Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
[Común] ¿Un nuevo gremio de cazadores?
Shy
"Shy"
Un gremio, ¿eh? Desde luego, si algo podía decirse de la inusual pareja con la que ahora forma equipo, es que nada parecía soliviantar sus ánimos. Pues no, ¡ha llegado la hora de las metas superlativas! Vaya par. Shy no podía dejar de sorprenderse con aquella forma de construir castillos en el aire incluso si lo hacían mientras admitían todas sus flaquezas. Yoshiro ponía a disposición de aquel neonato gremio una embarcación de ínfimo calado, jactancioso. Las risillas de Illyasbabel no aportaron más a la conversación.
Por los dioses del mar, la navegación y el comercio, no, se decía Shy en su fuero interno. No tenemos hombres. Subordinados. Batallar no nos sirve de nada si no tenemos navegantes, abastecedores, gente que se encargue de limpiar el escenario de nuestras cacerías, informantes, contables... ¡Es un disparate! Geldhart se sabía la copla de miedo. Los efectivos de los que disponían eran la flamante cantidad de tres personas: un gyojin fuerte pero díscolo, un tuerto sin una semblanza de plan en su cabeza, y el peor de todos, un mudo despreciable. A Shy le faltaron segundos para dar un manotazo en la mesa y declarar que todo aquello era una tontería y que les vendría mejor buscarse un oficio de verdad y dejar de tener tanto pájaro en la cabeza. 
Para su desgracia, no pudo hacerlo. Quizás no tuvo el valor para realizar tan osada intervención. O quizás fue porque recordó que, aunque apreciaba su espíritu cínico y su capacidad de encontrarle debilidades a cualquier plan, Ame siempre le insistía que no podía ser así de negativo con la gente que le rodeaba. Y seguramente ella habría sido parte de aquellos alocados mercenarios. O tal vez solo fuera, de nuevo, su puta incapacidad para hablar, que le hacía sentir como cada palabra se le clavaba en la garganta. Shy suspiró y se acomodó en el sitio. Sacó su bloc de notas, y miró a sus dos compañeros, levantando tres dedos.
-Personal -dijo.
Shy bajó uno de los tres dedos y trazó la palabra sobre la libreta. Iban a necesitar, como había pensado, toda una infraestructura no solo de combatientes -pues les sobraba la fuerza bruta-, sino de empleados enfocados a la gestión de todos los pequeños asuntos que no podrían abarcar siendo tres personas. Contabilidad, provisiones, transportes, gestión de pisos francos y escondrijos...
-Financiación -prosiguió, bajando otro de los dedos.
Necesitarían dinero para poder sostener todo aquel organigrama de empleados, pero también para mantener sus transportes, comprar favores, sobornar, obtener informes y acceder a cualquier equipamiento que pudiera darles una ventaja significativa en sus cacerías. Poco podrían hacer con una o dos presas por temporada. No, necesitaban ganar dinero de cualquier otra parte. A Shy se le ocurría usar a algunos de los empleados como una fuerza de seguridad privada, así como los Blackmore habían dependido de mercenarios. También se imagino teniendo a células de cazadores dependientes de aquel triunvirato central, que les pasasen una cuota porcentual de sus saqueos. 
-Territorio -finalizó, bajando su último dedo.

Una base de operaciones que al menos fungiese como oficina de cara al público era esencial. Según fuera creciendo la organización, sería mucho más conveniente que el trabajo llegase hasta ellos, en lugar de tener que buscar el trabajo por su cuenta. Tener también un territorio les permitía hacerse respetar. Ya no serían unos cazadores itinerantes, no. Ahora se les podría pagar por protección en las zonas cercanas a sus cuarteles, y tendrían bases donde repostar y organizar sus barcos y cazadores. Sí, al menos una base pública. Era una buena idea.

Shy volvió a suspirar. Igual había sonado hosco, pero le dio igual. Había dado consejos que consideraba positivos para el desarrollo de la organización. Tal vez aquel era su granito de arena, poner algo de sentido a aquellas grandes ambiciones de las que andaban sobrados sus compañeros.
#11
Yoshi
Yoshi
Claro, practiquemos luego de bajar la comida-Yoshiro aún no se terminaba todo lo suyo y necesitaría un breve receso para digerir correctamente, mientras ese tiempo pasaba podrían continuar hablando de su idea de fundar un gremio.

Yoshiro reveló las cosas que poseía a disposición del grupo e Illyasbel (Perdón pero no dejaré de decirte así) estaba más que de acuerdo, incluso le dio nombre al grupo haciendo que Yoshiro sonriera ampliamente para mostrar sus colmillos.

Excelente-para el duo imprudente del grupo las cosas ya estaban claras y firmadas, tocaba simplemente salir por ahí e ir esparciendo su nombre por el East Blue. Pero Shy, como cerebro del grupo, pensó en al menos tres cosas importantes para que todo saliera como viento en popa.

Personal, Financiación y Territorio, esos fueron los tres grandes puntos que el grupo les hacía falta completar para poder llamarse gremio. Yoshiro se cruzó de brazos y pensó detenidamente como solucionar cada uno de estos puntos-Personal... conozco a cierto grupo de personas que si las convenzo posiblemente nos ayude de forma muy leal, así que será cuestión de tiempo-Yoshiro hablaba de aquellos piratas amantes de la Pizza de buen corazón que conoció hace un mes atrás, aún solia tener contacto con ellos y se solían ayudar mutuamente, Los Calzone le daban comida (mayormente pizza) y él le fabricaba utensilios y armas nuevas.

Por otro lado, la financiación y el territorio podría venir de la mano. En mi isla un grupo de piratas de circo viven desde hace varios años allá. Por ahora están en paz pero quizás podríamos hablar con los sabios de la isla para que nos paguen para echarlos y tomar su territorio. Son piratas por lo que no solo tendrán tesoros, también valdrán una buena cantidad por cabeza-si, sonaba medio facil todo el planteamiento pero era cosa que les cortaría mucho tiempo, pero eso no debía ser impedimento tampoco para ejecutarlo.

Aunque por ahora, nos podemos conformar con la paga de las misiones que hagamos y mi casa en Shimotsuku. Seguro te gusta, Shy, tengo todo tipo de tela y materiales para que puedas crear la ropa que gustes-Yoshiro podría ser un tipo musculoso y varonil pero también sabía coser y crear ropa bonita, no era completamente hábil en eso pero eso no le impedía continuar con el legado de su padre.

El muchacho acabó con su pollo y se tomó su vaso de guanabana para por fin suspirar satisfecho, ya habían culminado con su comida pero la charla apenas empezaba-Tambien me gustaría oír sus sugerencias y aportaciones al equipo. Illyasbel es experimentado y tú Shy sos el cerebro. Necesito de ambos-confesó mirando a sus compañeros, esperaba que alguno pudiera aportar con algo más como información importante o más contactos o cosas así.
#12
Illyasbabel
cuervo de tiburón
Al cabo de unas horas de conversación seguidas al almuerzo, Illyasbabel se retiraba del motel donde se encontraban. Aunque su estomago estuviera lleno, debía atender sus heridas, era importante cocer aquella herida y desinfectarla, por lo que decidió buscar alguna sala medica donde atenderse. - Nos veremos más tarde - dijo a sus compañeros mientras se retiraba del establecimiento. Antes de irse pagaría el almuerzo de sus compañeros y el suyo, como había dicho anteriormente, se los debía.

 Apenas las 14 hs marcaban en el reloj, la gente de las mañana se dispersaba a sus hogares y las calles quedaban semi vacías. El calor sofocante provocaba que cualquier sensato buscara refugio bajo cualquier sombra. Aunque no era el caso de Illyasbabel, que mantenía su marcha firme mientras sujetaba las vendas enrojecidas de su abdomen. Al cabo de unos quince minutos daría con la primer salita medica que a su suerte estaban atendiendo. Una mujer de aspecto fiero lo atendería, luego de una breve presentación lo derivaría a uno de los consultorios aledaños a aquella primer sala.

 No demoraron mucho en atenderlo, por lo visto eran solo él y un anciano más en aquel lugar, por lo que rápidamente ingreso en el cuarto para ser atendido. Allí, otra mujer pero algo más joven, lo esperaba con aguja y desinfectante en mano. Al finalizar, sus heridas estaban listas para sanar. - Solo haz reposo - le dijo la mujer, cosa que el viejo riéndose asintió con su cabeza, no existía tal cosa para Illyasbabel, la única manera de recuperarse era bebiendo cerveza. Acto seguido, siendo apenas las 15 hs, se decidiría a buscar algún bar pintoresco en la costa de la Isla. Su búsqueda fue exitosa, de hecho había varios de estos bares distribuidos por el área, por lo que no tuvo más remedio que elegir al azar.
#13
Shy
"Shy"
Shy exhaló un suspiro de aburrimiento. La conversación había dejado de ser estimulante y ahora empezaba a resultarle cansina, de modo que prefirió ahorrarse la incomodidad de mantener aquel intercambio que cada vez se volvía más banal y, musitando excusas -sin molestarse en hacerlas demasiado coherentes- regresó a la habitación, sintiéndose además estafado por aquella diabólica ensalada. No se podía quitar aquel sabor a lechuga reseca de la boca, por más agua que bebiera. Ame siempre llevaba caramelos encima. Habría estado bien poder saborear una de aquellas tabletas azucaradas, por más que supiera que eran el camino más rápido para verse con una cantidad de dientes inferior a la recomendable.

Encerrado en aquella habitación se sintió más cómodo y seguro que en aquel lúgubre comedor. Se sentó en una silla y se estiró cual felino, ahora que nadie le estaba observando. Por fin, un poco de tranquilidad. Sacudió con indiferencia las brasas de la chimenea antes de abrir su maletín de trabajo. Ah. Sus agujas de costura y todas aquellas telas. Tal y como las había dejado. Allí estaban, esperándole. No pudo evitar pensar que la última vez que se había puesto a coser, Hyun había acabado muerto. Pero así era. Shy se encogió de hombros. No había sido su culpa, sino de aquel trío de imbéciles y de los Blackmore. Sin poder quitarse del todo de la cabeza el rostro de su difunto allegado, enhebró la aguja.

Su mente divagó, proyectando mil diseños distintos. Aún le dolía el hombro. Frunció el ceño al pensar en el friki de la lanza. Si hubiera tenido ropas algo más resistentes, podría haber sufrido menos daños por aquella vil estocada. Ahora tenía algo más de habilidad con las agujas. Imaginó telas plegadas sobre sí mismas hasta formar densas capas de hilo que dificultasen el paso de las armas, como las armaduras acolchadas que se les daban a las levas de algunos reinos. ¡Incluso podía permitirse algo estiloso! Imaginó aquel diseño con forma de traje de chaqueta, mientras empezaba a tejer...
#14
Illyasbabel
cuervo de tiburón
Al cabo de unas cuantas horas de beber cerveza y discutir con borrachos, Illyasbabel se retiraba de aquel rancio Bar con el que se había topado. Apenas había entrado y las miradas prejuiciosas de los hombres se encargarían de declararlo como un importuno. La peculiar apariencia alada del viejo Lunarian había molestado a un grupo de borrachos. Claro está los ignoro con suma audacia y se sentó en una de las bancas frente a la barra. Pero el pasar del tiempo traía consigo un disgusto provocado por las constante risillas de dichos sujetos que no paraban de murmurar a sus espaldas. Asique al finalizar su tercer pinta de cerveza se retiró del lugar para no causar disturbios indeseados, aunque las ganas no faltaban, - típico de humanos - pensó, en su desdén, mientras se escapaba de su desdicha.

 La sed de alcohol no mermaba en lo absoluto, por lo que deicidio regresar al motel donde habían parado, con algo de suerte se encontraría a alguno de sus compañeros. Recordó audazmente que allí servían buen sake, - no se discuta más - se dijo así mismo, mientras analizaba el recorrido de vuelta y consecuentemente alzaba vuelo por los aires. No acostumbraba a viajar volando, más que nada para no llamar la atención de los locales, pero esta vez se vio inspirado a estirar sus alas, era una sensación difícil de comparar pero que siempre le generaban una paz liberadora.

 Aterrizó cual ave en su nido, con una destreza sublime y con una ligereza destacable. Al llegar simplemente accedió por la puerta principal de la Posada exclamando un saludo por los aires. - ¡Buenas tardes familia! - gritó con fuerza, pero solo la madera de las paredes lo recibieron, una sala vacía y decepcionante. La posada seguía igual de vacía como cuando habían llegado, esta vez siquiera había alguien en la barra por lo que se tomó el atrevimiento de auto servirse. Nada nuevo para Illyasbabel que rápidamente se desplazaba por encima de la barra hasta alcanzar las botellas en el mostrador. Luego de un rápido análisis del contenido de la repisa pudo divisar una botella de sake a medio llenar. La tomo con una mano y luego sirvió dos pequeñas tacitas. - ¡Oh! ¿¡eres tu Shy!? - exclamó entusiasmado al oír el crujido de las escaleras mientras hacía un esfuerzo por divisar a la figura que se encontraba en la sala contigua. - ¡Ven! ¡Ven! ¿gustas un poco de sake? la casa invita. -
#15
Shy
"Shy"
Una deliciosa ola de orgullo recorrió su cuerpo cuando presenció una de las mangas perfectamente cosida y reforzada de la manera que había previsto. Shy suspiró y se secó la frente, más que satisfecho. Nunca había realizado un trabajo con tanta pericia, ni había aplicado la mitad de la inventiva que había utilizado para aquella prenda. Dicho de otro modo, esos ropajes marcarían un antes y un después en su habilidad como costurero. 
El conflicto le sobrevino instantes más tarde. Tendría que haberlo previsto. Tendría que haber tenido esta idea hacía años. Ya llevaba mucho tiempo enfrentándose a peligros en las calles, joder, ¿por qué no lo había pensado antes? ¿Por qué no había cosido no uno, sino una docena de trajes idénticos? ¿Por qué no había protegido a Hyun? ¿Por qué había permitido que Ame muriera aplastada por la muchedumbre?
Shy dejó sus herramientas en la mesilla frente a sí y se frotó los ojos cansinamente. Estaba harto de tener tantos remordimientos, pero últimamente parecía que la vida no era más que una progresiva acumulación de arrepentimientos, oportunidades perdidas y fracasos invencibles. ¿Y él? Solo un peón, el artífice de todos aquellos fallos que le atormentaban y que era incapaz de evitar. 
Necesitaba dejar aquellas cuatro paredes. Ni siquiera coser le estaba aliviando sus zozobras. Emergió de su habitación, del mismo modo en el que un buceador rompe la llana superficie del océano para respirar. Bajó a la planta principal, esperando salir de allí y darse un paseo en silencio. 
Mas su suerte no hacía más que empeorar. Allí se encontraba Illyasbabel, de vuelta de otra de las que suponía que serían sus habituales jaranas. Nunca había encontrado tanto amor por el jolgorio y las bacanales encerrada dentro de una persona. Se preguntó si acaso su compañero no sería tres tontattas de circo metidos en una gabardina. Eso lo habría hecho... Bueno, igual de soplapollas.
Sin perder un solo segundo, su compañero volvía a descorchar las botellas y regar su gaznate, y le invitaba a participar de su juerga. Shy torció el gesto, mas no tardó en encogerse de hombros. Venga, ¿por qué no? Un trago siempre viene bien para olvidar. Y saben los dioses que tengo demasiado que olvidar. Vaya días más nefastos. Silencioso como una tumba, Shy se acercó a la mesa de Illyasbabel y tomó asiento.
-Me parece bien -expresó sin mucha ceremonia.
Shy se acercó uno de los vasitos y lo llenó hasta el tope del licor de arroz, y sin pensárselo dos veces, lo tragó de una vez, disfrutando del ardor propio de las bebidas espirituosas reptando por su garganta y haciendo hormiguear su rostro y sus manos. No tenía una adicción... Pero ya se había acostumbrado a usar la bebida para olvidarse un rato de sus problemas. Observó a Illyasbabel, e imaginó que la invitación a beber vendría sucedida por algún tipo de charla motivacional, propuesta absurda, o sarta de chascarrillos sin gracia que harían enloquecer a cualquiera con oídos. No sabía cuál de las tres sería peor.
#16
Illyasbabel
cuervo de tiburón
Bien, tenía un compañero de tragos, se preguntaba mientras tanto que habría sido del pelirrojo que aparentemente había desaparecido. Sonrío al notar como Shy compartía su simpatía con el licor, por lo que no dudó en volver a llenar su tacita con sake y la de él. - Vaya que delicia... - dijo, luego de su primer trago. - Me alegra verte por aquí he! he! - mencionó a su apático compañero, Illyasbabel tenía el plan perfecto para cambiar su malhumor, o al menos eso pensaba el viejo. Luego de su segundo trago, colocaría su sombrero de paja a un costado de la barra y encendería un cigarrillo. Una vez más lleno las tacitas con el sagrado licor he hizo una breve pausa antes de tomarlo. Observó de reojo a su compañero con una actitud disimulada para intentar persuadirlo - Oye ¿Y si entrenamos un poco? Ya sabes... mover un poco el cuerpo y poner a prueba nuestras habilidades...- dijo, mientras pitaba del cigarro. Automáticamente se respondió a si mismo, como confirmando su propia idea, - Si... será lo mejor para conocernos - estaba convencido de ello, para Illyasbabel el combate era la mejor forma de conocer a alguien, al menos era el lenguaje más claro para él, la brutalidad y los golpes como comunicadores.

 Si pretendía ser un buen compañero Illya debía darse a conocer y hacer un esfuerzo por conocer a sus nuevos compañeros, no era lo acostumbrado compartir batallas pero a partir de ahora eso cambiaría, las batallas futuras implicarían conocer sus posibilidades para no entorpecerse y hacer de la batalla un encuentro claro y eficaz. Nada de esto estaba claro para el viejo, solo intuía que era lo mejor para ellos. En su brutalidad y torpeza pocos eran los métodos conocidos para socializar y empatizar. - ¡No sin antes un ultimo trago! - exclamó riendo en su clásico tono irritante. Llenó nuevamente las tacitas para luego dar un ultimo trago. 

 Poco a poco empezaba a entender la mirada de su compañero, que de vez en cuando parecía sufrir con su mera existencia, pero esto no detendría al insistente e indomable Illyasbabel, su propio carácter y torpeza eran suficientes para motivar por las buenas o por las malas a su compañero. - ¡Vamos! levanta ese espíritu - dijo, mientras que de un salto se deslizaba por al barra hasta alcanzar el costado de Shy.
#17
Shy
"Shy"
Shy tenía mucho estómago, eso se lo habían demostrado tantos meses de andar por los más viles fangos de Loguetown tratando con indeseables y salpicándose con la sangre y las vísceras de otros indeseables -lo que le hacía preguntarse si no le vendría bien buscar otras compañías-. Lo que no sabía Shy era si tenía tanto hígado como estómago. Viendo su taza llenarse por segunda vez, con el despreocupado Illyasbabel haciendo de inconstante sommelier, se preguntó si podría sobrevivir a una tarde entera en compañía de aquel individuo. Desde luego, su recia constitución le hacía pensar que podía aguantar una cantidad absurda de licor. Shy se miró su huesudo brazo. Definitivamente no estaba hecho de la misma pasta. Sin embargo, le empezó a dar algo de reparo y vergüenza el hecho de que le estuviera agasajando y él tuviera una actitud más bien... Insufrible. Así pues, con gesto dubitativo, vacío la segunda taza de sake, y aunque ya tenía aquel agradable calor en la garganta, notó que lo que crecía era el hormigueo debajo de su rostro.

El cazador, algo mareado, asintió sin mucha convicción como agradecimiento por la invitación. Illyasbabel seguía como de costumbre, bebiendo y fumando y riendo de una forma que Shy esperaba que se volviera menos insoportable con el tiempo. Ajeno a cualquiera de las actuales flaquezas en el juicio que Shy pudiera estar teniendo, producto de la bebida, dijo algo de "cuerpo" y "habilidades". A Shy siempre le había comido la vergüenza cuando no entendía a otro interlocutor en una conversación, para lo cual había desarrollado una técnica infalible que le permitía librarse de aquellos atolladeros: fingir que lo había entendido todo a la perfección con un firme asentimiento. Por supuesto, aquel movimiento de cabeza fue todo lo firme que le permitió la tasa de alcohol en sangre que tenía encima, pero esperaba haber trasladado el mensaje. 

Illyasbabel debió de haber celebrado que Shy le dijera que sí, pues volvió a su risueña disposición inmediatamente después, y llenó por tercera vez el vaso de Shy. El cazador se vio reflejado en el transparente licor. Bueno, de perdidos al río. Ya se jugaba la vida cazando a los más abyectos individuos para ganarse el cocido, así que tomar un tercer vaso de sake no le parecía una idea tan atrevida. Con manos temblorosas, aferró el vaso como un marinero se agarra a los cabos de su nao cuando esta zozobra en la tormenta, y tragó de una vez todo el vaso.

Sí. Aquella iba a ser una tarde muy interesante.
#18


Salto de foro:


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