Alguien dijo una vez...
Monkey D. Luffy
Digamos que hay un pedazo de carne. Los piratas tendrían un banquete y se lo comerían, pero los héroes lo compartirían con otras personas. ¡Yo quiero toda la carne!
[Aventura] [T2] Desapariciones en Loguetown
Rocket Raccoon
Rocket
El proyectil que había sido disparado desde el fusil que llevaba en mis manos, viajaba rápido y sin oposición, más allá de la del aire y la gravedad, hacia su objetivo. Había apuntado bien, había respirado lo necesario y justo al momento de detener mi respiración, fue que mi dedo índice apretó el gatillo. Todo el proceso estaba correcto, y cuando sumas dos más dos, siempre da cuatro. En esta ocasión no sería diferente, había hecho todas las sumas en mi mente, todas las operaciones posibles estaban realizadas, y el resultado final sería obviamente el esperado. El proyectil había tocado carne, había tocado sangre, órganos y también algún hueso en su objetivo final. Aquel malhechor vigilante no se lo esperaba, había escuchado el disparo, sí, pero desde esa distancia le era imposible esquivar el destino que mis ojos habían escrito para él. Un impacto certero lo haría caer al suelo… ¿Con vida? Eso tocará verlo en otro momento.

El motivo era bastante claro al ver la reacción de su cómplice. Más allá de asustarse y huir, que era lo que esperaba que hiciera… había decidido venir a por mí. Había escuchado el disparo y también había notado por el impacto en su compañero, desde donde venía la dirección, así qué sumando dos más dos, daría con mi posible posición. Y así fue, venía directamente hacia mi escondite. No sabía del todo si me había visto o no, pero debía actuar. Estaba recargando mi fusil, pero quizás no daba tiempo. 'Espera aquí' Le decía por mi mente al fusil, al momento de posarlo suavemente sobre el suelo, tras haberlo recargado exitosamente. Si el combate iba a ser ahora a corta distancia, quizás no podría aprovechar del todo a mi encantadora arma de largo alcance. No tenía muchos medios para una lucha cuerpo a cuerpo, pero estaba seguro de que me las podía arreglar contra un mequetrefe de estos. Después de todo, era Dharkel quien estaba luchando contra los más capaces, yo opte por encargarme de las sobras. 

Ya no contaba con el factor sorpresa, mi rival sabia más o menos la dirección en la que estaba y se movía ágil y en silencio, tal como lo hacía yo. Ya había analizado anteriormente el lugar donde me encontraba, y sabía bien todas las direcciones por la que el sujeto podía entrar para intentar atacarme, así que me resguardé y simplemente esperé ahí para emboscarle. 'Vamos perro, acércate nomas.' Debía esperar, debía ser paciente. 'Hay que dejar uno con vida' Recordaba. Era necesario para poder seguir a futuro con el líder de esta organización, alguien de mayor poder estaría detrás de todo esto, estábamos seguro de aquello. No sabía si el otro estaba con vida o no, así que tenía que asegurarme de que por lo menos este lo estuviera.

El plan era simple, pero ya su actuar podría ser distinto. Al momento de aquel ser ingresará dentro de mi rango de acción, en un movimiento rápido y saliendo desde las sombras, proyectando mi cuerpo hacia el suyo, intentando acertarle un fuerte puñetazo en su rostro. -¡Ahí no perro! Joder eh- Pero era todo falso, una estratagema más de mis sin mil de técnicas sucias usadas para el combate cuerpo a cuerpo. Esta acción solo había sido una finta rápida, el verdadero golpe venía ahora, y en una parte donde uy... sí que le iba a doler, pobre. Se estaba esperando un golpe en el rostro, quizás se había cubierto con sus brazos, o quizás me había contra atacado con un puño, no sé. Pero no estaba ahí, y mis manos tampoco. Lo que en verdad sentiría, sería un fuerte golpe en sus partes nobles. Quizás lo había dejado sin descendencia, no lo sabía, aunque tampoco me interesaba. 
Nimpo: Kintama no Jutsu
NIN301
NINJUTSU
Ofensiva Activa
Tier 3
15/9/2024
34
Costo de Energía
2
Enfriamiento
El shinobi trazara una finta gracias a una falsa proyección de si mismo en la que parece buscar encajar un golpe en el rostro de su enemigo reduciendo en -5 sus [Reflejos], cuando en realidad esta ejecutando un impacto directo en sus dos esferas sagradas, en caso de usarse contra un hombre el daño final aumentará en +30.
Golpe Básico + [DESx2,4] de [Daño Contundente]



Personaje
Energia: 156 / 190

Resumen
#21
Silver
-
El sonido de la cadena al ser bloqueada por Dharkel resonó en el aire. El impacto en su brazo fue fuerte, doloroso, y el espadachín notó la quemazón cuando se cortó a sí mismo en el proceso de cambiar la katana de mano. Sin embargo, su entrenamiento y experiencia le permitieron usar ese impulso a su favor. Aprovechando el tirón del secuestrador, Dharkel se lanzó hacia adelante, recogiendo su katana del suelo en un salto desesperado.

El líder de los secuestradores, confiado hasta ese momento, no esperaba una reacción tan rápida. El tajo diagonal de Dharkel le golpeó de lleno en el torso, cortando a través de su capa y clavándose en su carne. Un grito de dolor desgarró la quietud del muelle, y el hombre cayó hacia atrás, tambaleándose mientras se aferraba a su herida, con sangre goteando entre sus dedos.

— ¡Pagarás por esto! —gritó, con una mezcla de furia y desesperación en su voz.

El líder de los secuestradores se tambaleó hacia atrás, aferrándose con fuerza a la herida, donde la katana de Dharkel había dejado una profunda y sangrienta marca. Sus ojos, llenos de rabia, se encontraron por un momento con los del espadachín, pero detrás de esa furia, una chispa de miedo comenzó a brillar. Era un hombre acostumbrado a estar al mando, a manejar con mano dura a quienes cayeran en sus garras, pero ahora... la situación había cambiado. El dolor lacerante en su torso y la sangre que brotaba entre sus dedos le recordaban que, por primera vez en mucho tiempo, no tenía el control.

Los gritos de sus compañeros heridos y el sonido de un disparo resonando en la distancia sólo confirmaron lo que ya sabía: la batalla no estaba a su favor. Cada segundo que pasaba era una oportunidad menos para escapar con vida.

Respiró hondo, tratando de mantener la compostura, pero su rostro lo traicionaba. El sudor descendía por su frente, y sus manos, temblorosas por el dolor, no lograban sujetar con fuerza la cadena que aún colgaba débilmente de su brazo. Sabía que, si seguía luchando, no tendría ninguna oportunidad de sobrevivir. Dharkel estaba más cerca, más preparado, y a pesar de las heridas que ambos sufrían, el espadachín aún podía pelear. Pero él... él solo podía sangrar.

En un acto de pura cobardía, el líder decidió que su vida valía más que su orgullo o las monedas que le pagasen. Dio un paso atrás, soltando la cadena, que cayó al suelo con un estruendo metálico. La mirada que lanzó a Dharkel fue una mezcla de odio y resignación, un recordatorio de que, aunque huía, no olvidaría la humillación de aquella noche.

— Esto no ha terminado... —murmuró con voz ronca, apenas un susurro entre dientes.

Y entonces, con una rapidez sorprendente para alguien en su estado, se giró sobre sus talones y comenzó a correr, tambaleándose al principio, pero ganando velocidad conforme se adentraba en las sombras. Las calles y callejones del muelle viejo ofrecían innumerables escondites, pasadizos y rutas que conocía bien. Si lograba perderse en la red de oscuros callejones, tal vez podría sobrevivir para vengarse algún día. O al menos, eso esperaba mientras sus pasos resonaban en la noche, alejándose rápidamente del combate.



Desde su escondite, Rocket aguardaba con la paciencia de un cazador experimentado. Cada músculo en su pequeño cuerpo estaba tenso, preparado para saltar en el momento adecuado. A pesar de la cautela con la que el último secuaz se movía, no tenía ni idea de la trampa que le esperaba. El matón avanzaba lentamente, confiado en que había rastreado con precisión la ubicación del tirador. Su respiración era pesada, el crujido de sus pasos sobre los escombros rompía el silencio, pero en su mente, ya había ganado la ventaja. Creía que, una vez más, controlaba la situación.

Pero Rocket era todo menos predecible. Cuando el secuestrador estaba a solo unos pasos de su escondite, el pequeño mapache emergió de las sombras con la velocidad de un rayo. El enemigo apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que un puñetazo directo se dirigiera hacia su rostro, un golpe rápido y fuerte. El secuestrador, sorprendido, levantó los brazos instintivamente para bloquearlo, confiando en su experiencia para desviar el ataque.

Pero justo ahí estaba la clave. Rocket había previsto su reacción desde el principio. El golpe al rostro no era más que una finta, un señuelo cuidadosamente planeado. En una fracción de segundo, cambió su objetivo, y antes de que el matón pudiera darse cuenta de lo que ocurría, el verdadero golpe descendió, brutal y preciso, hacia sus partes nobles. El efecto fue inmediato y devastador.

Un grito sofocado salió de la garganta del secuestrador al sentir el impacto en su zona más vulnerable. Sus ojos se abrieron de par en par por el dolor, pero el sonido quedó atrapado en su pecho cuando su cuerpo se dobló sobre sí mismo. Cayó al suelo con un golpe sordo, incapaz de soportar el dolor que lo atravesaba como una ola imparable. El matón intentó mantener la conciencia, pero el shock del golpe fue demasiado para él. Sus piernas fallaron, y con un último espasmo de dolor, se desplomó, inconsciente, derrotado de manera rápida y eficiente por el pequeño Rocket.

El mapache, satisfecho con su trabajo, observó al secuaz tendido a sus pies. No necesitaba confirmar si había acabado con él, podía estar seguro de el golpe había sido suficiente para incapacitarlo. Ahora, lo más importante era asegurarse de que no quedaran otras amenazas.

Con un vistazo rápido a su alrededor, escaneó el área, comprobando que todo estaba bajo control. No sabía si Dharkel aún estaba enfrascado en su propia batalla, pero con su enemigo neutralizado, ya tenía la ventaja de poder moverse con libertad y asistir si fuera necesario.

El combate no había sido nada fácil, pero con una combinación de astucia, precisión y algo de sucia táctica, Rocket había demostrado una vez más que, incluso en el cuerpo más pequeño, se puede encontrar un enemigo formidable.



Ambos lo habían logrado. Dharkel había dejado gravemente herido al líder de los secuestradores, quien ahora huía desesperadamente en un intento de salvar su vida. Rocket, por su parte, había incapacitado al último matón con un ataque certero y sorprendente.

Los alrededores del muelle quedaron en silencio nuevamente, salvo por los gemidos de los heridos. Uno de los secuaces estaba muerto por el disparo de Rocket, pero los otros dos seguían con vida: uno herido de gravedad, retorciéndose en el suelo, y el otro inconsciente por el golpe.

Habían vencido, pero aún quedaba una tarea crucial: obtener la información que buscaban.

Información
#22
Dharkel
-
Sorprendentemente su ataque improvisado había funcionado mejor de lo que podría haber esperado, dejando un reguero de sangre a los pies de su rival. Se reincorporó, aún atado, preparándose para otra embestida. El sudor, la sangre, los gritos y el ruido de la batalla habían conseguido animar brevemente aquel paraje desolador. Durante un instante todo volvió a estar en calma, escuchándose tan solo el sonido del viento entre las desgastadas tejas y los derruidos muros. Pero fue breve, como un suspiro en una tormenta.

El dolor que sentía en el brazo persistía, al igual que el escozor en la palma de su otra mano, pero remitió considerablemente cuando el secuestrador aflojó la cadena, dejándola caer para acto seguido huir por su vida, pero no sin antes lanzar una amenaza vacía al espadachín quien sabía que dejarle tener éxito en su huida supondría un problema potencial tanto para él como para sus compañeros cuando volviesen a buscarle.

Consideró la idea de salir tras él con aquel lastre, pero tras unos veloces cálculos que podrían estar errados la descartó. El metal que colgaba de su brazo pesaba demasiado para él. Comenzó a desenrollar la cadena, librándose con rapidez de su cautiverio. Pero ya era tarde, el líder había desaparecido entre las sombras de los callejones. Apretó el puño y estiró la mano un par de veces, tratando de deshacerse del entumecimiento. Una silenciosa mueca de dolor se dibujó en su rostro.

Tenía tres frentes abiertos y tenía que decidir. Seguir al secuestrador por los callejones. Asegurar la información de quien ahora se encontraba frente a él. Y comprobar el estado y la situación de su compañero Rocket. Descartó la primera opción. Probablemente dejaría un rastro de sangre haciendo que su seguimiento fuese relativamente fácil. El mapache le había ayudado en su empresa, aunque era cierto que, aunque los compartían, había sido por sus propios intereses. Por otro lado, estaba su tripulación, el único motivo por el que había desembarcado en Loguetown. Ésta tenía prioridad por encima de todas las cosas.

Cogió la cadena con la zurda y, arrastrándola estridentemente por el suelo, la llevó hasta el secuestrado que estaba tendido en el suelo. Apartó las armas con una patada y le ladeó haciendo presión con la palma del pie, dejándole boja arriba y apuntándole con la katana en todo momento por si intentaba alguna temeridad.

- Vamos a portarnos bien y todos veremos un nuevo amanecer. - Su bota se hundió levemente en el pecho. – Voy a ponerte un nuevo accesorio que está a la moda entre los piratas y los mierdas como tú. No intentes nada o habrá consecuencias. – Comenzó a rodearle con la cadena. Tras un leve amago de resistencia, Dharkel le cortó superficialmente el rostro a modo de recordatorio.

Cuando estuvo completamente amarrado, el espadachín lo arrastró por el suelo apoyándose la cadena en el hombro y en la dirección hacia donde había escuchado los disparos, con el arma aún en la mano.

- ¡¿Algún problema?! – preguntó al aire elevando la voz, buscando al mink.



Tras encontrarse con Rocket y atar a ambos supervivientes comenzó el intenso interrogatorio, donde ambos tuvieron la oportunidad de hacer sus propias preguntas y sacar sus propias conclusiones. Cuando hubo finalizado, rompiendo su palabra y sabiendo que no podía dejar cabos sueltos pasó a ambos hombres por el filo de su hoja. No sabía si aquel acto molestaría al mapache, pero tenía cierta certeza de que entendería sus motivos. Tampoco podía confiar en los falsos ideales de justifica que circulaban por aquellos mares y dejarlos vivos era un riesgo demasiado alto, especialmente después de haberle visto la cara. Había escuchado rumores de revolución, quienes defendía una causa que consideraba justa, pero nunca se había cruzado a ninguno en su camino, no al menos siendo él consciente, por lo que no conocía ninguna base de operaciones donde pudiese llevarlos para que fuesen retenidos adecuadamente. Para el espadachín no eran más que cuentos, un mito que contaban a los niños para que se fuesen a dormir o para dar esperanza a las almas más apenadas.

- Aún tengo un asunto con el que lidiar… – dijo mientras dirigía su mirada hacia los callejones por los que se había desaparecido el presunto líder. Limpió su arma en las ropas de aquellos desgraciados y tras envainarla le tendió nuevamente la mano a su nuevo compañero. – Ha sido un placer trabajar contigo. Aunque no te mentiré, tuve mis dudas. – Dejó salir una leve carcajada de alivio. – Si tienes tiempo mañana me gustaría poder compartir unas jarras de cerveza contigo en el Trago del Marinero, para celebrar esta pequeña victoria. Tengo muchas preguntas que hacerte.


Resumen
#23
Rocket Raccoon
Rocket
Supongo que los beneficios extrasensoriales y de percepción que había ganado en aquel laboratorio del submundo, había dado sus frutos en cierto modo. Me había convertido en lo que esa gente quería, en un peluchito asesino. La mala noticia para ellos, es que no disfrutarían para nada esta creación que habían hecho, más bien todo lo contrario. Ya que esperaba algún día dar con esa gente y devolverles el favor que en su día me hicieron. Pero para que ese día llegara, aún faltaba mucho, y tenía que encontrar mi propio camino en este mundo más allá del de una simple venganza bien merecida. ¿Estaba encontrando el camino correcto? Es algo que el futuro lo dirá, pero de momento creía estar dando buenos pasos.

El aire a mi alrededor volvía a ser tenue y tranquilo, así lo sentía después de los pocos minutos de adrenalina que corría por todo mi ser. Había culminado la batalla de buena manera, y dos de los asaltantes estaban en el suelo. Uno a mis pies y el otro afuera de los almacenes abandonados. Solo uno de ellos estaba perdiendo sangre en cantidades exorbitantes, su vida parecía que había llegado a su fin. 'Pues no haber estado con esta gente.' Pensaba con algo de furia. Una leve mueca de queja se mostraba en mis labios, era de desagrado. Tener que venir a estos bajos mundos para plantar un poco de 'justicia' por mano propia, ya que quienes debían de encargarse de eso no lo hacían.

'Dharkel' Se me vino a la mente la cara de aquel sujeto de cabello negro y desaliñado. No escuchaba ni voces y el choque de armas o de golpes desde su dirección, supuse que el combate también había finalizado allá, pero desconocía quién había sido el vencedor. Lo último que recordaba es que ya se estaban enfrentando uno para uno, y aquel matón parecía más hábil que todos estos otros. Fue en ese entonces que el sonido de su voz, el cual viajaba por todo el oscuro escenario hasta llegar a mis oídos, me alivio mis pensares. -Si sí, bien fácil estos idiotas. Joder eh.- Respondía ante su duda, elevando la voz de manera que pudiese escucharme sin problemas. -Este que tengo aquí sigue vivo. El otro, bueno... creo que no sobrevivirá después de ese disparo. Joder eh.- Le di una cuantas pataditas al cuerpo que tenía en el suelo, a ver si reaccionaba. '¿Tan duro le di? Jeje.' -Aunque me pase un poco con el golpe a este, está dormido. ¿Crees poder venir acá? Este pesa mucho, y soy chiuquito, joder eh-. Le amarré las manos con alguna cuerda que hubiese ahí en las cercanías, después de chequear que estuviese en buen estado. Examine sus ropas y demás, a ver si encontraba algo útil, y aprovechaba de quitarle cualquier cosa que fuese peligrosa.

No me sorprendió el resultado final que iban a recibir estos dos sujetos, y tampoco me oponía a ello en ningún sentido. Este es el camino que habían elegido seguir, y cuando tomas esta decisión, sabes que lo que te espera es este tipo de cosas. Nada bueno sale de andar realizando fechorías y de andar terminando con la vida y el bienestar de la gente. -¿Qué paso con el grandote? Joder eh- Le pregunté mientras le veía limpiar su hoja con la ropa de estos rufianes. -¿Ustedes los espadachines no cuidan mejor sus espadas?- Agarre con la punta de dos dedos uno de los harapos de esta gente, lo medio acerque a mi nariz para olfatearlo. Acto seguido hacia un gesto de desagrado, retirando mi cara y arrojando dicha prenda lejos de mí. -Lava esa cosa mejor...- Apunte a su espada. -Asco, asco, maldita gente, joder eh-

-Hum... Te sorprenderá oír que estuve todo un minuto apuntando a tu rostro con el dedo puesto en el gatillo...- Miraba de reojo al fusil, que ya lo llevaba en la espalda. -Cuando te reuniste con el viejo, pensaba que eras el asesino de esta gente. Por eso seguía ese viejo maltrecho por la vida, suponía que en algún momento iba a ser otra de las víctimas. Y pues apareciste tú. Joder eh- Le miré a los ojos y sonreía, mostrando confianza. -Pero creí analizar bien la situación, y entonces los seguí. Pero sí, seguimos la historia en el bar. Por el que escapó no te preocupes, ambos lo vimos bien, y tengo gente por aquí que puede encontrarlo. Y no hablo de la maldita marina, por si te preocupa eso. Joder eh.-

Antes de abandonar por completo el lugar, me acerqué a la calle donde podía tener visión del cuerpo que había tumbado antes con la ayuda del fusil. Al verlo ahí, sin vida, me aseguraría de mirar si tenía algo de valor. Luego de eso, seguiría mi camino.

Resumen
#24
Silver
-
El eco de los pasos del líder de los secuestradores se desvanecía entre los callejones oscuros del muelle viejo, mientras el sonido metálico de la cadena, estridente al raspar el suelo, parecía resonar en la quietud que seguía al conflicto. Dharkel, con el rostro marcado por la tensión del combate, arrastraba al prisionero hacia donde Rocket aguardaba. A su alrededor, las sombras volvían a caer pesadas sobre los edificios en ruinas, mientras el aire húmedo del puerto les envolvía con un frío que parecía filtrarse hasta los huesos.

Dharkel lanzó a los prisioneros al suelo, encadenándolos con firmeza. El secuestrador herido gemía débilmente, con su brazo inutilizado, mientras el otro, aún inconsciente tras el brutal ataque de Rocket, no ofrecía resistencia alguna. La tensión había empezado a desvanecerse, pero no había terminado del todo. Ahora venía la parte clave: obtener las respuestas que necesitaban.

Rocket, que ya había revisado al secuaz caído y comprobado que no había señales de vida, se unió a Dharkel con una mezcla de satisfacción y orgullo. Habían vencido, pero la victoria aún no estaba completa.

— Este de aquí sigue vivo —comentó Rocket, pateando suavemente al matón que había dejado inconsciente.

Con un rápido gesto, Dharkel sujetó la barbilla del secuestrador herido, obligándolo a mirarlo a los ojos.

— Habla. No tienes nada que perder... y mucho que ganar si colaboras. ¿Quién está detrás de todo esto? —la amenaza en su tono era clara, y la katana, aún en su mano, apuntaba hacia el hombre como una advertencia silenciosa.

El matón, respirando con dificultad, miró a Dharkel con los ojos entrecerrados por el dolor. La sangre seguía fluyendo de su herida, manchando sus ropas y el suelo. Por un instante, parecía que iba a resistir, pero el dolor y la fatiga quebraron su voluntad.

— Es el casino... —murmuró finalmente, con la voz ronca—. No... no somos más que perros... nos contratan para hacer el trabajo sucio. Ellos... pagan bien para que secuestremos a gente... cualquiera que no vaya a ser echado de menos. Mendigos, marineros, borrachos... no importa. Los llevamos al casino y... eso es todo lo que sé. Nos pagan y desaparecen. No sé qué hacen después...

Dharkel intercambió una mirada con Rocket. La información era crucial. El casino, un lugar conocido por la élite y el bajo mundo, no solo era un sitio de apuestas, sino que también parecía estar implicado en una red mucho más oscura.

— ¿Quién os da las órdenes? —insistió Dharkel, presionando un poco más.

El secuestrador tragó saliva, temblando bajo la mirada del espadachín.

— Un tipo... no sé mucho de él. Solo que es quien da las órdenes. Está dentro del casino... controlando todo... Es él quien maneja el negocio. Eso es todo, lo juro...

El interrogatorio estaba llegando a su fin, y tanto Dharkel como Rocket sabían que habían obtenido todo lo que podían sacar de aquellos desgraciados. El líder había escapado, pero con la información de los secuestradores, ya tenían un nuevo objetivo claro: el casino Missile.

Dharkel limpió su katana en la ropa del herido antes de enfundarla. Su decisión ya estaba tomada. En un movimiento rápido y certero, puso fin a la vida de ambos secuestradores, asegurándose de que no quedaran testigos que pudieran dar la voz de alarma. Rocket observó en silencio, entendiendo las razones detrás de la fría ejecución. En los bajos fondos, los cabos sueltos eran un lujo peligroso.

Después de asegurar los cuerpos y revisar cualquier pista adicional, se intercambiaron una mirada de respeto. Habían forjado una alianza bajo la presión de la batalla, y ahora, ambos tenían motivos para continuar investigando. Sin necesidad de más palabras, comprendían que el próximo paso les llevaría hacia el casino, donde las respuestas aún estaban ocultas.

Con el eco de la batalla aún en sus oídos y el peligro temporalmente desvanecido, Dharkel y Rocket abandonaron el muelle, dejando atrás los cuerpos de los secuestradores y el silencio que regresaba lentamente al lugar.

Cierre
#25
Moderador Condoriano
Condoriano
¡RECOMPENSAS POR T2 ENTREGADAS!

Al participante Dharkel, por una maravillosa interpretación de mendigo, y gran trampa realizada a los maleantes, recibe:
  • Berries: -850.000 - 150.000 (+1.000.000) (Enhorabuena, deuda saldada)
  • Experiencia: 1035 - 1095 (+60)
  • Nikas: 2 - 12 (+10)
  • Reputación: +20 reputación negativa.

Al participante Rocket, por una cobertura exquisita a su nuevo compañero de aventuras, y un maravilloso noqueo en los cascabeles reales, recibe:
  • Berries: 4.535.000 - 5.535.000 (+1.000.000)
  • Experiencia: 1240.22 - 1300.22 (+60)
  • Nikas: 9 - 19 (+10)
  • Reputación: +20 reputación negativa.


Y por último, pero menos importante. A su deidad guía, al narrador Silver, se le otorgan lo siguientes premios:
  • Berries: 2.700.000 - 3.200.000 (+500.000)
  • Experiencia: 1754.45 - 1814.45 (+60)
  • Nikas: 5 - 17 (+12)
  • Cofre: +1 cofre gigante.
#26


Salto de foro:


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