¿Sabías que…?
...oficialmente el aniversario del manga One Piece es el 22 de Julio, dado que ese día en el año 1997 fue cuando se publico el primer capitulo.
[Evento] [Búsqueda del tesoro] El Enigma Olvidado
Tofun
El Largo
Tofun está narrando la aventura de temporada como Narrador Oficial y no participante. 
Para participar en este tema ha de utilizarse el Presente Absoluto.



La Isla de Momobami, el enigma olvidado del East Blue.

Durante décadas, se había mantenido como la tierra más inexplorada y temida de estos mares. Su secreto no solo residía en la vasta y salvaje fauna que la habitaba, criaturas agresivas y misteriosas que parecían guardar celosamente sus frondosos bosques. No, el verdadero temor de los hombres recaía en la leyenda que flotaba sobre la isla, la del Relámpago Verde. Dicen que aquel ser adopta distintas formas según quién se atreva a narrar su historia: unos lo describen como una serpiente colosal que surca los cielos, otros como un dragón de esmeralda o, en los relatos más oscuros, como un gigante inmortal. Sea cual sea su apariencia, una verdad se mantiene constante: quien se cruza con el Relámpago Verde jamás regresa con vida. Este único hecho hace que la leyenda misma sea un misterio aún mayor, pues ¿Cómo podría expandirse una historia si nadie que lo ha visto sigue vivo?

De tanto en tanto, un grupo de valientes, o tal vez insensatos, se aventura a las costas de la isla, buscando fama, fortuna o simplemente desentrañar el misterio de Momobami. Fue en una de esas expediciones cuando se descubrió una cueva extraña, oculta en el corazón mismo de la isla, un lugar que parecía latir con un antiguo poder. Desde aquel día, los que osaron entrar jamás volvieron. Exploradores, arqueólogos y guerreros han desaparecido uno tras otro, tragados por la oscuridad de aquella caverna insondable. Con el paso del tiempo, el misterio quedó aletargado, como un dragón dormido que espera a ser desafiado para fundir en llamas la armadura del caballero que se atreva a ostentar su tesoro.


Día 43 del Verano del año 724.

Hace ya días que los astrólogos han anunciado una profecía: esta noche, un cometa atrevesará el cielo dejando una estela violeta, un cometa que tan solo se ve una vez cada 500 años. Cada rincón del mundo lo recibe con interpretaciones diferentes. Para la isla de Rudra, es un buen augurio relacionado con su volcán, y las tribus de Cozia lo consideran un símbolo del renacimiento de su dios ancestral. En la isla Organ, los clanes lo ven como una señal de guerra inminente, mientras que las tribus de Gyojines de Conomi lo celebran como el preludio de una temporada de pesca abundante. En Manantial, se preparan para un espectáculo de luces reflejadas, y el Baratie se apresta para recibir a sus clientes en una terraza especialmente habilitada para disfrutar del evento con cócteles de primera categoría.

Pero en los círculos más oscuros de la erudición, entre susurros y antiguos textos olvidados, se dice que esta noche los secretos de la Isla Momobami serán finalmente revelados. Esta información ha corrido como pólvora, alcanzando los oídos de aventureros y buscadores de gloria. La jungla de Momobami, letal bajo la pálida luz de la luna, se prepara para recibir a aquellos que se atrevan a desafiar sus sombras. Con la iluminación adecuada y un paso cauto y astuto, puede que algunos logren llegar a la entrada de la cueva.

La entrada de la cueva se encuentra al pie de la gran montaña central, una mole de roca pálida y afilada, un reto imponente para cualquier escalador. El acceso es una semicircunferencia irregular de cinco metros de radio, en gran parte cubierta por hiedras y lianas. Sin embargo, en el centro hay una zona más despejada, probablemente gracias a los últimos exploradores que intentaron entrar. A lo largo del arco de la abertura, se extienden antiguos grabados en una lengua olvidada por el tiempo:

[Imagen: Screenshot-2024-09-10-23-20-21.png]

Solo los expertos en lingüística y culturas antiguas podrían descifrar aquellas palabras:

"La verdad se abrirá cuando el cárdeno gobierne el cielo."

Y así ocurrió. El cometa surcó los cielos con una velocidad asombrosa. Era una gran roca incandescente que dejaba tras de sí una cola púrpura, un espectáculo majestuoso. Los símbolos en la entrada parecían haber absorbido la luz del cometa, pues ahora brillaban con un tono violáceo y luminiscente. Un temblor sacudió toda Momobami, proveniente de las profundidades de la montaña central. La entrada, que antes ascendía, se cerró súbitamente, y en su lugar apareció una escalera irregular de roca blanca, descendiendo hacia las entrañas de la tierra.

Desde el interior de la cueva emanaba una fuerza antigua, primigenia, que llamaba a los aventureros, seduciéndolos a adentrarse en el misterio.



Todo lo que debes saber
#1
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Baratie, verano del año 724.
 
Hoy es un día donde un evento que ocurre cada quinientos años ocurre, joven pirata. Hoy es el día donde un cometa surcara los cielos y será algo bastante asombroso de ver. Las personas están reunidas. Disfrutando del gran servicio y espectáculo que ofrecía el asombroso restaurante. Un lugar donde el paladar no dejara de saciarse. Pero mientras todos se encuentran a la orilla de la terraza, tú te encuentras un poco más atrás sentado en una mesa disfrutando de una deliciosa comida acompañado de tu buen café. Hoy parecía uno de esos días tranquilos en donde solo disfrutarías de unos de los espectáculos naturales del universo.
 
Pero no, no todo es lo que aparenta.
 
Rumores llegan a tus oídos, desde otra mesa que estaba cerca. Supuestos rumores donde hoy en la noche la isla Momobami revela secretos únicos. Te preguntas si realmente aquello que se murmura será verdad o no. Lo piensas y lo meditas, mientras consumes con tranquilidad tus alimentos. Realmente, no tenías mucho que perder. Se trataba de una nueva isla llena de posibles nuevas criaturas. Poco a poco la idea comenzó a agradarte más y más. Hasta llegar un punto donde al terminar de comer. Pediste que te llenaran tu petaca de café y la cuenta. También pediste de ser posible, que te prestaran una D.D.M para realizar una llamada.
 
Era tiempo de canjear cierto panfleto que te habías ganado.
 
- Buenas ¿Señor Stand? Me gustaría canjear un viaje gratis, ya que he ganado un panfleto suyo. – El señor pregunta donde te encuentras y el destino a cuál te diriges. Justo en ese momento, el cometa surco los cielos dejante un increíble camino purpura detrás. Tu justo allí sonríes sintiendo un buen presentimiento. – Me encuentro en el Baratie y.... me dirijo a la isla Momobami.
 
Sin nada más que añadir y listo para tu aventura, era momento de esperar al gran taxista para ponerse en marcha.  

Capítulo 1.  La Llegada y unos cuantos felinos.

Nadie te podría decir que el señor Stand era alguien que pudiera dar un mal servicio. La verdad, es que resulto por ser alguien bastante experto en lo que hacía. Tardando prácticamente muy poco. De hecho, has sentido el viaje más corto de lo que te imaginabas. Ni una siestecita te has podido echar más, siempre esta esa costumbre del taxi que quiere entablar una plática con el cliente. Siendo Stand una persona bastante agradable para ti. Te llego a platicar un poco lo feliz que se sentía con los resultados de su negocio y, que pronto espera poder llevar si servicios a otros mares.

Te dejan en la playa. Tú te despides del buen hombre y procedes a iniciar tu camino. Por ahora, te diré que te sientes como en casa. Literalmente solo puedes encontrar vegetación por doquier. Para ti, era uno de los pocos paraísos que la madre naturaleza ha logrado conservar. Pero, mientras más avanzas, puedes sentir cosas, joven pirata. Miradas que te acechan desde las sobras. Tu olfato detecta la presencia unas cuantas. Sonríes y comienzas a mirar en toda dirección.  Tomas a Sange y a Yasha, tus fieles nudilleras. Las colocas en tus manos y esperas pacientemente a que el primero de ellos ataque. ¿Qué será? Pues se trata de una leona. Pero no una normal. Esta era el mucho grande y de color mucho más oscuro, prácticamente de color azabache. Tú… esquivas su arremetida y procedes a golpear directamente en su cabeza.  Tu atacante felino estaba fuera de combate.

El resto de la mana comienza a salir, mostrándote sus colmillos y garras. Allí también hace acto de presencia el líder de la manada. Un león tu dejas de un lado prestarle atención a la manada, centrándote únicamente en el León, cuya melena era imponente y majestuosa. Este no dejaba de gruñirte mientras que tú, solamente le mirabas a los ojos. Carente de miedo y de toda preocupación. Lanzabas una mirada tan letal, como la de un animal listo para cazar a su presa. Este, poco a poco deja de comenzar a gruñirte simplemente para comenzar a retroceder junto a los demás.

No, no se trataba de afinidad animal, en lo más mínimo. Sino que esa era una de las leyes de la naturaleza. ¿Por qué? Porque existen diferencias muy claras que tú y yo conocemos, Alpha. ¿Qué diferencia a un depredador de la presa? El miedo. Y claramente… cuando no lo encuentran… se van.

Capítulo 2. La llamada.

¿Qué te ha traído hasta aquí? Solo puedo decir, que desde que llegaste, no has dejado de sentir un llamado. Algo que te incita a seguir adentrándote hasta llegar a lo más profundo. Llegar hasta esta… cueva. La vegetación no ha cedido para nada durante tu trayecto. De hecho, has sentido que mientras más te adentrabas, más y más abundaba. Pero eso, no te detiene. Por qué sientes en que algo te llama. Quizas estas imaginando cosas o simplemente sea tu instinto. O quizás también te estabas volviendo loco. Muchas posibilidades, pero eso no quita el hecho que la aventura está allí. Donde al final del túnel encontraras algo lo suficientemente bueno que dictara si lograras o no hallar algo.  Todo es posible en esta vida, Alpha. Yo lo sé y tú lo sabes, aunque no sepas de mí, claro. 

La vida está llena de posibilidades. Tan infinitas, como las escaleras que se encuentran frente a ti. Sientes ese llamado una vez más. Una sensación que no logras describir invade tu pecho. Simplemente, comienzas a avanzar por los escalones. Mientras más descendías, mas fuerte era eso que te llamaba. Pero… algo pasa mi amigo, un pequeño descuido y pisas mal. Un pedazo de escalera se desprende y tú comienzas a caer. Y, tu único reflejo fue cruzar tus brazos y prepárate para el impacto.

Ya que seguramente, dolerá.

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#2
Juuken
Juuken
Personaje


El viento soplaba con fuerza. En alta mar nada era como parecía. Siempre había viajado como pasajero, a veces entre la gente, a veces bajo cubierta relajándome. Pero esta ocasión era distinta.

Lance lo había logrado, teníamos nuestro propio barco. No era un gran navío, pero era perfecto, aunque algo prietos cabíamos todos y resultaba gratamente reconfortante estar en la posición del timón, observando a todos haciendo... bueno, nada realmente. El caso más claro era el de aquella híbrido mink, así creo que se decía. Ella tan solo se tiraba el día sin moverse, a menos que le conviniese, y como no verla, a veces paseabas y te tocaba rodearla si querías seguir avanzando.

Había sugerido a Lance llevar yo el timón del barco. Desde que salí de aquellas dichosas paredes empedradas, desde el momento que conocí la navegación, sentí una gran pasión por ella. Me encantaba sentir que, por una vez, podía ser capaz de llevar el rumbo de mi propia vida. Era la mejor sensación que jamás había experimentado.

Tom y Marin me enseñaron a leer, a interpretar los planos y los mapas y a ubicarse en el espacio del denso mundo. Fue gracias a ellos que conocí y comprendí la utilidad de la brújula y los mapas de navegación. Comencé a leer y aprender de los libros sobre navegación que había en su barco, devoraba ávidamente cada término alojado entre esas páginas y absorbí todo ese conocimiento. Pero nunca antes había sido capaz de ponerlo en práctica. Por más que en mis viajes siempre estuviese atento a todo.

Todo marchaba viento en popa, la gente paseaba tranquilos, se relajaban. No había nada que pudiera salir mal. Constantemente revisaba la trayectoria del barco. Nuestro destino, la isla Momobami. Se dice que un acontecimiento realmente especial va a ocurrir en este lugar, los rumores han volado y Lance parecía estar interesado, por lo que allí íbamos.

Al fondo se podía observar la figura de una isla. Sonreí, debíamos estar llegando a nuestro destino. Observé la velocidad, íbamos un poco rápidos de más, había que comenzar a plegar las velas.

-Lance, Gretta, Goku y Qazan. Preparaos para empezar a recoger las velas poco a poco, necesitamos empezar a aminorar.

Me pondría yo también, pero necesitaba corregir el rumbo para poder encarar bien el barco a la playa, muelle o lo que sea donde Lance quiera desembarcar. Me dispuse a virar a babor cuando de pronto el timón se quedó un poco atascado. Le di un pequeño tirón pero no respondió. No quería poner en riesgo el barco tan pronto, pero estaba claro que algo se había quedado enganchado bajo el casco. Solo había una cosa que poder hacer.

-Qazan -me dirigí al gyojin-, algo ha atascado el timón. ¿Puedes echarle un vistazo?

El hombre pez se quedó mirándome unos segundos, casi sin entender lo que le decía. Le señalé a babor, en dirección al agua y después detrás de mí, dándole a entender que tenía que saltar al mar para solucionar lo que estuviera bloqueando el timón.

-A ver niño, ¿que has hecho ahora? Mira que te tengo cariño pero como te cargues er to’shulo te lanzo por la borda. - Dijo Qazan mientras se acercaba al extremo de babor.


El gyojin saltó directamente al mar, sonó bastante fuerte la caida, normal con rl tamaño que tenía. Llega a ser Gretta y probablemente salpica hasta cubierta. Estábamos próximos a desembarcar, el velamen estaba siendo recogido, pero necesitábamos que nuestro pescado nos desatascase el timón. Por el bien del barco, esperaba que no tardase demasiado.

Cerca de dos minutos después se escuchó su voz gritando de que todo estaba solucionado, para a continuación verle aparecer de nuevo en cubierta, acto acompañado del lanzamiento de un pez que habría atrapado ahí abajo. Igual era lo que obstruía el timón, aunque me parece extraño que un simple pez pudiera estar provocando que no funcionase. Giré el timón y esta vez pude terminar de realizar la maniobra de aproximación.

No tardamos mucho en lograr pisar tierra firme, y ahí estábamos todos. Me fijé en Suzuka y en Goku, eran los más recientes integrantes de nuestra banda, todavía no tenía mucha confianza con ellos, pero me parecían bastante buena gente, resultaba agradable viajar con ellos a veces.

El paisaje resultaba curioso, y bastante distinto a todo cuanto estaba acostumbrado. Había mucho verde, muchísimas plantas que incluso te tapaban la vista. Desembarcamos todos y fuimos avanzando poco a poco. Me puse al lado de Qazan cuando estábamos moviéndonos por aquella frondosidad. No sabía si era lo común, pero nunca antes había visto tantas plantas juntas.

-¿Al final qué fue lo que bloqueaba el timón?

Nada más terminar, note que nos detuvimos. Habíamos llegado a una especie de entrada a una cueva. Mire el tamaño de la misma y después mire a Gretta. Seguramente debería poder entrar sin problemas. Me quedé mirándola durante un momento, recordé fugazmente aquella primera vez que nos encontramos, cuando nos conocimos. Fue un día verdaderamente extraño, y curioso.

-¿Es aquí donde teníamos que venir? -dije mirando a Lance.

No tardamos mucho en comenzar a avanzar hacia el interior de aquella cueva, de la que empezaron a aparecer unos escalones hacia abajo. Al rato de estar descendiendo se escuchó un leve crujido. Me detuve por instinto, pero alguien acabó chocando conmigo a la par que ese crujido se intensificaba. Parece ser que las escaleras eran inestables. Se rompieron debajo de nuestros pies, haciéndonos caer.

Todo se volvió confuso mientras iba cayendo, incluso sentí perder el sentido de la orientación. No quería creer que esto acabase ahí, pero había sido tan de imprevisto que no había tenido tiempo de reaccionar de ninguna manera. Esperaba que no resultase muy dolorosa la caída.

DATOS
#3
Qazan
Qazan
Hacía algún tiempo, había escuchado hablar de la leyenda de Momobami. Había estado trabajando algún tiempo como rescatador de navíos enfondados junto a Fugu, aquel Gyojin que cubrió el hueco de padre que nunca tuve. Durante este tiempo, Fugu me contaba que hacía cientos de años un enorme rey marino acumuló tanto poder que adquirió la capacidad de nadar en el aire, para ese ser no existía la diferencia entre mas y cielo pudiendo nadar a su antojo por donde quisiera. Aquello le valió el titulo del "rey ascendido", una metáfora que su tribu usaba para referirse al gran rey marino. El aprendizaje de esta leyenda era muy sencillo, su finalidad era incentivar y motivar a los Gyojins más pequeños de la tribu a esforzarse cada día más y más para, algún día, poder alcanzar sus metas y sus sueños. Sin embargo, esa leyenda no quedaba ahí, normalmente a los pequeños Gyojin se les cuenta solo este trozo de la historia, por suerte Fugu me adoptó en plena adolescencia, edad en la que sabía que podía contarme aún más sobre estos mitos y leyendas del East Blue.

Según padre, Momobami es el último refugio de este rey marino. La leyenda que el me contaba rezaba que, una vez cada quinientos años, por nuestro cielo sobre vuela un cometa muy particular de tonos violáceos y púrpuras. El gran rey marino vio como éste cometa se adentraba en sus dominios, y en un alarde de fuerza y poder, trató de destruirlo. Sin embargo para su sorpresa, no pudo hacerle el más mínimo rasguño al cuerpo celeste a la vez que del choque el gran rey quedó gravemente herido. Así fue como este se precipito desde lo más alto del cielo contra Momobami, abriendo así un enorme hueco en el centro de la isla del cual el rey marino jamás pudo escapar.

La leyenda también cuenta que a lo largo de los años infinidad de aventureros han querido hacerse con las escamas del rey marino, todo el mundo ha deducido que si sus escamas pudieron aguantar el golpe de un cometa, tienen un enorme valor en el mercado negro. Por contraparte jamás se ha sabido de nadie que haya vuelto con vida para contarlo. Esa es la Leyenda de Momobami que circula entre las tribus Gyojin, también cuentan que cuando éste cometa vuelva a verse en el cielo, los bancos de peces se multiplicarán dando con ello un periodo de abundancia que abarcaría las siguientes décadas.

Y ahí es donde entramos nosotros ahora, los piratas del Tenbatsu Kishidan. Una banda que habíamos formado entre unos cuantos locos de remate que queríamos alcanzar nuestros sueños, ver mundo, autorrealizarnos... O en mi caso tratar de cobrar venganza. A nuestros oídos había llegado cierta información muy jugosa, hace ya algunos días que los astrólogos han anunciado una profecía: esta noche, un cometa atravesará el cielo dejando una estela violeta, un cometa que tan solo se ve una vez cada quinientos años. Justo el mismo que vaticinan las leyendas sobre Momobami y el gran rey marino. Fue así como emprendimos la aventura de desentrañar los misterios que envolvían aquella isla, aunque cada uno teníamos motivaciones distintas, si bien tenía curiosidad por desvelar tanto misterio... Mi objetivo era más bien rapiñar todo tesoro que los anteriores exploradores se hubiesen dejado junto a sus cadáveres, y de paso si la propia isla escondía algún tesoro... Pues bienvenido sea.

Lance había dejado al mando del timón a Juuken, mi buen amigo había pasado estas ultimas semanas aprendiendo durante día y noche cómo navegar y parecía que se le daba particularmente bien, no estábamos teniendo contratiempos ni problemas durante el camino, de vez en cuando nos ordenaba cómo colocar las velas para aprovechar mejor la inercia del viento, esto no le hacía mucha gracia a Gretta, las órdenes y ella no se llevaban demasiado bien... Suerte que sigue enamorada hasta los cuernos de Shiro y éste sabía como calmar a la bestia cocinándole deliciosos platos que la cerda siempre quería pagarle con sexo duro y salvaje "Animo Shiro, eres nuestra esperanza para domar a la fiera". Pensaba para mi mismo cada vez que le veía entrando a la cocina apurado a encender los fogones para empezar a cocinar.

Antes de darnos cuenta ya podíamos ver en el horizonte la silueta de Momobami, Juuken nos dio instrucciones muy precisas para poder desembarcar sin problemas, por desgracia esto no sucedió tan así como así. - Qazan- Se dirigió a mi el pequeñajo-. Algo ha atascado el timón. ¿Puedes echarle un vistazo?-. Eso si era un problema. Apenas habíamos bautizado Er to´shulo y aquí el pelinegro ya me lo quería desgraciar. -A ver niño, ¿Qué has hecho ahora? Mira que te tengo cariño pero como te cargues er to’shulo te lanzo por la borda. - Dije mientras me acercaba al extremo de babor y de un salto me lanzaba al agua para ver qué estaba sucediendo. Con una ágil pirueta nadé rápido observando la parte inferior del casco para detectar que era lo que estaba haciendo que Juuken no pudiese controlar bien el navío. Tras una rápida revisión pude ver como una red de pesca se había quedado enroscada en la pala del timón, esto hacía que el pelinegro no pudiese virar el timón y con ello nos acabaríamos estampando. Me puse manos a la obra deshaciendo el nudo que se había formado en la red, suerte que mis dientes serrados fuesen perfectos para este tipo de cosas, me llevé parte de la red a la boca y con los dientes fui cortando trozo a trozo hasta dejar totalmente liberada la pala. Luego de aquello agarré uno de los peces que se había quedado atascado, me lo puse entre los dientes y volví directo a la superficie.

De un salto desde el agua me subí a cubierta, agarré el pez con la mano y se lo lancé a Juuken que en aquel momento se encontraba reajustando la trayectoria de Er to´shulo. -Arreglado, una red de pesca se había enganchado a mala leche en la pala-. Le dije mientras volvía a la vela que tenía asignada y seguía las instrucciones de mi compañero para poder atracar sin muchas complicaciones. Echamos el ancla nada más llegar y procedimos al desembarco. Me gustaba siempre ir bien provisto cuando no sabía con certeza cuanto tiempo iba a pasar fuera, así que antes de marchar a explorar la isla pasé por el lugar donde dormía y cogí mis pertenencias, luego pasé por la cocina de Shiro para agarrar un par de manzanas para el camino. Si bien habíamos comido hacía apenas una hora, nunca estaba de más.

Ya con todo bajé del barco de un salto cayendo así a la arena, casi como una premonición, me aparté varios metros para dejarle hueco a Gretta, mi buena amiga siempre sabía hacer las mejores entradas de superhéroes. Estando ya todos abajo nos adentramos en la isla, Juuken parecía tener miedo a la frondosidad de los arboles que nos rodeaban. -Juu, sube a mi hombro-. Seguramente subido a mi se sintiese más seguro que caminando por un lugar tan extraño y desconocido. Además también podía estar algo exhausto luego de tanta maniobra con el timón para poder atracar de la mejor manera posible.

Luego de un tiempo adentrándonos en la espesura del bosque, llegamos a una especie de entrada a una cueva. Juuken le preguntó a Lance si este era el lugar a donde teníamos que venir a parar. Luego de un gesto y unas palabras de Lance nos metimos todos a la cueva, nada más entrar unos escalones parecían descender a las mismas entrañas de la isla. No pude evitar tragar saliva al ver aquel lugar tan oscuro y sin final aparente. A mi mente de pronto volvieron algunos recuerdos del pasado, aquel pasado que no era capaz de recordar. Por algún motivo aquella extraña cueva había hecho que recordase todo aquel tormento que una vez había sufrido como esclavo.

Estaba absorto en mis pensamientos, reviviendo todas aquellas torturas, el daño que me habían causado a lo largo de los años en aquella asquerosa prisión mientras semana tras semana me ponían en venta ante asquerosos adinerados que solo querían reírse y mofarse de mi. Notaba como con aquello se me aceleraba el pulso aunque toda aquella situación se cortó de raiz justo en el momento en que las escaleras se desmoronaron y nos caímos al vacío.

Personaje

Inventario

Resumen
#4
Gretta
La Devoramundos
"Ahhhhhhh, que gusto de brisa... A ver si se acaba ya este puto verano, menos mal que ahora estoy en un buen barco, aunque tenga que dormir en el almacén porque no quepo por las escaleras; creo que lo ha pagado la nueva, será novia de Lance o algo, aunque no lo entiendo; la chica es guapísima y él… bueno, él habla bien" pensaba Gretta, mientras se sentaba en el suelo de cubierta y apoyaba sus piernas abiertas encima de la baranda para que le diese la brisa marina a sus partes. La gente no sabía el calor que pasaba una mink de su tamaño y, más aún, ahí abajo. Por suerte, el viaje que estaban realizando por mar le daba una solución, así que ella lo aprovechaba, aunque al hacerlo ocupase tumbada casi más de media cubierta. Se estaba relajando, cuando de repente. 
 
—Lance, Gretta, Goku y Qazan. Preparaos para empezar a recoger las velas poco a poco, necesitamos empezar a aminorar —dijo Juuken en alto.
 
Gretta giró la cabeza hacia el pequeño saco de mocos que se alzaba en el timón, pensando en contestarle: "¿De qué va este? Lleva dos semanas muy subidito ahí en su timón, Gretta ten cuidado cuando te muevas por el barco, que pesas mucho y lo puedes volcar, Gretta haz esto, Gretta haz lo otro, parece que se haya propuesto molestarme, ¿para qué cojones hay que recoger las velas si luego hay que volver a soltarlas al rato? No tiene sentido… Cada vez estoy más convencida de que este niño es medio bobo. Pero bueno, se lo paso por esa mirada tan bonita que tiene; no puedo no aguantarle".
 
—Estoy agustio refrescándome chocho eh, no voy recoger trapos —Le contestó Gretta agitando el brazo vagamente en su dirección.
 
"Además que lo ayuden el mono ese o la chica guapa que son nuevos, yo ya me he ganado el no hacer nada; me lo gané al nacer. La gente como yo no debería de mover un dedo; solo comer y disfrutar. Hablando de comer, ¿Cómo estará Shiro?, espero que esté bien, ojalá estuviese aquí relajándose conmigo, ¿Cuándo me va a pedir matrimonio?, ¡qué tímido es!" pensaba Gretta cuando Juuken la volvió a sacar de sus pensamientos.
 
—Qazan Algo ha atascado el timón. ¿Puedes echarle un vistazo? — Gretta se giró y vio como el gyojin seguía las ordenes. "Hay, Qazan… para lo que hemos quedado, siguiendo ordenes del niño al que conocimos hace un año, menuda historia hemos vivido desde entonces…" Se durmió con esos últimos pensamientos. La brisa marina había hecho su trabajo.
 
Se despertó con el vaivén que hizo el barco al entrar en la playa; seguía tumbada cuando alzó la cabeza; entonces por encima de su barriga vio la isla emerger. Le sonaba muchísimo y como para no. Fue la primera isla que pisó tras su libertad y cuando lo recordó, se levantó de un salto. Fue algo extraordinario debido a su tamaño, pero es que miles de recuerdos la inundaron. Se puso muy seria y meneó la cabeza y el cuerpo para quitarse un estrés que quería apoderarse de ella; vio a Qazan salir con unas manzanas y ella buscó lo que siempre la consolaba, la comida.
 
Gretta fue a la cocina y cogió un enorme muslo de unos de los animales que Shiro había empezado a adquirir desde que ella estaba en la banda. Se necesitaban animales más grandes para ella. Se acercó al borde de cubierta, miró a Qazan que había bajado de un salto y lo imitó. El trompazo que se dio fue terrible: el suelo cercano incluso tembló; se había tropezado con el pie izquierdo en la barandilla y cayó de morros al suelo todo el alto que tenía el barco. Se incorporó aún más rápido que cuando había visto la isla, miró a los lados y empezó a andar rápidamente.
 
En estos bosques había muchos animales que ella ya conocía. De camino vio uno de los barrizales que usaban las criaturas que allí vivían, avisó al grupo de que siguieran que ahora los alcanzaba y se pegó un chapuzón rápido para quitarse la arena y la sal que había acumulado estos días en el barco; además le ayudó a quitarse el malestar que le había generado volver a esta isla. No pasaron ni diez minutos separados gracias a las zancadas más grandes que ella pegaba y al den den mushi que Lance le había enseñado a usar, alcanzó al grupo dentro de una cueva, se agachó un poco, ya que cabía a duras penas en la entrada. El resto andaba delante por la escalera cuando ella entró y de repente se escuchó un "CRACK".
 
—Mierda —fue la última palabra que dijo Gretta antes de precipitarse al abismo con el resto.

Personaje

Inventario

Resumen
#5
Byron
Que me lo otorguen
El barco surcaba el mar con un violento movimiento, debido al choque de las poderosas olas contra su casco, que aquel mar había tenido la amabilidad de ofrecer como carta de bienvenida. El oleaje revuelto, hacía los bruscos choques hiciesen a todos los tripulantes sufrir el viaje, era difícil mantener el equilibro en la cubierta de aquella embarcación.

El capitán de esta, se encontraba henchido de emoción, ante la trepidante aventura, definitivamente había sido una buena decisión hacer caso a sus dos intrépidos compañeros exploradores. Las ansias de descubrimiento se vislumbraban a través de los ojos violetas de aquel joven con un valiente corazón. No era para menos, por fin este grupo de personas vivirían juntos su primera aventura real, podrían encontrarse ante su primer gran descubrimiento, lo que tanto había deseado el capitán espadachín desde el primer momento que quiso poner un pie en el mar.

Kael T. Draven y Mc Duck, habían sido los promotores de este viaje. Días atrás, comentaron la idea al grupo en cuanto tuvieron un barco en sus manos, en su común cena en su taberna de confianza. El pato se deshacía comentando los tesoros que podrían encontrar y lo ricos que sería, sin embargo Kael estaba mucho más centrado en detallar aquella leyenda que el muchacho de ojos violetas desconocía. El como un cometa singular, dejando una estela púrpura, iluminaría el cielo nocturno dando el pistoletazo de salida para que aquel afamado tesoro fuese encontrado. Siendo honestos, no hubiesen necesitado la mitad de esas palabras para motivar las acciones del Solarian.

Y así, allí estaba él, sobre la cubierta del barco, ondeando su suave pelo violáceo al viento, iluminado por la luz de aquel cometa que presidía el mismo cielo sobrevolando la isla Momobami, agarrado con fuerza en una de las barandillas de madera, situado en proa, emocionado como ningún otro ser sobre ese mar. A pleno pulmón, y alternando su vista, hacia aquel resplandeciente astro, y hacia el horizonte divisando la ya próxima isla, gritó para dar indicaciones a sus allegados camaradas, que contagiados de su emoción estaban deseando poner un pie en tierra.

- ¡Estamos cerca, señores! ¡Este es el primer paso para ocupar el trono del destino! ¡Gavyn, Vesper, espero que os estéis coordinando llevando el barco, y más con este oleaje, confío en vuestras capacidades, sé que nos haréis pisar tierra! ¡Ah, Vesper, tu que tienes más fuerza encargate de las velas! - Cogió aire por un momento, aun agarrado a la parte antes mencionada del barco, era peligroso, pero esto no hacía más que motivarlo.- ¡Kael, encargate de recoger las provisiones que creas conveniente, lo dejo a tu juicio, seguro que sabes cuanto coger! ¡No te quedes corto, con lo que saquemos de aquí seguro que podemos volver a llenar la alacena! ¡Mc Duck, Jun y Mukens espero que os motive el botín que podéis sacar de aquí! ¡Os quiero con las armas listas como buenos tiradores que sois, no se sabe cuando puede haber un inconveniente! ¡Drake, asegurate de que el barco no sufra ninguna avería, no quiero tener que volver a dejarme 12 millones en una embarcación! ¡Baltazar, vigila que no se nos haya pasado algún navío oculto por popa, si ves algo que pueda ser problemático háznoslo saber! ¡Y echa el ancla! ¡Todo listos chicos, preparados, estamos a punto de atracar! - Y poco a poco, el barco fue descendiendo su velocidad hasta quedarse atracado en la playa de la isla.

Todos descendieron del barco, la luz violeta comenzaba a perder su fulgor lentamente, motivados por el sentimiento de apremio, con todo listo y preparado, se adentraron en la profunda selva de la isla Momobami con unas antorchas bajo el brazo. La vegetación era espesa, plagada de enormes plantas imponentes e insectos voladores, las raíces se arremolinaban por el pequeño, pero visible sendero que aquellos valerosos bucaneros seguían. La humedad del ambiente daba todavía mayor sensación de calor, y el musgo abundante que recubría tanto gruesos árboles como grandes rocas hacía que tuvieses que tener más cuidado de donde pisar, pues al sortear aquellas raíces era fácil resbalar por él.

Poco a poco, se adentraban más, Byron lideraba, abriéndose paso con su brillante acero, cortando las ramas y hojas que se entrometían en el camino del sendero, antes de que se pudiese dar cuenta, un claro en su frente, iluminado con la luz singular que envolvía aquel cometa, miró a sus fieles, y asintiendo con una sonrisa, confirmó a estos que había encontrado lo que buscaban.

Frente a ellos, una poderosa cueva ascendente, imperturbable, parecía que los años no había pasado por aquella formación natural. La luz que los había llevado allí, iluminaba los símbolos que adornaban su entrada, el muchacho giró la cabeza con un semblante confuso, intentando buscar la dirección correcta en la que se leyesen aquellos glifos, fue un intento en vano.

- "La verdad se abrirá cuando el cárdeno gobierne el cielo"- Dijeron Mc Duck y Kael al unísono, podían leerlo.

Como por arte de magia tras aquellas palabras, y con el cielo vacío de aquel resplandor, pues se encontraba en aquella entrada, un estruendo sonó, y aquella entrada se cerró por completo. Atónito Byron observaba la escena, sin creerse que algo así pudiese llegar a pasar, y antes de poder asimilarlo, se abrió el suelo con una elegante, trabajada y pulida escalera de roca blanca, parecía mármol a la vista.

- Tremendo truco.- Le dijo a los dos que habían pronunciado aquellas palabras, con los ojos totalmente alucinando, como si aquello hubiese sido obra suya.- Bueno, pues supongo que hay que entrar.- Dijo señalando aquel descenso oscuro con la antorcha.

Así lo hicieron, lentamente, iluminados con la luz cálida de aquella tea, con sumo cuidado y con todos sus sentidos puestos en detectar el peligro. Y sin previo aviso, según bajaban aquellos escalones blancos, el suelo bajo sus pies cedió, quedando bajo estos solo el vacío.

Byron intentó agarrarse raudo al escalón más próximo aun firme, lo tocó, y parecía que podría agarrarse, pero vio a sus compañeros caer, y en el intento de agarrar por lo menos a uno de ellos, en este caso Duck al ser el que más cerca tenía, las yemas de sus dedos resbalaron, cayendo todos a aquel pozo de oscuridad profunda.

DATOS
#6
Kael
El Fantasma del Mar
3 días de sufrimiento llevaba en el barco. En qué momento me pareció buena idea unirme a este manicomio al que llaman tripulación pirata. Salimos de Kilombo por la noticia de un cometa que iba a pasar cerca de la zona del cual los rumores sobre su leyenda no dejaban de sonar por todos lados. Algunos decían que te daban la eterna juventud, otros dinero, y otros poderes más allá de lo comprensible... Y posiblemente sean solo dichos de borrachos, pero si algo se dice es que sólo los niños y los borrachos dicen la verdad. Le comenté la idea a la tripulación y en menos de dos días estábamos ya embarcando en dirección a la isla.

Cuando por fin la isla se veía al fondo mi tranquilidad aumentó. No es que no pudiera fiarme de nuestros navegantes, pero sin duda esta era nuestra primera expedición como tripulación, y para que nos vamos a engañar, estos jóvenes me estaban sorprendiendo mucho más de lo que esperaba. No es que sea la banda más funcional, pero al menos sí que eran expertos en todo aquello que se proponían… al menos cuando no se intentaban matar entre ellos.

El barco llegó a tierra mientras hablaba con Pato y Byron, y les comentaba a ambos las leyendas y rumores que había escuchado acerca de ese evento.

-Señor, sí, señor - dije medio en broma medio en verdad a la orden de mi capitán-

Salí de la cubierta y pasé por el comedor/cocina del barco en busca de la despensa. Teníamos que prepararnos para una expedición en una isla que no conocíamos. Allí preparé raciones para cada uno en un barril, dejé mi dial de calor pillar el calor residual del fuego que estaba encendido y que no tardaríamos en apagar y tapé bien con la tapa varios barriles donde había guardado la comida. Absorbí con mis poderes un barril de manzanas, varios barriles de agua, varios con reservas de cecina y otros alimentos no tan perecederos así como un barril mediano completamente vacío [Acción pactada con Tofun, ocupará 9 espacios todo considerando que los barriles sean de 1 metro de alto]. También cogí un paquete de cerillas, dos faroles, un puñado de velas, unas  5 antorchas y un poco de aceite. Normalmente los faroles los utilizábamos por las noches para iluminar el barco, pero quién sabe dónde iremos. [Otro espacio al ser cosas pequeñas]

Salí de la cocina a la cubierta comprobando que tenía todas mis pertenencias, aunque todo lo había guardado gracias a los poderes de mi fruta, tenía que asegurarme. Parche, correcto, espada, correcto, ropa y capa puestas, correcto. Imagen mental de lo que había metido en mi lodo, correcto. Revisé por si acaso que el ancla del barco también estuviera echado. Podía salir sin problemas.

Bajé del barco el último, asegurándome que todo estuviera bien y todos preparados, mientras Byron iba espada en mano abriendo camino cortando alguna que otra rama aquí y allá y el resto de mis compañeros iban delante. - Creo que es la primera vez que estoy en una selva, mira tu por donde, y tan “cerca” de casa, quien iba a decir que el mundo sería tan distinto a 3 días de viaje. Ahora tengo más curiosidad de ver qué nos podremos encontrar por el mundo.

Llegamos al poco a un claro con una cueva y encima de ella una inscripción en un lenguaje extraño. Leí la inscripción de la pared en como si fuera un murmullo al unísono con Pato, pero ambos en un tono que sólo lo escucharíamos en el grupo, lo suficientemente bajito para que no se escuchase más allá - "La verdad se abrirá cuando el cárdeno gobierne el cielo."- Asentí mirando a mi compañero, ambos habíamos entendido lo mismo, algo muy raro cuando se leen runas que pueden llevar a distintas interpretaciones.

-¿Tendrá esto que ver con el cometa ese que se rumoreaba tanto días atrás? La verdad es que el color del cometa coincide con el que describe la inscripción- pensé para mí mismo y finalmente dije- Si hay que ir a algún sitio, definitivamente esta es la entrada-

Encendimos dos antorchas, una al principio y al final de la formación teniendo así una Byron y otra yo en las manos y avanzamos escaleras abajo por la cueva hasta que sin previo aviso la estructura comenzó a temblar y pronto desmoronarse hacia abajo. Como reacción, activé mi forma de logia por si acaso y  expandí barro desde mí hasta el máximo posible (1m por cada 10 de CA) envolviendo los pies de mis compañeros y nos dejé caer, esperando que el barro absorba el daño de la caída y de paso podría absorber rocas de los restos de la escalera para que no nos hiciera daño al tocar al suelo.

Cuando por fin noté el suelo de la cueva pregunté mientras volvía a meter el barro en mi cuerpo- ¿Estáis todos bien? ¿Algún herido? - Dije mientras les iluminaba a todos para que pudieran ver.

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Personaje
#7
Muzen Kibutsuji
Raiden
Siempre hay dos formas de abandonar una isla de una manera racional cuando la gente ni te nota ni tampoco se importa porque estes a punto de partir y existe otra forma la más radical, cuando has metido la pata o peor aún has hecho enojar a la gente que estaba en esa isla con tus actitudes. En este caso la banda Shiromimi Kaizokudan se había metido en algunos líos y sobre todo aquellos que eran rentables, para  poder aprovechar nada menos y nada más que la fama que querían generar, entre sus tripulantes se encontraba un joven de cabellera blanca y ojos cubiertos por unos googlees que llevaba ya unas horas abordo de las tartanas que usarían para escapar de esa isla, la mayor preocupación que tenía el joven era el hecho que tendría que timonear dos transportes, los cuales estaban unidos por unas cuerdas Muzen le lanzaría un grito a Panda un mink que tenía la apariencia de un oso.

-Asegurate que queden bien unidas, que no podre voltear la primera para iros a buscar luegos!!

Gritaría al oso que estaba apretando las cuerdas en la otra tartana, varios unos eran necesario ya que en cuanto despegaran los barcos de la costa ya no había vuelta atrás, por lo tanto, espero que todos estuvieran a bordo ya que había marcado el destino de la nueva isla habían oído cosas interesantes sobre Monogamia donde algo inusual estaría ocurriendo con el famoso cometa que tanto habían escuchado hablar en la isla. Muzen se encamino a lo que era el timón y pego un grito avisando.

-¡¡¡¡ULTIMO LLAMADO, ZARPAREMOS INMEDIATAMENTE!!!!

El grito fue bastante fuerte, para avisar que se estaban lleno si Jack estaba fornicando con alguna moza de cuadra en el puerto esperaba que escuchara el grito del albino para poder llegar corriendo y si alguno dormía en alguna de las tartanas terminara bien despierto, no falta decir que medio pueblo sabría que estaban zarpando algo que no le importaba realmente al albino. No pudo evitar reírse levemente el albino por lo que acaba de hacer, espero la orden final de su capitán ya que este era quien tenía la potestad para liberarlos al final, si el quería mantener los barcos un mes más amarrado lo podría hacer y el grupo debería defender con su vida la embarcación no quedaba otra.

Ocurrió el momento tan esperando por todo el grupo, algunos ya habían navegado juntos otros en cambio era la primera vez que se embarcaban con el grupo, provocando una sonrisa en el albino que miraba para aquella isla que estaban por dejar atrás muchas historias vividas y muchas aventuras aún más estarían llegando, cuando llego el momento el gritaría a Alex y Anna.

-IZAD VELAS!!! que este maldito mar se someta a nuestra voluntad.

Sonrió ampliamente mientras tomaba el control del timón y lo giraba hacia el mar abierto, el camino prometía ser difícil pero también la dicha de tener ganancias que superaban toda expectativas. Con las velas alzadas ambos barcos se encaminaron hacia el inmenso mar atravesando fuertes corrientes golpes de marea.

El viaje fue largo dos días prácticamente dentro de aquel navío, compartiendo dormitorio con la tripulación de vez en cuando Muzen tenía que moverse entre los barcos agradecida a los dioses, la agilidad superior que tenía pudiendo de esa forma cambiar de navío utilizando las cuerdas, estuvo una vez a  punto de caer al mar pero un rápido reflejo le permitió salvarse de terminar dentro del agua, seguía haciendo sus labores durante los dos días aunque se salvó de algunos ya que tenía una apuesta que cobrar mirando a Anna sonrió.

-Una semana dijiste y este viaje durara dos dioses, así que todavía me debes cinco días de hacer todo mi trabajo en alta mar.
 
Mencionaría con una sonrisa de lado antes de regresar al timonel, el joven albino paso todo el viaje corrigiendo ambas embarcaciones ya que no era tan sencillo como parecía mantener ambas fijadas en su destino. A atardecer del tercer día arribaron a las costas de la isla Monogamia, cuando pudo escuchar a uno de los tripulantes gritar tierra a la vista, como era cliché para aquel que estuviera asignado al carajo del barco, el punto más alto en la vela principal el vigiar de la embarcación. Se dieron inicio a los preparativos para detener ambos barcos en la costa y evitar quedar encallados en la misma. El trabajo no fue sencillo, pero se logró se pudo obtener lo que se estaba buscando toda la tripulación moviéndose a las indicaciones del albino, ya que ambos barcos generaban bastante presión y peso.

-Cuando cuente hasta tres, lanzan ambas anclas juntas si una cae primero jalara el otro barco y nos estrellaremos.... 1 2 3!!!!
 
En ese momento lograron hacerlo todo coordinando causando que ambos barcos quedaran anclados juntos después de todo la manipulación de ambos requería precisión para que se llevara a cabo, el punto de desembarco no era exactamente en la bahía ya que requería mantenerse ocultos por si aparecía alguien más, el sol amenazaba con querer empezar a bajar ya se acercaría Muzen hasta King.

-Si queremos comprobar si esas historias son ciertas, tenemos que apurarnos no se cuánto nos llevara ahí dentro, desde este punto de la costa ya empezara a caer la noche lo mejor es que estemos preparados.
 
Dicho eso quedaba hacer los preparativos el mismo Muzen llevaría unas luces colgando de la mochila que se había preparado junto con sus ropas, colocando unos guantes que tenía por ahí para poder usarlos de defensa y ofensiva en caso si fuera necesario, moviendo su mano rápidamente formaba el símbolo de la garra del dragón la miro con una leve sonrisa para terminar de acomodar su ropa y la mochila la cual llevaría consigo enganchado en su mochila tenía una luz ya que sabía que la noche le caería en cualquier momento.
 
-Cuando digas capitán.
 
Esperaría al resto vería a sus compañeros alistarse también para poder viajar, estando todos listos desembarcarían y Muzen sería uno de los que iría por la mitad del grupo dejando nomas guiar el camino al capitán y su segundo al mando, mientras que el continuaba al lado de la joven Anna bromeando con ella.

-Espero que no tengas miedo a las arañas o las serpientes, porque encontraremos de esos por este lugar seguramente, he escuchado que hay animales extraños aquí nadie dura en esta isla mucho tiempo.
 
Al decir eso la miraría de reojo para ver como reaccionaba la joven, reaccionaria positivamente a los demás compañeros estaba acostumbrándose a la presencia del panda ya que el oso estaba llegado nuevo, pero ya llevaban compartiendo navío hacia unos días era cuestión de tiempo que fuera uno más del montón, cada día había más animales en el circo se hacía quedado con eso que hacia dicho Jack molestando a los minks de la tripulación. Finalmente llegaron sin mucha dificultad a lo que era el centro de la isla sin mucho problema esquivando plantas irregularidades en el terreno hasta llegar a la cueva. Sería uno de los que se ofrecería para poder escalar ya que era bastante ágil comprado a otros compañeros que eran un poco más lentos en esa área. No dudaría en usar unas cuadras para poder ayudar al resto menos agraciado, el más hábil sería el capitán ya que se trataba de un mink conejo. Entre ambos subirían al resto del equipo hasta donde debía ser la entrada la cual estaba sellada y al acercarse a la lectura Muzen no tenía ni la más pálida idea de lo que pudiera ser.

- ¿¿Que miércoles dice ahí, chicos alguno tiene alguna idea??
 
Pregunto mirando aquello por varios minutos intentando adivinar que decían, pero no fue capaz siquiera de imaginarlo así que se quedaría allí escuchando las ideas de los demás nakamas que tenían quizás con suerte alguno tuvo conocimientos y pudiera indicarles que hacer hasta que llego ese gran momento, el cometa estaba pasando seria uno de los primeros en verlo señalando hacia el cielo para llamar la atención de todos.
 
-Miren ya paso, no sé si descubriremos alguna cosa más, pero esa cosa ya está pasando y se ve bien bonita.
 
Dijo riendo levemente mientras se cruzaba de brazos para verla hasta que escuchando un ruido extraño luego voltearía al escuchar algo con los chicos viendo que las cosas habían cambiado ahora se podía ver una especie de entrada que decencia al corazón de la isla, no había otra tenían que entrar por ahí no dudo en moverse hacia la entrada sacando la luz que tenía colgando de su mochila la cual encendería para intentar ver alguna cosa.

-Veamos que nos depara esta cosa.
 
Menciono ya que dudaba mucho de las historias que había escuchado por el bajo mundo, sobre las leyendas de ese lugar ya de por si las cosas en el submundo de la criminalidad no son de fiar, ahora cuando se trataba de rumores aún más extraños menos aún se podría creer. Dicho y hecho avanzo unos metros más y termino fallando el suelo haciendo que cayera tomándolo por sorpresa, intento pensar rápido para agarrarse de algo, no sabía que le deparara el interior, pero la emoción estaba en el corazón de Muzen, ya que rara vez se aventuraba de esa forma.

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#8
Vesper Chrome
Medical Fortress
Habia conseguido unirme a una loca pero sumamente interesante tripulación, Byron, siempre parecía estar feliz, un hombre demasiado extrovertido, de esos locos que luchan hasta morir, y es donde entro yo, seré su médico, no permitiré que ricitos de plata muera en combate, yo seré su defensa y el muro que lo proteja ante el mundo, me convertiré en el escudo del próximo rey de los piratas.  


El barco surcaba el mar con un violento movimiento, debido al choque de las poderosas olas contra su casco, que el dichoso mar había tenido el descaro de ofrecer como carta de bienvenida. El oleaje revuelto, hacía que lo malditos choques contra el barco hiciera que todos los tripulantes sufriéramos el viaje, era difícil mantener el equilibro en la cubierta de aquella embarcación a pesar de que Gavyn y yo teníamos una gran experiencia como navegantes. 


Ricitos de plata o bueno Byron, se encontraba emocionado como un niño pequeño, y no puedo negar que también me emociona un poco el poder salir de Kilombo, estoy seguro de que fue una excelente decisión el unirme a esta tripulación y aquella decisión de convertirme en el escudo de Byron, protegería a alguien como el a como dé lugar, es alguien puro en un mundo donde ese tipo de cosas realmente se han perdido, alguien con sueños y quien tiene sueños en épocas como estas, es una persona digna de seguir. Existe la posibilidad de que nos encontremos con cosas interesantes o también que simplemente hayamos perdido tres días de nuestra vida yendo a un lugar donde no habia absolutamente nada interesante, pero eso es un problema para el Vesper del futuro ahora era el momento de velar por el barco y hacer que todos los maniacos de esta tripulación lleguen sanas y salva a tierra firme. 

 
Comenzaron a escucharse las órdenes del capitán, y no era para menos, quizás sea un ignorante, loco y extrovertido, pero tiene un liderazgo nato, no podía negar que nos lideraba alguien con instinto, locura, sobre todo, pero también instinto y mucha mucha curiosidad. —Oye ricitos de plata, si vuelves a decirme que hacer, te arranco un brazo. — Grité mientras evidentemente iba directo hacer lo que el capitán me había indicado, era claro que acataría cada una de sus órdenes, pero tengo que hacérsela de pedo, porque si no, no sería Vesper Freezeman Chrome.  

 
—Oe emplumado, inclina ese timón 15 grados a estribor. — Le grité a Gavyn, ya la isla se veía muchísimo más cerca y estaríamos llegando en menos de lo que canta un gallo, comencé a arriar las velas del barco para reducir la velocidad a la que íbamos así poder evitar que el barco chocara contra el puerto lo simplemente la playa de esta dichosa isla, tan pronto el barco atracó en la playa todos bajamos rápidamente,  Byron tenía unas ganas increíbles de andar por todo el lugar mientras que yo tenía una mala espina, no habia estado nunca en una isla con tanta vegetación.  

 
Poco a poco, nos adentrábamos más a la isla, Ricitos de plata lideraba el camino, abriéndose paso con su espada, cortando las ramas y hojas que se aparecían en medio del pequeño y casi imperceptible camino que seguíamos, antes de que si quiera pudiéramos darnos cuenta, un claro apareció frente a nosotros, inmediatamente Byron dio la vuelta y nos dedicó a cada uno de nosotros una sonrisa, era ese tipo de sonrisas de complicidad como queriéndonos decir que habíamos encontrado lo que habíamos venido a buscar.  —¿Eso es una puta cueva? — Pregunté un poco exaltado, tendríamos que entrar a ese lugar y no era como si tuviera algún tipo de miedo, porque no es así en absoluto.  


—La verdad se abrirá cuando el cárdeno gobierne el cielo— Dijeron el pato y el tuerto al unísono, cuál de los dos más extraños, pero podían leer esos extraños grabados en la entrada de la cueva. Como si de un truco de magia se trataba al finalizar aquellas palabras, un ruido demasiado molesto sonó, y aquella entrada se cerró por completo. Solo me incomodé e intente acercarme más a Byron, no vaya a ser que apenas llegando se me moriría el pinche capitán sin siquiera poder pelear a su lado.  

 
De su cuerpo el tuerto sacó unas antorchas, tomando él una y Byron la otra, estando el capitán delante, y aquel usuario de logia al final, procedimos a bajar por unas extrañas escaleras que habían aparecido, como si toda esta cueva fuera nada más que un truco de magia para mantenernos dentro. Según bajábamos lentamente aquellos escalones blancos, el suelo bajo nuestros pies simplemente comenzó agrietarse y ceder como si no fuera más que simple plastilina, quedando nosotros a la intemperie, cayendo quien sabe a dónde y quien sabe a qué profundidad. —¡CAPITAN! ¡MOCOSA! — Fue mi primera reacción al no sentir nada debajo de mis pies, sin embargo, Kael fue mucho más rápido llenando nuestros pies de su tan asqueroso barro, no entendía su plan, pero que sea lo que el destino quiera.

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Resumen
#9
Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
No podía dejar de pensar que esta era una mala idea ¿Cómo no hacerlo? Tenía el sentimiento de haber leído un libro con la misma temática de la aventura que estábamos llevando a cabo, y no terminaba precisamente muy bien ¿Quizás algo relacionado con un marino, una estrella y la diosa de la discordia? Y posiblemente también había un libro involucrado, un libro brillante como un tesoro, lo suficiente para atraer a los tontos a intentar robarlo y caer en una trampa… En este momento mi sensación era la de estar interpretando el rol del marino, sin dramas románticos de por medio, claro, porque no tenía emociones muy… Fuertes por el grupo. O al menos eso intentaba, considerando lo persistentes, y exasperantes, que eran todos. Incluso con el intento de mantenerme alejado de ellos, porque este era un trabajo y solo eso, trabajo, como había acordado desde un principio con el hombre de brazos largos, parecía que el mensaje no fue recibido.

No podía suspirar en aquel momento, porque llevar el barco en medio de las olas furiosas que se estrellaban contra el casco del barco, no era el mejor clima para viajar ni de cerca y lo único por lo que podríamos guiarnos era por la luz violácea del cometa, cometa del cual se profetizaba pasaba una vez cada 500 años… Aunque más que una profecía supuse que se trataba de simple astronomía y cálculos acerca de cuándo pasaría el cometa, ya que si solo se veía una vez cada cierto tiempo, significaba que había sido visto antes, solo que en una época en la que no estaba seguro de si se llevaba registro de acontecimientos como estos. De todos modos mi suposición no debía estar tan alejada, considerando que, según Draven y McDuck, algunas islas tenían sus propias creencias y leyendas al respecto.

¿Podía confiar en la palabra de dos extraños? No, pero de todos modos no tenían motivos para mentir sobre aquella información, de todas formas eran datos que parecían no tener importancia, pero nunca está demás tenerlos en mente. La noche que nos reunimos en la taberna fue sinceramente caótica, al menos para mí, conocer a tantas personas en tan solo dos días se había vuelto honestamente agotador, especialmente personalidades tan enérgicas. Habían devorado con avidez mi energía… Y la comida también.

Moví el timón del barco con rapidez y destreza, olvidando rápidamente la reflexión interna que estaba teniendo en ese momento, y evité lo peor del oleaje para que el barco se dañe lo menos posible, porque desembolsar doce millones de berries debía ser doloroso, y porque obviamente no deseaba que se hunda. Puede que no fuese bueno socializando o formando vínculos emocionales, ni los quería, pero podría afirmar con confianza que era bueno en mi trabajo. El viento revolvía los mechones de mi cabello rubio y el agua que salpicaba de la colisión de las olas cubría de gotas el visor de vuelo que llevaba puesto, aunque no era tan molesto como recibirla en los ojos directamente, por suerte tenía muy buena visión. Pensar cómo habíamos llegado hasta aquí me había sorprendido, y me seguía sorprendiendo, a cada segundo.

Mi silencioso compañero, Vesper, al cual le agradecía que no quisiera hablar demasiado, se encargaba de guiar el barco en los momentos en los que necesitaba dormir, pero en este momento los dos nos encontrábamos despiertos, considerando que cada vez nos acercamos más al objetivo: Una isla. El carácter gruñón de Vesper lo hacía una persona curiosa de tratar, y estaba seguro de que yo mismo podía ser increíblemente cascarrabias y desagradable. Una cosa no quita la otra, pero debía agradecer que estuviera cerca para apañar todo lo que yo no podía. Sujeté con fuerza el timón, girándolo con presteza para que el barco continuase en la dirección correcta, es decir, siguiendo la estela y la luz del cometa. Dirigí mis ojos hacia donde estaba el capitán…

. – Creo que el capitán tiene el instinto de supervivencia algo atrofiado. –Le dije a Vesper con diversión cuando se acercó y fruncí el ceño ante la orden– No me digas que hacer.

El capitán que se estaba asomando por una barandilla en proa y parecía querer que lo empujen o tirarse por la borda, pero, sabiendo cómo era, simplemente rebosaba de alegría y energía, interminable energía. Conocer a un congénere era poco usual, los solarian éramos una raza poco usual, pero lo que no esperaba es que tuviera tal… Deseo de extinguirse, especialmente viendo venir las olas desde la proa. Fruncí los labios, intentando no reír mientras seguía las órdenes con la seguridad de quien lleva 6 años navegando y moví las alas para quitarme el exceso de agua que me molestaba profundamente, más aún considerando los efectos secundarios que traía. Chasqueé la lengua, por suerte las plumas eran lo suficientemente impermeables como para que solo tuviera que quitarme el agua con algunas sacudidas.

Cuidadosamente llevamos el barco entre todos hacia la isla y atracamos cerca, lo suficiente para que el barco no se atasque. Descender no fue complicado, en mi caso no, podía volar a pesar de todo, por suerte no estaba lloviendo, lo que se volvió complicado fue pasar por la selva cubierta de musgo, lianas y espesura, apretar las alas en mi espalda no era algo a lo que no estuviera acostumbrado, pero continuaba siendo tan incómodo como siempre, me mantuve casi al final del grupo, con Draven detrás de mí mientras nos adentramos en la jungla de Momobami. El calor, la humedad y los mosquitos eran honestamente irritantes, podía salvarme de los chupasangre por llevar el cuerpo completamente cubierto por el traje del vuelo, pero eso no me ayudaba contra lo demás. Cuidé donde pisaba, mis plumas rozaron las enormes plantas, sacándome un escalofrío ante la textura, me abrí el cuello de la chaqueta mientras seguía a los demás con Nikkei liderando el camino guiado por el cometa. Como los reyes que siguen la estrella de oriente.

Llegar a un claro fue un alivio, extendí las alas suavemente, cuidando no golpear a nadie accidentalmente ni cubrir sus visiones, allí la cueva estaba empotrada contra la montaña, la entrada se veía lo suficientemente grande como para que todos pasemos, pero lo más curioso eran los glifos tallados en un arco en la entrada, como fina filigrana que reflejaba el resplandor violáceo que cubría el cielo.

. – No sé leer glifos, pero si ahí dice “Habla amigo, y entra”, voy a reírme. –Aclaré, inclinándome cuando Draven y el pató hablaron al mismo tiempo. Volví mis ojos dorados hacia Draven ante su pregunta, metiendo las manos en los bolsillos– Si, es una analogía al parecer, el cometa es el cárdeno por la coloración que tiene y su presencia en el cielo nocturno. Podría forzarlo un poco y decir que el cometa funciona como punto “cardinal”, ya sabes, se llama a los cometas “estrellas fugaces” uno se guía por las estrellas a veces en el mar y la rosa náutica, en los mapas es similar a una estrella.

Las palabras de aquellos dos provocaron que la cueva se cierre y selle, está bien, no esperaba eso. Mi mandíbula se desencajó por un instante por la sorpresa ¿No se suponía que debía abrirse? Antes de poder decir nada el suelo se separó, abriéndose para revelar una escalera de color hueso, como la piedra caliza, parecía estar trabajada ya que la forma de los escalones no era grotesca, sino que se encontraban pulcramente tallados. Las palabras de Nikkei y Draven me hicieron girar la cabeza bruscamente.

. – Y no les huele, no sé ¿A trampa? –Alcé una ceja con ironía, dudoso de si seguirlo, pero esperé que los demás entren antes de ir nuevamente casi al final.

Draven sacó de su cuerpo dos antorchas que se repartieron entre él y el capitán, entonces nos adentramos todos juntos en las escalinata. Volví a apretar las alas contra mi espalda, arrugando la nariz ante la sensación, el espacio no era lo suficientemente amplio como para que las abra, agradecía que mis fobias no estuvieran enfocadas en el espacio o la sensación de asfixia se uniría al grupo muy rápidamente. Parpadeé cuando el suelo tembló debajo de nosotros, sacudiendo la tierra, levantando polvo y agrietando las tan prístinas escaleras, flexione mis piernas e intenté abrir mis alas, solo para recordar lo estrecho que era el pasillo, así que volví a apretarlas apresuradamente.

. – ¡Mierda, Nikkei!

No fui el único en gritar cuando el piso cedió y caímos a un abismo interminable, claro que Draven parecía más previsor de lo esperado y el lodo grotesco nos cubrió, lo suficiente para amortiguar la caída, evitando dañarnos en el proceso. No intenté aletear de nuevo, existía la posibilidad de golpear a alguien y perjudicar el delicado balance que mantenía el hombre de barro, así que esperé a que toquemos el piso de la cueva, cuando la luz de la farola se proyectó sobre la roca, lo suficiente para que pudiéramos ver, aflojé la tensión sobre los músculos de mis alas y suspiré, no tenía ninguna herida, por suerte, lo más perturbador fue la caída y la sensación viscosa del barro.

. – Si… Pero no quisiera volver a repetir eso.

Saber que tenía alas, pero que no podía utilizarlas por lo cerrado que era el espacio y el peligro que podían ser para los demás realmente me alarmó. Mis plumas se esponjaron e hincharon, cubriéndome los hombros y el cuerpo.

. – Bien pensado… Amortiguar la caída con barro. –Volví mis iris ámbar hacia el azabache y dije, entre dientes– Gracias...

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Resumen
#10


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