¿Sabías que…?
... existe una isla en el East Blue donde el Sherif es la ley.
[Autonarrada] [T2] La Batalla contra los Gansos Piratas
Lawliet D. Giorno
El Iceberg de la Marina
~ La Batalla contra los Gansos Piratas ~

Isla Kilombo
~ Verano del año 724.

La brisa marina soplaría con fuerza en la aldea de Kilombo, trayendo consigo el olor a sal y a problemas inminentes. Giorno D. Lawliet, un jovenprofundamente comprometido con la Marina, había escuchado rumores sobre una extraña banda de piratas que asaltaban los muelles y estaban acompañados por unos aliados poco convencionales: gansos. Estos animales, audaces y sorprendentemente inteligentes, habrían estado causando estragos por toda la costa, robando provisiones y atacando a los aldeanos. Giorno no podría permitir que el desorden y la injusticia prevalecieran. Primero las nutrias y ahora los gansos, no se detendría hasta que todos los animales estuviesen lejos de las garras de los piratas.

Era una mañana soleada cuando Giorno se dirigió al puerto, su uniforme de la Marina brillando al sol. La aldea, normalmente animada, parecería tensa; las calles estarían desiertas y los pescadores mirarían nerviosamente hacia el horizonte. En el aire, los graznidos de los gansos se escucharían cada vez más cercanos, y Giorno sabía que no podrían permitirse más ataques. Tendría que actuar rápido.

Decidido a acabar con esta amenaza aviar antes de enfrentarse a los piratas, Giorno se prepararía mentalmente.Sabía que ante los gansos debía utilizar sus habilidades con astucia; esos gansos serían más inteligentes de lo que parecían y no los subestimaría.

Con el corazón acelerado y la determinación brillando en sus ojos, Giorno se dirigiría hacia el área donde se habrían reportado los últimos avistamientos de los gansos. En la distancia, podría verlos: una bandada de gansos gigantes que graznaban y se movían con una sorprendente coordinación. No eran solo aves; serían una pequeña fuerza de combate.

Giorno se escondería tras unas rocas y comenzaría a observar. Los gansos atacarían un puesto de pescados, utilizando su número y agilidad para desviar la atención de los aldeanos. Con un graznido agudo, uno de ellos lanzaría ataques, mientras que otros robarían lo que pudieran cargar.

Esto no debería seguir así...Pensaría Giorno, apretando los puños. Su sentido de la justicia se encendería ante la injusticia de la situación. No podría permitir que estas criaturas causaran más caos. Sabía que tendría que actuar rápido. Desplegaría su poder de hielo, concentrando su energía. La temperatura a su alrededor comenzaría a descender, y en un instante, el aire se volvería gélido. Con un movimiento rápido, Giorno extendería su mano, liberando una ráfaga de aire helado hacia los gansos.

El viento helado cortaría el aire y alcanzaría a varios gansos, que, sorprendidos, se detendrían en seco. Sus plumas comenzarían a cubrirse de escarcha, y el graznido de alarma se transformaría en un chillido desconcertante. Giorno aprovecharía la sorpresa y lanzaría otro ataque, creando un sendero de hielo que se extendería entre ellos, haciendo que los gansos resbalaran y perdieran el equilibrio.

Los gansos no estarían dispuestos a rendirse tan fácilmente. Con graznidos de furia, algunos comenzarían a agruparse y atacar. Giorno rápidamente levantaría una barrera de hielo, bloqueando el ataque y haciendo que los gansos se estrellaran contra ella. El impacto crearía un sonido sordo y un pequeño destello de escarcha que se dispersaría por el aire.

Esto es una batalla, no un juego. Mientras se prepararía para el siguiente movimiento. Aprovechando la oportunidad, lanzaría proyectiles de hielo que volarían hacia los gansos. Uno de ellos sería alcanzado en el costado y caería al suelo, incapaz de continuar el combate.

El caos reinaría a su alrededor mientras Giorno seguiría atacando. Formaría un gran bloque de hielo que lanzaría hacia la bandada, causando que algunos gansos quedaran atrapados y otros se dispersaran, buscando refugio. Sin embargo, uno de los gansos, más grande y feroz que los demás, se separaría del grupo. Con un graznido de desafío, se lanzaría hacia Giorno, sus alas extendidas como un oscuro manto.

Giorno sentiría el impulso del ganso acercándose. Con rapidez, levantaría su mano y congelaría el aire a su alrededor. Un estallido de frío surgiría, cubriendo al ganso en un instante de hielo. A pesar de su resistencia, el animal se detendría en seco, incapaz de moverse, y caería al suelo con un estruendo.

¡Esos gansos son más astutos de lo que parecen, esto es complicado!Tendría que ser más estratégico. Con un gesto decidido, comenzaría a pensar en una forma de acabar con la bandada de manera efectiva.

Giorno, decidido a ser más astuto que sus oponentes, idearía un plan. Comenzaría a atraer la atención de los gansos restantes, lanzando más proyectiles de hielo hacia ellos para hacerlos agruparse. Si pudiera reunirlos en un solo lugar, podría congelarlos de una vez. Su mente trabajando en la lógica de la batalla.

Con cada nuevo ataque, los gansos se concentrarían más en él, intrigados y frustrados. Giorno podría sentir la tensión en el aire, y la emoción de la batalla le impulsaría a continuar. No hay lugar para la duda, el orden debe prevalecer.

Finalmente, Giorno haría un movimiento que atraería la atención de los gansos: lanzaría una esfera de hielo al aire. El resplandor y el sonido atraerían su curiosidad. Los gansos, atraídos por la brillantez del hielo, comenzarían a congregarse, graznando emocionados y volando hacia la esfera.

¡AHORA! Con un gesto decidido, extendería sus brazos y dejaría que el poder del hielo fluyera a través de él. Un torrente de aire helado se liberaría, formando un torbellino que envolvería a los gansos en un brillante manto de hielo. El frío se expandiría a su alrededor, y en un instante, toda la bandada quedaría atrapada, incapaz de moverse, cada ganso congelado en una postura de alerta.

Giorno, aún respirando con dificultad por el esfuerzo, observaría la escena. Había derrotado a todos los gansos. Ahora, la aldea estaría a salvo, al menos de estos atacantes. Con una sonrisa satisfecha, comenzaría a caminar hacia los gansos congelados, pensando en cómo podrían ser llevados de regreso a su base para ser entregados a las autoridades, quienes se encargarían de su reubicación. Aunque sabía que los piratas eran la verdadera amenaza, habría ganado tiempo para preparar una estrategia para enfrentarlos.

Al llegar al puerto, sería recibido como un héroe. Los aldeanos aplaudirían y celebrarían su valentía. Giorno, con una sonrisa modesta, explicaría cómo había logrado contener a los gansos. Con su espíritu de justicia y su determinación, Giorno D. Lawliet estaría listo para enfrentar cualquier desafío que viniera, ya sea gansos, nutrias, piratas o lo que el destino decidiera arrojarle. Su compromiso con la justicia lo impulsaría a seguir adelante, mientras el eco de su determinación resonaría en el aire: El orden debe prevalecer a cualquier costo.
#1
Moderador OppenGarphimer
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