Alguien dijo una vez...
Iro
Luego os escribo que ahora no os puedo escribir.
[Aventura] [A-Presente] Ah shit, here we go again [Tier 1]
Hyun Yeon
Tsubaki no Ken


Bienvenido a los mares, pequeño Alpha. Ah, Rostock, una ciudad llena de oportunidades. Una isla en los confines del mar que, sin embargo, está lo bastante próxima a puertos importantes como Loguetown como para no ser un simple punto olvidado del mapa. Viajeros vienen a probar su suerte a la isla, marineros se detienen a reponer sus fuerzas en sus travesías y gente con intenciones menos nobles que creen poder aprovecharse de un lugar aislado como este. Sin embargo, te recomiendo ser cauto. Esta isla es hogar del cuartel G-23 de la Marina, uno de los bastiones desde los que el Gobierno Mundial mantiene su control sobre este mar.

Y en medio de esta pequeña mota de civilización en los impiadosos mares, ¿qué puede hacer un pirata para darse a conocer? ¿Cómo lograr una pequeña aventura con la que obtener fama, botín y obscenas cantidades de cafeína? ¡No te preocupes, pequeño pirata! Kilombo es una tierra de oportunidades. A lo largo de los últimos días has escuchado rumores, leído anuncios y hablado con personas. Has visto bastantes oportunidades para aventuras, pero por desgracia es imposible estar en todos lados a la vez. Vas a tener que escoger cuál es tu camino.

La quimera del cofre: Anoche, durante una tormenta, un navío llamado la Quimera que se acercaba a la costa se aproximó demasiado a uno de los acantilados al este de Rostock y naufragó. No se saben muy bien las causas, aunque algunas personas dicen haber visto luces similares a las del faro... es posible que no fuese un accidente. El caso es que no poca gente se ha ido a saquear los restos del naufragio. Puedes probar suerte e ir a saquear. O si te sientes heroico, investigar qué ha causado el naufragio.

Con la suerte en los talones: Un "empresario" local con mala fama llamado Rekio organiza peleas en las que se puede apostar. Tal vez puedas apuntarte para ganarte unos berries y obtener algo de fama como luchador. Ten cuidado, se dice que a veces amaña las peleas para asegurarse de que las apuestas le beneficien. Por otro lado, a lo mejor quieres llevarte bien con él y ayudarle en sus peleas amañadas. Siempre conviene tener amigos, ¿no?

Una gente maravillosa: No todo en la piratería son canciones, fiestas y mear en la puerta de los cuarteles de la Marina. Al final del día, los piratas sois bandidos del mar. Tal vez prefieras actuar de acuerdo a las poco honorables tradiciones de tu gente. Un grupo de... personas de dudosa reputación está planeando un golpe. Un barco mercante de gran calado demasiado grande para llegar al puerto ha anclado frente a la costa de la isla. Tal vez quieras unirte a estos bribones y asaltar la nave, es probable que os espere un buen botín.

O tal vez hay algo que yo no haya visto. ¿Hay alguna otra aventura que el pequeño pirata esté buscando en Kilombo? Es hora de que comencemos esta historia.

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#1
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Sonrió nuevamente al verte, mi querido compañero narrador. Hemos tenido tiempo de no vernos y, realmente he extraño tener la dicha de poder narrar junto a ti lo que ocurre a nuestro pequeño protagonista de hoy. Aunque cada uno tiene una tarea diferente, tu narras el escenario y yo, bueno, narrare lo que hace este pequeño bribón. Sé que lo has notado, este no es el mismo de aquel universo que tú y yo conocemos. Aunque te diré un secreto, este es uno de muchos de los que he imaginado. Pero aun así, sé que ambos disfrutaremos de este pequeño. Ya después de haber dicho tanta cháchara, gracias por estar de vuelta aquí, querido narrador.

Es… momento de jugar.

Si mi calendario no se equivoca, estamos en verano del año setecientos veinticuatro. Hoy es… cuatro del mes por la mañana. Y tú, Alpha… despiertas. Te encuentras en una posada la cual habías usado durante tu estadía hasta hoy. Digamos que lo que has logrado averiguar ha sido… bastante útil si lo podemos pintar de esa manera. De hecho, dos de las tres posibles aventuras eran las que llamaban completamente tu atención. Digamos que, no eres partidario de querer ser partidario de dar un golpe contra personas que no te han hecho nada. Pero… pensándolo bien ¿Por qué no hacer un golpe contra los que hacen el golpe, no?

Esa posibilidad la dejas en el aire, por que tus pensamientos están centrados en las otras dos. Pero bueno, lo primero es lo primero. Es momento de levantarse bien, querido amigo. Prepararse para el día. Bañarse, lavarse los dientes y hacer la cama. Vamos, podrás estar en una posada, pero no quiere decir que dejaras hecho un desastre el lugar donde duermes. Te acercas a la barra donde allí esperas encontrar al encargado o encargada. Que curiosamente no recuerdo quien es querido narrador. Cuéntanos ¿Es alguien con el que hayamos simpatizado los últimos días? Bueno lo que te puedo decir es que el pequeño se ha asegurado pagar sus noches sin que faltara ningún céntimo. El pequeño se dispone a pedir un desayuno bastante fuerte para ayudarse a despertar, ya que bueno, tiene un claro problema con eso. Además de pedirse un buena tasa de café. Adicional, de ser posible, pedirse una petaca llena con el mismo.

Claro, para el camino, ya tú sabes.

Primer paso, ir a averiguar lo del que naufrago. Te daba más curiosidad eso, Alpha. Más que nada por el nombre que otra cosa. Lo de las peleas podría esperar porque sabias de antemano que eso siempre estaría allí, ya que es un negocio. Pero lo otro era una oportunidad única ya que bueno, no siempre naufragan barcos.  Al menos no cerca de ti. Así que bueno, luego de un agradable despertar y aun soñoliento, te dispusiste a ponerte en marcha.

Personaje
#2
Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
La dueña de la posada te sirve un desayuno contundente con tostadas con aceite y sal, tomates de la huerta y café bien cargado, como te gusta. Mientras te llena la petaca y te comes tu comida, le das vueltas a las posibilidades que te ofrece el día. Por lo que sabes, para llegar hasta los acantilados del este tienes un rato de paseo por la playa.

El recorrido hasta el lugar probablemente se te haga corto, pero dura lo suficiente para que, con la brisa marina y el sol de la mañana te despejes un poco. El aire aún está frío por la tormenta de esta noche, pero a medida el sol se alza en el horizonte, su calor va adueñándose de la isla. La playa, de arenas gruesas, se convierte al cabo de un rato en una zona rocosa desde la que el terreno se alza y se convierte en un acantilado. Unos veinte metros hacia el frente, entre las afiladas piedras del frente del acantilado, alcanzas a ver los restos del naufragio. Ves un barco quebrado a la mitad con el mástil torcido hacia un lado. Si fuese solo eso lo que ves podría quedar como un suceso trágico y ya está, pero hay varias cosas más que llaman tu atención.

Aquí y allá a lo largo de las rocas que bordean las paredes del acantilado, alcanzas a ver restos podridos de madera hinchada por el agua. Demasiado antiguos para pertenecer al naufragio de la Quimera. ¿Será habitual que haya naufragios en esta costa? Parece raro. Es cierto que parte de la isla está rodeada por acantilados, pero a ambos lados del puerto hay más de un kilómetro de playa despejada. No es difícil aproximarse y el faro debería evitar la mayoría de accidentes. Es... extraño, cuanto menos. En cualquier caso, la desgracia de unos es la fortuna de otros. No tardas en ver movimiento en la accidentada cubierta. Parece que al menos un buscador de tesoros se te ha adelantado ya.

Si miras al frente, verás que es viable llegar andando hasta los restos del naufragio, aunque algo arriesgado. La marea ha bajado dejando al descubierto un terreno de rocas húmedas y, aunque algo desgastadas por las mareas, de bordes afilados. Podrías, si quisieras, llegar al barco recorriendo las rocas. Sin embargo, un mal paso podría hacerte bastante daño. Es decisión tuya si quieres intentarlo, aunque probablemente quieras tomar alguna medida para ahorrarte sustos.

- ¡Eh! - una voz suena a tu izquierda, agresiva y autoritaria. Cuando miras, ves a un hombre no mucho más alto que tú, pero corpulento, de nariz roja e hinchada y pelo canoso - No hay nada que ver por aquí. Márchate si sabes lo que es bueno, niño.
#3
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Curioso, por no decir más. Algo de todo lo que se te ha planteado te ha llamado la atención, joven pirata. De hecho… sonaba un poco ilógico que ocurriere algo así. Pero quitando que el chute de café y la brisa del mar te han ayudado a espabilar un poco, aun estas con tu problema de mal despertar. Solo que, ahora un poco más leve. Bueno, al menos eres consciente de que lo tuyo simplemente son problemas de toda la vida.

La cabeza no deja de darte vuelta tratando de encontrarle lo lógico a esto que es ilógico. No puedes dar con un resultado aun. Lo que termino de descuadrarte fue el hecho de ver restos de madera vieja. Es como si… ya fuera pasado antes. Acaso… ¿Esto lo estaba causando algo o alguien? Era muy pronto para sacar conclusiones, pero aun así, era momento firme de buscar un camino el cual seguir y llegar a donde desea. Donde… claramente ves que alguien ya está echando una ojeada.

Escuchas el grito de alguien. Volteas y te das cuenta que es un hombre que te saca solo algo de altura, pero luce bastante fornido y fuerte, joven Alpha. Tu nariz trata de captar olores de él y darte cuenta si el rojo de su nariz es por alcohólico o por claro resfriado. Bueno, no es bueno pagar la misma moneda con la misma moneda. - ¡Buenos días! – Respondiste con tranquilidad. Siempre los modales primero. – Disculpe usted, no tenía intención de causar algún problema a usted y a su compañero. – Dijiste señalando a la cubierta, donde claramente viste a alguien hace unos instantes. – Pero… es solo que me resultaba un poco extraño que algo así ocurriera en un lugar como este. Se supone que esta el faro y mucha playa abierta. Es un poco ilógico terminar en naufragio ¿No lo cree señor?

Sonreíste con total tranquilidad y amabilidad. No tenías intención de buscar problemas, solo estabas saciando tu curiosidad. Así que por ahora, intentas entablar una conversación.
#4
Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
Un desagradable olor a alcohol y sudor invade tus fosas nasales. No crees que su nariz se deba a alergia o un resfriado, sino más bien a darle demasiado cariño a la botella. El hombre gruñe en respuesta a tu saludo, no tienes claro si como una manera tosca de devolvértelo o porque está aún perjudicado por su hábito. En cualquier caso, en cuanto dices que has visto a su compañero, ves que su expresión cambia. Parece... ¿alarmado? ¿asustado? ¿enfadado? O tal vez sorprendido. En cualquier caso, no parece haberle gustado nada de nada, pues aprieta su puño derecho haciendo crujir sus nudillos ruidosamente - Estás empezando a cabrearme, niñato.

En cuanto mencionas lo del naufragio, suelta una carcajada áspera y desagradable. Su aliento apesta a cerveza barata y a halitosis. Entonces te dirige una sonrisa hartera y dice - ah, no dudo que te gustaría saberlo. Pero eres un poco pequeño para jugar con los mayores, niño. No es asunto tuyo lo que esté pasando aquí. De hecho, creo que alguien debería enseñarte modales.

Repentinamente, con un movimiento más ágil de lo que esperarías en alguien en su estado, el borracho te intenta meter un rodillazo en la entrepierna. Sin perder el tiempo y, en un movimiento digno de una pelea de bar, continúa su golpe con un codazo directo hacia su nariz. Su estilo de combate es barriobajero y tramposo, pero se nota que es fuerte.

ataques

#5
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Una mueca de desagrado se dibuja en tu rostro, joven pirata.  Tu olfato no te engaña, asumes rotundamente el hecho que este hombre apesta a licor. Su gruñido te ha parecido un poco gracioso. Era como si se tratase de un perro muy viejo tratando de proteger algo. Y claramente intenta proteger algo, ya que al mencionar a su compañero, claramente su expresión cambio de golpe. De hecho, te aseguro que no le agrado en lo más mínimo aquello, puesto que claramente te indica que le has hecho enojar. Tu sonrisa se devánese, pero si colocas las manos en tus bolsillos, colocando ambas nudilleras en su lugar.

Veamos… si este hombre puede darte algo de lo que buscas.

“Comando… tigre”. En esta forma, ganas un poco más de fuerza y agilidad a cambio de sacrificar un poco de destreza y reflejos. Aunque he de admitir algo que me sorprende. El borracho demuestra un poco que es más capas de lo que aparente. Para tu suerte, incluso con ese pequeño sacrificio en tu en tus reflejos, aun logras llegar a una reacción bastante decente. Tomas una postura defensiva buscando, buscando enfrentar la acometida de tu rival con la fuerza de tu Bloqueo. La primera rodilla que va a tu entrepierna intentas bloquearla con tu nudilleras de la mano izquierda atravesándola en el camino. Ahora, con el segundo golpe que va hacia tu nariz tu actúas diferente. Aprietas con fuerza  la nudillera de la otra mano libre. Tu intención es chocar puño con su codo, buscando romper lo que chocase con este. Así que lanzan tu arremetida contra la suya, buscando chocar.

Bien… estamos comenzando a agarrarle gusto a esto ¿No Alpha?

- No lo hace nada mal, señor. – Dices con total serenidad. – Me toca. – Apretaste la nudilleras de tu mano derecha con calma. Apuntaste directamente a su cien. Con una mirada acompañada de una sonrisa frenética lanzaste un golpe a su cien con la intención de conectarle. Y aunque hubieras sido un espectáculo y un logro haber hecho tu primer nocaut de todos. Decidiste detenerte en el último segundo. Ahora, cambio tu semblante al de uno más serio. – Debería dejar de juzgar a la gente por su apariencia. Soy mayor de edad, así que deje de llamarme niño, por favor. – Curioso viniendo de ti. Pero la verdad es que te entiendo también. No sabes nada de este sujeto. Y, aunque se esté interponiendo en tu camino, esta esa lucha dentro de ti que te impide hacer daño a ciudadanos comunes. Quizás solo es alguien tratando de ganarse la vida, aunque si fuera un pirata, sería otra cosa.

-¿Quién eres, con quien estas y como ocurrió el naufragio? Escúpelo… - Dijiste mientras apretabas el otro puño listo para golpear en cualquier caso. Mirándolo a los ojos con esa fría mirada de una bestia esperando cualquier momento para cazar.

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Energia: 105 / 140

Vida: 305 / 305
#6
Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
Interpones tu nudillera en el camino del rodillazo. El hombre se tambalea, al borde de perder el equilibrio y te mira sorprendido. Notas que, aunque es fuerte, le falta técnica y forma física. No te ha costado demasiado bloquear el golpe. A continuación, con una mueca violenta te lanza el codazo. Lo que tu atacante no esperaba era tu respuesta. Tu golpe impacta en su codo, desviándole el brazo hacia un lado con un sonido muy desagradable. Su brazo está girado en una posición poco natural. El hombre se mira el brazo y empieza a gritar a pleno pulmón. Dirías que probablemente está gritando más por la impresión que por el dolor. Por experiencia puedes decir que aún no le está doliendo tanto. Dale unos minutos y necesitará unos analgésicos y un fisioterapeuta.

Entonces haces tu segundo golpe. Entre la impresión, sus evidentes mediocres reflejos y el estupor del alcohol, cuando el puño se detiene cerca de su cara, del susto se cae de espaldas - ¡Ah! ¡Cabrón! ¡Ma'echo un esguince, mira! - grita, alarmado, sujetándose el brazo. Este tipo no parece en sus mejores condiciones mentales. Es un buen ejemplo de por qué se debería tener cuidado con el alcohol y otras sustancias que afecten a las capacidades cognitivas. Tus palabras al principio no surten ninguna clase de efecto y solo recibes más insultos y quejas. Eso sí, en el momento en que levantas el puño amenazando con darle otro puñetazo, se asusta y se echa para atrás:

- ¡Vale, vale! Joder, como duele. Te diré lo que sé. ¡No me pegues más! Solo soy un pobre viejo borracho, no hace falta violencia - con mucho esfuerzo e interponiendo el brazo herido entre tú y él, se incorpora un poco - Yo no he tenido nada que ver con el naufragio. Yo y mi compañero solo estamos recogiendo lo que han dejado los que lo han hecho, ¿entiendes? Roban rápido por la noche tras hacer naufragar los barcos, así que no siempre encuentran todo. A veces se queda atrás alguna caja con cosas de valor, algún cofre o algo similar. Otras veces simplemente es comida, ropa u otras cosas que no han querido llevarse - el borracho habla arrastrando las palabras y vigilándote con miedo. Está intentando ser discreto, pero la tensión en su cuerpo y sus miradas furtivas son evidentes: está esperando que bajes la guardia para huir. No es que le vaya a servir de mucho, le has visto en acción y aunque es fuerte, crees que podrías atraparle a la carrera si quisieras - ¿Es tesoro lo que quieres? ¿Es eso? - se lleva la mano buena a su chaqueta - Yo no tengo nah, por favor, déjame irme. Mi compañero es el que está saqueando, yo solo vigilaba.

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#7
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Escuchas atentamente lo que el borracho tiene que decirte, joven pirata. Para su mala suerte, se había topado contigo, alguien claramente muy diferente a él. De un mundo completamente distinto que busca cosas más allá que simplemente vaciar la vida en una botella. Estas más que enojado, decepcionado. Ver desperdiciar una vida así, es algo que simplemente no te entra del todo en la cabeza. No se trata de viciar y pasarla bien. Que de hecho, con eso no tienes nada en contra. Se trata del simple hecho de arruinar tu vida y cuerpo con vicios. Aunque no sabes nada de este hombre y lo que lo llevo a este punto, solo puedes pensar en par de cosas.

Que es débil y se ha interpuesto en tu camino.

-Lo que estoy buscando, no lo puedes comprar con dinero. –Respondiste cortantemente. – Pero puede que estos queridos ladrones puedan darme algo digno de recordar. Mientras tanto tú… - apretaste nuevamente el puño con fuerza. Te lanzas sin medida y apuntas directamente al mentón e intentas propinar un uppercut. Si lo lograbas, mirarías con decepción al noqueado hombre que se ha interpuesto en el camino de alguien y su objetivo.

- Esto es lo que logras al interponerte en el camino de Hunter D. Alpha, el gran cazador de los cuatro peligros.

Revisas curiosamente lo que el hombre trataba de esconder en su chaqueta. Luego, miras nuevamente en dirección al barco. Existía la posibilidad de que los gritos hayan llegado hasta allá y el otro hombre fuera escuchado. De tener suerte, podría ser que no. Ahora tocaba buscar otra ruta. No querías arriesgarte con la primera. No tenías ganas de mojarte mucho ni lastimaste con por un descuido idiota. Así que decidiste seguir avanzado para buscar otra ruta que te hiciera llegar a al naufragio.

Aunque lo otro era, tener que perseguir al compañero que estaba escapando. Mas diversión aun ¿no?

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#8
Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
El puñetazo deja al hombre en el suelo, aturdido y gimiendo de dolor. No está inconsciente, pero no crees que le queden fuerzas para resistirse mucho o ganas de moverse en al menos un rato largo. Al fin y al cabo, es solo un ladronzuelo borracho. Su umbral del dolor probablemente sea más bajo que el tuyo o que el de otros luchadores, ya puestos. Al revisar su chaqueta encuentras que, en contra de lo que había declarado, tiene algunas cosas de valor guardadas. Por el olor a salitre y la humedad, no hace falta ser un genio para deducir que han salido del barco. Lleva encima un collar de perlas, un lienzo enrollado cortado de un cuadro (si lo despliegas, verás que es una pintura bonita de un paisaje portuario) y un puñado de monedas de oro.

Cuando te diriges al barco, te das cuenta de que su compañero no tenía a dónde huir, salvo que decidiese tirarse a las olas o que se haya escondido de ti entre las rocas. Más allá del naufragio no hay playa, solo un acantilado cada vez más pronunciado y mar brava batiéndose contra sus paredes. Una vez subes al barco, dispuesto a darle guerra a quien quiera que esté encima, no solo no encuentras a nadie, sino que escuchas un crujido de madera y un chapoteo. Si miras por la borda, verás a un hombre nadando tan frenéticamente como si le persiguiera un rey marino, alejándose del barco naufragado. Parece que el compañero del borrachín no tenía ganas de vérselas contigo.

Por otro lado, en su huida ha dejado atrás su botín. Un movimiento sabio si pretendía que su huida marina tuviese alguna clase de éxito. Sobre el suelo destrozado de la cubierta encuentras más monedas, joyas, instrumentos como un sextante y un astrolabio y un barrilete de especias. Sin embargo, además del botín otra cosa llama tu atención. Tanto en cubierta como bajo ella (como ves por algunos agujeros), se encuentran los desgraciados marineros de la Quimera. Ahora que puedes ver sus cuerpo muertos, no te queda duda. No solo no ha habido nada de accidental, sino que los causantes no pretendían dejar testigos. Los cadáveres tienen heridas que no encajan con el choque de la nave con el acantilado: cuellos degollados, perforaciones que podrían ser de bala y otras heridas igualmente sospechosas. Parece que el cuento del borracho era cierto y más siniestro de lo que aparentaba en un primer momento.

Sin embargo, hacer justicia no es cosa de piratas. ¿O sí?

#9
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Tomas el lienzo cortado, que fue lo que más te ha llamado la atención.  En cuanto a lo otro, lo dejas allí junto a él. El dinero lo puede necesitar para recuperarse cuando despierte, aunque probablemente va a necesitar más que un doctor para atender aquello. Llegas al barco, y te parece una lástima que el otro compañero huya con dejado el resto de las cosas. Sinceramente, no lo consideraste una mala jugada, pero tampoco una buena. Aun lo tenías a rango de tiro. Podías sacar cualquiera de tus armas de rango y darle. Pero decides no hacerlo. No es una presa, es alguien débil que simplemente hace lo que puede para sobrevivir. Pero a diferencia del otro, este no se ha propuesto a ponerse en tu camino, así que no has tenido que acabar con él.

Pero por otro lado, lo que queda en el barco no es de nadie.  Lo había abandonado y lo correcto era recoger lo valioso para venderlo y aun así tener más dinero para poder conseguir recursos. Un extra, la verdad que prefieres no negarte a tomar. Pero aun no. Eso lo dejarías para el final, por ahora te dispones a seguir investigando y, tu nariz siente olor a muerte. Sigues buscando hasta llegar al lugar y, puedes ver con claridad la carnicería. Todo esto, no era causado por un simple naufragio. El borracho tenía razón. La quimera había sido atacada. ¿Cuántos serian? ¿Serían mucho? ¿Serian pocos? ¿Serán fuertes? Un centenar de preguntas invaden tu mente. Pero todas ellas solo hacen crecer ese sentimiento de querer ir a averiguar quién ha hecho esto y cazarlos.

Porque aun así, yo pienso lo mismo que tu mi querido narrador. No es de piratas hacer justicia. Ni de lejos, los piratas son criaturas libres guiadas por deseo, ambición y codicia. Pero tu y yo sabemos que lo que impulsa a este pequeño es algo más allá de eso.

Porque aquí no ha venido a hacer justicia, ha venido a cazar.
#10


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