Hay rumores sobre…
... una isla que aparece y desaparece en el horizonte, muchos la han intentado buscar atraídos por rumores y mitos sobre riquezas ocultas en ella, pero nunca nadie ha estado en ella, o ha vuelto para contarlo...
[Aventura] T3 - Haciendo los deberes
Octojin
El terror blanco
Yui sonríe de nuevo, una sonrisa cargada de esa confianza que solo un espadachín seguro de su propio talento puede mostrar. Uno que quizá se gusta a sí mismo, a sabiendas de que sabe lo que hace. El entrenamiento es justo por esos momentos, en los cuales ves cómo tu rival se ve sorprendido ante tu ofensiva. Ese en el que una pequeña victoria llena tu orgullo.

Su rostro, ligeramente altanero, refleja una mezcla de satisfacción y arrogancia tras haber logrado impactarte en su contraataque. Quizá no se lo esperaba y se ha llevado una sorpresa, o puede que simplemente le gustara reafirmar que su impacto había sido lo suficientemente bueno como para llenar su ego. Sus ojos, brillantes y atentos te observan como un cazador que ha encontrado un digno adversario.

Pero tu ofensiva parece que le pilla un poco por sorpresa. ¿Acaso se pensaba que ibas a ser un saco de boxeo? ¿Qué solo atacaría él? Claro que no. Tu golpe es ejecutado con una fuerza sorprendente para Yui, que quizá estaba acostumbrado a entrenar con gente con mucha más destreza que fuerza, pero tú, sin embargo, te guías por ambas. Tu golpe es amortiguado en un primer impacto por su katana, que lucha contra la gravedad y la fiereza de tu golpe y, como suele ser en estos casos, dos factores ganan a uno, así que da un par de pasos hacia atrás tras apartar la katana.

Se le ve visiblemente dolorido del brazo. Incluso se cambia la katana de lado y estira un poco el brazo. Ese golpe sin duda le ha dejado fastidiado. Pero pronto se vuelve a colocar la katana en la diestra y te sonríe.

—Vaya, eres más fuerte de lo que pensé —comenta Yui, con un tono que destila superioridad—. Pero me temo que no es suficiente para derrotarme. Prepárate, oni, porque ahora te mostraré lo que significa la verdadera destreza.

Sin perder tiempo, se lanza de nuevo a la ofensiva. Lo ves moverse con una velocidad sorprendente, su katana danza en sus manos mientras intenta crear una hipnótica finta. Sus movimientos son rápidos, precisos, y logran confundir tu percepción por un breve instante. Apenas tienes tiempo para reaccionar antes de que su espada busque una apertura en tu defensa. El primer ataque va dirigido al estómago, y el segundo, creado en perfecta armonía con el primero, asciende hasta el pecho. Yui sigue presionando, aprovechando cada centímetro de espacio que logra ganar, e intentando encerrarte en la que es su zona de confort, la cercanía.

Luego, e inmediatamente después de su segundo ataque, su técnica cambia drásticamente. Posiciona su mano en la empuñadura de su katana, y con una precisión mortal, lanza un golpe ascendente. El corte es tan rápido que apenas puedes seguirlo con la mirada, y sientes el filo atravesar el aire con tal fuerza que corta todo a su alrededor, incluso el viento parece rasgarse. Es tal la potencia de su golpe, que se extenderá a cinco metros a tu alrededor.

Tras su ataque, notarás a Yui con la respiración acelerada, sus hombros suben y bajan debido al esfuerzo. El humano está claramente cansado, pero su determinación aún brilla en sus ojos.

Puedes notar que procura decirte algo entre jadeos, intentando mantener su postura a pesar del esfuerzo que le ha costado ese último ataque, pero no logras entender qué es lo que dice.

Su corazón late con fuerza, el dolor de los golpes recibidos apenas le afecta en ese momento lleno de adrenalina, pero sí lo suficiente como para hacer que sienta la emoción vibrar por su cuerpo. El espadachín ha encontrado un rival que merece respeto, uno que no solo resiste, sino que también ataca con una ferocidad y técnica que alimentan su sed de combate. La cosa se pone muy interesante.

Daños
#11
Sowon
Luna Sangrienta
El combate se ponía cada vez más emocionante, notaba sus ofensivas surtir efecto pero el samurai no daba el brazo a torcer lo que llenaba su corazón de un regocijo que sin dudas se clavaría en su cuerpo como el acero de la espada. Nada importaba, los movimientos de su rival seguían siendo inhumanos y la Oni podía apreciar que lejos de dudas había llegado a conocer a una de esas hormigas especiales luego de tantos bandidos sin mucha capacidad de reacción. Sowon se mantuvo firme ante la advertencia del samurai, su velocidad se incrementó en un abrir y cerrar de ojos, mientras que su vista parecía haberse desprendido de su objetivo.

La mujer no intentó más defensa que la intervención de su espadón entre su rival y el filo de la hoja, como una bestia esperaba el momento ideal en el cual su oponente decidiese ir con toda su fuerza. El momento llegó justo cuando sintió ese sonido conocido, otra de esas molestas ondas cortantes y esta vez su bloqueo pareció menos eficiente dada la velocidad que ese humano era capaz de alcanzar.

Flujo Metálico
ESP102
ESPADACHíN
Defensiva Activa
Tier 1
13/9/2024
15
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Usando su arma el usuario trazara unos movimientos rápidos buscando desviar las ofensivas en su contra, mitigando parte de su daño. En el caso de que la ofensiva sea utilizando proyectiles y se Mitige todo el daño, el usuario podra desviar dicha ofensiva hacia un nuevo objetivo dentro del alcance restante de la ofensiva y recibiendo el nuevo objetivo todo el daño.
Defensa Pasiva + [FUEx2] de Daño Mitigado


Su espadón logró mermar el poder del corte pero no fue suficiente para detener por completo la colisión contra su cuerpo, la sangre brotó del costado de su cabeza y un delgado hilo de sangre recorría su cuello. La Oni, sin embargo, se negaba a caer apoyada en la empuñadura de su espadón que nuevamente se había clavado en el suelo para evitar su caída si no fuese por la velocidad del joven ese ataque no hubiera sido tan eficaz contra ella pero podía sentir su sangre hirviendo y donde otros llorarían o se enfadarían la rubia simplemente comenzó a reír con una estruendosa diversión brotando desde el interior.

—¡Bwahahaha! Yui, realmente haces que mi corazón se divierta con cada golpe, las hormigas con las que has peleado antes quizás no sintieron tal dicha. Ese corte podría ser muy peligroso si sigues creciendo, alguien como yo... De mi raza, podría incluso soñar con cortar una montaña o el propio cielo en dos. ¿Un sueño eh? Parece que me has dado razones para creer en ellos, para que yo empiece a desear encontrar el mío.—

Se puso de pie mientras tocaba la herida en su cuello, no era grave pero sería mejor no alargar el combate mucho más. Iría con su ataque más fuerte, buscaría la victoria pero también no eestaba dispuesta a perder un rival tan talentoso. No conocía si estaba fingiendo, si estaba cansado, ni cuanto daño le había causado hasta el momento. Los combates llevaban a que el cuerpo se negase a caer e incluso las palabras de Yui estaban desapareciendo.

—Escucha bien, lo que viene ahora no será como esos golpes leves que he estado usando, y aviso porque sé que hay algunos mirando. ¡Si alguno quiere intervenir por si me excedo pueden hacerlo! Espero que no sea necesario, pero perder a alguien tan divertido como tú en un entrenamiento sería un desperdicio. Tus maestros deben estar orgullosos, dicho esto, no te atrevas a morir ahora.—

La mujer redujo distancias lanzando un corte descendente seguido de uno ascendente, dos ataques cargados de fuerza, era impresionante que luego de semejante castigo siguiese de pie y blandiendo ese monstruo de hierro sin ninguna muestra de molestia, es más, parecía que mientras mas le cortaban la Oni disfrutaba mucho más de la adrenalina. El segundo corte se elevó, mucho más de lo que nadie esperaría. ¿Se había cansado? ¿Su espadón se zafaría de sus manos? Pero para alguien atento podría ver que sus manos habían cambiado la forma de tomar esa mole maciza. La postura de la mujer también se había alterado en pleno trayecto y su mirada cargada de emoción anunció que algo estaba por suceder.

Torbellino Atroz
BER401
BERSERKER
Ofensiva Activa
Tier 4
10/10/2024
56
Costo de Energía
40
Costo de Energía por Turno
2
Enfriamiento
El usuario comenzará a girar junto a su arma a gran velocidad formando un pequeño tornado de cortes que ascendieron en el aire hasta 20 metros de altura, abarcando un radio de 10 metros desde el usuario de cortes, pudiendo el usuario moverse manteniendo este estado.
Golpe Basico + [FUEx2,6] de [Daño cortante]


Intentando un ataque sorpresa la Oni se convirtió de un segundo a otro en un brutal torbellino furioso, un huracán que buscaba despedazar todo a su paso y tenía como principal objetivo a su contrincante. Era ese golpe, su mejor técnica hasta el momento una gigantesca carga arrolladora que había acabado con cientos de enemigos. ¿Cuánto había pasado hasta que alguien le forzase de tal manera? La rubia seguía girando y avanzando peligrosamente, no le preocupaba emocionarse un poco ya que había anunciado lo que haría a todos los presentes y respetaba profundamente el nivel del Dojo para saber que no permitirían una muerte. Si alguien intervenía el combate habría finalizado y era una de las pocas veces que la Oni deseaba que la batalla no escalase a mayores. La emoción era demasiado intensa como para retirarse, ahora todo dependía de Yui y a lo mejor de la intervención de algún instructor que lograse frenar el avance de la Luna Sangrienta.


Vida: 549 / 829

Energia: 173 / 296


Pasivas


Daños
#12
Octojin
El terror blanco
Yui alza el brazo izquierdo con arrogancia, mostrando su rostro y exhibiendo una sonrisa confiada mientras observa las heridas superficiales que su técnica te ha infligido. Alza su espada ligeramente también, como si ya anticipara la victoria, pero esa chispa en sus ojos demuestra que sabe que aún no ha terminado. Parece que simplemente se quiere ganar al público, algo que está consiguiendo.

—Veo que lo estás disfrutando tanto como yo, oni. Estoy preparado para dar mi mejor golpe también —dice, con un tono relajado, casi burlón, mientras su mirada te atraviesa con esa mezcla de respeto y confianza desbordante.

Alrededor de vosotros, el público ha crecido, los aprendices del dojo y curiosos se han acercado. La expectación es palpable, casi cincuenta personas están ahora observando cómo este combate se intensifica, y viendo técnicas y movimientos que sin duda se impartirán en el futuro en el dojo. Los murmullos entre los espectadores apenas pueden opacar el sonido del viento agitado por el movimiento de las espadas. Ambos estáis en vuestra salsa, y se nota cómo no sois los únicos que estáis disfrutando de ese momento.

El combate continúa y lanzas tu primer ataque, un golpe cargado de fuerza, pero Yui lo bloquea con destreza, usando una técnica con la katana que le permite, sin emplear demasiada fuerza, repeler el impacto de tu espadón. Se nota que ha practicado en multitud de ocasiones cómo contragolpear. Hace lo mismo con tu segundo ataque, sus movimientos parecen fluidos, muy ligeros y eficaces. Sin duda es la definición de samurai. Cada uno de los dos golpes que has lanzado ha sido desviado con una precisión milimétrica. La confianza de Yui sigue creciendo, pero entonces, justo cuando te preparas para lanzar tu siguiente ofensiva, Yui ejecuta su técnica más peligrosa.

Gira sobre sí mismo con una agilidad abrumadora, y su katana crea un tornado de viento cortante que gira alrededor de él. La ráfaga se expande rápidamente, alcanzando un radio de seis metros y una altura de quince, cortando todo a su paso. El vendaval de cuchillas se lanza hacia ti, y tu espadón, pesado y poderoso, se encuentra en el centro del choque.

El choque entre tu brutal embestida y el tornado cortante de Yui es ensordecedor. Las dos técnicas colisionan, creando una onda expansiva de energía que sacude el aire a su alrededor, llegando hasta los presentes, que notan cómo las gorras, sombreros y complementos superiores caen al suelo. Incluso algún niño se cae en la hierba. Por unos segundos, ambos os mantenéis firmes, empujando contra el ataque del otro, mientras el suelo bajo vuestros pies tiembla. El público observa en silencio absoluto, con los ojos fijos en el desenlace. Esos segundos de silencio... Son difícil de olvidar. No puedes saber si tu golpe ha sido más certero que el suyo, al igual que él sigue en la duda de quién saldrá vencedor. La adrenalina del combate definida en un simple instante.

Finalmente, el cuerpo de Yui cede, su rodilla derecha toca el suelo, clavándose en la hierba. Su respiración es pesada y jadeante, y aunque intenta ponerse en pie rápidamente, te das cuenta de que está al límite. Usa su katana como apoyo para levantarse, y con una sonrisa tensa, aprovecha para decir algo, mientras un hilo de sangre cae por su nariz, probablemente fruto del esfuerzo. Su cuerpo luce magullado y lo que antes era un precioso traje del dojo, ahora es una tela rasgada por varios sitios. Pero parece feliz aún así.

—Estoy... bien.

Pero es evidente que no lo está. La fatiga lo ha alcanzado, y aunque su terquedad lo mantiene de pie, sus movimientos son más lentos, más forzados. Sus ojos, sin embargo, siguen brillando con esa determinación feroz que lo ha impulsado hasta ahora.

Yui flexiona ligeramente las rodillas, y con un movimiento rápido, envaina su katana. Pero algo en su postura te hace dudar. No parece estar listo para terminar el combate. No, parece que está preparándose para una última jugada, un golpe final, algo que pondrá todo en juego. Pero para eso, necesita que tú vayas primero.

¿Qué estará tramando?

Creo que te puedes tomar un pequeño periodo de tiempo para pensar tu acción. Respirar, sentir la pequeña brisa que llega hasta ti, y lanzar tu ofensiva. Esta puede ser la final.

Daños
#13
Sowon
Luna Sangrienta
Torbellino Atroz
BER401
BERSERKER
Ofensiva Activa
Tier 4
10/10/2024
56
Costo de Energía
40
Costo de Energía por Turno
2
Enfriamiento
El usuario comenzará a girar junto a su arma a gran velocidad formando un pequeño tornado de cortes que ascendieron en el aire hasta 20 metros de altura, abarcando un radio de 10 metros desde el usuario de cortes, pudiendo el usuario moverse manteniendo este estado.
Golpe Basico + [FUEx2,6] de [Daño cortante]

La vida podía llegar a sorprender en lugares inesperados, lo que había comenzado como un paseo por una ciudad que para ojos pocos entrenados se estaba cayendo a pedazos se había convertido en uno de los mejores combates de su vida. La mujer ahora no veía bien donde avanzaba, donde cortaba, era más una fuerza indomable de la naturaleza en el momento que comenzó a girar y el hecho de sentir algo que le detenía solo pudo seguir su rotación con mucha más fiereza. Su mente se entregaba al placer indescriptible que una espada podía darle, era más dulce que cualquier fruta y más satisfactorio que cualquier cerveza, su cuerpo se embriagaba pese a sentir los rasguños sufridos por las constantes evasivas de su oponente. Sentía que debería aprender más sobre esa forma de combate, sobre ser una samurai que adaptase su gran fuerza sumada a la envidiable destreza que un ser tan grande y pesado había demostrado durante todo el combate. El choque fue algo asombroso, desde la perspectiva de la Oni sentía que enfrentaba una muralla, su sonrisa se amplió pese a que el osado movimiento de su cuerpo poco se notaría de un enorme torbellino de cortes que no pensaba detenerse, siguiendo a un ritmo atroz en busca de una embestida frontal.

―Yui, eres bastante poderoso, me agrada que haya gente como tú en estos lugares... hace que quiera quedarme un buen tiempo luchando contra personas cada vez más fuertes... ¿Vuelves a levantarte? ¡Bwahahaha! Como esperaba de un gran rival, quieres chocar otra vez... ¡Está bien iré con toda mi potencia! Como advertí este es mi golpe más poderoso, si quieres jugar toda tu ofensiva a un último golpe podemos intentarlo...―

La voz de la mujer se elevó mientras su avance no dudaba y avanzaba a la figura de su oponente como un huracán desenfrenado. ¿Intentaría frenarle? ¿Buscaría elevar un corte letal? ¿Utilizaría algo incluso más poderoso? La mujer no podía esperar por sentir aquel desesperado ataque que pusiera en alto a su imponente avance. Su sonrisa era sincera, se estaba divirtiendo, lo estaba pasando en grande y no había dejado de sonreír incluso al ser cortada. No había mayor honor que un combate tan sangriento entre la cultura Oni, dos guerreros jamás deben contenerse mientras están luchando ya que esa es la base del respeto tradicional. Los segundos pasaban, el choque se sentía casi inminente y fuera cual fuese el resultado estaba segura de que ambos intentarían darlo todo en aquel último choque, por esa razón no había cambiado de ataque, por aquella razón la mujer había decidido eliminar toda duda y marchar con el ataque más poderoso que conocía siendo honesta en que no tenía nada mejor y reconociendo humildemente su inmadurez con la alegría que le caracterizaba.

―Si soportas esto, te dedico este corte... ¡Vamos Yui muestrame lo que tu dojo ha estado moldeando durante tantos años de duro entrenamiento! Dejemos a todos los que nos ven con la boca abierta, es hora de que veas la razón de mi apodo. ¡Este es el golpe final de la Luna Sangrienta de Onigashima!―

Gritó con furia yendo al choque, técnica contra destreza, fuerza contra habilidad... todo contra todo. Ninguno olvidaría el desenlace de aquel cruento choque de aceros, los curiosos seguramente se sentirían inspirados por aquel tornado feroz que había llegado desde la posada, muchos visitarían el lugar para caminar y sentarse en la misma silla que aquella mujer. Las leyendas hablarían sobre la vez en la cual el mayor discípulo se vio llevado al límite por una mujer que parecía incansable y que cuanto más le cortaban más imparable parecía, una verdadera berserker que blandía una espada tan larga y enorme como el mismo dojo. Tras el primer contacto, la mujer descendería con un rostro endemoniado su filo buscando un corte frontal, una inesperada ofensiva tras haber utilizado la potencia del torbellino para chocar contra lo que fuese que hubiera preparado el joven samurai. Un corte que sin embargo, se detendría en caso de que el Samurai cayese o ya no hubiera reacción por su parte, porque derrotar a alguien caído no era digno, incluso los demonios tenían un honor inquebrantable en los entrenamientos y la Oni no había sido contratada para matar a nadie en esa ocasión.

―Fue un gran combate... no recuerdo la vez que me divertí tanto, supongo que debo hacerme más fuerte para no quedarme atrás...―

Declaró con la espada todavía en sus manos, para ella, aquel choque final había supuesto el final del agónico combate. Todavía sonriendo, indiferente al resultado total de aquel intercambio, solo tenía ojos para mirar adelante y apreciar el enorme desastre que dos colosos del acero se habían dedicado a formar en menos de unos minutos. ¿Cuánto había durado? Para la Oni había sido una eternidad, de la cual hubiera preferido no salir nunca, el placer por un buen duelo siempre alteraba sus sentidos a un punto de distanciamiento inhumano. Era el placer por el cual los guerreros se volvían oponentes tan peligrosos, porque en un combate, estaban en el mayor de sus disfrutes.
Vida: 533 / 829

Energia: 127 / 296

Pasivas

Daños
#14
Octojin
El terror blanco
Yui, con los ojos brillando de determinación, corre hacia ti a una velocidad asombrosa. Por un momento te podrías permitir dudar si va a usar de nuevo aquella técnica de cambiar el arma de mano, pero no. Simplemente avanza hacia ti raudo y veloz, a sabiendas de que el destino del combate está a punto de sellarse. Sus movimientos son fluidos, cada paso es calculado con precisión. Te das cuenta de que está guardando algo, una técnica final que desatará en el momento justo. A pocos metros de ti, desenfunda su katana en un solo y rápido movimiento, creando un corte de gran magnitud que se dirige hacia ti con una velocidad vertiginosa. El viento silba alrededor del filo de su espada, cargado con la fuerza concentrada de su golpe final. Y solo tú podrías pararlo en ese momento.

Ambos ataques chocan con una fuerza indescriptible. Tu espadón colisiona contra la katana de Yui, y por un momento, el mundo parece detenerse. La energía de los dos guerreros se expande en todas direcciones, creando una onda de choque que resuena entre los espectadores y agita la hierba bajo vuestros pies. Los segundos se sienten eternos mientras el acero lucha contra el acero, en una batalla elegante pero dura, donde la fuerza bruta se intenta abrir camino contra la habilidad refinada.

Y entonces, de repente, Yui es lanzado hacia atrás por el impacto. Cae bien, pero esboza una mueca de dolor. Su cuerpo vuela un par de metros antes de caer sobre una rodilla, su respiración es bastante agitada, pero su mirada sigue fija en ti. Con una habilidad increíble, desvía tus dos ataques básicos siguientes, aunque el esfuerzo parece enorme. Hace un amago de atacar, pero lo frena. Sabe que ya no merece la pena. Cada bloqueo que ha realizado lo ha desgastado un poco más, hasta que, al intentar levantarse, sus piernas no responden. Su cuerpo se tambalea, y por un instante parece que no podrá ponerse en pie. Sin embargo, con una terquedad admirable, a la tercera tentativa, lo logra. Alza su mano, en un gesto claro de rendición. Hasta aquí ha podido llegar el bueno de Yui.

—Ha sido un combate magnífico, Sowon —dice con una sonrisa cansada, pero llena de respeto. Extiende su mano hacia ti, y si la tomas, sentirás la calidez de un guerrero que ha dado todo lo que tiene.

El instructor que te había guiado hasta aquí aparece rápidamente, con el rostro preocupado mientras se inclina hacia Yui, observando las heridas y su estado de agotamiento.

El público, por su parte, empieza a aplaudir por la victoria. Algunos no son tan deportivos y, al ver a Yui perder, simplemente se marchan comentando el combate. En cualquier caso, hay bastante gente que ha quedado gratamente sorprendida con tu desempeño. Y no solo ha sido Yui. Quién sabe, quizá alguno de esos que ahora mismo están aplaudiendo, pueda tener algún trabajito para ti en el futuro. La vida es un pañuelo...

—Yui, descansa. Has hecho un gran trabajo —le dice el instructor con voz suave, antes de volverse hacia ti—. Señorita Sowon, nos has dado un espectáculo impresionante. Por favor, acompáñanos al dojo. Puedes tomar una ducha y descansar un poco. Además, la comida está lista para ti como agradecimiento por este combate tan memorable. No esperábamos que fueras a poner tan contra las cuerdas a Yui. No es algo que suela pasar.

Te guían al interior del dojo, está en ti entrar o no. Si lo haces, verás que es un lugar impresionante, lleno de historia y respeto por el arte de la espada. Las paredes están decoradas con katanas antiguas, y el suelo de tatami es impecable, está sumamente cuidado y te harán descalzarte si deseas entrar. Aunque el lugar está lleno de energía debido al combate reciente, hay un aire de serenidad que solo los espacios dedicados al entrenamiento más riguroso pueden tener. Y aquél es uno de ellos.

El baño, aunque algo pequeño para alguien de tu tamaño, está disponible. A pesar de las dimensiones, te las podrías arreglar para refrescarte. El instructor te ofrecerá un juego de toallas limpias, por si las quisieras usar. No parece mala idea una ducha después del combate, ¿no? Así podrías asearte y lavar las heridas menores que el combate te ha dejado. La comida que te ofrecen es sencilla pero deliciosa: atún con una salsa salada, perfecta para recuperar fuerzas tras una batalla tan intensa.

Una vez hayas decidido ducharte o no, si vas a la mesa a comer algo, el instructor se sentará junto a ti.

—Yui se está duchando, y pronto le vendarán las heridas. Te agradeceríamos que esperases un poco para que pueda despedirse adecuadamente. Ha aprendido mucho de este combate, y esperamos que tú también te hayas llevado algo importante de este encuentro.

El dojo parece vibrar con la energía del combate que acabas de tener, un lugar donde has dejado tu huella y ganado el respeto de todos los presentes.

Info
#15
Sowon
Luna Sangrienta
Yui resultó ser un hueso duro, incluso hasta el último segundo se mantuvo firme a su rol como el alumno más fuerte de aquel lugar, negando a su cuerpo el ceder y buscando desviar sus golpes aunque el combate ya había terminado con una clara ganadora. La mujer envainó su arma a la espalda, estrechando con sumo cuidado la mano de su oponente, si hubiera sido por ella le hubiese abrazado con todas sus fuerzas pero aquello hubiera podido ser interpretado como una llave rompehuesos de haber sucedido. Acarició su cabello, desviando su mirada por primera vez al desastre que había resultado por la colisión entre ambos. Una masacre de cortes, choques y grietas que a lo mejor tardaría un tiempo en sanar, así como las heridas de su oponente que parecían mucho menos amables que las suyas. Incluso el estado de sus ropas era muy diferente aunque esperable al chocar un acero contra una tela a comparación de una armadura.

Su cuerpo no estaba cansado, pese al increíble combate la Oni todavía tenía reservas y estaba segura que hubiera podido mantener ese abrumador ataque por unos minutos más.  La naturalidad con la cual se movía y actuaba daban cuenta de que la Oni había estado reservando energías en sus primeros ataques para que en caso de ser sometida u obligada a recurrir a su mejor técnica pudiera mantenerla más que en un solo embiste.

—Fue muy divertido Yui, la verdad que cuando hiciste eso con los pies y te perdí de vista sentí que estaba a punto de perder, ese ataque me tomó por sorpresa y comprendí mi error al depender demasiado de chocar mis ofensivas. Si no te hubiera perdido de vista a lo mejor podría haber actuado de otra manera, pero me enseñaste con un buen golpe que es tonto depender siempre de un mismo patrón.—

Declaró con una sonrisa y dolorosa sinceridad, algunos guerreros no admitirían sus falencias con tal franqueza. Pero Sowon sentía que había aprendido, que necesitaba incorporar nuevas formas de defenderse y no solo continuar con su estilo de ser una montaña que espera romper mediante pura fuerza bruta las ofensivas rivales. Sus ojos se movieron al ver al instructor acercarse, se le notaba preocupado y ciertamente pocas veces alguien llegaba hasta ese lugar apalizando al mejor de los estudiantes en un combate singular.

—Si no resulto una molestia, será un honor visitar el dojo instructor, me han tratado con mucho respeto pese a mi aspecto y como soy. Y lamento si no dejé que Yui cortase mucho mi ropa, fisgones...—

Bromeó la imponente mujer hacia los expectadores guiñando su ojo, como siempre, dramatizando las cosas mientras seguía al instructor con una estruendosa carcajada. Estaba realmente contenta tras un buen enfrentamiento, solo esperaba que no hubieran preparado nada de frutos secos o debería rechazar la posibilidad de compartir la cena.

Se adentró en el dojo maravillada por lo que estaba viendo, era como si alguien arrancase un trozo de Onigashima y lo implantase dentro de esa remota isla. Sus ojos admiraban los cuadros, pinturas y pergaminos más tradicionales escritos mediante técnicas milenarias. Tomó las toallas que le ofrecían, dispuesta a ingresar al baño para refrescarse, aunque mientras se quitaba la ropa no pudo evitarse la pregunta que había estado en la punta de su lengua durante todo ese rato.

—¿Sabe los origenes de este lugar? Cuando ingresé no pude evitar sentir la nostalgia por mi hogar, es como si parte de mi infancia hubiera sido construida aqui por casualidad. Desconozco si tiene algo que ver, pero no me sorprendería que alguno de los grandes maestros de este lugar conocieran mi hogar y hubiesen traído parte de ese lugar con ellos.—

Se metió al baño tras esa pequeña pero profunda reflexión, haciendo malabares para encontrar una postura cómoda y refrescarse como era debido. Nada mal para la mirada de algún pervertido que pasara por el lugar y la viese contorsionarse buscando que el agua llegase a cubrir todo su cuerpo. Pero trss unos minutos pudo encontrar la mejor postura y asearse con relativa comodidad. Aunque las toallas eran en ocasiones pañuelos, pudo secarse bien y vendar sin problemas el corte de su cuello que le había estado molestando durante parte del combate.

—¿La salsa no tiene nada de frutos secos no? Soy alérgica a esas cosas, pero puedo aceptar el atún sin problemas.—

Preguntó mientras llevaba el atún a su boca, disfrutando de su sabor pero evitando la salsa con cautela. Como la de un felino hacia el agua, ya vestía su armadura nuevamente, manteniendo la espada en su espalda tras la ducha aunque había dejado su calzado en la entrada y como un gatito movía los dedos de ambos pies para distraerse.

—Claro no me molesta esperar, no hubiera llegado aquí de no ser por una posada en el pueblo, estoy segura de que si la visitan harían muy felices a los dueños. Hay una chica muy bonita, a lo mejor no tanto como yo, pero vale la pena la visita. Supongo que ha aprendido bastante y yo también aprendí mucho sobre nuevos movimientos que podría aplicar, estoy ansiosa por ver hasta donde me lleva esta experiencia.—

La mujer mostraba una leve impaciencia por un posible nuevo combate en el futuro, era un alma inquieta y vigoroza que se emocionaba de manera muy simple aunque también era un alma sencilla que creyó en una chica desconocida simplemente por la promesa de un gran combate. Alegre, carismatica, inquieta y con un gran corazón todas palabras que le podían definir, pese a que por su naturaleza podía ser alguien muy cambiante de quien se debía tener sumo cuidado al tratar si no se quería ser partido a la mitad.
#16
Octojin
El terror blanco
El instructor sonríe, atento a tu entusiasmo. Sus ojos reflejan una mezcla de orgullo y respeto por el combate que ha presenciado. Y quizá es por eso que decide responderte con sinceridad.

—Nuestro dojo, conocido aquí como el dojo del Este, lleva décadas enseñando el noble arte de la katana bajo la dirección del maestro Kenji Tanaka. Él es quien ha dado forma a muchos de los mejores espadachines de la isla, que luego emprenden sus viajes en busca de aquello que tanto ansían. Algunos es poder, otros seguir creciendo... Kenji se encuentra de viaje ahora, en busca de nuevos alumnos dignos, aquellos con el potencial para sumarse a nuestras enseñanzas. Es un hombre que nunca cesa en su misión de preservar y expandir nuestra tradición —responde el instructor, mientras hace una pausa y observa tu reacción.

Tras tu ducha, te unes a la mesa, donde él te asegura que la salsa está libre de frutos secos. Te dice que francamente no sabe lo que tiene, pero que él también tiene alergia a los frutos secos y la ha tomado infinidad de veces. Te comenta que tienen más pescados en la cocina, por si no te gusta el atún. Si lo tomas, cada bocado te resultará refrescante y revitalizador tras el esfuerzo del combate. No es que sea el atún de mayor calidad que has tomado, pero te sienta como tal. Seguramente fruto de la energía que ya has gastado.

Entonces, el instructor oye lo que dices de la posada y sonríe. No tarda mucho en negar con la cabeza, y después te mira, empleando un semblante ligeramente confuso. Quizá no sepa muy bien toda la historia que has tenido, pero algo te dice que sabe de qué posada le hablas.

—Esa posada... El viejo la va a terminar llevando a la quiebra. Su hija es la que debería llevar el negocio, sí. Pero hasta que no suceda... No parece que aquello vaya a cambiar. Pero me alegra saber que aún queda buena gente en este mundo. Gente dispuesta a hacer el bien a los demás. Eso te honra, Sowon.

Poco después, Yui aparece. Aunque lleva algunos vendajes que destacan sobre su uniforme oscuro, su paso es firme, y hay una determinación tranquila en su semblante. Parece que le ha sentado bien la ducha. No viene solo, sino que es acompañado de un médico del dojo que, al verte, se ofrece a revisar tus heridas. Aunque ya has hecho algunos cuidados básicos, quizá no está de más que un profesional te ajuste los vendajes que necesites. Siéntete libre de aprovecharte de la hospitalidad de los espadachines.

Si decides aceptar, te llevará a una sala cuando así lo desees donde hay una camilla y empezará a atenderte con delicadeza y profesionalismo, aplicando ungüentos que rápidamente aliviarán cualquier molestia que tengas, al menos por el momento.

Pero antes de que puedas irte, Yui, de pie frente a ti, hace una profunda reverencia. La marca tanto que por un momento puedes llegar a pensar que está de broma.

—Gracias, Sowon, por este combate. Ha sido increíble —dice, con una sonrisa que refleja el respeto que has ganado a lo largo del enfrentamiento. Parece que sus palabras son sinceras, y en ese momento, no hay ni gota de arrogancia en sus actos. Extiende otra vez su mano hacia ti, y al estrecharla, sientes de nuevo esa calidez de un guerrero que ha aprendido tanto como tú en ese intercambio de golpes. Parece que le encanta estrechar la mano, ¿verdad?

—Espero que aceptes quedarte el tiempo que necesites. Si decides volver en el futuro, es probable que encuentres aquí a los nuevos alumnos que el maestro Kenji está buscando. Sería un honor enfrentarte de nuevo algún día. Seguro que somos mejores luchadores y tenemos más técnicas que enseñar el uno al otro. Estoy seguro de que la próxima vez, te lo pondré mucho más difícil. Quién sabe, igual hasta puedo vencerte.

La perspectiva de un nuevo combate y de más desafíos hace que sus ojos brillen, como buen guerrero. Puede que, al final del todo, sientas que ese dojo pueda convertirse en una parada más habitual en tu viaje.

Datos
#17
Sowon
Luna Sangrienta
La respuesta pareció satisfacer su intriga inicial, asintió con la cabeza al escuchar la historia. Si el fundador del lugar era alguien que viajaba por el mundo, muy probablemente pudo visitar su hogar del cual las leyendas hablaban era la cuna de la forja de armas así como donde habían nacido los estilos mas tradicionales de cada rama antes de expandirse por el mundo. En especial los referidos a las armas de filo, embadurnó el atún en la salsa, con algo de miedo al principio pero tras el primer bocado y viendo que la reacción alérgica inmediata no se producía comenzó a comer con más entusiasmo. Siempre cuidando de no equivocarse de salsa, lejos de un enfoque refinado la mujer comía a grandes cantidades, como un fiero guerrero que regresa tras una larga campaña a saborear algo de comida.

—No diría que hago un bien, simplemente no me gusta deberle nada a nadie, ellos me indicaron donde divertirme y yo solo les devuelvo el favor. A lo mejor esa chica pueda armarse de valor viendo a personas como Yui, como otros estudiantes y reclamar lo que le pertenece. Después de todo, el viejo no parece tener ganas de seguir ahí y creo que busca desesperadamente que alguien tome su lugar pero la chica por respeto o inseguridad se niega a dar ese paso.—

Comentó mientras tragaba otro bocado, no entendía mucho sobre los negocios o como se manejaban estos en la isla pero intuía que solo era cuestión de tiempo. Si lograba inspirarse y dejar esos miedos atrás, la Isla recuperaría una posada necesaria y además las buenas lenguas podrían traer a más sujetos dispuestos a instruirse en ese dojo para impresionar a tan amable señorita.

—¡Pero si es mi amigo momia! No se te ven mal los vendajes, la que debo agradecer soy yo, me has mostrado que me queda mucho por aprender y estoy segura que tendré tu imágen en mente la próxima vez que derrote a alguien.—

Bromeó riendo mientras estrechaba la mano de Yui, esta vez con menor cuidado al verle recuperado y ante la promesa de un futuro combate. La rubia mostró su sonrisa, los colmillos adornando una mirada cálida pero desafiante, como aquel felino que contempla un rival digno para futuras cazerías. 

—¡Bwahahaha! Me gusta ese tono, temía que pudieras sentirte humillado pero veo que ambos terminamos motivados. La verdad es que actualmente no tengo un rumbo fijo, viajo buscando trabajos y desafíos que conlleven la emoción que mi inquieto cuerpo necesita. Perfeccionando cada día mi propio estilo y buscando saciar la emoción de mi espada. A lo mejor pueda regresar, algún día y tomar cada combate desde un nuevo punto de vista. Yo  no pienso dejarme estar y también entrenaré muy duro para que no  reconozcas mi fuerza. A lo mejor, en nuestro reencuentro terminemos peleando codo a codo, frente a un oponente mucho más poderoso. Si cruzar espadas ha sido divertido, prestar mi fuerza para complementar tu destreza puede ser incluso mejor.—

La vida de la mujer era un enigma, viajaba y se desplazaba buscando nuevos retos a menudo. Así  como se había quedado varios días en Kilombo, podría ser una rutina de menos de diez  días lo que le ataba a esa isla. Sin embargo, deseaba regresar en un futuro solo para enfrentarse a esos estudiantes poderosos que le estarían esperando.

—Si me disculpan creo que el doc quiere chequear que  mi cabeza siga en su sitio. ¡Bwahahaha!  Tus cortes fueron muy buenos, me vendría bien una miradita. Apuesto a que por momentos así te has hecho doctor.—

Bromeó con su actitud risueña de siempre pero siguiendo las indicaciones del doctor a la hora de ser revisada.  Pese a sentir algún dolor al ser tratada, la rubia se limitaba a chasquear la lengua si algo le dolía. Sus raspones y magulladuras podían resultar intimidantes para un humano promedio. Era probable que uno de los cortes  de Yui, en  especial sus ondas cortantes fueran capaces de partir humanos por la mitad e incluso el doctor parecía fascinado por la notable resistencia de la Oni.

—Supongo que deberé volver a la posada y decirles como ha acabado todo esto, aunque alguno ya pudo haberse adelantado. Es probable que regrese a entrenar o combatir solo por diversión mientras siga por aquí. ¡Ha sido todo un placer!—

La oni se despidió tras ser atendida,  ajustando su mochila y espadón antes de realizar una reverencia ante el dojo, era evidente que regresaría muy a menudo a pasar el tiempo o solo para entrenar su cuerpo siguiendo otra disciplina. Mientras avanzaba, su rostro brillaba con la promesa de nuevos desafíos en el horizonte.

datos
#18
Moderador Condoriano
Condoriano
¡RECOMPENSAS POR T3 ENTREGADAS!

A nuestro querido espadachín Sowon, por ese gran desempeño, se le otorga:
  • Berries: 13.900.000 - 15.900.000 (+2.000.000)
  • Experiencia: 1476.27 - 1566.27 (+90)
  • Nikas: 24 - 39 (+15)
  • Reputación: +30 Reputación positiva

Al marine Octojin se le entrega:
  • Berries: 18.600.000 - 19.600.000 (+1.000.000)
  • Experiencia: 3137.01 - 3227.01 (+90)
  • Nikas: 43 - 61 (+18)
  • Cofres: +2 Gigantes
#19


Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 4 invitado(s)