Hay rumores sobre…
... una bestia enorme y terrible atemoriza a cualquier infeliz que se acerque a la Isla Momobami.
Tema cerrado 
El dia prometido [Pasado-Comun] [Priv. Jun]
Juri Han
Vega



Puerto de isla Kilombo




¡Hemos llegado a destino, el puerto de la isla Kilombo! — El capitan grito a todo pulmon mientras sacudia una pequeña campana que portaba en su unica mano, escuchandose en todo el barco. El aviso alertó a Juri quien estaba recostada en el palo mayor donde habia un puesto de vigia que no se estaba usando. La niña abrio los ojos como platos, se levanto con rapidez y se apoyo contra la baranda del poste, observando el puerto que hace tanto tiempo no veia desde aquel dia que partio para entrenar por su cuenta para prepararse para cumplir con la promesa que le habia hecho a su amiga hace ya tanto tiempo. Al ver todo igual que siempre no pudo evitar esbozar una sonrisa de oreja a oreja, entusiasmada, llena de alegria: — ¡Al fin! — 

Haciendo una demostracion de sus habilidades acrobaticas, Juri descendio haciendo piruetas y equilibrio por las cuerdas del barco hasta descender de un salto hacia el puerto, cayendo en un pie en perfecto equilibrio como era de esperarse. Rapidamente se fue corriendo por las calles de la ciudad, subiendo a la zona mas alta de la misma, trepando por los edificios haciendo parkour y tirando algun que otro jarron de los balcones al piso arriesgando la vida de los agradables ciudadanos de la ciudad, quienes se asustaban y miraban a los tejados, viendo para sus pesares que no era un gato travieso sino una pequeña demonio que la gente reconocio de inmediato al ver sus coletas caracteristicas. — Oh no, no me digas que volvio esa tipa... — — ¿Otra vez ella? Pense que se habia ido para siempre al fin... — Eran los comentarios que se escuchaban entre los civiles que la veian.

Juri escalo el edificio mas alto del pueblo, y cuando estuvo en la cima tomo todo el aire que pudo y grito a los cuatro vientos: — ¡JURI HAN ESTA DE REGRESO! ¡LA FUTURA REINA DE LOS PIRATAS ESTA DE VUELTA Y LISTA PARA LA ACCION! — Acto seguido se bajo de alli de un salto calculando caer en el techo de lona de una tienda que la amortiguo y la hizo rebotar hasta caer al suelo con gracia, siendo insultada por el dueño de la tienda que se dio un susto de muerte. — ¿QUE HACES PENDEJA DE MIERDA VOS QUERES QUE TE MATE? — Juri se volteo le saco el dedo medio e insulto al tipo para luego irse caminando pensativa tratando de recordar donde quedaba la casa de Jun. — ¡CHUPAME LA CONCHA GORDO DE MIERDA!... Por donde era, por donde era... — Hasta que finalmente lo recordo y salio corriendo hacia alli a toda velocidad como una desalmada.


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#1
Jun Gunslinger
Nagaredama
Cual patovica del Tropitango, protagonizando otro día aburridísimo en la -irónicamente- llamada Isla Kilombo, la joven Jun custodiaba la puerta de la taberna de su tía Anna. Estaba apoyada contra el ancho marco del umbral, manteniendo los brazos cruzados y un pie por encima del otro. Bloqueaba entrada y salida, pero no le importaba, y por nada desarmaba su postura relajada. Apenas y se inmutaría cuando un individuo se presentó, con la intención de ingresar al lugar.

Uf, que pesado. Creí haber sido clara cuando dije que no quería volver a verte por acá —murmuró, entreabriendo los ojos para observarle con desdén.

Dale nena, solo vengo por un trago, no voy a molestar —respondió el otro, con voz rasposa y arrastrada. 

Se trataba de un personaje bastante conocido en el pueblo, un borracho empedernido que bebía día y noche y por su hábito fácilmente causaba problemas en cualquier sitio al que llegaba. El veterano ya se encontraba visiblemente ebrio, además de que apestaba a licor, por lo que no fue difícil para Jun deducir que seguramente lo habían echado de otra taberna y se había arrastrado hasta aquel lugar con la esperanza de seguir bebiendo.

Nah... —La joven chasqueó los dientes y despegó su espalda de la puerta, enderezándose—. Ve a joder a otro sitio. No eres bienvenido aquí.

¿Y si-¡hic! ...no quiero? —desafió el sujeto, tambaleándose en el lugar. Apenas y podía mantenerse erguido.

Si no te tomas el palo, vamos a tener problemas.

El tipo soltó una carcajada destartalada, y de la manga de su chaqueta maltratada asomó el filo de un arma blanca. —¿Problemas? Estas chistosa hoy, ¡hic! Anda, hazte a un lado —ordenó.

¿Realmente esperaba intimidarla con eso? Jun se aguantó la risa, procurando mantenerse muy seria. Ni lerda ni perezosa, llevó la zurda a la parte baja de su espalda y sacó de la funda su curiosa arma de fuego, apuntándola directamente a la jeta del borracho. La verdad es que tanto despliegue no era necesario, pero enseñar la pistola siempre le divertía.

Tómatelas, o te jodes —advirtió.

¿Qué? ¿Me vas a disparar, niñita?

Jun esbozó una sonrisa casi imperceptible, y su mirada se acentuó con un brillo maníaco. —Claro que te voy a disparar. Para eso son las armas, viejo sarnoso —respondió, deslizando el pulgar para quitar el seguro del arma.

Ese estúpido juguete, seguro que ni municiones tie... —El tipo ni llegó a terminar la oración, que la borrachera se le quitó del susto cuando una bala impactó en el suelo, justo en el espacio entre sus botas gastadas y roñosas. Dejó caer el cuchillo oxidado y retrocedió, trastabillando—. ¡Dios! ¡Está bien! —exclamó, alzando las sucias palmas en señal de rendición—. Ya está bien, ¡hic! ...me largo, pero volveré.

Así como había llegado, bajo la mirada expectante de la peliazul el sujeto se dio la vuelta y emprendió la marcha, caminando lentamente y en zigzag, más borracho que gusano de tequila.

Chau, viejo cajeta.

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#2
Juri Han
Vega


Juri avanzaba a toda velocidad por las calles de la isla Kilombo, esquivando transeúntes, saltando por encima de barriles y deslizándose por debajo de puestos de mercado. El viento despeinaba sus coletas y una sonrisa traviesa se dibujaba en su rostro, reflejando la emoción que sentía al estar de vuelta en el lugar que alguna vez había sido su hogar, poder volver a ver a su amiga y al fin comenzar el viaje que ha sido su sueño desde hace tanto tiempo. La ciudad no había cambiado mucho desde la última vez que la vio. Las mismas calles empedradas, las mismas fachadas de colores vibrantes y el mismo bullicio incesante de los comerciantes y ciudadanos. Sin embargo, a pesar de las similitudes, Juri notaba pequeñas diferencias, detalles que solo alguien que hubiera estado fuera por mucho tiempo podría percibir. Aun así, su entusiasmo no se apagaba; todo lo contrario, se avivaba con cada paso que daba hacia el reencuentro con su querida peliazul.

Finalmente, divisó la taberna de Anna. Sus recuerdos la guiaron hasta allí, donde Jun solía pasar la mayor parte de su tiempo. Al llegar, Juri se detuvo un momento para recuperar el aliento mientras contemplaba el edificio frente a ella a unos cincuenta metros de distancia, viendo desde lo lejos a Jun alli de pie en la entrada como si nada, custodiandola de mala gana.

Cita:Claro que te voy a disparar. Para eso son las armas, viejo sarnoso

Juri llego justo para observar a lo lejos como Jun tenia un altercado con un tipo borracho, no tenia idea de que era lo que ocurria pero parecia que ese tipo la estaba molestando por lo que Juri se acerco caminando tranquilamente tomando una botella de cerveza vacia que estaba tirada junto al cordon de la calle. Jun disparo al suelo y el borracho finalmente parecio entender que no es no, vaya que le costo pero al menos todo habia terminado bien, al fin un problema que se resolvia en paz y sin que nadie salga heri-.... de pronto en cuanto el tipo se volteo para irse Jun podria ver una mano sosteniendo una botella cayendo verticalmente para estrellarla contra la cabeza del tipo, estallando en cientos de cristales y dejando inconsciente al pobre hombre que cayo rendido al suelo, dejandole ver a Jun a su querida amiga de pie justo al otro lado del borracho, sonriente y risueña al verla cara a cara, aun sosteniendo el pedazo de cuello de botella que le quedaba.

¡Holi! — Saludo Juri manteniendo su sonrisa para acto seguido soltar el cuello de botella y lanzarse encima de Jun como si no hubiera un mañana. — ¡¡¡JUUUUUN!!! JAJAJAJAJA — Su risa se escucho por todo el local. Al llegar a su amiga, la envolvió en un abrazo apretado, levantándola del suelo y girándola en el aire.
 — ¡Jun! — exclamó Juri, todavía riendo. — ¡No sabes cuánto te extrañe, loca de mierda! — Luego de un rato Juri la soltó y le dio una amistosa palmada en la espalda. — ¡Volví! Y tengo grandes planes para nosotras, primero necesitaremos pintura, un bote, una cuerda, alcohol, comida, y otras cosas. Ah y nos vamos esta noche, ¡COMIENZA NUESTRO VIAJE A POR EL ONE PIECE BEBEEEEEEEEEEEEEEEE! — Hablaria a toda prisa frenetica y sin pararse ni a respirar o pensar, aunque tampoco es que hiciese mucho eso ultimo.
#3
Jun Gunslinger
Nagaredama
El ruido de cristales rotos alertó a Jun, que apenas había llegado a relajarse y guardar su pistolón. Agudizó la mirada para ver a la distancia, y observó como el sujeto ebrio que acababa de espantar se desplomaba en el suelo cual costal de papas. De pie junto a él, la dueña de su sonrisa favorita se manifestaba como un espejismo. Jun se restregó los ojos con los puños, para volver a mirar.

¿Juri?

Apenas llegó a reaccionar cuando Juri se lanzó en carrera hacia ella, exclamando su nombre y riendo de felicidad. Atrapó a la peliazul entre sus brazos y la despegó del suelo, girando con ella en el lugar. Jun la envolvió en un abrazo fuerte, colgándose de ella y aferrándose a su cuerpo con manos y piernas, como una garrapata. Escondió el rostro entre su hombro y cuello, mientras reía... o lloraba, o las dos cosas. Las emociones simplemente la desbordaron.

Juri... ¡Mi Juri! —sollozó—. Regresaste, amiga.

Juri Han había sido, después de su madre, el vínculo más real y genuino en la vida de Jun. Su única amiga verdadera, la única persona en la que llegaría a confiar al cien por ciento. Desde muy pequeñas habían estado juntas, y funcionaban prácticamente como un mismo ser. Nadie la entendía mejor que ella, con nadie congeniaba de la misma forma. Juri era su otra mitad. Se complementaban bien, y se parecían mucho.

Cuando Juri se fue de la isla, el mundo se derrumbó para Jun. Soportar la distancia y no saber nada de ella fue muy difícil, pero Jun esperó cada día teniendo muy presente la promesa que ambas se habían hecho al momento de la partida. Sabía que su amiga no le fallaría, y por eso ella tampoco iba a fallar. Todo el tiempo que pasaron separadas, la joven hafugyo lo dedicó a volverse más fuerte y mejorar sus habilidades. Ahora que finalmente volvían a estar juntas, y potenciadas, ya nada podría separarlas.

Cuando Juri la bajó, de inmediato comenzó a hablar de sus planes e ideas con mucho ánimo y entusiasmo. Pero Jun todavía estaba en shock, y solo podía contemplar estupefacta los gestos y expresiones de su hermosa amiga. Por supuesto que estaba feliz porque ella había regresado, pero había pasado tanto tiempo sin verla que aquello parecía un sueño, algo irreal.

¡Ven, vamos adentro, ¡quiero que me lo cuentes todo! —exclamó, cuando pudo reaccionar, y capturó su mano para arrastrarla al interior de la taberna.

Jun pateó la puerta y anunció la llegada de su otra mitad. Todos los presentes se voltearon a ver, sorprendidos para mal, ya asustados por los disturbios que habían oído del exterior momentos antes. El terror del pueblo, aquel dúo explosivo y caótico, estaba de vuelta.

¡Dan, sírvenos algo! ¡Juri regresó! —pidió a uno de los empleados, quien de inmediato obedecería en silencio y sin chistar—. Anna no está, pero seguro llega pronto. Sé que estará feliz de verte —le dijo a su amiga (no, claro que no lo estaría).

Habiéndose acercado a una mesa redonda, Jun arrastró una silla para su amiga y otra para ella. La suya la colocó al revés, y se sentó apoyando los brazos contra el respaldo y recargando el mentón sobre ellos. 

Todavía no podía creer que tenía en frente a esa muchacha.

¿Y? ¿Qué onda? ¡Cuéntame! ¿Qué has hecho?
#4
Juri Han
Vega

El abrazo de Jun fue tan intenso como Juri había esperado. Sentir los brazos de su amiga rodeándola, su risa y su llanto mezclados en su oído, hizo que Juri sintiera que todos esos años de entrenamiento y preparación habían valido la pena, y reposo su mejilla contra la de ella en una muestra de afecto. Cuando finalmente la soltó, la alegría en su rostro era evidente. 

Cita:¡Ven, vamos adentro, ¡quiero que me lo cuentes todo! 


Siguiendo a Jun hacia el interior de la taberna, Juri no pudo evitar una carcajada al ver las expresiones de los clientes. Era como si hubieran visto a un fantasma, y en cierto modo, lo habían hecho. Ella era una tormenta del pasado que había regresado para agitar las cosas una vez más. — ¡Dan, que sean dos fernets bien cargados! — exclamó Juri, dejándose caer en una silla junto a Jun. El fernet era una bebida alcohólica semiamarga hecha a partir de bebida cola y jugo de yuyos, muy popular y consumida en su tierra natal. — ¡Hoy celebramos! — Tomó un momento para absorber el ambiente de la taberna, sintiéndose nostálgica pero al mismo tiempo emocionada por todo lo que estaba por venir. Miró a Jun y sonrió ampliamente, sintiendo una mezcla de orgullo y afecto. 

Dan se acerco con dos tarros grandes y espumosos de fernet sonriendo nerviosamente mientras se los servia en la mesa. — B-Bienvenida Juri, por favor chicas no causen ningun alboroto jejeje... Jun sabes que tu tia luego nos tirara la bronca y yo tendre que pagar los platos rotos. — Dijo casi suplicando como un perrito lastimoso.

Cita:Anna no está, pero seguro llega pronto. Sé que estará feliz de verte

Juri se quedo unos segundos en silencio. — ....... PFFF JAJAJAJAJAAJA no perdiste el toque. — probablemente ninguna de las dos se lo creia aunque lo quisieran. — Bueno, ¿por dónde empiezo? — dijo, apoyando los codos en la mesa y acercándose a su amiga con ojos brillantes. — Después de que me fui, entrené como nunca antes. Recorrí islas y... entonces lo que sucedio fue... y le meti la.... entonces me agarro de... y me recompensaron con.... entonces fui a... — Juri fue contandole con entusiasmo todo lo que vivio en este ultimo tiempo que estuvo fuera, vaya que habia tenido aventuras, pero asi era ella. — Aprendí nuevos trucos y perfeccioné mis habilidades. Cada día pensaba en nuestra promesa, en embarcar nuestro viaje y formar una tripulacion, encontrar el one piece y convertirnos en las piratas más legendarias de todas. — Sus ojos brillaban llenos de ilusion y esperanza. Hizo una pausa para tomar un sorbo del trago que Dan había servido rápidamente, disfrutando del licor en su garganta. — Hubo momentos difíciles, no te lo voy a negar. Pero cada problema solo me hizo más fuerte. — Continuó Juri, golpeando la mesa con el puño enérgicamente. — Y ahora estoy aquí, lista para comenzar nuestra aventura de verdad, ya basta de jugar, basta de soñar con que llegue el momento. El momento llegó. — Sus ojos brillaban con DETERMINACION.

Juri se inclinó hacia adelante, acercándose aún más a Jun. — ¿Y tú? ¿Qué has estado haciendo todo este tiempo? ¿Estás lista para zarpar y enfrentar el mundo conmigo? — No podía contener su emoción. La idea de volver a estar juntas, de compartir aventuras y risas, de enfrentar desafíos lado a lado, era todo lo que había soñado. Tomó la mano de Jun con fuerza, transmitiéndole su energía y entusiasmo. — Nada nos detendrá, Jun. Vamos a encontrar el One Piece y a convertirnos en leyendas. — Juri creia firmemente en el vínculo entre ellas inquebrantable, y sabía que juntas, eran imparables.
#5
Jun Gunslinger
Nagaredama
Jun escuchaba y repreguntaba cada vez que tenía oportunidad de meter algún bocado, entre cuento y cuento, entre trago y trago. No faltaban las risas, pues Juri tenía una forma única de relatar sus hilarantes anécdotas y convertirlas en historias divertidísimas que hacían descostillar hasta las lágrimas a la peliazul.

Todavía obnubilada por la llegada repentina de su amiga, Jun tenía ciertas dificultades para concentrarse a pesar de que hacía su mayor esfuerzo por no evidenciarlo. Preguntándose aún si todo aquello era real, no dejaba de mirarla y disfrutar de su amplia sonrisa y cada uno de sus gestos. La hafugyo notaba que su amiga había cambiado mucho, aunque obviamente ella también. A pesar de que las dos todavía eran muy jóvenes, estaba claro que ya no eran una niñas.

Jun siempre había pensado que su amiga era una muchacha muy hermosa, y así la recordó durante todo el tiempo que estuvo lejos de ella, pero fue inevitable sorprenderse ante semejante belleza florecida en la primavera de la juventud. Juri había dado un estirón y era alta, bastante más alta que ella. Su cuerpo también se veía diferente, voluptuoso, fuerte y musculoso, con curvas pronunciadas y atributos que destacaban demasiado, al menos en comparación a Jun, que siempre había sido una joven delgada y poco llamativa en cuanto a características físicas. Al lado de semejante mujerón, la peliazul parecía una pálida comadreja muerta de hambre.

Yo también me he hecho más fuerte —le dijo, sonriente, levantando su brazo derecho para presumir de un bícep inexistente. Luego lo estiró hacia su amiga, y con los dedos índice y anular imitó la forma de una pistola—. He perfeccionado mucho mi puntería, y he fabricado nuevos juguetes ¡Ya te los enseñaré! —dedicó un guiño a la muchacha, y volvió a tomar de su vaso antes de empezar a contarle sobre varios chismes locales y algunas de las tantas anécdotas que había protagonizado en el pueblo durante su larga ausencia. 

La Gunslinger, como su apodo anunciaba, se había convertido en una hábil tiradora que además creaba y modificaba sus propios artefactos dedicados exclusivamente a sembrar el caos: Armas de bajo y alto calibre, municiones de todo tipo, explosivos, artificios incendiarios. Literalmente, Jun andaba armada hasta los dientes y en la isla todos lo sabían.

La verdad es que las cosas aquí han sido muy aburridas sin ti. Pero dediqué todo mi tiempo a prepararme y ya estoy más que lista e impaciente por largarme de este lugar.

Cuando Juri tomó su mano, la peliazul correspondió el gesto y se aferró con fuerza a ella, entrelazando los dedos con los suyos. Las miradas de ambas conectaron, sus ojos brillando con tenacidad, complicidad y determinación. Con la zurda levantó el vaso de fernet y esperó que su amiga hiciera lo mismo, para chocar cristales a modo de brindis.

Vámonos de aquí para no volver. No importa a donde, solo quiero ir contigo. ¡Encontraremos el One Piece y seremos las Reinas de todos los Piratas! ¡Cada bastardo del East Blue y más allá se arrodillará ante nosotras!
#6
Juri Han
Vega

Cita:[b]Yo también me he hecho más fuerte [/b]


Juri se reclinó en su silla, observando a Jun con una sonrisa de complicidad. Las historias que su amiga le había contado, sus habilidades mejoradas y su arsenal de juguetes nuevos, la llenaban de orgullo. Jun haciendo artefactos peligrosos, armas o municion era de las cosas que mas disfrutaba ver Juri, se notaba la pasion en los ojos de Jun al trabajar en ello y le contagiaba a Juri, podia ver ese talento esa creatividad que estaba segura nadie mas tenia. — Siempre supe que eras una genio con las armas — Dijo, recordando las veces que Jun había improvisado algún artefacto explosivo en su infancia. — ¡No puedo esperar a ver esas maravillas en acción! —
El bullicio en la taberna continuaba, pero para Juri, el mundo exterior parecía haberse desvanecido. Su mente estaba llena de las anecdotas que le iba contando Jun, ciertamente tenia una forma de hablar que le hipnotizaba, o tal vez era que se habia terminado de tomar el vaso de litro de fernet y estaba ebria, como sea, cada palabra de Jun reforzaba su decisión de cumplir con su promesa y alcanzar sus sueños juntas, pues Juri tambien soñaba con que Jun se volviese una artificiera pistolera ultra mamadisima y legendaria, y estaba segura de que siendo piratas ambas iban a desarrollar sus cualidades mas de lo que jamas habrian podido quedandose en esta isla.
 
Cita:La verdad es que las cosas aquí han sido muy aburridas sin ti. Pero dediqué todo mi tiempo a prepararme y ya estoy más que lista e impaciente por largarme de este lugar.


Lo se, lamento haberte dejado asi tan de repente, pero era necesario... necesitaba, ya sabes, aislarme un poco para desarrollar algunos aspectos de mi vida que me hacian falta, y no iba a ser capaz de hacerlo contigo a mi lado, nos distraemos mucho jajajajajaja... — Bromeo y solto una risa, aunque fue una risa nerviosa. En realidad tomo distancia de Jun por las palabras de aquel capitan pirata que las rechazo en su momento, temia que si se la llevaba consigo la pusiese en peligro y no estaria lista para protegerla.

Escucha tengo una idea —sugirió cambiando de tema, sus ojos brillaban con emoción como un niño viendo la navidad. — Planeo que nos vayamos de aqui esta misma noche, pero antes quiero que nos despidamos a lo grande. ¿Que te parece si nos colamos en la base G-23 de la marina y les dejamos un lindo saludo de despedida de nuestra parte? Sera nuestra carta de presentacion como nuevas piratas. — Le susurro al oido para que nadie mas las escuche, y acto seguido le explico en voz baja los detalles de su plan.

Juri se inclinó hacia adelante, apoyando sus codos en la mesa y mirando a Jun con intensidad. — Pero antes de irnos, debemos asegurarnos de tener todo lo que necesitamos. Provisiones, armas, un barco en lo posible.— Hizo una pausa, pensando en la logística de su plan. — Y quizás mas adelante algunos compañeros de confianza. No podemos hacerlo todo solas, y definitivamente yo no me ocupare de las tareas de limpieza y mantenimiento del barco. — Volvió a sonreír, esta vez con una chispa traviesa en sus ojos. — Pero primero, para empezar, ¡tenemos que celebrar! Vamos a brindar por nosotras, por nuestras futuras aventuras y por todo lo que está por venir. — Lleno su vaso nuevamente hasta el borde, dispuesta a disfrutar de ese momento de reencuentro antes de lanzarse de lleno a su próxima gran aventura. En su corazón, Juri sabía que juntas, ella y Jun podían lograr cualquier cosa. Y ese pensamiento la llenaba de una energía y una esperanza que no había sentido en mucho tiempo.


Cita:Vámonos de aquí para no volver. No importa a donde, solo quiero ir contigo. ¡Encontraremos el One Piece y seremos las Reinas de todos los Piratas! ¡Cada bastardo del East Blue y más allá se arrodillará ante nosotras!


Juri alzó su vaso para brindar con Jun, sintiendo una ola de emoción al escuchar las palabras de su amiga. El choque de los cristales resonó en sus oídos como una promesa sellada, y tomó un gran sorbo de su fernet, disfrutando del sabor fuerte y amargo que le recordaba a casa. —¡Así se habla, Jun! —exclamó con su voz llena de entusiasmo. — ¡Vamos a arrasar con todo!



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#7
Tema cerrado 


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