Alguien dijo una vez...
Crocodile
Los sueños son algo que solo las personas con poder pueden hacer realidad.
[Aventura] [A - T3] Descubriendo DemonTooth
Juuken
Juuken
Tu técnica consigue bloquear esos brutales bocados. Tu postura es una defensa perfecta e impenetrable, gracias a tu haki de armadura, te endureces tanto tus músculos, y tu propia piel, que recibes todos y cada uno de esos golpes de forma controlada. Has conseguido concentrarte lo suficiente para hacer un parry perfecto en cada uno de esos golpes. Gracias a tus reflejos has sido capaz de ver cada uno de esos movimientos. Deberías sentirte orgulloso de tu propia habilidad, seguro que ni tú te habías dado cuenta de que fueras tan bueno.

Conforme terminan la combinación de mordiscos y arañazos, tienes a las dos bestias con los colmillos clavados en tu brazo, lo que aprovechas para devolverles esa inercia que te han lanzado contra ellos, logrando que te suelten sin mayores complicaciones. De hecho hasta notas cómo algo cruje en ese contraataque. Cuando te giras para recomponerte de esa arremetida, te das cuenta que un par de esquirlas, entre blanquecinas y amarillentas, saltan de tu brazo. Se ve que uno de esos dos felinos no va a poder volver a masticar bien. Tendrá que pasarse las víctimas por el pasapuré.

Acto seguido decides arremeter directamente contra esos dos lobos, tienes dos criaturas delante de tí y tienes dos puños. Mientras estos están recomponiéndose, les arremetes con un gancho directamente en las mandíbulas, te tratan de morder en los respectivos puños, pero se encuentran un poco aturdidos después de ese primer golpe de contraataque que les has dado, por lo que logras impactarles sin dificultad alguna y salen despedidos hacia arriba por la gran potencia de tu puñetazo.

En cierto modo te estás dando cuenta de que eres superior a esas bestias, el daño que te infligen no te provoca serias complicaciones, no obstante el desgaste de tener que enfrentar a varias de ellas seguidas están provocando en tí un agotamiento bastante rápido. Sientes la necesidad irremediable de tener que finalizar pronto ese combate.

Te giras justo a tiempo para contemplar que esa bestia que cojea está llegando hacia tí con las fauces abiertas. Logras bloquearlo con tu pose, aunque notas que llega a darte con algún colmillo, haciendote una herida algo pequeña que, tal vez, no es esperabas de una criatura tan malherida. A continuación, tal vez por el propio dolor, decides propinarle una fuerte patada en toda la cabeza a ese tigre, quien acaba cayendo tumbado hacia un lateral a la vez que los cuerpos de los otros dos tigres caen a tus espaldas por el impacto ascendente que han recibido en las mandíbulas.

Te encuentras todavía rodeado, aunque en esta ocasión la situación es completamente diferente. Cuatro tigres, uno agonizando sin poder moverse (Tigre 2), otro cerca de él, resistiéndose por volver a levantarse sin apoyar esa pata herida (Tigre 1). Al lado opuesto otros dos tigres levantándose algo aturdidos, que no moribundos (Tigres 3 y 4), uno renquea de una pierna, a otro le ves que tiene un ojo cerrado y de ese lado de la cabeza le gotea un hilo de sangre que va cayendo hacia la vegetación del suelo.

El que está con la cabeza sangrando lanza un nuevo bramido, esta vez más largo, más sonoro, se nota la furia en recorriendo sus venas, y sus heridas. El que está a su lado simplemente gruñe, pero algo más confundido, más intimidado por la situación. Obviamente esos dos son la verdadera amenaza, y no ese otro tigre a tu espalda que no es capaz ni de moverse.

Tu haki de observación habría sido útil, pero parece ser que por el frenesí del combate has descuidado ese control, y ahora antes de darte cuenta tienes las fauces del tigre más malherido (Tigre 1) clavándose en tu carne, en el hombro derecho. El tigre que tan fuerte ha rugido parece que ha provocado un aumento de moral en ese que estaba en un ángulo algo descuidado para tí, puesto que no podías mantener la vista en todos a la vez por sus posiciones.

Conforme notas el fuerte pinchazo de sus colmillos, pasas a notar un peso muerto ahí mismo. Sus fauces se abren tras dañarte y la criatura cae a tu lado, completamente inmóvil. Inerte. Ese tigre acaba de perecer tras ese ataque a la desesperada que te ha provocado. Ese ataque no lo has podido ver venir, sin embargo los que si ves son los otros dos tigres que se lanzan de nuevo a la carga, tal vez en un acto desesperado por conseguir llevarse tu carne de trofeo para el resto de la manada.

Datos
#11
Qazan
Qazan
Mis movimientos parecían haber tenido mas o menos el efecto que estaba buscando, tanto así que bajé la guardia y, el tigre al que le había aporreado la cabeza como un tambor logró realizar una última mordida clavándome los dientes a la altura del hombro. Nada más notar como los clavaba le agarré del cráneo con ambas manos dispuesto a lanzarlo por encima mía y tumbarlo contra el suelo, sin embargo para cuando iba a tumbarlo, pude notar como su mandíbula se aflojó soltando la mordida. - Cabrito ya podías haberte muerto unos segundos antes-. Le dije al cuerpo inerte del tigre mientras este caía por su propio peso a mis pies. Los otros dos, luego de un bramido poderoso volvieron a arremeter contra mi. Sin embargo en esta ocasión, los daños que les había propinado anteriormente parecía que les habían hecho mella, pues ahora aunque nuevamente volvían a la carga, no se habían coordinado bien y se lanzaron a por mi de uno en uno.

-Me pienso quedar vuestros colmillos como recuerdo-. Dije mientras me colocaba nuevamente en posición y me lanzaba yo también a por ellos. La corriente había cambiado y ahora fluía a mi favor, visiblemente estaban demasiado doloridos para que su ataque fuese igual de rápido y eficiente que los que me habían propinado anteriormente, si bien yo estaba ya cerca de mi límite, ver que el final de la batalla se acercaba me daba fuerzas y energías para no doblegarme. Volví a activas mis hakis pues el mordisco del tigre moribundo me había pillado muy desprevenido y no me apetecía que algún otro tigre se uniese a la fiesta, así con el Haki de observación activo podría al menos detectar la presencia de cualquier animalejo que quisiera sumarse y estar prevenido. A su vez también activé mi haki de armadura, pues trataría de que con esta acometida el combate finalizase. Aunque ahora eran mucho mas torpes y podría tratar de esquivar su ofensiva... Es mucho más divertido chocar golpes.

Al primer tigre le propiné un fuerte derechazo en el hocico haciendo que su mordida fuese inservible ya que de mi propia potencia lo paré en seco. Seguidamente le lancé un puñetazo directo a la cabeza y con un giro sobre mí mismo le golpeé con la cola mandándolo a volar contra un árbol cercano. Justo nada más lanzarlo el segundo tigre ya había llegado hasta mi, aquella combinación me había parecido muy interesante así que decidí probar su efectividad nuevamente con el segundo. De ese modo, pude aplastarle el hocico con el primer impacto de mi puño para seguidamente un fuerte puñetazo en la cabeza y, terminar rematándolo con un poderoso e implacable golpe con la cola que, lanzó al tigre en la misma dirección que su anterior compañero.

Por el desgaste que ambos tenían y los daños que les había causado anteriormente, tenían todas las papeletas para que luego de aquella ofensiva por mi parte terminasen fuera de combate. - Ahora qué malditos... Ya no intimidáis tanto eh-. Les dije hacia su dirección. Aquel combate me había dejado bastante cansado y dolorido, así que me senté un par de minutos para recuperar el aliento, tratar de recomponerme y ubicarme en el lugar pues tras tanto salto, mordiscos, zarpazos y tigres voladores me había despistado sobre el camino. Allí sentado, comencé a mirar a mi alrededor para encontrar alguna pista de por donde debería continuar mi camino. 

Off
#12
Juuken
Juuken
Les amenazas con hacerte un collar con sus colmillos, pero nada de eso les intimida. Como si te pudieran entender. Se lanzan hacia tí, aunque en esta ocasión te lo veías venir, por lo que ya estás preparado para sus arremetidas. Conforme el primero se lanza a por tí, impactas en un tremendo choque con tu puño a su mandíbula, lo que hace que varios de esos premios para tu nuevo collar salgan desprendidos y quebrados en todas direcciones.

Tras haber bloqueado su golpe decides no dejarlo ahí y le devuelves el favor, un nuevo puñetazo normal seguido de uno bien cargado hacen que el primer tigre caiga impulsado hacia atrás, el tremendo impacto le hizo chocar contra un árbol. Con un sonoro crujido, la madera del tronco crujió mientras algunas hojas caían de la copa del propio árbol. En el momento del choque, ves que la criatura no se mueve más cuando choca.

Pero no te da tiempo de hacer mucho más, puesto que pronto llega el otro, el cual a tu parecer llega algo a cámara lenta. Tras el primer ataque y contraataque a su compañero, decides utilizar la misma estrategia. bloqueas del mismo modo y golpeas su cabeza con los dos puñetazos. Con el segundo notas cómo su cuello se gira en un ángulo anormal, hasta para una criatura que es capaz de girar el cuello hasta los 360º que puede abarcar el rango de visión. un sonoro “crack” es escucha mientras sus colmillos salen despedidos hacia el terreno.

Este segundo tigre no choca contra ningún árbol, pero sale rodando por el suelo, también se queda completamente quieto, inmóvil. Un pequeño rastro carmesí se ha quedado por donde ha ido rodando el tigre. Tu haki de observación te muestra como el aura de esas dos criaturas se van apagando gradualmente, hasta que dejas de percibirlas directamente. Sientes que todavía queda un aura cercana, ese primer tigre que te atacó está todavía agonizando, aunque posiblemente no le quede mucho de vida a ese tigre.

Jadeas por el agotamiento, los rivales no eran especialmente un problema, pero la superioridad numérica te ha provocado graves estragos. Te hallas solo contra un solo tigre que no es capaz ni siquiera de moverse. Si te fijas bien, tu aura te dice que esa cría todavía está viva, aunque inconsciente, allí donde le has golpeado. Qué hacer con esos dos tigres que siguen vivos es decisión completamente tuya.

Tu camino ha sido bloqueado por esos tigres, pero ahora vuelves a estar libre. No sabes si puede haber más peligros próximos, aunque tu haki de observación, que abarca un gran área, no te muestra peligros inminentes en dirección hacia donde avanzas. Sabes dónde está tu objetivo, ves el gran diente oeste que es tu destino alzarse delante de tí, a través de las copas de los árboles y entre la gran frondosidad de la selva. Sabes que tu destino está próximo, pero tu destino es solamente decisión tuya.

Arriesgarse y continuar hacia adelante, o darse la vuelta y volver por donde has venido. Tal vez la segunda opción sea la más sensata. Aquél anciano ya te advirtió de que podría ser peligroso, también te advirtió de que no te alejases del camino y, sin saber cómo, eso había ocurrido. ¿Qué harás ahora?

resumen
#13
Qazan
Qazan
Luego de acabar con los tigres y gracias a mi Haki de Observación aún podía detectar dos presencias, una de ellas provenía del primer tigre que me había atacado en todo ese largo enfrentamiento. -¿Sigues vivo?-. Dije para mí mismo al comprobar que seguía respirando, aunque por cómo detectaba su presencia con mi Haki, podía ver que no tardaría mucho en terminar de desvivirse. Me acerqué hasta su altura, claramente no le quedaba mucho tiempo de vida y no era necesario prolongar aún más su sufrimiento. -Disteis buena pelea... Pero solo los fuertes sobreviven-. Acto seguido, observé cómo sus latidos cada vez eran más y más lentos por lo que decidí terminar con su sufrimiento con un último derechazo justo en el pecho, a la altura de su corazón. Un último golpe con el que darle descanso. - Mantente igual de fiero en la otra vida.

Me di cuenta de que durante el combate con los tigres, varios de ellos habían perdido los colmillos, esos mismos colmillos que tantos problemas me habían dado ahora estaban en el suelo manchados de tierra. -Lo del colgante no era en serio... Pero quiero honrar vuestra memoria de alguna manera-. Me entretuve un rato recogiendo todos los colmillos de los tigres así como extrayendo los de los que aún los habían mantenido en sus dentaduras. Tenía planeado quedarme los colmillos de las bestias pues me habían planteado un serio reto al cual me había costado encontrar la manera de gestionar con mis habilidades para el combate. Aquella sería mi manera de honrar a todas las bestias que de ahora en adelante se interpusieran en mi camino, quedarme con sus colmillos y atesorarlos para honrar la memoria de todas ellas.

Había terminado de recoger los colmillos de las bestias cuando pude sentir una nueva presencia, pequeña, casi diminuta en comparación a las bestias anteriores. De hecho ésta presencia había sido la causante de todo ese estropicio. - Y tú aún sigues aquí... -. Dije al ver a la pequeña cría de tigre inconsciente en el suelo. Aunque por su culpa se había desatado aquella batalla, quien lo inició todo fui yo, esta pequeña criatura no debería morir aquí por esto... Era una mala idea... Pésima de hecho, pero aquella pequeña bestia colmilluda me recordaba a cuando hacía de hermano mayor entre los esclavos. Cuando tenía que defenderles ante los maltratos de los sucios esclavistas que nos tenían presos para luego subastarnos. Hacía mucho que no tenía ese sentimiento hacía otra criatura aparte del zoológico que eran los Shirokami. - Bueno... Supongo que un animal más en el barco no va a destacar entre una cerda, un mono y una orca-. Me agaché para cargar al animal entre mis brazos, se notaba que era muy joven pues no pesaba demasiado, podía llevármela sin mucho problema.

Cargando a la cachorra, observé que por encima de las copas de los árboles se erigía el pico al que me dirigía, parecía estar ya cerca aunque con tanto árbol por medio quién sabe cuanto tiempo más me llevaría. - No hemos llegado hasta aquí para dar media vuelta ¿No? -. No iba a dejar de utilizar el Haki de observación hasta llegar a mi destino, no haberlo utilizado a tiempo había desembocado en aquella batalla campal pero ahora era sería más peligroso pues el cansancio había hecho mella en mi, otro combate me costaría horrores de confrontarlo, sin embargo la vida no está hecha para cagones. Siguiendo el pico que asomaba entre los árboles, puse rumbo hacía el colmillo, costase lo que me costase iba a llegar hasta el dojo que Toshiro me había mencionado donde podría entrenar y hacerme más fuerte, aunque también cabe mencionar que el simple hecho de encontrar el dichoso dojo ya era de por si un entrenamiento bastante intenso

Avanzaba por los árboles con la esperanza de, a la vez que me acercaba a mi destino, encontrar nuevamente el camino que había perdido pues el viejete me había advertido de los peligros que conllevaba desviarse, "Y tanto que es peligroso, malditos gatos gigantes". Pensaba mientras avanzaba inexorable hacia mi destino. Mientras avanzaba hacia el supuesto dojo, le daba vueltas a algo interesante, la pequeña cachorra no tenía nombre y debía ponerle uno... Aunque eso ya mejor una vez de vuelta con la banda.

Resumen
#14
Juuken
Juuken
Comienzas a avanzar, pero conforme das el primer paso, a tu espalda notas, a la lejanía, una nueva presencia que se está aproximando. Comienzas a avanzar, esa presencia está demasiado lejos, y podría ser cualquier cosa. La vegetación es bastante frondosa y hay ocasiones donde te cuesta avanzar un poco. Tu haki de vez en cuando te avisa de nuevas presencias, pero se trata de aves, criaturas que aparecen y desaparecen. Al fin y al cabo estás en un área bastante poblada de animales, e incluso llegas a perder la localización de cualquier criatura que puedas intentar fijarte. Demasiadas presencias, un rango bastante amplio el que detectas.

Continuas avanzando, de vez en cuando escuchas el canto de algún ave, un graznido, alguna pequeña alimaña se cruza en tu camino más adelante, pero no tarda en huir despavorida al ver semejante bicho como tú, caminar por el bosque cargando bajo el brazo esa criatura, la cual ya hás podido comprobar lo tremendamente agresiva que puede llegar a ser. Un peligro de cuidado, desde luego.

Conforme vas avanzando, el terreno se vuelve más escarpado, más inclinado, llegas a la ladera de la montaña y tienes dos opciones, o bien la rodeas, o bien intentas ponerte a escalarla, aunque cargando a esa pobre criatura lo tienes complicado, por no decir casi imposible, poder cargarla e ir avanzando. ¿Y si a mitad de escalada se despierta? Tal vez se retuerza, te haga perder el equilibrio y caigas desde lo más alto, eso podría tener consecuencias fatales, por otro lado también podría morderte. A fin de cuentas, tú le has pegado una buena patada antes, igual te lo quiera devolver, y aunque es un cachorro, un mordisco de esos duele.

Eso deja la decisión de rodear bastante clara. Aunque también podrías dejar al tigre bebé ahí, solito y desamparado, a merced de los carroñeros que rondan por la zona. Hay tantas presencias que van apareciendo que no eres capaz de reconocer qué es qué entre tantas cosas. Es lo normal en medio de una selva. Por fortuna para tí, conforme miras hacia un lado, entre los árboles, puedes entrever que hay un ensanche en esa parte, si miras bien tal vez incluso podrás encontrar un nuevo camino que continúa hacia adelante. Tal vez ese sea el tan ansiado sendero que logre llegar hasta la cima.

Avanzas por él y te das cuenta que la senda comienza a ser ascendente, parece ser que es el camino correcto. Vas avanzando por él, en ocasiones zigzaguea un poco, hace giros de 360º para continuar ascendiendo en un terreno bastante vertical. Llega el momento en el que te ves obligado a detenerte. No porque haya ningún obstáculo en el camino ni nada similar. Te detienes por lo que escuchas.

Desde abajo escuchas un temible rugido que te resulta bastante familiar. Si miras hacia abajo podrás ver cómo uno de esos tigres parece haberte seguido. Había tantas presencias que has sido incapaz de poder percatarte de que nadie te seguía. Con ese rugido, la cría que tienes entre brazos se estremece un poco y se mueve. Puede que pronto recupere la consciencia, pero ahora tienes otro de esos tigres tras tu rastro, te debe haber estado olisqueando tras ver a su familia brutalmente asesinada por tu mano. O tal vez tan solo busque a su cría. ¿Quién sabe?

Le llevas algo de ventaja en el terreno, no obstante el cansancio te ha hecho mella, miras hacia arriba y prevees que el tigre puede llegar a alcanzarte antes de que hagas cumbre. De hecho él ya está corriendo y avanzando por el camino, siguiendo el rastro que has ido dejando. ¿Qué planeas hacer ahora, joven gyojin?

Resumen
#15
Qazan
Qazan
El camino se hacía cada vez más complicado, con mi Haki iba detectando multitud de animales y alimañas, tantas que era imposible centrarme en una sola aunque no quita que lo intentase a modo de entrenamiento del Haki de observación. Poco a poco podía mantener más la concentración en esos animalillos que merodeaban curiosos aunque apenas unos segundos. Iba mejorando a medida que seguía avanzando. Según me adentraba más y más el terreno se volvía más complicado, pronto se convertiría en una travesía montañosa. Había llegado a la ladera de la montaña y allí se me presentaban varias opciones, mi espíritu aventurero me pedía ponerme a trepar la montaña. En condiciones normales no me habría fijado en el sendero que se entreveía por los árboles, pero el cansancio del combate me había dejado demasiado tocado para ponerme a hacer el simio en la pared rocosa. -Hoy no, pero otro día vendré a escalar-. Dije mientras con resignación caminaba hacía el sendero que había.

Al poco de comenzar a avanzar por el sendero podía sentir cómo este se inclinaba, iniciando así un camino ascendente bordeando la montaña. El camino trazaba una ruta peculiar, con muchos giros, zigzag, piedras más grandes y sueltas que de vez en cuando me provocaban resbalones... Era divertido subir aquella montaña pero hacerlo cargando al pequeño cachorro me lo ponía bastante complicado. Avanzaba imparable e inexorable hasta que de pronto, un rugido me hizo detenerme en seco. -Otra vez no...-. Aquel rugido me resultaba terriblemente familiar, justo cuando pensaba que ya estaba a salvo de los tigres, volví a escuchar a uno de ellos. Me asomé por el borde y pude ver como un tigre de los anteriores parecía haberme seguido. Con tantas alimañas me había resultado imposible diferenciarlo del resto de animalillos, y ahora se convertiría en un gran problema.

Aún no me había repuesto del todo de mis heridas y confrontarlo iba a ser tremendamente complicado. En otras circunstancias lo encararía sin pensármelo dos veces. Nada más rugir el tigre, el pequeño cachorro parecía reaccionar, si bien seguía en fuera de combate, escuchar el rugido comenzó a moverse casi como si por instinto reconociese a la bestia. - No me digas que... ¿Es tu madre?-. Dije sorprendido por la situación pues pensaba que entre los tigres que había destrozado antes se encontraría su madre. - Puedo secuestrarte, domesticarte, hacer que bailes para mi cuando se me antoje... Pero mamá es muy persistente-. Dije mientras con mucho cuidado le dejaba en el suelo. -Hazte fuerte gatito, crece. Y en unos años intenta arrancarme el corazón así como yo lo he hecho con vuestros colmillos-. Aquella era mi manera particular de despedirme de la pequeña cachorrona. Me hubiese gustado llevarla de aventuras junto a los Shirogami, pero su lugar no es con nosotros. Al menos no aún.

Luego de dejar a la cría en el suelo seguí mi camino, mamá tigre no tardaría nada en llegar y estaría a salvo. El camino continuaba de manera sinuosa y escarpada, incluso con algunos tramos de verdadera escalada. - No se para qué quería el viejo que siguiese el camino, si igualmente no es como si se pudiese llegar caminando o de manera segura-. Decía quejándome mientras salvaba el terreno de todas las maneras que podía y seguía avanzando. En vista de que ni siquiera aquí estaba a salvo de grandes depredadores, decidí enfocar mi Haki de observación sobre todo en grandes presencias, obviando de esta manera las alimañas menos peligrosas y centrándome en aquellas que si que pudiesen suponer un peligro real para conseguir mi objetivo.

Resumen
#16
Juuken
Juuken
El amor por la vida te lleva a tomar una decisión que en un principio no te habías planteado. Ya no digo el amor a la vida del cachorro, tal vez a la tuya propia, pues con el cansancio acumulado, sientes que tal vez pueda ser demasiado peligroso enfrentarse a una criatura de esas de nuevo, aunque en esta ocasión era solo una, y venías de cargarte a cuatro. Ya sabías cómo podría ser de duro el combate con esa criatura. Aunque tal vez quieras que el pequeño tigre no pierda a toda su familia, ya que ha perdido su madre y parece que, quien quiera que te esté siguiendo, va buscando su rastro.

Tras pensarlo, depositas el tigre en el suelo y le sueltas un precioso y emotivo, así como breve, discurso de motivación. Parece que te has acabado encariñando más de él de lo que podría nadie haber pensado. Quién lo habría dicho con el patadón que le calzaste nada más verle. Igual si no hubieras hecho nada de eso, no habrías tenido que enfrentarte a cuatro tigres. Una pena que jamás podamos saber esos pequeños pormenores.

Avanzas por el camino, sin duda es un sendero bastante peligroso, en ocasiones se vuelve sumamente estrecho, al menos para tí y tu portentoso tamaño. Los riscos se vuelven pronunciados y el sendero continúa zigzagueando. Con tu haki de observación no dejas de percibir más y más criaturas, alguna presencia se ve bastante grande, otra sin embargo no es más que un insecto bajo tu mano. Espero que no te den asco las tarántulas.

Tras un largo rato, en el que la fatiga ya hace que no puedas seguir más, parece que estás llegando a algún lugar. El sol está cayendo, en el horizonte una línea anaranjada baña el mar y todo cuanto su luz puede llegar a bañar. Ante tí un llano se alza. El camino que llega hasta la villa de abajo, nace en un gran portón de madera con arco de piedra que, en ese momento se encuentra abierto, con un hombre encendiendo unos pequeños fuegos en los laterales. Puedes reconocer, a través de la puerta abierta, una estructura de construcción clásica, a los laterales eres capaz de ver varias cañas de bambú plantadas en lo que parece ser un estanque, pero tampoco hay mucho más que puedas ver.

Tras estar todo el día dedicado a viajar hasta lo alto del diente, y alcanzar el dojo, sientes que tus fuerzas comienzan a flaquear. El agotamiento comienza a convertirse en tu peor enemigo y podrías tener las fuerzas justas para llegar por tu propio pie hasta la entrada del dojo, donde ese hombre que ha salido, está mirándote con algo de asombro.

Resumen
#17
Qazan
Qazan
Gusanos, tarántulas, pájaros cantores, jabalís... Podía detectar una barbaridad de presencias que por suerte no representaban ninguna amenaza. El tigre que venía dándome caza parecía que había conseguido su objetivo pues luego de dejar a la pequeña cachorra para que la recogiese, no volví a sentir su intimidante presencia. El hambre comenzaba a hacer mella en mi, el estómago comenzaba a rugirme casi del mismo modo que la manada de tigres solo que a este no había manera de acallarlo. - Debí coger algo para el camino-. Dije mientras seguía caminando sin querer pensarlo demasiado pues entre el cansancio del combate y el hambre, esto ya resultaba muy tedioso. Atardecía, había salido por la mañana temprano a la villa pero habían sucedido tantas cosas una detras de otra que había perdido la noción del tiempo, me estaba quedando sin luz para llegar al dichoso dojo del averno. -No se a quién se le ocurrió la genial idea de construir aquí un dojo... Pero más les vale ayudarme a hacerme más fuerte o pienso tirar cada pared montaña abajo-. Dije mientras seguía caminando.

Apenas quedaba ya sol para ver por donde pisaba, un paso en falso y me iba al otro barrio de la tremenda caída que había desde esta altura. Desde aquella altura se podía ver justo el momento exacto en el que el sol terminaba de ponerse. A mu alrededor, el paisaje se extiendía en un tapiz de verdes y marrones, mientras que a lo lejos, el horizonte se difuminaba donde el cielo y el mar parecen fundirse en una sola línea azulada. La luz del atardecer comienza a teñirlo todo de tonos cálidos, dorados y anaranjados, mientras el sol se va escondiendo lentamente detrás del océano. El aire es fresco, salino, aunque eso no aliviaba ni mucho el cansancio acumulado durante todo el día, sin embargo las vistas ayudaban mucho a sobrellevar el camino sin fin que había decidido recorrer.

Finalmente, conseguía llegar a la cima, el paisaje me robaba el poco aliento que me quedaba. Ante mi se extendía un gran llano en lo más alto de la montaña donde lo más sorprendente es la presencia serena del Dojo que se erige con majestuosidad sobre la cima. El templo, con su estructura de madera oscura, tejados curvados hacia el cielo y detalles dorados que brillan suavemente con la luz del sol, parece haber estado allí durante siglos. Un par de enormes linternas de piedra flanquean el acceso a la entrada, y unos escalones de piedra, cubiertos de musgo, conducen hasta un umbral adornado con intrincados grabados. A medida que me iba acercando, el sonido del viento se mezclaba con el suave tintineo de campanas de viento, el aire se llenaba de un silencio reverente, como si todo el lugar estuviera aguardando en una quietud sagrada. A sus puertas el hombre que había encendido anteriormente las gigantescas linternas de piedra se había quedado parado al verme aparecer entre la penumbra y la oscuridad. Mi caminar ya era muy lento y pesado, en cualquier momento desfallecería del cansancio, aunque de cualquier modo ya había alcanzado mi objetivo, había llegado al Dojo en lo mas alto del colmillo. -Por fin... he llegado-. Dije con mi último aliento antes de caer al suelo por el cansancio.
#18
Moderador Yamato
Oden
RECOMPENSAS POR AVENTURA ENTREGADAS

Qazan:

[*]Berries: 70.750.000B +  2.000.000B -> 72.750.000B.
[*]Experiencia:  2989.43 EXP + 90 EXP ->  3079.43 EXP.
[*]Nikas: 90 + 15 ->  105 NIKAS.
[*]Reputación: 120 + 30 Reputación negativa (Una vez Juuken comentó "a Qazan y Gretta siempre negativa" pues ale) -> 150 Reputación-

[*]Juuken[Narrador]:

[*]Berries: 21.750.000B + 1.000.000B -> 22.750.000B.
[*]Experiencia:  3939.14  EXP + 90 EXP ->  4029.14 EXP.
[*]Nikas: 28 + 18 ->  46 NIKAS.
[*]2 Cofres gigantes.
#19


Salto de foro:


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