Rocket Raccoon
Rocket
28-10-2024, 01:47 AM
Segunda Parte de la Aventura de Rocket Raccon:
La Búsqueda de la Joya Mágica
Día 5. Primavera del Año 721
En algún lugar, se presume que en el East Blue(Isla de Dawn)
No crean que este plan comenzó hace apenas unos días, no. Llevaba ya meses trabajándolo, intentando conocer al detalle cada parte que se me permitía conocer dentro de esta enorme prisión. Eran pocas las veces que se me tenía en cuenta para los experimentos, y la capacidad para intentar conseguir información era a justa. Pero tenía que usar todo lo que estuviese a mi alcance. Fue así como me iba dando cuenta del actuar de cada personal que había en este lugar, tanto de los médicos e inventores, artificieros y demás. Pero quizás los más importantes eran los guardias que nos vigilaban día y noche, ellos serían el principal problema, y esperaba que él también fuese el último. Había uno de ellos en particular, que tenía la costumbre de dar una pequeña siestesita a media noche. A lo mejor tendría otro trabajo en la mañana, quinas tenía hijos molestos que no le dejaban dormir. Pero eso no importaba, por lo menos para mí. Lo importante era ese detalle, y debía aprovecharlo.
Sabía como escapar de estos barrotes de metal que intentaban mantenerme preso en mi pequeña estancia. Y cada vez que lo hacía veía como mi plan de huida se veía entorpecido por la manera tan inteligente en la que habían construido este lugar. No había ningún tipo de fisura ni nada, y mis garras no eran útiles para lograr hacer un hueco o algo en las paredes o suelos que había en las cercanías. Pero el guardia debía de tener una llave, y ese sí podría ser un éxito asegurado para mi futuro gran escape.
Ya era el momento. Uno de los animales que me acompañaban me informo de que el guardia que esperaba, le tocaba trabajar hoy. Solo quedaba esperar que se hiciese de noche, en este punto exacto del día. Debía ser paciente. Ahí lo tenía en frente, le vigilaba cada acción. Todavía estaba despierto, pero tras unos minutos logré ver como tras un rato sentado, su cabeza giraba a un lado. Esa era la señal. Se había quedado dormido. Sus llaves las llevaba en la cintura, colgando. Entonces me acerqué lo más rápido que pude, pero teniendo cuidado con no hacer más del ruido necesario. Había examinado toda la sala con anterioridad, sabía donde estaban las cosas que podían hacer ruido si las tocaba o pisaba, así que podía pasar a un lado de ellas para esquivarlas.
Finalmente, lo tenía en frente, al alcance de mis manos estaban las llaves. Estire para tomarlas, pero un sonido llamo mi atención. Era la voz de este guardia, que le creía dormido. Mis pupilas se dilataron con rapidez, los vellos de mi cuerpo se erizaron al instante. Debía ser rápido.
Mi respiración se aceleraba mientras observaba cómo esa inmensa criatura de pura energía se volvía a alzar, tan imponente y amenazante como un presagio oscuro. Intenté calmarme, forzando cada inhalación para despejar la mente y pensar rápido. Necesitaba actuar con precisión, y la situación no me daba mucho margen de error. ¿Debería enfrentarme a ella? No era mi especialidad, aunque sabía defenderme si las cosas se ponían feas. Otra opción era distraerla y huir con la joya, pero... aún no estaba en mis manos, y desconocía si una vez que la tomara alguna otra trampa se activaría. No podía arriesgarme a enfrentar dos amenazas a la vez. No había alternativa: debía enfrentarla aquí y ahora.
La criatura estaba herida por el puñal de antes, pero aun así no estaba derrotada. Con un movimiento algo desesperado por su parte, lanzo una onda de energía con la cual intentaba derrotarme, la había apuntado a mi pecho, pero yo estaba preparado. Con una rápida reacción, tome una de mis bombas de humo que llevaba conmigo, la arroje al suelo y esta estallo al instante, dejando gran parte de la sala sumida en una oscuridad casi absoluta. Logre esquivar aquel rayo de energía y reposicionarme.
Pero me había hecho algo de daño en mi brazo diestro, no había logrado esquivarla del todo. El dolor que sufría era bastante. 'Si me llega a dar del todo…' Pensé, no podía enfrentarme directamente a esa cosa, iba a ser una muerte segura. Solo quedaba una opción.
En mi nueva posición, vi como el guardián seguía avanzando, no se había percatado de mi cambio de posición. Le veía lento y pesado. Aquella anterior daga había hecho su trabajo, y era lo esperado. Debía aprovecharlo. Respire hondo y sin pensarlo mucho más, aproveche la humareda ocasionada por la bomba de humo. 'Si sigue pensando que estoy ahí dentro, puede ser mi oportunidad'.
Corrí hacia el altar lo más rápido que pude. Cada paso me acercaba a mi destino, pero también me acercaba al guardián. Cuando llegue a la joya, al tomarla sentí un leve ardor bajo mis dedos, esa cosa estaba irradiando un poder inigualable, un poder en estado puro. La sentía cálida, parecía estar viva incluso. Estos objetos suelen ser fríos y ásperos. Pero el que tenía ahora en la mano no. El guardián se percató de lo sucedido, lo noté por su rugido. Estaba furioso y su forma se agitaba dentro de la humareda. Golpeaba donde podía, lanzaba rayos ciegamente, pero ya era tarde, la joya era mía.
Con un movimiento rápido, me giré hacia una de las salidas que había marcado con mis explosivos. El humo comenzaba a disiparse, y el guardián pronto me encontraría. Sin perder tiempo, presioné el detonador. Las paredes temblaron cuando las explosiones resonaron por la fortaleza, creando una serie de escombros que bloquearon el paso del guardián y abrieron un camino entre las ruinas. Con la joya en mis garras y el caos tras de mí, me escabullí entre las sombras una vez más, dejando atrás los restos de la batalla y avanzando hacia la libertad. Había ganado.
Volviendo a la realidad. Cuando aquel sujeto de gran tamaño parecía despertar, no pude hacer más que quedarme ligeramente inmóvil. Trate de no hacer ningún ruido, pero al ver que se movía, mis sentidos del peligro se activaron. Hice un movimiento rápido, posicionándome justo debajo de su silla, así no me podría ver, eso esperaba. Pero tras pasados unos segundos, note como esta persona no hacía ningún otro gesto, ni nada. De hecho, volví a escuchar sus ronquidos uno tras otro. 'Joda, que susto... estará soñando o algo, sigue dormido' No quise perder más tiempo del necesario ahí, tome las llaves y me largue del lugar.
La primera parte del plan ya estaba hecha. ¿La siguiente? Pues eso será tema para otro momento.