¿Sabías que…?
... Oda tenía pensado bautizar al cocinero de los Mugiwaras con el nombre de Naruto, pero justo en ese momento, el manga del ninja de Konoha empezó a tener mucho éxito y en consecuencia, el autor de One Piece decidió cambiarle el nombre a Sanji.
[Evento] [Búsqueda del tesoro] El Enigma Olvidado
Qazan
Qazan
Al alcanzar el cofre, traté de moverlo para reposicionarme, estar ahí en medio cuando por todas partes aparecían las personas que nos habíamos encontrado en la primera cámara no era santo de mi devoción. -Tú te vienes conmigo-. Dije agarrando el cofre y tratando de moverlo para darme cuenta... Que el muy cabrito pesaba como el demonio. - Capaz que me he quedado con la mejor parte y todo-. Dije mientras hacía aún mas fuerza y poco a poco lo iba desplazando dirigiéndome a lo que parecía una losa gigante con una cara esculpida en ella.

Poco después de empezar a desplazarla, un estruendo cerca mía me hizo advertir del peligro que se me venía encima, la estatua con forma de mujer comenzó a moverse hasta quedarse mirándome. -Oye oye… No seas tacaña y comparte-. Le dije mientras notaba como de la frente me caía un sudor frío. Al segundo de quedarse mirando, lanzó su gigantesco puño en mi dirección. Si bien podía esquivarlo, hacerlo llevaría a la destrucción del cofre y con ello el tesoro que albergase en su interior. -Esa mierda va a doler-. Dije mientras dejaba de empujar el cofre y encaraba el golpazo que se me venía encima. La estatua era algo más grande que yo pero se movía con suma soltura. En esta ocasión opté por chocar mi puño contra el de la estatua, si bien podía haber amortiguado el golpe, quería dejarle claro a la estatua que éste ya no era su tesoro.

Luego del choque de puños, mi potencia superó a la suya, cosa que derivó en un estruendo brutal a la vez que se levantó una polvareda de humo importante. Aprovechando la niebla de guerra, empujé con todas mis fuerzas el cofre en dirección hacia la losa con rostro que había visto anteriormente. Para mi sorpresa, al llegar a la losa estaban allí reunidos mis compañeros de tripulación. -¡¡Chicos!! Vamos a saquear esto antes de que esa enfadona venga a reclamarlo-. Dijo haciendo alusión a la estatua con la segundos antes había intercambiado golpes. 

Acerqué el cofre a mis compañeros piratas y lo abrí llenándome los bolsillos y la mochila con todos los tesoros que veía. Si este cofre estaba justo en el centro de la sala seguramente albergase algún objeto importante, el cual me lo metería en la mochila sin pensármelo dos veces. -¡¡Vamos vamos!! Que la cara piedra tiene que estar apunto de venir a por todo esto-. Dije una vez me di cuenta que no me cabía ni una sola joya más encima.

Resumen
Tofun
El Largo
Aclaraciones y Moderaciones Bélicas


El estruendo del temblor de la sala se mezclaba con los gritos, los choques, las caídas y el tintineo de las monedas que rebotaban sobre la superficie rocosa. Para la mayoría, el ambiente era de guerra, con varios frentes abiertos, confusión y ataques cruzados. Mientras tanto, un grupo más pacífico aprovechaba astutamente el caos para recoger todos los tesoros posibles y reunirlos en un punto central. Una de las estatuas estaba controlada por Shiro, mientras que la otra, después de recibir un golpe, fue absorbida por Gretta. Parecía que ningún obstáculo podía detener los formidables poderes que estaban desplegándose en aquel grupo.

Indiana, quien hasta el momento se había limitado a pasear, conversar y disfrutar descifrando las formas, posiciones y los detalles visuales de la sala, se vio sorprendido por las palabras de Hunter.

Gracias por tus palabras, joven. Toma, esto es para ti. Quería dárselo al lobo que me ayudó, pero imagino que tendré que hacerlo en otra ocasión. — Dijo rascándose la cabeza al ver el caos que lo rodeaba. Le entregó a Hunter un extraño invento que podría analizar más tarde.

Te deseo lo mejor, y espero que volvamos a coincidir. — Añadió con una sonrisa sincera antes de continuar paseando, completamente aislado del caos. Parecía inmune al creciente temblor, caminando con las manos detrás de la espalda y silbando, como si el derrumbe inminente no tuviera nada que ver con él.

Mientras tanto, Panda cayó inconsciente debido al agotamiento, el esfuerzo y los golpes recibidos. King resistió los impactos cruzados por un tiempo, pero finalmente también sucumbió, cayendo rendido. Jack, en medio de un fuego cruzado, resistió los golpes, pero acabó gravemente herido, con una cicatriz en la nalga derecha tras recibir un disparo de Jun. Alexander no corrió mejor suerte. Aunque logró hacer algunos movimientos evasivos y bloquear ataques, la ofensiva múltiple lo dejó acorralado y herido. Finalmente, en medio del caos, Kael consiguió abrirse paso y, utilizando su Akuma, envolvió al pirata más buscado de la sala, llevándose así su segundo gran premio de la noche.

Shiro, montado en su nueva adquisición, se disponía a levantar una de las placas del suelo cuando la situación alcanzó su punto máximo. El temblor se convirtió en un potente movimiento sísmico que fisuró el suelo de la sala por varios puntos. Las placas parecían a punto de estallar, y la pirámide comenzaba a resquebrajarse. Lo primero en suceder fue la aparición de cinco chorros de agua, que surgieron de los huecos de las escaleras con una velocidad vertiginosa, como si su ascenso fuera infinito. No hubo tiempo para comprobarlo, pues las placas fueron lanzadas hacia arriba, revelando tres nuevas entradas de agua, mucho más grandes que las escaleras. Finalmente, el suelo se rompió por completo, y todos los presentes fueron golpeados por un torrente de agua titánico. La fuerza del empuje hizo que comenzaran a ascender a una velocidad vertiginosa hacia una pequeña luz rodeada de oscuridad.

A medida que subían, podían ver las paredes del lugar, cubiertas de símbolos y dibujos de la antigua civilización. La luz de arriba se hacía cada vez más grande, revelando que la altura de la sala era impresionante. Pronto se dieron cuenta de que el agujero en lo alto no era otra cosa que una salida a la superficie. Antes de alcanzarla, se chocaron y rozaron con todo tipo de ramas, plantas y vegetación que habían ocultado aquel lugar durante décadas.

Esa noche, una de las montañas alfa se había convertido en un volcán de agua, lanzando a todos los presentes a diferentes ubicaciones. Las caídas fueron amortiguadas por el agua, los árboles, los restos de piedras, placas y la vegetación, pero ninguna fue leve. Todos recibieron golpes considerables para amortiguar el impacto. La mayoría quedó inconsciente o aturdida, pero al poco tiempo, todos comenzaron a despertar, incluso los más heridos y exhaustos. Curiosamente, Indiana cayó junto a Alexander, y lo ayudó a ponerse en pie. El viejo explorador tenía la cara magullada, pero no le dio importancia. Con una sonrisa, le agradeció al médico que primero se había preocupado por él, y le entregó un curioso objeto como muestra de su aprecio.

Última Ronda
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
La reacción de la chica, es una muy tranquila y llena de despreocupación. No sientes hostilidad y, te sientes muy cómodo ante su presencia, Alpha. Ella dibuja una sonrisa en su rostro mientras te dice que has sido de ayuda para ella. Curiosamente, te comenta que es bastante susceptible al frio y, claramente tú sabes que eso puede ser una clara debilidad de ella. Sin embargo, tú también posees una debilidad, joven Alpha. Un gesto involuntario te hace mirar por un segundo to rodilla izquierda. Allí se encuentra una herida que dificulta un poco tu vida. Un punto débil problemático con el cual te ha tocado aprender a vivir. Pero nunca te has preocupado por ello, simplemente no sigues viviendo sin que eso sea una preocupación para ti.

La vida te da cosas, y simplemente te toca a ti y a todos, sacar lo mejor de ello.

La oni busca en su escote algo con mucho cuidado. Tú curiosamente ladeas la cabeza a un lado, esperando cualquier cosa. De allí, saca lo que el díal de calor que habías dado con anterioridad a ella para ayudarle. Se presenta ante ti como Suzuka D. Hanami, agradeciéndote por el préstamo mientras te guiña el ojo. Esto último, te confunde un poco. Te acercas a ella. Con mucho cuidado tomas su mano. El tacto de tus manos es suave, joven pirata. Tus manos siempre han sido un factor importante para ti y por ello, siempre te has asegurado de mantenerlas bien cuidadas. Con suma delicadeza, cierras la mano de Hanami con la cual te extendía el dial, haciendo que esta lo sujetara aún más y, en un acto caballeroso, besas el dorso de su mano con sumo cuidado. - Por favor… consérvalo. Ha sido un regalo de mi parte. – Tu mirada vuelve a cruzarse con la suya. Tú estabas tranquilo, cautivado solamente por lo que ella te transmitía. Incluso si tú eres un peligro para el mundo y alguien que disfruta de batallar y matar, no te puedes evitar sentir y disfrutar de estos momentos. Aunque muy tontos para algunos, placenteros para otros.

Una dama única, estaba frente de ti.

Ella te invita a unirse con los suyos para salir del lugar. Lo pensaste por un segundo, pero desafortunadamente, no te da tiempo de decir nada, Alpha. La situación actual supera a todos. Torrentes bastante fuertes comienzan a salir a de toda dirección desde el suelo. No te ha dado tiempo siquiera a pensar y, en un acto provocado por tus reflejos, simplemente la jalaste hacia ti al mismo tiempo que saltabas. Le rodeas la cabeza con tus brazos, en un acto de querer protegerla de algún golpe. – No me sueltes. – Le susurras. Luego, salen disparados, joven piratas. Tú simplemente como puedes, tratas de cubrirla a ella de ser víctima de algún impacto letal. Por suerte, solo chocas contra ramas y vegetación que solo cubrían el camino hacia el final.

El final de esta gran aventura.

Salen disparados. Por suerte, el agua había hecho un gran trabajo para amortiguar el gran impacto. Pero aun  así, no deja de ser un daño considerable. Duraste aturdido por unos instantes y te costó un poco reincorporarte. Respiras profundo, sintiendo el delicioso aroma de la naturaleza, enriqueciendo tus pulmones. Te incorporas - ¿Estas bien? – Preguntas a Hanami mientras le extiendes la mano para ayudar. Con una cálida sonrisa dibujada para ella, esperando que realmente tu acción le fuera servido de algo.

- Olvide presentarme. Soy Hunter D. Alpha. 

Resumen
Juuken
Juuken
La situación cada vez se volvía más extraña, los temblores no solamente no cesaban sino que se acrecentaban todavía más. Miré al suelo, pude ver más de esas piedras rodeadas de monedas y otras de otros colores. Me agaché arrodillándome y cogí alguna, estaba atada con una cuerda a otras piedras de diversos colores. Una gran piedra de esas transparentes, más grandes que cualquiera otra que hubiera visto estaba ahí. Aunque parecía diferente, como más cristalina, más transparente que las otras.

Comencé a recoger todo lo que podía. Esas habían sido las órdenes de Lance, y mientras avisaba a Suzuka a gritos que viniera lo más rápido posible, yo continué cogiendo cosas, haciendo selección entre las monedas que había en el suelo tiradas, aunque también cogía alguna que me cupiese en los bolsillos. Pues la mochila estaba ya a rebosar.

De pronto unos temblores todavía mayores me hicieron ponerme en guardia. Me volví a levantar y me quedé mirando a mis compañeros, la tensión se intensificó cuando el terreno donde nos encontrábamos comenzó a crujir. Por las escaleras donde habíamos subido, y por otras que entonces me daba cuenta que estaban repartidas a lo largo de toda la sala, comenzaban a salir unos chorros a gran propulsión hacia arriba. Era agua, eso iba a ser un grave problema. No sabía nadar, no podía caer al agua. No ahora que tenía mucho más peso.

Tiré a coger a Lance, un poco a la desesperada. Si la sala se inundaba yo no podría hacer nada. Inconscientemente traté de sujetarme del capitán, el peliblanco por quien tanta confianza y admiración sentía. De pronto el suelo se movió. Una gran placa enorme, donde nos encontrábamos casi toda la tripulación, a excepción de Suzuka y Goku, comenzó a alzarse a una velocidad que resultó bastante vertiginosa. No me dio tiempo, ni a sujetarme a Lance ni a preocuparme por la ubicación de Suzuka ni de Goku.

Pronto notaría la increíble presión del agua haciendo mella, estábamos sobre aquella plataforma que se iba resquebrajando, por lo cual todos los presentes comenzabamos a ser empapados por ese gran chorro de agua. La increíble presión que nos hacía ascender me dejó arrodillado en aquella plataforma, pude ver que todavía estábamos ahí todos. Lance, Gretta, Shiro y Qazan. Todos allí peleando por mantenernos estables. Aunque seguramente el gyojin no tuviera tantos problemas estando ahí, pero tanto Gretta, Shiro como yo podríamos tener serios problemas con nuestras debilidades al mar.

Comencé a perder las fuerzas y la conciencia conforme íbamos avanzando y diversas raíces y plantas nos iban chocando por todas partes. El agua cada vez me cubría más. Sentía que esto podía ser el fin. Pero no debía rendirme, no ahora que al fin parecía que íbamos a lograr salir de allí. Me forcé a mí mismo, centré todos mis esfuerzos en mantenerme consciente y en pie haciendo el mayor abuso de voluntad y gasto de fuerzas de reserva que había hecho nunca. Debía asegurarme de lograr salir de allí, por lo menos, antes de perder la consciencia.

La luz natural cada vez se volvía más intensa. La luna brillaba con gran intensidad esa noche. Casi podía respirarse ya aire fresco, o podría si no estuviera, literalmente, luchando con las últimas fuerzas de flaqueza que quedaban en mi cuerpo por mantenerme en pie. Ni siquiera era consciente del oxígeno que era capaz de respirar, el cual por la alta presión era bastante limitado. Pronto se notarían los estragos de ese efecto.

Finalmente la luz lunar llegó. Con un fuerte estallido de agua, rocas y un montón de raíces y hojas, logramos finalmente alcanzar a ver la luz. En ese momento supe que lo habíamos conseguido. La luz nos bañó con un reconfortante manto. Nunca había echado tanto en falta la sensación de calidez que podía dar el sol, aunque llevaba relativamente poco en mi vida, sentía que no podía tirarme demasiado tiempo sin verlo ni sentirlo, una lástima que en esos momentos la única luz fuera de la luna, la cual no emite esa calidez que tan reconfortante resulta. Tal vez fuera por la situación en general, todo lo ocurrido entre las distintas salas extrañas. También podría influir el hecho de que lo sentía como volver a estar encerrado en aquella isla.

La sensación duró poco, al haber salido despedidos, el contacto directo con el agua desapareció, comencé a sentir recuperar mis energías y fuerzas, pero ahora estaba en medio del aire. Y no sabía volar. Comencé a caer a gran velocidad, habíamos salido por lo alto de una gran montaña, debajo de mí lo que parecía una selva, similar a la zona por la que habíamos entrado, pero debía de ser otra zona completamente diferente tal vez. Eché un vistazo rápido desde arriba. Pude ver nuestra embarcación, la reconocería donde fuera, estaba bastante lejos.

Adopté una posición defensiva, debía prepararme para la gran caída que venía. Cubrí todo mi cuerpo con aquel fuerte material que todavía brillaba en mis bolsillos, y aquella piedra grande en mi mano. El choque no tardó demasiado en llegar, apenas ni me había dado tiempo a localizar un barco, que estaba seguro que era el nuestro, y cubrir mi cuerpo completo con el poder de mi propia akuma no mi. El primer contacto fue con la copa de un árbol, me aferré a ella sintiendo punzadas y un gran golpe en los brazos y el torso.

Al sujetarme, como buenamente pude, frené bastante el impacto, pero no tardé en resbalar, todavía tenía el cuerpo mojado y ese efecto no contribuyó a tener una buena sujeción. Un fuerte golpe, seguido de otro, hasta que llegué a tocar suelo. La cabeza y todo me daba vueltas, sentía que estaba a punto de perder la conciencia. Me incorporé y apoyé mi espalda contra un tronco. Había caído justo en un gran seto que también ayudó a amortiguar la caída. Tal vez por eso continuaba.

Me dolía todo el cuerpo, y sentía que tal vez me hubiera roto algo. Pero si ahora me detenía y me dejaba sucumbir al cansancio, era probable que más adelante fuera incluso incapaz de moverme. Ayudándome del propio tronco para levantarme, y sin retirar el poder de mi habilidad me puse de pie. Pensé que al cubrirme de aquél material tan duro, podría ser capaz de continuar moviéndome aunque tuviera algo roto. Pues parece que por el pecho estaba todo en su sitio.

Miré a mi alrededor. Tal y como pensaba no había tenido nada de suerte. No veía a ninguno de mis compañeros. Esperaba que hubieran tenido más suerte que yo en sus caídas, yo realmente estaba bastante desmejorado. Sentía que necesitaba ayuda, pero también sabía que había otros compañeros que podían no ser tan resistentes a la hora de afrontar una caída así. Aun en mi estado, sentía la responsabilidad de buscarles.

-¡Lance! -Comencé a gritar mientras comenzaba a moverme por los alrededores- ¡Shiro!.

Comencé a avanzar clamando por sus nombres, pero tan solo el silencio me respondió. Cuando había dado varias vueltas comencé a pensar que igual ellos habían caído más abajo. Sabía que Gretta y Qazan podrían ser capaces de soportar aquellas caídas, si yo pude, ellos seguramente tampoco habrían tenido gran problema, pero tanto el capitán como Shiro me preocupaban realmente. Por otro lado, también desconocía la ubicación de Goku y de Suzuka.

Desgraciadamente cada vez podía hacer menos, tanto por ellos como por mí. La fatiga estaba haciendo gran mella en mí y comencé a perder la esperanza de encontrarme con nadie. De pronto un murmullo y un sonido de hojas moverse, alguien andaba cerca, podía ser algún enemigo, pero por el contrario podría tratarse de alguno de mis compañeros. Avancé con cautela, hasta que pude ver y escuchar con más claridad.

-Olvide presentarme. Soy Hunter D. Alpha.

Me fijé bien. Reconocía ese rostro. Era aquél tipo que nos había ayudado cuando las plantas tenían preso a Goku. Y frente de él estaba Suzuka. No pude evitar dar un respingo de alivio mientras salía hacia adelante, contento de haber encontrado a alguien al fin.

-¡Suzuka! -dije con algo de entusiasmo- ¿Estás bien?

Me aproximé rápidamente hacia ella, pero de pronto me vi en la obligación de girar la cabeza. Su pecho estaba completamente al descubierto, y aunque no entendía por qué solía molestarle a la gente que la gente les mirase, tenía entendido que estaba mal visto. Y aún así, sin saber por qué, volvía a sentirme algo avergonzado, tal y como la primera vez cuando Gretta nos apretó y mi cabeza acabó entre sus pechos. Me quedé mirando al tal Hunter D. Alpha. Menudo nombre más largo, y raro. ¿Por qué una simple letra ahí en medio? Le sonreí tendiéndole la mano, le estaba bastante agradecido, no era la primera vez que nos ayudaba, parecía un gran tipo. Esperaba que para cuando me girase a Suzuka ya se hubiera tapado, sino entendería que no le molestaba a ella.

-Soy Juuken. Gracias por ayudarnos antes ahí abajo con Goku y las plantas. Y por ayudar a Suzuka. Si necesitas algo, seguro que el capitán estará encantado de ayudarte.

No lo tenía del todo seguro, pero si algo sabía sobre Lance, era que apreciaba a sus compañeros y amigos, y si alguien le ayudaba con ellos, seguramente querría devolverle el favor, por esa razón se lo dije, y si no fuera así, yo asumiría la responsabilidad ante el capitán. No me parecería justo que este hombre, Hunter Alpha, nos haya ayudado y nosotros no hicieramos lo propio con él. Me sentía bastante agradecido.

Le dejé tiempo para hablar y aclararnos, tras lo cual me giré a Suzuka. Tenía suerte de, al menos, haberla encontrado a ella. No se por qué pero siempre tardaba mucho en llegar y se acababa desviando del camino. En nuestro estado debíamos ir directos. Por suerte para ella la había encontrado, y ya sabía en qué dirección debíamos marchar para llegar al barco directamente.

-Vamos, Suzuka. El barco está por aquí, probablemente el resto esté llegando.

Tras despedirnos de Hunter, le indiqué a mi compañera con cuernos por dónde debíamos avanzar, tenía la imagen de donde había visto el barco y, por suerte, sabía orientarme con facilidad aunque el terreno pudiera ser así de complicado. No tardaríamos demasiado en llegar, aunque con el peso extra de mi mochila y los bolsillos, cuyo tintineo se volvía ligeramente sonoro a cada paso que daba, era probable que tardásemos un poco más. Por suerte, sabía que no llegaría solo al barco.

DATOS
Alexander Bathory
Doc
Puedo sentir como mi golpe impacta contra un muro de piedra, no esto era una persona aquel golem de piedra en la primera sala había interferido en aquel golpe, pese a ello parte de mi ataque había logrado entrar en aquella armadura pero no era suficiente “demasiado débil” pensé por un instante mientras una serie de esquirlas volaban por el aire cortando algunas partes de mi piel y albergándose en otras de ellas antes de sentir escuchar un estruendo en el aire seguido de una sensación punzante en mi muslo, un disparo cuántos de estos bastardos eran y se atrevían a decir que no velaba por los míos
 
Antes que declarara con firmeza a aquel grupo de individuos -En eso se equivocan, Mi nombre es Alexander Medico de los shiromimi y su vanguardia!- dije alzándome desafiante pese a mis heridas –cada uno que retenga de ustedes es un enemigo menos con los que mi tripulación deberá lidiar- pero pese a mis palabras podía sentir el cansancio en mi cuerpo junto a mis músculos gritando haciéndome casi imposible sentir el dolor de mis heridas y escuchar el agua alzándose a nuestros pies todo esto estaba por explotar –además deberían tener cuidado con Bonz, una vez lo llame amigo y hoy me traiciono- pero antes que bonz fuera capaz de defenderse de mi acusación el suelo se resquebrajo por completo causando que el torrente de agua nos empezara a lanzar hacia la parte alta de aquella sala
 
Lo siguiente que recuerdo es haber despertado en medio de la selva sintiendo el pesar de mis heridas mientras me recargaba en un árbol cercano sacando las esquirlas de piedra incrustadas en mi piel, mi evaluación personal no era realmente mala, algunos golpes pero nada que no sanara quizá algunas cicatrices pero nada que mi pelaje no cubriera antes que un sonido entre la maleza me hiciera alertarme dejando escapar un gruñido antes de ver al profesor indiana –Profesor me alegra ver que se encuentra bien- dije levantándome con calma algo torpe por mi agotamiento antes que el profesor me ayudara a afianzarme –si lo desea estoy seguro que mi tripulación podría llevarle a otra isla- le comente con una sonrisa notando como el profesor me daba algo –eso me recuerda- dije rebuscando entre mi abrigo algunas monedas que había tomado –no es mucho pero quedamos que seria 50/50- después de todo podría haber decidido unirme a una tripulación pero no por ello rompería un trato –tome una amatista igualmente pero esa planeo quedármela para regalarla a un compañera- tras ello empezamos a caminar por el bosque con calma hacia donde el barco de mi tripulación aguardaba aprovechando mi sentido de orientación natural pero sin bajar la guardia en ningún punto del camino

Vida: 679 / 946


Resumen
Jack D. Agnis
Golden Eyes
La secuencia siguiente pasó muy rápido. Tras haber impedido que atacaran de gravedad a Muzen y amenazar, lo cual no surtió efecto alguno, vi como uno de los hombres quien tenia una fruta del diablo, lanzaba un ataque hacia nosotros, haciendo que nos quedáramos inmóviles en nuestro lugar.
Intenté zafarme de eso varias veces, pero su adherencia era demasiado grande y no me permitía moverme, lo cual comenzaba molestarme.
Fue en ese momento en que vi como aquel extraño fango tragaba a Muzen y si bien intenté moverme para ayudarlo, no me pude hacerlo por aquel fango y solo vi como este desaprecía.
“Que puta mierda” pensé con el ceño fruncido, mientras me giraba hacia aquel sujeto y hacia un movimiento desesperado, atacándolo desde la distancia con un corte aéreo. La intención era dañarlo para ver si su técnica se anulaba, pero en ese mismo momento, el piso volvió a crujir y varios pilares de agua saltaron a presión, advirtiéndonos nos lo que vendría de ahora en mas.

Miré el suelo, el cual se fue “inflando”, hasta que este estalló en una enorme erupción de agua, la cual me empujó hacia arriba.
Sin saber que hacer, y tratando de no morir en el proceso, mantuve el aire en mis pulmones y apoyé mi mano sobre mis sombrero, el cual no pensaba perder.
Me mantuve así, sintiendo cualquier daño que proviniera de algo externo, hasta que al fin salí a la superficie, lo cual me permitió dar una enorme bocanada de aire y ver que me encontraba en el aire, para luego caer en algún lugar de aquella isla.

Algo atontado, me levanté y miré a mi alrededor buscando sobre todo a King, pero al único que encontré fue a Alexander junto al viejo que habíamos encontrado en la cueva.
-Doc, ¿donde están los otros? Han secuestrado al estúpido de Muzen y no sé donde lo llevan. Tenemos que ir a rescatarlo. Tal vez si corremos, los alcanzaremos en alguna parte de la isla. - dije, mientras algo de sangre salia de mi cuerpo, no solo por las raspaduras, sino por el ataque que había recibido.
Tras decir aquello miraría al viejo y con una ligera sonrisa en mis labios, le diría:
-Ud. viene con nosotros. Dudo mucho que se quiera quedar en esta isla solo. Ademas, Ud. sabe cosas que nosotros no y tal vez tenga un buen atajo para llegar a la playa antes que los demás. - exclamé algo divertido, pero a la vez fúrico por lo que había pasado allí dentro.
“Se suponía que veníamos a buscar tesoros” pensé, mientras giraba mi rostro en busca de los demás.

Debía informar a King, que Muzen ya no estaba con nosotros.
-KING, ANISSA, PANDA, ¿DONDE MIERDA ANDAN? NO ES BUEN MOMENTO PARA JUGAR A LAS ESCONDIDAS- grité por aquella isla, esperando que cualquiera de los tres me oyera.

Resumen
Gretta
La Devoramundos
Gretta llegó al sitio donde Shiro y Qazan se habían parado. Ella no se dio cuenta, pero estaban muy cerca de una de las placas con caras de hombres. Apoyó el cofre en el suelo y esperó a que llegaran los que faltaban del grupo. Lance y Juuken no tardaron en aparecer.

—Lo importante es concentrarnos en encontrar una salida antes de que esta sala nos sepulte, e irnos todos salvos y sanos. Si hace falta, dejaremos los tesoros atrás— Dijo Lance nada más llegar. "¿Coooooooooomo? nonono, vamos, no me he recorrido yo un mega porrón de pasos para dejar ahora aquí esto, vamos, ni de coña, es más, me lo ato, esto me lo quitan de mi cadáver antes que soltarlo" Reflexionó Gretta ante esas palabras de Lance, así que le contestó: —Si, hombrre, voy dejiar esto yo qui— Y acto seguido, empezó a atarse el asa del cofre a su muñequera.

-¿Listos para salir de este agujero?- Continuó Lance al momento, Gretta miró a su alrededor y no vio ninguna salida "¿Que dice este tío? Si no hay salida alguna, estamos todos locos ya. Y yo sin comida, bueno, que digo, hay un oso y un conejo a los que puedo hincar el diente… Un momento ¿esto es agua?" Pensaba Gretta, cuando empezó a notar agua dentro de sus botas, e incluso empezaba a colársele dentro de estas. El agua llevaba rato entrando en la sala; al igual que también desde hacía unos minutos el suelo temblaba con violencia, pero ella no se había dado cuenta hasta ahora. El agua fue tal vez por el hecho de que no pudo notarla por su mayor altura, hasta que le sobrepasó los zapatos; y los temblores debido a que acababan de pasársele los efectos del veneno de las plantas y creía que los temblores eran fruto de los mareos por el efecto secundario de este envenenamiento. Pero ahora que todo era mucho más brusco, comprendió que algo no iba bien.

Fue a agarrar a Shiro para protegerlo, justo cuando la placa que tenían delante estalló, soltando una barbaridad de agua a presión y lanzándolos a todos hacia arriba. A ella le habían dicho toda la vida algo sobre las frutas y el agua. "Mierda, mierda, mierda, la diño, la palmamos aquí", pero pasó un rato en el agua y no le pasaba nada. "Yo creía que si me tocaba el agua, habiéndome comido una fruta, la diñaba; me han vuelto a engañar…" Pensaba Gretta, dubitativa sobre lo que estaba pasando.

El viaje acuático autopropulsado a través del agujero del techo fue una odisea; intentó agarrar a alguno de sus compañeros, pero solo lograba darse golpes con las paredes mientras el agua le entraba por todos los agujeros. Algunas ramas y hojas se le metieron en la nariz y acabó magullada por todos lados y con el pelo despeinado, pero eso sí, durante toda la travesía intentó en todo momento mantener la presa sobre el cofre y la estatua que había cogido. 

Al fin, Gretta salió despedida de la montaña; esto le recordaba al primer día en esa cueva, en la que cayeron una gran distancia y pensaba que iba a morir, pero al final fue solo un golpe tonto. "No me jodas, ¿otra vez esto? Espero que acabe igual; cierra los ojos y que sea lo que tenga que ser". —PUM— fue el ruido que hizo su cuerpo al caer en la vegetación de la ladera de la montaña. Siguió rodando unas docenas de metros más, hasta que al final se paró.
Gretta abrió los ojos, se miró a ver si se había roto algo, cogió las cosas que llevaba y empezó a buscar a sus compañeros.

—¡SHIROOOO! ¡JIIIIUKEN! QASAAAN! SHIROOOOO! ¿Mmmm? … ah sí ¡LANSSSSS! ¡MONOOOO! ¡SHIROOOOO! Gritaba Gretta con la esperanza de encontrarlos. A la vez se puso a ir en dirección a la playa.

Resumen
Panda
JANAI
Panda estaba inmerso en el mundo de sus sueños, donde los prados largos de bambú crecían y el fresco olor a la naturaleza lo rodeaba con su encanto. No estaba solo, por el contrario Minks de todo tipo estaban junto a el, lo abrazaban, le hacían caricias, le traían comida y fruta fresca, era todo un banquete.
Panda no comprendía nada de aquel escenario tan extraño y peculiar.
-¿Quienes son ustedes?- Pregunto, pero nadie le respondía solo le sonreían.

-¿Esto es real? comenzó a preguntarse Panda. ¿acaso morí en la mision? ¿Estarán bien mis Nakamas queridos?-


En eso los Minks se acercaron a el y el cielo comenzó a nublarse y comenzó a llover repentinamente.
Aquellos animales comenzaron a susurrarle unas palabras al oído:

-Despierta Panda, tu momento aun no ha llegado, tu capitán te espera, ve... aun te queda un largo camino por recorrer, te estaremos observando, no te rindas y procura no acercarte tanto a la lava la próxima vez.


En eso su sueño comenzó a inundarse de agua, mucha agua, salía por todos lados, desde el cielo hasta de los arboles, una verdadera locura! Parecía un intenso tsunami que lo llevo a las profundidades del mar. En eso, comenzó a ver una luz muy intensa que brillaba con intensidad hasta que finalmente abrió los ojos. El sol de la isla le daba directo en la cara y con mucho dolor comenzó a reincorporarse. Milagrosamente no estaba muerto, pero tampoco se encontraba en un buen estado, después de todo lo que había pasado se podría decir que había visto a la muerte cara a cara y por alguna razón curiosa del destino pudo volver al mundo terrenal.

Panda estaba completamente perdido, pero en eso escucho la voz de Jack llamándolo.
-Jack!! aqui estoy!!- Comenzó a gritar panda y lentamente fue caminando hacia el, buscando su rastro con su olfato.

-Ahh al fin los encuentro, ya me estaba preocupando, ¿Donde esta el resto? ¿que ha pasado?- Pregunto panda con duda y miedo, mientras se acercaba a Alexander a ver si le podía terminar el tratamiento antes de que pierda la conciencia nuevamente.

Parecía que Jack estaba con intenciones de secuestrar a Indiana, a Panda no le parecía muy buena idea, pero no estaba en condiciones para contradecirlo, en aquel momento la brisa más leve podría tumbarlo nuevamente, por lo que dejaría que haga lo que quisiese. Por desgracia, Panda volvía con las manos vacías y muchas quemaduras, no obstante la lección de aquella mision sin duda era un tesoro invaluable para el, sobre la confianza en sus nuevos Nakamas y sobretodo y su valía como Mink. Aquella experiencia cercana a la muerte, sin duda quedaria grabada en su memoria y cuerpo.

OFF
Suzuka D. Hanami
Dragón Floreciente
El chico se veía pensativo, algo callado quizá. Hanami era por contra alguien bastante hablador y sociable a la mínima que le daban la oportunidad. Pero ante el ofrecimiento de retorno del dial de parte de la oni, el chico no tuvo ninguna duda en entregárselo como un regalo - Lo agradezco, pero tengo por costumbre no aceptar regalos sin entregar nada a cambio, así que por favor consérvalo y si nuestros destinos se vuelven a cruzar, espero tener algún presente que entregarte - Así seria como la oni depositaria el día en manos del chico de nuevo. 

Pero no hubo mucho más tiempo para hablar, cuando de repente las escaleras comenzaron a disparar cantidades ingentes de agua que se levaban por los cielos hasta alcanzar el techo de la sala - O mierda... Agua no... - Hanami era una usuaria de Akuma no mi, así que era muy consciente de que eso era una mala situación para ella, pero entonces más puntos de la sala comenzaron a quebrarse ante la presión del agua y más columnas de agua se iban formando de forma más masiva - ¡Esto pinta mal, hay que mover...! - El agua los alcanzaría de golpe pero justo Hunter salto para cubrir la cabeza de la oni con su propio cuerpo para protegerla. La sacudida en el agua fue agitada y brusca, Hanami pudo notar como todas sus fuerzas se desvanecían en el contacto con el liquido elemento, pero ahí estaba Alpha, siempre fiel para mantenerla a salvo.

Ambos fueron arrastrados por el geiser de agua que erupciono de forma violenta y brusca en la montaña. Saliendo despedidos junto a múltiples monedas brillantes de oro que se desperdigaban por todas parte sin un lugar aparentemente fijo en el que caer. Pero todos estarían en una situación parecida, siendo todos los grupos desperdigados por el lugar y lanzados a lo largo de toda la isla.

La caída seria violenta, pero iban mezclados en el chorro de agua como un pez arrestado por la corriente. Y la vegetación densa y poblada de la isla actuaria como un cojín algo rudo que evitaría un daño mortal o lesiones notorias. Pero eso no librara al cuerpo de la oni de algún rasguño producto de las ramas rozando su piel casi desnuda. Pero afortunadamente la protección de Hunter evito ningún daño en el rostro de la chica.

Cuando ya parecía que todo habia pasado y esa experiencia no era más que un brusco impacto en el suelo, la joven oni escucharía la voz del chico que la salvo encontrando su mano cuando abrió los ojos - Creo que si, todo esta bien - La oni tomaría su mano para que la pudiera ayudar a levantarse, mientras el joven se presentaba. Aunque no seria hasta que ella estuviera totalmente erguida que se podría apreciar que la parte superior de su bañador se habia desprendido totalmente con las corrientes de agua, lo que dejaban su pecho completamente expuesto - Un placer - Diría ella sin enterarse de nada, pero cuando apareció Juuken de repente y ella se giro - Si gracias a Hunter todo fue bien - Ella pudo notar la brusca reacción apartándose del joven vice capitán. Dándose cuenta entonces Hanami de que su pecho estaba al descubierto - Upss... - Entonces usaría su propia cola para rodear su torso superior, cubriendo así de forma improvisada sus pechos.

Juuken ejerceria un poco de vicecapitan con Hunter, agradeciendo su ayuda y siendo bastante dialogante, por algo lo eligió Lance. Aunque no podían estar allí mucho tiempo, puesto que tocaba partir con los demás y Hanami sola se perdería - Muchas gracias por todo Hunter-kun, espero que nos volvamos a encontrar en el futuro - Y mientras se iba Hanami le lanzaría un pequeño beso en el aire. Partiendo con todas las cosas que llevaba de joyería y botín por su cuerpo, mochila y lanza hacia el barco - Espero que a todos les haya ido bien saliendo de ese lugar...

Resumen
Son Goku D. Namek
Dr. Goku
La mirada de Goku estaba fija en Anissa. Sentía cómo la tensión se podía cortar con un cuchillo, el ambiente era casi asfixiante, pero eso sólo lo emocionaba más. Sabía que estaba listo para lo que venía, su cuerpo ya había acumulado suficiente energía, y como si fuese un resorte, se impulsó hacia el frente con un poderoso salto. Sus piernas temblaban ligeramente, no por miedo, sino por el temblor incesante que sacudía la sala del tesoro, como si todo estuviera a punto de colapsar. Sin embargo, nada de eso detendría al intrépido guerrero. Su objetivo era el collar que Anissa había robado del altar, debía llegar a sus manos, debía poseerlo, mi precioso.

Goku confiaba en su velocidad. Sabía que era más rápido que Anissa, lo suficiente como para arrebatarle ese tesoro y salir de ahí sin problemas, quizás incluso alcanzar a sus compañeros, reunirse con su amada Gretta, y al fin dejar atrás toda esta locura para vivir juntos, felices para siempre, casarse, tener unos hijos mono-porcinos, cosas así... Pero el destino, o tal vez el karma, no estaba dispuesto a concederle ese final tan fácil. Antes de que siquiera pudiera rozar el collar, un torrente violento de agua lo golpeó directamente, como un balde de agua fría en todo el cuerpo, lanzándolo por los aires como si fuera una simple hoja en medio de una tormenta.

El agua no sólo lo había golpeado, lo arrastraba con una fuerza que ni siquiera él podía resistir. Goku intentó mantenerse firme, luchando contra la corriente, pero entre el violento flujo y el temblor que sacudía el lugar, le fue imposible hacerse con su preciado botín. El collar, ese maldito collar, se le escapó de las manos antes de que pudiera alcanzarlo.

Las paredes de la sala parecían desmoronarse a su alrededor, mientras el tesoro entero comenzaba a hundirse bajo el agua. Todo estaba patas arriba, como si el mundo se hubiese invertido en un torbellino de caos. Goku, junto con todo lo que estaba dentro de la sala, fue expulsado al cielo, arrojado hacia las alturas por una fuerza sobrehumana. Pasó volando entre rocas y árboles, atravesando ramas que se rompían a su paso, como si el mismo volcán hubiera decidido escupir a sus intrusos.

En el aire, Goku se sintió libre de nuevo. Había algo irónico en todo esto, siempre acababa en el aire, como si la tierra no pudiera retenerlo por mucho tiempo. Sin nada que lo atase, flotaba en el cielo, lejos de toda preocupación mundana. Por un momento, cerró los ojos y sintió la brisa acariciar su rostro. Había algo hermoso en esa libertad momentánea. El cielo se extendía ante él, vasto e infinito, y por un instante, Goku se permitió disfrutar de esa sensación de paz.

De repente, divisó a lo lejos a sus compañeros. Era imposible no ver a Gretta, quien parecía cargada con una cantidad ridícula de oro. Goku, con su habitual despreocupación, les gritó desde las alturas - ¡CHICOS! ¡DESCUIDEN! ¡ESTA FORMA DE MORIR ES LA MÁS COMÚN! - les recordó, haciendo referencia a su primera caída ese mismo dia en una situación igualmente absurda. Volvió a reír para sí mismo - ¡RECUERDEN NADAR MUCHO! - agregó, como si estuviera dando un consejo trivial, recordando su propia experiencia con la muerte.

La noche era hermosa, la velada perfecta. Si había una buena forma de morir de nuevo, sin duda esta era una de ellas. Goku giró durante su travesía, contemplando la luna, las estrellas y el vasto cielo. Era placentero mientras ascendía impulsado por los vientos. Nada más importaba ya, sólo quería seguir flotando, disfrutando de esa extraña calma... estaba tan calmado que hasta soltó la ballesta, que quedó flotando unos metros más abajo - Mantengan la calma... la muerte es placentera... - murmuró, mientras su cuerpo alcanzaba el punto máximo de ascenso. Y, en un instante, la gravedad comenzó a atraerlo de nuevo.

Goku no entendía mucho de física, pero la gravedad le parecía fascinante. Sentía cómo sus órganos se reacomodaban, el vértigo que llegaba a él, cómo su oído medio jugaba con sus sentidos. Era una sensación de adrenalina pura, la anticipación del impacto, pero para alguien como Goku, el miedo a la muerte no era lo que lo inquietaba, tal vez sí el dolor. No quería volver a pasar por eso, pero la sensación previa al impacto siempre fue lo más placentero que había experimentado. El viento rugía entre su cabello, el único sonido que llegaba a sus oídos. Su corazón ya había dejado de latir hace rato, su piel erizada por el frío se sentía igual que si fuese de una gallina... y entonces su espalda impactó contra una roca.

Un golpe. Otro golpe. Más golpes. Goku rodaba colina abajo, chocando contra rocas, árboles y ramas. No había obstáculo que frenara su descenso, y cuanto más intentaba detenerse, más rebotaba entre los objetos. Parecía una escena cómica, como si fuera una pelota en un juego de pinball. Su cabeza rebotaba contra las ramas, su columna sufría el golpe de las rocas, su cuello se magullaba con las lianas. Cada choque dolía más que el anterior, hasta que, al fin, después de tanto rodar y golpear, terminó colgando de un árbol frutal. Solo unos segundos pasaron antes de que Goku viera su brazo derecho a unos metros de él en el suelo, junto a la ballesta que había robado de Anissa.

Miró hacia abajo y observó la rama que le atravesaba el abdomen - Parece... que esta vez sí la he liado... - se quejó, mientras intentaba mantener la sangre dentro de su cuerpo. Sin embargo, a medida que intentaba aferrarse a la vida, su cuerpo se fue aletargando más y más, hasta que su conciencia decayó hasta lo más mínimo, y, aunque lucho contra el pesar de sus ojos, estos terminaron por cerrarse al fin.

Los grillos resonaban en la distancia, los animales se alborotaron brevemente tras el estruendo, pero pronto la calma volvió a reinar. El canto de los grillos sólo fue acompañado por el sonido del mar a lo lejos y las cigarras que comenzaron a entonar su melodía nocturna. Unas luciérnagas iluminaron el cuerpo inerte de Goku, su luz revelando el estado del guerrero Z, la rama que aún atravesaba su torso, la sangre que goteaba lentamente, y el brazo separado de su cuerpo.

Un mapache curioso se acercó a él, tocando el brazo suelto con timidez, pero tras ver que no reaccionaba, se alejó rápidamente. Unas moscas y mosquitos comenzaron a rondar el cadáver del joven mientras el mapache, aún intrigado, se alejaba del brazo pero sin dejar de mirarlo. Un par de horas después, Goku volvió a recobrar algo de conciencia. Abrió los ojos ligeramente, observando al mapache que lo miraba, pero pronto sus ojos se cerraron de nuevo.

Pasaron unas horas más antes de que Goku pudiera abrir los ojos con más fuerza. El dolor era insoportable, pero algo en su cuerpo lo obligaba a seguir adelante. Sentía un leve remesón, y de repente, la rama que lo atravesaba se partió. Cayó al suelo, sostuvo su abdomen y, con un gruñido, sacó la rama de su cuerpo. Respiró profundamente, tendido en el suelo, y dijo - Aaah... tengo hambre... - mirando hacia unas bananas que colgaban justo sobre su cabeza. Con una energía que sólo él podía tener después de semejante caída, se levantó de nuevo, acomodó su brazo cercenado en su lugar y tomó la ballesta, reacomodo los huesos de su rodilla que se había dislocado, estiro su columna nuevamente y analizo la cantidad de huesos rotos que tenia. Rápidamente, sin mucho que pensar, se llenó de bananas y comenzó a correr por la isla mientras comía a destajo.

Cruzó la selva sin mayores problemas, comiendo lo que pudo en el camino, hasta que llegó a un risco de unos 40 metros de altura que daba al mar. Divisó a lo lejos el To'Shulo, donde se encontraba su barco. Entonces, comenzó a gritar al ver a su amada caminando por la playa, sintiendo la brisa del mar, bañándose con la luz de la luna - ¡GRETTA! ¡GRETTA! ¿Dónde está Gretta? ¡DIOS, ODIO LAS RELACIONES A DISTANCIA! —vociferó, mientras un grupo de mapaches y unos monos lo seguían de cerca - Amigos, voy a contar hasta tres, y ustedes me empujan en el dos, ¿vale? Pero no me avisen - les dijo, mientras los animales lo observaban sin saber qué hacer. Goku se acercó al borde - ¡Uno... dos... GRETTAAAA! - gritó mientras saltaba desde el risco, cayendo de frente y rebotando al caer de bruces sobre la arena.

Mi gordita salerosa, eres mi mundo entero... - le dijo a su amada mientras se acercaba, con una sonrisa en el rostro, dispuesto a vivir el siguiente capítulo de su aventura.

resumen


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