¿Sabías que…?
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[Aventura] [T2] No es mi problema (parte 2)
Alexander Bathory
Doc
Quizá me había excedido con mi amenaza hacia aquel bandido, algo que su incontinencia me indico, pero de esa manera estaba seguro que no se atrevería a traicionarnos pero igualmente estaba demasiado aterrado para hablar de manera coherente por lo cual no pude dejar escapar un ligero gruñido antes de esfumarme en la maleza mirando a mi compañero junto con aquel zorro el cual se esfumo en el aire, literalmente, aclarándome cuál era su habilidad, era un usuario junto con una buena habilidad de sigilo natural era imposible de detectar incluso con mi oído
 
Pero no fui capaz de evaluar aquella habilidad a fondo pues al nuevo par de bandidos se acercaban a nuestra posición, los cuales lograron ver a King exigiéndole una explicación de lo que pasaba, podría abalanzarme sobre ellos fácilmente a esa distancia pero tenía que esperar el segundo correcto pero aquello no fue necesario pues en un movimiento rápido les logro sujetar activando su Akuma directamente en sus cuellos, sabía bien que aquello sería suficiente para acabar con ellos antes de que saliera de mi escondite mientras detectaba un aroma a carne quemada en el aire
 
-quien ocupa asesinar a alguien, cuando puedes destrozarlos para causarles más dolor- dije con completa calma como si fuera lo más natural –está claro que suelo sanarles luego, un médico es un médico al final- en aquel instante mis oídos se alzaron nuevamente escaneando el aire sin poder detectar los movimientos del zorro haciendo que me mantuviera en alerta –Creo que sería mejor que tenka se adelante, que evalué el campamento de los bandidos antes que actuemos- sugerí aprovechando que el Zorro aún se encontrara invisible
 
-la información es importante después de todo, aunque si lo prefieres King podríamos entrar a puño limpio, pero di mi palabra de traer a la hija del posadero sana- aclare recordando por un momento al viejo cuya posada había sido quemada por estos criminales –preferiría asegurarme que ella se encuentra a salvo antes que actuemos, ademas de darnos una idea aproximada de su poder de combate-

Resumen
#11
Tenka
Anticuario
Desde que mordí aquella fruta todos mis valores se habían puesto en cuestión. Lo que uno debe hacer depende de lo que uno puede hacer. Así que, ¿qué debo ser ahora que tengo este poder? Para mi lado más salvaje era sencillo, la calle me había enseñado que la justicia no es lo mismo que la violencia, pero una patada en la cara puede ayudar en el momento adecuado. Tal vez no es la analogía más fina, pero creo que tiene sentido.

En una ocasión, robando en un bazar, alguien me dijo “un gran poder conlleva…”, espera, ¿cómo continuaba?, ah sí “conlleva una gran diversión… y algunos momentos malos. Así que diviértete mientras puedas”. Maldito viejo, ¿cómo me vio? Yo solo quería tomar prestado algo de comer y el tipo me soltó un consejo como si me hubiera visto entrar con necesidad de uno. Ese día me llevé algo más que el almuerzo, también me llevé una reflexión que ahora me estaba dando dolor de cabeza.

“Matar…”, dije en mi interior, pensando en las palabras del mink conejo. Encendí el cigarro imaginario de mi boca con el mechero imaginario que sostenía en mi mano y reflexioné. Era un buen momento para decidir mi nuevo punto de vista respecto a ello. Estaba claro que, con estas habilidades, los escenarios en los que matar era una opción aumentaban drásticamente. Nuevamente, el poder y el deber. De alguna forma, el “velo” que me ocultaba a la vista me otorgaba cierta impunidad, al menos respecto a mi consciencia. Resultaba ligera la idea de matar bajo esa levedad del ser que me abrigaba.

De pronto, el lobo aportó algo valioso a la cuestión. Parecía que había alguien en peligro de por medio. Una tal “hija” de un tal “posadero”. Tal vez, todo ese contexto era lo que me llevaba a intuir la idea de que estos dos se movían tras un fin honrado. 

Decidido, voy a echarles un cable. Aunque solo sea por aquella “hija del posadero”, pensé.

Ah sí, lo de matar. Avancé mientras veía al conejo generando lo que parecía un gran calor en el agarre que hacía de los dos sujetos. Era extraño y terrorífico. Se retorcían, al principio, pero al poco sus fuerzas flaquearon y parecieron rendirse al dolor, aunque, aún conscientes.

Me voy adelantando, pues—dije mientras me acercaba con calma e invisible a los bandidos que de manera formidable retenía el conejo.

Acerqué mi filo incorpóreo a ambos hombres. Se encontraban cerca, lo suficiente para que mi hoja abarcara de un cuello a otro. La enfrenté a los mismos y de un movimiento seco y violento corté sus gargantas.

Esperadme junto a ese monolito. Intentaré hacerme con algo de información —dije mientras tomaba un palo para señalar de forma visible una gran piedra con forma de dolmen que destacaba entre los árboles, cerca de donde se podía intuir el humo del campamento de los bandidos.

Me dirigiría hacia el campamento, por el bosque, con intención de infiltrarme en el mismo y obtener información de la ubicación y estado de la hija del posadero y cualquier otro dato relevante.

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DATOS



RESUMEN
#12
Silver D. Syxel
-
Las muñecas de los dos bandidos comenzaron a arder al contacto con las manos de King. El calor se intensificó rápidamente, y los gritos de dolor se les escaparon mientras intentaban, en vano, soltarse del agarre del mink conejo. La piel enrojecida pronto comenzó a ampollarse y a quemarse, liberando un hedor a carne chamuscada que se mezclaba con el aire viciado del Bosque Salauce. Los bandidos forcejeaban con desesperación, pero su destino ya estaba sellado. Antes de que pudieran continuar con sus alaridos, una sombra veloz se deslizó entre ellos.

Tenka, invisible y sigiloso, aprovechó el caos. Con una precisión letal, su espada cortó el aire, deslizándose por las gargantas de los dos hombres, terminando con ellos de inmediato. Los cuerpos cayeron al suelo con un golpe sordo, y la sangre brotó de sus heridas. El zorro no perdió tiempo y desapareció de nuevo entre las sombras, como si nunca hubiera estado allí.

King soltó los cuerpos inertes de los bandidos, observándolos caer a sus pies, mientras el tercer bandido, que aún seguía vivo, se encogía de terror en el suelo. El miedo lo había paralizado por completo, empapado en sudor y temblando como una hoja en medio de la tormenta. Su mirada estaba perdida, incapaz de procesar lo que acababa de presenciar.

Con los dos bandidos eliminados y uno aún vivo, el grupo se enfrentaba a una decisión importante. Tenka, con la ventaja de su invisibilidad, se adelantó para espiar el campamento enemigo y recopilar información crucial. Sin mediar palabra, el zorro se deslizó en la espesura del bosque, dejando a King y Alexander con la tarea de decidir qué hacer con los cadáveres y el prisionero aterrorizado. Podían intentar ocultar los cuerpos para evitar que el resto de los bandidos los encontrara demasiado pronto, o dejarlos allí, pero cada decisión implicaba un riesgo. El tiempo no estaba de su lado.

Mientras tanto, Tenka avanzaba en completo silencio hacia el campamento enemigo. A cada paso, su forma invisible lo hacía uno con el entorno. El sonido de las ramas quebrándose bajo sus pies era apenas perceptible, ahogado por el crepitar de una fogata que se alzaba en el centro del campamento. A la luz de las llamas, Tenka divisó a varios bandidos, relajados y despreocupados, riendo mientras compartían bebidas y bromas. Estaban completamente ajenos al peligro que se cernía sobre ellos.

Más allá, en una tienda improvisada, Tenka distinguió a una joven prisionera. Estaba sucia y atada, con el rostro pálido y una expresión de desesperanza en sus ojos. Dos guardias vigilaban la entrada, pero parecían más ocupados en charlar entre ellos que en cumplir con su tarea de manera efectiva. Sin embargo, algo más llamó la atención de Tenka. El campamento estaba más poblado de lo que esperaban. Contó al menos media docena de bandidos, algunos bien armados, mientras que otros parecían simples matones sin mucha habilidad para el combate. No obstante, el número total de enemigos presentaba un reto.

El mink zorro había recopilado la información necesaria, pero ahora debía decidir su próximo movimiento. ¿Regresaría para informar a sus compañeros o continuaría explorando en busca de más detalles? El campamento estaba tranquilo, pero cualquier decisión equivocada podría volverse en su contra.

Información
#13
King Kazma
Shiromimi
Tenka pareció tomar su oferta de rematar a aquellos bandidos. No tenían derecho a la compasión ni a la piedad desde el momento en que se volvieron bandidos que secuestraban gente inocente para divertirse. No es que a King le importara demasiado el destino de la chica, especialmente siendo humana, pero tenía su propia brújula moral. O más bien una guía de reglas de la vida. Si uno hacía daño a alguien, debía estar preparado para que se la devolvieran. Si un grupo secuestraba a una chica, intentaban matar a su padre y además la dejaban sin hogar ni negocio, pues tenían que estar preparados para que alguien intentara matarlos. Era simple, y deberían aceptarlo como las personas duras que aparentaban ser, no llorando, meándose encima y desgañitándose de terror. King no era un santo, y si alguien intentara devolverle todo lo que ha hecho, lo aceptaría. Se defendería, por supuesto, con uñas y dientes, pero aceptaría que él mismo se había buscado ese desenlace.

- Alexander. A veces no sé si tú eres demasiado bueno o yo soy demasiado frío. – Una curiosa elección de palabras dada su habilidad demoníaca. Pero era así. Tal vez fueran ambas cosas a la vez, o tal vez King veía la vida de un tono más oscuro de gris que el lobo. Puede que por su edad, puede que por sus vivencias. Lo que sabía era que de haber seguido viajando solo, no estaría dirigiéndose a la guarida de los bandidos a rescatar a una chica. Sí, se llevaría todo el dinero que ellos tenían, era la motivación principal. Pero no tendría que preocuparse por ella en caso de ir. – No me gusta quedarme sentado esperando. – Comentó, aunque no sabía si el zorro ya se había ido o no. Además de ser invisible era sigiloso como el mismo diablo. Dejó a los bandidos con la garganta seccionada caer al suelo, enfriando sus puños. – No parece un mal tipo, pero no me voy a quedar aquí mientras él podría estar robando todo el dinero y largarse. Tú ve por detrás, yo entraré de frente para atraer su atención. – Dijo y se puso en marcha de nuevo.

No se apuró, no echó a correr ni fue a paso acelerado. Simplemente caminó en la dirección en la que estaba el campamento de los bandidos, firme y decidido, pero a la vez tranquilo y confiado. Estaba seguro en un setenta y cinco por ciento que Tenka no era el tipo de persona que se aprovecharía de la situación para llevarse el botín él solo. Y subiría hasta el ochenta por ciento al ser los tres minks. No porque el ser mink lo hiciera más honorable ni nada por el estilo, sino porque eran una minoría, y era más fácil sentirse inclinado a ayudarse mutuamente. Cuando llegó a las puertas del campamento no se molestó en ocultarse y alzó la voz. - Habéis quemado el lugar en que me alojaba con mis pertenencias. Ahora vais a pagar por ello.

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Datos
#14
Alexander Bathory
Doc
Por un momento me sorprendió el ver la forma en que tenka había eliminado a aquellos bandidos sin siquiera delatar su presencias en aquel movimiento terminando con la vida de ambos bandidos haciendo que mis instintos se dispararan por un instante, sin duda era problemática aquella habilidad en caso de que decidiera traicionarnos por ello tendría que permanecer alerta, antes que las palabras de King me sacaran un poco de aquel estado –hemos vivido cosas muy diferentes, pero siento que la diferencia principal es mi enfoque- comente con calma –aprendí a amar a quien era diferente de nuestra raza- antes que mi mirada se alzara un poco al cielo manchado de gris por la contaminación diciendo con algo de nostalgia -incluso estoy casado con una humana- para luego empezar a caminar hacia el bandido que habíamos capturado
 
Al llegar a él me arrodille frente a él asegurándome de mostrar mis colmillos antes de hablarle con calma como si mis palabras presagiaran la tormenta -tú te quedaras aquí, en silencio te entregaremos a los habitantes del pueblo más tarde, asegúrate de no huir o entenderás lo peligroso que puede ser un grupo de minks en el bosque, un sitio en que ustedes simios sin pelo son invitados pero nosotros vivimos en él y ya vistes nuestras habilidades, si piensas que podrás huir hazlo tendrás hasta que terminemos de jugar con tus compañeros para ocultarte luego de ello te cazaremos y destrozaremos- tras lo cual me alce nuevamente en silencio
 
Por un instante mire a King antes de decir con calma -te recuerdo que soy el más resistente de los dos- mientras alzaba aquel escudo sobre mi pecho pero King simplemente inicio su avance ante la entrada, aquella era la valentía o la estupidez de la juventud siempre era difícil de saber cuál de las dos era por lo que simplemente decidí dejar escapar un suspiro sin deseos de discutir sabiendo que no cambiaría nada dirigiéndome a la entrada trasera del campamento mientras sacaba mi cajetilla de cigarros prendiendo uno dándole una calada antes de ver a los bandido en la distancia mientras me mantenía escondido simplemente escuchando esperando al momento de actuar escuchar la voz de King en la distancia antes que decidiera el mejor curso “será mejor informar a tenka de mi posición” pensé por un instante antes de alzar un aullido a los cielos marcando el aire con el mismo
 
De escucharme y venir le informaría a tenka –King está atrayendo el peso del primer ataque, dame los datos relevantes antes de que me dirija a apoyarle- al terminar de escuchar sus palabras asentiría con calma antes de continuar -aprovecha la brecha para sacar a la chica secuestrada- ordenaría mientras alzaba mi escudo asegurándole firme mientras introducía mi dial debajo del mismo para poder potenciar mis golpes con el escudo en mi brazo derecho –yo iré a dividir el peso de los hombros de King y cubrir tu retirada- antes que empezara a caminar hacia la parte trasera del campamento lanzando un nuevo aullido rompiendo el aire nuevamente marcando mi entrada en el conflicto

Resumen
#15
Tenka
Anticuario
Avancé por la foresta, arropado por un silencio indecente e impune como el que solo el diablo puede otorgar. Con cuidado de no chocar con nadie ni nada, pues era invisible, no intangible, me adentré en el campamento. El olor a bandido, sucio y amargo lo invadía todo. Algunos estaban ocupados en el noble arte del bebercio, tumbados en gruesas esteras bajo jaimas torcidas. Otros se entretenían contando sus alhajas en los rincones de sus tiendas, donde un olor a hierbas quemadas lo empapaba todo. Y, otros, los que más, se dedicaban simplemente a comer. Había también esclavos o bandidos de baja “categoría” que, de entre todos, eran los más activos, pues se dedicaban a las labores generales, que los bien posicionados no querrían hacer.

El lugar era un caos, como no podía ser de otra forma, pero pronto encontré a la muchacha. Era la única mujer del campamento y, por sus vestimentas, debía tratarse indefectiblemente de la joven secuestrada. Los dos guardias que vigilaban la tienda en la que se encontraba, parecían distraídos. Con ellos apenas contaba algo más de media docena, pero no había visto todo el campamento y muchas tiendas al otro lado del mismo podrían contener varios más de los maleantes. Tampoco distinguía a un jefe o algo similar. Aquellos tipos parecían demasiados brutos para organizar nada, ni siquiera a sí mismos, por lo que el cabecilla debía de estar entre ellos.

Justo cuando me asomaba en una tienda de aspecto sospechoso donde me había parecido ver un brillo dorado, escuché un grito, con lo que parecía la voz de King.
"Qué coño hace ahí el conejo?". pensé. Estaba plantado delante del campamento con un porte confiado e intimidante. Debo reconocer que no es necesario ser especialmente grande para resultar imponente.

Me aposté contra un carromato con la idea de posicionarme tras los bandidos una vez encarasen a King, pero entonces escuché un aullido. Pude identificar la dirección. No quedaba lejos, apenas a 2 tiendas de mi, donde se encontraba el linde del bosque. Con un movimiento rápido aceleré, saltando los obstáculos de las tiendas y me metí entre los árboles. Allí estaba el lobo, agazapado. Aún no me había visto, pero oteaba sobre los arbustos.

Lobo —le dije en voz baja, acercándome a él—, así están las cosas…

Expliqué de forma concisa la disposición del campamento. La muchacha, cómo no, estaba en la tienda del centro y King a nuestra izquierda, unos 10 metros más allá, de forma que hacíamos una L con respecto a la ubicación de la  joven. El médico mink comentó su plan y sin rechistar me adherí al mismo.

Me despedí del lobo y, aún invisible, volví al campamento, directo hacia los guardias de la tienda en cuestión. Esperaría el movimiento de King para aprovechar el caos y llevarme a las muchacha o, aunque sea, encargarme de los guardias.

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TÉCNICAS

DATOS

RESUMEN
#16
Silver D. Syxel
-
La figura de King emergió entre las sombras del bosque, avanzando con paso firme hasta plantarse frente a la entrada del campamento. Su voz resonó con una autoridad desafiante que cortó el aire y atrajo de inmediato la atención de los bandidos. En un instante, el bullicio despreocupado que reinaba entre ellos se disipó, dando paso a una mezcla de sorpresa y desconfianza. Las risas se apagaron, y varias cabezas se volvieron hacia el recién llegado. Las llamas de la fogata parpadeaban sobre las armas y rostros de los bandidos, creando un juego de luces y sombras que acentuaba su confusión.

Un bandido de complexión robusta, blandiendo una espada algo desgastada por el uso, dio un paso al frente, mirando a King con una sonrisa mordaz que apenas disimulaba el nerviosismo en sus ojos.

—¡Vaya, parece que tenemos visita! —rugió, tratando de infundir seguridad a sus compañeros.

Un segundo bandido, más bajo pero de ojos astutos, siguió su ejemplo, desenfundando un cuchillo de aspecto afilado y empezando a rodear a King. En respuesta, varios de los otros bandidos comenzaron a movilizarse, formando un improvisado semicírculo alrededor de él. El sonido de armas siendo desenvainadas y el crujido de botas en la tierra endurecida llenaron el ambiente, mientras cada uno tomaba posición con una mezcla de temor y valentía forzada. De fondo, el crepitar de la fogata parecía latir al compás de la tensión creciente.

Desde su posición oculta en la retaguardia, Alexander pudo observar con claridad cómo los bandidos se concentraban en King, completamente ajenos a su presencia. En silencio, el mink lobo aprovechó la distracción para avanzar con sigilo entre las sombras del bosque, acercándose lo suficiente para tener una posición ventajosa desde la que atacar sin ser detectado. Con cada paso, Alexander podía ver mejor la disposición de los bandidos, evaluando sus movimientos y preparando su ataque.

Mientras tanto, Tenka, tras reunirse con el lobo, observaba cómo los dos guardias que custodiaban la entrada reaccionaban al grito de King. Los hombres se miraron entre ellos, claramente alterados por el sonido, pero en lugar de revisar el interior de la tienda, se giraron hacia la dirección de donde provenía el alboroto, tensando sus armas de forma algo torpe. La entrada de la tienda quedó momentáneamente desprotegida, creando una ventana de oportunidad que quizás podrían aprovechar si decidían avanzar.

El campamento, por lo demás, seguía sumido en una combinación de caos y confusión. Aunque los bandidos no parecían organizados, su número y posición entre las tiendas podrían representar un desafío. Había al menos media docena de ellos armados y atentos al frente, pero el resto del campamento estaba oscuro y desconocido, con la posibilidad de más refuerzos escondidos entre las tiendas.

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#17
King Kazma
Shiromimi
Puede que King no fuera el más resistente, ese título se lo llevaba Alexander por goleada. Así que en un principio lo que estaba haciendo, ser un señuelo para llamar la atención de todo un campamento de bandidos, era una temeridad propia de alguien que no le tiene aprecio a la vida. Pero King no servía para hacer asaltos furtivos. Su ropa y pelaje llamaban mucho la atención, especialmente en un paisaje como aquel, donde no se veía el rojo ni el blanco por ningún sitio. Además, su Akuma no Mi, que era su principal fuente de poder ofensivo, le hacía brillar con luz propia al calentarse, lo que estaba todavía más contraindicado en el manual del camuflaje. Tenka sería todo un experto en desaparecer, haciéndose invisible gracias a un poder que sólo podía haber salido de una fruta del diablo, y en ocultar su presencia para que nadie pudiera detectarlo ni por el más mínimo sonido. Tal vez el zorro fuera el polo completamente opuesto a King, lo que podía ser una combinación interesante. Y eso mismo se le pasaba por la cabeza al mink conejo mientras que los bandidos se agrupaban en semicírculo frente a él, una situación que habría resultado de lo más amenazante para cualquier otro.

Ya que a King le era imposible realizar el trabajo de un ninja, quedaba a cargo de Alexander el rescatar y defender a la chica. Defender se le daba bien al médico. - ¿Visita? ¿Quién querría visitar a una panda de humanos sarnosos como vosotros? No estoy aquí para veros, ni siquiera para hablar. No sois más que unos matones, unos bravucones que se dedican a hacer lo que les da la gana con los demás sólo porque sois mayoría o más fuertes. He venido a acabar con vosotros y llevarme todos vuestros tesoros como compensación. – Era, tal vez, uno de los discursos más largos que había dado King en la vida. Normalmente taciturno y de pocas palabras, sólo se dejaba llevar cuando algo lo provocaba. E incluso con esas, no solía decir mucho antes de pasar a la acción.

Unos bandidos como aquellos caerían en su provocación con casi toda seguridad. Incluso el propio King habría caído, ya que era de mecha corta. Pero el conejo fue el primero en dar un paso al frente. De un salto recorrió toda la distancia entre él y el tipo que le había dado la bienvenida y le soltó un puñetazo de 220º en toda la cara. Por supuesto, acercarse a él era como abrir la puerta de un horno encendido. Un calor abrasador radiaba desde su puño incandescente, aunque iba perdiendo intensidad con la distancia. - ¿Quién es el siguiente?

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#18
Alexander Bathory
Doc
Según parecía Tenka había logrado identificar la posición de la chica en el campamento sin muchas dificultades y lo más importante aún, la distracción de King parecía estar dando efecto atrayendo la atención de los bandidos, si actuaríamos debía de ser ahora incluso una demora podría llegar a ser fatal, rápidamente entre al campamento después de que había asumido la partida de Tenka al mismo dirigiéndome a la tienda de la chica en primer instancia sintiendo el aumento en la temperatura en el aire, era posible que King volviera un horno aquel campamento si se lo proponía o ello pensaba al no conocer aún la capacidad del mismo referente a su akuma
 
-señorita- comente con calma en voz leve al entrar a la tienda arrodillándome frente a ella poniendo mi dedo frente a mi boca en un gesto universal de silencio –nos envía su abuelo para rescatarle, quizá nos vio en su bar, di mi palabra de que regresaría a salvo- dije desatando la mordaza de la joven para luego empezar a trabajar en sus manos y pies –mi compañero es una sombra no lo vera pero el si a usted, tiene ordenes de protegerla, diríjase a las afueras y escóndase, el la protegerá no es así Tenka- aclare antes de asomarme afuera de la tienda y salir tomando una postura defensiva tras aquel escudo observando hacia la posición de King donde la mayor parte de los bandido parecían concentrarse antes de que mis orejas se alzaran analizando el aire a mis alrededores
 
Oídos Lupinos
U44001
ÚNICA
Racial - Pasiva
Tier
2/8/2024
Los oídos de los lobos son sumamente sensibles pudiendo escuchar sonidos y frecuencias que los oídos humanos no detectan, esto otorga un bono de +10 a los reflejos basado en el oído pero incrementa un +15 el daño de todo poder basado en sonido.


Tan pronto como estuve seguro que nadie se nos acercaría hice un gesto rápido para que tenka y la joven salieran hacia las afueras del campamente –protégela- dije con calma sin mirar atrás sabiendo que tenka me escucharía antes que avanzara detrás de Tenka dándole distancia a él y la joven para estar seguro de cuando ambos salieran al bosque al momento que ello pasara alzaría mi voz lo más que pudiera –King todo listo desata el infierno!- indicándole a mi capitán que no tenía ninguna razón mas para tener que contenerse para luego empezar a cazar a los criminales rezagados usando mis manos en la mejor forma que un depredador podría hacerlo evitando perder tiempo innecesario entre presa y presa, despues de todo parte de nuestro objetivo igualmente era diesmar a las fuerzas de los criminales, al primer criminal que localice lo sujete rapidamente por el rostro con la firmeza de mis garra antes de azotar su craneo contra el suelo con fuerza procurando no asesinarle -Quien sigue!-

Resumen
#19
Silver D. Syxel
-
El impacto del primer puñetazo de King resonó por el campamento como un trueno. El bandido que había intentado recibirlo con una sonrisa se desplomó hacia atrás, dejando una estela de humo en el aire por el golpe incandescente. Al ver la determinación y la fuerza con la que el mink conejo los enfrentaba, los bandidos titubearon por un instante, pero pronto el nerviosismo dio paso a una mezcla de rabia y desesperación. Con gritos y amenazas, se lanzaron al ataque, rodeando a King con armas en alto, mientras sus rostros se deformaban en expresiones de odio y pánico.

Desde la retaguardia, Alexander emergió para unirse a la refriega. Con movimientos calculados, el mink lobo avanzaba entre los enemigos, su silueta fuerte y alerta. Observó con detenimiento los alrededores y evaluó la situación antes de lanzarse al ataque con sus garras, aprovechando cualquier apertura que dejaban los bandidos.

Mientras tanto, en la tienda de la prisionera, Tenka se movía rápidamente y en silencio. Bajo la cobertura de su invisibilidad, el mink zorro condujo a la joven hacia las afueras del campamento, asegurándose de mantenerla oculta entre las sombras del bosque. Con un susurro tranquilizador, le indicó que permaneciera en silencio y esperara allí hasta que todo estuviera despejado.

A medida que la batalla avanzaba en el centro del campamento, algunos bandidos miraron con creciente pavor a los minks. La estrategia de intimidación y combate directo de King, unida a la precisión letal de Alexander, había comenzado a desmoronar la moral de los enemigos. Algunos, llevados por el instinto de supervivencia, empezaron a retroceder lentamente, mientras otros alzaban sus armas en un último intento desesperado por resistir.

El campamento estaba envuelto en un caos de gritos y el resplandor del fuego. Los pocos bandidos que quedaban dispuestos a pelear no tenían mucho tiempo antes de ser reducidos.

Información
#20


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