[c-pasado] Buscando el almuerzo

Conforme terminé mi frase y me quedé esperando pude escuchar al pescado a mi lado. La jabalí había lanzado el brazo para intentar atraparme, pero gracias a que tenía el torso lleno de barro resulté algo resbaladizo para esa pedazo de mano gigante, también pude observar cómo su gesto se enfurecía progresivamente mientras hablaba. ¿Sería la frustración de no haber podido atraparme?

-Mira que insultar a la damisela... -me giré a mirarle. ¿A qué se refería?- Te parecerá bonito... Deberías disculparte con la señorita Juuken. Sobre todo si pretendes mantener la cabeza sobre tus hombros.

Puse expresión de desconcierto, no entendía por qué me había dicho eso, hasta donde yo sabía no había insultado a nadie. ¿Acaso enfrentarme a ella era un insulto? No tenía problema en luchar con nadie, adoraba cruzar la espada y medir mis fuerzas. Siempre me había resultado gratificante. Pero insultar sin motivos, así por que sí, no es algo que alguna vez haya buscado.

-¿Clara yo? aclara tu tiuyas primiero, ¿Cómo atreves ah?, vienes charca, miras desnuda, tonteas cionmigo, luego desprecias insiniando que tengo chocho pequeño y ¿ahora me liamas gorila?, ninio tu muerto y voy a comer cabeza

Espera. ¿Entonces no es un gorila? Nuevamente mi ignorancia y desconocimiento de este mundo me estaba dando unos problemas que nunca había buscado. Tampoco había visto nunca un gorila, ni siquiera sabía lo que eran. Me dejé llevar por la descripción que una vez me habían dado. Claramente estaba errado en mi suposición, y ese error me estaba generando un gran problema. Concretamente uno de más de cinco metros. Para colmo no entendía la mitad de lo que me hablaba. ¿Qué es un chocho?

Esa giganta comenzaba a acercarse a mí, no es que fuera corriendo, pero tampoco iba a paso relajado. Ahora me sentiría mal si le atacaba por esa reacción. La provocación, aunque inconsciente, fué mía, no sería justo haberle provocado si no quería pelear. Tampoco parecía ser un ser malvado.

-Animo Juu, tú puedes pararla en seco. Confía en mí.
-¿Pero qué dices? Esto no debería pasar Qazan.

Me preparé para la embestida, no estaba seguro ni de qué decir, pero comencé a andar hacia atrás para ganar distancia, de espaldas. Momento en el que el hombre pez se giró a la jabalí.

-Venga, vamos, ¿Vas a consentir que este renacuajo te hable así?
-Oye pescado. ¿De qué lado estás?

Me decía que me enfrentara a ella y, a ella, que no consintiera que alguien como yo le hablase así. Parecía que todo esto empezaba a cobrar sentido. El maldito pescado nos estaba azuzando el uno contra el otro. ¿Por qué querría él eso? No parecía ser mala gente cuando le conocí. Igual había errado en mi percepción de él. No sería la primera vez que me sentía estúpido hoy.

-Confío en ti joven, puedes con ella

Volvió a mí, posó la mano en mi hombro, un gesto que me provocó bastante inseguridad y desconfianza, pero si además lo sumamos a las palabras que dijo, dejaban claras sus intenciones. Me aparté de un salto y me dirigí a la gigante aquella. Alcé mi mano izquierda mientras me mostraba que claramente no tenía intenciones de luchar, cambiando la forma de sujetar el sable.

-¡Un momento!

Necesitaba unos segundos para tratar de entender lo que ocurría e intentar explicarle a aquél ser. Todavía desconocía qué se suponía que era, pero parecía bastante ofendida en su orgullo. Según tenía entendido debía negarle que lo que ella había dicho de sí misma fuera cierto. Según Tom, eso siempre tranquilizaba a las mujeres. ¿Funcionaría igual aunque se trate de otra especie completamente diferente?

-Nunca pretendí ofenderte. Solamente pasaba por aquí y te encontré de casualidad, me pareció cómoda tu charca y quería probarla -me giré hacia el pez.- Pero él me empujó haciendo caer -volví a mirarla a ella, debía asegurarme que me escuchaba.- Nunca dije que tuvieras nada pequeño, de hecho todo en tí se ve enorme. ¿Cómo alguien con mi altura puede decir que algo en tí es pequeño?

Seguía sin saber que era eso a lo que ella había llamado chocho, no obstante parecía que le había ofendido bastante que pensara que me parecía pequeño. En comparación a mi altura hasta su entrepierna era como una cueva para mí, nada podía ser pequeño en aquél ser.

Le dije unas últimas palabras.

-Y te pido disculpas. No llevo mucho tiempo viendo mundo y nunca ví nadie de tu especie. Nunca quise ofenderte ni verte desnuda. Y me equivoqué al llamarte gorila. Lo siento.

Esperaba que esas palabras lograsen calmar a esa criatura. Seguía sin saber lo que era, pero ahora teníamos otro problema. En caso de calmarse la cosa podría estar más relajada, en caso contrario tan solo me iba a meter en un doble problema. Pero si después de eso continuaban queriendo pelear, entonces encantado haría correr su sangre.

-Lo que tampoco tengo claro -continué mirando a Qazan.- Es lo que pretendes tú. Me vienes de amigo, diciendo que puedo con ella, también la provocas a ella para que me ataque directamente -volví a coger el arma con firmeza y la alcé, apuntando directamente hacia él.- No se por qué, pero pretendes enfrentarnos a ambos. ¿Por qué haces eso, Qazan?

Durante todo ese diálogo estuve tratando de mantener las distancias, tanto con uno como con el otro, intenté mantenerme al menos a unos cinco metros de cada uno de ellos, reposicionándome cuando les veía moverse, fijándome sobre todo el gigante que había delante. Entre los tres había un triángulo donde cada uno de nosotros era un extremo del mismo.

Solo quedaba esperar a ver qué ocurriría a continuación. Esperaba que esa criatura se calmase con mis palabras, y que el gyojin revelase sus verdaderas intenciones.

-Mira que insultar a la damisela… Te parecerá bonito... Deberías disculparte con la señorita Juuken. Sobre todo si pretendes mantener la cabeza sobre tus hombros —dijo el hombre-pez. Este pescado me tiene muy desconcertada, parece ser que es la pareja del niño, pero a la vez quiere que este se disculpe conmigo, claro, a saber cuantos ligues les habrá jodido la bocaza del chaval. ¿Es que llamarme gorila, a mí? Si no me parezco en nada, los gorilas son estúpidos, feos de cojones y se tiran mierda unos a otros para divertirse, unos cavernícolas que no saben vivir en sociedad, vamos", estaba pensando Gretta y recordando aquella vez en esa isla que tenía forma de palmera en la que había un montón de plataneros y que tuvo que enfrentarse a un grupo de estos animales por comida. "Fue una auténtica escabechina, la verdad es que esos bichos son bastante fuertes, sobre todo cuando vino ese enorme, me sacaba como dos cuerpos. ¿Cómo se llamaba?, los gorilas coreaban algo, Kang?, king?, kong? kong eso era, menudo bicho, menos mal que salí corriendo.
 
—Venga, vamos, ¿vas a consentir que este renacuajo te hable así? —esas palabras la sacaron de sus pensamientos; el hombre pez parecía que ahora quería que Gretta le diese una tunda a su pareja. "¿Qué les pasa ahora a estos dos? ¿Les va lo duro? , ¿No serán una de esas parejas que van por ahí buscando que les peguen porque les excita?" pensó Gretta recordando esta vez cuando una pareja muy rara le pagó para que les pegase y acabaron muertos. "Se me fue la mano, la verdad, fue mi culpa, pero es que pedían más y más, fue muy raro, estos dos me tienen muy desconcertada", se dijo Gretta dándose cuenta de que mientras estaba perdida otra vez en sus pensamientos, el chico se había plantado en frente de ella con la mano en alto, como si fuese un barco que le pide a un tsunami que no se lo lleve.
 
-¡Un momento! Dijo el chico, y Gretta se paró muy intrigada. —Nunca pretendí ofenderte. Solamente pasaba por aquí y te encontré de casualidad, me pareció cómoda tu charca y quería probarla, Pero él me empujó haciendo caer —dijo mirando al pez y de nuevo a Gretta. —Nunca dije que tuvieras nada pequeño, de hecho todo en tí se ve enorme. ¿Cómo alguien con mi altura puede decir que algo en tí es pequeño? Y te pido disculpas. No llevo mucho tiempo viendo mundo y nunca ví nadie de tu especie. Nunca quise ofenderte ni verte desnuda. Y me equivoqué al llamarte gorila. Lo siento.
 
Gretta se quedó muda, bajándole el enfado. De repente, el chico dijo todo eso de una manera muy sentida: "¡Estoy flipando con este niño, parece que era todo al revés, que soy mucha mujer para él, el pobre se ha sentido intimidado, que penita…, que lo tengo enorme dice, hay, pero que mono es, que no ha visto nunca nadie como yo, claro, es que de verdad lo mismo de siempre, me hago los líos yo sola, el pobre vio en medio del bosque un ángel como yo y quiso observarme como a una obra de arte, de esas que coleccionan las gentes en sus casas y yo cojo y vendo luego a buen precio, que cosas más bonitas, pobre chico, es mi admirador y se ha puesto nervioso!"
 
-Lo que tampoco tengo claro. Es lo que pretendes tú. Me vienes de amigo, diciendo que puedo con ella, también la provocas a ella para que me ataque directamente. No se por qué, pero pretendes enfrentarnos a ambos. ¿Por qué haces eso, Qazan? —dijo el chaval con un tono enfadado hacia el hombre-pez. "Parece que se está peleando con ese tal Qazan, no es la primera vez que le llama así, así que será su nombre, pero ha dicho que son amigos, no pareja…, claro, ya lo entiendo, incluso aún mejor, a ese tal Qazan le sienta mal que ahora el niño me admire a mí y por celos ha intentado que nos enfademos para volver a ser él, su único muso".
 
-Ninio no tengas miedo ah, yo perdono, asi que nunca visto nadie como yio ehh, norrmal, no culpo, muy pocas somos tan guapas, me lliamo Gretta —dijo estirando la mano en su dirección—. Creía que erais pareja de esa que buscabais sexio, pero veo que solo querías verme bien, yo no problema en ser tres, cuando vosotros listo yo puedo enseniar todo mejor ah—terminó de decir mirando al hombre-pez y a aquel niño —Por cierto, ¿tenéis comida?, tengo hambre —dijo tocándose la barriga.
 
Con todo este jaleo, llevaba sin comer ya un tiempo largo y no quería tener que comerse a su nuevo admirador.

Maldito Juuken... Y yo que quería ver como se daban de palos estos dos... Bueno, al menos uno de los dos ha reconocido que lo que estaban haciendo era una inmensa tontería y aun más por un malentendido. De pronto un sentimiento de sinceridad abordó al pequeño pelinegro, hablándole a la jabalí de corazón, yo por mi parte no pude guardar la cara de incredulidad a la vez que me acercaba a la cara de Juuken sorprendido de que después de tanta determinación para ir a encararse ante tremenda mala bestia, hubiese recapacitado y se diese cuenta de que muchas veces se pueden conocer a personas increíbles simplemente hablando.

-Lo que tampoco tengo claro. Es lo que pretendes tú. Me vienes de amigo, diciendo que puedo con ella, también la provocas a ella para que me ataque directamente. No se por qué, pero pretendes enfrentarnos a ambos. ¿Por qué haces eso, Qazan?. Upss... A ver, no quería enfrentarlos realmente... Que se den de leches estos dos podía ser divertido, pero Juuken tambien necesitaba aprender sobre el mundo que, a veces, rectificar a tiempo puede darte más cosas que simplemente encabezonarte. -Se que a veces te cuesta un poco leer la situación Juu, por eso quería que aprendieses a ver más allá de solo un calentón. Te parecerá una tontería pero nunca sabes a las personas que puedes perderte por el camino por no darles una oportunidad. - Juuken era alguien muy especial, luego de conocerle el otro día desarrollé hacia él algo parecido a un sentimiento de hermano mayor que hacia que inconscientemente quisiese ayudarle con su pequeño problema sobre el mundo.

-Ninio no tengas miedo ah, yo perdono, asi que nunca visto nadie como yio ehh, norrmal, no culpo, muy pocas somos tan guapas, me lliamo Gretta —dijo la cerda estirando la mano en su dirección—. Creía que erais pareja de esa que buscabais sexio, pero veo que solo querías verme bien, yo no problema en ser tres, cuando vosotros listo yo puedo enseniar todo mejor ah—terminó de decir mirando al hombre-pez y a aquel niño —Por cierto, ¿tenéis comida?, tengo hambre —dijo tocándose la barriga. Aquella chica si que me intrigaba mucho más, había conocido a algún en el pasado... Pero jamás a tremendo titán. Ya me consideraba yo mismo como alguien enorme, pero en comparación me sacaba prácticamente un cuerpo entero de envergadura. Podía parecer algo bruta y grotesca... Pero si que es verdad que algo atractivo tenía.

-Mis mas sinceras disculpas Gretta, solo pretendía ayudar a un amigo que se veía en apuros-.Le dije llevandome la mano al pecho e inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto. .-Me llamo Qazan-.  Dejé unos segundos de pausa para a continuación seguir. -¿Que os parece si vamos a alguna taberna cercana y nos conocemos mejor mientras comemos algo? Aunque tambien podemos quedarnos por aquí y puedo ir a pescar un par de peces en un momento, no me cuesta nada-. No conocía nada a Gretta aunque viendo su manera de hilar las situaciones... Capaz y veía aquel plan como una propuesta indecente, para evitar que volviese a querer introducirse a Juuken por donde nunca le daba el sol, maticé un poco más la idea que tenía en la cabeza. -Comer y charlar, conocernos... Sin querer frungirnos a nadie-. Le dije a Gretta mientras le tendía la mano en señal de respeto y admiración por tremendo tamaño colosal y tratando de iniciar con aquel gesto de realizar un "picnic" una nueva y peculiar amistad.

Aquella criatura simplemente se me quedó mirando. Se había detenido a escuchar sus palabras, y parecía que era un ser capaz de razonar coherentemente. Eso me tranquilizaba bastante, la verdad, temía que no fuera capaz de entender todo lo que pudiera decirle y que de igual manera quisiera tener un enfrentamiento. No me habría importado demasiado, pero no quería que fuera por nada. Además Qazan también pareció querer defenderse. Se quedó un poco parado, mirándome fijamente.

-Se que a veces te cuesta un poco leer la situación Juu, por eso quería que aprendieses a ver más allá de solo un calentón. Te parecerá una tontería pero nunca sabes a las personas que puedes perderte por el camino por no darles una oportunidad.

Quería responderle, pero si había algo innegable en esa frase era que me costaba en ocasiones llegar a entender las situaciones tal y como eran. Como ese momento que no tenía claras sus verdaderas intenciones, ni del gyojin ni de... Esa mujer gigante. De modo que me limité a decirle:

-Para la próxima vez, Qazan, intenta que no parezca que quieres que me maten. O esa noche cenaremos pescado. -le dije con una mezcla de broma y amenaza.
-Ninio no tengas miedo ah, yo perdono, asi que nunca visto nadie como yio ehh, norrmal, no culpo, muy pocas somos tan guapas, me lliamo Gretta.

Estiró su mano hacia mí, con intención de estrecharla. Fue entonces cuando comprendí que no parecía tratarse de una mala persona, aunque tal vez el sentido de la belleza era un poco diferente con su especie, tan solo sonreí y tomé su mano, aunque con toda mi mano apenas le sujetaría algún dedo a la vez.

-Encantado Gretta. Soy Juuken.
-Creía que erais pareja de esa que buscabais sexio, pero veo que solo querías verme bien, yo no problema en ser tres, cuando vosotros listo yo puedo enseniar todo mejor ah

¿Sexio? Otra palabra que desconocía. Probablemente no terminaba de entender esa forma extraña de hablar, pero parecía seguir sabiendo más cosas del mundo que yo. En ocasiones así tan solo me sentía algo apenado y desgraciado por todo ese tiempo que me había sido arrebatado.

-Por cierto, ¿tenéis comida?, tengo hambre -concluyó ella.

Acto seguido el pez se disculpó sinceramente con Gretta, o al menos esa sensación me dió. Se presentó ante ella y dijo la que tal vez fuese la frase más inteligente y deseada que se podía haber dicho. A la vez de sus palabras se podía escuchar un gruñido generalizado, provocado por los tres estómagos vacíos que allí había en ese momento. Aunque probablemente uno de los rugidos sonase un poco más fuerte.

-¿Que os parece si vamos a alguna taberna cercana y nos conocemos mejor mientras comemos algo? Aunque tambien podemos quedarnos por aquí y puedo ir a pescar un par de peces en un momento, no me cuesta nada
-Esa si es una buena idea. Podemos pescar si queréis. ¿Te gusta pescar, Gretta?

Me quedé entonces mirándola, no sabía cómo referenciarme a ella. Sabía que Qazan era un hombre pez, o gyojin, pero de Gretta no sabía absolutamente nada. Anteriormente la había llamado Gorila, claramente estaba equivocado, pero eso no me daba ninguna respuesta a lo que podía ser. Si no se trataba de esa especie humanoide. ¿Entonces qué diablos era ella?

Me acerqué un poco a ella, mirándola directamente pero intentando que no volviera a pensarse nada extraño, quería hablarle en voz baja, pero debido a la diferencias de altura eso podría ser ligeramente complicado. Desistí de ese vano intento y le pregunté directamente.

-Por cierto Gretta. Perdona por llamarte antes Gorila, pero realmente no sé lo que eres. Sé que Qazan es un hombre pez. ¿Pero qué eres tú? -Me asaltó otra duda que me había surgido con una de sus anteriores frases que no pude evitar agregar a mi pregunta.- ¿Y qué es eso del sexio que has dicho antes?