Alguien dijo una vez...
Donquixote Doflamingo
¿Los piratas son malos? ¿Los marines son los buenos? ¡Estos términos han cambiado siempre a lo largo de la historia! ¡Los niños que nunca han visto la paz y los niños que nunca han visto la guerra tienen valores diferentes! ¡Los que están en la cima determinan lo que está bien y lo que está mal! ¡Este lugar es un terreno neutral! ¿Dicen que la Justicia prevalecerá? ¡Por supuesto que lo hará! ¡Gane quién gane esta guerra se convertirá en la Justicia!
[Evento] [Escolta] la Mercancía Misteriosa
Masao Toduro
El niño de los lloros
De vuelta al barco de la marina, y tras la vuelta de rigor fue a reunirse con el grupo, los cuales estaban en su mayoría cerca, me acerqué al viejales, el cual debía andar rumiando algo en su cabeza cuando casi me arrebato el den den de las manos, me preguntaba que se traía el veterano entre sus arrugadas manos.

Cuando vi la escena en la que estaba con el segundo, o el que intuía que era el segundo de abordo, me pude imaginar un poco lo que pretendía el viejo. Yo me limité a sonreír al ver como este ponía una mirada que daría miedo hasta el mismo demonio, mucho peor que cuando el cura de turno te ponía a caldo porque el perro se había comido tus deberes, o porque había vuelto a poner tus dotes artísticas pintando la mesa, aunque claro todo esto eran imaginaciones suyas, el jamás había ido a la escuela.

¡Yo que tú le hasía caso picha, tiene pinta de tener más malah folla que yo! le aconsejé al reo, mientras me quitaba el delantal ¡Y TE JUROH POR MI MADRE, QUE SI NOS LA LIAS TE INFLÓ! ¡CLARINETE PIPIOLO! le insistió al segundo para reforzar las escasas palabras del viejo, haciendo las mismas muecas que hacía en mi etapa de pandillero.

Y es que después de todo, uno no se convertía en jefe de una banda “juvenil” en el barrio de Tres hermanas de Malbuena de la noche a la mañana, uno se tenía que labrar una reputación en el barrio, y después de todo desde los doce se había visto forzado a convertirse en un “figura” como solía decir su abuelo. Tras escuchar si se producía la comunicación, si es que se producía alguna, y apoyar si se le requería alguna tarea en el interrogatorio, volvería a sus quehaceres diarios, no sin antes de ofrecerle a Anko hacerle el relevo en la guardia.

Si queréis me puedo encargar de hacer yo la guardia, o te acompaño vaya, que estos lo mismo se tienen que cascar una paja diría sin mucho tiento, y es que la sutileza nunca había sido mi fuerte, y si bien no carecía de experiencia en lo que, a trato femenino, todas las mujeres con las que había tratado había sólido ser tan bastas como yo, al principio pensé que sería algo único de mi tierra, pero después de conocer a Camile, había descubierto que posiblemente todas las mujeres fueran iguales Vaya, lo que prefieras chiqui terminaría agregando, tal vez quitándole algo de hierro a su expresión de verdulero, aunque nunca había entendido que lo catalogarán como tal si nunca había vendido verduras

Equivocado o no, tras escuchar la decisión de la médico, agregaría a sus tareas la vigilancia de la carga, esperando que alguno de los suboficiales le pudieran cubrir lo justo para organizar las tareas de la cocina, las cuales podría despachar en dos o como mucho tres horas si se lo tomaba con calma.
Por lo que, sin mucho reparo, tomaría una caja y se sentaría en ella con una pose que algunos categorizan como de chulo, pero que él encontraba cómoda, posiblemente tener dos botones desabrochados tampoco ayudaba, en fin, si no fuera porque lo conocían posiblemente hubiera dudas de si era un marine o uno de esos bandidos que acaban de atrapar. Si Anko, u otro de los oficiales, accedía a acompañarle, posiblemente le haría una explicación a detalle de su barrio, de su patrona y de la virgen del Carmen, la cual aparecía en las estampitas que les había dado al principio de la expedición.

Aviso a navegantes
#31
Lionhart D. Cadmus
Tigre Blanco de la Marina
El ataque de viento de Cadmus habría sido mayor al del que el Capitán del barco podría resistir y caería inconsciente. No se suponía era la intención, pero Cadmus al final lo habría sobreestimado, ya poco serviría para cuestionarlo. Aún así, lo ataría y apresaría para que no pudiese escapar tras recuperar la conciencia. El Capitán Ovimarxilion habría sido vencido, la llama ardiente de su leyenda sería apagada por los vientos del tigre, para ser olvidado eternamente por la historia.

Y ahora qué haré contigo...

Primeramente, debía llevarlo para que respondiera ante la ley, y quizás ser entrevistado luego. Vería cómo el resto de sus compañeros ya se habrían encargado de apresar al resto de los piratas, así que no quedaba mucho más que hacer en ese barco. Lovecraft se encargaría sabiamente del Segundo al Mando y éste reportaría la información que necesitaban. Ahora todo cobraba un poco más de sentido, estos hombres no eran más que un señuelo, y Cadmus y el resto de los marines que cuidaban la mercancía eran el premio a pescar; un enemigo se avecinaba.

Debían volver al barco, quizás llevarse el cuerpo inconsciente del Capitán y del Segundo al mando, aunque quizás ya no era tan relevantes como creerían. Aún así, debían responder ante la justicia por el crimen de asaltar una embarcación de la marina. El resto de la tripulación, sin embargo, difícilmente sería posible transportarlas a una cárcel por ellos mismos, no les alcanzaba suficiente espacio y la prioridad máxima era escoltar la mercancía.

Todavía transformado en Byakko, aunque ya no estaban en peligro, cargaría con el cuerpo inconsciente del Capitán y lo llevaría al barco de la Marina, dejándolo así en un sitio seguro. Galhard habría ordenado que lo interrogáramos, aunque quizás no resultaba tan posible. Y aún así, no parecía ser tan relevante. Un mínimo de Wanted debería tener, al menos.

Aún así, no podría simplemente descuidar el resto de la tripulación pirata, la Marina debería encargarse de ellos también, si bien los Marinos escoltas no podían hacerse responsable en ese exacto momento. De vuelta en su forma humana, Cadmus buscaría el Den Den Mushi del barco y lo marcaría para comunicarse con el Centro de Comando para informarles de la misión.

Suboficial Lionhart D. Cadmus al habla, Señor. Estamos en altamar y hemos sido asaltados por un barco pirata. Han sido aprehendidos exitosamente y llevamos con nosotros el Capitán del barco pirata. Es posible que nos encontremos con más enemigos en el camino, pero confío que podremos encargarnos de ellos y proteger la mercancía hasta llegar al lugar de encuentro. Sin embargo, necesito refuerzos para capturar al resto de la tripulación pirata. La localización aproximada, incluyendo la longitud y latitud son: ... Cadmus, utilizando sus conocimientos como Navegante indicaría la información necesaria para encontrarlos. Eso es todo, corto y fuera.

Tras colgar la llamada del Den Den Mushi, Cadmus se prepararía para lo que se avecinase. Se acercaría a Galhard para informarle de la situación del otro barco, le explicaría el contexto y lo que el Segundo al mando diría. He informado al Centro de Comando de la situación actual y llamado refuerzos para capturar al resto de los piratas, Suboficial Galhard. He de pensar que la mercancía ha de ser bastante valiosa si han contratado piratas para vigilar esta zona marítima, deberíamos estar preparados para lo peor.

Tras eso, no le quedaba mucho más que hacer que servir de guardia y custodiar el mar en caso de avistar a otro posible navío enemigo, utilizando su Vista Aumentada.

Todo en orden, por ahora.

Resumen


Off


Vida: 780 / 780

Energia: 521 / 595
#32
Galhard
Gal
Con el combate resuelto y los piratas finalmente sometidos, Galhard tomó un instante para observar a su equipo y evaluar la situación. Lovecraft y Masao manejaban al segundo al mando con una mezcla de intimidación y estrategia, mientras Cadmus había vuelto a bordo con el pirata inconsciente, todavía en su forma de tigre blanco.

El familiar escozor en la garganta y los ojos irritados eran inconfundibles: su alergia al pelaje volvía a hacerle la vida difícil. Aunque Cadmus no era un mink, su pelaje en forma de tigre provocaba un efecto similar. Se obligó a contener una serie de estornudos, sin querer mostrar su incomodidad frente a los demás. No era el mejor momento para parecer vulnerable, así que se mantuvo en silencio, manteniendo su compostura a pesar de la molestia.

El informe del segundo al mando había planteado más preguntas que respuestas. ¿Quién estaba tan interesado en su cargamento como para contratar a bandas de poca monta y tendérselas en una red en alta mar?. Con suerte, la maniobra de Lovecraft con el Den Den Mushi bastaría para evitar que cualquier refuerzo identificara el verdadero valor de su barco. Sin embargo, Galhard no estaba convencido de que el peligro hubiera pasado.

Cuando Cadmus regresó a la cubierta y se acercó a él para dar su reporte, Galhard lo escuchó con atención. Cada palabra era una pieza más en el rompecabezas.

—Gracias, Cadmus. Parece que no hemos hecho más que sacudir el avispero. Ahora es cuestión de prepararnos para el próximo paso. Estaremos atentos —respondió, mientras se giraba hacia el horizonte, su mirada afilada y concentrada —Te encargo que sigas observando los alrededores con tu mejor vision. Cualquier cosa que veas, por pequeña que sea, comunícanosla de inmediato.—

Una ligera brisa marina acariciaba el barco, pero a pesar de la calma, Galhard no podía evitar la sensación de que estaban siendo observados. Confiaba en las capacidades de Cadmus para detectar cualquier movimiento a lo lejos. La idea de que se avecinaba una amenaza mayor le resultaba ineludible. Habían activado una trampa, y ahora debían enfrentarse a las consecuencias.

Miró a los prisioneros, con el capitán pirata tendido e inconsciente entre ellos. Su condición parecía crítica, y aunque no era prioridad, el sentido de responsabilidad de Galhard no le permitía ignorar su estado.

Galhard llamó a uno de los marines que estaban poco a poco volviendo a cubierta—Vosotros, échadle un vistazo a las heridas de nuestro prisionero. No queremos que se nos muera como resultado de una trifulca, tiene derecho a someterse a juicio con vida a lo que ha hecho.—

Sabía que el pirata tendría que enfrentar la justicia, pero no podían darse el lujo de perder información valiosa. Uno de los marines asintió y se acercó para evaluar al hombre, mientras Galhard volvía su atención al timón, asegurándose de mantener el rumbo.

De reojo, observó cómo Nagaki inspeccionaba y comenzaba a reparar los daños del barco. Los impactos de los cañones enemigos habían causado algunos desperfectos, pero nada que pusiera en riesgo su viaje. Cada miembro del equipo aportaba lo mejor de sí mismo, y ver cómo todos trabajaban en conjunto le daba a Galhard una renovada sensación de confianza.

Aún así, su mente seguía inquieta. La amenaza que se avecinaba era una incógnita, y aunque el barco volvía a su curso original, la incertidumbre pesaba en el aire. Esta misión era algo más que una simple escolta, y si el contratista tenía medios para cubrir amplias rutas marítimas, no dudaría en enviar refuerzos tras su fracaso inicial.

Con el timón firme entre sus manos, Galhard continuó vigilando el horizonte. Las próximas horas serían cruciales, y cada uno debía estar preparado para lo peor. La trampa estaba activada, y ahora no podían hacer más que esperar, listos para enfrentarse a lo que el mar les trajera.

Resumen
#33
Anko
Médica Despiadada
Anko caminó detrás del capitán de Lotus Marine en dirección a la bodega del barco, esperando que aquel ataque pirata de la tripulación de Ovimarlixion no solo se hubiera tratado de un señuelo. Grata fue su sorpresa cuando pudieron ver que la bodega y la mercancía seguía intacta, protegida aún por el grupo de soldados rasos enviados por Galhard a custodiar mientras los Suboficial se hacían cargo de los atacantes. Tras ello, ambos volverían a la cubierta, en donde pudieron ver a Masao llevando varias cosas del barco enemigo consigo, entre todas ellas, un Den Den Mushi.

El caracolito comunicador fue tomado por Lovecraft y se acercó al segundo al mando de la tripulación de Ovi, Anko comprendió cuál era el plan del experimentado luego de las instrucciones dadas al tipo, pocas palabras, pero las suficientes para hacerle entender lo que los soldados de la marina buscaban. — Haz lo que te dice, al pie de la letra… De lo contrario me encargaré personalmente de que este mar se convierta en tú tumba… —. Amenazó la joven luego de la amenaza de Masao, sin duda, ese día no había sido el mejor para el pobre hombre atado que su único pecado fue meterse con el barco escoltado por la brigada de Lotus Marine.

Tras ello, hubiera comunicación o no entre el segundo al mando y su jefe, el soldado Masao llamó la atención de Anko, ofreciéndose acompañarla o directamente hacer un relevo para custodiar la mercancía en la bodega, y claro, agregando algo obvio que ella ya había notado. — Esos tipos, parecía que me desnudaban con la mirada… ¿Te parece sí me acompañas? Eres buen tipo —. Diría la marine, acompañando sus palabras con un sutil golpe con su puño en el hombro del hombre. — Puedes ir adelantándote, te alcanzaré pronto, debo revisar la situación de estos asquerosos piratas… —. Agregó con cierto odio en su tono de voz antes de alejarse y tomar posición junto al marine enviado por Galhard para la revisión de las heridas.

— Soy una médica experimentada, así que te ayudaré con eso… —. Al finalizar sus palabras, la peli marrón se encargaría de ayudar al soldado con el tratamiento de las heridas de sus prisioneros. Sí bien odiaba tejer que atender a unos criminales, no podía dejar de lado su juramento médico, ayudar y atender a todo aquel que lo necesitara, sin importar su bando, ideologías, raza, y ese tipo de cosas que causan distinciones entre las personas. Una vez los piratas fueran atendidos con éxito, ella se retiraría de la cubierta con dirección a la bodega. — ¡Envíen a un soldado sí los problemas vuelven a surgir! —. Gritaría para ser escuchada por el resto de sus compañeros, especialmente por Galhard.

Off
#34
MC duck
Pato
Zona de cubierta
Galhard fue puesto al día gracias a Cadmus, el barco retoma el rumbo y se aleja de esta zona marítima. La cubierta del barco permanece solamente Galhard, Cadmus y Nagaki, esta ultima centrada en estudiar el barco y realizarle reparaciones.

REPARACIONES REALIZADAS
Barco: 1500 pv

Zona interior del barco
Con el capitán apresado y el segundo al mando en posición, la presión de Anko y Masao, pero en especial del venerable Lovecraft, fueron mas que suficiente para que él segundo al mando tomara el den den Mushi, empezó a teclear el caracol, y este empezó a dar tono, hasta que finalmente el caracol puso una cara muy seria.
-Espera... ¿tan pronto? ¿No me digáis que habéis acabado ya el asalto?
-Pues si, ya hemos terminado, todo bien, solo... era un barco de telas...
Un silencio se produjo en la sala mientras el caracol permanecía inmutable.
-tu no eres Ovi
-So...soy su segundo al mando.
-Se supone que esta lineo es solo para los capitanes ¡¿Que esta haciendo Ovi?! maldito inútil.
-Ha bu... bueno, ya lo conoces, supongo ... esta haciendo sus cosas.
Un nuevo silencio incomodo se produjo en la sala.
-Ha! si, me lo puedo imaginar, pero tenemos normas ¿y la contraseña? supongo que te la habrá dado.
-ha si, la contraseña.
-Dudo que te haya dejado el den den musi y...
-te la digo... si me invitas a una cocka
El segundo al mando miro a Anko y a Lovecraft mientras levantando las manos, intentando que no lo fusilaran o algo por decir aquello.
-contraseña aceptada. Pues si que te la dijo el muy imbécil ... ¿Enserio solo habían telas? dos días esperando a que pase un barco y solo viene mierdecilla ¿Tu que piensas que va a pasar por esta zona?
-ni... ni idea, pero bueno, eso no hace falta que...
-¡mira a ver si hay un doble fondo!
-un que?
-un doble fondo, los contrabandistas suelen fingir que son simples mercaderes de tela y esconden mercancia buena en dobles fondos para que no los encuentre la marina.

el segundo al mando miro a sus opresores con gesto nervioso, no pretendía hacer de aquello una charla social.
-Si bueno, le preguntare a los supervivientes... solo era para que no vinieran hasta aquí, eso es todo gra...
-UN momento ¿hay supervivientes?
-hem...
-mátenlos anda, No estáis preparados para tener wanted sobre vuestras cabezas, además, el jefe va de camino, como vea supervivientes se va a poner hecho una furia.
-NO! no hace falta que venga...
-yo no voy a hacer eso, lidiad vosotros con el, ese tipo me da escalofríos. Gracias por avisar, me mantendré en mi posición. Que se diviertan.
el segundo al mando miro nuevamente a sus captores llevando las manos a ambos lados, ya habia hecho todo lo que estaba en su mano.
-solo espero reducción de condena por ayudar a la autoridad.

CAMBIOS REALIZADOS
Las fuerzas enemigas no tendrán refuerzos en la próxima batalla

Tras esto, Anko y Masao se retiran a la bodega de carga dejando solo a Lovecraft con los prisioneros.

Bodega de carga

Los 10 marines que os habían ayudado durante todo el trayecto estaban por alguna razón ahí metidos, la carga no podía estar mas segura ¿verdad?
-¡¿Por que el capitán nos ha metido aquí en vez de participar en el abordaje?!
se quejaba uno que no los habia visto llegar.
-nah, ni te ofusques, no estamos al nivel de un suboficial.

Zona de cubierta

De vuelta en cubierta, todo parecía tranquilo hasta que Camus lo vio, a la proa del barco, el barco parecía bastante similar al que se habían enfrentado hacía poco, pero este barco, no se lanzó a por ellos, sino que tomando su misma dirección, permaneció siguiendo su rumbo, y manteniendo una distancia prudencial ¿no los iban a atacar?

Un segundo barco empezó a parecer por estribor, siguiendo la misma dinámica del barco de babor, acercándose lentamente pero manteniendo una gran distancia, nadie podía saltar ni atacarse incluso con cañones estaban fuera de alcance. ¿Acaso estaban esperando algo más?

El ruido de cadenas interrumpe, cualquier otra pregunta, cuando t3 enormes aletas parecer acercarse por la parte frontal del barco, 3 enormes tiburones o mejor dicho megalodones se movían lentamente por las enormes cadenas de las que tiraban de un barco, un galeón T4 modificado, que parecía ser mas cañones que barco, los tiburones a un tirón de las cadenas giraron a la derecha, de disparar, una oleada de balas de cañón habría llovido sobre el barco, pero... no dispararon.

En la parte superior del barco, atado a unos megáfonos un Den Den Mushi Interoceánico, anuncio.

ATENCIÓN A LOS TRIPULANTES DEL BARCO

Desde cualquier parte del barco podía escucharse el comunicado. Sin importar si era la cubierta o la bodega.

NO TENEMOS INTENCIONES DE ENEMISTARNOS CON LA MARINA O EL GOBIERNO MUNDIAL. NO OBSTANTE; TRANSPORTAN UN DEMONIO MUY PELIGROSO QUE DEBE SER PURGADO. ENTREGEN LA MERCANCIA; Y SU BARCO NO SERA ATACADO; NO TENEMOS INTENCION DE ATACAR A CIVILES Y MARINES INOCENTES; SIEMPRE... QUE NO NOS OBLIGUEN.

Tras finalizar el comunicado, el Galeón soltó una barca de salvamento, que descendió al mar con un ocupante, y sin decir absolutamente nada mas, el galeón volvió a tirar de los enormes animales usando pesada maquinaria para mover las inmensas cadenas, para azotar a los megalodones, quienes tiraron del barco acelerando a gran velocidad, al parecer el barco con mayor capacidad bélica no se iba a quedar a charlar ni a pelear, era un alivio, de quedarse sin duda lo pasarían mal.

La pequeña barca avanzo hacia el barco de carga, mientras daba algo de tiempo a la tripulación de actuar, aunque seguían en mala posición, los barcos enemigos no se acercaban, exceptuando la barca, por lo que nadie podía saltar a ellos, pero pronto estarían a alcance de cañones, para ambos bandos.  ¿Pero de que demonio hablaban? ¿Se referían a la mercancía? ¿Cómo pensaban actuar?

El tiempo para postear de 72 horas ya ha expirado.

#35
Galhard
Gal
Mientras Galhard observaba el horizonte, el sonido de las cadenas se mezclaba con el rumor del mar, y la visión de los tres enormes megalodones tirando de un galeón colosal lo dejó impactado. Los gigantescos escuálidos arrastraban la embarcación como si fuera un carro de guerra capaz de enfrentarse a una flota en solitario,  aunque su aspecto imponente inspiraba terror, lo que más inquietaba a Galhard era el mensaje que transmitieron.

Un demonio peligroso, habían dicho, y por un instante, su mente comenzó a procesar las implicaciones. ¿Una Akuma no Mi? Si eso era lo que transportaban, entonces el interés de los enemigos tenía sentido. Los usuarios de esas frutas tenían poderes extraordinarios, y su valor era incalculable. Pero la idea de estar transportando algo tan peligroso le generaba más dudas. ¿Era realmente seguro que ellos, con recursos limitados y en medio del mar, intentaran proteger algo así?

Cuando el galeón comenzó a retirarse, Galhard sintió un alivio momentáneo, pero las dudas persistían. Si ese barco, armado hasta los dientes, había preferido retirarse, ¿qué estaban esperando los otros barcos? La barca seguía acercándose, pero las tartanas, que ahora se mantenían a una distancia prudente, eran las que más le inquietaban. Parecían estar a la espera, como depredadores calculando el mejor momento para atacar.

Volviendo en sí, se sacudió la impresión y ajustó el timón, decidido a no perder el control.

—¡Nagaki, desciende e informa a Anko y Masao de la situación! Que permanezcan alerta y mantengan la carga bajo estricta vigilancia. Puede que estemos lidiando con una Akuma no Mi, así que necesitamos todas las manos preparadas para defenderla —ordenó.

Nagaki asintió y se apresuró a bajar. Galhard, por su parte, miró a Cadmus.

—Cadmus, mantente atento a la barca. Cuando esté lo suficientemente cerca, averigua qué saben y cuáles son sus intenciones. No podemos arriesgarnos a un nuevo ataque sin saber quiénes son y qué buscan.—

Con las órdenes dadas, Galhard giró el timón, moviendo el barco en dirección a una de las tartanas que se mantenía al acecho. Su intención era acercarse lo suficiente para mantener una posición estratégica, listo para enfrentarse si intentaban atacar. Si lograban acercarse lo suficiente, podrían iniciar un abordaje o bien disparar el cañón de proa y tratar de acabar con la amenaza antes de que ellos hicieran el primer movimiento.

El impacto del galeón y los megalodones seguía latente en su mente, pero sabía que no podían permitirse el lujo de distraerse. Con una posible Akuma no Mi en juego, estaban envueltos en algo que superaba cualquier escolta común y corriente. Tomó un momento para mirar el horizonte, recordándose a sí mismo que, a pesar de los riesgos, tenían un deber que cumplir, y lo harían con determinación.

resumen
#36
Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
El segundo al mando no rechistó, y con el Den Den Mushi, no se negó a contactar con su superior o con cualquiera que estuviera al otro lado del aparato, obligado a mentir, por un fin, librarnos de otro nuevo contacto. Sin embargo, la conclusión de la conversación que presencie entre el pirata y el otro, no sería del todo fructífera, y no tardarían en venir para reclamar lo que en un principio andaban buscando.

Lamenté aquello, era cierto que tampoco tenía las expectativas altas, pero había que intentarlo al menos, como marine, debía de pretender evitar cualquier tipo de daños o posibles bajas, y exponer al barco a un nuevo frente, sabiendo de por sí que vendrían de nuevo a asaltar la carga era un riesgo alto que pondría en peligro el éxito de la misión. Aguardé en silencio el último comentario del segundo, mucha fe tenía si esperaba irse de rositas como si nada después de aquello. Estábamos en medio del mar, y estos insensatos habían puesto en juego la integridad de todos los miembros de la tripulación, recibirán un castigo equivalente a sus actos cuando lleguemos a tierra. Si es que llegamos.

Me quedé reflexionando, me acerqué hasta los 2 marines que comenzaron a hablar, y me dirigí solemnemente hacia ambos. 

- Confiad en nosotros. -

Les contesté infundiéndoles el valor y la confianza que parecía que les faltaba, y acto seguido, me interné hacia el resto de marines y de los civiles a cargo del servicio del barco.
Contenido Oculto
Fui revisando poco a poco todos los puntos del interior de la carga, con pasos lentos, pausados y recapacitando en los diferentes escenarios que podríamos encontrarnos, sinceramente, estaba mejor preparado que antes.

Resonó desde el exterior una megafonía estridente, ¿Ya estaban aquí?, me pregunté asomándome por las ventanas de zona de la carga. Desde la bodega, podía ver todo el mar alrededor nuestra, con la calma que me definía, contemplé la aberración que teníamos en frente, pero gracias a una clemencia egocéntrica de cualquiera que estuviera al frente de aquella nave, una barca bajó de esta y se dirigía hacia nosotros. Por otro lado, a babor y estribor, otras 2 tartanas se nos acercaron, aún aguardaban una distancia prudente de nosotros, lo suficiente como para no llegar los cañonazos y por consiguiente un nuevo abordaje, pero, no había que descartar todo aquello.

Subí a cubierta después de todo, escuchando a Galhard dar las oportunas indicaciones, fijé mi atención en la barca que se aproximaba de frente, sin descuidar tampoco a las tartanas de los laterales, a la que nos acercábamos tras la dirección que tomó el de pelo castaño tras voltear el timón a babor. Pero mi incisiva mirada apuntaba al destino de Cadmus, no dudaba de que el gran tigre blanco necesitaría ayuda, pero estaría dispuesto a actuar si fuera necesario.

resumen


recursos
#37
Nagaki
Medusa
Cuando terminé de hacer los últimos retoques a la reparación del barco empecé a escuchar unos sonidos extraños viniendo en nuestra dirección. Recogí la caja de herramientas y las tablas que me sobraron y fui a observar el origen del estruendo. Allí delante de mí, 3 inmensos megalodones tiraban de un barco enorme, que si no fuera porque estaba en la Marina, posiblemente fuera el barco más impresionante que había visto nunca, era como si fuera un castillo andante de la impresión que daba.

Miré de nuevo a los megalodones con una mezcla entre asco y rabia. - ¿Porqué tenían que ser siempre tiburones los cómplices de los malvados? -pensé para mí misma, puesto que mi familia, y ella misma, habían tenido problemas desde... ¿siempre? con los tiburones. Después de todo, era uno de los predadores principales de las medusas, bueno, eso sin incluir otras medusas obviamente. Pero por suerte esto sólo se aplicaba a las "primas" medusas, las medusas no gyojin me refiero, aunque algo interno se revolvía cada vez que veía a un tiburón. No es que les tuviera miedo ni nada por el estilo, de hecho juraría escuchar que hay un gyojin tiburón entre las filas de la Marina por Loguetown, pero el instinto seguía ahí latiendo en mi interior y valía la pena escucharlo.

Los enemigos pronto en una especie de altavoz anunciaron sus términos e instantáneamente la orden de Galhard me sacó de mis pensamientos. Tenía que moverme. Como tenía las manos ocupadas, me limité a asentir con la cabeza y decir -Señor, sí, señor- antes de continuar y bajar por las escaleras.

Llegué en un momento a donde estaban Anko y Masao y les trasmití las órdenes. - Suboficial Anko, Soldado Raso Masao, traigo órdenes del Suboficial Galhard. Les ordena que permanezcan alerta y mantengan la carga bajo estricta vigilancia- Me acerqué un poco a ellos para que no lo escucharan el resto de los guardias y en un susurro les dije - Galhard cree que custodiamos una Akuma no mi y que ese es el objetivo de los asaltantes.

Me despedí de ellos y seguí por el barco para dejar las herramientas y los tablones donde los había cogido, y me puse las nudilleras de nuevo, preparada para cualquier cosa. Si tenían que venir tenía que estar preparada.

Subí a la cubierta y fui corriendo a la popa del barco, un lugar donde asegurándome que no podrían verme las barcas llegando a nuestros lados, y salté al agua. Ahora que se habían ido los megalodones podía estar tranquila debajo del barco, allí podría controlar la situación y actuar sin que me vieran.

Resumen
#38
Masao Toduro
El niño de los lloros
Mi rostro se fue ensombreciendo según escuchaba la conversación entre el segundo de abordo y el interlocutor al otro lado del caracol. A pesar de los torpes esfuerzos del pirata, no termino de convencer del todo a su contratista, el cual mencionó que su jefe iba en camino.

Bien hecho marica, no te puedo prometer nada, pero pondremos en el informe que has colaborado. Hoy has empezado a hacer lo correcto, siéntete orgulloso le diría al segundo de la embarcación, puede que fuera un pirata, pero quién sabe que le había deparado la vida para acabar en aquella situación y bueno, la redención era un valor ya no solo de un buen cristiano, sino propio.

Tras aquello enfilé a resguardar la carga, pillando por el camino una botella de Jerez que había guardado entre las mercancías de cocina días atrás, tampoco es que fuera a emborracharse, jamás le había visto la gracia a aquello y menos con el tormentoso pasado que veía que conllevaba el estar pegado a la botella, pero en la moderación era algo que le gustaba y que le hacía sentirse cerca de su tierra natal, y además la médico seguramente necesitara un trago para desahogarse.
Cuando esta llegará tras atender a sus pacientes, le ofrecería un trago de la botella, descorchándola delante de sus narices Puede colar esto, espero que no te de mucho palo beber a morro le diría mientras agitaba la botella de cristal verde y pegatina amarillenta.

En la brigada que me han metioh también tenemos un médico, es así mu mono y pijillo, se llama Ray, tiene el pelo blanco y ezo, que lo mismo os conocéis de la escuela o azín arrancaría hablando de su compañero, ensalzando las virtudes de su compañero mientras escuchaba cualquier historia que le pudiera contar la mujer de las gafas.

El tiempo fue pasando y entre charla y charla, y algún que otro trago picarón, la guardia paso sin pena ni gloria hasta que fue interrumpida por un sonoro altavoz. Un mensaje que informaba de que llevamos un demonio que debía ser purgado y que debíamos entregar la mecánica.

-Joder sí que tienen cariño al rebelde- comenté a la doctora pensando de qué realmente se referían al único usuario de fruta del diablo que conocía por el momento de la tripulación -Mira que eso de hacer pacto con el demonio esta mu feo, pero tanto como para purgar, con que rece doh o treh avemarías antes de dormir esta más que perdonao- maticé con mis palabras -Eso que haga la cama, tiene pinta de que son de los que doblan mal las sábanas, y ya que estamos que se peine un poco ¿no?- agregué mientras me rascaba el pelo.

No tardo mucho en presentarse la mujer pez, al parecer Gal insistió en que resguardáramos la carga que tras el susurro comentaron que la carga era una fruta demoniaca.

Yo me quedo vigilando al demonio, vosotras volver arriba e intentar que los civiles bajen pa bajo por si complica la cosa se ofrecería pasándose la jerarquía de mando por el forro, al igual que solía que hacer en su brigada ¡Y AQUELLOS DE VOSOTROS QUE QUERÁIS SUBID TAMBIÉN, DARLES A ESOS CAPULLOS UN PAR DE HOSTIAS CONSAGRADAS DE MI PARTE- les gritó ensoñándole su imagen de la virgen, idéntica a la de las estampitas idénticas a las que le habría regalado al principio del viaje Y RECORDAR QUE DIOS ESTÁ CON LO JUSTOS, IR CON DIOS¡ les gritaría intentando animar los ánimos de la tropa y enviarlos para arriba.

Puede que sus dotes de mando no fueran iguales que las de alguien culto como Ray o un capitan o suboficial de la marina, pero siempre había tenido ese duende que lo había ayudado a hacer amigos allí donde fuera, y bueno Colón siempre había alagado sus dotes de mando con los matones a los que lideró en un pasado, aunque el detective de la marina también solía darle más a la hierba de lo que recomendaba un médico de cabecera.

Si se complica la cosa me avisáis diría a Anko antes de que subiera.

Tras lo cual comenzaría a rezar y a dar palmas, pues en momentos de desesperación como aquel, solo podía horas mientras resguardaría el fruto prohibido. Qué dios lo librará de la tentación.

Aviso a navegantes
#39
Anko
Médica Despiadada
Los ojos de Anko se entrecerraron mientras miraba con desprecio al pirata segundo al mando de la tripulación de Ovimarlixion, intentando colaborar como los marines se lo ordenaron, aunque no logró mucho, pero se podría decir que se esforzó. O eso pensaría cualquier otro soldado, para Anko, simplemente fue un inútil. — Inútil… —. Dijo después del comentario de Masao y posteriormente cerró los dedos de su mano derecha formando un puño para entregar un golpe en el rostro del tipo, claro, sin dañarlo mucho, solo el arrancón de ira del momento.

Tras ello, suspiró para tranquilizarse y atender a los otros piratas heridos y cuando terminara, irse junto a Masao para custodiar la mercancía. Cuando el hombre de Dios destapó la botella de Jerez frente a ella, ésta se asombró levemente, ambos estaban en servicio por lo que beber debería ir en contra de las reglas, pero ¿cuántas veces se rompía esa regla cuando se tenía la oportunidad? — ¿Jerez? Buena elección, Masao —. Con aquel comentario, estaba claro que aceptaba con gusto el trago ofrecido por él. Ya en la bodega, Masao mencionaba a uno de los integrantes de la brigada en donde estaba, un médico de cabellos blancos de nombre “Ray”.

— Ray… Mmm… Me suena… ¡Oh! ¡Lo tengo! Era un sargento de la base G-31 de Loguetown. Lo conocí hace ya varios meses en una visita que organizó la base G-23 de Kilombo, base en la que doy servicio —. Decía la chica mientras se daba fuego con la ayuda de un encendedor metálico para encender la punta de su cigarro y dar una suave calada al tubo alargado de papel, sintiendo en el acto como se relajaba, eso sumado a las pequeñas cantidades que había bebido de alcohol. La charla entre ambos era agradable y el tiempo se pasaba rápido con ello, siendo los únicos que conversaban, pues los demás soldados hablaban poco o nada.

Todo parecía ir en orden y sin ningún problema hasta que el sonido de un altavoz resonó por la zona, la potencia del sonido fue tal que la voz llegó hasta la bodega, un lugar algo alejado y asilado de las otras zonas del barco. La voz detrás del altavoz indicaba que los marines transportaban a un demonio muy peligroso que debía ser purgado, además de exigir la mercancía de buena manera. Las palabras hicieron pensar a la Suboficial sobre el significado de ello, no entendía del todo que sucedía, aunque los comentarios de Masao aligeraban el ambiente tenso que empezaba a formarse, por supuesto, estos comentarios le sacaron una pequeña risa a la médica.

Muy pronto, en la bodega apareció Nagaki, la mujer medusa de Lotus Marine y la integrante de más bajo rango dentro de la jerarquía de la marina, pero no por ello, era débil, para Anko, hasta podría ser más fuerte que ella misma. La joven medusilla se acercó hasta los dos, trayendo las nuevas órdenes de Galhard, finalizando con su teoría de que era lo que transportaban. — ¿Una Akuma No Mi? ¿Lo que está en ese maletín es una Akuma No Mi? —. Mencionó en voz baja. La curiosidad invadió su cuerpo y sus deseos de ir y abrir el maletín eran intensos, pero no se dejó llevar por ello, sabía de la importancia de la misión y de entregar lo que sea que estuviera dentro del maletín de forma intacta hasta su destino.

Cuando Nagaki iba a abandonar la bodega, Masao tomó el liderazgo, ofreciéndose a quedarse junto a algunos soldados custodiando la mercancía. Esto no enfureció a Anko de nada como sí lo podría haber hecho con otro tipo de soldados más egocéntricos, siendo que ella solo se limitó a asentir con la cabeza y retirarse de la bodega, siguiendo por detrás a Nagaki. Una vez en la cubierta, ya estaban el resto de sus compañeros preparados para enfrentar al nuevo enemigo, quien aparentemente se acercaba en solitario a bordo de una pequeña tartana al igual que Ovi. Esto desconcertó a la Suboficial, pues no se esperaba que el enemigo atacara en solitario a no ser que estuviera lo suficiente confiado de que vencería, por lo que se podría tratar de alguien fuerte.

Sin usar sus manos, dio una calada a su cigarro y expulsó el humo por el otro extremo de sus labios, sin abrirlos para no dejar caer su cigarro. Sus manos ya estaban ocupadas en las empuñaduras de sus Katanas ubicadas en su cintura, preparándose para lo peor.

Off
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