Jack D. Agnis
Golden Eyes
13-09-2024, 03:15 AM
6 de verano de 724
-Tch, ¿Por que King puede ir hacer lo que se le canta los huevos de pascua y yo tengo que encargarme de los víveres?- mascullé por lo bajo, mientras me colocaba mi sombrero.
-”Tu sabes como negociar. Eres mas carismático, mas lindo, ma…” Tch, eso me lo acabo de inventar. Si me hubiera dicho eso, al menos haría esto de buen humor, pero no. Que los demás se preocupen por la comida y las bebidas, no? Como si no comieras. Estúpido conejo y yo también soy un idiota por aliarme con él- rezongué, mientras subía por las escaleras de aquel navío y llegaba hacia proa de nuestro barco desde los almacenes y me disponía a bajar de este.
-Ni siquiera los otros están para ayudarme. Esta tripulación va a durar lo mismo que dura un bote en una tormenta- continué quejándome, cosa que me ayudaba a expulsar cualquier sentimiento molesto que tuviera en mi pecho.
“En fin, esto ya lo he hecho para la otra tripulación. Asique no debería ser diferente a esta vez.” pensé, ya mas tranquilo y sonriendo, mientras recordaba mi tiempo como grumete y el cadete de todos esos viejos piratas que querían, o tabaco, o ron o vaya a saber que mierda.
Ya bajo del barco, miré hacia ambos lados, mientras terminaba de ubicarme en aquel puerto, antes de comenzar a andar por el mismo, mientras mentalmente me hacia una lista de cosas que íbamos a necesitar para nuestro inminente viaje.
“Comida, medicamentos y aceite para las lamparas. Es lo primordial, aunque lo primordial ya está en el barco” pensé divertido al recordar que ya tenia mi enorme reserva de ron en el barco, mientras caminaba hacia unos pescadores que estaban volviendo con pescado fresco.
-¿Como fue la pesca? ¿Sacaron algún gyojin?- pregunté divertido, mientras los observaba trabajar. La carcajada de los dos pescadores no tardó en llegar.
-No tuvimos la suerte. Aunque preferimos las sirenas. Dicen que son las mas hermosas del mundo. - dijo aquel hombre con confianza.
Hacia varios días que estábamos en aquel puerto y ya nos conocían, al menos de vista, por lo que aquel hombre podía hablarme con confianza.
-Eso dicen los mitos. En fin no viene a hablar de pescado, sino quería saber quien puede venderme un par de cañas de pescar. Pronto partiremos y necesitaremos pescar en caso de que la comida escasee- dije en un tono mas serio posible, antes de que uno de los dos pescadores me indicara una tienda, no muy lejos de allí, donde podría encontrar no solo las cañas de pescar, sino también pescado seco y en salazón.
Tras agradecerles comencé a moverme hacia aquella tienda con relativa tranquilidad. Sabia que tenia tiempo para conseguir las cosas, ya que no estábamos apurado, asique disfrutaría lo mejor posible aquel tiempo.
Afortunadamente la villa Fosha era lo bastante chico como para no tener que moverse demasiado para encontrar las cosas, por lo que luego de unos pocos minutos de caminata, encontré aquel lugar, al cual me adentré sin dudarlo.
El olor a pescado invadió todas mis fosas nasales, he hizo que hiciera una muesca de sorpresa. Hacia tiempo que no sentía un olor así de fuerte y eso que me la pasaba en al taberna rodeado de borrachos y de vómitos.
-Buenas buenas ¿Que anda buscando?- dijo un hombre anciano con una calva prominente, lentes gruesos y enjuto, tras el mostrador que tenia frente a él.
-Buenas viejo. Me dijeron que tu vendes cañas de pescar y pescado en salazón, verdad? - pregunté sonriente, mientras miraba todo lo que tenia en aquel local.
-Ijoi ijoi. Si si. Puedo venderte cañas de pescar y pescado en salazón. Dime cuanto quieres de cada uno? - preguntó el hombre, tras reírse un poco por mi insolencia.
- 4 cañas de pescar, cebo, tanza y la cosa esa que con que atraes la linea...- dije, mientras hacia un movimiento en redondo, dándole a entender que quería el carrete - ...y 15 kilos de pescado en salazón. Supongo que eso será suficiente para nuestro viaje- dije pensativo.
- Ijoi Ijoi hablas del carrete. Claro que si joven, pero me tendrá que dar tiempo para preparar todo. Venga en un par de horas que le tendré todo listo y también le diré cuanto es en dinero, pero no va a ser poco- dijo el hombre con una ligera sonrisa alegre.
-Muy bien. Volveré en dos horas y espero que tenga listo mi pedido. Sino algo malo le va a pasar- dije divertido y sonriente, antes de desparecer tras la puerta de aquella tienda.
“Supongo que si se asusta tendrá todo listo en menos tiempo” pensé, mientras me desplazaba a la carnicería el pueblo, el cual estaba al lado de una verduleria a la cual también pensaba ir.
Como ya había dicho, Fosha era un lugar pequeño, por lo que los negocios no se encontraban muy lejos los unos de los otros. Asique solo me tomó muy pocos minutos entrar a la carnicería local, donde una mujer con curvas bien carnosas me atendió de mala ganas.
-Eh tu eres uno de los piratas, no? Que es lo que quieres?- dijo la mujer, mientras usaba su cuchillo tipo hacha para separar un pedazo de carne de un hueso. Aquello me dió a entender que aquella mujer no estaba para bromas, asique simplemente decidí decirle lo que necesitaba sin muchos rodeos.
-Carne seca por favor. Unos 30 kilos y jamón. 10 patas si es posible- dije, casi nervioso por como aquella mujer movía su cuchillo.
-Muy bien. Ven en 2 horas. Tendré todo listo para ti y que no se te olvide del dinero- dijo la mujer, mientras me apuntaba con su cuchillo, antes de volver a hacerlo que estaba haciendo.
Algo nervioso, salí de aquella tienda y fui hacia la siguiente tienda, donde el trato fue totalmente opuesto a la carnicera. Allí encontrar a una joven con una increíbles curvas y muy amable.
-Hola hola ¿Por que tan sola?- dije de manera coqueta, mientras me acercaba a ella con mirada lasciva y mirando sus pechos.
-Hola y no estoy sola. Mi esposo está allí- dijo la joven dibujando una sonrisa falsa en su rostro, antes de notar como un tipo de unos 4 metros de alto salia desde detrás de bambalinas y se me quedaba mirando.
-Que va a querer? - dijo el hombre cruzando sus enormes brazos, los cuales posiblemente podrían partir mi frágil cuerpo.
-Eh eh- tartamudee un poco, mientras miraba hacia los costados, buscando alguna buena excusa. Afortunadamente aquel local estaba lleno de verdura, asique no tuve que inventar nada.
-Verdura. Deme 25 kilos de zanahoria, 10 kg de papas y 8 zapallos. Por otro lado, deme 10 kg de naranjas y alguna que otra fruta de estación, en cantidad- exclamé, antes de continuar con la lista, haciendo que la mujer comenzara a anotar.
Una vez terminé de decirle lo que quería, la mujer se adelantó y exclamó:
-Es mucho para que Ud. se lleve ¿Le parece que mi marido le lleve su pedido a su casa una vez lo tengamos listo?-
-Casa? O no, no vivo aquí. Estoy en un barco. Asique llévenlo al puerto. Les dejo pagado esto, para que su marido solo lo deje y se pueda volver. - exclamé, mientras sacaba una buena cantidad de berris y dejaba pago aquello.
Tras hacer aquello, salí de esa tienda y me desplacé a la ultima tienda que era la farmacia del pueblo. En la misma compraría todo lo necesario para que el Doc tuviera para entretenerse durante el viaje. Medicamentos en polvo, vendas, jeringas, algunas que otras plantas medicinales y todo lo necesario para que el Doc usara en caso de ser necesario.
“Bien. Esto seria todo” pensé, mientras cargaba con mi única mano una enorme caja, al cual llevaba los fármacos.
-Debería pasar por la pescaderia y la carnicería, pero mejor dejo esto en el barco y vuelvo en un rato- mascullé por lo bajo, mientras caminaba hacia el puerto.
Una vez llegue al mismo, divisé el enorme marido de la verdulera, la grotesca carnicera y el enjuto señor de la pescaderia. Todos juntos frente a nuestro barco y con enormes cajas a su lado.
Aquello me pareció mas que curioso, pero no le di demasiada importancia.
-Veo que no pudieron esperar a que pasara por su local- dije divertido, antes de que la carnicera me mirara con mala cara.
-Crees que podemos confiar un pirata como tu? Ni loca. Ahora págame y me iré-
- Ijoi Ijoi. Lo siento joven, pero pienso lo mismo que Lola. Aquí tienes todo lo que pediste- dijo el anciano, mientras golpeaba una de las caja que tenia a su lado.
Sin perder el tiempo, decidí pagarle a los que me faltaban y estos inmediatamente se retiraron. Al parece, no confianban en mi, y no los culpaba yo tampoco lo haría.
-Bien ya está todo listo, pero ahora la pregunta es… ¿QUIEN VA A SUBIR TODO ESTOOOO?-
-Tch, ¿Por que King puede ir hacer lo que se le canta los huevos de pascua y yo tengo que encargarme de los víveres?- mascullé por lo bajo, mientras me colocaba mi sombrero.
-”Tu sabes como negociar. Eres mas carismático, mas lindo, ma…” Tch, eso me lo acabo de inventar. Si me hubiera dicho eso, al menos haría esto de buen humor, pero no. Que los demás se preocupen por la comida y las bebidas, no? Como si no comieras. Estúpido conejo y yo también soy un idiota por aliarme con él- rezongué, mientras subía por las escaleras de aquel navío y llegaba hacia proa de nuestro barco desde los almacenes y me disponía a bajar de este.
-Ni siquiera los otros están para ayudarme. Esta tripulación va a durar lo mismo que dura un bote en una tormenta- continué quejándome, cosa que me ayudaba a expulsar cualquier sentimiento molesto que tuviera en mi pecho.
“En fin, esto ya lo he hecho para la otra tripulación. Asique no debería ser diferente a esta vez.” pensé, ya mas tranquilo y sonriendo, mientras recordaba mi tiempo como grumete y el cadete de todos esos viejos piratas que querían, o tabaco, o ron o vaya a saber que mierda.
Ya bajo del barco, miré hacia ambos lados, mientras terminaba de ubicarme en aquel puerto, antes de comenzar a andar por el mismo, mientras mentalmente me hacia una lista de cosas que íbamos a necesitar para nuestro inminente viaje.
“Comida, medicamentos y aceite para las lamparas. Es lo primordial, aunque lo primordial ya está en el barco” pensé divertido al recordar que ya tenia mi enorme reserva de ron en el barco, mientras caminaba hacia unos pescadores que estaban volviendo con pescado fresco.
-¿Como fue la pesca? ¿Sacaron algún gyojin?- pregunté divertido, mientras los observaba trabajar. La carcajada de los dos pescadores no tardó en llegar.
-No tuvimos la suerte. Aunque preferimos las sirenas. Dicen que son las mas hermosas del mundo. - dijo aquel hombre con confianza.
Hacia varios días que estábamos en aquel puerto y ya nos conocían, al menos de vista, por lo que aquel hombre podía hablarme con confianza.
-Eso dicen los mitos. En fin no viene a hablar de pescado, sino quería saber quien puede venderme un par de cañas de pescar. Pronto partiremos y necesitaremos pescar en caso de que la comida escasee- dije en un tono mas serio posible, antes de que uno de los dos pescadores me indicara una tienda, no muy lejos de allí, donde podría encontrar no solo las cañas de pescar, sino también pescado seco y en salazón.
Tras agradecerles comencé a moverme hacia aquella tienda con relativa tranquilidad. Sabia que tenia tiempo para conseguir las cosas, ya que no estábamos apurado, asique disfrutaría lo mejor posible aquel tiempo.
Afortunadamente la villa Fosha era lo bastante chico como para no tener que moverse demasiado para encontrar las cosas, por lo que luego de unos pocos minutos de caminata, encontré aquel lugar, al cual me adentré sin dudarlo.
El olor a pescado invadió todas mis fosas nasales, he hizo que hiciera una muesca de sorpresa. Hacia tiempo que no sentía un olor así de fuerte y eso que me la pasaba en al taberna rodeado de borrachos y de vómitos.
-Buenas buenas ¿Que anda buscando?- dijo un hombre anciano con una calva prominente, lentes gruesos y enjuto, tras el mostrador que tenia frente a él.
-Buenas viejo. Me dijeron que tu vendes cañas de pescar y pescado en salazón, verdad? - pregunté sonriente, mientras miraba todo lo que tenia en aquel local.
-Ijoi ijoi. Si si. Puedo venderte cañas de pescar y pescado en salazón. Dime cuanto quieres de cada uno? - preguntó el hombre, tras reírse un poco por mi insolencia.
- 4 cañas de pescar, cebo, tanza y la cosa esa que con que atraes la linea...- dije, mientras hacia un movimiento en redondo, dándole a entender que quería el carrete - ...y 15 kilos de pescado en salazón. Supongo que eso será suficiente para nuestro viaje- dije pensativo.
- Ijoi Ijoi hablas del carrete. Claro que si joven, pero me tendrá que dar tiempo para preparar todo. Venga en un par de horas que le tendré todo listo y también le diré cuanto es en dinero, pero no va a ser poco- dijo el hombre con una ligera sonrisa alegre.
-Muy bien. Volveré en dos horas y espero que tenga listo mi pedido. Sino algo malo le va a pasar- dije divertido y sonriente, antes de desparecer tras la puerta de aquella tienda.
“Supongo que si se asusta tendrá todo listo en menos tiempo” pensé, mientras me desplazaba a la carnicería el pueblo, el cual estaba al lado de una verduleria a la cual también pensaba ir.
Como ya había dicho, Fosha era un lugar pequeño, por lo que los negocios no se encontraban muy lejos los unos de los otros. Asique solo me tomó muy pocos minutos entrar a la carnicería local, donde una mujer con curvas bien carnosas me atendió de mala ganas.
-Eh tu eres uno de los piratas, no? Que es lo que quieres?- dijo la mujer, mientras usaba su cuchillo tipo hacha para separar un pedazo de carne de un hueso. Aquello me dió a entender que aquella mujer no estaba para bromas, asique simplemente decidí decirle lo que necesitaba sin muchos rodeos.
-Carne seca por favor. Unos 30 kilos y jamón. 10 patas si es posible- dije, casi nervioso por como aquella mujer movía su cuchillo.
-Muy bien. Ven en 2 horas. Tendré todo listo para ti y que no se te olvide del dinero- dijo la mujer, mientras me apuntaba con su cuchillo, antes de volver a hacerlo que estaba haciendo.
Algo nervioso, salí de aquella tienda y fui hacia la siguiente tienda, donde el trato fue totalmente opuesto a la carnicera. Allí encontrar a una joven con una increíbles curvas y muy amable.
-Hola hola ¿Por que tan sola?- dije de manera coqueta, mientras me acercaba a ella con mirada lasciva y mirando sus pechos.
-Hola y no estoy sola. Mi esposo está allí- dijo la joven dibujando una sonrisa falsa en su rostro, antes de notar como un tipo de unos 4 metros de alto salia desde detrás de bambalinas y se me quedaba mirando.
-Que va a querer? - dijo el hombre cruzando sus enormes brazos, los cuales posiblemente podrían partir mi frágil cuerpo.
-Eh eh- tartamudee un poco, mientras miraba hacia los costados, buscando alguna buena excusa. Afortunadamente aquel local estaba lleno de verdura, asique no tuve que inventar nada.
-Verdura. Deme 25 kilos de zanahoria, 10 kg de papas y 8 zapallos. Por otro lado, deme 10 kg de naranjas y alguna que otra fruta de estación, en cantidad- exclamé, antes de continuar con la lista, haciendo que la mujer comenzara a anotar.
Una vez terminé de decirle lo que quería, la mujer se adelantó y exclamó:
-Es mucho para que Ud. se lleve ¿Le parece que mi marido le lleve su pedido a su casa una vez lo tengamos listo?-
-Casa? O no, no vivo aquí. Estoy en un barco. Asique llévenlo al puerto. Les dejo pagado esto, para que su marido solo lo deje y se pueda volver. - exclamé, mientras sacaba una buena cantidad de berris y dejaba pago aquello.
Tras hacer aquello, salí de esa tienda y me desplacé a la ultima tienda que era la farmacia del pueblo. En la misma compraría todo lo necesario para que el Doc tuviera para entretenerse durante el viaje. Medicamentos en polvo, vendas, jeringas, algunas que otras plantas medicinales y todo lo necesario para que el Doc usara en caso de ser necesario.
“Bien. Esto seria todo” pensé, mientras cargaba con mi única mano una enorme caja, al cual llevaba los fármacos.
-Debería pasar por la pescaderia y la carnicería, pero mejor dejo esto en el barco y vuelvo en un rato- mascullé por lo bajo, mientras caminaba hacia el puerto.
Una vez llegue al mismo, divisé el enorme marido de la verdulera, la grotesca carnicera y el enjuto señor de la pescaderia. Todos juntos frente a nuestro barco y con enormes cajas a su lado.
Aquello me pareció mas que curioso, pero no le di demasiada importancia.
-Veo que no pudieron esperar a que pasara por su local- dije divertido, antes de que la carnicera me mirara con mala cara.
-Crees que podemos confiar un pirata como tu? Ni loca. Ahora págame y me iré-
- Ijoi Ijoi. Lo siento joven, pero pienso lo mismo que Lola. Aquí tienes todo lo que pediste- dijo el anciano, mientras golpeaba una de las caja que tenia a su lado.
Sin perder el tiempo, decidí pagarle a los que me faltaban y estos inmediatamente se retiraron. Al parece, no confianban en mi, y no los culpaba yo tampoco lo haría.
-Bien ya está todo listo, pero ahora la pregunta es… ¿QUIEN VA A SUBIR TODO ESTOOOO?-
![[Imagen: garp.gif]](https://media.tenor.com/zuvLtiZNWKgAAAAM/garp.gif)