Anmitsu Uguisu
Mitsu- Silencio Nocturno
15-09-2024, 02:02 PM
(Última modificación: 16-09-2024, 03:34 AM por Anmitsu Uguisu.)
El muelle de DemonThoot se extendía por delante de Mitsu como un antiguo lienzo marcado por el paso de los años, desgastado como el pergamino de un antiguo escrito y pintado por el tiempo y las olas. Ocupado por un variopinto de barcos de pesca, barcos mercantes y algunas embarcaciones de aspecto más estrafalario, el paisaje marino era una hermosa mezcla de colores que eran un deleite para los ojos de la pelinegra. El sol comenzaba su descenso hacia el horizonte, tiñendo el cielo de un dorado cálido que contrastaba maravillosamente con el azul profundo del océano. Las olas susurraban suavemente al chocar contra los pilares de madera del muelle, como si estuvieran contándole secretos resguardados por generaciones a la joven jujin.
Mitsu, una jujin gato con orejas puntiagudas y un suave pelaje negro como la noche, se sentó en el borde del muelle mientras sonreía levemente. Sus ojos, grandes y de un color oscuro y al mismo tiempo rebosantes de vida, se perdieron en el vasto océano azulado mientras una brisa marítima acariciaba su rostro con suavidad y calma... casi como si de un susurro tranquilizador se tratase, jugando con su cabello largo y sedoso haciéndolo danzar al compas del ritmo de la música generada por el soplido del mismo viento, quien a su vez portaba una presente salinidad capaz de ser saboreada con solo darle una pequeña probada al paladar propio. Miraba al horizonte, con vagueza como si buscara algo sin muchas ganas o motivos, donde el cielo y el mar se abrazaban en un susurro de color y armonía cual poesía transmitida por el mismo viento, Por eso mismo no podía evitar que surgieran en su mente memorias de su infancia, aunque amarga, aquí en la misma isla.
- Quizás debería abrir un restaurante… Nyan...- musitó para sí misma, casi en un susurro como si su intención fuera que nadie mas lo escuchara... Quizas esa era su intención o quizás solo... Era porque estaba sola. Esa idea había estado rondando por su cabeza desde hacia ya un buen tiempo, pero cada vez que siquiera la consideraba, una mezcla de emoción y tristeza abarcaba su pequeño y casi desolado corazón como si un barco abordase las costas de DemonThoot. La imagen de su madre, una Mink gato que poseía talento en la cocina, emergía instantáneamente en su memoria haciendo que sus orejas se cayeran y apoyasen sobre el resto de su cabeza a la par que pequeñas cantidades de liquido comenzaban a humedecer sus ojos, lagrimas... Un leve suspiro se escapó de sus labios mientras se dejaba llevar por los recuerdos, algo que siempre pasaba...
- Cuando era pequeña, solía ayudar a mamá en la cocina... Nyan...- reflexionó, recordando el aroma del pescado fresco y las especies exóticas que llenaban su hogar, también podía recordar que su "hogar" era simplemente una pequeña habitación donde apenas cabía una cama pequeña, un pequeño guardarropa y una pequeña peinadora, en la mansión de Koshiro. Aquello era lo que ella recordaba como un hogar, una pequeña habitación donde apenas si entraban ambas. - Ella solía decirme que la cocina era una forma de expresar amor... de alimentar no solo el cuerpo... sino el alma... Nyan...- Mitsu cerró los ojos mientras alzaba el rostro en direccion al cielo, tratando de concentrarse en esos momentos simples y felices: las risas, el aroma seductor de los guisos burbujeantes, la música suave que siempre sonaba de fondo mientras su madre cocinaba con ese toque mágico que la hacía parecer casi divina.
El agua del océano brillaba con la luz dorada del sol poniente, y el sonido de las gaviotas que graznaban sobre su cabeza llenaban el aire con una melodía melancólica. - ¿Sería capaz de hacer lo mismo?... Nyan- se pregunto mientras excavaba mas profundamente en sus memorias... - ¿De transmitir amor a través de la comida como lo hacía ella?... Nyan- Se preguntó con una pequeña sonrisa bastante... triste, mientras una sombra de duda se cernía sobre ella. Su corazón se sentía apesadumbrado por la nostalgia que nacía y se volvía mas pesada y presente a cada segundo, no pudo evitar dejar escapar un pequeño sollozo por culpa de la nostalgia y ese sentimiento de soledad que la azotaba con fuerza.
¿Y si nadie viniera? ¿Y si su comida no fuera lo suficientemente buena?. Una ráfaga de viento le trajo de vuelta a la realidad junto a el sonido del mar golpeando las rocas, como si la naturaleza misma estuviera respondiendo a sus innecesarias inquietudes que no la dejaban tomar una decisión con claridad. - Mamá siempre decía que lo importante no era el número de clientes, sino la pasión que uno pone en lo que hace… Nyan- Se sentía dividida, atrapada entre la duda y la esperanza; dos fuerzas que tiraban de su corazón en direcciones opuestas, por un momento recordó que su madre no cocinaba para atraer a la gente... Lo hacia porque era lo que le gustaba... Mitsu habia heredado ese amor por la cocina gracias a ella...
Mientras abría sus ojos de nuevo para ver el horizonte, contemplaba la escena, la luz del atardecer parecía envolverla en un cálido abrazo que le saco una pequeña sonrisa... Por un momento recordó el calor de abrazar a su madre mientras dormían cuando era una niña, quizás una de las pocas cosas que le gustaba de su amarga infancia, si le preguntaran que deseaba justo ahora seguramente su respuesta seria "Volver a dormir abrazada con mi madre" seguramente seria eso... La brisa marina se deslizó a través de su cabellera oscura, arrastrando consigo los olores del océano. Podía casi sentir la cálida presencia de su madre a su lado, sonriendo y animándole a avanzar. - Mitsu, la vida es como un plato de comida. Tienes que mezclar bien los ingredientes y no temer experimentar, Miau- recordaba escuchar a su madre decir con una sonrisa iluminar su rostro aquellas palabras, en ese entonces no las comprendía... pero ahora sabia a lo que su madre siempre se refería.
En ese instante, decidió que debía tomar una decisión. Pero, ¿Cómo dar ese primer paso? Debía encontrar el enfoque correcto, un camino que honrara la memoria de su madre, pero que también fuera verdadero para ella. - ¿Tal vez un pequeño lugar junto al mar?... Nyan- murmuró para sí misma, imaginando un restaurante acogedor, con mesas al aire libre donde los clientes pudieran sentir la brisa del océano mientras disfrutaban de los platos que ella crearía. - Sí… podría ofrecer recetas tradicionales que mamá me enseñó y combinarlas con otros sabores que he descubierto a lo largo de mi corta vida. Algo auténtico y, sobre todo, lleno de amor... Nyan- en ese momento se detuvo, como si cayera en cuenta de sus palabras... - Amor...- un sentimiento olvidado... o quizás nunca experimentado. Si alguien como ella que desconocía lo que era el amor era quien cocinaba según usando el "amor" en sus platillos... ¿Qué sabor tomarían? ¿Dulce o amargo? ¿Agradable?... Quien sabe...
Mientras el sol continuaba su descenso, los últimos rayos dorados comenzaban a desaparecer, dando paso a las tonalidades moradas y naranjas en el cielo, aquello que en algunos lados le llamaban la hora dorada o simplemente el ocaso. La madera del muelle crujía bajo su peso, un sonido familiar que la conectaba con su entorno. Mitsu dejó escapar una pequeña risa, recordando una anécdota sobre su madre que siempre contaba. - Una vez, intentó hacer un curry de pescado que salió tan incomible que acaba usando la mezcla para abonar las plantas... Nyan...- dijo, riendo mientras las lágrimas de nostalgia brotaban de sus ojos, para cualquiera parecía estar hablando sola, pero para ella misma simplemente hablaba con su pasado... Aunque eso no era mejor ¿o si?, bueno usted no lo sabe, yo no lo se y nadie que lea esto lo sabrá... Perdón Akari me inspire :v...
La serenidad del ambiente la envolvía cada vez más como si de una manta de algodón se tratase, por un momento le recordó una vez mas a su infancia. La belleza del mar al atardecer, la promesa de una nueva vida, y los ecos del pasado se entrelazaban en su mente como las diferentes piezas de un perfecto puzles. Le tomó un momento bastante extenso darse cuenta de que esos sentimientos de melancolía eran, en realidad, un dulce recordatorio de todo lo que había vivido y lo que aún podía ofrecer al mundo. - Ojalá pudiera decirle a mamá lo que estoy pensando... Nyan- se encontró deseando aquello con una pequeña sonrisa... Poder reencontrarse con su madre y poder abrazarla para decirle aquello. - Ella siempre supo cómo hacer que las cosas parecieran posibles... Nyan- El eco de su voz retumbó en su pecho mientras miraba hacia el horizonte, esperanzada y temerosa a la vez... -¿Qué piensas, mamá? ¿Me apoyarías?... Nyan- aquella pregunta al aire... fue un suspiro que escapo de sus labios sin darse cuenta, quizás porque en el fondo aún sentía ese anhelo de tener el apoyo de una madre... Pues sabía que de parte de Koshiro no iba a tener nada cercano o similar. Si. Importar lo que hiciera no le iba a apoyar o siquiera a reconocer...
Una gaviota pasó volando, y su graznido llevó una sensación de liberación a su interior, como si hubiera decidido soltar sus preocupaciones por un momento. Tras el ajetreo y la inquietud, había llegado a un punto de calma; era como si, en ese lugar, cada ola que rompía sobre las rocas le susurrara al oído: - Sí, ve adelante- quizás fue una ilusión, quizás si lo escucho de verdad... Nadie sabría la respuesta menos cuando parecía estar sola en aquel muelle.
Mitsu se puso de pie con una pequeña sonrisa mientras seguía mirando al horizonte, sus cabellos jugueteaban activamente con el viento del ocaso pues el día casi terminaba y poco a poco la noche parecía querer apoderarse de la escena, como si en el extenso y perfecto lienzo del cielo la noche fuera la pintura que se derramaba accidentalmente para teñir por completo el lienzo, pero en resumidas cuenta... Era hermoso, sintiendo una mezcla de alegría y nostalgia por lo que su madre había compartido con ella. - Quizás... Yo no seré como ella... porque cada cocinero tiene su estilo único.... Pero… puedo honrar su legado... Nyan...- pensó para si misma mientras cruzaba los brazos, con una pequeña y sutil sonrisa naciente iluminando su rostro joven rostro. La idea de un restaurante propio comenzó a tomar forma en su mente, con cada ingrediente de su pasado nutriendo esa nueva visión.
Saudade era la palabra que a menudo resonaba en su corazón desde hacía ya un tiempo. Es un término que describe un anhelo profundo por lo que ha sido y ya no será, o al menos lo que ya no quiere que sea... Eso era lo que la impulsaba a querer establecer una relación con Anko... Su hermana mayor... Ilegítima... Pero también enciende la chispa de lo que puede llegar a ser, de lo que aún existe en el presente, y todo eso Mitsu sabía que se transmitiría en sus platillos, por lo que como parte de su sueño debía volverse una mejor cocinera de lo que era actualmente.
Me parece que tengo trabajo que hacer... Nyan- se dijo en voz alta, su espíritu revitalizándose. - Y sé que empezaré un nuevo capítulo en mi vida, uno que se nutra de mis recuerdos y sueños... Nyan- Y al mirar hacia el mar, sintió que su madre estaba allí, guiándola, llenando su corazón de coraje para abrir un nuevo camino.
Con los últimos brillos del día queriendo desaparecer en el horizonte, Mitsu sintió una oleada de claridad y tranquilidad mientras suspiraba ligeramente. Era hora de emprender esa aventura, de darle vida a cocina y de ofrecer su amor a quienes lo busquen, aunque aun debía comprender que era el amor, un plato a la vez. En ese muelle de DemonThoot, al pie del cielo que gritaba en color naranja, la jujin gato, decidió dar el primer paso hacia su futuro.
- Entonces Mamá... un restaurante lo será... Nyan- se dijo, con una sonrisa plena de confianza y una mirada de anhelo en sus ojos. En su corazón, sentía que no solo comenzaba a cumplir un sueño, sino que también honraba el legado de su madre con la decisión que acababa de tomar, quien siempre viviría a través de cada bocado compartido, ahora Mitsu se había vuelto a sentar en aquel muelle, en espera de poder ver el anochecer que aún no sucedía... Parecía que faltaban una o dos horas aún...
El suave olor a sal y la melodía del mar creaban una atmósfera casi mágica, pero sin percatarse, parecía que de entre los rastros residuales dejados por el ocaso, emergía una sombra. Era difusa y se movía con sigilo, apenas perceptible entre los últimos destellos de luz. Mitsu frunció el ceño, notando que algo no estaba del todo bien, como si la brisa no solo trajera consigo el murmullo de las olas, sino también un eco de algo más profundo y desconocido. La figura se desdibujaba, jugando al escondite con los colores que se desvanecían en el horizonte.
¿Qué significaba esa sombra? Su corazón palpitaba con intensidad, entre el miedo y la curiosidad, mientras los colores del atardecer comenzaban a desvanecerse. Una inquietante sensación se apoderó de ella, como si en aquel instante, el destino de su anhelado restaurante estuviera entrelazado con aquel fenómeno inexplicable. La esperanza y la incertidumbre danzaban en su pecho, mientras el mar continuaba su canto ancestral, ajeno a lo que estaba por venir.
Off: Perdón por tanto texto Akari ?, me inspire un poco... Y rompí mi record
Mitsu, una jujin gato con orejas puntiagudas y un suave pelaje negro como la noche, se sentó en el borde del muelle mientras sonreía levemente. Sus ojos, grandes y de un color oscuro y al mismo tiempo rebosantes de vida, se perdieron en el vasto océano azulado mientras una brisa marítima acariciaba su rostro con suavidad y calma... casi como si de un susurro tranquilizador se tratase, jugando con su cabello largo y sedoso haciéndolo danzar al compas del ritmo de la música generada por el soplido del mismo viento, quien a su vez portaba una presente salinidad capaz de ser saboreada con solo darle una pequeña probada al paladar propio. Miraba al horizonte, con vagueza como si buscara algo sin muchas ganas o motivos, donde el cielo y el mar se abrazaban en un susurro de color y armonía cual poesía transmitida por el mismo viento, Por eso mismo no podía evitar que surgieran en su mente memorias de su infancia, aunque amarga, aquí en la misma isla.
- Quizás debería abrir un restaurante… Nyan...- musitó para sí misma, casi en un susurro como si su intención fuera que nadie mas lo escuchara... Quizas esa era su intención o quizás solo... Era porque estaba sola. Esa idea había estado rondando por su cabeza desde hacia ya un buen tiempo, pero cada vez que siquiera la consideraba, una mezcla de emoción y tristeza abarcaba su pequeño y casi desolado corazón como si un barco abordase las costas de DemonThoot. La imagen de su madre, una Mink gato que poseía talento en la cocina, emergía instantáneamente en su memoria haciendo que sus orejas se cayeran y apoyasen sobre el resto de su cabeza a la par que pequeñas cantidades de liquido comenzaban a humedecer sus ojos, lagrimas... Un leve suspiro se escapó de sus labios mientras se dejaba llevar por los recuerdos, algo que siempre pasaba...
- Cuando era pequeña, solía ayudar a mamá en la cocina... Nyan...- reflexionó, recordando el aroma del pescado fresco y las especies exóticas que llenaban su hogar, también podía recordar que su "hogar" era simplemente una pequeña habitación donde apenas cabía una cama pequeña, un pequeño guardarropa y una pequeña peinadora, en la mansión de Koshiro. Aquello era lo que ella recordaba como un hogar, una pequeña habitación donde apenas si entraban ambas. - Ella solía decirme que la cocina era una forma de expresar amor... de alimentar no solo el cuerpo... sino el alma... Nyan...- Mitsu cerró los ojos mientras alzaba el rostro en direccion al cielo, tratando de concentrarse en esos momentos simples y felices: las risas, el aroma seductor de los guisos burbujeantes, la música suave que siempre sonaba de fondo mientras su madre cocinaba con ese toque mágico que la hacía parecer casi divina.
El agua del océano brillaba con la luz dorada del sol poniente, y el sonido de las gaviotas que graznaban sobre su cabeza llenaban el aire con una melodía melancólica. - ¿Sería capaz de hacer lo mismo?... Nyan- se pregunto mientras excavaba mas profundamente en sus memorias... - ¿De transmitir amor a través de la comida como lo hacía ella?... Nyan- Se preguntó con una pequeña sonrisa bastante... triste, mientras una sombra de duda se cernía sobre ella. Su corazón se sentía apesadumbrado por la nostalgia que nacía y se volvía mas pesada y presente a cada segundo, no pudo evitar dejar escapar un pequeño sollozo por culpa de la nostalgia y ese sentimiento de soledad que la azotaba con fuerza.
¿Y si nadie viniera? ¿Y si su comida no fuera lo suficientemente buena?. Una ráfaga de viento le trajo de vuelta a la realidad junto a el sonido del mar golpeando las rocas, como si la naturaleza misma estuviera respondiendo a sus innecesarias inquietudes que no la dejaban tomar una decisión con claridad. - Mamá siempre decía que lo importante no era el número de clientes, sino la pasión que uno pone en lo que hace… Nyan- Se sentía dividida, atrapada entre la duda y la esperanza; dos fuerzas que tiraban de su corazón en direcciones opuestas, por un momento recordó que su madre no cocinaba para atraer a la gente... Lo hacia porque era lo que le gustaba... Mitsu habia heredado ese amor por la cocina gracias a ella...
Mientras abría sus ojos de nuevo para ver el horizonte, contemplaba la escena, la luz del atardecer parecía envolverla en un cálido abrazo que le saco una pequeña sonrisa... Por un momento recordó el calor de abrazar a su madre mientras dormían cuando era una niña, quizás una de las pocas cosas que le gustaba de su amarga infancia, si le preguntaran que deseaba justo ahora seguramente su respuesta seria "Volver a dormir abrazada con mi madre" seguramente seria eso... La brisa marina se deslizó a través de su cabellera oscura, arrastrando consigo los olores del océano. Podía casi sentir la cálida presencia de su madre a su lado, sonriendo y animándole a avanzar. - Mitsu, la vida es como un plato de comida. Tienes que mezclar bien los ingredientes y no temer experimentar, Miau- recordaba escuchar a su madre decir con una sonrisa iluminar su rostro aquellas palabras, en ese entonces no las comprendía... pero ahora sabia a lo que su madre siempre se refería.
En ese instante, decidió que debía tomar una decisión. Pero, ¿Cómo dar ese primer paso? Debía encontrar el enfoque correcto, un camino que honrara la memoria de su madre, pero que también fuera verdadero para ella. - ¿Tal vez un pequeño lugar junto al mar?... Nyan- murmuró para sí misma, imaginando un restaurante acogedor, con mesas al aire libre donde los clientes pudieran sentir la brisa del océano mientras disfrutaban de los platos que ella crearía. - Sí… podría ofrecer recetas tradicionales que mamá me enseñó y combinarlas con otros sabores que he descubierto a lo largo de mi corta vida. Algo auténtico y, sobre todo, lleno de amor... Nyan- en ese momento se detuvo, como si cayera en cuenta de sus palabras... - Amor...- un sentimiento olvidado... o quizás nunca experimentado. Si alguien como ella que desconocía lo que era el amor era quien cocinaba según usando el "amor" en sus platillos... ¿Qué sabor tomarían? ¿Dulce o amargo? ¿Agradable?... Quien sabe...
Mientras el sol continuaba su descenso, los últimos rayos dorados comenzaban a desaparecer, dando paso a las tonalidades moradas y naranjas en el cielo, aquello que en algunos lados le llamaban la hora dorada o simplemente el ocaso. La madera del muelle crujía bajo su peso, un sonido familiar que la conectaba con su entorno. Mitsu dejó escapar una pequeña risa, recordando una anécdota sobre su madre que siempre contaba. - Una vez, intentó hacer un curry de pescado que salió tan incomible que acaba usando la mezcla para abonar las plantas... Nyan...- dijo, riendo mientras las lágrimas de nostalgia brotaban de sus ojos, para cualquiera parecía estar hablando sola, pero para ella misma simplemente hablaba con su pasado... Aunque eso no era mejor ¿o si?, bueno usted no lo sabe, yo no lo se y nadie que lea esto lo sabrá... Perdón Akari me inspire :v...
La serenidad del ambiente la envolvía cada vez más como si de una manta de algodón se tratase, por un momento le recordó una vez mas a su infancia. La belleza del mar al atardecer, la promesa de una nueva vida, y los ecos del pasado se entrelazaban en su mente como las diferentes piezas de un perfecto puzles. Le tomó un momento bastante extenso darse cuenta de que esos sentimientos de melancolía eran, en realidad, un dulce recordatorio de todo lo que había vivido y lo que aún podía ofrecer al mundo. - Ojalá pudiera decirle a mamá lo que estoy pensando... Nyan- se encontró deseando aquello con una pequeña sonrisa... Poder reencontrarse con su madre y poder abrazarla para decirle aquello. - Ella siempre supo cómo hacer que las cosas parecieran posibles... Nyan- El eco de su voz retumbó en su pecho mientras miraba hacia el horizonte, esperanzada y temerosa a la vez... -¿Qué piensas, mamá? ¿Me apoyarías?... Nyan- aquella pregunta al aire... fue un suspiro que escapo de sus labios sin darse cuenta, quizás porque en el fondo aún sentía ese anhelo de tener el apoyo de una madre... Pues sabía que de parte de Koshiro no iba a tener nada cercano o similar. Si. Importar lo que hiciera no le iba a apoyar o siquiera a reconocer...
Una gaviota pasó volando, y su graznido llevó una sensación de liberación a su interior, como si hubiera decidido soltar sus preocupaciones por un momento. Tras el ajetreo y la inquietud, había llegado a un punto de calma; era como si, en ese lugar, cada ola que rompía sobre las rocas le susurrara al oído: - Sí, ve adelante- quizás fue una ilusión, quizás si lo escucho de verdad... Nadie sabría la respuesta menos cuando parecía estar sola en aquel muelle.
Mitsu se puso de pie con una pequeña sonrisa mientras seguía mirando al horizonte, sus cabellos jugueteaban activamente con el viento del ocaso pues el día casi terminaba y poco a poco la noche parecía querer apoderarse de la escena, como si en el extenso y perfecto lienzo del cielo la noche fuera la pintura que se derramaba accidentalmente para teñir por completo el lienzo, pero en resumidas cuenta... Era hermoso, sintiendo una mezcla de alegría y nostalgia por lo que su madre había compartido con ella. - Quizás... Yo no seré como ella... porque cada cocinero tiene su estilo único.... Pero… puedo honrar su legado... Nyan...- pensó para si misma mientras cruzaba los brazos, con una pequeña y sutil sonrisa naciente iluminando su rostro joven rostro. La idea de un restaurante propio comenzó a tomar forma en su mente, con cada ingrediente de su pasado nutriendo esa nueva visión.
Saudade era la palabra que a menudo resonaba en su corazón desde hacía ya un tiempo. Es un término que describe un anhelo profundo por lo que ha sido y ya no será, o al menos lo que ya no quiere que sea... Eso era lo que la impulsaba a querer establecer una relación con Anko... Su hermana mayor... Ilegítima... Pero también enciende la chispa de lo que puede llegar a ser, de lo que aún existe en el presente, y todo eso Mitsu sabía que se transmitiría en sus platillos, por lo que como parte de su sueño debía volverse una mejor cocinera de lo que era actualmente.
Me parece que tengo trabajo que hacer... Nyan- se dijo en voz alta, su espíritu revitalizándose. - Y sé que empezaré un nuevo capítulo en mi vida, uno que se nutra de mis recuerdos y sueños... Nyan- Y al mirar hacia el mar, sintió que su madre estaba allí, guiándola, llenando su corazón de coraje para abrir un nuevo camino.
Con los últimos brillos del día queriendo desaparecer en el horizonte, Mitsu sintió una oleada de claridad y tranquilidad mientras suspiraba ligeramente. Era hora de emprender esa aventura, de darle vida a cocina y de ofrecer su amor a quienes lo busquen, aunque aun debía comprender que era el amor, un plato a la vez. En ese muelle de DemonThoot, al pie del cielo que gritaba en color naranja, la jujin gato, decidió dar el primer paso hacia su futuro.
- Entonces Mamá... un restaurante lo será... Nyan- se dijo, con una sonrisa plena de confianza y una mirada de anhelo en sus ojos. En su corazón, sentía que no solo comenzaba a cumplir un sueño, sino que también honraba el legado de su madre con la decisión que acababa de tomar, quien siempre viviría a través de cada bocado compartido, ahora Mitsu se había vuelto a sentar en aquel muelle, en espera de poder ver el anochecer que aún no sucedía... Parecía que faltaban una o dos horas aún...
El suave olor a sal y la melodía del mar creaban una atmósfera casi mágica, pero sin percatarse, parecía que de entre los rastros residuales dejados por el ocaso, emergía una sombra. Era difusa y se movía con sigilo, apenas perceptible entre los últimos destellos de luz. Mitsu frunció el ceño, notando que algo no estaba del todo bien, como si la brisa no solo trajera consigo el murmullo de las olas, sino también un eco de algo más profundo y desconocido. La figura se desdibujaba, jugando al escondite con los colores que se desvanecían en el horizonte.
¿Qué significaba esa sombra? Su corazón palpitaba con intensidad, entre el miedo y la curiosidad, mientras los colores del atardecer comenzaban a desvanecerse. Una inquietante sensación se apoderó de ella, como si en aquel instante, el destino de su anhelado restaurante estuviera entrelazado con aquel fenómeno inexplicable. La esperanza y la incertidumbre danzaban en su pecho, mientras el mar continuaba su canto ancestral, ajeno a lo que estaba por venir.
Off: Perdón por tanto texto Akari ?, me inspire un poco... Y rompí mi record