Anko
Médica Despiadada
09-09-2024, 09:06 PM
(Última modificación: 09-09-2024, 09:26 PM por Anko.
Razón: Cerrar Tema por fin del viaje
)
16 de Verano del 724 / 7:00 AM
Anko se encontraba lista para partir de Isla de Dawn luego de haber atrapado a un ladrón de poca monta y haber ayudado con el diagnóstico y tratamiento de una pequeña niña enferma. Sus días fuera de servicio en la marina los había aprovechado de la mejor forma posible, siempre manteniéndose en forma y tratando de hacer menos el vago.
Un día antes, cerca de las 11 de la noche, la marine había solicitado los servicios del muy reconocido y solicitado por todo el East Blue, el gran Stan S. Stanman. Obviamente, la mujer solicitó los servicios a una de las gaviotas con corbata amarilla que se encargaban de entregar la petición al señor ya nombrado, pagando también por el servicio. El pago realmente fue poco y casi ni se sintió en la billetera de Anko, tenía bastante dinero para pagar varios viajes a bordo del Taxi Marítimo S.S.S y ahora, estaba lista para partir.
De su boca, aquel humo grisáceo de la quema del tabaco salió, sus dedos índice y pulgar sostenían con firmeza aquel tubo de papel que envolvía tabaco machacado. Se podría decir que ella detestaba levantarse temprano, ¿y quien no? Pero al final lo tenía que hacer, pues era la hora en la que Stan pasaría por ella a bordo de su taxi motorizado. La punta de su botín derecho chocaba cada pocos milisegundos en la madera del muelle sobre el que estaba de pie, fumando y esperando la llegada del hombre de cabellera azulada.
Mientras esperaba, no podía evitar preguntarse que había hecho su hermana Anmitsu en los días que ella abandonó DemonTooth, o… que había hecho Yoshiro, aquel joven de cabellos rojizos que conoció aquel día en el acantilado. Por el momento, no tenía planeado volver a la isla de su hogar, y era realmente difícil que ellos lograran encontrarse en un mundo tan grande y que cada persona posee ocupaciones distintas. Ella por su parte, tenía que volver a Isla Kilombo, su intención era reportarse con Murray Arganeo y retomar su puesto en la marina luego de aquellos días de descanso.
No pasó mucho para cuando el sonido del agua siendo arrastrada por el motor resonara en la lejanía. Una sutil sonrisa se dibujó en el rostro de Anko mientras daba la última calada a su cigarro antes de arrugar la colilla y sus restos con su puño. — Finalmente estás aquí. Buenos Días —. Dijo la peli marrón de manera amable, siendo correspondida por el gran Stan, quien le devolvió el saludo y preparó su flota de barcos para emprender el viaje. Aparentemente, Anko era la única que llevaría por el momento, quien sabe si alguien más podría abordar el taxi en las Islas que quedaban de paso, pero eso ya era historia futura. Sin más, la marine se preparó para abordar y empezar el viaje.