Hay rumores sobre…
...un hombre con las alas arrancadas que una vez intentó seducir a un elegante gigante y fue rechazado... ¡Pobrecito!
[Común] [Presente] ¿Qué cae antes: el barco, o nosotros?
Balagus
-
Personaje


Datos Bélicos


Los pesados pasos de Balagus ascendiendo desde las bodegas hasta la cubierta hicieron rezongar a la madera con satisfactorios crujidos sordos. Satisfactorios, porque el oni había aprendido que tales advertencias no eran sino la prueba de que tenían la flexibilidad y resistencia suficientes como para amoldarse a su peso sin ceder.
 
“Todavía le faltan unos pocos arreglos.” pensó para sí mismo, apoyado en la baranda de borda, sin dejarse arrastrar por un orgullo inmerecido. “Aunque es una sorpresa que este viejo barco esté respondiendo tan bien.”
 
Con rapidez y destreza adquirida por la costumbre, se llevó un par de pedazos de carne seca a la boca, masticándola lentamente mientras no dejaba de observar el azulado horizonte, en aquella oscura pero difusa línea que separaba el océano del cielo. No era la naturaleza que tanto añoraba, pero le había alejado de la tumultuosa civilización que tanto odiaba, al menos hasta que sus devenires les obligaran a regresar a ella.
 
Regresar a la civilización. El sólo pensamiento de volver a adentrarse en las calles empedradas, en la corriente de gente indeseable y deshonesta que vivía en ellas, le producía un cosquilleo iracundo y agresivo. El mar, en cambio, era algo a lo que podía respetar: un mundo repleto de peligros y depredadores, que siempre permanecía tranquilo y sereno hasta que algo lo resquebrajaba con la rapidez del relámpago y la potencia del trueno. Le hacía parecer un enorme y peligroso depredador que esperase pacientemente su momento para atacar y hundir el barco, ya fuera con una tormenta, con el ataque de alguna criatura, o, simplemente, con su mera presencia, si te llamabas Dharkel.
 
La voz del capitán le hizo girarse. Él era quien le había hecho venir, apartando momentáneamente sus labores de restauración del barco. Al parecer, necesitaba comprobar que todos los tripulantes estuvieran listos y preparados para el peligroso asalto que nos esperaba, por lo que le contó horas atrás.
 
Balagus casi se sintió ofendido por insinuar que no estaba preparado para el combate, pues Silver y él habían combatido codo con codo en Oykot varias veces, pero comprendía que no podía dejar a nadie al margen. Si no, se consideraría un trato de favor indefendible por su parte hacia el oni.
 
Además, deseaba poder estirar los músculos en un combate no letal contra un adversario que le diera verdadero trabajo. Y sabía que el capitán era uno de esos.
 
- Deberías traer un arma más grande, Silver. – Se mofó con camaradería, mientras se regresaba al palo mayor, entre cuyas grietas acostumbraba a alojar su hacha de guerra. – Fortalecen más los músculos al blandirlas, y hacen más daño al enemigo. –
 
Esperó pacientemente a que su capitán le diera su réplica y a que se dispusiera en posición de combate, antes de emprender la carrera contra él y lanzar un único golpe descendente. Podía esperar, sí, pero sólo lo justo y necesario.

Resumen
#1
Silver D. Syxel
-
Personaje

Inventario

Detalles Bélicos

Pasivas



Cubierta del Hope, Alta Mar
Día 30, Verano del año 724

El vaivén de las olas acariciaba suavemente el casco del Hope, cuyo avance firme sobre el océano transmitía la seguridad de un guerrero curtido. Cada cresta de agua rompía bajo el barco con un murmullo acompasado, creando una sinfonía natural que acompañaba la vida en alta mar. Syxel, tomando un momento para inhalar el aire salado, salió de su camarote y subió a la cubierta, con su mente centrada en el próximo objetivo. Habían dejado atrás Loguetown y se dirigían con decisión hacia un botín prometedor, aunque debían estar preparados para cualquier eventualidad que pudiese surgir durante la travesía. ¿Y qué mejor manera de avivar el espíritu y afinar los sentidos que un buen combate?

Sus ojos captaron la figura de Balagus, que llegaba a su encuentro. Su imponente cuerpo proyectaba una larga sombra sobre él, mientras masticaba con calma un trozo de carne seca. La mirada de complicidad de su compañero hizo sonreír al capitán, quien avanzó con paso despreocupado, decidido a traer algo de acción a la escena. Al notarlo, Balagus levantó la vista, y una chispa burlona cruzó sus ojos, junto con un comentario cargado de provocación.

Deberías traer un arma más grande, Silver —se mofó, agarrando su hacha de guerra que descansaba entre las grietas del palo mayor—. Fortalecen más los músculos al blandirlas, y hacen más daño al enemigo.

El capitán dejó escapar una risa, desenfundando una de sus espadas con un movimiento elegante y relajado, manteniéndola en su mano derecha como si no pesara nada. La sostuvo con una naturalidad que casi convertía sus palabras en una broma hacia el grandullón.

¿Sigues creyendo que el tamaño importa? —respondió con una sonrisa maliciosa, mirándolo a los ojos—. La clave está en saber usarla... Y parece que tendré que recordartelo.

Tras el primer intercambio, Balagus se lanzó a la carga con una velocidad sorprendente para su tamaño, y Syxel apenas tuvo tiempo de percibir cómo el filo del hacha se dirigía hacia él con una potencia brutal. Aquel movimiento era un reflejo de la fuerza de su contramaestre, que avanzaba como una fiera. Activando su Kenbunshoku Haki para anticiparse al movimiento de Balagus, el capitán movió su espada con un giro rápido, interceptando el hacha en el último segundo. Con la precisión calculada de un espadachín entrenado, Silver desvió la pesada hoja, que se estrelló en el suelo de la cubierta con un estruendo que hizo temblar las tablas.

¿Eso es todo? —preguntó, utilizando un tono divertido y provocador, con una sonrisa torcida en el rostro—. Quizás un arma más ligera te permita moverte mejor.

Se retiró con un paso ágil hacia atrás, ajustando la empuñadura de su espada y desafiando a Balagus con la mirada, mientras la tensión entre ambos crecía. Syxel dejó que la emoción del momento se apoderara de él; pues el intercambio apenas comenzaba. Para el capitán, el placer de la batalla no estaba en la victoria, sino en la oportunidad de probarse a sí mismo en cada movimiento. Sin perder tiempo, decidió que la siguiente jugada iría de su parte, con un giro de muñeca y un movimiento rápido de espada que atravesó el aire en dirección al brazo de Balagus, buscando no herirlo, sino poner a prueba su capacidad de reacción.



Percepción III
KENB601
KENBUNSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
25/10/2024
9
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidades que realmente tienen. Así como estimar de forma general quién es alguien más fuerte o más débil que él. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +10 [Reflejos].
Área: [VOLx15] metros | +10 [REF]

Resumen
#2
Balagus
-
Inventario


Tal y como Balagus esperaba, su capitán desvió el golpe con elegancia y sencillez. Que hubiera sido golpeado por un ataque tan predecible y sencillo habría causado gran decepción en el contramaestre, tanto por desvelar a un farsante comandándole, como por quedarse sin un buen combate de entrenamiento.

- Je, ¿bromeas? – Contestó a su provocación, sin ofenderse en absoluto por su comentario. – Así caliento un poco antes de darte para el pelo. Llevo un buen rato allá abajo sin poder moverme demasiado, ¿sabes? –
 
Sacando el hacha de la cubierta donde se había incrustado con un simple tirón, permaneció quieto, observando al lunarian, que parecía disfrutar tanto como él. Acomodó su postura al vaivén de la embarcación, y las tablas crujieron bajo el peso de mis botas… Aaah sí, aquella madera empezaba a ser ya una compañera más para él. Una madera que susurraba, no con malicia o inquina, como solían hacer las voces de ultratumba, o las que los locos tenían en sus cabezas: una que susurraba palabras y murmullos de ánimo y de coraje, que les recordaba todo lo que habían hecho bien, y cómo ella haría también todo lo que estuviera en sus tablas por la aventura.
 
El contraataque de Silver llegó rápido también, tanto que, como de costumbre hubiera podido golpearme si hubiera querido afinar un poco más el ataque. Esta vez, Balagus logró interponer el hacha en el último momento, pero no pudo sino reprenderse a sí mismo por no poder seguir su velocidad mejor. Este fue el momento en el que, para el oni, toda conversación había acabado, salvo aquella que habrían de mantener sus armas.

Con un empujón de su arma, apartó la espada de su capitán y, aprovechando la inercia, lanzó dos rápidos golpes en equis mientras avanzaba hacia él, buscando hacerle retroceder y romper sus defensas, antes de lanzar un último golpe vertical. Un golpe que podría matar a muchos, atravesándoles de arriba abajo, o partiéndoles el cráneo en dos. Sin embargo, Balagus no sólo estaba preparado para detener el ataque en el último momento, sino que confiaba plenamente en que el lunarian sabría salir de allí ileso. Le había visto salir de situaciones mucho, mucho peores en el pasado, y el contramaestre aún estaba sólo calentando.

Resumen

Datos Bélicos

#3


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