¿Sabías que…?
... el Reino de Oykot ha estrenado su nueva central hidroeléctrica.
[Evento] [Búsqueda del tesoro] El Enigma Olvidado
Qazan
Qazan
Descendimos por las escaleras dejando atrás los escombros, Gretta, Shiro y yo continuábamos avanzando y adentrándonos todavía más y más a las entrañas de la montaña y de la isla. - Es increíble que esto siga bajando cada vez más-. Dije mientras no dejaba de caminar, la tensión constante desde que habíamos caído por la entrada de la cueva iba cada vez más en aumento, no podía evitar tocarme las muñecas nuevamente recordando aquellos momentos y tormentos tan agobiantes y dolorosos de mi infancia, sin embargo esta vez no estaba solo, me acompañaban no solo mis dos queridos amigos, si no también Lance, Juuken y el resto de la banda. Cada vez que encontrábamos unas nuevas escaleras o agujeros por los que seguir bajando sentía como mi pulso se aceleraba más y más, aquello se había convertido en una autentica caza del tesoro.

Gretta se había convertido durante unos minutos de bajada en la típica niña pesada que no te llevarías de viaje ni aunque te pagasen por ello, la verdad es que conseguía que me sintiese algo más relajado aunque por otro lado a veces me sacaba se quicio. - No lo sé Gretta, no he estado aqui antes. Como quieres que sepa donde estamos, no hemos hecho más que bajar y bajar...-. Aun con todo lo pesada que se estaba poniendo... Me seguía pareciendo adorable la cerda. Luego de ver que yo ya no le contestaba tan de seguido, intentó la misma estrategia con Shiro, no podía evitar morderme el labio aguantándome la risa. "Que hija de su madre". Pensé mientras veía la cara de nuestro cocinero cada vez más tensa de aguantarla.

Terminamos por fin de recorrer aquellas sinuosas y serpenteantes escaleras, estas nos llevaron a los tres a una nueva zona algo inesperada para mi. De pronto pude observar como de nuestras respiraciones surgía un "humo", éste no era otra cosa si no la condensación del vapor de nuestro aliento al contacto con la ambiente, eso significaba solo una cosa... Iba a hacer frío. Aparecimos en una zona gélida donde el frío era el dueño de la estancia, a nuestros lados un pasillo se extendía pero... No habíamos llegado hasta aquí para recorrer pasillos. Gretta no se lo pensó dos veces, harta ya de caminar se acercó al muro que teníamos delante. Colocó su mano sobre el muro y comenzó a absorberlo, dejando así un hueco lo suficientemente grande para que pudiésemos pasar.

Comenzamos a atravesarlo cuando, antes siquiera de que ver lo que teníamos delante, Gretta volvió a enfadarse todavía más. Con el manojo de antorchas en mano se hizo para adelante y se puso a quemar una especie de plantas carnívoras que nos cortaban el paso, estas chillaban como si les fuese la vida en eso y literalmente así era, Gretta se había visto envuelta en una pelea cuanto menos extravagante que envolvían a una cerda titánica y unas plantas carnívoras a chorrocientos metros bajo tierra. Mientras se quemaban, una de ellas le pegó un mordisco a nuestra puerca. "Cagaste". Pensé, para justo unos segundos después ver como Gretta solucionaba la situación dejándose caer sobre la vegetación y aplastándola. Con toda la escena de Gretta no puse especial atención a las dos personas que se encontraban a su izquierda, pero si pude ver como luego de toda la situación se alejaban del lugar.

—Estoy bien, eh, Pasiad por encima y continuad ¿ah? yio tengo que mirarme momento, os pillo en rato-. Dijo Gretta aun tumbada. Había conseguido que atravesásemos gran parte de esa zona dando un enorme esfuerzo por su parte. Ahora necesitaba un pequeño descanso y yo no estaba dispuesto a desperdiciar todo el esfuerzo que mi compañera había puesto para allanarnos el camino. - Toma, cómetela y recupera fuerzas, nos vemos en un rato-. Le dije mientras le ponía una manzana de las que me había llevado del barco en el hocico. - No es mucho pero algo es algo. Vamos Shiro, que su esfuerzo no sea en vano-. Le dije al peliblanco animándole a que siguiésemos por el camino que Gretta había abierto para nosotros.

Ambos avanzamos un poco más para toparnos de frente con un nuevo problema, esta vez se trataba de pasillo cubierto por zarzas espinosas. Atravesarlo no iba a ser tarea fácil aunque para salvar este escollo Shiro tenía su as bajo la manga particular. - ¡Arrasalo! ¡Vamos! ¡Juntos!-. Le dije a Shiro animándolo mientras me colocaba en posición para lanzar un nuevo golpe coordinado con el peliblanco para destrozar estos matojos. Shiro desenfundó rápidamente su espada y, coordinándonos a la perfección, atacamos a la vez.

El ataque de ambos causó que trazásemos un camino perfectamente limpio, sin zarzas ni espinas que estorbasen, ideal para cuando Gretta pudiese retomar nuestra ruta. Seguíamos avanzando más y más hasta llegar a un nuevo círculo, este, echo de tierra y ceniza, trazaba a la perfección los caminos a seguir pues, aunque los anteriores los habíamos conseguido traspasar o derrumbar uniendo nuestras fuerzas, ahora nos encontrábamos ante muros de roca y lava. Quizá Gretta pudiese incluso convertirse en un golem de magma, pero Shiro y yo como toquemos las paredes se nos van a derretir hasta las pestañas, así que era pésima idea mantener el plan que habíamos estado siguiendo hasta ahora. -Cambio de planes, toca seguir los caminos-. Le dije a Shiro. 

Tuvimos la suerte de que este primer círculo de lava nos encaraba ya su entrada para nosotros, así que simplemente nos limitamos a cruzar el alfeizar de éste y seguir adentrándonos. Nada más pasarlo, se abrían dos caminos, a izquierda y derecha. -Coge el de la izquierda Shiro, yo cogeré el de la derecha. si alguno de los dos no encuentra salida, que de media vuelta y siga al otro-. El plan era muy sencillo, cubrir ambas opciones de la mejor manera posible y sin abrasarnos, bastante calor hacía ya de por si en esta nueva estancia como para encima quemarnos. -Ese tesoro va a ser nuestro-. Le afirmé a Shiro tendiéndole el puño para chocarlo. Acto seguido cogí el camino de la derecha.

Avancé por el camino que me había tocado y tuve suerte, éste tenía un nuevo umbral que atravesar. Justo delante mía se alzaba una pared con unos grabados dorados extraños, parecía algún tipo de cenefa ornamental. - Estamos muy cerca, lo presiento-. Dije hablando conmigo mismo, aquel grabado era la primera vez que lo veía en toda esta incursión por las entrañas de la montaña, solo podía simbolizar una cosa, que la sala con el tesoro se encontraba muy pero que muy cerca. A mis lados nuevamente dos posibilidades, dos pasillos que dependiendo de la elección podía suponer alcanzar la gloria o marcar el fracaso de toda esta aventura plagada de obstáculos.

Nuevamente y como ya hice en la planta superior, me acerqué a investigar aquella cenefa... Tenia muchas dudas desde mi experiencia como carpintero, que si dentro de esta pared se encontraba la sala del tesoro, pudiese tumbar el muro así como así. Así que la posibilidad de que existiese algún mecanismo oculto en la inscripción, ya fuese un elemento móvil, accionador, pulsador... Cualquier manera de abrir aquella que para mi parecía, la última sala, la del tesoro. 

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Juuken
Juuken
Con un gran estruendo, las rocas cedieron ante nuestros ataques conjuntos, tanto Goku como Suzuka habían lanzado sus sendos ataques a la par que yo hacía el mío. Esto provocó que el muro se agrietase y fuese destrozado. Acabé al otro lado del muro, observando todo conforme el polvo se iba asentando. Lance y Suzuka pasaron por mi lado rápidamente, incitando a ser rápido. Envainé mis armas y, sin darme tiempo a mucho más, La mano de Goku me asió arrastrándome hacia adelante, esto me cogió desprevenido.

-Oe. Voy, voy. -dije sorprendido con la voz algo entrecortada.

Bajamos las escaleras, eran bastante largas pero al final nos dimos cuenta que había gran oscuridad. Lo que sí pude ver era que de nuestras bocas se exhalaba un vaho que demostraba que hacía un gran frío ahí. Menos mal que a menos que fuera muy extremo, por lo general era capaz de resistir bien las temperaturas. Me giré a ver a mis compañeros, la oscuridad era tal que me costaba bastante distinguir dónde estaban, por lo que me concentré levemente y activé aquella habilidad para ser capaz de detectar y ver aquello que no se podía ver. No era así exactamente, pero me permitía detectar a la gente. Haki lo llamó Lance en su día.

Entonces detecté la presencia de mis compañeros. Lance, Goku y Suzuka. Pero también notaba otra presencia cercana, alguien más había bajado aquí cerca con nosotros. Entonces recordé que arriba habíamos visto otra persona conforme nos aproximábamos a las escaleras, debía de ser él. Estaba un poco más hacia adelante, algo apartado de nosotros. No le di importancia alguna. Me aproximé hacia mis compañeros.

-Pe... pero... a quien... ssse le ocurrió Poner un iceber aquí... -dijo Suzuka, quien parecía congelada.
-Hace frío, pero no es para tanto.

Me acerqué a ella como para incitarle a que avanzase, cuando rocé su piel fué como tocar hielo. ¿Cómo podía estar tan helada? Bien es cierto que en el barco se había cambiado, estaba vistiendo un bañador que realmente no abrigaba nada, entonces podría entender que estuviera más helada. Comencé a preocuparme un poco, si estaba así no podría avanzar. Se agazapó encogiéndose y abrazados a sus propias piernas. Debía estar pasándolo realmente mal.

-Se... se... seguid sin mi chicococos... ya os alcanzare, es que ahora no me puedo ni  mover

Estaba pensando hacer algo, cuando de pronto sentí alguien acercarse, me giré y era Lance, quien estaba aproximándose. No dudó un solo instante en volver a cargarse a la mujer a su espalda. Así era el capitán, no abandonaría a ningún compañero, me hizo sonreír levemente, sin olvidar la tensión en la que nos encontrábamos.

-Pe... pe... ro, ca pi... tan, ssssolo... ossss... atrasare... -dijo ella costosamente.
-Tranquila Suzuka. No dejaremos a nadie atrás -dije para intentar tranquilizarla-. Además, seguro que al capitán no le importa.

Comenzamos a avanzar, en dirección hacia donde aquella otra presencia (Hunter) iba  avanzando, parecía que había encontrado un camino. Se escuchaba un fuerte goteo hacia adelante, probablemente en dirección a donde esta esa presencia. Me mantuve alerta todo el tiempo, seguramente Lance también habría activado su haki, pero él estaba cargando a Suzuka. Mantuve mi mano en la empuñadura de mi arma por si resultaba ser necesario.

Un poco más adelante nos encontramos con un gran muro de hielo. Eso explicaba el frío extremo que estaba experimentando Suzuka. Les miré Goku venía también a mi lado, el cual parecía que también le daban escalofríos. ¿Solamente Lance y yo estábamos bien con ese frío? Por lo menos nosotros podríamos avanzar, y si Goku lo necesitaba le cargaría yo mismo. Entramos por un agujero que había en la propia pared de hielo, había un charco en el suelo. Algo lo había derretido, ese tipo que ha pasado ha tenido que ser quien lo hiciera. Conforme pasamos el umbral de ese agujero veo que es como un pasillo que va hacia los lados, tiene curva, igual que la sala anterior, probablemente haya algún acceso directo, pero hemos tomado un camino fácil y más rápido.

Enfrente podíamos ver otro agujero, y más allá estaba la figura cuya presencia sentía, se había detenido ahí. De pronto Lance me inquirió a hacer algo, me dijo que sacase el dial que tenía guardado y se lo diese a Goku, a quien lanzaríamos hacia adelante, impulsándole entre los dos. No entendía muy bien qué pretendía el capitán, pero nunca había tenido motivos para desconfiar de él. Saqué mi dial de destello y se lo dí a Goku, a continuación entre él y yo le lanzamos hacia adelante, a la señal cerré los ojos unos instantes para evitar el cegador destello que nos llegaría.

Así lo hice, lanzamos a Goku, hubo un momento donde aparté la mirada y cerré los ojos, al fin y al cabo me aprovechaba del haki para comprender la situación. La presencia de Goku se alejó de nosotros, pasó de largo de la presencia de aquella otra persona. Abrí los ojos y vi que su presencia se había detenido, a continuación Goku grita y entre esos gritos escucho algo de un pasillo y las plantas que se le enroscan y que hace calor. Está en peligro. Me puse en guardia. Si allí hacía calor le vendría bien a Hanami. Pero ahora había que ayudar a Goku.

- Capi... Huelo a que... quemado... Hacia el frente... Lanza... me allí... Tengo... Fri... frío...
-¡Voy Goku!

Grité algo apurado, debíamos ayudarle, le habíamos lanzado y parece ser que algo había salido mal. Las plantas le atrapaban. Avanzó rápidamente desenvainando de nuevo los dos sables. Paso por al lado de esa persona que estaba ahí, le ignoró por completo sin saber si se trataba de un aliado o de un enemigo, pero ahora mi única prioridad es la de ayudar a Goku. Comienzo a girar mis armas y me lanzo directo al ataque. Hacia aquellas plantas.

-¡Hiryu Kaen!

Les lancé un buen corte, eran plantas, esperaba que el calor de mi ataque fuera suficiente para hacerles el suficiente daño. Estas comienzan a emitir ruidos agudos, se escucha un crujido de la pared por detrás, Goku está a un lado en una extraña posición, las plantas parecen no atacar, aunque le están envolviendo. Hay que intentar cortar esas plantas. Me disponía a acercarme cuando de pronto noté varios pinchazos por las piernas que me hicieron retroceder, algo dolorido.

Salté hacia atrás manteniéndome alerta, tenía algo de sangre cayéndome por las piernas donde había sido herido. Eso no tenía que haber pasado, debí haberme cubierto por completo para avanzar, pero no pensaba que una planta pudiera llegar a ser tan agresiva. Y peor todavía, que pudiera gritar y gemir de dolor de esa forma, resultaba un tanto escalofriante dada la situación surrealista que estábamos teniendo. Aunque cabe decir que era la primera vez que veía algo así, bien es cierto que todavía no había visto mundo apenas. ¿Acaso todo era siempre tan extraño y peligroso en el mundo? De ser así, la cosa podría llegar a complicarse bastante. Me preparé para realizar el siguiente ataque. Esta vez no.

DATOS
Dr.Bonez
Dr.Bonez
Una vez el muro cayó, pudo oír la voz del pato al otro lado de la muralla, haciendo que el chico de piel ceniza so riera al ver a el resto demsus compañeros nuevamente. ¡Ewa! Aún están vivos, debo decir que esto como tripulación es realmente un buen progreso, aunque vale la pena el susto que le dio a "Don Pato". Dijo sarcásticamente ya que solamente por mera suerte se habían encontrado. Haciendo que terminará por seguir a sus compañeros por los pasillos, a su vez que sacaba de su mochila, el onigiri que había guardado para cuando tuviera hambre, ya que botar aquella pared y tener que ir metiéndose en un tétrico laberinto le había dado hambre, haciendo que Bonez comiera gustosamente mientras avanzaba con el  grupo.

Por su parte Vesper parecía cansado o algo disperso, haciendo que Gavyn tuviera que llevarlo con ellos. Bonez no le hizo mucho caso a la situación ya que tal vez podía ser por resaca, ya que no era raro que la Hiena se pusiera de mal humor después de levantarse con resaca  al despertar de una noche de mucho alcohol en algún bar o  en la proa del barco.

Continuo el camino por aquel extenso pasillo, bajando poco a poco mientras que la temperatura del ambiente extrañamente comenzaba a descender cada vez con más rapidez. Al principio no parecía ser algo muy notorio, pero ya cuando el grupo se acercó a la próxima sala, se pudo sentir claramente la brisa fría que provenia de aquellas paredes, haciendo que a Bonez le diera un escalofrío en la espalda con solo sentir la brisa que provenían a ese lugar.

No obstante, al normalmente vestirse con una buen a capa de ropa además de su resistencia, solamente sentía un frío que hacía que hasta las calaveras en su vestimenta traqueteara los dientes por la sensación de baja temperatura. Joder, en este lugar si que se te congelan la ideas, ewa... ¿eh?  Bonez sonrió con malicia a Gavyn mientras la daba un suave codazo como si hubiera dicho algo graciosisimo. Claramente que el sabía que no era así, pero era una manera de joder con sus buenos compañeros en ese momento tan incómodo ya que era su especialidad joder con ellos en los momentos más molestos. Que podía decir, era su placer culpable.
 
Depronto, se pudo ver como había alguien cerca de aquella pared que ahora se encontraba parte de ella derribada por Gretta, la cual estaba boca abajo en el suelo mientras que mostraba todos sus atributos al aire, haciendo que Bonez terminarse por abrir sus obos ante la sorpresa. Esto seguramente convence a Vesper de no comer cerdo nunca más, Ewawawawa!!! dice emtre risas antes de  continuar el camino o hasta un final muerto después de ese largo pasillo gélido en donde se encontraba antes de encontrarse con aquellas plantas carnívoras que parecían dificultar el paso hacia adelante, vie do por un segundo como Kael avanzaba utilizando su logia,  haciendo que Bonez imitara sus acciones, activando su Haki de Observación para poder ver el movimiento de Kael por delante de él antes de sacar el puro de la mochila de Gavyn antes de encenderlo y darle un par de bocanadas, apagando después el puro y volvíera a guardarlo de vuelta en uno de los cierres de la mochila de su compañero.
Kenbunshoku Haki
KENB401
KENBUNSHOKU
Haki básico
Tier 4
7
Costo de Energía por Turno
2
Enfriamiento
Kenbunshoku Básico
Permite al usuario percibir la presencia de otros seres vivos en un área. Confundirá el aura de los demás cuando estén dentro o detrás de otros seres vivos. Puede percibir el poder de los seres vivos en comparación al suyo. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +5 [Reflejos].
Área: [VOLx10] metros | Anticipación: [VOLx0,1] metros


Bueno, creo que me uniré a Kael en la misión de exploración. ¡Se cuidan muchachos! Dice antes de soltar un grupo de bolas de humo dentro de las plantas, moviéndose agilmente por entre las enredaderas con habilidad aprovechando que aquellas bombas de humo desconcertaban a las plantas mientras que saltaba y esquivaba los obstáculos de tallos y espigas.

Niebla
PIC302
PíCARO
Defensivo
Tier 3
30
Costo de Energía
2
Enfriamiento
Pícaro II - 15 Destreza
El usuario se moverá, ágilmente, mientras libera una bomba de humo con el fin de eludir una ofensiva en su contra aprovechando el humo para posicionarse a escondidas, dicho humo apenas durará un turno y tendrá un alcance de 10 metros de radio obteniendo el usuario un incremento en sus [Reflejos] durante la ejercicio de esta técnica.
+5 Reflejos


El Haki le estaba ayudando para poder divisar en donde se había detenido el Vicecapitan, siendo guiado por su presencia hasta que por fin llegó a donde esté se encontraba. 

Una vez llegó donde se encontraba Kael, pudo sentir el contraste con aquel pasillo gélido, siendo ahora una ola de calor la cual le hizo girar  la cabeza ante la intensidad del calor.

¡Ewa! Quien diablos es el que está a cargo del termostato en este lugar, dice mirando por unos segundos aquel lugar que parecía estar hirviendo por unos segundos antes de volver a mirar a Kael con cierta duda en el próximo paso. ¿Alguna idea?.

Personaje

Datos

Resumen
Anissa Marr
Nissa
Antes de que pudiera seguir a Jack apareció una mink, o al menos eso parecía, de dimensiones inconmensurables, incluso mucho más grande que Jack así que al verme sola sabía que no tenía ni siquiera una minúscula oportunidad de oponérmele si llegábamos a una confrontación. La mink parecía moverse en cámara lenta, pero entre el miedo que infundía la estatua combinado con la seguridad de que un enfrentamiento directo con ella me impidió tratar de evitar que me impidiera el paso para seguir avanzando junto con Jack. Lo único que alcancé a hacer fue poner las manos frente a mí indicándole que no era una amenaza de la misma manera que alguien que era apuntado por un arma de fuego le indicaba a los marines que se rendía. Terminó bloqueándome el camino con los mismos escombros que habían lanzado sus acompañantes a la hora de romper el muro de donde habían salido. Tomé mi den den mushi para informar a mi tripulación de lo que había sucedido pero después de solo preguntar si “había alguien del otro lado de la línea” noté el como el ruido blanco que se escuchaba en el caracol era distinto, como si algo impidiera que la comunicación fuera eficiente.

-Y ahora ¿cómo mierda salgo de aquí?- dije en voz alta mientras trataba de buscar un hueco por donde fuera capaz de meter mi diminuto cuerpo. Al no estar tan familiarizada con los límites de la nueva ballesta no quería arriesgarme a lanzar un proyectil y que este terminara rebotando en uno de los escombros para después regresar a mí, impactándome en algún punto del cuerpo y dificultando aún más mi avance. No tuve bien claro que tanto tiempo pasó pero eventualmente escuché la voz de Jack preguntando si aún me encontraba con vida. –Sí, aquí sigo, detrás de todo este desorden.- alcancé a responder con un tono aliviado al saber que alguien había vuelto por mí. Di varios pasos hacia atrás en cuanto Jack me advirtió que retrocediera ya que él se encargaría de cortar las piedras con su espada. En cuanto lo hizo avancé por la apertura, aleteando mis alas con intención de alejar el polvo que se había levantado ante el movimiento de mi nakama. –Sí, sí. He escuchado más de una vez los regaños de King como para entender por qué no quieres escucharlo.- le contesté con un tono serio y la cara de pocos amigos que solía poner. –No, no tengo ningún abrigo. Y por si fuera peor mi vestido está todo mojado entonces espero que el frío nos dure poco tiempo, sería buena idea juntarnos con King con los poderes de su akuma no mi serían más que capaz de quitarnos cualquier frío que pueda hacer abajo.- continué mientras comenzaba a avanzar detrás de él. –Al ritmo que iba el Doc con el vejete probablemente le lleva algo de ventaja a los que bajaron de esta habitación. Del grupo con King no tengo ni idea de cómo van y no les he escuchado por el den den mushi.- seguí mientras seguí a Jack por las escaleras.

Mi nakama no mentía cuando mencionó que al bajar las escaleras nos encontraríamos con una temperatura extremadamente fría. Casi inmediatamente coloqué mi ballesta en mi cinturón con un seguro para después tratar de calentar mis hombros frotándolos. –Mierda, Jack. Creo que subestimé a lo que te referías con frío.- le dije mientras mis dientes chocaban entre sí por las temperaturas extremas. Cuando bajamos Jack me dirigió a lo que era una entrada en un muro de hielo. –Espero que sí exista ese fuego, aunque siendo sincera creo que necesitaríamos una enorme hoguera para poder contrarrestar estas temperaturas.- le contesté mientras le seguía muy de cerca. Tan solo al avanzar un poco encontramos una manera de avanzar quedando frente a unas plantas que parecían tener vida propia. Por un momento alcanzamos a ver como la mink que antes me había impedido el paso (Gretta) parecía buscar el quemar las plantas con una antorcha y estas, a pesar de querer alejarse del fuego, buscaban la manera de regresar la agresión. –Sí, parecen tener cierto nivel de conciencia así que lo mejor sería no meternos con ellas.- le contesté a Jack después de ver el cómo se habían comportado las plantas al sentir hostilidad. Nuevamente no pasó mucho tiempo para que encontráramos una forma de avanzar –Será mejor movernos rápidamente hacia ahí, no creo resistir mucho tiempo en esta temperatura.- alcancé a decirle a Jack antes de sentir un pequeño dolor en el pecho.

Resumen
Shiro
Ninguno
El trío avanzó por las escaleras, internándose cada vez más en las profundidades de aquel lugar del demonio, mientras dejaban atrás la sala de la estatua donde se habían topado con la otra pareja que allí se encontraba. Shiro podía notar cómo a cada escalón que descendían, la temperatura lo hacía con ellos, transformando lo que al principio el espadachín había sentido como algo agradable, en algo completamente molesto. Shiro, para aguantar el descenso, focalizó todo su malestar hacia el fetichista de las escaleras que hubiese creado este lugar, buscando sacar fuerzas del enfado que tenía de ir de un lado a otro, como pollos sin cabeza. Por suerte, su compañera Gretta ayudó a la tarea, puesto que volvió a su cantinela de no callarse y estuvo acosando a preguntas a la orca y al cocinero durante todo el descenso, haciendo que ese mosqueo lo tuviese entretenido y calentito durante el descenso.

- Tampoco busco vivir mucho - se limitó a responder el peliblanco ante la retahíla de preguntas. El espadachín no era muy dado a las palabras por norma general, pero es que igualmente había aprendido por la fuerza que con Gretta no valía de nada discutir. Tenía una visión de la vida digna de estudio para cualquier loquero, por lo que simplemente tras haber contestado eso, se limitó a seguir descendiendo por aquel congelador con escaleras. Shiro sabía que era cuestión de tiempo que volvieran a toparse con algo que llamase la atención de la daimink y los dejara tranquilos.

- Maldita cerda acosadora.

Al llegar al final del trayecto el cocinero soltó un soplido de alivio que no tardó en transformarse en vaho por el frío de la estancia. El trío había llegado a un reducido pasillo que se alargaba de forma circular hacia ambos lados de forma indefinida. Este era tan estrecho que los compañeros del peliblanco apenas cabían en él. Si para Shiro era ya agobiante estar allí, encerrado en un túnel helado en el cual podría tocar el techo si daba un pequeño salto, no quería imaginar lo que tenían que estar sintiendo sus nakamas mucho más grandes. El peliblanco por experiencia sabía que la cosa no iba a salir bien si seguían deambulando sin sentido por un lado u otro, por lo que no le sorprendió cuando vio que Greta, harta de todo, se colocó frente al muro que tenían al frente y usó sus poderes creando un boquete en este para que pasasen.

Para alivio del peliblanco, una vez atravesaron la sala, se encontraron con otro círculo interior, el cual en vez de hielo estaba rodeado por unas plantas que se retorcían con vida propia. El peliblanco se dispuso a encarar aquel nuevo reto. Confiaba en sus habilidades con la espada para poder cortar aquella maleza… pero una vez más, la imparable daimink se adelantó al grupo y tras ser mordida por una de aquellas plantas comenzó a lanzarle las antorchas que hasta ahora les habían ido iluminando el camino. Si bien a Shiro no le parecía la manera más útil de pasar, tampoco pudo quejarse, ya que tras acabar lanzándose en plancha sobre el muro de plantas en llamas, consiguió crear un nuevo hueco por el que adentrarse en línea recta.

Shiro vio pasar a la pareja de antes pasar por allí diciendo tonterías, por lo que simplemente los ignoró y los dejó seguir su camino. Mientras no buscasen problemas con ellos directamente, el peliblanco no iba a molestarse en ellos. Tenían cosas más apremiantes con las que lidiar, por lo que simplemente siguió a Qazan que estaba ayudando a Gretta.

Shiro escuchó como el gyojin daba unas palabras de ánimo a esta, a lo que tras pensarlo un poco decidió sumarse. El joven sabía que la daimink malentendería todo y solo conseguiría fomentar el acoso que sufría por ella… pero había que reconocer que había estado haciendo un gran trabajo hasta ahora. Incluso había hecho caso al espadachín y no se había comido a nadie como le había pedido.

- Buena chica, nos ahorraste mucho trabajo - dijo Shiro tras pasar por encima de ella y colocarse a la altura de su cabeza aprovechando que estaba tumbada, la cual era casi tan grande como el propio Shiro. - Cuando volvamos te prepararé el nuevo plato en el que he estado trabajando. Lleva una salsa que te va a encantar - continuó el peliblanco mientras le daba unos toquecitos en el hocico antes de marcharse tras el gyojin para observar el nuevo reto que nos tenía preparado el lugar.

A los pocos pasos la pareja se topó con un nuevo muro de vegetación. Esta no parecía tener vida como la anterior, pero parecía mucho más densa y resistente. Ahora le tocaba esforzarse al peliblanco de verdad, por lo que tras dedicarle una mirada cómplice a Qazan se dispuso a usar el arma que aún sujetaba con fuerza desde la sala de la estatua. Al espadachín le daría vergüenza caer ante un muro hecho de pura maleza, por lo que tras plantar los pies firmemente en el suelo canalizó todas sus fuerzas y se lanzó con un poderoso salto cuando el gyojin dio la señal para atacar. El arma del espadachín primero trazó un arco descendente, donde notó como gran parte de la vegetación era cortada, pero no lo suficiente, por lo que acompasó el primer corte con un segundo en dirección opuesta, sesgando todo a su paso junto al ataque de Qazan.

- Plantitas a nosotros - pensó el peliblanco cuando vio el sendero que habían causado.

Shiro siguió a Qazan espada en alto, dispuesto a afrontar el siguiente muro, cuando una ráfaga de aire caliente lo golpeó de frente mientras atravesaba el boquete que habían hecho. El calor era tan agobiante que a cada paso que daba se hacía más difícil respirar, por lo que el peliblanco dirigió la mirada hacia su compañero preocupado en que el calor le afectase peor que a él al ser una raza acuática… Aunque no tardó en comprobar que estaba casi mejor que él. Shiro ya notaba como la ropa comenzaba a adherirse a la piel, por lo que solo pudo asentir ante la idea de Qazan de que la mejor idea era separarse. Habían tenido la suerte de dar con una primera abertura en el primer muro de magma, pero el siguiente les obligaba a separarse si querían recorrer la mayor distancia posible. Sería un desperdicio de fuerzas el llegar hasta aquí y perder el camino correcto por culpa de una mala decisión, así que tras escuchar a Qazan, se preparó para coger el camino de la izquierda.

- No pienso haber atravesado este sitio de mierda para perderlo ahora - contestó Shiro ante la afirmación del gyojin. - Eso sí, si encuentras algún peligro que no puedas solventar, recuerda intentar pedir ayuda por el den den mushi que trajimos - prosiguió el peliblanco antes de darse la vuelta y tirar por su camino.

Tras avanzar unos cuantos metros en el que el peliblanco luchaba constantemente con el calor que desprendían las paredes, se encontró con un nuevo obstáculo que cortaba su paso. Ante el espadachín se encontraba un imponente muro de llamas, el cual, a pesar de lucir un extraño aspecto, desprendía un calor que a Shiro no le pareció buena idea atravesar. El espadachín sabía que seguramente aquel fuego escondía algún tipo de truco. Esas llamas azuladas que podían vislumbrarse de vez en cuando tenían que significar algo, pero el espadachín no era de los que les gustaba perder el tiempo. Había quedado con Qazan en una cosa y pensaba cumplirla. Si una vez reunidos otra vez se topaban con un problema similar, ya vería cómo lidiar con él, pero por el momento la mejor idea seguía siendo el buscar las aberturas en el muro de magma como habían hecho antes.

- Puta mala suerte - maldijo el peliblanco mientras se daba la vuelta y comenzaba a correr por donde había venido. Con un poco de suerte alcanzaría a Qazan y se toparía con Gretta… Si es que no acababa deshidratado por culpa de todo el sudor que estaba echando y ya cubría prácticamente todo su cuerpo. - Y puto calor - siguió maldiciendo mientras se quitaba con el dorso de la mano libre los pelos pegados de la cara.

Resumen y cosas
Lance Turner
Shirogami
Nuevamente nos encontrábamos bajando otras escaleras, las cuales iban escalonando en pequeños cambios de sentido donde a veces bajabas por el lado izquierdo, y a veces el derecho, con pequeños descansillos rectos como intervalos entre los cambios. No había nada especialmente llamativo en ellas, pero sí podía notarse que cuanto más bajábamos, más bajaba la temperatura del ambiente.

Este cambio, no era realmente significativo, aunque esto se deba seguramente al paso de los años enamorado de la fresca brisa que suele haber en altamar. Sin duda alguna, me encontraba más cómodo en ambientes frescos que en cálidos, donde poco había para hacer que redujese esa agónica sensación de calor. No obstante, pronto descubrí que Suzuka no llevaba tan bien como yo esta bajada de temperaturas.
- Chicos, es cosa mía o comienza a hacer mucho frio... – Dijo la joven a modo de queja sutil para ver si el resto compartíamos su malestar.
- Nada que no pueda solucionarse con un poco de movimiento. – Le respondí sonriente mientras daba unos pequeños saltos en la bajada y golpeaba al aire simulando un combate a puñetazos.

No parecía haber sido muy bien recibido el estúpido consejo que había dado. Tampoco es que lo hubiese aconsejado a modo de broma, pero sabía que si fuese algo tan sencillo de solucionar, la joven Oni no habría trasmitido aquella queja. 

Todo era oscuro cuando llegamos al final de la bajada, a duras penas podíamos ver a unos palmos de nuestras caras, y en esta ocasión el frío era mucho mayor. No tenía problema alguno para resistirlo, pero en el caso de Suzuka, era evidente que no podía continuar allí. La pobre, en lugar de quejarse de más o irse por donde vinimos, simplemente se limitó a sentarse en posición fetal, tratando de mantener el calor corporal.
- Se... se... seguid sin mi chicococos... ya os alcanzare, es que ahora no me puedo ni  mover – Dijo la joven Oni con mucha dificultad, provocando además que el temblor que tenía hiciera que sus dientes chocaran entre sí cuando tomaba la palabra.

Me resigné ante ello y sin mediar palabra por el momento, me agaché frente a la joven, obligándola a colocar sus brazos sobre mis hombros y sus pies rodeando mi cintura. Con un poco de dificultad, me levanté cargándola, y ya encima salté un par de veces para ajustarla mejor. No cabe duda que tendríamos que aprender de esta situación en adelante, e ir más preparados para cualquier situación que pudiera pasar. Por el momento, sólo había dejado inutilizada a Suzuka y a mi me había incapacitado de libertad de movimientos, pero el resultado podría llegar a ser mucho peor. Esto no podía volver a pasar, era una valiosa lección.
- Pe... pe... ro, ca pi... tan, ssssolo... ossss... atrasare... – Respondió ella a modo de arrepentimiento.
- Colocándote en posición fetal, sólo estás alargando tu agonía. No es como si fuese a salir el sol en un rato, esta situación no creo que mejore, así que te volveré a cargar. – Le contesté rápido para que olvidase ese estúpido deseo de quedarse allí. – La próxima vez debemos ir más preparados, esto no puede volver a pillarnos así. – Terminé para invitar al resto a un pensamiento más crítico sobre la situación.
- Tranquila Suzuka. No dejaremos a nadie atrás – Añadió Juuken tratando de calmar a la chica-. Además, seguro que al capitán no le importa.

No pude evitar sonreír ante el buen corazón que mostraba tener el pequeño Juuken, riendo un poco a continuación para calmar un poco el ambiente tras ese comentario que había soltado antes siendo un poco crítico.
- Para nada, aunque eso sí, voy a necesitar hacerme más fuerte para poder cargaros a todos. – Le contesté entre risas.

Goku se encontraba algo callado en estos momentos, supongo que tratando de concentrarse en todo lo que podía rodearnos en esos momentos. Sin embargo, él miraba a un punto fijo en la oscuridad, como si hubiese algo allí que llamase su atención. Juuken también estaba observando hacia ese punto, lo que me hizo pensar que ambos habían detectado algo o a alguien allí. Sin decir nada, miré al subcapitán y asentí, para que fuese él quien tomase la iniciativa del camino junto a Goku, el cual se encontraba tembloroso por el frío. Por mi parte, iría tras ellos, cargando a Suzuka. Tenerles de frente me tranquilizaba bastante por si alguien nos tendía una emboscada o activábamos una trampa, ellos se encargarían.

Allá donde nos dirigíamos, podían escucharse unas gotas de agua. El sonido, aunque no era especialmente molesto, era claro entre tanto silencio. Casi parecía que la propia oscuridad había consumido hasta los más pequeños ruidos, salvo el de esa gota.

Con Juuken en guardia y Goku manteniendo la mirada fija en varios puntos, llegamos hasta lo que era un impresionante muro helado. Algo me pedía que lo tocase, esa pequeña voz en tu cabeza que te pide tonterías por el simple hecho de experimentar sensaciones, pero me contuve limitándome a observarlo mejor. Costaba bastante entre la oscuridad, sin embargo, aun con esas era visible que no todo el muro estaba igual, ya que a medida que mirábamos hacia delante, el estado del hielo era más líquido. Pronto, escuchamos charcos de agua bajo nuestros pies, y al poco tiempo, vislumbramos lo que era un gran agujero en medio de ese muro de hielo.
- Definitivamente, alguien ha pasado por aquí hace poco… - Dije en voz baja para trasmitir el mensaje al resto de la banda.

Analicé bien las dimensiones del agujero, y muy lentamente pasé a través de él, agachado para evitar un choque en la cabeza de Suzuka. En condiciones normales, seguramente ella hubiese pasado rozándose, pero al tenerla cargada en posición fetal sobre mi espalda, su altura se veía reducida. El resto, pasó también sin problemas, llegando a la siguiente parte del tan extraño lugar.

La visión de este nuevo lugar era particularmente distinta a la de antes. A duras penas entre la oscuridad podíamos apreciar, que aunque había hielo en las paredes y el suelo, la pared interna del nuevo pasillo era formado por enredaderas, hiedras, y otras plantas, los cuales se movían despacio en la propia pared. Sin embargo, justo de frente teníamos una nueva entrada a lo que era una nueva zona, esta vez, llena de vegetación. Y con cierta dificultad, un hombre (Hunter) con algunos ropajes rotos en las zonas traseras del final de su espalda. Di unos pasos hacia atrás, aprovechándome levemente de la oscuridad, y solté una pierna de Hanami para indicar con gestos a Juuken que le diese el dial de Destello a Goku, para luego lanzarlo frente al hombre que estaba allí de frente.

Ya con Goku sosteniendo el dial, di un nuevo paso hacia delante con intención de dejar a Suzuka allí en el suelo, cuando esta, de la nada, sacó un chorro de agua que caería sobre este desconocido individuo y las plantas que se encontraban allí. Sorprendido por esa acción, prioricé la rapidez, temiendo las consecuencias de haber mojado a aquel tipo. Dejé a Suzuka en el suelo, para lanzar a Goku hacia aquel tipo, con la gran fuerza que tendríamos los dos juntos. No obstante, fue tal la improvisación, que el lanzamiento fue más allá del objetivo, quedando lejos de nuestra vista.

No pasó ni cinco segundos cuando Goku, quien había permanecido bastante callado, pegó un gran grito que nos puso los bellos de punta. Me mantuve alerta ante esto, activando aquella nueva y misteriosa habilidad que había conseguido hace poco.

Kenbunshoku Haki
KENB201
KENBUNSHOKU
Haki sin dominar
Tier 2
5
Costo de Energía por Turno
3
Enfriamiento
Kenbunshoku sin Dominar
Permite al usuario percibir la presencia de otros seres vivos en un área. Confundirá el aura de los demás cuando estén dentro o detrás de otros seres vivos. No percibir el poder de los seres vivos.
Área: [VOLx10] metros


A unos metros de nuestra posición, sentí más de una presencia, algunas rodeando al cuerpo de nuestro querido compañero. Había muchas presencias al rededor y era bastante difuso para entenderlo, ya que no tenía tanto dominio de esta nueva habilidad, pero lo que estaba claro es que Goku no se encontraba solo. No hizo falta decirle nada a Juuken, el cuál marchó hacia delante para ir en su ayuda. Goku había gritado algo de un pasillo y calor, pero no había tiempo que dedicarle a escucharle, la prioridad era otra.

Juuken salió de mi vista cargando las armas, alcanzando a escucharle gritar el nombre de una técnica que conocía bastante bien, fruto de haber entrenado tanto tiempo juntos con varias técnicas similares. Mientras este se lanzaba a por el querido Goku, volví a cargar a toda prisa a Suzuka sobre mi espalda, sin apartar la mirada de aquel individuo (Hunter) que encontramos allí. No pretendía entablar un combate con él, pero de hacerlo, debía saber que tenía las de perder en esa situación. De fondo, llegaban a escucharse sonidos agudos, que eran claramente quejidos de agonía. Estos debían ser producto de la batalla que estaba librando Juuken.
- Mi nombre es Lance. – Le dije rápido a aquel individuo(Hunter). – No queremos derramar sangre en este lugar, así que si te estás quieto, no te atacaremos. – Continué pretendiendo explicarle que no íbamos a ser hostiles con él si no nos daba motivos para ello.

- Capi... Huelo a que... quemado... Hacia el frente... Lanza... me Allí... Tengo... Fri... frio... – Dijo en voz muy apagada Suzuka, indicando claramente el camino hacia donde había ido Juuken y Goku.

Me mantuve en guardia por la respuesta que tuviese dicho individuo (Hunter) que teníamos de frente, pero me aseguré de no darle nunca la espalda, preparado para dejar caer a Suzuka y entablar combate si la situación lo ameritaba.

Datos de interés
Drake Longspan
[...]
Drake Longspan observaba su aliento escaparse en nubes de vapor, mezclándose con el frío aire de la sala. El descenso abrupto de temperatura lo había tomado por sorpresa, y aunque su robusto cuerpo podría aguantar un poco mejor el frío, la ropa empapada que llevaba comenzaba a incomodarlo. Cada movimiento era un recordatorio del peso extra que cargaba, la humedad que se aferraba a su piel y el frío que intentaba colarse por los huecos de su piel.

Las palabras de su capitán, Byron, resonaban mientras avanzaban por el helado pasillo. El vicecapitán asintió cuando Byron Nikkei se ofreció a ir al frente, aún sabiendo que él no era el más adecuado para detectar trampas o peligros en el camino. Aunque Drake confiaba plenamente en las capacidades de su capitán, o de su flor en el culo, la situación no dejaba de ser extraña. El frío no lo afectaba tanto como a los demás, pero era incómodo, y ese ambiente helado, con paredes de hielo tan perfectamente pulidas que casi parecían reflejos cristalinos, le daba una sensación inquietante.

El toque del capitán desplumado en su espalda le devolvió un poco de calor, no tanto físico como emocional. Sabía que, aunque el capitán se hacía llamar "inútil", era todo lo contrario, y si alguien podía sacarlos de este extraño lugar, era él. Con una sonrisa torcida, regañó:

Eres un pervertido, un idiota, un sobrado y un cabrón. Pero no eres inútil, cap. Ámate un poco.

Aprovechando la pausa, Kael sacó antorchas y se las ofreció a los más mojados, lo que incluía a Drake. Agradecido, el chico sostuvo una de las antorchas cerca de su cuerpo, dejando que el calor comenzara a secar lentamente su ropa. No era perfecto, pero al menos evitaba que el frío se colara más profundamente en sus huesos. Después de unos momentos, dejó que la llama hiciera su trabajo mientras extendía las manos y activaba su habilidad.

La piedra seguía fusionándose con su cuerpo. Podía sentir la roca, volviéndose parte de él, cubriéndolo con una capa de protección que lo resguardaba del frío y lo hacía sentirse más en control. Se miró las manos, viendo cómo la piel grisácea de la piedra se extendía por su cuerpo, un manto familiar de seguridad que, por un momento, le hizo olvidar el gélido entorno.

Mientras Byron avanzaba por la izquierda y luego retrocedía para tomar el camino de la derecha, Drake Longspan se movía con cautela, asegurándose de mantener siempre un ojo en los alrededores y otro en sus compañeros. En ese punto, su atención se vio interrumpida por un leve tirón en su espalda. Ya sabía lo que significaba, y, en efecto, al mirar hacia atrás, vio a aquella ladrona, con esa habitual expresión de travesura, colgando de su espalda como un pequeño y travieso mapache.

¿Otra vez?

El carpintero bufó, aunque no pudo evitar sonreír. Tanto Jun Gunslinger como MC Duck siempre encontraban la manera de aferrarse a él cuando las cosas se ponían complicadas. Aunque era pequeña y ligera, cargar con ella en medio de un laberinto helado no era precisamente lo que más le apetecía en ese momento. 

No sé cómo te las arreglas siempre para terminar así. Yo también tengo frío. Mierda.

De alguna manera, el hecho de que estuviera allí, aferrada a su espalda, le daba una sensación de normalidad, de rutina, como si todo lo que estuvieran atravesando no fuera más que uno de sus pasatiempos. Así que, sin quejarse más, ajustó su postura para cargarla mejor, asegurándose de que sus movimientos no la sacudieran demasiado. Calor es calor después de todo.

Avanzaron hasta el extraño centro del laberinto, y pronto Byron les explicó lo que había descubierto: las plantas que se retorcían por el suelo, esperando una presa, eran peligrosas. Mientras Byron lanzaba su Den Den Mushi para probar su teoría, Drake Longspan observó cómo las plantas devoraban el pequeño caracol con avidez antes de devolver la concha vacía. La risa de Byron resonó por la sala, y aunque la situación era peligrosa, el extraño sentido del humor del capitán lograba aliviar un poco la tensión. Longspan sonrió mordiendo su lengua. Balbuceando de forma irónica.

Y allá van nuestros ahorros semanales...

A mitad de camino, Drake Longspan notó algo que lo incomodó: Un jabalí gigante (Gretta), tirada en el suelo, con su ropa hecha trizas y mostrando el culo.

Oi. ¿Quién es tu capitán?

Extendió su largo brazo creando una capa de roca que llevaba asimilada desde la estatua, moldeando un escudo grueso que lanzó sobre ella. Esperaba que lo atrapase, pero al parecer se desplomó con suavidad sobre su embarrado cuerpo, cubriéndola para darle algo de privacidad a su trasero mientras se recuperaba.

El grupo continuó avanzando, y el vicecapitán se mantuvo a la retaguardia, asegurándose de que nadie quedara atrás. La humedad en sus ropas parecía secarse poco a poco, pero el frío todavía mordía su piel por debajo de la capa de roca. No era un obstáculo insuperable, pero sí una constante molestia.

Finalmente, llegaron a la siguiente puerta. Cuando Byron se detuvo, observando el cambio de terreno, notaron que el suelo ya no era hielo sino tierra. Drake Longspan, aún cargando a Jun a su espalda, echó un vistazo al área que se extendía más allá de la puerta.

Al fin.

Resumen


Vida: 944 / 944

Energia: 260 / 470

Haki: 100 / 100
Jun Gunslinger
Nagaredama
Cuando Jun vio al pato transformándose, de pronto no le pareció tan tierno. Sus intentos de manipularle ya no servirían con ella, en tanto no recuperara su aspecto pequeño y adorable, ese que tanta ternura le generaba.

El grupo de Jun se disponía a bajar por las escaleras cuando una de las paredes de la sala fue destruida. Al otro lado del agujero, se encontraba el resto de sus compañeros quienes, según dedujo, habrían tomado el camino largo, el del puente. La peliazul se alegró de verlos. Todos se encontraban bien... aunque los más viciosos no tanto.

El capitán Byron decidió tomar la delantera y dirigir a su tripulación. Jun sonrió al oír sus palabras. Depositaba más confianza en una lata de habichuelas que en él, pero lo mismo era con todos. Bueno, no con todos.

Igual que un perro que sabe que se portó mal, Jun se deslizó silenciosamente para ponerse a la par de Drake, y pretendió que nada de lo anterior había sucedido. Ya se le había hecho costumbre usarle como medio de transporte y aunque se justificara con la excusa de la seguridad, comodidad o la flojera, en realidad apreciaba la cercanía. Moriría antes de admitirlo, por supuesto, nunca lo haría, jjjjamás.

Como un pequeño mono azul se trepó a su espalda sin decirle nada, esperando que no estuviese molesto. Y si seguía molesto le daba igual, porque pronto descubriría que hacía demasiado frío ahí abajo y prefería estar aferrada al gigante de piedra que andar por su cuenta. Entonces lo escuchó bufar y quejarse de la temperatura, y reparó en que su cuerpo seguía empapado. A modo de disculpa implícita, frotó un poco sus hombros tratando de reconfortarlo.

En el trayecto, avanzando hasta el centro de lo que parecía ser un extraño laberinto, el Capitán advirtió sobre unas plantas que, pronto comprobarían, eran carnívoras. Peligroso, pero Jun iba montada en un golem de piedra, y a decir verdad le preocupaba más el gigantesco jabalí que estaba tumbado en el medio del camino.

Creo que ya no volveré a comer cerdo —murmuró, escondiendo el rostro en la espalda de Drake.

 
resumen

datos de personaje
Muzen Kibutsuji
Raiden
Muzen ya no era capaz prácticamente de percatarse de que le estaba rodeando exactamente su cuerpo estaba intoxicado o más bien estaba en una situación donde tenía falta de intoxicación la abstinencia estaba cada momento empeorando su situación, ya que la voz de King le sonaba cada minuto más distante sus venas en la frente estaban saltando haciendo que le fuera imposible concentrarse en alguna cosa más hasta el momento, por lo tanto apenas reaccionaria cuando el suelo termino fallando provocando que cayera aun vacío o eso esperaba, si no fuera por el hecho de que Panda le ayudo hubiera terminado estrellado contra el suelo buscaría recuperarse. Le llevo sus manos hacia su rostro con las manos abiertas rechisto levemente poniéndose de pie, busco quitarse el polvo que había generado.

-Que molesto, mi cabeza parece que está a punto de estallar o estrellarse contra algo...

Diría a los dos, mientras los estaba siguiendo sin saber mucho donde estaban se quedaría cerca de King ya que este estaba emanando de su cuerpo el calor suficiente para no terminar congelado en ese lugar, por eso se mantuvo cerca hasta que pudo ver como la pared de hielo se derrita rápidamente, debido a los poderes usados. Muzen mantuvo la cercanía para no verse afectado por el frio aunque termino asintiendo en ese momento con la idea de fumar lo que se le cruzara en el camino a ver si lograba suprimir un poco su ansiedad, por la cual no estaba casi ni atento de lo que le rodeaba, por ende se vio sorprendido cuando Panda reacciono de una manera propia para evitar el daño y el rápidamente pondría sus manos en forma de garra para lanzar un tajo con su mano derecha hacia las plantas buscando poder cortarlas antes de que le pudieran tocar, ya que dominaba una técnica que le permitía generar un corte en vez de un golpe contundente con la cual miraría las plantas quemadas por la akuma no mí de King acercándose a ellas, tomaría un momento para hacer un cigarro improvisado con las plantas enlazando algunas hojas y luego extender la punta hacia King esperando que este las quemara para poder darle un trago y ver si su cuerpo lograba ser engañado al menos de momento por dicho efecto.

-Sería bueno tener, aunque sea un cigarro...

Menciono el joven aun dispuesto a seguirlos, fumando aquella planta si le causaba algún efecto sino la arrojaría sobre el hielo para seguir avanzando al paso que determinaran los otros dos, ya que realmente llevaba ya perdido un buen momento, por los dolores de su cabeza.



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