Alguien dijo una vez...
Bon Clay
Incluso en las profundidades del infierno.. la semilla de la amistad florece.. dejando volar pétalos sobre las olas del mar como si fueran recuerdos.. Y algún día volverá a florecer.. ¡Okama Way!
[Autonarrada] autonarrada t1 (poco hecha, hecha al punto)
Bob el Troll
El Troll
invierno 723
 Isla Kilombo.
—"¡Hoy voy a comer bien!" —gruñía satisfecho, mientras su estómago rugía más fuerte que él.
Al llegar a un claro, Bob soltó a las vacas, que mugían asustadas, claramente sabiendo que no les esperaba nada bueno.
Bob miró a los animales con una sonrisa confiada.
—"Vamos a ver... primero tengo que... eh... hacer fuego, ¿no?" —se rascó la cabeza. Recordaba haber visto a humanos hacer eso alguna vez. ¿Pero cómo lo hacían? ¿Golpeando cosas?

Tomó dos piedras y empezó a golpearlas entre sí con fuerza... demasiada fuerza. Las piedras se hicieron polvo en sus manos y Bob miró los restos, confundido.
—"Hmm... quizás esas piedras estaban defectuosas." —refunfuñó.
Después de varios intentos fallidos que incluyeron romper ramas, aplastar más piedras y, en un momento particularmente desesperado, gritarle a las vacas esperando que el fuego surgiera mágicamente, Bob logró, de alguna manera, encender un pequeño fuego.
Primera vaca: Con su fuego "perfectamente" encendido, Bob sonrió satisfecho.
—"Ahora solo queda cocinarla."
Agarró a la primera vaca por las patas delanteras y, sin molestarse en desollarla o cortarla, la tiró directamente al fuego, como si fuera un tronco enorme. La vaca dejó escapar un último mugido, y Bob se cruzó de brazos, orgulloso.
—"Esto va bien... ¿verdad?"

Diez minutos después, las llamas habían envuelto por completo a la vaca. El humo negro se alzaba al cielo como si estuvieran incinerando algo digno de una película de terror. El olor a pelo quemado y carne carbonizada llenaba el aire. Bob, impaciente, decidió que ya estaba lista. Sacó la vaca del fuego, y lo que antes era un animal ahora era una pieza de carbón gigante.

—"¡Comida lista!" —dijo con entusiasmo, dándole un mordisco... solo para sentir que su boca se llenaba de cenizas.
Bob escupió todo, mientras su cara se torcía en una expresión de asco puro.

—"¡PUAJ! ¡Sabe peor que... que... lo que sea que sea esto!" —dijo, arrojando los restos quemados al suelo. La vaca se desintegró en polvo.
Segunda vaca: Frustrado pero no derrotado, Bob se giró hacia la siguiente vaca. Esta vez, pensó en hacerlo mejor.

—"El fuego es muy complicado. ¡Mejor cruda! Así como hacen los lobos. Yo puedo hacer lo que hacen los lobos."
Atrapó a la segunda vaca, aún viva, y la levantó en el aire como si fuera un juguete.
—"¡Vamos allá!" —dijo Bob, dándole un gran mordisco al lomo del animal.

Pero pronto descubrió que la carne cruda no era lo que esperaba. Estaba húmeda, dura y absolutamente imposible de masticar. La vaca, además, estaba bastante viva y pataleaba frenéticamente.

Bob, con una mueca de asco, intentaba masticar el trozo de carne mientras la vaca mugia en pánico, moviéndose como loca.
—"¡¿Por qué está tan... crujiente y viscosa?!" —se quejaba Bob, intentando mantener su mordida mientras la vaca corría con él colgando de su lomo.
El animal, en un acto de pura desesperación, tiró una patada en la cara de Bob, logrando liberarse de su mordisco. La vaca salió corriendo a toda velocidad, con una mordida en el lomo pero todavía viva, desapareciendo entre los árboles mientras mugía de pánico.

—"¡EH! ¡Vuelve aquí! ¡No he terminado contigo!" —gritó Bob, masticando el trozo de carne cruda que aún tenía en la boca. La escupió al instante.
—"PUAJ, asqueroso... ¡No sé cómo hacen los lobos!"

Tercera vaca: Ahora quedaba una última vaca. Bob la miró fijamente, con la mirada más seria que había tenido en todo el día.
—"Tú no te vas a escapar, ¿entendido?" —le dijo a la vaca, que lo miraba aterrorizada. Bob se acercó lentamente.
—"Tercera vez es la vencida... pero... ¿cómo se supone que se cocinan estas cosas?" —se rascó la cabeza, mirando al cielo como si las respuestas cayeran de las nubes.
Decidió que tal vez lo mejor sería simplemente guardar la vaca para más tarde. Pero justo cuando estaba a punto de atarla a un árbol, la vaca soltó un sonoro pedo. No fue un sonido sutil, fue un trueno bovino. La explosión de gases resonó por todo el claro.

Bob, atónito, se quedó congelado, con los ojos como platos.
—"¿Qué... qué fue eso?" —dijo, sorprendido. Miró a la vaca, que lo observaba como si nada hubiera pasado.
—"¿Me estás tomando el pelo?"

Estalló en una carcajada tan fuerte que los árboles temblaron. Bob, completamente olvidado de su hambre por un momento, se reía a carcajadas mientras la vaca lo miraba con sus ojos vacíos y temerosos.
—"¡Jajaja! ¡La vaca se tiró un pedo! ¡Jajaja!" —gritaba Bob, sosteniéndose el estómago mientras seguía riéndose como un niño.
La vaca aprovechó la oportunidad. Con un empujón torpe, comenzó a trotar lentamente hacia el bosque. No estaba corriendo como las otras, simplemente caminaba, como si supiera que Bob estaba demasiado ocupado riéndose.
Bob, aún entre carcajadas, se dio cuenta demasiado tarde.

—"¡¿EH?!" —parpadeó, viendo cómo la vaca se alejaba tranquilamente—. ¡Oye! ¡Vuelve aquí!"
Pero la vaca desapareció entre los árboles, liberada por su inesperado pedo salvador.
Bob se quedó solo en el claro, sin vacas, sin comida y con el estómago rugiendo aún más fuerte.
Se sentó en el suelo, molesto y hambriento.

—"Malditas vacas... la próxima vez, ¡robaré algo ya cocinado!" —gruñó, dándole un puñetazo al suelo en frustración.
El suelo tembló, pero las vacas ya estaban lejos, riéndose (si pudieran) de la incapacidad culinaria de Bob.
Y así, el troll quedó solo en medio del bosque, pensando si algún día aprendería a cocinar... o si seguiría tirándole puñetazos a todo lo que no entendiera
#1


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