Hay rumores sobre…
... que una banda pirata vegana, y otra de maestros pizzeros están enfrentados en el East Blue.
[Diario] Diario de Kael
Kael
El Fantasma del Mar
Dia 13 de Verano, Diario de Kael
Las horas en la taberna el día anterior habían pasado lentas pero por suerte el día había terminado. Me ajusté la capa sobre los hombros antes de abrir la puerta, dejando atrás el fresco de la tarde cuando ya empezaba a oscurecer. No era la primera vez que este lugar me recibía, llevaba ya un día aquí después de todo echando una mano por las noches. El tabernero, un hombre robusto con una barba densa, me observó con un aire de curiosidad, pero se dedicó a servir a los escasos clientes.

Las conversaciones a mi alrededor eran una mezcla entre murmullos de borrachos y risas escandalosas, y al mismo tiempo se entrelazaban con los clac clac clac de las cartas, aumentando la sensación de que aquí en este bar no había prisa, la noche era joven. Cada vez que podía observaba los mapas en la pared, cada trozo de historia grabado en madera, hablaba de grandes viajes y aventuras, un tema que siempre me había gustado.

Me puse el delantal para ayudar al tabernero, mientras aprovechaba para tomarme algo yo también.  Sorbo tras sorbo, el amargo consuelo comenzó a calar. Cada trago era un recordatorio de que estaba lejos de Oykot, lejos de las preocupaciones que había dejado a mis espaldas. Mientras mi bebida se reducía, iba aprovechando y limpiando el suelo, y las mesas a medida que los clientes iban llegando y yéndose. Un hombre de voz ronca entonó una canción sobre el Sake de Binks, y las risas fueron la respuesta que marcó la conexión entre desconocidos, mientras que otros decían que desafinaba mucho y mendrugos de pan llovieron por el local. Mendrugos que después tuve que limpiar, obviamente.

Pasó la primera parte de mi turno, en un batiburrillo lleno de entregas, intercambio de historias a medias, y una broma aquí y allá. La sensación de pertenencia creció mientras aprendía el arte del oficio, y en cierta manera me sentía bien conmigo mismo con cada sonrisa de satisfacción a medida que iba entregando las bebidas a los clientes. El ritmo de la vida aquí era diferente, definitivamente.
#1
Kael
El Fantasma del Mar
Día 13 de Verano, segunda parte del turno
Era una noche tranquila en la taberna, la gran mayoría de clientes se habían ido, pero los parroquianos de siempre mantenían una conversación entretenida, haciendo de la taberna un lugar donde el humo de pipa se mezclaba con risas, algún grito de vez en cuando, y el sonido de las copas cada vez que se apoyaban en la mesa. Era un día tan tranquilo que incluso le invitaron a una partida de cartas, y aunque pareciera algo muy simple, intenta jugar una partida de cartas con un solo ojo y un brazo, a ver si el simple hecho de mover las cartas de tu mano parece tan sencillo. 

Frente a mí estaba el tabernero, un hombre robusto con gran fama en sus tiempos, se dice que esta taberna es parte de una herencia, pero otros dicen que la ganó en una partida de cartas, así que debía ser muy bueno jugando. A su lado, Bill, apodado “3 manos” pero no porque tuviera realmente 3 brazos, como algunos gyojin según me habían comentado. Su  apodo venía por su habilidad con las manos y el repartir mazo, era asombrosa, capaz de realizar los movimientos más rápidos y engañosos hasta el punto de que realmente parecía que tuviera otra mano por la velocidad. Al otro lado de la mesa, una joven de cabello oscuro, llamada Mara, observaba con una sonrisa pícara. Se decía que había crecido en las calles y entre bares. Sinceramente no sabía que hacía yo aquí en medio, pero como no iban a apostar dinero sino piedras como si fueran dinero,y sólo jugar por diversión no veía porqué no participar.

Minutos después sabía que me había metido en un buen lío al aceptar el reto. Conocía las reglas del juego y confiaba en mi memoria para intentar recordar las cartas que habían salido anteriormente, pero aun así ninguna estrategia que estaba utilizando parecía posible contra estos tres. Ni siquiera una ronda.

Vamos, Kael, ¿no decías que se te daba bien jugar a las cartas?- retó el tabernero, con una sonrisa que apenas podía percibir, pero que sabía que estaba ahí.

- Contra personas, no contra demonios - respondí siguiéndole la broma.

La siguiente partida comenzó. Cada jugador fue echando sus cartas, una tras otra, mientras las "apuestas" subían. No podía jugar con la misma rapidez que sus oponentes, ellos llevaban toda una vida detrás de este tipo de juegos después de todo. A medida que iban avanzando las rondas, iba empezando a entender patrones en sus maneras de jugar. Llegó un momento en que apenas escuchaba las cifras de las apuestas, estaba empezando a pillarles el truco a su manera de jugar. Tras barajar, les hice una oferta interesante. -Si gano la siguiente ronda, tendré bebidas gratis de aquí a un mes.- Le dije al tabernero- Y ellos pagarán la cuenta de esta noche- les dije mirandoles a la cara a Bill y a Mara-

No pudieron evitar sino reirse por completo de mí, aunque en el fondo notaba una ligera preocupación. Con cada carta que se daba, los tres empezaron a darse cuenta de que jugaba con una estrategia completamente diferente. Iba asimilando de los números y las cartas que habían salido, y con eso, iba calculando probabilidades de las combinaciones de las próximas cartas que iban a salir y al mismo tiempo, me adaptaba a cada movimiento que hicieran los enemigos.

Finalmente, llegó la última carta para mostrar y tras un intercambio de miradas nerviosas, Bill la reveló para todos. -Todo o nada- dije con una calma que sorprendió a todos. Mostré mis cartas y todo el mundo se había quedado callado. Con una combinación perfecta, un póker de 7, el resto no pudo evitarlo: había ganado la partida.
#2
Kael
El Fantasma del Mar
La noche era oscura después de mi turno en la taberna, y el viento se colaba por las rendijas de la ventana circular. Me encontraba encerrado en mi cuartito encima de la taberna, el único refugio que tenía después de un largo día pero al menos era un sitio seguro. La taberna crujía debajo por el frío de la madera al poco a poco terminar de irse el calor humano y de la chimenea apagada hace ya rato, pero aquí arriba, la atmósfera se notaba todavía cargada. Mi akuma no mi, la Numa Numa no Mi, me intrigaba ver hasta dónde podría llevarme y qué hacer con ella. Apenas había tenido tiempo de hacer nada con ella.

Con la luz de una pequeña lámpara me puse encima de la cama a probar mis habilidades. Cerré los ojos y respiré hondo, dejando que la sensación de usar la fruta fluyera por mi piel. Concentré mi energía y, poco a poco, un remolino de barro comenzó a tomar forma frente a mí encima de mi mano. A medida que mi mano se movían, el barro se erguía y moldeaba, adquiriendo la forma de un pequeño tentáculo. El tentáculo se contorsionó de un lado al otro siguiendo mis órdenes. Podía sentir mi voluntad fluir en él, una conexión poderosa que me hacía sonreír de emoción.

- Que curioso.. -murmuré, observando cómo el tentáculo de barro cobraba vida y al mismo tiempo creé otro más para acompañarle-

A medida que les daba instrucciones, me di cuenta de que controlar a esas pequeñas criaturas era más complicado de lo que pensaba. Se movían torpemente, al menos mucho más que sólo con uno. Frustrado, volví a concentrarme y repetí el proceso, la energía de mis poderes fluyendo con más fuerza.

Esta vez conseguí que me hicieran mucho más caso, así que empecé a practicar sus movimientos. Podía hacer que se sumergieran en el suelo como pequeños charcos de barro y emergiera volviendo a tener sus formas de tentáculo. Sin embargo, mis propios límites pronto se hicieron muy evidentes. Cada vez que intentaba darle instrucciones más específicas, una parte de mí se agotaba considerablemente.

La noche avanzaba y casi había logrado estar casi 20 minutos dándoles instrucciones. Cada vez que uno de mis experimentos fallaba, me recordaba que este poder era algo que había conseguido de la nada y que me permitía conseguir mis objetivos, así que fallar al principio era algo que podía permitirme.
#3
Kael
El Fantasma del Mar
Día 31 de Verano

Llevaba ya varios días navegando como parte de la tripulación de los Piratas de Hizashi. Mi labor era ser explorador, al igual que el Sr. Pato, pero se podría decir que mi trabajo principal era hacer que no se mataran entre ellos. 

Ese día estaba en la cubierta de nuestro barco cuando llegó el periódico local a través de estas gaviotas tan simpáticas que hacen de repartidores. Le entregué el dinero por un par de ellos, siempre me gustaba tener más de uno para poder tener yo uno y leerlo tranquilamente sin molestar al que quisiera leerlo también, aunque siendo sinceros, la mayoría de la tripulación no estaría interesada en los periódicos.

Empecé a ojear el periódico y más o menos tenía la mismas noticias de siempre. Economía de aquí y de allá, noticias de diferentes partes del East Blue, robos de ganado en el Desierto de Kalab, la reconstrucción del astillero de Isla Kolima, el Rey del Reino de Goa se dice que va a palmarla, un volcán de isla Rudra parece estar semiactivo, el Reino de Oykot aumenta su seguridad durante los últimos días.... ¿El Reino de Oykot aumenta su seguridad? Dudo que esto sea por mí, hace mucho que he desaparecido del mapa.

Seguí leyendo el periódico hasta que dí con el siguiente titular: 

Cita:30 de Verano Isla Kilombo recibe un ataque masivo por parte de los piratas Veganos, un reducido grupo de decididos marines defendió el ataque y acabo con el Líder Vegano, Broco Lee. Durante la dura batalla el faro y gran parte de los acantilados fueron destruidos. Se rumorea que en la Isla están pensando como aprovechar la construcción de los acantilados.

Dí un golpe contra la mesa con todas mis fuerzas, haciendo temblar todo lo que se encontraba encima de ella. Broco Lee había muerto. Yo tendría que haber estado ahí, ayudándoles y no preparándome para buscar un tesoro en la isla de Momobami. Tendría que haber ido con ellos. Mi tripulación y yo tendríamos que ir a Kilombo, antes de partir a Momobami, a lo mejor allí me enteraría más de todo.
#4
Kael
El Fantasma del Mar
Noche del 43 al 44 de Verano

Un rumor había llegado a nuestros oídos, un tesoro en la isla de Momobami. Había escuchado de esa isla en el pasado, pero haber un tesoro implicaba que tendría que haber personas antes en esa isla y no estaba muy puesto con la historia de esa isla en particular. Igualmente, al capitán le pareció buena idea ir para allá en busca de riquezas y tesoros, así que como para decir que no.

Llegamos a la isla de noche y pronto desembarcamos. Tuvimos que cruzar una selva hasta encontrar una cueva que Pato y yo pudimos leer. Es complicado traducir cualquier cosa de otro idioma, especialmente de los antiguos, por lo que coincidir en la traducción nos tranquilizó bastante a ambos. Descendimos por la cueva y al poco de avanzar resultó ser una trampa en la que caímos a una sala con placas. Allí conocimos al increible Indiana D. Jones y mucha más gente, entre ellos reconocí por suerte a alguien con un cartel de Se Busca muy superior al mío y tuvimos que resolver un puzzle para bajar por unas plataformas antes de que cayese el techo.

Seguimos por unos puentes cuya pista nos hizo tirarnos al agua para aparecer mágicamente en otra sala delante de una estatua imponente, poniendo a prueba nuestra voluntad de seguir adelante. La estatua nos la llevamos, obviamente. Avanzamos hasta un laberinto donde me desvié del camino de mis compañeros y menos mal. Esos segundos extra que gané me sirvieron para conseguir el tesoro antes que nadie, aunque activé la trampa escondida en la gema acelerando todo el proceso. Por suerte nos dió tiempo suficiente para hacer un plan B, y capturar al hombre del Se Busca.

No nos dió mucho margen a recoger tesoros igualmente, pero entre la estatua, la gema, lo poco que habíamos pillado y si dentro de poco conseguíamos la recompensa que daban por ese hombre, sería una suma mucho mayor incluso a la de el tesoro que podríamos haber pillado de la sala.
#5
Kael
El Fantasma del Mar
Día 44 de Verano

Desde que obtuve mis poderes en la tripulación hemos bromeado con hacer algo grande e inesperadamente, legal. Con mi habilidad para crear barro y controlarlo hemos tenido la idea de abrir un negocio en algún lugar bastante concurrido: un resort de lujo con baños de barro, donde la gente vaya a descansar y mejorar su piel con las propiedades beneficiosas del propio barro. ¿Puede que esto venga de cierta obsesión de mi parte de querer meter gente en el barro? es posible, pero ese no es el punto de toda esta fantasía empresarial.

La primera cosa que necesitaríamos es un local. Tendríamos que buscar por la ciudad, o encontrar una propiedad a las afueras, preferiblemente rodeada de un bosque espeso. Sería el lugar perfecto para un resort así, más que en medio de la ciudad, pero dependerá realmente de la isla en la que estemos. Y si no encontrábamos un edificio ya construido, Drake podría hacerlo. O incluso podríamos pagar a un arquitecto para que hiciera los planos y todo.

Utilizando mis poderes y los de Drake podríamos remodelar rápido el terreno. Crearíamos cabañas de barro o de piedra que se integrarían perfectamente con el entorno, cada una decorada con detalles para distinguirlas unas con otras. Crearíamos  habitaciones con suelos de lodo o piedra según la habitación. Pero eso no sería todo, la atracción principal sería construir también una laguna de barros termales, donde la gente pueda sumergirse y descubrir los beneficios terapéuticos de los barros naturales.

La parte más difícil sería conseguir clientes. Inaugurar algo así lo más sencillo sería utilizar el periódico de la zona para promocionarnos, pero aun así sin una buena localización no todo el mundo va a viajar de una isla a otra sólo para algo así. Tendríamos que abrir en una isla concurrida para ello. Loguetown, por ejemplo. Así aunque fuera a las afueras sabríamos que habría gente interesada, y con los poderes de Drake y los míos podríamos hacer rápidamente unas carreteras que fueran directos a nuestro resort en caso de estar alejados de la ciudad.

Tendría que darle vueltas a esta idea en el futuro. Quien sabe cuando podría utilizarse.
#6
Kael
El Fantasma del Mar
Día 30 de Verano

Llevo un tiempo dándole vueltas a cómo podría volver a tener un segundo brazo... o un segundo ojo, cualquier cosa me vendría bien. Todavía recuerdo que las primeras semanas tras la pérdida fueron un tormento. Tuve que adaptarme a hacer todas las tareas, por más simple que fueran, con solo una mano. Por suerte era diestro y ya tenía destreza suficiente como para desenvolverme bien sólo con ella, pero aun así era un mundo. 

Escuché historias, aquí y allá,  sobre herreros y científicos capaces de forjar prótesis de gran calidad, hechas de metal y tecnología. Se dice que incluso que las creaciones no solo son funcionales, sino que otorgan al portador una fuerza mayor a la de un brazo normal o incluso poder disparar lasers desde las manos. Esa idea había empezado a atraerme.

También he oído hablar de personas que ya se han implantado este tipo de tecnología en su cuerpo y no solo en brazos sino trasplantes de ojos. Se dice que han fabricado brazos artificiales para piratas y marines, brazos que se asemejan a los reales, incluso capaces de accionar armas ocultas. La idea de un brazo que no solo me devuelva la movilidad, sino que también me ofrezca la posibilidad de combatir una vez más me atrae bastante. No es que esté mal, gracias a los poderes que tengo puedo crear un brazo con lodo y demás, pero no es exactamente "mi brazo".

Los miembros de la tripulación me animan en buscarlos, de hecho me han dicho que desde que sean lo suficientemente mañosos ellos mismos me harían uno. Pero sabiendo lo locos que están no sé yo si me dejaría pasar por quirófano sabiendo que ellos son los médicos. Quizás de Bonez sí, pero del resto permiteme dudarlo... Seguramente acabaría con cuatro brazos y tres ojos.
#7
Kael
El Fantasma del Mar
Día 20 de Verano
He estado pensando en ello, y para ser honesto, la idea no me ha abandonado del todo. Cada día, mientras navegamos, me encuentro mirando el horizonte, ansioso por encontrar algo que me devuelva la sensación de emoción que solía tener. No es que no ame ser parte de los Piratas de Hizashi; en realidad, eso es lo que me mantiene en pie y me da ganas de continuar, pero al mismo tiempo siento que necesito hacer algo más grande, algo que me defina realmente.

La verdad es que no he dejado de soñar con dos cosas: ser un gran aventurero y vengarme de Salazar. Ser de esos aventureros que tienen historias que contar, medallas o cicatrices de guerra que mostrar y trofeos o logros por las paredes. Historias que vuelen por el mundo sobre aventuras en una isla perdida, un enemigo muy imponente o cosas por el estilo.

Un día, mientras estábamos en un pequeño muelle de Kilombo, escuché a unos ancianos narrando historias sobre un tesoro en una isla cercana. Decían que los de la isla tenían registros de civilizaciones pasadas por diferentes zonas de la isla y eso hacía que me llamase aún más la atención. Y se juntaba con un cometa que se esperaba que pasase justo por encima de esa isla en unos 20 días. ¿Estarían conectados ambos eventos? ¿sería esa la aventura que estaba buscando?

No tardé en compartir mi idea con los demás de la tripulación. Algunos se rieron, pero otros se mostraron intrigados. Pato, que siempre busca el más mínimo instante de hacerse con una fortuna, se puso rápido de mi parte. Drake y Vesper, quienes no pueden resistir una buena pelea, se apuntaron enseguida sabiendo que podría haber peligros a los que derrotar. La risa de los demás se fue desvaneciendo a medida que comenzaban a notar lo seria que era mi intención. Llevábamos poco juntos como tripulación, pero ya nos estábamos empezando a conocer todos un poco mejor como para saber de que pie cojeaba cada uno.

Sé que este plan podría ser un fracaso rotundo, o podría ser el cambio que he estado esperando. La idea de que podríamos convertirnos no solo en piratas, sino también ser cazadores de tesoros, cazarecompensas incluso. El cielo era el límite como se solía decir y nosotros tendríamos que ser los únicos que nos pusiéramos impedimentos para hacer algo. 

Así que en eso quedamos, nuestro destino sería ir a Loguetown de momento, hacer varias cosas allí y ya luego irnos a por ese tesoro misterioso.
#8
Kael
El Fantasma del Mar
Día 44 de Verano
Vuelta de la búsqueda del tesoro, navegando a Kilombo

Me senté en la cima de una mi cama, respirando hondo y profundamente intentando relajarme y pensar sobre lo que había pasado el día anterior. De mi mano, hice aparecer la gema principal que había traído de su reciente aventura en la isla de Momobami. La piedra, de un resplandor rojo profundo, parecía tener energía propia, como si en parte tuviera una gran presencia de ella pero sin embargo no era un ser vivo. A medida que la sostenía, una extraña sensación de poder emanaba de ella. 

Las historias susurradas por los ancianos en las tabernas de Kilombo sobre el tesoro de esa isla no dejaban de resonar en mi mente. Claramente había sido forjada en la antigüedad, custodiada por su pueblo a lo largo de los siglos. Cada una de las pruebas que habían diseñado para protegerla era una mezcla de arquitectura e innovación que no se mantenía a día de hoy y, sin embargo, ellos eran capaces de hacerlo tanto años atrás. Trampas mortales, laberintos engañosos y estatuas de piedra que se movían solos... Claramente habían sido diseñados para disuadir a cualquier intruso que intentara apoderarse de su legado. O incluso matarlos.

Comencé a imaginar las infinitas posibilidades que podría ofrecerle aquella gema. ¿Podría dotarle de habilidades sobrehumanas? Tenía los poderes del barro pero aun así algo más siempre sería de ayuda. ¿Quizás la capacidad de manipular el agua, como un dios del océano? Eso me quitaría un poco el miedo a caer en el agua la verdad. Las posibilidades eran tan amplias como mi imaginación. 

Mientras giraba la gema entre mis dedos, sentí una fuerte pulsación, casi como latidos. Si la piedra tenía tanto poder, ¿alguna vez podría aprender a controlarlo? ¿cómo había podido su civilización haber encontrado un modo de protegerla tan eficientemente sin haber probado su potencial? Si eran capaces de hacer algo así, ¿cómo habían desaparecido de la nada? La sala estaba llena de tesoros y de esqueletos. Podría haber salidas mucho más factibles para una civilización entera que ese final.

Necesitaría investigar mucho más de este caso, pero las ruinas estaban posiblemente o inundadas o destruidas... necesitaré tiempo para pensar.
#9
Kael
El Fantasma del Mar
Día 23 de Verano, Noche

La noche había llegado a este largo día y una vez más me encontraba en la habitación del barco, una habitación pequeña pero acogedora que servía como lugar de trabajo y de descanso al mismo tiempo. Las risas, las conversaciones y las palabrotas habían poco a poco ido callándose a medida que cada uno iba a su habitación y mientras mi mente estaba cansada pero con intención de probar otra vez qué podía hacer con mis habilidades.y esa noche decidí que era el momento de hacerlo.

Encendí la vela de un farol que se quedó parpadeando a mi lado con cada movimiento que hacía o amenazando con apagarse con mi respiración. Cerré los ojos y me dejé llevar por la sensación de la energía que notaba bajo mi piel cada vez que utilizaba mis poderes. No era una sensación mala ni asquerosa, pero sí que tenía un estímulo que me avisaba que estaba usando los poderes. A medida que respiraba profundamente, sentí cómo el barro que formaba parte de mí comenzaba a moverse al unísono con mis pensamientos. 

-Vamos a probar algo nuevo - murmuré para mí mismo, abriendo los ojos de golpe. Concentré mis energías en mi mano, y con un movimiento firme, invoqué el barro. Una espiral comenzó a formarse lentamente ante mis ojos, tomando la forma de una pequeña serpiente que se enroscaba en el aire. Se alzó de mi palma varios centímetros conectada por un hilo de barro que usaba de soporte.

-¡Esto es increíble!- exclamé, maravillado al ver lo que estaba creando como si fuera un niño pequeño cómo la serpiente se movía ante mí sólo con pensarlo. Podía sentir que la serpiente de barro respondía a mis emociones, adoptando diferentes formas y tamaños con un simple pensamiento. Intenté hacer que se moviera más rápido, pero en lugar de eso, el pequeño ser se desmoronó en un montón de lodo. Había perdido el hilo de barro con el movimiento tan rápido y acabó lanzado a la otra punta de la habitación.

-Puedo hacerlo mejor-  me dije animándome.  Invoqué barro desde mis pies y lo uní con el barro para traerlo de vuelta y recogerlo todo. Volví a abrir mi mano y volví a crear a la serpiente desde el principio, dándole mayor atención a los detalles. Cada pequeña escapa de la serpiente debía ser perfecto, y esta vez, cuando lo mantuve en el aire, la serpiente tomó una forma más definida que antes.

Pasé parte de las siguientes horas experimentando, no me tocaba guardia ese día así que podía permitírmelo. Tras múltiples intentos fallidos, logré que la serpiente se moviera en círculos alrededor de mi habitación en el círculo de barro que había creado, mientras yo seguía probando diferentes formas y figuras. Podía hacer que el barro se transformara en un pulpo que nadaba la superficie del barro o en un muro que me protegía. 

Sin embargo, pronto me di cuenta de que este entrenamiento tenía un costo. Otra vez notaba que el esfuerzo mental de mantener todo esto me cansaba cada vez más, y cada invocación, cada transformación y sobretodo cada detalle que hacía en el barro que realizaba me drenaba un poco más de esa energía. Decidí en ese momento recoger todo el barro en mí y tomarme un momento para respirar.

-Quizás necesite un enfoque diferente- pensé mientras me recostaba en mi cama. La vela ya estaba a punto de apagarse y estaba observando las sombras bailando en mi habitación de la vela luchando por mantenerse encendida.

Dejé mi mente vagar con las diferentes maneras de poder utilizar mis poderes, y para cuando me di cuenta, me había quedado dormido y ya el ruido de mis compañeros de tripulación volvían a inundar el barco.
#10


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