Hay rumores sobre…
... que existe una isla del East Blue donde una tribu rinde culto a un volcán.
[Evento] [Búsqueda del tesoro] El Enigma Olvidado
Drake Longspan
[...]
La brisa salada del océano se mezclaba con el crujir de la madera bajo sus pies, mientras el sol saludaba en el horizonte, teñido de colores vivos. La luz cálida bañaba su cuerpo en sudor, haciendo que sus músculos se marcaran aún más a medida que calentaba con su rutina de boxeo.

Frente a él colgaba un saco de cuero curtido, atado con cuerdas gruesas a un mástil. Con un movimiento ágil, Drake Longspan se acercó, adoptando una postura firme pero fluida. Los nudillos de sus manos, ya envueltos en vendas desgastadas, se flexionaron al prepararse para el contacto. Siempre dejaba su brazo izquierdo colgando para mejorar su impacto.

Primero, lanzó un par de golpes suaves, directos y precisos, sintiendo el peso del saco ceder bajo la fuerza de sus puños. Aquellos brazos largos le daban un alcance impresionante, permitiéndole golpear desde ángulos que la mayoría no podría.

Conforme aumentaba el ritmo, sus respiraciones se hacían más profundas y rítmicas. Jun Gunslinger estaba con él hacía unos instantes observando curiosamente e interesada como entrenaba, pero aquella chica no se llevaba nada bien con los mareos y tuvo que marcharse, su rostro era todo un poema del color de las algas. El sudor de aquel chico goteaba de su frente, pero él no se detenía. Era su ritual, su manera de preparar el cuerpo y la mente para cualquier reto que el East Blue, o el combate, pudiera traerle.

Entonces el pollo desplumado gritó.

¡Drake, asegurate de que el barco no sufra ninguna avería, no quiero tener que volver a dejarme 12 millones en una embarcación! ¡Baltazar, vigila que no se nos haya pasado algún navío oculto por popa, si ves algo que pueda ser problemático háznoslo saber! ¡Y echa el ancla! ¡Todo listos chicos, preparados, estamos a punto de atracar!

Asintiendo para sí mismo, dio un último puñetazo al saco. Se acercó a la mesa y se secó el sudor con una toalla mientras miraba a su mochila. Sonriendo, guardó algunos enseres antes de cambiarse la ropa de entrenamiento, colocarse su chaleco dejando en su interior el dial hide*, para luego cambiar el vendaje de sus brazos de manera ritualista, revisó que estaba todo en orden y cogió un martillo del estante, enfundando este como si fuera un revolver.


Estaba listo para lo que fuera.




Sujetando la puerta del taller con su pierna, estiró su brazo hasta alcanzar dos onigiri de la mesa y salió a cubierta masticando de manera ruidosa uno de aquellos platos. Jugando con el martillo, se fijó detalladamente en que no hubiera ni una sola grieta en cubierta, asomando su cuerpo por la quilla y verificando qué el casco del Duck Duck Go se encontraba en perfectas condiciones pese a las corrientes y mareas de manera metódica. Una vez estuvo satisfecho se acercó a su capitán y le metió el segundo Onigiri en su carismática boca para que se tragase sus palabras y el alimento. Quien no conociese a esa tripulación pensaría que era un gesto de burla, pero para ellos, simbolizaba algo más.

Deja de cacarear. El barco está perfectamente.

Cuando los navegantes se aseguraron de que la embarcación atracaba en la playa sin mayor percance, pasearon por aquella jungla de la Isla Momobami, mal sitio para usar sus poderes de Akuma no Mi, pero en principio no tenía intención de pelear si la situación no apremiaba, solo se quedaría cerca de sus compañeros por si algún insecto más grande de lo común osaba atacarles, aunque sonrió pensando que sería divertido ver como una planta carnívora intentaba devorar a MC Duck. Justo a espaldas de su capitán, como una sombra de una luz mayor, se adentraron aún más en la diversidad de aquel lugar, hasta llegar a aquella imponente cueva. Clavando sus ojos en aquellas letras, no entendió nada de lo que ponía, hasta que Kael y MC Duck leyeron al unísono aquellas inscripciones. El chico de los brazos largos no era precisamente un erudito, pero podía memorizar algo tan simple.

«La verdad se abrirá cuando el cárdeno gobierne el cielo».

Perdido en sus pensamientos, olvidó por completo que se encontraba en una cueva y podía aprovechar sus poderes para facilitar de alguna forma la exploración de aquel lugar mientras la tea de las antorchas se consumían. Siguió al grupo ensimismado mientras palpaba la roca de ambos lados de la cueva con sus manos, le gustaba su tacto.

Entonces Drake Longspan reconoció un crujido singular, sonaba como sus golpes, pero de una forma mucho más peligrosa.

¡Agarraos a al...!

Ya era demasiado tarde, el humano de brazos largos intentó asimilarse sin éxito a una de las piedras de la pared, haciendo que estas cayesen hacía abajo debido a su enorme peso. Lejos de preocuparse por su más que probable muerte, sus últimos pensamientos iban dirigidos en no caerse encima de nadie más.

Resumen

Personaje

Técnicas utilizadas

Objetos utilizados

Stats sumados en total

Inventario
#21
Lance Turner
Shirogami
Personaje


Empezaba un nuevo día dentro del barco de la tripulación, que recientemente habíamos adquirido, el to’shulo. Admito que ese nombre no terminaba de encajar con mis ideas de nombres para un barco que nos represente, no obstante, nos había hecho tanta gracia el nombre, y esto había unido tanto a la banda en nuestros primeros meses juntos, que finalmente decidí que era su nombre predestinado, y Juuken, había demostrado ser un prodigio manejándolo pese a su juventud, y no había más que ver su rostro cuando lo hacía, prácticamente parecía que ya había cumplido su mayor sueño en esta vida. Sin duda, se había ganado con creces ser el segundo al mando.

Un día más podía gozar el aire salado que tanto amaba, llenando mis pulmones con cada bocanada que daba, fresca y revitalizante. Muy pronto pisaríamos tierra, y en cierto modo, pretendía llenar mis pulmones de la brisa marítima que no iba a tener hasta volver a zarpar.

La isla a la que nos dirigíamos ya hacía rato que la podíamos divisar, una isla totalmente salvaje y desconocida para mí. No podía evitar sentirme muy emocionado por ello, además de la ansiada promesa de un tesoro siempre provocaba un extra de emoción.

Me acerqué al borde de la cubierta, dejando que el viento agite todos mis cabellos. Cerré los ojos y abrí mis brazos de lado a lado para recibirlo aún más en mi cuerpo, permitiéndome estos segundos para mí, sintiendo como poco a poco la emoción hervía en mi pecho. ¿Qué vamos a encontrarnos en aquella isla? ¿Qué clase de animales y bestias encontraremos? ¿Quizá algún enemigo formidable? ¿Humanos? ¿Acaso podrían ser gigantes? Ardía en deseos de combatir contra uno, midiendo así mi valía ante semejante raza guerrera.
- ¡Lance, Gretta, Goku, y Qazan! – Nos llamó Juuken con efusividad para darnos indicaciones de recoger las velas poco a poco.

Sus órdenes me hicieron salir de mis pensamientos, y raudo comencé a acatarlas. Cuando me dispuse a ello, no pude evitar pensar en que era gracioso ser yo el que le obedecía, pero sin duda él sabía lo que hacía, y en este campo era el auténtico líder. Sin él, no íbamos a ninguna parte con el barco.
- Estoy agustio refrescándome chocho eh, no voy recoger trapos. – Le escuché decir a Gretta como respuesta.

Abrí los ojos como platos al escucharla, puesto que aún no terminé de acostumbrarme a su manera de ser, y no pude evitar soltar una gran carcajada ante eso. Me recordaba a mis primeras impresiones con Hammond, el cual también causaba un efecto similar al que me causaba Gretta. Me preguntaba que había sido de él.
- ¿Pero qué narices? – Pensé observando como Goku ascendía por el barco para recoger las velas de una manera… distinta a la que esperaba que fuese la mejor. Me parecía que no, pero no era un tema del que manejase demasiado como para discutirlo.

Como si la vida quisiera dar más razón a mi reflexión, ahí estaba de nuevo Juuken, detectando un fallo en la navegación y ordenándole al gyojin que fuera a arreglarlo. Desde luego, Qazan había sido una incorporación caída del cielo, o quizá debería decir salida del mar. Aunque nuestro pequeño subcapitán era el líder nato en cuanto a la navegación, sabía de la valía de tener a Qazan con nosotros, y le estaba dirigiendo a la perfección para optimizar nuestros viajes. Qazan, lejos de ser arrogante o sentirse molesto, solía aceptar de buena gana, haciendo que fuesen un duo la mar de buenos. Por si fuese poco, el gyojin era también carpintero, así que podía llegar a salvarnos de más de una en varias ocasiones, e incluso si la emergencia era en la parte inferior del barco.

Juntos solucionaron el problema que había surgido, y no tardamos mucho más en llegar a tierra, contemplando la isla nada más pisar la costa. Cargaba con las cosas que me había pedido Suzuka, aunque a regañadientes, pues no me gustaba ser el recadero de nadie. Se lo di en mano tratando de evitar el contacto visual para no darle más importancia y me centré en analizar la situación.

El suelo estaba quieto, lo cual era lógico, pero tras varios días en alta mar, era muy agradable volver a sentirlo así. Hinqué la rodilla en la arena, para poder palpar la arena con mis manos, cubriendo una imperiosa necesidad superflua de tocarla lo antes posible. Los granos de arena fina se deslizaban entre mis dedos mientras inhalaba profundamente, sintiendo que el aire, aunque todavía conservaba el aroma salado del mar, traía consigo también el aroma de tierra húmeda y vegetación.

Poco a poco me reincorporé observando cada árbol que podía divisar a simple vista, era todo salvaje y hermoso, verde por todas partes. La naturaleza parecía estar reclamando esta isla como suya, y aunque pensaba desenterrar sus misterios, no sería yo el que iría en contra de la madre naturaleza. Como perfecto acompañante, el sonido de las aves parecía ser una bienvenida de la propia naturaleza, y agradecido por ello, sentí como hinchaba mi pecho de emoción por todo lo que había por descubrir.
- En esta isla, de seguro hay animales magníficos. – Reflexioné en voz alta para que mis camaradas me escuchasen. – Tienen todas las condiciones para ello, ahora, no entremos a matarlos salvo que seamos atacados o necesitemos cazar para comer… No me gustaría estropear la naturaleza viva de este lugar.

Observé entonces la montaña, que se podía ver a lo lejos, por encima de la copa de los árboles. Era una silueta oscura que a simple vista hacía de frontera entre la vegetación y el cielo, mostrándose imponente como si de un guardián de la isla se tratase. No pude evitar sonreír señalándola.
- Ahí está nuestro objetivo, caballeros… - Miré a la nueva integrante y sonreí un poco nervioso. – y señorita. – Dije rápido para desviar mi mirada de ella rápido. – Debemos atravesar toda esta vegetación lo más rápido posible, sin distracciones, pero tampoco sin cabeza. No sabemos los secretos que aguarda esta isla o sus peligros. Vayamos con cuidado.

Aquí todo es vasto, desconocido, y salvaje. La propia isla era un territorio alejado de cualquier civilización, y sin duda, alguna razón debería haber para ello. Quería desentrañar sus secretos, pues tenía ante mí un gran reto que me hacía recordar a mi infancia redescubriendo los bosques aledaños una y otra vez.

Dirigí mi mirada al grupo, y pude ver como poco a poco comenzaban a moverse, colocándose Juuken junto a Qazan, y luego sobre el hombro de este, para retomar las conversaciones que tuvieron en cubierta. Me alegraba ver al joven con otra persona que no fuese yo, estrechando sus vínculos. No cabe duda de que la evolución que ha tenido desde que empezamos a viajar juntos ya había sido enorme, aunque en cierto modo, extrañaba no ser ahora su primera opción para comenzar una conversación.
- Bueno, basta de ser un celoso, Lance. – Me dije a mi mismo en mis pensamientos mientras redirigía mi mirada al resto del grupo.

Cada uno era más llamativo que el anterior, una cerda enorme que parecía estar a punto de reventar la propia costa al caer, un Gyojin cargando a un pequeño humano, un pequeño peliblanco que bien podría ser mi hijo por la similitud, y un tío acrobático con un estilo de peinado que siempre llama mi atención. Parecía todo en orden, salvo que me daba la sensación de que faltaba alguien. No tardé mucho en descubrir de quién se trataba, Suzuka. Esta parecía estar yendo justo en dirección contraria, convencida de que ese era el camino correcto. Nos conocimos hace poco, pero ya había sido tiempo suficiente como para descubrir que se perdía con una facilidad pasmosa.

Fui corriendo a ella y la cogí de la mano para que no se perdiese más. Sonrojándome cuando me respondió con su tono de voz tan dulce. No esperaba tener este tipo de reacción en ese momento, pero es que era demasiado adorable como para no hacerlo. Posteriormente, continué el camino sin soltarla de la mano, era una imagen un tanto curiosa por la diferencia de altura, pero me avergonzaba dicha situación. Debía ser fuerte de voluntad para no parecer débil ante ella, ya que eso no era algo que fuese conmigo.

Pasada algo menos de una hora, llegamos a las faldas de la montaña. Por el camino habíamos visto una variedad de animales curiosos, que captaron toda mi atención, pero estaba focalizado en el objetivo, así que guardé mis impulsos de investigarlos para más adelante. Juuken no tardó en preguntarme si este era el lugar que buscábamos cuando alcanzamos lo que parecía una cueva, y aunque no estaba seguro, todo apuntaba a ello.
- Así parece… tendremos que arriesgarnos a descubrirlo. – Le contesté con tono serio pues estaba tratando de concentrarme en mi alrededor, con algo de miedo ante la posibilidad de encontrar una trampa. – Prestad atención a cada detalle, no sabemos en donde nos estamos metiendo…

El sitio era bastante oscuro, pero daba para poder ver a duras penas la estructura de la cueva. Una caída tonta allí, costaría de seguro un buen rasguño, razón de más para estar atento a dónde pisamos. El camino era estrecho, y más aún las escaleras que descubrimos. Bajamos en grupo, aunque Gretta y Goku iban más atrasados. Todo parecía ir bien, pero temía que las escaleras resistieran el peso de los grandullones de la banda. Apreté un poco mi mano, temiendo que Suzuka se me perdiese allí mismo, pero su caricia en mi mano como respuesta, me puso nervioso de nuevo.

Ese nerviosismo, se volvió pánico cuando escuché como crujían las escaleras bajo nuestros pies, aunque por fortuna parecía aguantar un poco más. No obstante, no contaba con algo. Cuando nos detuvimos por el crujido, Gretta nos alcanzó, y ese fue nuestro mayor error.
- Mierda. – Le alcancé a escuchar decir justo antes de la catástrofe que se nos venía. Era un buen momento para decir mierda, sin duda.

Su peso había producido que el suelo terminase de ceder, rompiéndose a nuestros pies. Desesperado miré a mi alrededor, intentando encontrar donde agarrarme sin éxito. El grito de Suzuka me asustó aún más, pero me aferré a ella para tratar de calmarla en esa situación.
- ¡Agarraos fuertes unos a otros! – Grité para tratar de hacer piña en la caída, en una estúpida idea de reducir el impacto entre todos.

Miré hacia arriba y ahí estaba el culo de Goku cayendo sobre nosotros mientras gritaba que no le dejásemos ahí. Era una reacción que otro día me haría gracia, pero no ahora, ya que Goku, realmente, había sido el único en caer queriendo.
- ¡IDIOTA! ¡PODRÍAS HABERTE QUEDADO ARRIBA Y AYUDARNOS A SUBIIIIIR! – Exclamé mientras mi grito se perdía en la caída de aquel agujero.

Contenido Extra
#22
Shiro
Ninguno
Personaje


Shiro deambulaba de un lado a otro con una sonrisa en el rostro mientras observaba a sus nakamas pulular por la cubierta del barco. El joven espadachín acababa de terminar su tarea en la cocina y se dispuso a descansar después de todo el rato que se había tirado cocinando las provisiones para todos. Uno no sabe el rato que se tarda en preparar la comida para siete personas hasta que no se pone a hacerlo… y más, si una de ellas era una daimink de cinco metros obsesionada con la comida. Desde luego había sido todo un reto para las dotes culinarias de Shiro, pero al menos el joven sentía que tanto esfuerzo había conseguido ir puliendo poco a poco sus habilidades en los fogones.

- Lance, Gretta, Goku y Qazan. Preparaos para empezar a recoger las velas poco a poco, necesitamos empezar a aminorar - gritó Juuken, llamando la atención de parte de la tripulación.

Obviamente Shiro siempre que podía se escaqueaba de hacer cualquier tarea que no tuviese que ver con la cocina, bastante trabaja ahí mientras el resto no hacía nada, por lo que simplemente se dirigió a uno de los laterales del barco y se sentó en unas cajas junto a la borda mientras sacaba un cigarrillo para relajarse.

Los chicos, a su manera, no tardaron en seguir la órdenes de Juuken y tras unos minutos de trabajo, el barco estaba listo para desembarcar en la Isla Momobami. Esta vez el motivo del viaje no era otro que investigar una misteriosa cueva que según los rumores había aparecido en el lugar, por lo que siguiendo el afán aventurero del capitán habían terminado la gran mayoría de la banda arrastrados hasta aquí.

Shiro apuró las últimas caladas de su cigarro y se marchó a su camarote a toda prisa. Agarró todo lo que creía que le pudiese hacer falta y en apenas unos minutos volvía a estar en cubierta junto al resto de la banda listo para explorar su nuevo destino.

Según los rumores, la cueva que tenían que encontrar se encontraba junto a la imponente montaña que coronaba el lugar, por lo que tras unas horas luchando con la flora autóctona consiguieron vislumbrar su destino. Por suerte los chicos llevaban consigo a Gretta, la cual, gracias a su voluminoso cuerpo, fue abriendo hueco para el resto. El avance quizás no era el más rápido, aunque sí el más seguro.

Al llegar a la entrada de la cueva Shiro pudo ver como unos extraños grabados que llamaron su atención en los bordes de la entrada, aunque parecía que nadie en el grupo sabía descifrarlos y el peliblanco tuvo que quedarse con las ganas de saber lo que ponía. Se acercó a ellos con intención de tocarlos, cuando fue interrumpido por un fuerte temblor que recorrió la isla. El espadachín sobresaltado adoptó un pose de defensa mientras desenvainaba una de sus armas por mero acto reflejo, aunque tras los segundos que duró el seísmo su atención se centró en la entrada de la cueva y en cómo esta se transformaba.

-¿Pero qué brujería es esa? - pensó sorprendido al ver cómo se formaban unas escaleras blanquecinas que se formaban hacia el interior de la cueva como si de un pozo se tratase.

Antes de que el joven pudiese hacer algún comentario a sus nakamas al respecto estos se encontraban ya adentrándose, por lo que no queriendo quedarse atrás se apresuró y entró tras ellos con sumo cuidado, dando pequeños pasos para no resbalarse por los escalones… cuando algo crujió y los peldaños bajo sus pies cedieron haciéndoles caer hacia la negrura.

REsumen


Inventario
#23
Muken
Veritas
MUKEN


Libreta de Muken…

-Una gran tripulación necesita un gran navío. – eso era lo que me dijo una vez mi abuelo, cuando armara mi tripulación iba a necesitar un gran navío, pero bueno esta vez fue al revés, pues ellos me encontraron a mí. No arme una tripulación como lo tenia planeado al comienzo, pero si me pude unir a una tripulación la cual contaba ya con un gran navío.  Tal vez el destino quiso que sea así, me saque el peso de encima de ser el capitán y ahora me puedo dedicar a lo que más me gusta.

Conmigo llevo todo lo necesario para el viaje, herramientas para seguir practicando mis artesanías, estos días estuve pensando en entrar a jugar con fuego para armar cosas con metal, pero primero tendría que pedir permiso al capitán, por otra parte, eh mejorado mucho en mi cocina por lo que pude subir a bordo como el cocinero del lugar, aunque claro mi mayor pación seguirá siendo el tiro a distancia. En la tripulación al parecer no soy el único tirador así que tenía pensado desafiar a los demás para ver quien se llevaba el titulo de mejor tirador del lugar.

La cocina abordo se ve bastante decente, aunque la gran mayoría en estos momentos está siendo absorbida por uno de mis compañeros, Kael. Es un bicho raro que se puede convertir en lodo, es el primer usuario de fruta que observo de cerca, aunque es interesante espero que no manche mi comida con su cuerpo, aunque se anda tragando los víveres dentro de barriles, pero no se ve muy higiénico que digamos. Lo bueno que tenemos un medico a bordo es algo tétrico y de pocas palabras, pero me agrada. No tengo muy claro hacia donde nos dirigimos aun, pero gracias a dios el navío cuenta con su propio navegante, un chico con alas. Supuestamente nació con ellas, se ven realmente geniales, pero no pude pedirle aun que me las deje tocar, aunque eso podría ser algo que le moleste así que estoy manteniendo mi distancia para no cagarla aún. Podría describir más acordemente a toda la tripulación como gente con personalices especiales.

Es agradable estar aquí el capitán Byron y el segundo al mando Drake hacen del lugar un espacio adecuado para la gente que desea salir de aventuras...

Dejando de escribir Muken deja el cuaderno sobre la mesa y sale de su lugar de descansó.

-Oye cuanto más.- Comento Muken mientras observaba a Kael poner más barriles en su lodo.

Largando un suspiro dejo atrás a su compañero y bajo del barco reuniéndose con su tripulación, el capitán me dio una simple orden, ser yo. O por lo menos eso entendí, pues me había pedido que tenga listas mis armas. Tanto las hermanas Vaiolet, Sebastián y Winchester, estaban listas para ser usadas una y otra y otra vez. Preparadas para una danza de fuego y sangre.

El primero en hablar en tierra era el señor Duck. El cual es mi favorito de la tripulación. Me acerque a el mientras hablaba, mi deber personal era defender a la tripulación, pero aún más al DC Duck, el seria mi prioridad uno.

La tripulación no tardo mucho caer en una trampa, pero por suerte Kael se movió rápido y pudimos salir sin ningún problema. Una vez tocamos suelo me puse en posición y cubrí la retaguardia mientras me concentraba para ver si sentía algún peligro.

Kenbunshoku Haki
KENB401
KENBUNSHOKU
Haki básico
Tier 4
7
Costo de Energía por Turno
2
Enfriamiento
Kenbunshoku Básico
Permite al usuario percibir la presencia de otros seres vivos en un área. Confundirá el aura de los demás cuando estén dentro o detrás de otros seres vivos. Puede percibir el poder de los seres vivos en comparación al suyo. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +5 [Reflejos].
Área: [VOLx10] metros | Anticipación: [VOLx0,1] metros


Esta era una habilidad recién adquirida, aun no tenia mucha experiencia con ella, pero tenia que usarla si deseaba mejorar.
Resumen
#24
Tofun
El Largo
[Imagen: Evento.png]



Un solo hombre aguardaba en el centro de una vasta sala rectangular, de 60 metros de largo, 40 de ancho y 40 de altura. El aire era denso, cargado de un silencio casi reverencial, hasta que un estruendo rompió la calma. De repente, una serie de antorchas situadas a tres metros de altura en las paredes comenzaron a encenderse una a una, como si respondieran a un antiguo ritual olvidado. Las llamas danzaban en sincronía, extendiéndose desde un punto central, recorriendo el espacio en ambas direcciones hasta encontrarse en el extremo opuesto de la sala.

Ya debe ser la noche. — Murmuró el hombre, su voz debilitada no hacia frente a la magnitud de aquel lugar. A sus 70 años, era bajo y regordete, con una melena blanca que caía como una cascada de plata sobre sus hombros. Sus ojos, de un marrón claro, brillaban con la sabiduría de quien ha visto demasiado. Vestía un uniforme marrón gastado, un gorro del mismo color y a su lado descansaba una mochila tan grande como él, repleta de historias vividas.

[Imagen: Ruinaman%C3%ADaco_ROZA.png]

La luz de las antorchas reveló la sala en todo su esplendor. Las paredes, de un marrón anaranjado, estaban talladas con intrincados relieves que evocaban tiempos perdidos. No había puertas, ventanas ni aberturas, solo roca pura, inquebrantable. 

Lo único que rompía la armonía de aquel espacio eran unas extrañas marcas en el suelo: ocho cuadrados de 4x4m distribuidos a lo largo de los laterales, cada uno grabado con un símbolo que se hundía en la piedra misma. También un círculo central de 2 metros de radio, donde otro símbolo alzaba en su núcleo. Dos circunferencias lo rodeaban: una, de sangre seca y oscura, era amplia e irregular; la otra, tallada con precisión, contenía una secuencia de símbolos antiguos repetidos una y otra vez.

[Imagen: S-mbolos.png]

El hombre alzó la mirada hacia el techo, donde las sombras se alargaban como brazos invisibles. No había rastro de miedo en su rostro. Era Indiana D. Jones, un nombre que había resonado en las bocas de los valientes y los insensatos por igual. Un hombre que una vez había sido leyenda, conocido por explorar lo inexplorable, siempre solo, siempre al borde de lo imposible. Pero el tiempo lo había alcanzado. Ya no era el aventurero ágil y fuerte de antaño; solo le quedaban su astucia y el conocimiento ganado a través de innumerables vivencias.

Entonces, comenzó a llover. No agua, sino cuerpos. Seres vivos caían del cielo de piedra en intervalos irregulares, golpeando el suelo de la sala con una fuerza que hacía eco en cada rincón. Algunos caían en grupos, otros en solitario, todos descendiendo desde un abismo que parecía infinito. No se podía calcular la altura de la caída, pero el impacto contra la piedra lisa dejaba claro que no era una caída suave. Algunos lograron amortiguar el golpe, otros, menos afortunados, debieron soportar el peso del impacto con sus propios cuerpos.

El agujero en el techo por el que habían caído se cerró con un rugido ensordecedor. Las rocas temblaron, y el suelo bajo sus pies vibró con la fuerza de la tierra misma. Indiana, con esfuerzo, se puso de pie. Esperó a que los ecos de la tormenta de cuerpos cesaran antes de gritar con toda la energía que le quedaba.

— ¡Que nadie haga daño a otros! ¡Tranquilos! Si se derrama sangre en esta sala, seremos aplastados.

Por primera vez, su voz temblaba, como si su vida dependiese de otros. La tensión lo venció y, debilitado, cayó al suelo, exhausto. No había bebido agua en días, y llevaba una semana sin probar bocado. Solo su determinación lo mantenía vivo, pero incluso eso empezaba a desvanecerse.

Aclaraciones individuales


Aclaraciones generales

#25
MC duck
Pato
El viento susurraba mientras caía, diciéndole que abriera las alas, lo cual hizo, en un primer momento eso no freno nada su caída, por que estaba cayendo de cabeza, pero al hinchar sus alas finalmente tuvo la fuerza del aire para mover las alas y su cuerpo y empezar a frenar, tuvo que agitar sus alas para usar el aire como amortiguador, pero a diferencia de los humanos, y algunos no tan humanos, el no pesaba mucho, sus alas le permitieron flotar tranquilamente, mientras otros caían en peso contra el suelo, esto permitió a MC Duck tener una perspectiva única y idónea de la sala, lo cual le permitió ver aquellos extraños símbolos, los cuales identifico como números, su primer pensamiento es que era un reloj, pero... pronto quedo claro que no lo eran, los números no seguían un patrón lógico desde su punto de vista eran irregulares, extraños, paulatinos.

Y luego estaba Él, el único ser vivo que ya estaba en la sala y no había caído hacia abajo. El cual dijo "no deben sangrar" ¿tendría que ver con ese extraño circulo sangriento? no querría averiguarlo, en las cercanías de este pudo ver a Byron, y decidió aterrizar a su lado.
-¿estas bien? Cuack- fue entonces cuando vio aquellas palabras escritas en el lenguaje perdido- Espera un segundo esto es interesante... Cuack cuack cuack...
Mc Duck, miro las letras intentando con cierta dificultad leerlas, o tal vez estaba releyendo para entender su verdadero significado, luego miro los números, los que había visto al descender, luego miro a las personas, no se centro en ellas solo las miraba, por ultimo se quedo mirando a la persona que estaba ahí, quien había estado ahí antes de su llegada.

-Byron... Cuack... intenta no enfadar a nadie, que nos conocemos Cuack... Además creo que vamos a tener que colaborar todos. Cuack ¿Podrías evitar que se peleen? Gracias, Cuack- Y con esas enigmáticas palabras mandonas a su propio capitán, se acerco al anciano, caminando con sus patas palmeadas - ¡oiga! Cuack, cuack...  su... cara me suena un poco... Cuack...  puede que haya leído sus libros- si, podia ser chocante que un pato te hablara- “Las aventuras de Indiana D. Jones”... cuack... acaso Usted es … ¿Indiana D. Jones?- era difícil saber si era verdad, estaba mucho mas viejo de lo que recordaba de él- Podría jurarlo... aunque no estoy seguro del todo CUACK!...  ¿usted sabe algo de estas ruinas? ¿De esta antigua civilización? Cuack cuak... es un misterio para mi. Cuack.

MC Duck dejo un momento para que el hombre explicara algo, si es que quería hacerlo. Tal vez tuviera alguna otra sabiduría que compartir con los presentes o tal vez prefiriera guardarse los secretos para si mismo, por ser,... otro cazatesoros. Hablando de eso ¿por que había tanta gente ahí? creía que no todos habrían podido averiguar lo mismo que él... empezaba a no sentirse tan especial como se creía.

Después de eso, Agito las alas y intento Gritar.

-CUACK CUACK! Todos, ¡ESCUCHEN! CUACK Por que no lo voy a repetir... No se que habéis venido a hacer aquí, pero sea lo que sea, debe esperar, por que lamentablemente debo informaros de que hay que Colaborar. -Mc Cuack, no conocía a la mayoría de esos desconocidos, así que ni se fijo en ellos, aunque los mas cercanos a él Hunter y Suzuka si los miro brevemente por curiosidad, por si notaba alguna hostilidad - Si, se que soy un pato... saltémonos la sorpresa, por que si alguien más- levanto el ala para señalar las palabras escritas sobre él- Sabe leer estas letras antiguas, sabrá como yo, que hasta la ultima persona de esta sala es importante. Cuack

De momento no especifico más, a veces hay que dejar al publico intentar resolver el enigma, aunque la mirada de MC Duck Buscaba a Kael, el cual 100% interpretaría las escrituras como él. Era un tipo listo como Mc Duck. 
De momento era mejor ser precavido y esperar las reacciones de la gente, estando ojo avizor de las amenazas.

Resumen

Personaje
#26
Jack D. Agnis
Golden Eyes
Casi sin darme cuenta, me encontraba bajando aquellas escaleras, junto a los seres que ocupaban mi barco a la fuerza.
Las escaleras parecía no tener final y si bien la flojera comenzaba a apoderarse mi, continué hasta que mis pies dejaron de tocar aquella roca y comencé a caer hacia un vacío que al parecer no tenia fin.
-Mierdaaaa- grité, mientras daba manotazo de ahogado, como intentando tomar con mi única mano el aire que corría por mi alrededor, pero que mierda, eso no se podía.
Intenté pensar en algo para salvarme, pero mi mente se encontraba prácticamente en blanco y lo único que había en ella, era el fondo de aquella cueva y una posible muerte.
Afortunadamente, King, que era mas rápido de entendimiento y de pensamiento, creo unas nubes de alguna manera y estas comenzaron a disminuir la velocidad de mi caída, hasta casi amortiguar el golpazo que estaba a punto de darme.
“Puta madre, esto si que es suerte” pensé divertido, mientras me sostenia de la mejor manera y comenzaba  disfrutar un poco el pequeño viaje hacia lo que parecía ser el interior de la cueva.

Una vez en tierra firme, esperé a que KING cayera y le daría un par de golpes en la espalda.
-Bien hecho conejo. Me salvaste el culo. Ahora estamos a mano- dije sonriente, antes de oír una voz que no reconocía, diciendo algo curioso y alarmante al mismo tiempo.
“Veo que no somos los únicos que venimos por el premio. Esto se pone interesante” pensé, mientras mis ojos terminaba de acostumbrarme, notando a las demás personas, al sujeto muerto o caído en el centro,  y a un pato.
“Que verga hace un pato aquí? “ pensé sorprendido, antes de que este comenzara a hablar. Aunque eso ultimo no me sorprendía. Estabas viajando con un conejo y un lobo parlante, un pato era lo de menos.

-Tranquilo Pato. Ya oimos que no debiamos atacarnos, asique no tienes que gritar. Ademas por que no lo haríamos? Aquí veo muchas personas de buen corazón- dije mas que divertido y con sarcamos a aquel PATO, mientras comenzaba a acercarme al hombre que estaba tirado y si llegaba comenzaría a revisar sus pertenencias. 
-Por cierto, ¿saben quien es el fiambre? - pregunté al aire(TODOS), esperando que alguien supiera.

Información
#27
Kael
El Fantasma del Mar
Después de la caída miré a los lados y pregunté a mis compañeros si estaban bien mientras recogía el barro al que podía llegar (final del turno anterior). Por suerte el barro había absorbido el golpe de la caída a mí y mis compañeros aunque la caida nos había separado mucho más de lo que habría deseado. Apagué la antorcha puesto que ya no hacía falta y observé la sala con detalle, 8 estructuras numeradas junto a una novena en su interior y mucha gente reunida en este gran espacio. Viendo esa sala me alegró mucho tener a Drake en mi tripulación, si algo sale mal estar cerca suya sería lo más sabio.

Contando a nuestro grupo, seríamos más de 15-20 personas allí reunidas, seguramente habrían más tapadas por las estructuras que no podía ver desde donde estaba. Alguna que otra cara recordaba haberla visto anteriormente en algún cartel de Se Busca, pero este no era el lugar para eso. Lo importante era salir de allí, con tesoro o sin él, hay cosas que son mucho más importantes que un puñado de Berries. 

El gran Indiana D. Jones estaba allí, a varios metros de mí inspeccionando la columna central avisándonos de no derramar sangre, y si alguien tan reconocido lo decía era por algo. No tenía el honor de conocerle en persona, pero cualquiera que conociera el mundo de la exploración y las ruinas tenía que conocerle de sus reportajes y noticias en los periódicos. Vi como caía al suelo del cansancio, tenía pinta de haber llegado tiempo antes que la gran mayoría por el estado de sus ropajes y el tono de voz.

Levanté un pulgar a Jun y a Muken preguntando ¿todo bien? cuando nuestras miradas se cruzaron, y avancé hacia el centro de la sala en dirección a Indiana. Tenía muchas preguntas, y él podría resolver algunas, con suerte. Le puse una mano en el hombro a Gavyn momentáneamente mientras seguía de largo, como gesto de que me alegraba que estuviera bien. De camino leí las palabras que se repetían una y otra vez para mí mismo y a la vez también me dí cuenta de un extraña mancha de sangre seca casi perfectamente circular y al mismo tiempo irregular forma en el suelo, pero sin embargo por mucho que mirase a los lados no veía ningún cuerpo. - Esta prueba tiene que tener un desenlace fatal para aquellos que la fallen, pero también tiene que desembocar en algún lado, sea donde sea los cuerpos que acabar en algún lado. -pensé deduciendo la escena-.

Pato en ese momento comenzó a hablar en alto. Si alguien tenía que hablar de primeras de la tripulación me alegraba que fuera él. Hice un gesto afirmativo con la cabeza a Byron y a Drake como señal de confirmación de que todo iba bien por mi parte. Desgraciadamente Dr.Bonez había caído lejos del grupo, pero había visto a Jun, Muken, Gavyn y Vesper cerca de la zona donde caí.

- Hacedle caso -dije en voz alta para que me escuchara todo el mundo y levantando el brazo para que lo viera en señal de que podía leerlo- Si alguien sabe leer esas palabras entenderá a qué se refiere Pato y la importancia de las palabras del señor Jones -dije señalando a Indiana, para que la gente supiera a quien me refería y contestando a la pregunta que formulaba uno de los desconocidos (Jack D. Agnis), que se encontraban ya a metros de mí- Tengo varias teorías al respecto, la más importante trata sobre esas grandes estructuras y las personas que somos, pero para que engañarnos, no os conozco a la mayoría como para intentar decir qué tiene que hacer quien. Pero sí hay algo seguro es que mientras más pensemos en cómo salir de esta sala antes podremos salir de aquí. ¿Alguna idea?.

Cuando terminé de hablar estaba ya al lado de Indiana y el desconocido, hago un gesto con la mano levantando la palma a lo "espera", hago como que rebusco entre mi capa [realmente estoy abriendo y cerrando barriles de mi pozo sin fondo aprovechando la oscuridad que crea mi capa con la luz de las antorchas] pero mostrando la espada en mi cintura demostrando que no tengo intenciones de atacar al rebuscar por encima de esa zona, y como si me lo hubiera sacado de varios bolsillos de la capa, saco un odre de agua que lo dejo en el suelo al lado de él, luego un poco de cecina que pongo encima del odre para que no pillen polvo ni tierra del suelo y finalmente un par de manzanas. No sería una comida como tal pero lo suficiente para recuperarse, o eso esperaba. Le hago un gesto con la mano a Indiana indicándole que es para él para que reponga energías sin molestar a la persona que está cerca de él (Jack D. Agnis)- Tome señor Jones, reponga fuerzas, necesitamos a todas las cabezas posibles para resolver este acertijo, especialmente la suya. - Le dije cuando estaba cerca de él y me quedé de pié mirando a los lados, comprobando el escenario desde el centro de la plataforma y viendo a gente que antes desde el otro ángulo no podía haber visto..
Resumen, Inventario, V&D, Personaje
#28
King Kazma
Shiromimi
La caída desde luego no fue corta, pero tampoco habían ido a dar a un abismo interminable. El Dial de Luz pronto se hizo innecesario y redundante, pues una serie de puntos de luz se fueron encendiendo por las paredes del lugar, revelando su interior al completo. Pudo ver cómo se acercaba el suelo hacia él. Bueno, más bien se acercaba él al suelo, pero la perspectiva es importante cuando uno está cayendo al vacío. Nunca había probado algo así, de modo que esperó que su dial de Impacto funcionara también con una caída. Al fin y al cabo no dejaba de ser un impacto contra el suelo, debería absorberlo y amortiguar su caída por completo. Y eso fue lo que sucedió exactamente. Siempre era una sensación extraña utilizar ese dial siendo él el que llevaba el movimiento del golpe. No detenía un impacto, absorbía toda su energía, era como si justo cuando te preparases para el golpe, no hubiera nada que golpear. Como cuando tienes un sueño de que te caes por las escaleras y te levantas con la sensación de caer. O tal vez más acertado todavía, cuando estás subiendo escaleras distraído y tratas de subir un peldaño más de los que hay y la fuerza que habías preparado para soportar tu peso en la pierna de repente se ve proyectada más lejos de lo calculado. Un dial de impacto era una mezcla de todas esas sensaciones. Alguien que le pegara un puñetazo acabaría algo desequilibrado, trastabillando hacia delante porque contaría con una resistencia que finalmente no encontraba.

Pues eso, en lugar de absorber el impacto y dejar que el cuerpo de King cayera de forma normal desde la altura de su brazo, fue casi como aterrizar suavemente. Casi. Se puso en pie de inmediato para comprobar que sus amigos estuvieran bien y los vio descender en las bolas nube, a salvo. Suspiró aliviado, pero no vio a Alexander ni a Anissa por ningún lado cerca. ¿Caerían más lejos debido a la naturaleza distinta de las nubes que había usado el mink lobo para salvarse? Cuando vio a Panda llegar al suelo se alegró de que Tenka se hubiera quedado rezagado en otra isla vigilando el que era su barco oficial. No podían navegar en él debido a su estado y por eso tuvieron que improvisar para ese viaje. Porque si llega a estar allí, dudaba que él y Panda hubieran podido llegar sanos y salvos al suelo debido al peso y tamaño del oso. Jack desde luego parecía agradecido por su rápida actuación. Mentiría si eso no le hacía sentir algo orgulloso, no sólo había protegido a sus amigos, sino que había actuado como todo un líder, tomando una decisión rápida y pensando a la velocidad a la que se desarrollaban los acontecimientos. Esperaba ser capaz de continuar así.

Alguien en el centro de la estancia gritó para advertirles de algo. King se guardó los diales en los huecos del chaleco cosidos para dicho fin, no tenía sentido tenerlos fuera. Sólo se quedó con el Dial de Luz en la mano, apagado para permitir que absorbiera la luz de las antorchas y se recargase un poco. Aquel tipo… ¡Era D. Jones! Había leído algunos de sus libros y entrevistas. Un explorador famoso. Obviamente conocía su trabajo, pues se había pasado la vida aprendiendo historia de los libros que caían en sus manos. Dijo que no había que pelear, que derramar sangre causaría la muerte de todos. Podía haber estado exagerando, pero siendo quién era lo dudaba bastante. ¿Y qué le pasaba? Se había desmayado sin más…

Mientras observaba los alrededores, leyendo las inscripciones que estaban en el mismo idioma que las de la entrada a la cueva, divisó finalmente a Alex y Anissa al otro lado del lugar. Si alguien iba a ayudar a Indiana, ese sería el doctor de su tripulación.

Un pato habló. Sí, eso le sorprendió a él siendo un conejo. Pero es que él era un mink, básicamente un humano con características de un animal, pero aquel era un pato como tal. Y no existían los mink pato… Y para colmo, además de hablar también sabía descifrar aquellas palabras escritas. – Ese pato no miente. Las palabras pueden hacer referencia al número de personas aquí presentes. Los cuadrados que hay por toda la estancia contienen números. – Dijo a los miembros de su tripulación que estaban con él mientras les hacía una señal para que le siguieran hacia el centro del lugar, aunque Jack ya había empezado a avanzar. – ¡ALEX! AYUDA AL VIEJO DEL MEDIO. – Le gritó a su amigo para que supiera que estaba allí, que lo había visto, y que sus servicios eran requeridos, aunque otra persona ya parecía estar ayudándole. – El viejo es un explorador famoso, Jack. – Tenía ideas sobre cómo resolver ese enigma, pero ninguna completamente sólida, y tampoco quería compartirlas con desconocidos a la primera de cambio, y menos con un… Bueno, no quería ser un intolerante, pero los humanos no le inspiraban confianza, confiaba más en aquel pato aunque no supiera ni por qué podía hablar, que en un humano. Y aquel humano en concreto no había hecho nada para ganarse esa desconfianza, pero una mente no se cambiaba en un día.

Datos


Resumen
#29
Alexander Bathory
Doc
Pude sentir como las manos de Anissa se aferraban a mi cuerpo haciendo que le acunara contra mi pecho mientras la nube de mi dial nos envolvía, pasara lo que pasara debía protegerle, si bien golpeamos el suelo con algo de fuerza debido a la nube que nos había rodeado el impacto había sido sumamente tolerable para mi persona, probablemente solo me quedarían un par de moretones, no pude evitar dejar caer mi cabeza contra el frio suelo por un instante respirando con calma antes de alzar mi mirada nuevamente mi mirada viendo la cercanía de Nissa en aquel momento al punto que quien nos viera probablemente podría pensar en que somos pareja (Anissa) –¿te encuentras bien?, creo que me lleve la peor parte del golpe- pregunte con calma apartándome un poco para reincorporarme
 
Al momento que estuve de pie pude notar como no éramos los únicos presentes y lo más importante nos habíamos separado del grupo por lo cual mire hacia atrás a mi compañera diciéndole con firmeza (Anissa) –quédate cerca, pase lo que pase te protegeré- antes de que empezara a escanear el entorno, los pilares y las marcas de aquel sitio, todo era sumamente antiguo e imposible de descifrar para mi persona pero las primeras voces no se hicieron tardar siendo la primera la de un hombre mayor que desconocía con una clara advertencia de que no debíamos pelear o mucho menos sangrar en aquel sitio, aun así podía notar su mal estado de salud lo cual me era preocupante como medico
 
Ah el un coro de voces se le unió clamando que teníamos que hacerle caso, parecía que más de un grupo había traído a alguien con capacidad de leer aquellas palabras antigua por lo cual sería mejor obedecer por ahora, más porque la orden había sido reforzada por mi propio capitán (King) al que le respondí una sola palabra –Entendido!- antes de extenderle mi mano a Anissa para ayudarle a levantarse diciéndole –sígueme, aun en tregua no confió en nadie- antes de empezar a caminar con cuidado abriéndome paso al centro de la habitación notando la diversidad del grupo, muchos humanos algunos mink y lo que creía era un Gyojin, junto con un pato, dios me encantaría analizarle cuando hubiera oportunidad dado que era un misterio medico
 
Para el momento que hube llegado con el viejo note como otra persona estaba igualmente con el (kael) a la cual le digo –puedo ser un poco intimidante pero soy doctor, mi nombre es Alexander- dije arrodillándome junto al Doc. Jones –permítame revisarle, además coma y beba con calma parece que estuvo algunos días sin comer, si come muy rápidamente puede que su cuerpo rechacé la comida- le aclare empezando a revisar al doctor Jones y brindarle tratamiento de emergencia preguntando al aire con calma –¿entonces cual es el plan?- mientras afinaba mi oído para tratar de captar lo mas que pudiera de la charle de los otros grupos aunque manteniendo mi enfoque en atender al viejo arqueólogo

resumen


V&D Profesion


inventario


Oídos Lupinos
U44001
ÚNICA
Racial - Pasiva
Tier
Los oídos de los lobos son sumamente sensibles pudiendo escuchar sonidos y frecuencias que los oídos humanos no detectan, esto otorga un bono de +10 a los reflejos basado en el oído pero incrementa un +15 el daño de todo poder basado en sonido.
#30


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