Vance Kerneus
Umi no Yari
13-11-2024, 07:47 PM
El amable músico escucha con atención tu explicación, asintiendo con la cabeza en ocasiones y reflejando una enorme perplejidad en otras. Parece estar siendo capaz de seguir solo en parte tu relato, pues al final lo que cuentas tiene algo de mágico, de esotérico, que no siempre resulta sencillo de entender. Pero si de algo entiende Rizzo es de música y de sentir auténtica pasión por ella, así que al menos en parte es capaz de captar lo que intentas transmitirle.
Poco a poco va entendiendo más de lo que le dices, y puedes observar cómo sus ojos empiezan a perlarse hasta terminar llenándose de lágrimas que surcan sus mejillas como un río de profundas emociones que termina cayendo hasta el suelo. La música es, al fin y al cabo, emoción, y escuchar a un compañero de profesión referirse a ella de esa manera tan intensa y conmovedora toca una fibra sensible en su interior. Rizzo siente muchas de las cosas a las que Lobo se refiere, aunque no puede evitar pensar que pese a ello nunca ha conseguido un efecto tan poderoso con su música.
Entre lágrimas y visiblemente emocionado, Rizzo traga saliva y mira fijamente al mink. Sus ojos tienen una intensidad que solo podrían reflejar los de alguien que está ante un momento de esos que le cambian la vida para siempre. Sus palabras brotan de lo más profundo de su garganta, ligeramente temblorosas al principio, pero decididas:
- Tienes toda la razón, Lobo. El amor por la música mueve masas, es una de las fuerzas más poderosas de este mundo. Creo firmemente que todos los problemas que asolan a la humanidad podrían solucionarse si en vez de centrarse en pelear los poderosos compartieran su música.
A vuestro alrededor los clientes que pasan os señalan y cuchichean, probablemente reconociendo vuestros rostros como los culpables del éxtasis que se vivió la noche anterior. Al fin y al cabo lograsteis mover a las multitudes como muy pocos artistas habían conseguido hacer hasta ahora en el Baratie. Y desde luego, nadie allí había asistido nunca a un final tan apoteósico. Así que no es de extrañar que vuestras caras se hayan hecho conocidas entre quienes están en el establecimiento.
Es en ese momento cuando Rizzo, llevado por la emoción incontenible, se abalanza sobre ti y te abraza. Sientes que sigue llorando, incapaz de detener las lágrimas que brotan de sus ojos como cascadas. En voz baja, antes de separarse de ti, te dice:
- Gracias, Lobo. Gracias de verdad por ese amor que sientes por la música. Mientras siga habiendo personas como tú la música nunca morirá. Prométeme que te convertirás en el Rey del Pop y cumplirás tu sueño, ¿vale?
Una vez hubo terminado de hablar se separó de ti y abandonó la sala tras decirte adiós con la mano. Parece que tienes un nuevo amigo, alguien que te animará en tu lucha por llegar a la cima del panorama musical.