Bob el Troll
El Troll
16-10-2024, 07:35 PM
Isla de Cozia, Sabana Sur, Resort Goa
invierno 723
Bob, enfurecido por la traición de Torak y su tripulación, caminaba por la isla, aplastando ramas y rocas bajo su descomunal peso. Su mente seguía dándole vueltas a la venganza, y su humor empeoraba con cada paso. Estaba decidido a que los piratas que lo habían abandonado pagarían caro.Fue entonces cuando, al doblar una colina, Bob divisó una escena que llamó su atención. Abajo, en el camino polvoriento, un grupo de piratas rodeaba una lujosa carreta. Los bandidos apuntaban sus espadas y mosquetes hacia un noble y sus guardias, que intentaban defenderse sin mucho éxito. Bob frunció el ceño. Entre los piratas, uno de ellos, el líder, tenía un aspecto inquietantemente parecido al de Torak: cabello negro, cicatrices en el rostro y una sonrisa arrogante.
El gigante sintió que su sangre comenzaba a hervir. Recordó el rostro de Torak cuando lo había engañado, abandonándolo en la isla. Aunque sabía que ese pirata no era su antiguo capitán, la semejanza era suficiente para desencadenar su ira.
Bob:
—Torak o no, vas a pagar el precio.
Con pasos rápidos y pesados, Bob se dirigió hacia ellos. Los piratas, concentrados en saquear la carreta y someter a los guardias, no notaron su presencia hasta que fue demasiado tarde. Con un rugido atronador, Bob saltó al camino, aterrizando con tal fuerza que el suelo tembló.
Los piratas giraron la cabeza, sorprendidos al ver al gigante. El líder, el que se parecía a Torak, desenfundó su espada y gritó.
Líder:
—¡¿Qué demonios es eso?! ¡Acabad con él!
Los piratas, aunque aterrorizados, obedecieron. Se lanzaron hacia Bob con espadas y dagas, pero sus ataques no hicieron más que arañar su piel gruesa. Bob sonrió de manera sádica y, con un solo movimiento de su mano, barrió a varios de ellos como si fueran muñecos de trapo. Sus cuerpos volaron por el aire, chocando contra árboles y rocas cercanas.
El líder, viendo cómo su grupo caía uno a uno, retrocedió, pero Bob no le dio oportunidad de huir. De un manotazo, lo agarró por el torso, levantándolo en el aire.
Pirata líder:
(balbuceando con miedo)
—P-por favor... no... no soy Torak...
Bob lo miró directamente a los ojos, sonriendo con malicia.
Bob:
—No me importa cómo te llames. Te pareces a él y eso es suficientel.
Con un crujido espantoso, Bob apretó su mano y aplastó al pirata. Luego, con indiferencia, arrojó el cuerpo inerte al suelo. El resto de los bandidos, al ver el destino de su líder, huyeron despavoridos, dejando atrás la carreta y al noble.
El noble, un hombre de aspecto elegante, ataviado con ropas finas y joyas, se acercó lentamente, con sus guardias aún en estado de shock. Miró a Bob con una mezcla de miedo y admiración.
Noble:
(tratando de controlar su nerviosismo)
—Ehm... B-buen señor gigante... me habéis salvado de esos miserables. No sé cómo agradeceros...
Bob gruñó, aún con el humor agrio, pero se detuvo al escuchar lo que el noble decía a continuación.
Noble:
—Permitidme invitaros a algo realmente especial. En agradecimiento por vuestro heroísmo, os ofrezco un día en uno de los balnearios más lujosos de la isla, todo a gastos pagados. Un lugar donde podréis relajaros, disfrutar de los mejores manjares y experimentar la verdadera riqueza.
Bob levantó una ceja. No estaba acostumbrado a que le ofrecieran algo sin tener que tomarlo por la fuerza. Aunque la venganza aún ardía en su interior, la idea de relajarse en un lugar de lujo despertó su curiosidad. Y, además, un poco de descanso antes de volver a la caza de Torak no le vendría mal.
Bob:
—¿Balneario? ¿Con comida y todo?
El noble asintió vigorosamente.
Noble:
—¡Por supuesto! Baños termales, vino de primera calidad, banquetes... todo lo que deseéis, mi buen gigante.
Bob se lo pensó por un momento y luego asintió. No había sentido verdadera comodidad en mucho tiempo. Tal vez, solo por un día, podría disfrutar de lo que tanto le habían negado: la sensación de ser tratado como alguien importante.
Horas más tarde, Bob se encontraba en el balneario, inmerso en una enorme piscina termal que parecía haber sido diseñada para alguien de su tamaño. Los sirvientes corrían de un lado a otro, trayendo bandejas de carne, jarras de vino y frutas exóticas. Bob nunca había visto nada igual. Se recostó en el agua, sintiendo cómo la calidez relajaba sus músculos.
Bob:
(con una sonrisa satisfecha)
—Esto... esto es vida.
Por primera vez en su vida, Bob no tenía que pelear, aplastar o matar para obtener lo que quería. Mientras devoraba un enorme muslo de cordero y bebía vino directo de una jarra del tamaño de un barril, sintió algo inusual: paz.
El noble, desde la distancia, observaba al gigante disfrutar de su día en el balneario con una sonrisa cautelosa. Sabía que tener a alguien como Bob de su lado podría ser útil en el futuro. Y mientras Bob continuaba disfrutando de su lujo inesperado, por primera vez en mucho tiempo, se sintió verdaderamente rico, no solo en poder, sino en una forma que nunca había imaginado.
Quizás, después de todo, la riqueza no era solo oro y saqueos.
