Hay rumores sobre…
... que en cierta isla del East Blue, hubo hasta hace poco tiempo un reino muy prospero y poderoso, pero que desapareció de la faz de la tierra en apenas un día.
[Común] [C-Pasado] La sonrisa de la dama Fortuna | Priv. Bonez
Alistair
Mochuelo
32 de Primavera, Año 724

Vodka Shore. Por mucho que repitiera el nombre, el escalofrío que le recorría la espalda ante la idea que este nombre proyectaba nunca desaparecería del todo. Siempre estaba allí, acechante, esperando por el momento perfecto para consumirlo, a él o a cualquier otro turista lo suficientemente débil como para sucumbir ante las tentaciones que la ciudad ofrecía. Y no es que pudiera categorizar a ese fragmento de Tequila Wolf como inherente malvada, solo parecía el paraíso perfecto para cualquier ludópata con la billetera lo suficientemente gorda como para gastar un dineral en todo lo que podía obtener allí. O si no tenías el suficiente dinero, quizá pudieras cambiar la mitad de tu vida en labor manual para compensar las perdidas millonarias. Quizá alguna parte del cuerpo que sobrara bastaría, no hace falta pensárselo demasiado. Lugares así podían ser tan neutrales como quisieran, pero siempre acababan atrayendo pintorescas personalidades que tenían... otros planes. 

El Lunarian había ido a parar a esa zona de los Blues por una supuesta propuesta de negocios insuperable, algo que olía a estafa piramidal de aquí hasta Kilombo -y probablemente más si hubiera alguna nariz capaz de seguir el rastro hasta esas distancias-. Hablando en términos menos deliberadamente vagos: Era una oferta de bienes raíces por un terreno que estaba en venta en Tequila Wolf, no en Vodka Shore pero allí era que había una supuesta sede en la que le atenderían para lo que buscaba.

Alistair no era ningún tonto como para tomar todo lo que le ofrecían a pedido de boca. Siempre había una trampa. Usó sus alas para llegar hasta el lugar, intentó recolectar información utilizando la poca información con la que contaba y, finalmente, destaparía toda la farsa que había detrás. Nada mayor, no para un revolucionario que había visto tantas cosas en medio de sus misiones. 

Agua pasada. Hacía días que había arribado y solucionado ese problema, y aunque estaba tentado en estirar sus alas y retirarse volando de aquel lugar que hasta ahora solo le había traído dolores de cabeza, por un momento consideró algo más que... Honestamente, no acababa de tomar asiento entre sus pensamientos.

Quedarse una noche, disfrutar, ver las luces de neón y participar en todo... la mayoría de cosas que Vodka Shore podía ofrecerle. 

Este pensamiento tomó rienda de su comportamiento, de sus acciones, y finalmente lo condujo al escenario en el que se encontraba actualmente. 

La noche cayendo con gentileza sobre el horizonte, dando un justificante a que las luces que recorrían las calles se encendieran y las luces de neon entraran en escena inmediatamente después, dando un espectáculo de colores, vistas y sensaciones que casi harían sospechar del bartender que seguro les había colado algo en la bebida mientras nadie miraba. 

Alistair, por su parte, se encontraba atravesando la puerta de uno de los lugares mas grandes que pudo encontrar en su campo de visión: Un bar cuyo decorado interior intentaba proyectar un ambiente de clase alta, con madera tallada y decorada de manera exquisita para incorporar múltiples figuras con referencias a seres marinos. En el tapizado predominaban los colores rojos, blancos y negros, un tema que iba como anillo al dedo para el sitio que ejercía funciones tanto de casino como un gastrobar. Personal en cada esquina que el ojo pudiera recorrer; si había una persona del staff, seguramente ya se encontraba haciendo algo: Atendiendo a los comensales en las mesas, ofreciendo pequeñas muestras de bebidas sin costo para promocionar las hábiles manos del bartender tras la barra, o incluso cuerpos de seguridad vigilando los extensos pasillos de los juegos de azar, vigilando que nadie se pasase de la raya -o intentara estafarlos; la única entidad mas peligrosa para estafar que un banco era un condenado casino-. 

El Lunarian se acercaría hasta la barra y tomaría asiento en la primera plaza. Tan pronto como el bartender preguntara por sus preferencias, su respuesta no se haría esperar. — Dame cualquier cosa que sea fuerte, capaz de hacerme olvidar un dolor de cabeza pero sin que me despierte en la mañana sobre la calle sin la cartera.

Quedaba ver si hoy, en medio de su accionar, la dama de la fortuna que tanto alababan los apostadores le sonreiría con un acontecimiento interesante, o le daría la espalda.
#1
Baltazar Bonez
Dr.Bonez
Rezagado en un rincón del casino, se encontraba el hombre proveniente de Fantasmagoria. Uno de los afectados por la maldición de los "Niños Malditos". Pocos reconocían aquel sobrenombre, aunque aquella piel de color ceniza y aquellos intensos ojos de un tono de rubí brillante hacían a ese chico resaltar por sobre cualquiera de los clientes de aquel casino de mala muerte.  

No era hace mucho que Bonez habia llegado a Vodka Shore, llamado por los rumores de los casinos y sitios de apuestas clandestinos que po habían llevado a ese lugar como las abejas a la miel. Para el era si.plemente irresistible jugar con la suerte, ya fuera que se pusiera caprichosa algunos días o en otros sonriera coquetamente hacia su dirección, el chico de piel ceniza le gustaba la bebida de la bohemia, algo que era común en aquellas costas en donde las luches le daban una nueva vida a la ciudad una vez que caía la medianoche.

En ese momento Bonez se encontraba apoyando en una mesa de blackjack, en donde había logrado hacerse con un buen poco de dinero gracias a su habilidad con las cartas, haciendonque el crupier ya mirara con desconfianza al chico de piel negruzca mientras que empezaba una nueva ronda en aquel juego, terminando por perder nuevamente ante Bonez el cual había conseguido "20", mientras que el crupier sobrepasaba el límite con un "24" haciendo que una sonrisa burlesca se asomara por la comisura de su labio.

¿Otra partida señor? Pregunto aquel hombre a regañadientes, ya que tenía un trabajo que cumplir aunque supiera bien que le castigaban por perder tal cantidad de dinero con un simple extraño. 

Las manos de Bonez eran demasiado rápidas como para poder ser culpado de algún tipo de boicots, aunque a los guardias no le faltaban las ganas de darle una paliza de todas maneras, haciendo que ya con un buen número de fichas en su bolsa  las canjeara y le dieran aquel voucher para recibir aquel dinero.

Creo que es momento de ser sabio y entender cuando debo retirarme, aunque debo decir que las cartas estaban a mi favor en esta noche ¿no? Pregunto con picardia acida y maliciosa alegria y animosidad mientras que el crupier solo le miraba con el cejo entrecerrados y hablaba entre dientes. Eso casi como si le costará mantener aquel papel cortes y elegante que debían tener la gente del casino.

Ciertamente ha sido un buen juego para usted señor...demasiado bueno. Dice antes de que Bonez actuara de manera despreocupada mientras que se encogía de hombros como un tipo que no era co cientw que estaba jugando con la cola  del tigre.

Buen o, que se le va a hacer. Así es la suerte. Dice lanzandole una ficha de 100$ berrys al crupier antes de marchar hacia el bar con un movimiento elegante y animado antes de apoyarse en la barra.

Camarero deme una botella de sake de la.mejir calidad que tenga, que venga sin abrir claro está. Dice antes de que a su lado viera a aquel hombre de cabellos de un color rojizo intenso y cejas pronunciadas, parecía traer ni buy buena cara, aunque eso era normal pars alguien que se encontrarse en un casino, aunque no sabía si era algo natural en aquel.hombre que recien había llegado al establecimiento.
Alistair escribió:Dame cualquier cosa que sea fuerte, capaz de hacerme olvidar un dolor de cabeza pero sin que me despierte en la mañana sobre la calle sin la cartera.

Al escuchar a aquel hombre que se encontraba sobre la barra, Bonez decidió entablarle conversación, después de todo tenía un buen humor por aquel dinero ganado de forma ""Honesta"".

Creo que esta pidiendo un deseo dificil de cumplir compañero, normalmente esa es una de los platos fuertes de la casa, le recomiendo pedir algo en botella sellada, a veces no se puede confiar en un bartender, menos en los de casinos como este ewa .  
#2
Alistair
Mochuelo
La repentina aparición de una segunda voz en la conversación llamó su atención inmediatamente; no era una costumbre para él permitir que sus sentidos ignoraran la existencia de una persona a tan corta distancia, pero también era cierto que aquellos días recientes habían sido lo suficientemente turbulentos como para justificarse un comportamiento atípico, incluso en alguien tan enérgico como el emplumado; no había que ver mas lejos que su petición de bebida al encargado de la barra, buscando dejar que el alcohol bañase y se llevase consigo cada problema encontrado como si de una presa rota se tratara. 

La expresión que en inicios mostraba un deje de cansancio consiguió regresar a su brillo al escuchar las palabras del desconocido, quien parecía ofrecer un sensato consejo sobre las prácticas que un lugar como éste podía tener a sus comensales mas inexperimentados. Sí, no debía olvidar que se encontraba en un sitio que vivía y subsistía de depredar a quienes eran lo suficientemente osados -o insensatos- como para tomar cualquier liquido que le sirvieran en una botella abierta de antemano. 

Una sonrisa suave se dibujó sobre la comisura derecha de sus labios, levantándolos ligeramente. 

No es de ver todos los días que un completo desconocido se preocupe por otro, pero toda sugerencia bienintencionada es recibida con brazos abiertos. — O al menos asumía que cargaba con buenas intenciones, pues aunque su apariencia era muy lejana a lo que llamaría "cálida", repasar sus palabras no le confería razón alguna para sospechar de él. Analizarlo todavía mas a fondo solo le daba puntos a favor al desconocido, pues salvo que todo fuese un enrevesado complot que solo podría salir de la mente de un paranoico irremediablemente perdido en su psicosis, una botella bien cerrada era la mejor apuesta que podía colocar sobre la mesa para protegerse de lo que pudieran servirle. Su mirada se dirigió al bartender, ahora modificando su pedido. — Por favor, tráeme lo que te he pedido pero con las recomendaciones del caballero. — Y le sonrió; incluso con un mínimo de desconfianza, no tenia razón para ser descortés con el bartender que seguramente solo estaba haciendo su trabajo y poco más. 

Dio un vistazo de soslayo a quien había ofrecido su consejo. Su apariencia destacaba sin importar cómo lo mirase, y eso lo decía el emplumado con cabello de colores como tempura y alas de ébano con suficiente envergadura para cubrir a un humano de tamaño promedio de pies a cabeza. De una u otra forma, casi podía considerar sus pensamientos un halago que se reservó dentro de su propia cabeza; recibir el descriptor de "extravagante" de parte del sujeto extravagante siempre era un logro. 

Si el desconocido había intentado entablar conversación, lo mínimo que el lunarian podía hacer era corresponder a la intención en idéntica magnitud. — Pareces una persona que se maneja bastante bien y seguido por estos lares, dicho de la mejor manera posible por supuesto. — Aclaró al final, una acción muy necesaria. Presentía como sus palabras podían ser torcidas por un oído fisgón en un parpadeo, y lo último que quería era una noche agitada. — Lo cual me produce curiosidad, ¿el buen humor que llevas encima es porque ha ocurrido algo bueno hoy? ¿O eres de los míos y solo te gusta sacar una sonrisa sin razón aparente? — Comentó, ligeramente risueño. Cualquier otro día que Bonez hubiera pillado a Alistair, vería al emplumado con una energía envidiable y una sonrisa imborrable en su rostro, pero algo a lo que aún no podía atribuirle razón ni forma se había encargado de drenarle las energías con peligrosa facilidad. Parecía que el viaje le había sentado peor de lo esperado; nada que no pasaría eventualmente, pero definitivamente no se encontraba en el estado que le gustaría y usualmente exhibía. 

El hombre encargado de la barra finalmente llegaría con su petición misteriosa, revelando tras dejarla sobre la barra una botella de una preparación angelical, en el punto perfecto de alcohol y con un dulzor que extrañaba desde la última vez que tuvo el gusto de probarlo: Una botella cerrada de crema de whisky. Si fuese un alcohólico, seguramente tendría toda una bodega llena con éstas. 

El lunarian tomaría la botella por la boquilla, levantándola por encima de su propia cabeza en dirección a Bonez, a su alcance para chocar con el sake de él. — A tu salud, extraño. — Brindó en un gesto amistoso, esperando que el contrario regresara su intención de vuelta -o no lo hiciera, en cuyo caso bajaría la botella tras esperar un momento- — De hecho, se me hace demasiado extraño llamarte "extraño". ¿Tienes algún nombre con el cual pueda referirme a ti, o prefieres mantenerlo un secreto? También puedo presentarme antes, si eres de los que prefiere dar su nombre después de recibir el de otro. — Era el beneficio de no cargar una recompensa a su nombre de momento, pues los eventos que llevarían a sostener un jugoso número sobre su cabeza aún no llegaban.
#3


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