¿Sabías que…?
... existe la leyenda de una antigua serpiente gigante que surcaba el East Blue.
[Común] Nosotros somos piratas. (Priv. Akari)
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
El interior de la casa resulto ser más lujosa de lo que pudieras imaginar, joven pirata. Si te ponías a detallar con atención, incluso te podrías imaginar que los cuadros pertenecientes al dueño, tenían cierto precio. Bueno, eso es algo bastante interesante para ti. Después de todo, a ti te llama la atención otro tipo de cosas. De hecho, tenías cierto aprecio por las personas que les gustaba coleccionar cosas. Por otro lado, fijas nuevamente tu atención en Akari, quien claramente se nota molesta. Finalmente crees que ella se ha dado cuenta que el hombre le ha engañado para poder hacer el trabajo sucio. Tú por otro lado, ya lo sospechabas. Pero aun así preferiste decir al señor Sakamoto que lo harías, no con intenciones de mentirle, simplemente dándole el beneficio de la duda y esperando a que realmente fuera la verdad lo que salía de su boca.

Lastimosamente, ha sido todo lo contrario.

-¿Visitas?- Pregunto el anciano que se encontraba leyendo un documento. No muy alto, pero con un semblante fuerte. Cabellera blanca y claros atuendos orientales. Daba un aire de alguien que en su tiempo fue un gran guerrero, pero que ahora se encontraba jubilado. Tama se acerca con total tranquilidad y comienza a susurrarle algo. El anciano da un suspiro de cansancio. Luego escucha como una seria Akari se presenta y te presenta a ti. El señor se introduce la mano en el kimono y saca de allí un puro. Tama, de su manga se saca un mechero y con suma elegancia procede a encenderlo para él. – Sean bienvenido a mi casa, jóvenes. Yo soy Joshimitsu. Por favor, siéntanse cómodos. – A ambos le señalan unas almohadas muy grandes que se encuentran frente a él de igual manera, él toma asiento en una de ellas. Tú, Alpha, no pierdes el tiempo y procedes a sentarte mientras que colocas la lanza en el suelo.

- Una lanza muy grande para alguien muy pequeño. – Dice el anciano para ti, Alpha. Tu como cualquier cosa sonríes y con tranquilidad. Introduces la mano en tu kimono y sacas tu petaca llena con café. La abres y con suma tranquilidad, procedes a beber de lo más tranquilo.

Se me da bien las lanzas. – Respondes con una sonrisa. – Pero puedo ver que alguien con tantos lujos no tiene la necesidad de robar a un amigo.

- Estas en lo correcto joven. – Te responde después de dar una calada a su puro. – La verdad, es que Sakamoto es alguien problemático. Un mentiroso compulsivo que forma parte de la Yakuza de la isla. Se encarga de vender a los barrios narcóticos. Yo soy dueño de unos de los muelles de pescas de esta isla. Uno de los tantos exitosos que hay. Por otro lado, no me sorprende que haya pedido a un extranjero que me intentara matar.

- ¿Tanto se me nota? – Preguntaste con cierta malicia en tus ojos.

- Hueles a océano. ¿Puedo intentar adivinar? – Tu asientes. - ¿Pirata? – Te pregunta el anciano.

- Has dado en el clavo. – Responde contento. – Pero descuide, ni yo ni mi gente hemos venido a saquear o matar a la gente de esta isla. Solo estamos de paso. Además… -Miras nuevamente a Akari. – Esta señorita la he conocido de casualidad mientras intentaba ayudar al anciano mentiroso. Es una suerte que haya estado cerca antes de que fuera sido completamente engañada.

- Pues la verdad, sí que has tenido suerte jovencita. – Dice Joshimitsu a Akari. – Muy pocas veces te puedes topar con alguien tan honesto como él. Sus ojos solo irradian honestidad.  

- Se me da muy mal mentir. – Dices sonriendo. – Las mentiras son una moneda que mi opinión, suelen pagar muy mal.

-Eso es cierto… - De pronto, Tama llega al lugar con dulces y aperitivos que coloca en la mesa. Alguno que otro te y se da cuenta que tu estas tomando algo de tu petaca Alpha. 

- ¿Licor? – Te pregunta ella.

- No… café.- Respondes tranquilamente mientras das otro trago.

- Si gusta, puedo preparar un poco para usted. – Te dice ella con una sonrisa.

- No quiero incomodar. Solo soy un pirata que llego aquí simplemente por mera casualidad.

- No te cortes, joven. – Te dice Joshimitsu con una sonrisa. – Ambos son mis invitados. Tama, has el mejor café para el.

- Como desee. – Luego Tama mira a Akari con dulzura. - ¿Y tu cariño? ¿Gustas algo también aparte de los aperitivos que he traído?

Tú miras de reojo a Akari, Alpha. Esperando que la amabilidad de estas personas logre aplacar su mal humor. No era el lugar ni el momento de estar y, esperabas que con tu mirada, ella se diera cuenta de ello.
#11
Akari
Aka
La joven no podía evitar estar enojada con aquel señor que le había visto la cara, está con buen corazón quiso ayudarle y al enterarse la verdad tenía ganas de darle un golpe, suspiro para tranquilizarse cambiando su expresión una vez entro a la gran mansión y ver lo lujosa que era tanto por fuera como por dentro, la oficina a la que los guío la señora Tama también era lujosa, minimalista a decir verdad, una vez llevaron la señora le susurro algo a su amo, la joven se presento y a la vez a su compañero poco tiempo despues este saco de su kimono un cigarro, parecía bastante estresado y era de entender...

El señor empezó a hablarles dándoles la bienvenida y presentándose totalmente muy formal, la joven ve como el señor se sienta en una gran almohada y alpha también por lo que ella también procede a sentarse- con permiso...-dijo mientras se acomodaba y miraba al señor, escucho toda la conversación y analizando cada acción, cuando el señor le hablo Akari reaccionó y sonrio de forma nerviosa - si..la verdad me alegra bastante haber conocido una persona tan amable con el, a mi tampoco me gustan las mentiras -dijo sonriendo- de hecho nunca eh mentido y soy directa cuando es necesario -hablo con firmeza- 

Pronto la señora Tama volvería con un plato lleno de aperitivos, algunos dulces haciendo que los ojos de chica brillen pues le encantaba el dulce, le ofrecieron traerle algo mas y esta nego con la cabeza - estoy bien asi..con los aperitivos es mas que suficiente para mi.

Suspiro y con delicadeza agarro un dulce para comérselo le serviría para relajarse y pensar con claridad aunque aún sentía la ira dentro de ella, una vez se comio el dulce suspiro y miro al señor-entonces...ese señor es un Yakuza?..Dios..-habia escuchado rumores de yukuzas, eran gente mala que si algo les molestaba acababan con ello a sangre fria-"no puedo creer que casi ayudo a una persona así.."-su expresión volvió a estar seria y solo pudo bajar la mirada.

La conversación fue realmente productiva para ambos jóvenes, se despidieron y salieron de la mansión- Alpha..que haces tu con las personas que te vean la cara? -dijo con seriedad mirando hacia el frente mientras caminaba, quería desahogarse, en sus ojos se podía ver lo molesta que estaba.-

Suspiro nuevamente para calmarse y trato de darle una buena cara a Alpha, el no merecía que ver su mal humor además estaba agradecida con el, si no hubiera sido por el que locura hubiera hecho- pero...olvidando eso de ese señor.. gracias por abrirme los ojos si se podría decir..-dijo mientras ponía un mechon de su pelo detrás de su oreja-
#12
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Luego de aclarar las cosas, la conversación tuvo una charla amena al mismo tiempo que tanto tú como Akari disfrutaban de unos deliciosos aperitivos. Pudiste notar ciertas cosas de ella, como que le gustaban los dulces, ya que había hecho una expresión muy tierna al notar la llegada de estos. Era bueno que el momento denso pasara y que ahora ustedes yo, ya afuera de aquel lujoso lugar y un poco más tranquilos, tuvieran tiempo para meditar las cosas. Ahora, un poco más lejos, mientras caminaban sin rumbo aparente. Akari te realizaba una pregunta la cual tenías cierto punto de vista.

- Yo nunca miento y nunca mentiré. – Respondiste mirándole con tranquilidad. – Las mentiras es una de las pocas cosas que suelo aprobar, así que en mi caso, yo tengo una razón para acabar con la vida del viejo mentiroso. – Luego de decir aquello, le regalas una sonrisa. Notabas como ella trataba de respirar y mantener la compostura. – Sé que estas enojada. Es normal querer vivir nuestros sentimientos. A decir verdad, mi manera de ver el mundo no simplemente bajo dos enfoques. Para mí la vida no es blanca ni negra, sino de color gris.

Vuelves a mirar al frente y ladeas tu cabeza de un lado al otro. – Pensé que huirías al saber que soy pirata. Es normal, después de todo para el mundo somos los malos del cuento. – Aquello no parecía molestarte. Después de todo, era el camino que habías decidido. Era el camino por el cual habías optado y el que estabas seguro que te haría más feliz. Tu camino… a pesar de tener sangre por donde pasas, era un camino que a ti te llenaba de gozo.

Y eso es lo que te diferencia del resto.

-No tienes por qué agradecerme.- Dices volviéndole a sonreír. – Solo pensé… que alguien con tan dulce aroma como tú, no debería ser engañada cuando simplemente tratabas de ser buena persona. – Miras al cielo por un momento. – El mundo está lleno de intenciones de todo tipo. Es bueno aprender cómo identificarlas.
#13
Akari
Aka
Alpha explicó su punto de vista, las mentiras y como describía la vida de color gris, realmente algo que puso a pensar a Akari- acabar con la vida del señor...-dijo casi como un susurro mientras miraba hacia el cielo, nunca se le habría pasado aquello por la mente, nunca había lastimado a alguien a no ser que sea por accidente..matar..seguramente era algo que está no podría hacerlo, aunque su enojo parecía comérsela vivía de cierto modo y almenos le daría una lección al hombre.

A mí tampoco me agradan las mentiras..yo nunca eh mentido y no lo haré tampoco, no tengo razones para hacerlo -dijo la joven soltando al final un suspiro, miro a su compañero y vio como ladeó la cabeza diciendo que pensaba que ella huiria al saber que el era pirata- por lo dices? De que son malos? Bueno..los civiles también lo son.. además no hay juzgar a un libro por su portada -sonrió un poco mientras seguía su camino.

El le dijo que no tenía que agradecerle, aunque si tenía razones para hacerlo..le abrió los ojos de cierta forma pero le sorprendió que dijera que poseía un dulce aroma, realmente aquel tipo empezaba a caerle más bien de lo normal, aunque luego serían más risas y sonrisas si llegaban a hacer amigos, ahora tenía que centrarse en aquel señor por lo que siguió su camino hacia donde habían hablado por ultima vez con el señor, lo busco con la mirada y lo encontro todo relajado por lo que se acerco- señor..me gustaría hablar con usted más a solas...aqui podria ver mucha gente que le guste el chisme..

El señor se levantó y está le hizo señas a Alpha para que también la siguiera hacia una parte de la zona donde técnicamente no había nadie, está suspiro e hizo puños con sus manos, su cuerpo temblaba aunque trataba de disimularlo- está seguro de que ese señor fue quien le robó dinero?..
#14
Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Bueno, era su momento de la verdad. Ahora tocaba el turno de que encarar a la persona que la había engañado y le había hecho quedar como una tonta. Una lección que ella tendría que aprender, sí. Pero a final de cuentas, la vida es una contaste llena de todo tipo de aprendizajes. Esto tan solo era su comienzo para ella. Tú por tú parte, solo estas allí. Observando, expectante. Ya que ella le indico que le siguieran hasta un callejón sin salida. Este les siguió hasta que llegaron a uno. Ahora era momento de encarar al anciano mentiroso. Tú miraste con tranquilidad mientras que este finalmente sonrió mostrando su verdadera cara. Admitiendo firmemente haberle engañado y de pronto. Ambos estaban rodeados de un montón de gente armada con espadas.

-La gente nunca cambia.-Dices dando un suspiro.- Realmente las personas que no son dignas de mi tiempo no suelo prestarles atención pero… en esta oportunidad hare una acepción. – Dijiste mientras te dabas media vuelta y caminabas en dirección a los secuaces del yakuza. – Te dejare que hagas lo que quieras con él. Yo me encargo del resto. Te deseo mucha suerte, Akari. – Te despides con una sonrisa mientras avanzas con total tranquilidad. Los enemigos se lanzan a por ti, Alpha. Este era el comienzo de algo bastante cruel para ver. Atraviesas al primero directamente en el pecho con tu lanza. Sin piedad. Sin vacilación. El resto se queda mirando asustados como has acabado con su compañero. Tu solo tienes una expresión seria digna de alguien que no está de ánimos. Sacas la lanza de un tirón de su cuerpo y, el cadáver cae. El resto intenta lanzar en contra de ti. Tú simplemente acabas con todos y cada uno de ellos sin contemplación alguna. Atravesándolos. Rompiéndoles los huesos. Decapitándolos.

Un baño de sangre total.

-Aburrido…- Dices sin más. Sin mirar atrás comienzas a caminar rumbo a otro lugar. Buscando un sitio más interesante. Después de todo, Sakamoto era el objetivo de Akari. Recordar eso te hace sonreír. Esperabas que lo hiciera bien. Ahora era su turno.

Si… simplemente era su turno.
#15


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