Su pequeño Tontatta yacía sentado en la estación esperando el ferri que lo llevaría hasta su próximo destino "La isla Demontooth". Mientras esperaba, escuchaba a la gente hablar. Un chico hablaba con una chica que habían dejado.
-Hey Juu, siento tanto que tu novio Chip te haya dejado- decía una voz.
-Yo no tengo un novio- respondió otra voz.
-Exactamente, jamás existió- dijo el chico, masajeando su espalda.
Mientras tanto, yo veía hacia todos lados, moviendo mis piernas al vaivén en la orilla de la silla. No llevaba muchas cosas conmigo. Mientras observaba el lugar, noté unos tipos extraños, vestidos con trajes negros y lentes negros. A decir verdad, no conocía mucha gente, pero me parecieron algo sospechosos. No se si era que comían helado con mayonesa, o que escondieran rifles de asalto bajo sus trajes, pero algo no cuadraba.
El silbato del ferri sonó y todos pasamos a tomar lugar. Tuve que correr para no ser pisado por la gente, pasando al frente y saltando para entregarle mi boleto al ferrista.
Tomé el pasillo, me senté en medio del asiento, coloqué mis manos en mi nuca y cerré mis ojos. Estaba listo para disfrutar del viaje. Había pasado un rato y el ferri casi zarpaba. Yo me dormí escuchando la música de ambiente que pusieron.
-Abran paso, abran paso, llego tarde!- gritó una chica Oni alta, de más de cuatro metros de altura, abordando en el último momento.
-Señorita, casi zarpamos, tome asiento- gruñó el boletero.
-Lo siento, lo siento- dijo la chica, apresurándose a entrar. Sin fijarse bien, miró un lugar "vació" en primera fila y se sentó de golpe. Sintió algo extraño en su posterior, pero sólo se acomodó y suspiró. Había logrado abordar. Reclinó el asiento y disfrutó del viaje. Su vientre gruñó, pero no debió ser nada.
...
Habían pasado ya un par de horas desde que zarpamos, cuando aquel grupo de hombres de traje intercambiaron miradas. Uno de ellos, con alas en la espalda, sacó de su mochila una uzi y otros dos sujetos armaron sus rifles de asalto que tenían bajo sus trajes. Se distribuyeron en las secciones y aguardaron.
-Señorita, me duele el estómago ¿tendrá algo para el dolor?- gimió la chica Oni, pidiendo algo a la sobrecargo.
-Déjeme ver si tenemos algo- dijo la sobrecargo.
Mientras tanto, los tres sujetos aguardaron un poco más, hasta que su líder diera la orden. Unos minutos después, hablaron por radio y soltaron disparos al aire.
Todos se pudieron alerta, la música del ferri se detuvo y aquellos hombres apuntaron a todos con sus armas.
-!Carteras, joyas y todo lo de valor, rápido!- gruñeron aquellos sujetos, apuntando a cada persona por la que pasaban. Un sujeto gordo se resistió y recibió un golpe con la culata del rifle en la cabeza.
-!Rápido, y que nadie se haga el héroe!- dijo otro sujeto. Todos se cubrieron la cabeza con las manos, usándolas solo para entregar sus bienes.
-Usted, señorita, todo lo de valor- gruñó el skypeano. La chica vio el arma pero al intentar gritar sintió cómo algo subió por su garganta y en vez de emitir sonido, un pequeño bulto blanco salió de su boca directo al rostro del sujeto.
A gran velocidad, salí disparado de su boca, esgrimiendo mi bisturí en una mano, clavándoselo en un ojo al sujeto que intentó asaltarnos. Gracias a mi fruta, había podido ver lo que sucedía y salí aprovechando la inercia del grito.
Aquel hombre disparó al aire, girando sobre sí, intentando quitarme de su rostro.
-Gyaaaaah!- gritó la chica Oni, desenvainando una enorme espadota que tenía guardada en la espalda, decapitando al sujeto. La cabeza salió volando hasta la otra sección. Estaba aterrada tanto por el asaltante como por el duende que salió de su boca.
Uno de los asaltantes sólo vio la cabeza caer y rodar cerca de él, y después, una mancha blanca salir corriendo con un ojo en su mano, escondiéndose bajo los asientos.
-¿Que demonios?- gritó el sujeto, disparando a los asientos. Al no verme, pude "esquivar" sus ataques.
-!Un duende!- gritó el asaltante, disparando a los pasajeros al intentar darme, mientras seguía corriendo bajo los asientos.
Cuando se acabaron los asientos, aquel sujeto me encañonó. Miré a ambos lados y tuve una idea.
-!Escudos Tontatta!- dije, tomando a un sujeto de su asiento y poniéndolo frente a mí mientras aquel sujeto vaciaba su cargador sobre mi escudo. Otro asaltante llegó para corroborar lo que sucedía.
-Un maldito duende mató a Drake, y se robó su ojo- dijo el asaltante.
-Maldita sea, dejaste una masacre detrás, esto iba a ser algo rápido, inútil- le gritó su compañero, tomándolo del cuello de su traje.
-Pero... el duende...- dijo el sujeto.
-¿Que duende? Tofun, ponte alerta o el jefe...- decía aquel asaltante. Había dado la vuelta bajo los asientos mientras discutían, y de un salto subí a su espalda y con mi bisturí hice uso de mi "puñalada vil" en su cuello. El sujeto escupió sangre y cayo al suelo. El primer asaltante intentó disparar pero ya había vaciado su cargador en "mi escudo tontatta".
Con mi "cizaña" hice un corte en su muslo, ocasionando que saliera corriendo del lugar. Tras llegar a la sección de clase alta, el asaltante se topó con su jefe, quien rebosaba en joyas de la clase alta.
-Señor Kazan, han asesinado a Drake y a ... - decía el sujeto, mientras que su jefe lo encañonaba. Disparó contra su subordinado.
-Maldita sea- gruñó el jefe, quien sorprendido había disparado contra su subordinado- ... veamos a ese sujeto
El jefe entró apuntando a todos con sus dos armas, viendo la masacre delante de él.
-¿Donde está el responsable?- gruñó el jefe. Estaba acorralado. Su única opción era amenazarlos para bajarse en la próxima isla e intentar huir.
Su mano temblaba. En cuanto escuchó un sonido, disparó sus pistolas hacia uno de los pasajeros. Entró en pánico y regresó a la sección de clase alta, encerrándose.
-Te veo- escuchó una vocecilla. No veía quién fue. Corrí hacia él. Disparó, pero logré desviar algunos proyectiles con mi "flujo metálico" y logré hacerle un corte en una pierna. Me cubrí con el cuerpo de su subordinado, el cual recibió más disparos.
Corrí debajo de los asientos, gastando sus balas. Cuando dí la vuelta, con mi "Flujo metálico" y "Paseando por el Filo" logré aproximarme, saltar y con mi "Puñalada Vil", dar una estocada a su pecho. La apuñalada hizo brotar sangre. Luego con "Cizaña", corté su pecho nuevamente. Cayó adolorido, pero antes de poder recargar su arma, una enorme espadota salió lanzada desde el fondo del ferri hasta clavarse en su estómago. Era la chica Oni quien había lanzado su ataque.
Me acerqué a ella, quien se veía de todos modos algo incómoda y avergonzada. Sólo me encogí de hombros.
Pronto, agentes del gobierno interceptaron el ferri y abordaron. Sin dudarlo, salté a la boca de la chica para esconderme.
Los agentes retiraron los cuerpos e interrogaron a todos. A la chica oni la interrogaron, y cuando quisieron que abriera la boca, sospechando que ocultaba algo, nada había ahí.
Finalmente, le dieron el crédito a la chica Oni, la cual continuó su recorrido hasta Demontooth, en donde tras otro dolor de estómago, emergí nuevamente desde su boca a su mano.
-Te... te agradezco lo que hiciste y perdón por... por...- dijo ella.
Yo sólo le sonreí y moví la mano indicando que no me debía nada. Simplemente salté de su mano al suelo, me despedí y corrí escondiéndome entre arbustos y objetos, listo para continuar con mis aventuras.