¿Sabías que…?
... Este foro se abrió el día de One Piece?
[Aventura] [AT3] La Compañía Mercenaria
Yoshi
Yoshi
Yoshiro se ofreció a ayudar a los hombres para que terminaran antes y como no escuchó un NO como respuesta tomó una caja y empezó a ayudar, su colosal fuerza ayudaría a los agotados trabajadores en su trabajo logrando que pudieran irse (quizás) más temprano a sus hogares y por fin hacer zarpar la embarcación.

Sin duda, el barco de los Blackmore era el mas grande que Yoshiro había estado en todos sus años de vida y aunque empezó a navegar hace relativamente poco no le quitaba el crédito. Las estrellas adornaban el cielo pero la verdadera protagonista era aquella gran luna llena que iluminaba aquellas aguas oscuras.

El barco iba a una buena velocidad gras a los vientos marinos y Yoshiro podía respirar esa sal de mar que despertaba cierto instinto escondido en él. Lo malo, es que aquella noche hacia algo de frío y la fanaticada del muchacho en usar ropa que dejara en descubierto su musculatura lo dejaba un poco tiritando.

¡Que frío! Bueno, tendré que entrar en calor-y sin pensarlo dos veces comenzó a hacer ejercicio en plena cubierta del barco, todo sea para ir calentando su cuerpo fornido y distraer su mente del tentador sueño. Realizar estos ejercicios también le ayudarían a estar listo para el combate en caso de comenzar alguno así que era un ganar - ganar para el muchacho.
Artista Marcial Iniciado
arm300
ARTISTA MARCIAL
Pasiva
Tier 3
13/9/2024
Podrás realizar un calentamiento durante un post para ganar +5 [Agilidad] y +5 [Fuerza] por el resto del tema. Este calentamiento se considerará como [Canalizar].

Mientras Yoshiro hacía lo suyo, capaz sus compañeros se encontraban ocupados con algo más social pero no crean que Yoshiro ha dejado de pensar en ellos, de hecho en su cabeza revive aquella vez que conoció a Illyasbel y lo vió combatir, ahora preguntándose que tipo de habilidades poseía Hyun y Shy, al ser delgados seguro convertían a Yoshiro en el único combatiente cuerpo a cuerpo del grupo pero eso volvía divertido la situación.
resumen

inventario
#11
Illyasbabel
cuervo de tiburón
El hombre de traje siquiera se inmuto ante la pregunta del viejo, y tampoco acepto su trago, más bien pareció ignorarlo, dio medía vuelta y continuó su curso, esos sujetos de traje si que eran raros, no parecían para nada amigables, sino al contrario, el viejo Illya les dedicaría una mirada de curiosidad en su andar por la cubierta. Luego de unos minutos de recorrer los alrededores de la cubierta volvió a su posición junto a Yoshiro y Shy. Inclinó su sombrero y compartió una media sonrisa al llegar a la proa. - Supongo que ustedes tampoco tienen pistas de los corsarios... - preguntó a sus compañeros con curiosidad.

 Luego se hizo a un lado para apoyarse sobre la baranda del navío y encender un cigarro. - ¿Cuánto tardaremos en llegar? - se preguntó así mismo, las cuentas no eran lo suyo y si se lo habían dicho lo había olvidado. Volteó a ver a sus compañeros para preguntarles lo mismo. Sonrió ante el entusiasmo del fornido joven que lejos de preocuparse parecía prepararse para la batalla - si... supongo que debo relajarme he! he! - ciertamente estaba confiado, aunque su experiencia en combate naval era escasa, confiaba plenamente en la habilidad del pelirrojo.

 No conocía al otro joven pero se fiaba del criterio del pescador, si era su amigo, muy probablemente también fuera habilidoso, por lo que decidió acercarse a conversar un poco mientras observaba con admiración las flexiones de Yoshiro. - Ei...¿gustas un trago? - preguntó, mientras servía un trago en la tacita de madera, el ya estaba bebiendo y como de costumbre ofrecía licor a todo el mundo, era la manera que tenía el viejo para socializar.

 - ¿Niebla? - murmuró mientras pitaba su cigarro y observaba el horizonte. A estas alturas habían dejado el puerto a varios kilómetros de distancia. - Supongo que pronto tendremos compañía he! he! - bromeó, luego continuó observando el basto y oscuro horizonte con su prodigiosa visión tuerta. - Hoy será una noche larga... - murmuró al viento.


OFF
#12
Percival Höllenstern
-
El viento comenzó a soplar con mayor intensidad, anunciando el cambio inevitable que todos los marineros conocen, pero nunca pueden predecir del todo: una tormenta. Las nubes, que hasta hace poco parecían simples manchas oscuras en el cielo, se arremolinaban sobre el horizonte, avanzando como un ejército que se prepara para una emboscada. La tripulación del barco mantenía sus quehaceres, pero ya era evidente en sus movimientos el apremio que generaba la creciente turbulencia. Las velas, que antes se inflaban orgullosamente con el viento a favor, comenzaron a sacudirse con violencia, desafiando las órdenes del timonel.

El mar, que hasta hacía unos momentos parecía un espejo oscuro y calmo, se agitaba bajo el influjo de la tormenta que se acercaba. Las primeras olas comenzaron a romper con mayor fuerza contra el casco del barco, enviando salpicaduras a la cubierta. Las maderas del navío crujieron como si respondieran al desafío del océano. El timonel, con los ojos clavados en el horizonte cada vez más oscuro, apretó los dientes mientras luchaba por mantener el curso. Pero las corrientes, ahora más traicioneras, parecían querer arrastrar la embarcación hacia su propio destino incierto.

El cielo, que poco antes mostraba tímidos destellos de estrellas, desapareció por completo. Una densa capa de nubes cubría el firmamento, mientras el trueno retumbaba en la distancia, un anuncio claro de lo que estaba por venir. Los primeros relámpagos iluminaron el horizonte, pintando el oscuro paisaje con breves destellos de luz cegadora. En cada parpadeo, las olas parecían crecer, desafiantes, elevándose cada vez más altas. Los marineros, conscientes de la gravedad de la situación, redoblaron esfuerzos, asegurando las cuerdas y cerrando cualquier escotilla abierta.

Sin embargo, no fue solo el cielo lo que comenzó a transformarse. Una espesa niebla emergió del agua como si hubiera estado esperando su momento para envolver el mundo en su manto blanco. Al principio, eran solo pequeños jirones que se deslizaban a través de la cubierta, casi jugueteando con los pies de los marineros. Pero pronto, la niebla se convirtió en una presencia abrumadora, ascendiendo desde el mar y cubriendo cada rincón del barco. No era la típica niebla ligera que uno podría encontrar en las mañanas costeras. Esta era densa, casi palpable, como si el mismo mar hubiera decidido devorar el aire.
Las lámparas del barco, que antes iluminaban tenuemente la cubierta, fueron tragadas por la niebla, reduciendo la visibilidad a apenas unos metros. 

La tripulación continuaba trabajando, pero ahora lo hacían en una inquietante penumbra, moviéndose como sombras dentro de la niebla. El sonido de las olas, del viento y de las órdenes del capitán se volvía difuso, como si estuvieran atrapados en una burbuja de silencio, aislados del mundo exterior.

El barco comenzó a inclinarse ligeramente con cada embate del mar, y las olas, más altas y violentas, golpeaban el costado del navío con fuerza renovada. Los hombres sujetaban firmemente las cuerdas y los aparejos, luchando por no ser arrojados al suelo por la fuerza del mar. Los ojos de la tripulación se clavaban en las velas y en las cuerdas que mantenían el barco en curso, mientras los relámpagos seguían iluminando fugazmente la escena.
En medio de la confusión, el viento aulló con más fuerza, haciendo temblar las estructuras del barco. Las olas no solo golpeaban el costado, sino que comenzaban a romper sobre la cubierta, arrastrando consigo el agua salada que convertía el suelo en una trampa resbaladiza. Varios barriles y cajas que no estaban asegurados rodaron por la cubierta, arrastrados por la gravedad y el movimiento constante del navío. Entre ellos, uno de los barriles más grandes se tambaleó peligrosamente cerca del borde.

Un movimiento brusco del barco, una ola especialmente grande, y el barril fue lanzado al aire, como si fuera un juguete en manos de un niño caprichoso. Se elevó unos metros antes de caer con un estruendoso golpe sobre la cubierta, girando y rebotando violentamente. Sin advertencia alguna, el barril continuó su curso errático, hasta que chocó de lleno contra uno de los tripulantes, Hyun, quien no tuvo tiempo de reaccionar. El golpe lo derribó al suelo, dejándolo inmóvil por unos segundos mientras la confusión reinaba a su alrededor.

Pero no había tiempo para atender a los heridos. La tormenta rugía cada vez con más furia, y el mar ya no era un simple adversario; era una bestia desencadenada. Los hombres apenas podían mantenerse en pie mientras la niebla los envolvía completamente, distorsionando el sentido de la orientación. A lo lejos, se escuchaba el crujido ominoso de la madera, un recordatorio de que, por muy fuerte que fuera el barco, hasta las embarcaciones más poderosas tenían sus límites.
La niebla, ahora más espesa que nunca, parecía tener vida propia, envolviendo cada rincón del barco con una presencia casi opresiva. Apenas se podía distinguir el horizonte, y las luces de otros barcos, si es que los había, eran tragadas por el manto blanco. Los marineros gritaban órdenes, pero sus voces eran absorbidas por el sonido del viento y las olas. Era como si el mundo se hubiera reducido a ese pequeño espacio en la cubierta, un lugar perdido en medio de un mar de incertidumbre y peligro.

Las velas ondeaban salvajemente, y el timonel luchaba por mantener el curso, aunque sabía que poco podía hacer contra la furia de la tormenta. La brújula giraba sin sentido, incapaz de dar dirección en medio de aquel caos. Los hombres, algunos rezando en silencio, otros maldiciendo en voz baja, continuaban con su trabajo, conscientes de que cualquier error podría significar el final. Pero incluso en medio de esa desesperación, había un cierto orden. Cada uno de ellos sabía cuál era su papel, y aunque las manos temblaban y los cuerpos se sacudían por el frío y la humedad, nadie abandonaba su puesto.

El barco, aunque resistente, comenzó a mostrar signos de fatiga. Los maderos crujían bajo la presión de las olas, y el timón respondía con dificultad. Las cuerdas que mantenían las velas en su lugar se tensaban al máximo, como si en cualquier momento fueran a romperse. Y a medida que la tormenta arreciaba, la niebla se volvía más espesa, hasta el punto de que apenas se podía ver el final de la cubierta.
La tripulación sabía que estaban en manos del destino. Ya no importaba cuán bien preparados estuvieran, ni cuánta experiencia tuvieran en el mar. La tormenta era su única dueña ahora, y todo lo que podían hacer era aferrarse a la esperanza de que el barco, ese gigante de madera y velas, pudiera resistir un poco más, hasta que el océano decidiera, por fin, dejarles continuar su travesía.

¿Qué serán esas sombras que comenzaban a divisarse en el horizonte? ¿Piratas? ¿Reyes Marinos?

OFF
#13
Illyasbabel
cuervo de tiburón
- Se avecina una tormenta...- murmuró mientras pitaba su cigarro, advirtiendo a sus compañeros sobre la inminente y predecible tormenta - Será mejor que nos refugiemos en el interior del barco - dijo. Las primeras ráfagas de viento fueron suficientes para que el viejo se retirara de la cubierta, al menos por el momento. - Si me necesitan, ¡estaré con el Timonel! - Exclamó, esperando que lo oyeran claramente, luego se retiró de la proa hasta alcanzar las escaleras que llevaban hasta el puente de mando. 

 El constante golpe con las olas provocaban que el viejo se tuviera que aferrar a las paredes para no tropezar, - ¡Pero que es esto! - exclamó en su avance por los pasillos mientras se golpeaba contra una de las paredes. - Déjame pasar, necesito ver al Timonel... - Exclamó a la guardia ( si es que la hay ). Ingresó en la cámara del timonel para consecuentemente presentarse  - Disculpen... - No pudo terminar sus palabras, los allí presentes estaban absortos en el paisaje que se vislumbraba en el exterior de la nave. No solo el constante movimiento que entorpecía los movimientos, sino que esta vez, la niebla había tomado el barco, la visión desde allí era prácticamente nula, solo se atrevió a decir unas pocas palabras, - Espero que sepas navegar cap... a partir de ahora la situación cambia- Exclamó lo suficientemente fuerte como para que lo escuchara pero lo suficientemente amigable como para no distraerlo, una suerte de modesta sugerencia del cazador al Timonel. - ¡Cambiemos rumbo! ¡Debemos salir de esta tormenta! -.

Una vez asegurado el puente de mando, el viejo Illya se retiraría de la sala, pero justo mientras bajaba las escaleras el barco se inclino considerablemente provocando que este interrumpa su paso una vez más para mantenerse aferrado a cualquier estructura visible. - ¡Oh no! ¡no otra vez! - 

off
#14
Shy
"Shy"
Las lluvias arreciaron. Shy no había estado especialmente atento al clima, mas la bufanda que estaba tejiendo empezaba a mojarse. Con fastidio, el cazador masculló una maldición antes de guardarla en su hatillo. Si había algo que amaba, era la costura. Por otro lado, si había algo que odiaba, eso era verse interrumpido, ya fuera por una persona o por circunstancias ajenas a su control. Había perdido la posibilidad de seguir haciendo algo que le gustaba a raíz de una de esas interrupciones que tanto odiaba. Igual que con Ame. Perdió a la persona que amaba y se ganó un trabajo que odiaba. Con circunstancias como aquellas, era bastante difícil sentirse optimista. Pues nada, Hyun se quedaría sin bufanda. Puta lluvia.

Pronto, fueron más que lluvias las que azotaron al navío. La mar y los vientos convergieron para conjurar lo que para algunos sería un viaje movidito. Para un usuario de Fruta del Diablo como él, era una sentencia de muerte, con los dioses que mandaban aquella tormenta como únicos magistrados para decidir si, por sus últimos años como matón, habría de morir. Por mucha pinta que tuvieran Illyasbabel y Yoshi de nadadores, prefería no caerse al mar.

La niebla empezó a volverse más densa aun, y pronto no podía ver ni el castillo de popa de la embarcación. La embarcación tembló y se sacudió, con el rugido del viento y el bramido del mar acompañando aquel tiovivo en el que se encontraba. Shy se agarró con fuerza: él podía ser el siguiente en salir despedido. Pensó en trasladarse al plano que le confería su Fruta del Diablo para mantenerse a salvo, pero consideró la posibilidad de quedarse atrás si el barco avanzaba demasiado. Lo que resultaría en caer al mar sin posibilidad de salvarse, vaya.

¿Qué podía hacer? No era ningún marino, Shy siempre había sido bastante de secano. Hasta hacía poco ni siquiera había salido de Loguetown por vez primera. No tenía ni idea de navegar. Así pues, decidió ayudar de la única manera que se le ocurría. Arrastrándose por la cubierta y agarrándose a cada cabo, saliente, madero y mástil, procedió a buscar a todos los heridos de la cubierta y a llevarlos consigo a la bodega. Si había alguno especialmente herido, trataría de dar los primeros auxilios más básicos que conocía, incluso asistiría al matasanos del barco si fuera preciso. Pensó en la posibilidad de tener que sacrificar algunas de sus mejores telas para tapar heridas, y torció el gesto. Ah, el deber. Solo lo haría porque es lo que Ame habría hecho de estar allí.

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#15
Yoshi
Yoshi
Illyasbel se acercó a Yoshiro para preguntar si había conseguido información sobre aquellos piratas por lo que el joven suspiró, ni siquiera se había molestado en hallar pistas-No, Creo que cuando nos encontremos con ellos podremos manejarlo-o al menos eso pensaba el muchacho que se encontraba confiado con la fuerza de sus compañeros y la propia, aunque para ser honestos, Yoshiro no le tenía fé a que alguien les dijera algo, pues, normalmente las personas no investigaban aquellos que son una amenaza para ellos, con saber que son peligrosos le basta para alejarse.

Yoshiro comenzó a hacer ejercicio para ir calentando su cuerpo, por su parte Illyasbel se convenció que estaba muy tenso y debía darse un respiro, para un hombre como él eso significaba alcohol y aunque Yoshiro no lo iba a criticar si le sorprendió que nuevamente le ofreciera-Gracias pero yo no bebo-se lo había dicho antes cuando propuso un brindis por trabajar juntos pero tal vez la costumbre de Illyasbel fue más fuerte que su memoria.

Mientras hacia sus flexiones Yoshiro notó como la brillante luna de pronto fue devorada por nubes negras, el viento comenzó a soplar con mucha fuerza y de manera errática por lo que las velas hacían un tipo de sonido parecido a la interferencia. El muchacho se puso de pie, era su primera vez pasando por una tormenta mientras iba en barco, pronto las gotas de lluvia comenzaron a golpear a la embarcación y a todos los que estaban en ella. Esto era agradable para el muchacho hasta cierto punto pero admitía que no sabía que hacer en estas situaciones en donde incluso los truenos amenazaban a la lejanía con su potente sonido.

El lado bueno es que estaban los marineros abordo y sin perder ni un segundo empezaron a prepararse para el desafío que iba a llegar. Illyasbel recomendó refugiarse adentro perro Yoshiro tenía otra idea. La niebla empezó a cubrir el barco y caminar era complicado por el continuo zarandeo del barco que intentaba resistir a las furiosas olas. El muchacho tiburón busco ir a la zona de almacenaje del barco, sacó sus herramientas de su mochila y tomó tablones de repuestos, si ese Blackmore era tan precavido como decía debía haber dejado incluso Sellador en alguna parte.

Yoshiro lo admitía, no era un carpintero hecho y derecho en el arte de la estructura naval pero entendía el peligro en la que estaban y haría todo lo posible para mantener la resistencia de la nave bien fuerte para evitar que su cumbiera a la fuerza del océano tormentoso-Bien, busquemos fugas o zonas desgastadas con el tiempo-murmuró con todo lo que necesitaba en mano para ponerse manos a la obra.

Yoshiro estaría ocupado con eso, los marineros estaban poniendo su cuerpo y alma en mantener los nudos de las velas y el timonel buscaba con desespero la forma de mantener el barco recto, pues si se volcaba el esfuerzo de sus hombres seria en vano. Shy, Hyun e Illyasbel ahora debían mantenerse bajo las indicaciones de los marineros aunque claro, la tormenta podría tener otros planes como en el caso de Hyun que recibiría el abrazo de un barril.
resumen

inventario
#16
Percival Höllenstern
-
La tormenta comenzó como un susurro en el horizonte, apenas perceptible a lo lejos. Illiasbabel, con su cigarro humeante en los labios, olfateó el aire, sintiendo el cambio. El viento arreció, y las primeras gotas de lluvia hicieron eco en la cubierta del barco. El viejo cazador se adelantó a la situación con su experiencia, murmurando con calma y advirtiendo a los demás sobre la tormenta inminente. La niebla, espesa como un velo, envolvía la embarcación, creando un escenario en el que la visibilidad era nula.

Mientras Illiasbabel se dirigía al puente de mando, la cubierta del barco se agitaba bajo la embestida de las olas. Shy, en su rincón, maldecía la lluvia, su bufanda a medio tejer, empapándose con cada segundo que pasaba. Con un gruñido de frustración, guardó sus herramientas y se dispuso a ayudar a quienes lo necesitaran, arrastrándose entre los escombros, sosteniéndose de cuerdas y tablas sueltas, consciente de que, para él, una caída al mar sería una condena segura.
Yoshiro, por su parte, se mantenía firme en la bodega. Con sus herramientas en mano, reforzaba las zonas más débiles de la nave, asegurando que no sucumbieran al peso del océano. Su cuerpo, endurecido por años de entrenamiento, apenas vacilaba ante el retumbar de los truenos y el rugido del viento. Las gotas golpeaban su piel como cuchillas, pero él solo tenía en mente mantener el barco intacto.

La niebla, sin embargo, no era natural. Se movía, viva, densa, como si algo más se ocultara tras ella. Los marineros en cubierta comenzaron a murmurar entre ellos, nerviosos, pero concentrados en mantener las velas firmes y el timón bajo control. Entonces, algo crujió, un sonido gutural que hizo eco en medio de la tormenta.
De repente, las aguas bajo el casco comenzaron a agitarse de manera irregular. Las olas ya no eran las únicas culpables de la inestabilidad del barco. Desde la niebla, siluetas oscuras comenzaron a emerger, acercándose lentamente, apenas visibles entre los bancos blanquecinos que rodeaban el barco. No eran fantasmas, sino piratas. Piratas silenciosos y despiadados, moviéndose como sombras en medio de la tormenta.

El ataque vino sin aviso. Cuerdas con ganchos se clavaron en las barandillas de la nave, tirando con fuerza, y pronto los Corsarios de la Niebla estaban a bordo. Decenas de figuras sombrías, envueltas en capas empapadas y con las miradas ocultas bajo sus capuchas, invadieron el barco. Los marineros intentaron resistir, pero el enemigo era implacable.

Entre ellos, tres figuras destacaban sobre el resto. Comandaban a los piratas con una precisión aterradora, moviéndose por la cubierta con destreza letal.
La primera era una mujer alta y delgada, su piel blanca como la luna y su cabello negro cayendo hasta su cintura.  De nombre Erzsébet, y su mirada, fría y vacía, parecía atravesar el alma de quien se cruzara en su camino. Empuñaba dos sables curvos, y con cada movimiento, cortaba el aire con la gracia de una bailarina macabra.

El segundo era un hombre corpulento, más grande que cualquiera a bordo, con cicatrices recorriendo su rostro y torso. Su nombre era Drustan, y portaba un enorme hacha de guerra que blandía con una fuerza descomunal. Su risa gutural resonaba por encima de la tormenta, mientras derribaba a cualquiera que intentara detenerlo, su piel bronceada brillando con la lluvia que caía sobre él y dejaban su enorme maraña de pelo largo y frondoso caer como si de un perro asilvestrado fuera.

El último, un joven pálido y enjuto, apenas visible entre la niebla, se llamaba Sylas. Su rostro estaba cubierto por una máscara de metal, dejando entrever solo sus ojos oscuros y penetrantes. En sus manos sostenía una larga lanza, que movía con una velocidad fulminante, atacando desde las sombras, apenas dejando tiempo a sus enemigos para reaccionar antes de ser atravesados.

El caos se desató por completo. El barco temblaba, ahora no solo por la tormenta, sino por el asalto de los Corsarios de la Niebla, comandados por esos tres letales jinetes del caos. La tripulación luchaba contra los invasores, pero con cada instante que pasaba, la neblina se espesaba más, y las posibilidades de escapar se reducían al mínimo.

¿Qué harían nuestros protagonistas?

OFF
#17
Illyasbabel
cuervo de tiburón
inventario actualizado


Sus pasos resonaban en el suelo de la embarcación, un andar un poco más rápido que el habitual, el camino hasta el puente de mando implicaba esquivar algunos marines, que se encontraban en sus tareas pertinentes, sortear algunas cajas y barriles, y procurar no entorpecer a la tripulación. Accedió por una primer puerta que conectaba una pequeña sala con la cubierta del barco, una vez dentro, era cuestión de identificarse y seguir adelante. Todo sucedía en lapsos de segundos que se ralentizaban debido a la incertidumbre y el sofocante temporal. - La cosa afuera esta jodida, aseguren la carga - exclamó a quien estuviera adentro, omitiendo a los guardias ( si es que los hay ) ya que su tarea era otra.

 Mientras se sujetaba de las paredes, a pocos metros del primer acceso, reforzó su marcha hacia el interior del barco. Nuevamente la situación marcaba con pulso la preocupación de la gente, ¿Acaso esto era una simple tormenta? su experiencia no era suficiente como para percatarse de ello. Continuó con paso firme, cada tanto tambaleándose, producto del constante mecer del barco. Ahora se encontraba al final de un largo pasillo extrañamente desolado salvo por la seguridad que guardaba el acceso a la sala del Timón. - Déjame pasar, necesito ver al Timonel... - exclamó con voz fuerte y clara, mientras el humo salía de su boca.

 Una vez dentro de la sala del Timonel se dispondría a advertir al capitán, - Espero que sepas navegar cap... a partir de ahora la situación cambia - exclamó con suficiente fuerza para ser escuchado sin que tenga que voltearse, al fin y al cabo tampoco pretendía distraerlo. - ¡Cambiemos rumbo! ¡Debemos salir de esta tormenta! - dijo al mismo tiempo que señalaba en dirección izquierda. Desconocía la longitud que pudiera tener semejante tormenta, pero si su instinto acertaba tendrían una chance de alejarse del área de aquella trampa natural. - Estamos al borde de una emboscada - dijo el viejo Illya refiriéndose a una posible trampa, aunque la realidad es que ya habían caído en ella y aún no se había dado cuenta.


off
#18
Yoshi
Yoshi
Yoshiro trabajó como pudo en las zonas más frágiles del barco para que no perdiera en su batalla contra las olas y la tormenta, no era tan experimentado como hubiera querido pero se sentía orgulloso de see capaz de aportar en algo a la tripulación que se esforzaba en mantener las velas a pesar de la tormenta.

Pero la tormenta sería el menor de los problemas, mentiría si dijera que Yoshiro escuchó el agarre de los ganchos en la embarcación pero si el jaleo que comenzó después, entre pisadas pesadas, cuerpos cayendo bruscamente al suelo de madera por algún ataque sorpresa. Yoshiro primero se extrañó y pensó que era algo que el viento tumbó pero las cosas cambiaron cuando se escucharon quejidos de dolor y advertencias.

¡Nos están invadiendo!-gritó un marinero que logró anticiparse a un ataque enemigo y con todas sus fuerzas advirtió al resto.

Yoshiro se quitó la mochila para subir a cubierta, no veía nada por culpa de la niebla pero su nariz empezaba a oler sangre-Vamos Yoshiro, concéntrate. Cómo lo prácticaste-el muchacho respiró profundo y suspiro, su corazón empezó a bombear sangre de forma más eficiente y el chico podía sentir como una energía se liberaba de su cuerpo a una distancia enorme detectando ciertas energías que podía identificar como seres vivos.
Respiración Metálica
dem302
DEMOLEDOR
Utilidad Mantenida
Tier 3
4/10/2024
42
Costo de Energía
31
Costo de Energía por Turno
2
Enfriamiento
Reuniendo todas sus fuerzas mientras altera su respiración con el fin de mandar mayor cantidad de oxígeno a sus músculos para activar estos el usuario obtendrá un incremento de [Fuerza] y daño. Ignorando hasta 10 Puntos de la [Defensa Pasiva] de los adversarios a los que golpee.
+5 [Fuerza] y +20 de [Daño]

Percepción I
kenb201
KENBUNSHOKU
Haki sin dominar
Tier 2
4/10/2024
5
Costo de Haki por Turno
3
Enfriamiento
Permite al usuario percibir la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones muy fuertes que exterioricen como un sufrimiento fuerte o un gran instinto asesino, etc. No distinguirá bien el aura de seres que estén muy juntos o en el interior de otro ser vivo.
Área: [VOLx10] metros
Sonrió y salió a la carga, golpeando con fuerza a todo pirata que se cruzara para arrojarlo al mar y ayudar a los marinos-¡Busquen reunirse entre ustedes! ¡Si atacan juntos será más sencillo!-Yoshiro sabía que la ventaja de luchar en número era crucial si tu enemigo era más poderoso pero los marinos también tenían su ventaja-¡Recuerden que este terreno ustedes lo conocen! ¡Usenlo!-aconsejó pero una risa estruendosa lo hizo gruñir, una buena cantidad de sangre provenía de su dirección.

El muchacho corrió hasta aquél hombre, sorprendido por su gran tamaño apretó su puño y se detuvo ante él-Ahora yo soy tu enemigo-saltó para golpear con un gancho el mentón de Drustan, pues si había algo que debía agradecer el muchacho de estar en plena lluvia es que se sentía muy fuerte, su golpe diestro reuniría la niebla alrededor del hombre y lo impulsaría fuera del barco si no hacía nada para detenerlo.
Wanto Giri
kgy301
GYOJIN KARATE
Ofensiva Activa
Tier 3
15/8/2024
34
Costo de Energía
2
Enfriamiento
Un impacto ascendente en que el usuario buscará trazar un gancho mientras golpea el vapor que rodea a su objetivo para elevarlo por los aires del impacto causando [Empuje] hacia arriba un máximo de 10 metros con el fin de dejarlo expuesto mientras cae.
Golpe Básico + [FUEx2,6] de [Daño Contundente]
inventario

Pasivas, virtudes y defectos

Personaje

stats con mejoras

Datos
#19
Percival Höllenstern
-
Para Yoshi

Para Illyasbabel



Para Shy


OFF
#20


Salto de foro:


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