Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
14-10-2024, 11:55 PM
(Última modificación: 26-10-2024, 04:21 PM por Hunter D. Alpha.)
Verano, Dia 54.
Lo interesante de todo esto, es que la vida puede llegar a ser muy curiosa. Y puesto que tus aventuras hasta ahora no han sido todo un sube y baja de emociones. Desde conocer personas interesantes hasta vivir batallas que te han dado el gozo de sentirte el ser más vivo de todos. Realmente cuesta un poco describirte realmente, Alpha. Porque a pesar de que eres un joven pirata que simplemente busca cumplir todos sus objetivos a su manera, no dejas de ser alguien bastante fuera a la normativa común. Te describo siempre como alguien que se considera a sí mismo una criatura, algo que simplemente vive por y para satisfacer sus instintos. Pero si me permitieras describir ese tipo de criatura, me tomare el atrevimiento en este momento.
Bueno, vamos allá.
Eres el tipo de ser humano que simplemente busca vivir con tranquilidad. Eres alguien digno de ser llamado de muchas maneras. Después de todo, está en tu naturaleza ser tan feliz y feroz como una tormenta pero, también puede llegar a ser tan sumiso como un gato. Porque los que te conozcan bien, sabrán que tú no eres del tipo de pirata que busca enriquecerte saqueando pueblos y masacrando inocentes. Aunque eso no quiere decir que tu realmente te importe. Tu lucharas sin ataduras y sin límites, haciendo daño omiso del daño colateral. Ya es cuestión de cada quien si deciden ser observadores o salir corriendo.
¿Por qué digo esto? Porque las personas han de ser conscientes que tu diversión recalca en muchas cosas. Desde pasar ratos tranquilos, tomar la siesta o disfrutar de una grata comida, hasta luchar una lucha encarnizado dando el todo por el todo. Eres alguien único en sí. Un peligro único, ya que no es por hostil que se mide tu peligrosidad, sino por tus capacidades. Algunos lo saben, otros no tanto.
Tú, simplemente disfrutas vivir.
Ahora, como teniendo en cuenta esto y, sabiendo que puedes llegar a ser muy pacifico mientras no se te moleste, son más que obvias el tipo de consecuencias que tendría hacerte perder el juicio o provocarte. Especialmente por alguien que resultó ser una decepción durante la contienda bélica. ¿Por qué recalco todo esto? Porque es importante saber por qué estas justo aquí y justo ahora.
Y el porqué de todo lo que ha pasado.
Te encuentras sujetando el cuello de un capitán pitara. Estas en la cubierta del barco pirata de aquel que simplemente ha buscado problemas contigo. Subestimándote por tu paraciencia y baja estatura. El resto de su tripulación yace en el suelo muerta. Con heridas hecha por tu lanza. Derrotaste a un puñado de don nadie, joven pirata. Eso… no te da placer en lo más mínimo. Pero es lo que ganan por interrumpir tu momento de tomar café. De hecho, ni te molestas en detallar quienes son o como lucen. No tiene importancia para ti en lo más mínimo, ya que no han demostrado nada de nada. Más que simplemente ser muchos de un montón. Aunque el capitán pirata por otro lado, me tomare el tiempo de describirlo. Hombre de unos cuarentas. Algunas canas, moreno de dos metros de alto. Vistiendo un clásico atuendo pirata y por supuesto, apestando a ron como cualquier otro. Se encuentra de rodillas mientras aprietas más fuerte tu agarre del cuello. Te mira con temor en los ojos, mientras te agarra del brazo. Débil, pero aun así tiene un intento deliberado de intentar liberarse de ti.
- Por favor… déjame vivir. – Te suplica el viejo capitán. Tú simplemente sigues mirando en silencio mientras por un instante miras alrededor todo. No era el mejor barco pirata de todos. No podrías sacar nada de provecho de este lugar más que, simplemente habar matado el tiempo con algo de actividad física. A lo lejos se encuentra la isla Kilombo, ya que has decidido tu qué era lo mejor colarse en el barco de estos sujetos que buscaron problemas contigo.
- ¿No es la responsabilidad del capitán cargar con las acciones de sus subordinados? – Preguntas de manera fria. – Si no tienes el poder para cargar con eso, entonces no debiste dar por rienda suelta que tus subordinados busquen problemas con cualquiera. – Y ciertamente, tienes un punto. Sus subordinados han buscado problemas contigo, jactándose que su capitán acabaría contigo. Y tú, ilusionado, pensaste que sería algo que disfrutarías como nunca. Pero simplemente, resulto ser uno de esos muchos casos, donde no ocurrió nada.
Algo… muy decepcionante para ti.
- Por… favor. – Es lo último que permites decir al moribundo hombre. Sin pensarlo dos veces, apretaste fuertemente hasta que terminas con su vida. Sin mirar a donde, lo arrojas fuera y claramente, puedes escuchar el sonido del agua al caer el enemigo. Te tomas el tiempo de sentarte en un barril y suspiras. Miras todo alrededor con cierto desinterés. Realmente esto ha sido algo que no ha valido la pena. Pero aun asi, no es el fin, Alpha. Porque un sonido proveniente desde tu kimono se hace presente en este momento. Una llamada que puede cambiar el curso de todo
Algo que simplemente, puede ser algo más interesante desde la búsqueda de aquel tesoro.
- ¿Si? – Preguntas curiosamente al coger el den den mushi.
- Habla Dimitri, joven Alpha. Lord Markov solicita su presencia. Indica que es momento de ir de casería. – Escuchas la voz del mayordomo de Derian que te indica aquel mensaje.
- Espero que sea algo interesante, Dimitri. – Respondes sonando claramente decepcionado. – Últimamente solo me llevo decepciones.
- Si me permite, joven Alpha. Para que Lord Derian me haya pedido llamarlo, ha de ser interesante.
- Tienes razón. Tan interesante como cuando nos conocimos él y yo. Llegare pronto, indícale que llevare a la segunda pieza de cuatro también. Seguro se alegrara.
Y sin mucho más, sonríes esperando una gran aventura.
Lo interesante de todo esto, es que la vida puede llegar a ser muy curiosa. Y puesto que tus aventuras hasta ahora no han sido todo un sube y baja de emociones. Desde conocer personas interesantes hasta vivir batallas que te han dado el gozo de sentirte el ser más vivo de todos. Realmente cuesta un poco describirte realmente, Alpha. Porque a pesar de que eres un joven pirata que simplemente busca cumplir todos sus objetivos a su manera, no dejas de ser alguien bastante fuera a la normativa común. Te describo siempre como alguien que se considera a sí mismo una criatura, algo que simplemente vive por y para satisfacer sus instintos. Pero si me permitieras describir ese tipo de criatura, me tomare el atrevimiento en este momento.
Bueno, vamos allá.
Eres el tipo de ser humano que simplemente busca vivir con tranquilidad. Eres alguien digno de ser llamado de muchas maneras. Después de todo, está en tu naturaleza ser tan feliz y feroz como una tormenta pero, también puede llegar a ser tan sumiso como un gato. Porque los que te conozcan bien, sabrán que tú no eres del tipo de pirata que busca enriquecerte saqueando pueblos y masacrando inocentes. Aunque eso no quiere decir que tu realmente te importe. Tu lucharas sin ataduras y sin límites, haciendo daño omiso del daño colateral. Ya es cuestión de cada quien si deciden ser observadores o salir corriendo.
¿Por qué digo esto? Porque las personas han de ser conscientes que tu diversión recalca en muchas cosas. Desde pasar ratos tranquilos, tomar la siesta o disfrutar de una grata comida, hasta luchar una lucha encarnizado dando el todo por el todo. Eres alguien único en sí. Un peligro único, ya que no es por hostil que se mide tu peligrosidad, sino por tus capacidades. Algunos lo saben, otros no tanto.
Tú, simplemente disfrutas vivir.
Ahora, como teniendo en cuenta esto y, sabiendo que puedes llegar a ser muy pacifico mientras no se te moleste, son más que obvias el tipo de consecuencias que tendría hacerte perder el juicio o provocarte. Especialmente por alguien que resultó ser una decepción durante la contienda bélica. ¿Por qué recalco todo esto? Porque es importante saber por qué estas justo aquí y justo ahora.
Y el porqué de todo lo que ha pasado.
Te encuentras sujetando el cuello de un capitán pitara. Estas en la cubierta del barco pirata de aquel que simplemente ha buscado problemas contigo. Subestimándote por tu paraciencia y baja estatura. El resto de su tripulación yace en el suelo muerta. Con heridas hecha por tu lanza. Derrotaste a un puñado de don nadie, joven pirata. Eso… no te da placer en lo más mínimo. Pero es lo que ganan por interrumpir tu momento de tomar café. De hecho, ni te molestas en detallar quienes son o como lucen. No tiene importancia para ti en lo más mínimo, ya que no han demostrado nada de nada. Más que simplemente ser muchos de un montón. Aunque el capitán pirata por otro lado, me tomare el tiempo de describirlo. Hombre de unos cuarentas. Algunas canas, moreno de dos metros de alto. Vistiendo un clásico atuendo pirata y por supuesto, apestando a ron como cualquier otro. Se encuentra de rodillas mientras aprietas más fuerte tu agarre del cuello. Te mira con temor en los ojos, mientras te agarra del brazo. Débil, pero aun así tiene un intento deliberado de intentar liberarse de ti.
- Por favor… déjame vivir. – Te suplica el viejo capitán. Tú simplemente sigues mirando en silencio mientras por un instante miras alrededor todo. No era el mejor barco pirata de todos. No podrías sacar nada de provecho de este lugar más que, simplemente habar matado el tiempo con algo de actividad física. A lo lejos se encuentra la isla Kilombo, ya que has decidido tu qué era lo mejor colarse en el barco de estos sujetos que buscaron problemas contigo.
- ¿No es la responsabilidad del capitán cargar con las acciones de sus subordinados? – Preguntas de manera fria. – Si no tienes el poder para cargar con eso, entonces no debiste dar por rienda suelta que tus subordinados busquen problemas con cualquiera. – Y ciertamente, tienes un punto. Sus subordinados han buscado problemas contigo, jactándose que su capitán acabaría contigo. Y tú, ilusionado, pensaste que sería algo que disfrutarías como nunca. Pero simplemente, resulto ser uno de esos muchos casos, donde no ocurrió nada.
Algo… muy decepcionante para ti.
- Por… favor. – Es lo último que permites decir al moribundo hombre. Sin pensarlo dos veces, apretaste fuertemente hasta que terminas con su vida. Sin mirar a donde, lo arrojas fuera y claramente, puedes escuchar el sonido del agua al caer el enemigo. Te tomas el tiempo de sentarte en un barril y suspiras. Miras todo alrededor con cierto desinterés. Realmente esto ha sido algo que no ha valido la pena. Pero aun asi, no es el fin, Alpha. Porque un sonido proveniente desde tu kimono se hace presente en este momento. Una llamada que puede cambiar el curso de todo
Algo que simplemente, puede ser algo más interesante desde la búsqueda de aquel tesoro.
- ¿Si? – Preguntas curiosamente al coger el den den mushi.
- Habla Dimitri, joven Alpha. Lord Markov solicita su presencia. Indica que es momento de ir de casería. – Escuchas la voz del mayordomo de Derian que te indica aquel mensaje.
- Espero que sea algo interesante, Dimitri. – Respondes sonando claramente decepcionado. – Últimamente solo me llevo decepciones.
- Si me permite, joven Alpha. Para que Lord Derian me haya pedido llamarlo, ha de ser interesante.
- Tienes razón. Tan interesante como cuando nos conocimos él y yo. Llegare pronto, indícale que llevare a la segunda pieza de cuatro también. Seguro se alegrara.
Y sin mucho más, sonríes esperando una gran aventura.