Alguien dijo una vez...
Donquixote Doflamingo
¿Los piratas son malos? ¿Los marines son los buenos? ¡Estos términos han cambiado siempre a lo largo de la historia! ¡Los niños que nunca han visto la paz y los niños que nunca han visto la guerra tienen valores diferentes! ¡Los que están en la cima determinan lo que está bien y lo que está mal! ¡Este lugar es un terreno neutral! ¿Dicen que la Justicia prevalecerá? ¡Por supuesto que lo hará! ¡Gane quién gane esta guerra se convertirá en la Justicia!
[Cacería] Crow, el misterioso líder circense.
Ray
Ray
El cocinero te mira extrañado cuando haces la reverencia. Puedes notar con facilidad por su gesto que no está ni mucho menos acostumbrado a tanta teatralidad fuera de lo que son las actuaciones del circo. No obstante da la sensación de que por su cabeza tan solo pasa el pensamiento de que eres un tío bastante peculiar, sin mostrar en ningún momento ningún indicio de que sospeche de ti. Al fin y al cabo el asentamiento circense está lleno de personas cuanto menos extravagantes, lo que en momentos como este juegan a tu favor al no hacerte parecer un bicho raro en comparación.

Recorres el recinto de camino a la tienda de mando. Cuando te acercas lo suficiente puedes comprobar que no hay nadie guardando su puerta y, al continuar tu trayectoria y llegar hasta ella te das cuenta para tu sorpresa de que esta está abierta.

Vista desde el interior, la tienda es tremendamente espaciosa. De morfología dodecagonal, lo que realmente no dista demasiado de ser circular, tiene un radio aproximado de unos diez metros. El techo asciende desde cada vértice de forma progresiva, confluyendo en la parte central, donde tiene una altura de unos doce metros. Una mesa de madera alargada con cuatro sillas a cada lado preside la estancia en su centro, y un par de muebles bastante rústicos la rodean.

En uno de los laterales puedes ver una jaula de metal para pájaros de un tamaño estándar, en la que descansa medio dormitando un cuervo que, por su aspecto, no parece tener nada extraordinario. Un pequeño gato deambula por la tienda, maullando suavemente al verte. No parece nervioso ni asustado, simplemente da la sensación de que es su forma de saludarte. ¿Cuál será tu próximo movimiento?
#11
Shy
"Shy"
"Bueno" pensó Shy. "Eso ha sido bastante más sencillo de lo que me esperaba. Me esperaba desatar una carnicería espantosa."

Sin demorarse más en pesquisas poco productivas, Shy se dirigió a la tienda, levantó el faldón de la entrada, e ingresó a la carpa. Una vez dentro, tuvo ocasión de examinar la estancia a fondo, viendo cada recoveco y cada ventaja que podía utilizar a su favor. Contándolas, Shy no logró aunar ni una sola idea a su favor. Se sentía bastante carente de ideas. Aquella inusual cacería le estaba llevando a los límites de su ingenio.

Observó al somnoliento cuervo, y acercó su carro a la jaula. No obstante, fue otro ser quien dio su atención al cazador viudo. Un gato. A Shy siempre le habían gustado estos pequeños felinos. Sentía que se entendía mejor con ellos que con la mayoría de personas. Sin sisear -pues aún conservaba esa identidad de mimo- dedicaría al gato algunas caricias, si este se lo permitía.

Shy enarcó la ceja.

"Maldita sea. Si levanto las tapas de las bandejas en este preciso instante, estoy seguro de que el gato saltará a robar del plato descubierto, y habré gastado mi única oportunidad para colarme en este lugar por mi incompetencia. Un camarero que pierde la comida no suele ser receptor de mucho aprecio. Tengo que encontrar la forma de distraer a mi amigo felino." 

El cazador suspiró y sacudió la cabeza.

"Joder, ¿realmente me estoy comiendo la cabeza por un simple gato? Sé que los usuarios de Frutas del Diablo del tipo Zoan existen, pero si eso me lleva a dudar de cada animal que me encuentre, voy listo. Bueno, más vale extremar las precauciones. Nada me cuesta hacer que el gatete se distraiga antes de proceder con el resto del plan."

El joven observó los muebles. Quizás podía conseguir que el gato se distrajera arañando su superficie. Esta sería una de las pocas veces en las que alguien se alegraría de que un felino usase una madera bien barnizada y pulida como rascador. Así pues, se acercó distraídamente a los muebles, después de dar un toque suave en los barrotes de la jaula para intentar despertar al cuervo. Una vez junto al mueble, usaría una de sus agujas para rascar la superficie de aquellos enseres, intentando que el sonido incitase al gato a afilar sus uñas contra la madera. Si el gato demostraba estar distraído, volvería frente a la jaula del cuervo y, cuando el ave se despertase, exhibiría los platos. Como plan, no era el mejor, pero Shy era consciente de que podía estar rodeado de luchadores de carácter impredecible. ¿Por qué no escogió un trabajo más sencillo?
#12
Ray
Ray
El pequeño felino te mira con ojos curiosos mientras te mueves por la habitación. Das un toque suavemente en uno de los brotes de la jaula, lo que hace que el cuervo comience a desperezarse poco a poco.

Tras raspar el mueble con tu aguja puedes observar cómo el gato va hacia ti con expresión alegre y descuidada. Divertido, comienza a arañar la madera. Da la sensación de que el sonido de sus pequeñas zarpas raspando la superficie del mueble le relaja, por lo que parece que existe la posibilidad de que se quede allí entretenido por un rato.

Cuando vuelves tu mirada de nuevo hacia la negra ave esta se ha despertado y te mira con sus ojos de color azabache mientras gira ligeramente su cabeza en una expresión que parece de curiosidad. Una vez destapas los platos cerca de él el cuervo se acerca al borde de la jaula en su parte más cercana a la comida mientras la mira con avidez. Sus ojos saltan de un plato hacia otro, y da la sensación de que los alimentos han acaparado toda su atención.

Mientras tanto el gato parece estar empezando a aburrirse de jugar con el mueble y vuelve su mirada hacia ti tras olisquear un poco. Pruedentemente comienza a caminar hacia las bandejas con los ojos fijos en el plato de pollo. ¿Cuál será tu próximo movimiento, cazarrecompensas?
#13
Shy
"Shy"
Shy pudo maravillarse por un segundo, tras el cual comprobó con cierta decepción que la distracción al felino no duraría.

"Mierda. Si el asunto va de capturar animales, adelante con el gato también, pero va a ser difícil. Joder, ¿y por qué narices están buscando a un maldito cuervo?" 

Como de costumbre, las quejas que Shy expresaba en su fuero interno a modo de plegaria no sé materializaban en ningún tipo de ayuda. En momentos como aquel, resultaba difícil creer en religión alguna. Aunque Shy tampoco era particularmente creyente, así que otra confirmación de la inexistencia de un Dios no le arrancaría más que un encogimiento de hombros.

El ave, por su parte, exhibía su emoción al destaparse los platos. Aquello no pilló a Shy por sorpresa. Cuervo o no, pudo deducir que si había tanta tensión en la cocina, la comida debía de ser algo esencial. En especial para aplacar los malos ánimos de un capitán tirano, por lo que parecía.

El gato se aproximaba, interesado también en la comida. Había que darse prisa. 

"En fin. La suerte está echada. Espero que el animal reaccione como espero, o voy a acabar harto de tanto bicho. Por favor, soy vegetariano, no me hagas querer arrancarte las alas a mordiscos, corviducho."

Acercando el carro consigo a la jaula, respiró hondo... Y abrió la reja por la que habría de salir el ave. Con suerte, volaría justo hacia Shy. Sin suerte... Igual el cazador tendría que aprender a volar.
#14
Ray
Ray
El cuervo te mira fijamente mientras te acercas a su jaula, como midiendo si eres alguien de confianza o no. Lo que tiene sentido, ya que no te ha visto nunca y es probable que no tenga claro si eres un amigo o un enemigo. Al fin y al cabo en el asentamiento todo el mundo se conoce entre sí, o al menos todos los que llevan un tiempo viviendo allí.

De todos modos, cuando abres la puerta parece convencerse de que no eres una amenaza sino alguien que solo busca procurarle alimentos, ya que te ignora por completo y echa a volar hacia las bandejas. Se posa entre ambas y mira alternativamente a una y a otra con atención durante unos segundos. Pero apenas un momento después parece tomar una decisión y se decanta por el plato de pollo, que empieza a devorar con fruición. Sus alas están por completo plegadas en señal de relajación, concentrado como se encuentra en ingerir cuanta más comida mejor.

Mientras tanto el gato ha seguido acercándose a la comida cautelosamente, pero en el tiempo que ha pasado mientras has abierto la jaula del cuervo y este ha decidido qué plato empezar a degustar el felino ya ha conseguido llegar. Antes de que te des cuenta está olisqueando los platos una y otra vez, como si estuviera tratando de decidir si los alimentos presentados ante ellos le gustan o no. Cosa que parece que le está costando.

Estás a escasos dos metros de las bandejas, con el negro pájaro dándote la espalda mientras come tranquilamente, sin prestar atención a su alrededor. No hay nadie más en la estancia además de ti y los dos animales. No obstante no parece que te quede mucho tiempo para lograr tu objetivo, pues a lo lejos se puede oír una voz proponiendo entre gritos:

- Bueno, creo que ya es hora de ver qué decide el capitán, ¿no?

Escuchas a varias personas responder afirmativamente a un volumen similar al de la pregunta, acompañados de expresiones tales como "¡Vamos allá!", "A ver qué nos toca hacer ahora" o "A ver qué decide ese pajarraco". Es el momento, ahora o nunca. Debes actuar con rapidez o de lo contrario serás sorprendido con las manos en la masa. Tu prestigio como cazarrecompensas e incluso puede que tu vida están en juego. ¿Cómo reaccionarás?

Cosillas
#15
Shy
"Shy"
En cuanto vio al cuervo posarse sobre las bandeja con el pollo, Shy suspiró. No con la confianza de alguien que se sabe ganador en un conflicto, sino con el alivio de tener la derrota algo más alejada. El pájaro, además, le había dado la espalda al cazador. No necesitaba mucho más. 

No permitió que las voces del exterior, cada vez más cercanas, le intimidasen. Si bien el conflicto violento no había quedado del todo desterrado... Todavía podía salir de aquí sin empuñar las armas.

La mano no le tembló en absoluto, testimonio de su firme pulso, aunque no tanto de su convicción. Su apariencia tranquila era sencillamente eso, una aspecto. Notó los latidos de su corazón acelerarse antes de dar el siguiente paso, intensificándose hasta volverse dolorosos y ensordecedores. No había vuelta atrás. Esperaba que funcionase.

Con un ágil movimiento de su brazo, realizado con la eficiencia y habilidad de un prestidigitador -pues así de diestro era-, Shy intentaría colocar, con enorme velocidad, aquella cóncava tapa sobre el plato en el que comía el córvido, y presionaría el plato y la tapa con la suficiente fuerza como para que el cuervo no pudiera abrirlo.

A continuación, y antes de que cualquiera de los que estuviera fuera de la carpa ingresara en esta, se concentraría para utilizar el poder de su Fruta del Diablo, creando una apertura circular en el mismo tejido espacial, y, sin mirar atrás, atravesar el umbral y cerrarlo detrás de sí. Con la visión de la que gozaba el cazador dentro de aquel singular plano de realidad, intentaría, por todos los medios, dirigirse de vuelta a la zona de la isla en la que había desembarcado, saliendo de aquel infernal asentamiento circense. Shy rezaría para que pudiera realizar esta sucesión de acciones consecutivas con la presteza suficiente para no ser visto.

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#16


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