suricato se mostraba francamente desconcertado con las palabras del militar Crespó. Aunque lo cierto es que el ermitaño se había sincerado con el suricato porque la verdad es que tiene la lengua un poco suelta una vez empieza ha hablar, no es un hombre precisamente callado. Aunque él negara ser hablador o contar cosas, puesto que es la persona con los labios más sellados del mundo a su criterio, cosa que es falsa totalmente.

- No tengo ni idea la verdad, solo se que hace dos semanas fue al mar a buscar algo de comer que no fueran estos dichosos cocos mientras yo me recuperaba de mi pata herida, y de repente no podía nadar y decía que se sentía débil y pesado, terminando por sumergirse y ser arrastrado por la corriente - Respondería sinceramente alzando sus pincitas al cielo como tratando de emular los gestos de su hermano cuando estaba siendo arrastrado por el mar.

Entonces Jimbo le respondió con muchas preguntas de repente sin darle margen al crustáceo para contestar, que aunque lo intentaba era cortado a la media palabra por otra pregunta del suricato que se le había roto la válvula de freno y no paraba, hasta que finalmente el hombre vio una brecha en su verborrea - Par diez joven, echa el freno que gastaras las palabras del mundo - Le diría para tomar la palabra y que le diera unos momentos para hablar - Si nos remontamos al principio, estas en lo correcto el Ejercito Abisal es un grupo militar de gyojins del South Blue que apoya a la Marina, aunque no forma parte de ella como tal, yo me enliste y partía hacia ello desde mi hogar en Kilombo junto a mi hermano - Le explicaría aunque no conto más de la historia para pasar a la siguiente pregunta del suricato, mientras lo hacia iba dando pequeños e inconscientes pasos hacia Jimbo recortando la distancia entre ambos - Y la maldición fue por los cocos, llegamos a esta isla tras luchar contra un jabalí gigante en alta mar y yo me dañe una de mis patas, así que decidimos reposar aquí y solo encontramos los cocos de este árbol, pero al parecer estaban malditos, puesto que tras comerlos una noche, a la mañana siguiente mi hermano intento ir al mar y a pesar de ser un gran nadador fue tragado por el mar, esto se junto a un rumor que escuche a las abuelas chismosas de mi isla natal y era que en el mundo había unas frutas malditas que si las comías pasabas a ser odiado por el océano - Le conto al pequeño suricato - ¡Esa era la única explicación! - Exclamo el hombre muy exaltado alzando sus pinzas de golpe - ¡Estos cocos son esas frutas malditas! - Volvió a exclamar de nuevo muy alarmado - Y por desgracia yo también me comí alguno... - De golpe se calmaría deprimido -  Por eso necesitaba tomar un barco para ir en busca de mi hermano a ver si lo encuentro a la deriva, pero tras ver lo que le paso no me atrevo a entrar al agua... 

El crustáceo se metería un momento las pinzas en su caja, que ejercía de caparazón y hogar al mismo tiempo - Mira esto - Le diría sacando dos trozos de coco que habían sido rotos y mordidos - Estos fueron los cocos que tomamos, los guarde porque pensé que seria peor la maldición si los terminaba o tiraba - Colocaría ambos en el suelo entre él y Jimbo - Este fue el que comí yo - Señalo los restos de un coco completamente normal de toda la vida - Y este el de mi hermano - El otro por contra era un coco con espirales y un tono marrón claro como el café, muy peculiar - Por culpa de que comimos este coco maldito el mar, nuestro hogar no nos quiere y quede atrapado en esta piedra sin poder ir a ayudar a mi hermano y justo por eso no puedo acompañaros, no es bueno que un maldito viaje con otra gente, solo os arrastrara mi desgracia y mi prioridad es encontrar a mi hermano CRISPÍN - Resalto el nombre de su hermano al haberse fijado que en su verborrea lo dijo mal.
#9
Jim
Hmpf
Al parecer el incidente de hace dos semanas se había producido en aquel islote, quizás ese tal Crispin no estuviese tan lejos, lo que mas me sorprendió fue la parte de la maldición pero, para mi deleite, Crispon compartió mucha información conmigo. Presté total atención intentando atender sin perderlo de vista. - ¿Porqué la pata herida? - Era un detalle que no quería ignorar mientras comenzaba a divagar porque un cangrejo dejaría de poder nadar. ¿Eso era la maldición? Continué escuchando. - Disculpa... - Me sinceré, no era mi intención agobiar al cangrejo, pero mi afán de conocimiento me impulsaba de manera innata. Intentaría ir mas despacio para no saturar al cangrejo. Al parecer el ejército abisal era algo así como una división de la marina, no lo olvidaría. ¿Un jabalí gigante? Curioso. -¡Oh! Ahora entiendo lo de la pata Crispón. - Caso cerrado, continué escuchando.

Ahora vino el giro de guión, los cocos estaban malditos, puse cara de sorpresa al escucharlo pero parecía que Crispón estaba seguro de lo que hablaba. La historia de los cocos malditos era trágica, nuevamente baje la gracia, quería ayudar a aquel ser que ayudaba a su hermano. Sacó los cocos de su almacén y me dejé caer desde las rocas dejando una distancia de separación de 5 metros con el cangrejo. Sacó dos restos cocos muy diferentes, uno parecía un coco totalmente normal, el otro era un extraño fruto con forma de coco pero características totalmente especiales.

- Déjame analizarlos. - Me acerqué totalmente, bajé la nariz al suelo, comencé a olfatearlos mientras daba vueltas alrededor de ellos, me fijé en el mas mínimo detalle y luego concluí. - Soldado Crispon de la Tercera Brigada Artillera del Ejercito Abisal del South Blue. Tengo buenas noticias para usted. Tras examinar al detalle ambos cocos considero que el coco que comió de su hermano es un coco especial, no me cabe duda. Pero el tuyo... No me lo parece. ¿Has comprobado que sufres los mismos efectos que tu hermano? Entiendo que te de miedo pero yo te ayudaré a comprobar si en el agua te hundes. Si no te hundes puedes salir a buscar a tu hermano e incluso unirte a nosotros. - Levanté la vista para mirar a la palmera desde abajo. ¿Habría mas cocos extraños? - ¿Qué te parece? Probamos a meternos en el agua en una zona sin corrientes, dónde casi no cubre, aprovechemos la playa. - Estaba bastante convencido de mi teoría.
#10


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