¿Sabías que…?
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[Aventura] ¿Quién ha cazado a la Quimera? [T4]
Derian Markov
Lord Markov
Día 10 de verano, año 724
Pueblo de Rostock

No ha vuelto a haber noticias de los causantes del naufragio. En la última semana no parecen haber intentado nada parecido. Probablemente porque si actuasen con frecuencia, entonces la gente empezaría a sospechar que algo va mal. Si son gente prudente es probable que no actúen de nuevo en una temporada larga, al fin y al cabo solo con el saqueo de la Quimera han debido conseguir un botín considerable. Tú mismo pudiste llenarte los bolsillos con lo poco que dejaron y conseguir una buena cantidad de berries, así que solo puedes imaginarte cuánto habrán ganado ellos. Sin embargo, la codicia es una enfermedad progresiva. Cuanto más oro se tiene, más oro se quiere. Es probable que esta gente acaben cayendo en la tentación. Solo tienes que tener suerte y esperar tu momento

La oportunidad te llega el día 10. En las tabernas del puerto se rumorea que un galeón se dirige a Kilombo, un barco mercante llamado la Mantícora. Al parecer pertenece a la misma compañía de mercaderes que perdieron la Quimera y se dice que buscan recuperar sus pérdidas con un nuevo cargamento. Los marineros más veteranos han visto la Mantícora antes en el puerto y aseguran que es un barco de gran tonelaje, es decir, que probablemente lleve una carga considerable. Se dice que debería llegar en torno a la madrugada del día 12, muy conveniente para el método de ataque de estos bandidos.

Si indagas, te enteras de que la carga de la Quimera eran principalmente especias caras y seda, ambas materias primas codiciadas y de mucho valor. Si los bandidos quieren convertir esa carga en dinero, habrán tenido que venderla en algún lado, ¿no? O al menos estar en proceso de venderla. No todo el mundo puede permitirse (o está interesado en) comprar especias o seda en grandes cantidades en Rostock. Se te ocurren el Almacén General del Puerto de Rostock, un negocio privado que compra mercancías a los barcos y las revende a negocios locales o a otros barcos mercantes. El Almacén probablemente podría haber comprado una parte de ambas cargas.

Otra opción sería Punta y Dedal, una sastrería de Rostock que probablemente podría permitirse comprar la seda, o parte de ella. Las especias podría haberlas comprado el G-23, el cuartel marine. Les vendría muy bien para subir la moral mejorando las raciones militares, siempre que el encargado de aprovisionamiento no sepa de dónde viene lo que está comprando... o que esté dispuesto a mirar hacia otro lado. Sin embargo, desde hace unos años la corrupción escasea en la Marina, parece que están intentando purgarla a toda costa.

Así pues, a primeras parece haber dos opciones claras: intentar seguir el rastro de la mercancía saqueada o apostar a que hayan caído en la tentación de tender una trampa a la Mantícora también e intentar pillarles en medio del ataque al navío. Sin embargo, también puede ser que a ti se te ocurran otras opciones, claro. A lo mejor prefieres investigar más antes de empezar tu maniobra. Al fin y al cabo, no sabes quiénes son, cuántos son o cómo de fuertes son. Por otro lado, ¿cuándo te ha detenido eso?

Las cartas están sobre la mesa. Es hora de jugar.
#1
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Si, en eso tienes razón. Se tiene que ser muy sensato para y poco estúpido para no caer en la sensación de querer cometer crimines progresivo. Claramente revelarías muy fácilmente tu existencia y serias un blanco más fácil de capturar. Y en tu caso Alpha, que has logrado llevarte tan solo una pequeña parte de la ganancia. Solo un poco de aquellos recursos. Porque para ti, el dinero es solo eso, simplemente recursos. Algo que te permite tener momentos tranquilos y poder sobrevivir. Pero también sabes, que el oro, dinero, joyas o cualquier sinónimo que este tenga, no es algo que dicte realmente que decisiones tomas tú.

Pero… eso no quiere decir que la codicia afecte a los demás.

Rumores, rumores y más rumores. Pero solo puedes dar algo por hecho, Alpha. El día doce es el momento de cazar. Es el momento de poner tus manos en tan anheladas presas y por fin reclamar tu trofeo. La verdad es que las ansias te comen un poco y, no sentaría nada mal comenzar el día con una buena taza de café. De hecho, estas justo tomando una. Piensas con detenimiento mientras disfrutas de tu amargado oro negro líquido. La Mantícora estaba al caer en dos días. Y las posibilidades y las cartas sobre la mesa estaban prácticamente puestas. De hecho, si te tomaras un momento de imaginarlo, sientes como su estuvieras jugando una partida de póker con varios oponentes que no logras identificar. Solo sombras delante de ti en una mesa donde solo los astutos sobreviven. Solo el destino ha puesto su jugada en el tablero.

Y tu… solo sonríes ante esto.

Aun tienes dos días antes del momento, ese es el límite de tiempo que tienes antes de que sea el momento de que ellos ataquen nuevamente. De hecho, podrías ganarte el favor de la compañía dueña de la Quimera, Ya que la Mantícora pertenece a los mismos dueños. No tienes dudas de que incluso ellos deben estar aterrados de volver a tener grandes pérdidas como esta. Entonces seguramente, ellos tomaran preparaciones.

Y si no las toman, o son tontos… o son tan adinerados que no les importarían perder más.

Ok, aprovechando el momento y que estas en la taberna, repasemos un momento tu inventario, Alpha. Petaca de café recargada. Lanza. Un escudo nuevo, la cualidad de este es que parece una muñequera que te ocupa todo el antebrazo, pero es un escudo que se expandes cuando lo activas. Dos botiquines. Un dial de calor. Todo esto llevado en tu atuendo y mochila. Además, recordemos que aun conservas ese pedazo de lienzo que te pareció único. Quizás tenerlo contigo te ayude a reconocer un poco más con facilidad los tesoros robados de la quimera. Pero bueno, solo es una ayuda extra.  Así que una vez terminado de comer y llenar el combustible. Era momento de dirigirse al primer objetivo e investigar.

Primera parada, el almacén general.


Cosillas
#2
Derian Markov
Lord Markov
Tras revisar nuevamente el lienzo, no tienes claro que pueda ayudarte a identificar el material robado... salvo que, casualmente, encuentres una pintura del mismo pintor. El lienzo que tienes no es un trozo, sino la obra entera recortada de su marco. Es decir, no encontrarás una pintura a la que le falte un trozo o algo similar, porque ya tienes la pintura completa. Tal vez pueda ayudarte en otros aspectos. O a lo mejor simplemente puedes comprar un marco y quedártela como decoración. O venderla.

En cualquier caso, tras un generoso tazón de fideos con caldo de cocido, te diriges al Almacén General. El lugar es un gran edificio en el puerto, un almacén portuario reconvertido en una suerte de tienda "cajón de sastre". La mayoría de los compradores no son gente normal, sino comerciantes y capitanes de barcos y la mercancía, en lugar de ser artículos, son grandes cajones y barriles cargados de enormes cantidades de género. El aire está lleno del sonido de las conversaciones, el olor de las diferentes mercancías y el amasijo de colores provenientes de los cajones y barriles. Hay una gran cantidad de sitios por dónde buscar.

Podrías hablar con los vendedores del Almacén. Todos llevan un uniforme parecido y negocian con los clientes los precios y las cantidades de las mercancías que van a llevarse. Parece que cada uno se encarga de una zona. Hay un buen número de ellos, aunque parecen bastante ocupados. También puedes revisar las mercancías en busca de especias que encajen con las que habías encontrado o seda como la del barco. Por otro lado, puedes ver en el fondo del almacén una especie de puesto elevado que parece alguna clase de oficina. Tal vez quieras saltarte preliminares e ir a buscar a la persona encargada de este sitio.

El modo de proceder depende de ti, pero recuerda, buscas a gente cauta. Tomar las decisiones incorrectas, si estás en el sitio correcto, podría provocarte inconvenientes.

#3
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Y por supuesto que tienes razón, mi querido narrador. Estamos en un lugar que a pesar de estar vigilado al bajo el ojo de la marina, tanto tu como yo sabemos incluso su ojo vigilante no puede llegar a los lugares más oscuros y profundos. En un lugar donde podemos ver gente tranquila viviendo su día a día. Otros simplemente vemos gente tratando de sobrevivir por medio del noble arte del negocio. Bueno, puedes ver un montones de capitanes y gente de todo tipo comerciando. Ahora, lo único que puedes hacer en un lugar como este es simplemente mantenerte observador. Como si tu fueras alguien curioso buscando que comprar. Ahora eso no quiere decir que fueras simplemente a enfocarte en eso. Tratas de encontrar con un olfato algo muy parecido o un rastro similar al olor que tenía la quimera.

De hecho, restructurémoslo mejor, deseas encontrar un rastro de olor muy similar al que tiene tu lienzo y las especias que antes habías encontrado. Al menos es un intento tranquilo de poder encontrar un pequeño rastro de algo. Te tomas tu tiempo en ver todo lo que pudieras. Realmente también tenías interés en ver qué tipo de cosas comerciaban en este lugar. Digamos que quizás existiera la posibilidad de que pudieras encontrar algo que te gustara o te pareciera útil para tu viaje. Igualmente, aun tenías bastante tiempo antes que la otra embarcación llegara y, quizás ese sería el verdadero momento de la verdad para dar el golpe. Si algo sabes muy bien, es que cuando la el cazador ataca a su presa y lo consigue, ese ese unos de los pocos momento en donde cual es donde el cazador suele bajar la guardia.

Bueno, igualmente es un escenario de muchos ¿no?

Por ahora simplemente queda seguir investigando y buscando pistas. Ir a la oficina significaría tener que responder posibles preguntas que no tienes intención de hacerlo. Además, mentir no es una de tus mejores herramientas y, querías por ahora tomártelo con calma. Así que acoplémonos al plan de seguir la búsqueda de objetos similares a los que viste en la quimera.

Esperemos que tu olfato te ayude.
#4
Derian Markov
Lord Markov
Por desgracia, no hay olores concretos en tu lienzo que puedan corresponderse con los de este lugar. El lienzo huele a humedad, pintura desgastada (deberías ponerlo en un lugar seguro en vez de llevarlo contigo) y tiene un leve y apagado aroma a tabaco. Probablemente estaba en el camarote de alguien a quien le gustaba fumar. Sin embargo, el olor de las especies es un tema diferente. Hay muchos olores en este edificio. Si tuvieras prisa, con esta confusión sensorial de diferentes mercancías, aromas de personas y especias entremezcladas (la mayoría diferentes a la que buscas), no habrías logrado encontrar a tiempo la especia concreta. Pero, dado que tienes tiempo, te lo tomas con calma y vas desatando este nudo de fragancias con tu fino olfato mientras rastreas el origen del olor.

Al cabo de un rato largo y tras perder varias veces la pista, llegas frente a un puesto en una de las esquinas del almacén. En este ves a uno de los vendedores del almacén, un hombre alto y barrigudo con una camisa verde con borde dorados en el cuello, piel morena y pelo largo y oscuro, hablando con una capitana de barco, una mujer rubia de pelo corto. Están estrechándose la mano, parece que acaban de llegar a alguna clase de acuerdo. Tras eso, la mujer hace un gesto a unos marineros cercano y ordena, con voz autoritaria - ¡Atentos, gandules! Empezad a mover veinte de esas cajas al navío - sin embargo, con un gesto calmado, el almacenero la interrumpe - No se preocupe, capitana. El traslado va incluido en el precio. Nuestros trabajadores llevarán la carga al muelle o a la cubierta de su navío, como usted prefiera.

- Está bien. Que sea a la cubierta de mi navío. Muelle siete - responde la mujer.

Mientras la capitana se marcha con sus marineros, el hombre le hace una inclinación respetuosa mientras le desea buena suerte. Tras eso, da varias órdenes a sus asistentes para que empiecen a poner el pedido el marcha, momento que tienes ocasión para echar un vistazo a los sacos de muestra que hay frente al puesto. Parece que este almacenero está vendiendo un surtido de diferentes especias, incluyendo la misma que encontraste en la Quimera. A lo mejor has dado con la persona indicada. Al vendedor no se le escapa tu interés, que se gira hacia ti con una sonrisa encantadora - ¡Bienvenido a mi puesto, caballero! Veo que mis productos han captado su interés. ¿Hay algo en concreto que encaje con sus planes comerciales? ¿O tal vez tenía una orden menor en mente? Tengo aquí especias muy diversas: polvo de corteza blanca de Momobami, anís estrellado de Orange, azafrán de Orange e incluso especias del lejano Grand Line. ¡Huela, vea qué fragantes son!

Cuando te ha señalado el azafrán crees que ha señalado la misma bolsa que tiene la especia que te huele como la del barco. ¿O es la de al lado? Tal vez si fueras cocinero podrías diferenciarlas con más facilidad. Diantres. En cualquier caso, parece que tienes una oportunidad de intentar sacarle información. Depende de ti qué rumbo tomarás o qué método usarás para ello.
#5
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Él tenía razón Alpha, no era momento de tener aquel trozo de lienzo en la mano a vista de todos. Al menos que quisieras venderlo, claro está. Aunque no era lugar y aquello no te fuera dado una pista concreta, aun te parecía cierta pieza de arte y parte de tu primera colección. Era tu primer trofeo por haber llegado a la quimera. Y, aunque no fuera durante una batalla el cómo lo obtuviste, no demerita lo que es.
 
La llave que te ha abierto las puertas a esta nueva aventura.
 
Guardas el lienzo. Un rato después de explorar, la escena frente a ti es bastante interesante, joven pirata. Observas con tranquilidad como la capitana pirata termina de hacer negocios con el dueño de aquel curioso puesto. Tú estabas detallando y, sobre todo, respiraste profundamente buscando guardar su aroma en tu mente. Escuchar la conversación y ver los productos que llevaba, te hizo pensar una que otra idea interesante la cual te hizo sonreír.

Aunque… eso lo dejamos para después.

La capitana se retira y los asistentes dejan al hombre para ayudar a llevar su compra al barco. Luego, el hombre te recibe, mi pequeño amigo pirata. Tú por tu parte te acercas sin mucho más. Miras con detenimiento lo que tiene para ofrecerte. No tenía ninguna mala pinta, la verdad. Pero como está claro, no puedes diferenciar de manera precisa qué es cada cosa. Pero de algo si podías estar seguro, las especias de la quimera están aquí. De eso tu nariz no se puede equivocar.
 
 -Puede que mis planes comerciales nos beneficien a los dos, caballero. – Dices muy tranquilamente mientras acercas tu nariz para aceptar la invitación a olfatear con sumo más cuidado las especias. No solo para estar no sólo cien por ciento seguro de que eran las correctas. Sino para tener mucho más la seguridad de decir lo que vas a decir sin sonar idiota. Señalas las especias que sospechas que fueron tomadas de la quimera. – Digamos que estoy en búsqueda de los proveedores de esto. – Cuando dices aquello, fijas tu mirada en él. Tratando de ver su reacción, gestos y si miraba en cualquier otra dirección. Mentir no se te da bien, después de todo. Se te nota mucho cuando lo haces. Hacer preguntas trampas claramente te haría notar como mentira. Y no era el lugar ni el momento para hacerlo. Así que prefieres ser directo.
 
 Sutil, pero directo.
 
 -¿Sabe dónde puedo encontrarlos?
#6
Derian Markov
Lord Markov
La sonrisa del hombre vacila por un instante. Apenas medio segundo. En otra situación hubieses pasado por alto el gesto, pues podría significar mil cosas. En esta situación, te hace sospechar inmediatamente que has dado en el clavo. No deja de ser simplemente una expresión facial; aún no te ha confirmado nada, pero es un buen sitio por dónde tirar, desde luego. El hombre se encoge de hombros y alza las manos, como si pidiera perdón al tiempo que buscase mostrar su incomprensión - Me temo que no puedo ayudarle, buen señor. Yo solo vendo las especias que han llegado al almacén. Si quiere que le venda especias, puedo prepararle las que quiera. ¿Me señalaba el azafrán de Orange o el clavo de Rudra?

Puede ser que efectivamente esté diciendo la verdad y él no sepa quién trae la mercancía al almacén. Sin embargo, ¿esta gente no hacía compraventa? Salvo que se encarguen personas distintas de la venta y la compra, igual no tiene tanto sentido. En cualquier caso, no parece haber cambiado su expresión. Nada ha delatado que estuviera mintiendo. Es decisión tuya lidiar con este entuerto y decidir si creerle o no. Sin embargo, aunque te haya mentido, ¿tienes manera de demostrar que lo hace y forzarle a decir la verdad? Estáis en un sitio público lleno de gente y con guardias. Igual no es el momento de llamar la atención de esa manera.

De repente, algo tropieza contra ti. O, más bien, alguien. Un hombre de mediana edad, traje gris, pelo canoso, sombrero a juego con su traje y un bastón negro. Tiene pinta de hombre de negocios, o por lo menos de un hombre al que le gusta vestir elegante. Tras recuperar el equilibrio, te mira con sus ojos grises y dice - ¡Vaya! Lo siento mucho, joven. Mucho me temo que he resbalado con algo. ¡La rodilla no perdona! - con una risa, se marcha cojeando sobre el bastón hacia la salida del almacén. Sin embargo, no se te escapa el hecho de que algo ha caído a tus pies. Es una nota escrita apresuradamente. "Si quieres saber más sobre la especia, sígueme", pone en el papel.

Parece que tienes una oportunidad. Tal vez quieras ir a descubrir qué ocurre con este hombre y qué sabe... ¿o prefieres intentar sonsacarle algo al vendedor? Es posible que no tengas ambas opciones. Es decir, no sabes hasta qué hora trabaja este vendedor ni tampoco cuánto te esperará el hombre con el te has tropezado. Ambas son líneas de investigación que podrían acercarte a la verdad. Tal vez. ¿Por cuál optarás?
#7
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Pues realmente pareces haber dado en el clavo, joven pirata. Su manera de reaccionar ha sido más que suficiente para darte a entender que tu presa ha pasado por aquí. Aunque, también existe la otra posibilidad. Posiblemente el caballero frente a ti no se encargue de las compras de los productos directamente. Tantas posibilidades y tan poco tiempo. Bueno, tampoco es que podamos decir que es muy poco tiempo, aun tienes el suficiente para antes del día importante.
 
 Ahora… ahora tocaba pensar en otra cosa.
 
 -Entiendo…-  Respondes con calma al vendedor. Sospechas que las personas que proveen el producto son peligrosas. Lo suficientes para hacer callar a sus clientes. Eso hace crecer dentro de ti las ganas de luchar. Inconscientemente, se dibuja en tu rostro una sonrisa. Una llena de emoción. Pero un suceso hace cambiar el panorama, joven pirata. Un anciano tropieza contigo. El de inmediato se disculpa, mencionando que su rodilla era un problema. Cosa que, entiendes perfectamente. El asunto de la rodilla es uno bastante delicado sabiendo que, tú tienes una herida en una de ellas.
 
 – No se preocupe. – Le respondes amablemente al anciano. Él prosigue mientras deja caer algo sobre tus pies. Desde allí puedes ver la nota que ha dejado caer. Eso significaba un par de cosas. Posiblemente te había escuchado por casualidad o directamente te ha estado vigilando desde tu llegada. Tú te agachas y tomas el papel, estrujándolo en tu mano. Te volteas un momento nuevamente hacia el vendedor y le regalas una sonrisa. – Muchas gracias por tu atención. – Le dices sin más. Luego te dispones a seguir en silencio al anciano. Tomando tu distancia y prestando atención a tu alrededor. Querías saber si alguien más te tenía el ojo puesto encima. Porque es posible que a tu presa se le dé aviso de tu existencia. Claro, si es que eres merecedor de ser llamado amenaza. Eso ellos no lo saben aún.
 
 Pero pronto, lo sabrán.
#8


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